Para que todo el que cree, obtenga por él la vida eterna

Pío V, Santo

Memoria Litúrgica, 30 de abril

Fuente: Archidiócesis de Madrid 

CCXXV Papa

Martirologio Romano: San Pío V, papa, de la Orden de Predicadores, que, elevado a la sede de Pedro, se esforzó con gran piedad y tesón apostólico en poner en práctica los decretos del Concilio de Trento acerca del culto divino, la doctrina cristiana y la disciplina eclesiástica, promoviendo también la propagación de la fe. Se durmió en el Señor en Roma, el día primero del mes de mayo (1572).

Etimológicamente: Pío = Aquel que es piadoso, es de origen latino.

Breve Biografía

Se le recuerda principalmente como “el Papa de la victoria de Lepanto”, no porque fuera un hombre belicoso, sino porque con su autoridad y con su prestigio personal logró imponer una tregua en las discordias caseras de los Estados europeos y llevarlos a una “santa alianza” para detener la amenazadora avanzada de los turcos. El 7 de octubre la armada Cristiana obtuvo en las aguas de Lepanto una definitiva victoria contra la flota turca. Ese mismo día Pío V, que no disponía de los rápidos medios de comunicación de hoy, ordenó que tocaran todas las campanas de Roma, invitando a los fieles a darle gracias a Dios por la victoria obtenida.

Michele Ghisleri elegido Papa en 1566 con el nombre de Pío V, nació en Bosco Marengo, Provincia de Alessandria (Italia) en 1504.

A los 14 años entró a la Orden de los dominicos. Una vez ordenado sacerdote, atravesó todas las etapas de una carrera excepcional: profesor, prior del convento, superior provincial, inquisidor en Como y en Bérgamo, obispo de Sutri y Nepi, cardenal, grande inquisidor, obispo de Mondoví, y Papa.

Pío V fue sobre todo un gran reformador. Entre las reformas que promovió, siguiendo el concilio de Trento, recordamos la obligación de residencia para los obispos, la clausura de los religiosos, el celibato y la santidad de vida de los sacerdotes, las visitas pastorales de los obispos, el impulso a las misiones, la corrección de los libros litúrgicos, la censura de las publicaciones. La rígida disciplina que el santo Pontífice impuso a la Iglesia fue también norma constante de su vida. Vivía el ideal ascético del fraile mendicante.

Condescendiente con los humildes, paterno con la gente sencilla, pero sumamente severo con cuantos comprometían la unidad de la Iglesia, no dudó en excomulgar y decretar la destitución de la reina de Inglaterra, Isabel I, a sabiendas de las consecuencias trágicas que esto acarrearía a los católicos ingleses.

Pío V murió el 1 de mayo de 1572, a los 68 años de edad. Fue canonizado 22 de mayo de 1712 por el Papa Clemente XI.

Nacer de nuevo

Santo Evangelio según San Juan 3, 5. 7-15. Martes II de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, en este día me pongo en tu presencia y te pido la gracia de experimentar una vez más tu gran amor por mí. Aumenta mi fe, Señor, para que pueda vivir y anunciar con alegría tu resurrección; fortalece mi esperanza para que, al contemplar tu triunfo sobre la muerte y el pecado, pueda corresponder a tu voluntad, y al experimentar tu amor, ayúdame a transmitirlo a los demás.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 3, 5. 7-15

En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: "En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios". El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu".
Nicodemo le preguntó entonces: "¿Cómo puede ser esto?". Jesús le respondió: "Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo.

Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En su diálogo con Nicodemo, Jesús habla de la necesidad de nacer de nuevo, de nacer en el espíritu. Estas palabras sorprenden a Nicodemo que no entiende exactamente a lo que Jesús se refiere. Nicodemo, un gran conocedor de las tradiciones judías y de la ley, pensaba que podía entender con claridad las cosas de Dios. Sin embargo, al encontrarse con Cristo y al escuchar su palabra, un deseo de conocer más y de entender mejor brota en su corazón. Este deseo lo lleva a acercarse a Cristo y preguntarle; y al oír su respuesta, se da cuenta que, para seguirlo y para poder entender su mensaje, es necesaria una profunda conversión, una conversión que requiere nacer de nuevo. Este nacer de nuevo del que se habla no implica un nacimiento biológico como al inicio pensó Nicodemo, sino un nacimiento en el espíritu.

De la misma forma, Jesús nos invita a nosotros a nacer de nuevo para poder entrar en su reino. Este nacer implica dejar atrás todo lo que nos aleja de Dios, nuestro egoísmo, nuestra soberbia, nuestra vanidad. Ciertamente éste no es un proceso fácil, pero es posible, ya que por este motivo el Hijo del hombre fue elevado en la cruz para redimirnos y transformarnos con su gracia.

Jesús, con su vida muerte y resurrección, nos invita a nacer de nuevo, a nacer en el espíritu. Esto implica dejar atrás nuestras seguridades, nuestras ideas y nuestra forma de ver y hacer las cosas para acoger lo que Dios nos pide y nos presente, y así Él pueda ser nuestra única seguridad y nuestro modelo.
Aunque por el bautismo ya nacemos en el espíritu y nos hacemos hijos de Dios, es necesario renovar esa gracia bautismal para poder vivir en plenitud las gracias que Dios nos concede a diario. De esta forma, al renacer en el espíritu con nuestra renovación y constante transformación, podremos irradiar con mayor intensidad el amor de Dios por la humanidad y convertirnos, así, en instrumentos de su misericordia.

«El único, el único que nos justifica; el único que hace renacer de nuevo es Jesucristo. Nadie más. Y por esto no se debe pagar nada, porque la justificación —el hacerse justo— es gratuita. Y esta es la grandeza del amor de Jesús: da la vida gratuitamente para hacernos santos, para renovarnos, para perdonarnos. Y este es el núcleo propio de este Triduo pascual.

En el Triduo pascual la memoria de este advenimiento fundamental se hace celebración llena de reconocimiento y, al mismo tiempo, renueva en los bautizados el sentimiento de su nueva condición, que el apóstol Pablo expresa siempre así: “Si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba [...] Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra.” Mirar arriba, mirar el horizonte, ampliar los horizontes: esta es nuestra fe, esta es nuestra justificación, ¡este es el estado de gracia! Por el bautismo, de hecho, resucitamos con Jesús y morimos para las cosas y la lógica del mundo; renacemos como criaturas nuevas: una realidad que pide convertirse en existencia concreta día a día. Un cristiano, si verdaderamente se deja lavar por Cristo, si verdaderamente se deja despojar por Él del hombre viejo para caminar en una vida nueva, incluso permaneciendo pecador —porque todos lo somos— ya no puede ser corrupto, la justificación de Jesús nos salva de la corrupción, somos pecadores, pero no corruptos; ya no puede vivir con la muerte en el alma y tampoco ser causa de muerte.»

(Homilía de S.S. Francisco, 28 de marzo de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré estar muy atento a la voz del Espíritu Santo e invocaré su ayuda y su presencia con mayor intensidad.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Perdonar, sanar, restaurar, renovar...

Y el perdón… es la medicina que sana el dolor del alma, es el sentimiento que devuelve la esperanza, es el milagro que renueva o restaura, es la magia que nos permite recordar sin sufrir

“El mayor espectáculo del mundo es ver un hombre esforzado luchando solo contra la adversidad; pero hay uno todavía más sorprendente y es el ver a otro hombre lanzarse en su ayuda sin que este se lo pida”

Valores humanos: viviendo la sobriedad. Vivir la sobriedad nos permite controlar nuestros deseos e impulsos, sin embargo no siempre es fácil saber aplicar este valor en la vida ordinaria.

Porque existen recuerdos, situaciones, acontecimientos, personas, que más que huellas han dejado heridas en el alma y se convierten en la piedra en el zapato que no nos deja avanzar puesto que duele y lastima cada vez que intentamos caminar. Por esto urge, es necesario aprender a perdonar…

Y el perdón… es la medicina que sana el dolor del alma, es el sentimiento que devuelve la esperanza, es el milagro que renueva o restaura, es la magia que nos permite recordar sin sufrir, y muchas veces olvidar aquello que tanto nos hizo llorar, nos robó la fe en el amor, en la amistad, en Dios, en uno mismo, en los demás.

Perdonar: Por ello debemos aprender a Perdonar; quizás a Dios, no porque haya hecho algo mal… sino por aquello por lo que lo hemos culpado: enfermedades, accidentes, consecuencias de los errores de la humanidad, infertilidad, hijos con características no esperadas, abundancias o carencias, inconformidades propias que nos impiden encontrar la paz. Hacemos de nuestra oración un muro de lamentos, nos alejamos de El porque no logramos entender o discernir cuál es su voluntad, le culpamos de los errores de otros…

Sanar: Para poder renovar nuestro interior, es preciso liberar de toda culpa a Dios, aprender a descubrir y experimentar su inmenso amor y encontrar en él la sanación interior…

Hay casos en los que nos cuesta reconocer, que es a nosotros mismos a los que debemos perdonar; porque nos culpamos de muchas de las cosas que pasan a nuestro alrededor, juzgamos muy severamente nuestros errores, nos atormentamos por lo que dejamos de hacer o hicimos mal; divorcios, muertes, separaciones, palabras dichas y otras que no se dijeron, flores marchitas, historias de amor y amistad que no lograron terminar de escribirse o que tuvieron un triste final… y nos quedamos estancados en el pasado sin poder avanzar; negándonos la oportunidad de empezar de nuevo, liberarnos, restaurar, renovar…

Perdonarnos, es ser capaces de aceptar e indultar nuestra propia humanidad; pasar la hoja, atrevernos a escribir un nuevo capítulo de nuestra historia personal.

Para encontrar la paz del alma, hace falta perdonar también a los demás; la palabra que dolió, la traición que golpeó, la acción que la vida destrozó, el abandono que dejó vacíos internos, la omisión, la indiferencia, los acosos, el cansancio, la fragilidad humana del otro que tanto hirió, que robó La fe, la esperanza de creer en el amor, en la amistad, aún en el mismo perdón…

Perdonar al otro es liberarnos de sentimientos que causan mucho más dolor; porque nos encasillan en hechos que ya pasaron, en tormentas que cesaron, en diluvios y terremotos que aunque arrasaron con lo mejor de nosotros mismos, no todo se lo han robado; porque mientras nuestro corazón siga latiendo, tenemos la oportunidad de seguir viviendo, restaurando lo que está destruido, renovar el corazón herido, devolviendo la fe y la paz que se había perdido…

Restaurar: El perdón sale de nosotros mismos, de nuestra capacidad de amar, de volver a empezar… El aprender a perdonar surge de esa experiencia que tengamos del Amigazo Dios que nos enseñó a perdonar, saldando El mismo todas nuestras deudas, liberándonos de toda culpa, regalándonos la nueva vida en el amor que a diario nos manifiesta, en esa cruz, que más que condenarnos nos redime y nos libera…

Perdonar es empezar de nuevo, amar con tanta intensidad que hagamos del perdón el milagro que restaure nuestra vida, le devuelva la paz y la esperanza perdida; y nos llene de fuerza y fe para hacer nuestros sueños realidad….

Renovar: Por ello, revisa tu interior y piensa: ¿Qué te hace falta perdonar? ¿Qué te impide avanzar?… ¿Estás listo para empezar de nuevo, reparar, restaurar, renovar?… Solo Dios nos da esa capacidad de perdonar; de El recibimos y aprendemos el perdón que le devuelve la paz al corazón… Cada día en nuestra oración repetimos: Perdónanos como perdonamos… Digámosle también, enséñanos a perdonar como Tu nos has perdonado…

El autor es el P. Jaime Forero, Terciario Capuchino fallecido el 11 de Abril de 2007, aunque él se apoyó ampliamente en textos de otros autores, de modo que su trabajo no tiene pretensión de originalidad sino sólo de servicio.

Para los profesionales del estilismo el ejemplo de San Martín de Porres

Propone Papa Francisco a San Martín de Porres y lo puso como ejemplo para los barberos, peluqueros y estilistas, de los cuales es patrón

El Papa Francisco ensalzó a la figura de San Martín de Porres y lo puso como ejemplo para los profesionales de los servicios de estética: barberos, peluqueros y estilistas, de los cuales es patrón.

En una audiencia celebrada este lunes 29 de abril en el Vaticano con miembros del Comité San Martín de Porres, que reúne a profesionales italianos de este sector, el Santo Padre recordó la humildad de este santo peruano: “Él, siendo mestizo, fue aceptado en la Orden de los Padres Dominicos como terciario y luego como hermano cooperador”.

“Aceptó esta condición, viviendo una existencia de máxima humildad, irradiada por el amor. Se dedicó con abnegación a los pobres y a los enfermos, ofreciéndoles asistencia sanitaria gracias a las nociones aprendidas en una farmacia y como barbero-cirujano, según las costumbres de aquel tiempo”.

El Pontífice recordó que “la figura humilde y grande de San Martín de Porres, que el Papa San Pablo VI, en 1966, proclamó patrón de vuestra profesión, os ayude a testimoniar constantemente los valores cristianos. Os estimule, sobre todo, a ejercitar vuestra profesión con estilo cristiano, tratando a los clientes con gentileza y cortesía, ofreciéndoles siempre una palabra buena y de ánimo, evitando ceder a la tentación de los chismes que fácilmente se insinúan también en vuestro contexto de trabajo”.

Ante los miembros del Comité, presentes en Roma para participar en una peregrinación, pidió “que cada uno de vosotros, en el desarrollo de su trabajo profesional, pueda siempre actuar con rectitud, ofreciendo así una contribución positiva al bien común de la sociedad”

San Martín nació en Lima en 1579. Desde niño sintió predilección por los enfermos y los pobres. Aprendió el oficio de barbero y algo de medicina. A los quince años pidió ser admitido como “donado”, es decir, como terciario, en el convento de los Dominicos.

En su servicio de enfermero no hacía diferencia entre pobres y los que más tenían, aunque tuvo que pasar por experiencias de incomprensión y envidia. En 1603 hizo su profesión religiosa.

¿Quién es la persona triunfadora?

Estos triunfadores van mostrando un poco el rostro de Cristo

“Concebir el bien no es suficiente, debemos hacerlo victorioso entre los hombres” Joseph Ernest Renan

Muchas veces creemos que el único triunfador en la vida es la persona que tiene éxito, fama, dinero, posesiones, estudios, un puesto importante en la empresa, familia, etc.…el que ha logrado un status alto en la sociedad, que se le reconoce en los medios de comunicación, y no cabe duda de que estas personas han conseguido triunfar con disciplina, esfuerzo, trabajo.  

Se vale hacer una pregunta ¿estos triunfadores a los ojos del mundo, logran también ser auténticos triunfadores?

Hay millones de triunfadores que no tienen dinero que no tienen fama, posesiones, un puesto importante ni mayores estudios y que a los ojos del mundo aparecen como perdedores, son así calificados por no dar resultados visibles en las áreas que el hombre considera como valiosas. Es interesante y vale la pena ahondar un poco en la vida de estas personas anónimas que viven como auténticos triunfadores a los ojos de Dios.

Estas personas que recibieron la herencia de sus abuelos, de sus padres, ese tesoro, ese legado, esa estafeta de vivir y transmitir lo que a los ojos de Cristo es un triunfador. Estos hombres que viven los valores, y al vivirlos los han convertido en virtudes. Al practicar por ejemplo la honestidad, la justicia, la prudencia, la fortaleza, lealtad, paciencia, comprensión, solidaridad, responsabilidad, perseverancia.

El auténtico triunfador no tiene que ver con los triunfos humanos. De ser así diríamos que Jesús fue un perdedor para los de su época, incluso mucha gente no acaba de entender la vida de Jesús. Del Hijo de Dios del Creador del universo, en quien están sustentadas todas las cosas y que no tenía dónde reclinar su cabeza.  De Dios que es camino verdad, vida libertad, y se le considera que ha perdido la razón, del Dios que todo lo puede y se entrega libremente a la muerte por amor. Del Dios que se queda como alimento para todos los que tengan hambre en la fragilidad de un pan. No es fácil entender que hay que morir para vivir, que al morir al egoísmo se vive  la generosidad, que al morir al individualismo, se vive la solidaridad, que al morir a la  ambición por acumular más, se vive  la justicia, que al morir al deseo de hacer lo que te venga en gana, se vive el respeto, que al morir al orgullo se vive la humildad. La persona triunfadora es una persona madura, es el líder auténtico por excelencia aquel que con su conducta, más que con su discurso, invita a otros a seguir sus huellas, aquel que es capaz de transformar su entorno, familia, trabajo, sociedad.

Cuando este triunfador pasa a nuestro lado va dejando un aroma, un perfume, un sabor de gratitud en los corazones que son comprendidos, consolados, perdonados,  ayudados en sus necesidades, confortados en sus penas, incluidos a pesar de su condiciones adversas.

Estos triunfadores van mostrando un poco el rostro de Cristo, porque han conseguido venerar al Cristo oculto en cada hermano.  

No te avergüences de Rezar el Rosario

Es la mejor arma contra el demonio

Cerca de un millón de polacos se reunieron el 7 de Octubre de 2017, en la frontera polaca para rezar el Rosario por la salvación de Polonia y del mundo. El evento atrajo la atención del New York Times, así como el sitio web de la BBC, que vio el evento como "polémico".

Esta manifestación del rosario, organizada por laicos pero respaldada por la jerarquía, tuvo lugar en la fiesta deNuestra Señora del Rosario y el primer sábado de este mes, en el centenario de las apariciones de Fátima.

Con todas estas cosas viniendo juntas, era una oportunidad demasiado buena como para dejarla pasar. Además, el simbolismo de la oración en la frontera, mostrando a Polonia rodeada de oración y mirando al mundo, era también algo poderoso.

Siempre se nos dice que debemos mantenernos al margen, ¿no? Bueno, allí se encontraba un grupo de personas que hicieron precisamente eso.

¿Un evento polémico?

¿Hasta qué punto debe considerarse este evento como "polémico" para que la BBC utilizara esta hermosa palabra? ¿Era esto una especie de manifestación nacionalista? ¿Fue islamofóbico? Para muchos de los participantes, las preocupaciones nacionales no eran algo de lo que no estuvieran al tanto, ni mucho menos la cuestión de migración musulmana.

Por lo tanto, realmente debemos examinar estas dos cuestiones, y ver si estas preocupaciones son legítimas o no, y ver también si estas preocupaciones son coherentes con la caridad cristiana o no.

Supervivencia de Polonia.

Polonia es un país bastante diferente de, digamos, Gran Bretaña. En la memoria reciente, se ha borrado del mapa en varias ocasiones. En 1939, fue dividida entre los alemanes y los soviéticos, los cuales hicieron todo lo posible para asegurarse de que el país nunca volvería a levantarse.

Una generación antes, después de la Primera Guerra Mundial, Polonia luchó unaguerra de supervivencia contra la Unión Soviética. Y nadie, al menos en Polonia, ha olvidado las Particiones, en las que los austriacos, los prusianos y los rusos tallaron efectivamente el país en el siglo XVIII.

Si los polacos parecen más apegados a la soberanía nacional que a la mayoría, ¿quién puede culparlos? Su soberanía ha sido muy disputada. Además, la cuestión de la nacionalidad polaca está profundamente conectada con la fe católica.

Tanto en cuestiones de origen étnico y religión, los polacos han sido firmes en la resistencia a la rusificación. ¿Puedes culparlos?

En la actualidad, Polonia no ha seguido el mismo camino que la República Federal de Alemania en lo que se refiere a la admisión de migrantes. Muchas personas se burlan de esto, mucho menos en Bruselas, pero los polacos tienen derecho a tomar su propiadecisión sobre este asunto.

En las sociedades liberales el consentimiento es primordial. Los polacos no han consentido en este asunto. (Muchos alemanes tampoco lo han hecho, pero eso es un asunto diferente). Todo el mundo tiene que respetar su derecho a denegar el consentimiento en este y otros asuntos.

Orar por la salvación es admirable.

Dado lo anterior, todavía no está bien vincular la oración del rosario exclusivamente a estas preocupaciones explícitamente seculares. Uno ora el Rosario por una intención, más que por algo en general. Orar por la salvación de Polonia y del mundo (los dos necesariamente van de la mano) es admirable.

El ejemplo polaco debe estimular a otros a hacer lo mismo. En cuanto al aniversario de Lepanto, esto debe ser visto como algo positivo, en lugar de algo negativo. El estado otomano ya no existe, por lo que marcar el aniversario no está dirigido a otro país.

La victoria de Lepanto contribuyó a la liberación de los pueblos sujetos del Imperio Otomano (aunque esto se tomó bastante tiempo), liberándolos de un régimen cruel, despótico y atrasado. La batalla misma llevó a la liberación inmediata de numerosos esclavos de la galera cristiana. ¿Qué hay que celebrar al respecto?

El Rosario es un arma contra el mal.

El Rosario está íntimamente ligado a la victoria de Lepanto, porque San Pío V animó a los fieles a orar por la victoria de esta manera. Orar por la victoria en la guerra ha sido desde hace mucho tiempo el camino cristiano, ciertamente se hizo bastante entre los años 1939 y 1945, también he visto tarjetas de oración con las palabras: "Den paz y victoria a Gran Bretaña y su Imperio, y a su sirviente George V, nuestro Rey".

Por otra parte, incluso hoy los obispos en Nigeria están instando a la gente a rezar el Rosario en la cara de Boko Haram, que está completamente de acuerdo con la tradición católica. Mucha gente ha estado diciendo lo mismo sobre ISIS.

¿Polémico? No lo creo. Los católicos han estado haciendo estas cosas durante siglos. Esperemos que sigamos haciéndolas durante muchos siglos más. Como nos recuerda el sitio web de los organizadores del evento polaco:

"El rosario es una poderosa arma contra el mal".

¡Sigamos usando esta poderosa arma!

¿Creer en los milagros?

Son eventos imposibles, si no fuese así no serían milagros, porque lo que es imposible para el hombre es posible para Dios.

Una de los problemas que surgen en la clase de religión cuando vemos la lectura de algún milagro de Jesús es la racionalidad ante estos. Siempre hay alguien que salta con lo de

- Pues yo no me lo creo

- Eso es imposible

- ¿Cómo va a salir el Lázaro ese de la tumba después de varios días muerto por qué se lo diga Jesús?

Y es que ciertamente es imposible, nadie sale de la tumba por que otro se lo ordene, ni camina sobre las aguas sin hundirse, ni es capaz de alimentar a 5000 personas con 5 panes y 2 peces y que además al final sobre mucha más comida de la que había en un principio. Lo más curioso es que precisamente en eso consiste el milagro, si no fuese imposible no sería tal, porque lo que es imposible para el hombre es posible para Dios (Lc 18,17).

Es cierto que algunos estudiosos han tratado de racionalizar los milagros negando su existencia real y dándole un carácter metafórico lo que en realidad sucedió es que… en un ejercicio de soberbia queriendo reinterpretar lo que únicamente sería posible si el autor tuviera una máquina del tiempo con la que viajar al momento y lugar en que sucedieron los hechos.

En algunos casos incluso tratando de racionalizar el milagro lo que hacen es reafirmarlo a su pesar. Como cuando tratan de explicar que las supuestas posesiones demoníacas que curaba Jesús eran en realidad ataques epilépticos, cosa comprensible si alguien en el siglo I viese a otra persona retorciéndose y echando espumarajos por la boca, pero que en el fondo lo que hacen es afirmar que Jesús era capaz de curar una epilepsia con una simple orden, es decir, de hacer milagros.

Pero volviendo a los alumnos lo primero que se me ocurre cuando plantean la incredulidad es darles la razón. No se puede creer en los milagros por sí, antes hay que pasar el test de las 3 preguntas con respuesta afirmativa:

  • ¿Crees que existe Dios todopoderoso, autor de todo lo creado incluido el hombre?
  • ¿Crees que ese mismo Dios es un ser que se preocupa y ama a sus criaturas?
  • ¿Crees que ese mismo amor lleva a Dios a que en un momento determinado de la historia y para la salvación del hombre asume su propia naturaleza haciéndose uno más de nosotros?

Si las tres respuestas son sí, la existencia de los milagros es una consecuencia más de esta historia de la salvación, no algo que deriva de unos superpoderes al estilo Marvel. Dios mismo es capaz de alterar las leyes de la naturaleza que el mismo ha creado, aunque lo hace en ocasiones muy muy contadas. Pero si no crees en Dios todopoderoso creador, hecho hombre para nuestra salvación, todo lo que te cuenten de Él serán simples pamplinas.

Y de paso recuerdo a los chicos que milagro en latín se dice signum porque no son nada más y nada menos que eso, signos del amor y la presencia de Dios entre los hombres.

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