“Grandes signos en el cielo”
- 25 Noviembre 2014
- 25 Noviembre 2014
- 25 Noviembre 2014
El abrazo del Papa a las víctimas
El abogado de "Daniel" escribe a la opinión pública a través de Religión Digital
"Quiero agradecer públicamente al Santo Padre Francisco su apoyo y afecto"
"Los hechos denunciados están siendo investigados tanto por la Autoridad Judicial como por la Santa Sede Apostólica"
El denunciante pide respeto a su derecho a la intimidad, especialmente en lo tocante al texto remitido al Papa, cuyo empleo no ha autorizado
Jorge Aguilera González, abogado de "Daniel", ha remitido el siguiente escrito a Religión Digital para que nuestro medio pueda servir de altavoz a la víctima de presuntos abusos sexuales por parte de tres sacerdotes y un seglar, desde este mediodía detenidos y que están siendo trasladados a algunas residencias donde pudieron producirse dichos abusos. Por su interés, reproducimos su contenido íntegro a continuación: Ante las noticias aparecidas en diversos medios de comunicación social sobre el caso de los abusos sexuales a menores, presuntamente cometidos por varios sacerdotes de la archidiócesis de Granada y un seglar, siguiendo instrucciones expresas de la persona denunciante, como su abogado, tengo que hacer las siguientes manifestaciones públicas:
1ª.- El denunciante, libre y voluntariamente, siguiendo los dictados de su propia conciencia, como bautizado y miembro de la Iglesia Católica, decidió, por propia y exclusiva voluntad, informar por escrito al Santo Padre Francisco sobre los abusos sexuales reiterados de los que había sido víctima, siendo menor de edad, por un grupo de sacerdotes y por un seglar, todos ellos de la archidiócesis de Granada, hechos conocidos por otros sacerdotes y algún integrante más del mismo grupo.
La intención del denunciante cuando se dirigió por escrito al Santo Padre Francisco fue la de seguir su propia conciencia y libertad responsable, sin ánimo de causar daño alguno a la Iglesia, a la que quiere profundamente, pues su única motivación fue y es la de expresarle, tras un difícil proceso interior, los hechos delictivos de los que, según él, había sido víctima siendo menor de edad por parte de esas personas y encubiertos por otros conocedores de los mismos y también con el ánimo de evitar que se pudieran estar cometiendo con otras personas.
2ª.- Los hechos denunciados están siendo investigados tanto por la Autoridad Judicial como por la Santa Sede Apostólica, cada cual en su esfera de competencias, reservadamente, y con respeto tanto a los derechos del denunciante como a los de los denunciados o imputados. En dichas Autoridades y en el Ministerio Fiscal, que ha sido el eficaz impulsor de la denuncia ante los Tribunales, tiene puesta toda su confianza el denunciante a fin de que resplandezca la verdad y se depuren las responsabilidades correspondientes, de forma también que se eviten a otras personas sufrimientos, como los padecidos por el denunciante, y para que se repare el daño causado y en bien de la Iglesia y de toda la sociedad, pues esa es su obligación también como ciudadano.
3ª.- Pide el denunciante a los medios de comunicación que, aun apreciando mucho su tarea, respeten su derecho a la intimidad, en particular en cuanto a la difusión de sus datos de carácter personal, que están especialmente protegidos, y que cese también la difusión de otros datos que le atañen personalmente, en concreto el texto remitido al Santo Padre Francisco, cuyo empleo y divulgación no ha autorizado. Tales documentos están especialmente protegidos tanto por el Juzgado que instruye las diligencias como por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede.-
4ª.- Por último, quiere agradecer públicamente al Santo Padre Francisco su apoyo y afecto, ofrecerle su oración diaria por él; a la Iglesia española, su voluntad decidida de atajar de plano hechos como los que por desgracia a él le ha tocado vivir así como su colaboración con la Justicia ordinaria; y a la Policía, Fiscalía y al Juzgado su trabajo, dedicación, independencia y profesionalidad, que ha tenido ocasión de constatar con motivo de la denuncia de estos muy dolorosos hechos, pidiendo, además, que se respete el secreto de las actuaciones decretado judicialmente, que no se puede vulnerar, como es públicamente conocido. Granada, 24 de Noviembre de 2014. Jorge Aguilera González. Colg. 1.855 Ilustre Colegio de Abogados de Granada
Evangelio según San Lucas 21,5-11.
Como algunos, hablando del Templo, decían que estaba adornado con hermosas piedras y ofrendas votivas, Jesús dijo: "De todo lo que ustedes contemplan, un día no quedará piedra sobre piedra: todo será destruido". Ellos le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo tendrá lugar esto, y cuál será la señal de que va a suceder?". Jesús respondió: "Tengan cuidado, no se dejen engañar, porque muchos se presentarán en mi Nombre, diciendo: 'Soy yo', y también: 'El tiempo está cerca'. No los sigan. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones no se alarmen; es necesario que esto ocurra antes, pero no llegará tan pronto el fin".
Después les dijo: "Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos; peste y hambre en muchas partes; se verán también fenómenos aterradores y grandes señales en el cielo."
San Cirilo de Jerusalén (313-350), obispo de Jerusalén, doctor de la Iglesia
Catequesis bautismal 15
“Grandes signos en el cielo”
El Señor vendrá de los cielos sobre las nubes, tal como él mismo subió sobre las nubes (Hch 1,9). Es, en efecto lo que él ha dicho: “Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con gran poder y gloria” (Mt 24,30). Pero ¿cuál será el verdadero signo de su venida, pues existe el temor de que los poderes enemigos, queriéndole parecérsele, se atrevan a extraviarnos? “Entonces, dice, aparecerá en el cielo el signo del Hijo del hombre” (Mt 24,30). Ahora bien, el signo verdadero y propio de Cristo es la cruz. El signo de una cruz luminosa precede al rey, designando a aquel que primero ha sido crucificado, para que, a la vista de ella los que lo clavaron en ella y rodearon de obstáculos se golpeen el pecho (Za 12,10) diciendo: “Mirad al que fue abofeteado, aquel cuyo rostro recibió salivazos, aquel que fue envuelto en cadenas, aquel que antaño había sido humillado sobre la cruz.” “¿Adónde huir de la cólera de tu rostro?” dirán (Ap 6,16). Y rodeados de los ejércitos de los ángeles, no encontrarán refugio en ninguna parte.
Para los enemigos de la cruz, el signo será el temor; pero será gozo para los amigos que habrán creído en ella, o la habrán predicado, o habrán sufrido por ella. No desdeñará a sus servidores este rey glorioso rodeado de la guardia de los ángeles y que se sienta en el mismo trono que el Padre. Porque para que los elegidos no sean confundidos con los enemigos: “Enviará a sus ángeles con la gran trompeta, y de los cuatro vientos reunirá a sus elegidos” (Mt 24,31) Si no olvidó a Lot en su aislamiento (Gn 19,15; Lc 17,28), ¿cómo podrá olvidar a la gran multitud de justos? “Venid, benditos de mi Padre” (Mt 25,34) dirá a los que serán transportados sobre los carros de las nubes y que los ángeles habrán reunido.
Santa Catalina de Alejandría
Saber más cosas a propósito de los Santos del día
Santa Catalina de Alejandría, virgen y mártir
Santa Catalina, mártir, que, según la tradición, fue una virgen de Alejandría dotada tanto de agudo ingenio y sabiduría como de fortaleza de ánimo. Su cuerpo se venera piadosamente en el célebre monasterio del monte Sinaí.
Desde el siglo X o aun antes, se venera mucho en el Oriente a santa Catalina de Alejandría. Sin embargo, desde la época de las Cruzadas hasta el siglo XVIII, la santa fue todavía más popular en Occidente. En efecto, se le dedicaron numerosas iglesias y se celebraba su fiesta con gran solemnidad; se la incluyó en el número de los Catorce Santos Auxiliadores y se la veneró como patrona de las estudiantes, de los filósofos, de los predicadores, de los apologistas, de los molineros, etc. Adán de San Víctor escribió un poema en su honor. Su voz fue una de las que oyó santa Juana de Arco. Bossuet le dedicó uno de sus más célebres panegíricos. A pesar de todo, no sabemos con certeza absolutamente nada sobre la vida de la santa. Según sus «actas», santa Catalina nació en Alejandría en la segunda mitad del tercer siglo. Descendía de una familia de abolengo y se distinguía por su inteligencia, erudición y belleza. Muchos ricos y nobles pretendientes pedían su mano. La madre y los parientes trataban de convencerla para que se casara, pero Catalina no se decidía y decía a sus allegados: «Si quieren que me case entonces encuéntrenme alguien que me iguale en hermosura y erudición.»
Dios hizo que Catalina conociera a un anacoreta, hombre inteligente y de vida ejemplar. Examinando con Catalina los méritos de sus pretendientes el anacoreta dijo:
-Yo conozco al Novio que es superior en todo a ti. No hay nadie igual.
Después le dio el icono de la Santísima Virgen, prometiendo que Ella ayudaría a Catalina a ver al Singular Novio. Durante la próxima noche, adormecida Catalina vio a la Reina Celestial rodeada de ángeles parada delante de ella con el Niño que resplandecía como el sol. Fueron vanos los esfuerzos de Catalina para ver Su rostro. El se daba vuelta.
-No desprecies a Tu creación -pedía la Madre de Dios a Su Hijo- dile lo que tiene que hacer para ver Tu imagen brillante, Tu Rostro.
-Que regrese y pregunte al anacoreta -contestó el Niño.
Este singular sueño asombró a la joven. Ni bien amaneció, fue a ver al anacoreta y se arrodillo a sus pies pidiendo consejo. El anacoreta le explico detalladamente sobre la verdadera fe, sobre el paraíso y la vida en el paraíso de los justos y sobre la perdición de los pecadores. La sabia joven comprendió la superioridad de la fe cristiana sobre la pagana. Creyó en Jesúcristo como el Hijo de Dios y se bautizó. Y entonces la luz divina entró en ella y la llenó con una gran alegría. Cuando Catalina regreso a su casa con su alma renovada, rezó durante mucho tiempo agradeciendo a Dios por la gracia otorgada. Durante la oración se quedó dormida y vio nuevamente a la Madre de Dios. Ahora el Niño Divino la miraba con benevolencia. La Santísima Virgen tomó la mano derecha de la joven y el Niño le puso un maravilloso anillo, diciendo:
-No tengas otro novio terrenal.
Catalina comprendió que a partir de este momento ella estaba comprometida con Cristo y se despertó con mayor alegría en su corazón. A partir de este sueño ella cambió completamente. Se hizo humilde, benévola y amable. Empezó a rezar a Dios frecuentemente pidiendo Su guía y ayuda. Única meta que la entusiasmaba: vivir para Cristo. Poco tiempo después vino a Alejandría Maximiano (años 286-305) codirigente del emperador Diocleciano. Envió mensajeros a las ciudades de Egipto para invitar al pueblo a la fiesta en honor a los dioses paganos. Catalina estaba muy triste porque el emperador, en vez de ayudar a instruir al pueblo, extendía la superstición pagana. Cuando llegó el día de la fiesta ella fue al templo pagano, donde estaban reunidos los sacerdotes paganos, la nobleza y el pueblo y dijo sin miedo al emperador:
-¡Emperador, no te da vergüenza orar a los repugnantes ídolos? Conoce al verdadero Dios eterno e infinito. Por Él apareció el universo y los reyes reinan. Él bajó a la tierra y se hizo hombre para nuestra salvación.
Maximiano se enojo con Catalina por la falta de respeto hacia la dignidad imperial y ordenó encarcelarla. Después, ordenó a la gente erudita convencer a Catalina de la autenticidad de la religión pagana. Durante varios días ellos exponían diferentes argumentos en pro de la religión pagana, pero Catalina los vencía con su lógica, y con sus razonamientos les demostraba que no tenían razón. Demostraba que solamente puede existir un Sabio, Creador de todo, quien con sus perfecciones se eleva infinitamente sobre los dioses paganos. Finalmente, los sabios paganos tuvieron que admitir que perdieron con los argumentos imbatibles de Catalina. Sin embargo, al sufrir la derrota sobre el campo intelectual, Maximiano no dejó su intención de convencer a Catalina. La llamó y trato de seducirla con regalos, promesas de favores y gloria. Pero Catalina no se dejó seducir.
Maximiano tuvo que ausentarse de la ciudad por un corto período. Su esposa, emperatriz Augusta, quien escuchó mucho sobre la sabiduría de Catalina, quiso verla. Se encontró con ella y, habiéndola escuchado, se hizo cristiana. Cuando Maximiano regresó a Alejandría llamó nuevamente a Catalina. Esta vez se quitó su mascara de benevolencia y empezó a amenazarla con torturas y muerte. Después mandó traer unas ruedas con sierras y ordenó matarla de esta horrible manera. Pero, ni bien empezaron las torturas, una fuerza invisible rompió el instrumento de tortura y santa Catalina salió ilesa. Cuando la emperatriz Augusta supo lo que pasó, vino a ver a su esposo y le reprochó que pretendiera él desafiar al mismo Dios. El emperador se enfureció por la intervención de su esposa y ordenó matarla ahí mismo. Al otro día Maximiano llamó a Catalina por última vez y le ofreció ser su esposa, prometiendo todos los bienes materiales. Pero Santa Catalina no quiso saber nada. Viendo la inutilidad de todos sus esfuerzos el emperador ordenó matarla y un guerrero la decapitó.
Existen ciertas variantes de la leyenda, tales como la conversión de Catalina en Armenia y los detalles que inventaron los chipriotas en la Edad Media para probar que la santa había vivido en Chipre. Todos los textos de las «actas» afirman que los ángeles trasladaron su cuerpo al Sinaí, donde más tarde se construyó una iglesia y un monasterio; pero el caso es que los primeros peregrinos que fueron al Sinaí no sabían nada sobre esa leyenda. El año 527, el emperador Justiniano construyó un monasterio fortificado para los ermitaños del Sinaí. Según se dice, allá fueron trasladadas las presuntas reliquias de santa Catalina en el siglo VIII o en el IX. Actualmente, el gran monasterio del Sinaí, tan famoso en una época, no es más que una sombra de lo que fue, pero todavía conserva las supuestas reliquias de santa Catalina, bajo el cuidado de los monjes de la Iglesia ortodoxa de Oriente.
Alban Butler cita las siguientes palabras del arzobispo Falconio de Santa Severina: «El significado de la expresión de que 'los ángeles trasladaron el cuerpo de la santa al Sinaí', es que los monjes lo llevaron a su monasterio para enriquecerlo devotamente con tan preciosa reliquia. Como es bien sabido, en cierta época, el hábito religioso se designaba con el nombre de `hábito angélico' y se llamaba a los monjes 'ángeles' por su pureza celestial y sus funciones». Efectivamente las expresiones «vida angelical» y «hábito angélico» se usan todavía con frecuencia en la vida religiosa del Oriente. Migne, PG., vol. CXVI, pp. 276- 301. Hay otro texto ligeramente anterior; véase Biblioteca Hagiográfica Griega, n 31. Cf. Delehaye, Les martyrs d'Egypte (1923), pp. 35-36, 123-124; y Legends of the Saints, p. 57. Acerca de santa Catalina en el arte, cf. Künstle, lkonographie, vol. II, pp. 369-374. Alejandro Mileant, en sus «Selectas vidas de santos», que representa una versión sobria del relato tradicional; el artículo original del Butler-Guinea contenía en su lugar una breve síntesis de las líneas fundamentales de la leyenda.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
En el Sinaí el recuerdo de santa Catalina casi ha eclipsado el de Moisés, y el antiquísimo monasterio ortodoxo de esta región que lleva el nombre de la santa, cuyas reliquias se veneran allí. Nada de ello es obstáculo para que Catalina no haya existido jamás, o al menos eso dicen los sabios hagiógrafos, que atribuyen su historia a un tardío relato de fines edificantes. Es posible, no hay pruebas históricas de que existiera nuestra Catalina, pero es una de las santas que más hondo ha calado en la sensibilidad religiosa de Oriente y de Occidente. En su vida, popularizada por ingenuos pormenores como el de la rueda en que sufrió tormento, y cuyas cuchillas acabaron hiriendo a los verdugos - la rueda Catalina que ha pasado al lenguaje moderno - hay el testimonio valiente de la verdad que culmina en el martirio, cuando el mártir se hace etimológicamente testigo. Pero tal vez lo más atrayente del personaje, según lo describe su pasión, no es tanto la muerte a manos de infames sicarios, sino su ansiosa búsqueda de la verdad en el ambiente blando y cosmopolita, corrompido y ecléctico de la Alejandría de su época. Catalina, cuya verdad histórica se pone en duda, fue en su leyenda una apasionada e incansable buscadora de verdades. Insatisfecha con las ideas comúnmente admitidas, fluctuantes, acomodaticias, un poco de Platón, unas gotas de panteísmo, algo de misticismo barato, los Evangelios adaptados, residuos de la enseñanza pagana, todo bien aderezado, estudia, investiga, y una vez bautizada confunde en un debate público a los teólogos a la moda y muere por lo que cree. Si Catalina no existió, hubiera debido existir entonces y ahora, sin conformarse con la mezcla impura que casi todos dan por buena, y pagar con su vida la proclamada Verdad.
Oremos
Tú, Señor, que nos alegras hoy con la fiesta anual de Santa Catalina de Alejandría, concédenos la ayuda de sus méritos, ya que has querido iluminarnos con el ejemplo de su virginidad y de su fortaleza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Dios eterno y omnipotente, que conservaste invencible a Santa Catalina en la virginidad y en el martirio por tu pueblo, concédenos que, por su intercesión, fortalezcamos nuestra fe y constancia y hay que podamos trabajar incesantemente por la unidad de tu Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
25 de noviembre 2014 Martes XXXIV Ap 14, 14-19
Con las expresiones como: «Haz correr la hoz, que ha llegado el tiempo de la siega. El sembrado de la tierra ya es maduro ", o" Haz correr tu hoz afilada y vendimia los racimos de la vid de la tierra que ya son maduros ", nos anuncia que habrá el juicio final. ¿Te da miedo? Señor, yo confío en que nos juzgarás según tu justicia y con tu verdad, que sea encontrado justo y verdadero.
Cómo saber el nivel de autoridad de una enseñanza de la Iglesia
Hay que distinguir entre las enseñanzas del magisterio y la autoridad temporal de la Iglesia en cuestiones de gobierno o de juicios sobre personas ejercida en el pasado, que no es el ámbito del magisterio
No hay visitas concertadas con Dios
Frederic hace dos horas que espera el turno de la visita. Desde los recortes sanitarios la sala de espera siempre está llena. Ahora bien, cuando entras la doctora no tiene ninguna prisa. Te dedica todo el tiempo que haga falta. Cuida todos los detalles, hasta el estado de ánimo del paciente.
Es una excelencia • lento profesional y muy buena persona. Todo el mundo sale contento ...
Frederic ya ha visto las imágenes de todas las revistas, ha contado las baldosas y ha mirado el reloj tantas veces que al final se lo ha quitado y se le ha metido en el bolsillo. Y ahora piensa "Ni el Papa, ni Dios nos harían esperar tanto tiempo".
Hombre! ... Federico, el Papa quizás sí que te puede hacer esperar, porque lleva en sus manos tantas cosas, que sería normal que tardara un rato, ¿no crees? Pero Dios no tiene ninguna lista de espera ni visitas concertadas.
Sabemos por nuestra fe recibida que Dios nos habita, y quizá algunas veces lo sabemos también porque tenemos experiencia. Él es todo. De forma especial en las personas, hechas a su imagen y semejanza. No es ni ausente ni dormido. Él ama todo lo que ha creado, es el Abba Padre, universal, y Él mismo ha inspirado una cierta definición: Él es AMOR.
Está claro que esta realidad te provoca muchos problemas, especialmente mentales, si reflexionas sobre lo que ocurre en el mundo.
Él no es en ti para aclararte las preguntas de la filosofía y las dudas de la teología. Él te ama y confía en que en diálogo con otras te puedas ir aclarando a nivel mental. Te quiere. No sólo te ama a las horas y en los tiempos que tú le das de visita, porque ya sabe que especialmente en los días laborables tú de cabeza. Por muy tenso y angustiado que vayas, por muy vacío y abandonado que te sientas, por muchos interrogantes y preocupaciones que vivas ... Él está y te ama. No quiere ser un sucedáneo de las pastillas tranquilo • tes. ¿Verdad que lo entiendes? Las pastillas son eso: pastillas ... y Dios no es ninguna pastilla. Siempre te acompaña. Sólo necesitas una mirada interior, más allá de las palabras, y un sencillo acto de fe. La mayoría de veces no pasa nada. Algunas veces sucede algo. Pocas veces lo que pasa resuena en tu estructura sensible.
Ahora han abierto la puerta y sale la doctora: Federico Martínez, por favor. Que bien !! Ya era hora. En ella también es Dios. Y en ti. Es que Dios es muy especial, es único, y ama muy especialmente las personas.
Francisco, con los pobres en Río
Agencias
"Cuando la Iglesia ha querido tener luz propia, se equivocó"
Francisco: "La Iglesia debe ser pobre y humilde, como la viuda del Evangelio"
"Sin vanagloriarnos de tener luz propia, buscando siempre la luz que viene del Señor"
La gran virtud de la Iglesia debe ser la de no brillar con luz propia, sino la de brillar con la luz que viene de su Esposo. Que viene precisamente de su Esposo. Durante los siglos, cuando la Iglesia ha querido tener luz propia, se equivocó
Cuando la Iglesia es humilde y pobre, entonces "es fiel" a Cristo, de lo contrario está tentada de brillar con "luz propia" en lugar de dar al mundo la de Dios. Lo afirmó el Papa Francisco durante la homilía de la Misa de la mañana, celebrada en la capilla de Casa Santa Marta.
Dar mucho y públicamente, porque hay una riqueza que se nutre de ostentación y goza de la vanidad. Y dar lo poco que se tiene, sin atraer más atención que la de Dios, porque Él es el todo en el que se confía. En el episodio evangélico de la viuda que a la vista de Jesús pone sus dos únicas monedas en el tesoro del templo - mientras que los ricos echaban alardeando gruesas sumas para ellos superfluas - el Papa Francisco muestra dos tendencias siempre presentes en la historia de la Iglesia. La Iglesia tentada por la vanidad y la "Iglesia pobre", que - afirma - "no debe tener otras riquezas que su Esposo", como la mujer humilde del templo.
"A mi me gusta ver en esta figura la Iglesia, que es en cierto sentido un poco viuda, porque espera a su Esposo, que volverá ... Pero tiene a su Esposo en la Eucaristía, en la Palabra de Dios, en los pobres, sí: pero espera que vuelva, ¿no? Esta actitud de la Iglesia ... Esta viuda no era importante, el nombre de esta viuda no salía en los periódicos. Nadie la conocía. No tenía licenciaturas, ... nada. Nada. No brillaba con luz propia. Esto es lo que me dice que vea en esta mujer la figura de la Iglesia. La gran virtud de la Iglesia debe ser la de no brillar con luz propia, sino la de brillar con la luz que viene de su Esposo. Que viene precisamente de su Esposo. Durante los siglos, cuando la Iglesia ha querido tener luz propia, se equivocó".
"Es verdad - reconoce el Papa Francisco - que algunas veces el Señor puede pedir a su Iglesia que tenga, que tome un poco de luz propia", pero esto se entiende, explicó, que si la misión de la Iglesia es la de iluminar a la humanidad, la luz que viene dada debe ser únicamente la recibida de Cristo en actitud de humildad.
"Todos los servicios que hacemos en la Iglesia son para ayudarnos en esto, a recibir esa luz. Y un servicio sin esta luz no va bien: hace que la Iglesia se vuelva o rica o poderosa, o que busque el poder, o que se equivoque de camino, como ha sucedido tantas veces en la historia y como sucede en nuestras vidas, cuando queremos tener otra luz, que no es precisamente la del Señor, una luz propia".
Cuando la Iglesia "es fiel a la esperanza y a su Esposo - repite de nuevo el Papa Francisco - está alegre de recibir la luz de Él, de ser en este sentido ‘viuda'", a la espera, como la luna, del "sol que vendrá".
"Cuando la Iglesia es humilde, cuando la Iglesia es pobre, también cuando la Iglesia confiesa sus miserias - pues todos las tenemos - la Iglesia es fiel. La Iglesia dice: ‘Pero, yo soy oscura, pero la luz me viene de allí' y esto nos hace mucho bien. Recemos a esta viuda que está en el cielo seguro, recemos a esta viuda que nos enseñe a ser Iglesia así, echando de la vida todo lo que tenemos: nada para nosotros. Todo para el Señor y para el prójimo. Humildes. Sin vanagloriarnos de tener luz propia, buscando siempre la luz que viene del Señor". (RD/Agencias)