Un hombre previsor construye su casa sobre roca

Cirilo de Alejandría, Santo

Memoria Litúrgica, 27 de junio 

Obispo y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: San Cirilo, obispo y doctor de la Iglesia, que elegido para ocupar la sede de Alejandría, en Egipto, trabajó con empeño para mantener íntegra la fe católica, y en el Concilio de Éfeso defendió los dogmas de la unidad de persona en Cristo y la divina maternidad de la Virgen María ( 444).

Etimológicamente: Cirilo = Aquel que es un gran Rey, es de origen griego.

Breve Biografía

San Cirilo nació en el año 370, y desde el 412 al 444, año de su muerte, tuvo firmemente en mano las riendas de la Iglesia de Egipto, dedicándose al mismo tiempo en una de las épocas más difíciles en la historia de la Iglesia de Oriente a la lucha por la ortodoxia, en nombre del Papa san Celestino. En esta firmeza al servicio de la doctrina y en la valentía demostrada en defensa de la verdad católica está la santidad del luchador obispo de Alejandría, aunque reconocida tardíamente, por lo menos en Occidente.

En efecto, solamente bajo el pontificado de León XIII su culto se extendió a toda la Iglesia latina, y tuvo el título de “doctor”.

Por la defensa de la ortodoxia, contra el error de Nestorio, obispo de Constantinopla, corrió el riesgo de ser desterrado y durante algunos meses vivió la humillación de la cárcel: “Nosotros—escribió—por la fe de Cristo estamos listos a padecerlo todo: Las cadenas, la cárcel, todas las incomodidades de la vida y la misma muerte”.

En el concilio de Éfeso, del que Cirilo fue protagonista, quedó derrotado su adversario Nestorio, que había suscitado una verdadera tempestad en el seno de la Iglesia, pues negaba la maternidad divina de María.

Título de gloria para el obispo de Alejandría fue el haber elaborado en esta ocasión una auténtica y límpida teología de la Encarnación. “El Emanuel tiene con seguridad dos naturalezas: la divina y la humana. Pero el Señor Jesús es uno, único verdadero hijo natural de Dios, al mismo tiempo Dios y hombre; no un hombre deificado, semejante a los que por gracia se hacen partícipes de la divina naturaleza, sino Dios verdadero que por nuestra salvación apareció en la forma humana”. De particular interés es la cuarta de las siete homilías que pronunció durante el concilio de Efeso, el célebre Sermo in laudem Deiparæ. En este importante ejemplo de predicación mariana, que da comienzo a un rico florecimiento de literatura en honor de la Virgen, Cirilo celebra las grandezas divinas de la misión de María, que es verdaderamente Madre de Dios, por la parte que tuvo en la concepción y en el parto de la humanidad del Verbo hecho carne.

Controversista maravilloso, Cirilo volcaba los ríos de su fecunda oratoria. Teólogo de mirada aguda, fue al mismo tiempo celoso pastor de almas. En efecto, además de sus tratados exclusivamente doctrinales, tenemos de él 156 Homilías sobre san Lucas de carácter pastoral y práctico, y las más conocidas Cartas pastorales, que se encuentran en 29 homilías pascuales.

Hipatia y Cirilo de Alejandría, errores en una leyenda negra

El uso, y abuso, de leyendas negras con el único fin de querer desprestigiar a la Iglesia. no es una novedad, es algo que históricamente se repite cíclicamente pese a que ya una y otra vez la verdad siempre brilla.

La relación entre Hipatia y San Cirilo, actualizada en nuestros días por una película que no vamos a nombrar, no fue tan truculenta como nos quieren hacer creer. Veamos algunos de los tantos errores históricos en que caen los enemigos de la Iglesia, ahora disfrazados de productores cinematográficos:

1) Hipatia, protagonista de la misma, no fue asesinada siendo joven y hermosa, sino que murió en el año 415, a los 61 años de edad (una anciana en aquella época) Claro, que sabiendo que el espectador se suele identificar con el protagonista -y por tanto también con la ideología que pretende transmitir-, no se ha dudado en recurrir a la guapa actriz Rachel Weisz, de 38 años. Es más fácil que el espectador se identifique con alguien atractivo, joven y bello (el caso de esta actriz), que con un personaje histórico feo o viejo (la verdadera Hipatia a la edad en que murió)

2) Hipatia no destacó por ser astrónoma, ni se adelantó a Kepler en más de mil años, sino que simplemente fue una filósofa de la escuela platónica. Esta es la única referencia histórica que existe sobre ella, y se debe al obispo cristiano Sinesio de Cirene, quien, al contrario de como le pinta la película, hablaba bien de ella.

3) Dicho obispo, a quien la película muestra como traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, por lo que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte.

4) Hipatia también tenía buenas relaciones con otros cristianos, como es el caso del curial Amonio o del Patriarca Teófilo, así como de muchos cristianos fervientes que, contemporáneos con los sucesos, no dudaron en defender su personalidad. Como por ejemplo, Timoteo, en su Historia Eclesiástica. También fue un cristiano, Sócrates Escolástico, quien en su Historia Eclesiástica (VII,15), escrita con posterioridad a la muerte de la alejandrina, la encomió como "modelo de virtud".

5) Hipatia no fue virgen "para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación", como ha declarado la protagonista de la película, quien se considera "feminista radical", sino porque, coherente con su filosofía platónica, ejercía la "Sofrosine" (el dominio de uno mismo a través de las virtudes, entendidas como el control de los instintos y las pasiones).

6) La mujer no fue libre en Grecia y Roma hasta que llegó el cristianismo y la sometió la sujeción del hombre, como quiere transmitir la película, sino que en Grecia la mujer era considerada como un objeto más de la casa, y en Roma no era una «sui iuris», es decir, titular de derechos, sino que era considerada "capiti diminutio", como un niño o un incapacitado y, por tanto, estaba sometida a la tutela o la "manus" del padre o del marido. Por el contrario, fue el cristianismo el que consideró al hombre y a la mujer iguales en naturaleza, pues ambos son hijos de Dios y hermanos en Cristo; y prueba de ello es que las primeras manifestaciones de mujeres libres autodeterminándose, pese a la voluntad de sus padres o del estado, fueron las primeras mártires cristianas víctimas de las persecuciones romanas, tales como Santa Inés, Santa Ágata o Santa Cecilia.

Presentar a la mujer en el ámbito de lo que fue la sociedad pagana, en unas condiciones de emancipación como las que caracterizan a Hipatia, resultaría absolutamente incomprensible si no se advierte al mismo tiempo que es el creciente desarrollo del cristianismo y su concepción de igual dignidad de hombre y mujer que lo hacen posible. El paganismo, los clásicos griegos y romanos, confieren a la mujer un papel subalterno y esencialmente doméstico y para nada vinculado a las instituciones públicas, excepto en determinados y específicos cultos religiosos. Es decir, Hipatia es el resultado de la evolución de una sociedad influenciada de manera creciente por el cristianismo. Esto Amenábar lo oculta.

De la misma manera que Amenábar presenta a Hipatia, es necesario recordar otras figuras de mujeres filósofas o escritoras, como Eudocia, nacida en una familia pagana como Atenais y convertida luego al cristianismo. La presencia pública de mujeres en una sociedad que se estaba cristianizando sólo se explica por este último hecho, lo cual contradice frontalmente lo que Amenábar nos relata.

7) Fue precisamente San Cirilo de Alejandría -personaje que en el fondo persigue la leyenda de Hipatia- el que más ha exaltado en la historia de la humanidad la condición femenina, pues a él se debe la expresión "Theotokos", palabra griega que significa "Madre de Dios". Él fue quien derrotó a la herejía nestoriana en el Concilio de Éfeso del año 431. En esencia, la disputa consistía en si María era madre de Cristo o madre de Dios. San Cirilo consiguió que se convocase un concilio en Éfeso, lugar donde vivió sus últimos años la Virgen María, y logró que la Iglesia declarase el primer dogma mariano de la historia: María, Madre de Dios. Hasta aquel momento nadie en la historia había conseguido colocar a un ser humano mujer por encima de cualquier hombre.

8) Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los cristianos, sino que fue incendiada por Julio César, saqueada como el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. En el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios.

9) El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Concretamente, el neoplatonismo siguió floreciendo allí hasta varios siglos después de la muerte de Hipatia: la escuela platónica de Alejandría continuó funcionando con normalidad durante más de 200 años, hasta que lo recuperó el Renacimiento cristiano. Además, su más brillante exponente fue San Agustín, coetáneo de Hipatia.

La historia de Hipatia ha sido objeto de una recurrente manipulación, fundamentalmente con el fin de atacar a la Iglesia: desde la Ilustración hasta el feminismo radical actual. Amenábar, pues, no es original ni siquiera en eso. Según el "iluminado" Voltaire, "desde la muerte de Hipatia hasta la Ilustración, Europa está sumida en la oscuridad; la Ilustración, al rebelarse contra la autoridad de la Iglesia, la revelación y los dogmas, vuelve a abrir la iluminación de la razón". En cuanto al segundo ejemplo de manipulación -el del feminismo radical-, podemos observar el que hace Úrsula Molinaro, según el cual Hipatia fue la campeona del amor libre, pese a que en realidad era virgen.

La verdadera historia de Hipatia se ha transformado artificialmente en la leyenda del "Crimen de Alejandría", cuyo protagonista principal es el obispo San Cirilo. La atribución directa a este último del asesinato de Hipatia se debe al escritor pagano Damascio, último escolarca de la Academia de Atenas y autor de la "Vida de Isidoro" (una apología del paganismo de finales del s.V y principios del s.VI), quien exiliado en Persia tras su cierre por orden de Justiniano, y dispuesto a azuzar las maledicencias contra San Cirilo, a quien tuvo por rival -en un tiempo de rivalidades religiosas fortísimas y extremas-, le atribuyó el homicidio sin más fundamento que sus propias conjeturas. Porque esto y no otra cosa es lo que, desde entonces y hasta hoy, siguen haciendo cuantos rivalizan endemoniadamente contra la Fe católica. Han pasado siglos desde el lamentable episodio y nadie ha podido aportar otro cargo contra el gran santo de Alejandría que no fuera la sospecha, el rumor, la hipótesis trasnochada o la presunción prejuiciosa.

Pero la leyenda en sí misma surge en 1720, con la obra de John Toland (irlandés, hijo ilegítimo de un sacerdote católico, que se hizo protestante y posteriormente activo militante del ateísmo en la Gran Logia de Londres) Después vino Voltaire; después, el historiador Edward Gibbon, quien, para argumentar su tesis acerca de que el cristianismo es la causa interna de la decadencia del Imperio Romano, utiliza la leyenda de Hipatia y declara a Cirilo responsable de todos los conflictos que estallaron en Alejandría en el siglo V.

Más tarde llegarán las versiones románticas de Leconte de Lisle y otros, y finalmente el feminismo radical, para el que Hipatia fue la primera mártir de la misoginia propia del cristianismo. Todos los autores citados, y alguno más, tienen una cosa en común: son masones reconocidos. De nuevo, la Masonería aparece de fondo, entre bambalinas, cada vez que surgen ataques mediáticos contra la religión, y concretamente contra el cristianismo (enemigo secular de su ideología y por tanto de su imposición a todo el mundo) como ha hecho siempre, empleando para ello diferentes medios adaptados a cada momento histórico)

El maltrato y la muerte de Hipatia no es imputable a los cristianos, como tampoco lo es a San Cirilo de Alejandría. El origen de tal acusación se debe, como se ha señalado antes, al pagano Damascio, enemigo acérrimo de San Cirilo, y simplemente ha sido repetida desde entonces por todos los enemigos de la Iglesia para atacarla. No hay mentira mayor que la que sostiene que "los historiadores coinciden en responsabilizar a Cirilo de Alejandría por el asesinato de Hipatia". Coinciden los enemigos frenéticos de la Iglesia Católica, no los historiadores o los genuinos estudiosos del caso:

No coinciden (y discrepan con la leyenda negra oficial impuesta finalmente por el Iluminismo) el arriano Filostorgio, el sirio Juan de Éfeso, los jansenistas Le Nain de Tillemont y Claude Pierre Goujet, o el erudito Christopher Haas en su "Alexandria in Late Antiquity: Topography and Social Conflict", publicado en 2006. No coincide tampoco Thomas Lewis, quien redactara ya en 1721 la célebre impugnación de la mentira a la que tituló sugestivamente "La Historia de Hypatia, la imprudentísima maestra de Alejandría: asesinada y despedazada por el populacho, en defensa de San Cirilo y el clero alejandrino. De las calumnias del señor Toland". No coincide Miguel Ángel García Olmo, quien advierte en la maniobra acusadora un "afán de mancillar la ejecutoría de un pastor teólogo de vida esforzada y ejemplar como fue Cirilo de Alejandría, venerado en Oriente y en Occidente"; y ni siquiera se atreve a coincidir Gonzalo Fernández, quien en su obra "La muerte de Hypatia", del año 1985, a pesar de la ninguna simpatía que manifiesta hacia el santo, llamando tiránico a su ministerio, concluye en que "ninguna de las fuentes sobre el linchamiento de Hipatia alude a la presencia de parabolani entre sus asesinos". Los parabolani eran los miembros de una hermandad de monjes alistados voluntariamente para el servicio, principalmente entre los enfermos, y que en su momento respondieron incondicionalmente a San Cirilo, recibiendo la acusación de consumar el linchamiento de Hipatia. Recuérdese que también Aguinis menciona a "un grupo de monjes", como causa instrumental del delito. No coinciden los hechos. Porque el mismo San Cirilo, que lamentó y reprobó el crimen de Hipatia, amonestó enérgicamente en su Homilía Pascual del 419 a la plebe alejandrina, dada a participar en turbamultas feroces y sanguinarias como la que puso desdichado fin a la vida de la filósofa. Si no se le cree al santo, las novelas de Lawrence Durrel -concretamente las de su Cuarteto de Alejandría- resultan una buena fuente para conocer el carácter sangriento y cruel de esas tropelías feroces del populacho alejandrino. Sin olvidarnos de que fueron esas mismas hordas las que dieron muerte a dos obispos cristianos, Jorge y Proterio, en el 361 y 457 respectivamente.

El anticristianismo de la película es, pues, más que obvio, y nada disimulado; el mensaje de fondo se puede resumir en tres puntos:

1) Los cristianos son violentos, machistas y contrarios al progreso, la cultura y la razón.

2) Jesús podría haber sido magnífico, pero no sus seguidores.

3) Según el propio Amenábar, la civilización antigua era un prodigio de ilustración "de no haberse dado ese traspiés que fue la Edad media y la caída del Imperio Romano, y de no haberse paralizado el mundo durante 500 años".

Con estos prejuicios ideológicos, totalmente ajenos a la verdad histórica, es lógico que Amenábar denuncie el inventado fanatismo de la intolerancia religiosa. Lo curioso es que para ello tenga que mirar al pasado, manipulándolo además -¿más desmemoria histórica?- y no refleje uno de los mayores integrismos actuales, que justamente va en la dirección opuesta: la actual intolerancia antirreligiosa, de la que él es, de nuevo hay que decirlo, simple punta de lanza. La H      

Hipatia que retrata el director no es la real, pero a los espectadores no se les va a advertir esa ausencia de base histórica, sino que se les pretende hacer creer justo lo contrario.

Parece que Amenábar ha ´olvidado´ un pequeño detalle en su película: los que persiguieron masivamente, reprimieron, torturaron y mataron fueron los paganos a los cristianos en nombre del paganismo y de razones que hoy nos parecen brutalmente irracionales, como lo constatan las propias actas de los juicios romanos. Amenábar engaña y miente con las imágenes y el argumento, que hace de la película más cara rodada en España un simple panfleto político anticristiano. Al final va a tener razón: la situación de entonces se parece a la actual (los paganos persiguiendo a los cristianos, y no como él nos lo quiere vender).

¿Cómo construyes tu casa?

Santo Evangelio según San Mateo 7, 21-29. Jueves XII del tiempo ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, te entrego este momento de mi vida; revélame, cada vez más, el amor que cada día me entregas.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Lectura del santo Evangelio según san Mateo 7, 21-29

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "No todo el que me diga: `¡Señor, Señor!', entrará en el Reino de los cielos, sino el que cumpla la voluntad de mi Padre, que está en los cielos. Aquel día muchos me dirán: `¡Señor, Señor!', ¿no hemos hablado y arrojado demonios en tu nombre y no hemos hecho, en tu nombre, muchos milagros?. Entonces yo les diré en sus caras: 'Nunca los he conocido. Aléjense de mí, ustedes, los que han hecho el mal'.

El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica, se parece a un hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos y dieron contra aquella casa; pero no se cayó, porque estaba construida sobre la roca.

El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a un hombre imprudente, que edificó su casa sobre arena. Vino la lluvia, bajaron las crecientes, se desataron los vientos, dieron contra aquella casa; y la arrasaron completamente". Cuando Jesús terminó de hablar, la gente quedó asombrada de su doctrina, porque les enseño como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

San Agustín, reflexionando sobre el sentido de la vida, llegaba a una conclusión que cala hasta lo más profundo del alma de aquel que, junto con él, afirma diciendo: «Señor, nos hiciste para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Es evidente que el corazón humano siempre está en busca de algo que lo haga pleno, ese algo es la felicidad. Pues bien, si hemos sido creados para ser felices, la pregunta que nace casi espontáneamente es: ¿ahora que, cuál es el plan que debo seguir para alcanzar esa felicidad?

En el Evangelio, el Señor nos habla de dos tipos de actitudes, dos tipos de hombres. Ambos quieren construir su casa, una casa que los resguarda y les da seguridad, una casa que podemos interpretarla en nuestro caso como la felicidad. Pues bien, al momento de construir nuestro proyecto que nos asegure la felicidad que tanto anhelamos, podemos ser como aquellos que construyen la casa sobre roca, es decir aquellos que ponemos nuestra seguridades en Cristo y en su palabra, aquellos que queremos seguirle y que estamos convencidos que su palabra es de salvación y que en ella encontraremos la verdad que tanto buscamos. Él mismo nos dijo que Él es el camino, la verdad y la vida.

Lastimosamente, muchas veces nos parecemos más al hombre necio que construye su casa sobre arena, es decir, sobre cosas que aparentemente nos otorgan felicidad, con las que a lo mejor en un momento dado incluso nos sentimos felices, pero siendo cosas efímeras y pasajeras, en el momento en que dejamos de tener esas cosas, la felicidad se nos escurre entre los dedos, tal cual arena en el mar.

«Una casa construida sobre la arena de los vínculos frágiles e inconstantes no se mantiene en pie. Se necesita más bien la roca, sobre la que se establecen cimientos sólidos. Y la roca es precisamente esa comunión de amor, fiel e indisoluble, que une al hombre y a la mujer, una comunión que tiene una belleza austera y sencilla, un carácter sagrado e inviolable y una función natural en el orden social. Considero por eso urgente que se lleven a cabo políticas concretas que ayuden a las familias, de las que por otra parte depende el futuro y el desarrollo de los Estados. Sin ellas, de hecho, no se pueden construir sociedades que sean capaces de hacer frente a los desafíos del futuro.»

(Discurso de S.S. Francisco, 8 de enero de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Analizaré de qué manera he seguido a Cristo, ¿he sido radical y le he entregado todo, o todavía hay algo que no quiero soltar?

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La casa sobre roca

Libro del noviazgo, matrimonio y los hijos
En este libro trato del noviazgo, del matrimonio y de la educación de los hijos.

Del noviazgo como escuela de la amistad matrimonial y el cimiento sobre el que hay que construir la casa. Del matrimonio como sacramento de sanación de las heridas del pecado original en el varón y en la mujer; heridas que son diferentes en uno y otra.

Por fin, de la educación de los hijos en vistas a su futura felicidad esponsal.
Hoy vemos tantas y tantas casas que se derrumban, que muchos jóvenes se acercan al matrimonio con temor y otros ni se atreven a acercarse o huyen de él.

Estas páginas ayudan a explicar las razones de esas ruinas. Aportan luces que no se encuentran en el común de la abundante literatura sobre el tema y que muy escasos profesionales de la psicología o la consejería toman en consideración. Hay, incluso, lamentablemente, malos pastores de almas que les dan consejos de muerte en vez de consejos de vida.

El título de este volumen ofrece la clave para explicar por qué hay hoy tantas ruinas, pero también por qué algunas casas resisten tan sólidas en medio de la tormenta: “El que escucha mis palabras y las pone en práctica es como el hombre que construye su casa sobre roca.... el que las escucha pero no las poner por obra, es como el hombre que edifica su casa sobre arena” La explicación de tantos derrumbes está en el pecado original. En la manera diversa cómo el pecado original afectó al varón y a la mujer. Pero sobre todo en que, debido a las consecuencias del pecado original, no se pone en práctica la doctrina de Cristo sobre el matrimonio cristiano, sobre la castidad matrimonial, y no se logra vivir este sacramento como lo que en realidad es: un misterio grande, que figura la unión de Cristo con la Iglesia.

Y a la inversa, el secreto de esos matrimonios que parecen resistir todos los asaltos del mundo está en que ponen en práctica las palabras oídas a Jesús. Nada puede separar a los que Dios ha unido. Y a los que se mantienen unidos a Él, Él los mantiene unidos entre sí.

Este libro trata, pues, en la primera parte, del noviazgo en vistas al matrimonio, como escuela y cimiento de la futura amistad matrimonial. Amistad que, como el vino en las Bodas de Caná, viene al final.

En la segunda parte trata de cómo el pecado original hirió al varón y a la mujer de manera diferente, lo cual trae graves consecuencias para la relación entre ambos, ya desde el noviazgo, pero también durante la vida matrimonial. De la disimetría de la pena del pecado en varón y mujer, nacen fácilmente equívocos y malentendidos que hasta llegan, a menudo, a disolver el vínculo amistoso entre ambos, poniendo brusco fin a comienzos promisorios. Siendo la amistad matrimonial algo que ambos anhelan, sin embargo, de ambos nace lo que la impide y la hace abortar antes de tiempo.
Fue necesario que viniera el Hijo de Dios a derramar sobre varón y mujer una gracia de sanación. Una gracia que se derrama sobre aquellos que viven su vida bautismal en sagrado matrimonio. Antes de recibir ese sacramento, los novios tienen que fortalecerse en la oración y en la esperanza de recibirlo y vivirlo toda la vida. Y la educación para eso debe comenzar desde niños.

Advertencia
Al poner entre tus manos este libro quiero advertirte algunas cosas. Primeramente que puede ser que encuentres en él afirmaciones que no entiendes o con las que no estás de acuerdo. Esto se debe a que lo que digo en él son cosas que van contra la corriente. Contra las convicciones corrientes en la cultura dominante.
Este es un libro contestatario. Si no estás de acuerdo con alguna afirmación que leas en él, te pido que no la rechaces de inmediato. Trata de entenderla y de comprender las razones por las que la afirmo. Todas ellas se basan tanto en la experiencia como en la sabiduría de la fe.

En segundo lugar te advierto que este libro no es un manual.
No trata sistemáticamente los hechos, ni pretende agotar el tema. Yo te diría que es un libro coloquial. Un libro nacido de la conversación y destinado a conversar. Un libro que donde quiera que lo abras te dirá algo provechoso. Es como una conversación abierta en la que puedes terciar cuando quieras.

Cosas que nos dice la sabiduría de la fe y confirma la experiencia
Ese carácter coloquial se debe a que este librito nació de los consejos dados a los novios y a los esposos en el confesionario. Allí nació este puñado de consejos y verdades sencillas pero de inagotables consecuencias. Verdades y consejos repetidos una y otra vez, incansablemente.

De tanto tener que repetirlas uno se convence que son cosas que a pesar de que parecen sencillas son, sin embargo, ignoradas por el común de los fieles. O bien, que son cosas que se saben en teoría, pero de las que no se está convencido en la práctica, pues se obra todo lo contrario.

A los novios y a los esposos les sucede lo mismo en todas partes.
He visto lo mismo en Uruguay, desde Montevideo a Salto o Melo, y en Argentina, desde Posadas a Tucumán, de Salta a Mendoza, de San Luis, Villa Mercedes o Quines hasta Paraná, de Formosa a General Roca y desde Neuquén a Capital Federal.
¿Dónde no me he encontrado con la misma ignorancia o descuido práctico de estas verdades y con los mismos errores vitales? ¿Dónde no he tenido que repetir las afirmaciones más sencillas y sin embargo al parecer menos entendidas y menos creídas y practicadas?

Del confesionario nació por lo tanto una experiencia y un discurso más o menos armado, una instrucción acerca de los errores en el noviazgo y el matrimonio; acerca de la necesidad perenne y no pasada de moda de la virtud de la castidad; acerca de las desastrosas consecuencias de desoír la voz de Dios; acerca de la experiencia que tantas historias deberían dejarnos y no nos dejan. La testarudez y la soberbia humana esconde una y otra vez los pedazos de la vida rota, barriéndolos bajo la alfombra, y, de vez en cuando también, enterrándolos en el cementerio con alguna de sus víctimas. El pecador alardea de su vicio, pero cuando le sobreviene la ruina la esconde.

A todo ese material conversado en el confesionario, predicado desde el púlpito o por radio y fijado en fichas para darlo en retiros, he querido agregarle testimonios o breves historias, que sirvan de ejemplos y de corroboración de mis dichos. Ellos ‘no me dejan mentir’. Son testimonios que han querido dar y me han permitido publicar tantos fieles que se han visto iluminados en su vida por las enseñanzas contenidas en estas páginas. He tomado también de algunos libros algún pasaje que sirve al mismo fin.

Me auguro que estas páginas sean para ti como un baño de luz. Y eso pido al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo: que te bañen y te inunden con esta luz revelada acerca del destino de tu naturaleza creada, de las consecuencias que ha tenido para ti la caída original, de tus primeros padres; de las consecuencias de las conductas torcidas que heredas de tus antepasados, y de la maravillosa obra de sanación que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo quieren obrar en ti, si tú lo quieres y lo pides, si crees, si esperas, si los amas como Ellos a ti. Y si vives cada día tus renuncias bautismales, que son el precio, barato, que hay que dar por una perla de valor inestimable: andar juntos, como amigos y consortes, por el camino de la santidad matrimonial.

Montevideo, 21 de noviembre de 2004
Fiesta de la Presentación
de la Santísima Virgen María en el Templo

CONTENIDO:

- Primera Parte: El noviazgo: cimiento y escuela de la amistad matrimonial

- Segunda Parte: El matrimonio: sacramento de sanación

- Tercera parte: Educación de los hijos

- Exergo

- Texto Contraportada

- Bibliografía Consultada

Ni escéptico, ni crédulo 7 Rasgos de la fe.

Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza: en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios

A todos nos gustan las relaciones: de pareja, de amigos, de familia, etc. En las relaciones humanas damos pasos de fe todo el tiempo: creemos en lo que nos dicen las personas a las que amamos y actuamos con base en eso, por ejemplo, si un amigo muy querido nos dice que visitó una ciudad que no conocemos y nos cuenta con emoción todos los detalles, nuestra primera reacción es creerle sin necesidad de que nos muestre “evidencias”, nos basta el cariño. Por otro lado, cuando una relación es débil o está rota es muy difícil confiar.

Vivimos en una época en la que hay una tremenda crisis de confianza: en medio de un océano de mensajes, que a veces son contradictorios, necesitamos saber en qué o en quién depositar nuestra confianza. Dicen por ahí que los extremos son viciosos, y en este sentido valdría la pena huir de dos caminos extremos frecuentes: Aceptar solo lo que podemos verificar empírica y racionalmente (escepticismo) porque entonces dejaríamos de tener una vida humana; y el otro extremo es creer todo (credulidad), porque podíamos vivir siempre en la ilusión y la mentira.

En el caso de la fe en Dios pasa lo mismo: nadie nos puede obligar a creer en un Dios con quien no hemos establecido primero una relación. El camino de la fe se diferencia de estos 2 extremos, es aceptar libremente que Dios se ha revelado, es decir, que ha dicho cosas sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre quiénes somos para Él; y a la vez creerle y adherirme con confianza a su persona. Esta relación de confianza, en Dios y en su Palabra es lo que nos proporcionará un mayor grado de felicidad que cualquier otra relación.

En resumen… ¿Qué es la fe?

La fe es saber y confiar… y tiene siete rasgos:

•    La fe es un puro don de Dios, que recibimos, si lo pedimos ardientemente.
•    La fe es la fuerza sobrenatural que nos es necesaria para obtener la salvación.
•    La fe exige la voluntad libre y el entendimiento lúcido del hombre cuando acepta la invitación divina.
•    La fe es absolutamente cierta, porque tiene la garantía de Jesús.
•    La fe es incompleta mientras no sea efectiva en el amor.
•    La fe aumenta si escuchamos con más atención la voz de Dios y mediante la oración estamos en un intercambio vivo con él.
•    La fe nos permite ya ahora gustar por adelantado la alegría del cielo. (Youcat #21)
Probablemente ya conoces los caminos extremos, el del crédulo y del escéptico… Ahora te invitamos a conocer más tu fe, a empezar un camino hacia esta fe que transforma la vida y la hace plena.

6 mensajes equivocados que das a tus hijos cada vez que faltas a misa un domingo

Nuestros hijos no solo aprenden de lo que nos ven hacer: también sacan conclusiones de lo que nos ven NO hacer.

¿Qué le estamos transmitiendo a nuestros hijos cuando llega un domingo, ¡aunque solo sea algunos domingos al año!, y decidimos no ir a misa con la excusa que sea? Es lo que explica Becky Roach, madre de cinco hijos que vive en Ohio (Estados Unidos), en un post de su blog en Catholic Link:

Un padre no necesita mucho tiempo para darse cuenta de que nuestros hijos absorben todo lo que hacemos y decimos. Recuerdo la primera vez que escuché a mi pequeña de dos años soltar un largo suspiro y decir: “¡Oh, Dios mío! ¡No puedo más!”. Su tono y su expresión eran exactamente las mías.

A veces te das de bruces con tus propios pecados a través de las palabras y las acciones de tus hijos.

Recientemente acudí a un bautizo en el que el sacerdote recordó a los presentes que sería a través de sus acciones como los niños que iban a ser bautizados conocerían a Dios y cómo comportarse ante Él. Si el niño nos ve rezando, aprenderá que la oración es importante, pero si el niño no ve nunca en su vida comunicación alguna de la gente con Dios, aprenderá que la oración no es necesaria.

Aunque ninguno de nosotros es perfecto, tenemos la responsabilidad de intentar seguir los modelos de comportamiento que queremos que los niños imiten. Y los niños aprenden tanto de lo que hacemos, como de lo que no hacemos. Si no convertimos ir a la iglesia en una prioridad cada domingo, eso le está diciendo mucho al corazón de nuestros hijos sobre la fe y sobre la vida.

Hay seis cosas que los niños aprenden cuando te saltas la misa dominical.

1. Dios es importante, pero no tan importante.
Si Dios me encaja bien, magnífico, pero solo si me conviene. El fútbol, dormir o ...(pon aquí cualquier actividad)... son más importantes que hacer el esfuerzo de estar con Dios una hora a la semana.

2. Dios no quiere realmente decir lo que dice.
Sí, santificar las fiestas es un mandamiento de la Ley de Dios, pero... Dios no entiende lo atareado que estoy o cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según las circunstancias de mi vida, lo que Él quiere decir con ese mandamiento... y con todos los demás mandamientos. A nosotros nos corresponde seleccionar y elegir qué leyes de Dios queremos seguir.

3. La Iglesia no espera realmente de nosotros que aceptemos sus enseñanzas.
Sí, hay un mandamiento de la Iglesia de ir a misa los domingos, pero la Iglesia no comprende lo atareado que estoy o cuántos hijos tengo o lo cansado que estoy, así que soy yo quien decide, según las circunstancias de mi vida, lo que la Iglesia quiere decir realmente con ese precepto.

4. La misa va solo de mí y de lo que yo saco de ella.
Cuando vamos y venimos de misa según nuestro capricho, parecemos olvidar que ir a misa construye la comunidad eclesial. Tu parroquia puede necesitarte como lector, o para cantar en el coro, o para recoger la colecta. Ver a tu familia en la Iglesia podría ser justo la cosa que una persona anciana necesita para alegrar su solitario domingo. Hay muchas razones por las que somos una comunidad de fe y nos juntamos para rendir culto a Dios.

5. Cuando las cosas son difíciles o aburridas, no tengo que hacerlas.
Si no vamos a misa y le decimos a nuestros hijos que es porque la misa es “aburrida” o que “no sacamos nada de ella”, nuestros hijos aprenden que solo tenemos que hacer las cosas que son divertidas y emocionantes. Esto, sencillamente, no es verdad, ni en lo que concierne a la fe ni en lo que concierne a la vida diaria. La mayor parte de la gente no encuentra divertido ni emocionante pagar sus impuestos, pero aun así tenemos que hacerlo.

6. Dudamos de la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía y de las gracias que recibimos comulgando.
Si crees realmente que Jesucristo está presente en la Eucaristía y que viene a nosotros cada domingo en misa, ¿qué te aparta de Él? ¿Por qué no querrías recibir las gracias que Él ha prometido por medio de este increíble regalo? Nuestro Catecismo nos enseña que “la Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia, pues en ella Cristo asocia su Iglesia y todos sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una vez por todas en la cruz a su Padre; por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su Cuerpo, que es la Iglesia” (1407).

Queridos padres, sé y comprendo perfectamente lo difícil que es llevar a los niños a la iglesia.

A menudo, cuando acaba la misa, me siento como si acabase de participar en un torneo de lucha. Por mucho que lo planifique y prepare, muchísimos días los niños son algo menos que angelicales.

Es una batalla. Pero es una batalla que vale la pena librar. No hay mejor lugar para llevar a nuestros hijos que a los pies de Jesús. 

No hay mejor lección que enseñarles que poner a Dios siempre en primer lugar, sea lo que sea lo que esté pasando en nuestra vida y lo difícil que resulte ir a misa.

Adivina: ¿qué pasará si esperas a llevar los niños a misa a que se comporten mejor o a que tu vida no esté tan ajetreada? Que eso no pasará.

Satanás siempre nos ofrecerá una excusa para que nos saltemos la celebración de la más elevada forma de oración que tenemos en la tierra, pero Dios siempre nos dará las gracias para responder con un “sí” cuando le pidamos que nos ayude.

Convierte la misa dominical en algo que tu familia haga invariablemente unida.

Créeme, la bendiciones y gracias que recibirás por esta disciplina transformarán tu vida familiar de forma poderosa.

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