"La tierra entera estará llena de la majestad de Dios"
- 01 Diciembre 2014
- 01 Diciembre 2014
- 01 Diciembre 2014
El Papa con jóvenes refugiados en Estambul
Se reúne con jóvenes refugiados de Siria e Irak antes de partir de Estambul
Papa: "Las condiciones degradantes en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables"
"Tuvieron que abandonar no sólo bienes materiales, sino, principalmente, la libertad"
Esta es la triste consecuencia de conflictos exasperados y de la guerra, que siempre es un mal y nunca es la solución de los problemas, sino que más bien crea otros
El papa Francisco se reunió hoy en Estambul con jóvenes refugiados procedentes de, entre otros países, Irak y Siria, ante los que hizo un llamamiento para que los políticos atiendan la aspiración de sus poblaciones a la paz.
"Me dirijo a los líderes políticos para que tengan en cuenta que la gran mayoría de sus poblaciones aspiran a la paz, aunque a veces ya no tienen la fuerza ni la voz para pedirla", dijo el papa.
En el encuentro, de aproximadamente media hora, participaron alrededor de un centenar de jóvenes refugiados cristianos y musulmanes de entre 10 y 15 años de edad acogidos por el Oratorio Salesiano.
La mayoría de ellos proceden de Irak, Siria y algunos países africanos y forman parte de un grupo de 600 refugiados acogidos en los centros salesianos.
La reunión estaba prevista realizarla en el jardín de la representación pontificia en Estambul pero finalmente se optó por llevarla a cabo en la catedral del Espíritu Santo dado que llovía.
Ante los participantes, el papa indicó que le habría gustado encontrarse "con otros refugiados pero que no pudo ser de otra forma".
Asimismo, Francisco quiso manifestarles su consuelo en su situación, "triste consecuencia de conflictos exasperados y de la guerra que (...) siempre es un mal y nunca es la solución de los problemas, sino que más bien crea otros".
"Las condiciones degradantes en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables", denunció el pontífice, que aunque no tuvo acceso a estos refugiados a través de las autoridades de Turquía -a las que no obstante había agradecido la acogida a cientos de miles de ellos- sí logró hablar con una representación.
"Hago un llamamiento para una mayor convergencia internacional para resolver conflictos que ensangrentan sus tierras de origen, para contrarrestar las otras causas que obligan a las personas a abandonar su patria", agregó el papa.
Por último, el pontífice les aseguró que la ayuda de las organizaciones sociales y caritativas de la Iglesia continuará.
El acto comenzó con el saludo del director del oratorio, el español Andrés Calleja, prosiguió con el relato de una joven que sufrió persecución en Irak y concluyó con una canción dedicada al pontífice en español, inglés y árabe y con una foto de familia.
Al término del acto, el papa visitó al patriarca armenio de Constantinopla, Mesrop Mutafian, que se encuentra gravemente enfermo e ingresado en el hospital "San Salvador" de Estambul
Este fue el último acto del papa en Turquía, antes de partir hacia el aeropuerto, donde tomó el vuelo de regreso a Roma. (RD/Agencias)
Texto completo de las palabras del Papa:
Queridos jóvenes
He deseado mucho este encuentro con ustedes, que vienen de Turquía, Siria, Irak, y de otros países del Medio Oriente y de África. Están aquí en representación de cientos de sus coetáneos, muchos de ellos refugiados y desplazados, asistidos cotidianamente por los Salesianos. Quiero expresar mi participación en su sufrimiento y espero que mi visita, con la gracia del Señor, pueda darles un poco de consuelo en su difícil situación. Esta es la triste consecuencia de conflictos exasperados y de la guerra, que siempre es un mal y nunca es la solución de los problemas, sino que más bien crea otros.
Los refugiados, como ustedes, se encuentran a menudo carentes, a veces durante mucho tiempo, de los bienes primarios: vivienda digna, asistencia sanitaria, educación, trabajo. Tuvieron que abandonar no sólo bienes materiales, sino, principalmente, la libertad, la cercanía de los familiares, su entorno de vida y las tradiciones culturales. Las condiciones degradantes en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables. Por eso es preciso hacer todo esfuerzo para eliminar las causas de esta realidad. Hago un llamamiento para una mayor convergencia internacional para resolver los conflictos que ensangrientan sus tierras de origen, para contrarrestar las otras causas que obligan a las personas a abandonar su patria y promover las condiciones que les permitan quedarse o retornar. Aliento a todos los que están trabajando generosa y lealmente por la justicia y la paz a no desanimarse. Me dirijo a los líderes políticos para que tengan en cuenta que la gran mayoría de sus poblaciones aspiran a la paz, aunque a veces ya no tienen la fuerza ni la voz para pedirla.
Muchas organizaciones están haciendo mucho por los refugiados; me alegra particularmente la obra eficaz de los numerosos grupos católicos, que ofrecen ayuda generosa a tantas personas necesitadas sin discriminación alguna. Deseo expresar vivo reconocimiento a las autoridades turcas por el gran esfuerzo realizado en la asistencia a los desplazados, especialmente los refugiados sirios e iraquíes, y por el compromiso real de intentar satisfacer sus exigencias. Espero también que no falte el apoyo necesario de la comunidad internacional.
Queridos jóvenes, no se desanimen. Con la ayuda de Dios, sigan esperando en un futuro mejor, a pesar de las dificultades y obstáculos que ahora están afrontando. La Iglesia Católica, a través de la valiosa labor de los Salesianos, les es cercana y, además de otras ayudas, les ofrece la oportunidad de cuidar su educación y su formación. Recuerden siempre que Dios no olvida a ninguno de sus hijos, y que los niños y los enfermos están más cerca del corazón del Padre.
Por mi parte, junto con toda la Iglesia, voy a seguir dirigiéndome con confianza al Señor, pidiéndole que inspire a los que ocupan puestos de responsabilidad, para que promuevan la justicia, la seguridad y la paz sin vacilación y de manera verdaderamente concreta. A través de sus organizaciones sociales y caritativas, la Iglesia permanecerá a su lado y seguirá apoyando su causa ante el mundo.
Que Dios los bendiga a todos.
Evangelio según San Mateo 8,5-11.
Al entrar en Cafarnaún, se le acercó un centurión, rogándole": "Señor, mi sirviente está en casa enfermo de parálisis y sufre terriblemente". Jesús le dijo: "Yo mismo iré a curarlo".
Pero el centurión respondió: "Señor, no soy digno de que entres en mi casa; basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará. Porque cuando yo, que no soy más que un oficial subalterno, digo a uno de los soldados que están a mis órdenes: 'Ve', él va, y a otro: 'Ven', él viene; y cuando digo a mi sirviente: 'Tienes que hacer esto', él lo hace". Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que lo seguían: "Les aseguro que no he encontrado a nadie en Israel que tenga tanta fe. Por eso les digo que muchos vendrán de Oriente y de Occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob, en el Reino de los Cielos".
San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia. Sexto sermón sobre el Adviento
"La tierra entera estará llena de la majestad de Dios"
Hombre, no pongas obstáculos a tu reconciliación, sacarás de ella un peso mayor de gloria. Soporta con alegría, no solo con paciencia, las penas de la vida. No desprecies nada de lo que te puede procurar un día la gloria eterna.
Di a ti mismo: cuando el Señor se habrá acordado de ti y habrá glorificado tu alma, ésta se acordará de tu cuerpo para tu propio bien. Delante de tu Señor, tu alma le hablará de tu cuerpo por su colaboración en el bien realizado.
Dirás al Señor: “Se digne mi Señor de recompensar a este cuerpo el bien que me ha hecho: juntos, no nos hemos ahorrado ninguna pena...” Entonces, el Dios de los Ejércitos, el Señor todopoderoso, el Rey de la gloria vendrá del cielo y transformará nuestro cuerpo en un cuerpo glorioso como el suyo (Flp 3,21) ¡Qué alegría inefable, cuando el creador del universo que quedó oculto bajo las apariencias de humildad cuando vino para rescatarnos, aparecerá en toda su gloria, en los aires, ante todos los hombres, para glorificar nuestro mísero cuerpo! ¿Quién se acordará entonces de la humildad de su primera venida, cuando lo veremos descender en su esplendor, precedido por los ángeles que harán levantar nuestros cuerpos del polvo, al son de la trompeta para presentarlos ante Cristo? (cf 1 Tes 4,16ss)... Que se alegre, pues, nuestra alma y nuestro cuerpo repose en la esperanza (Sal 16,9) aguardando su transformación en el cuerpo glorioso de Cristo, nuestro Salvador. “Mi alma tiene sed de ti, Dios mío, mi carne te ansía de noche.” (cf. Sal 63,1ss) El profeta se refiere en su oración a la primera venida que le iba a rescatar. Pero se refería aún más ardientemente a la última venida cuando va a ser glorificado el cuerpo. Entonces, todos nuestros anhelos serán colmados: la tierra entera se llenará de la majestad de Dios. Que la misericordia de Dios nos conduzca a esta gloria. “Y la paz de Dios, que supera cualquier razonamiento, guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos por medio de Cristo Jesús”(cf Flp 4,7).
CARLOS DE FOUCAULD (Hermano Carlos de Jesús) nace en Francia, en Estrasburgo, el 15 de septiembre 1858. Huérfano a los 6 años, creció con su hermana Maria, bajo los cuidados de su abuelo, orientándose hacia la carrera militar.
Adolescente, pierde la fe. Conocido por su gusto de la vida fácil él revela, no obstante una voluntad fuerte y constante en las dificultades. Emprende una peligrosa exploración a Marruecos (1883- 1884). El testimonio de fe de los Musulmanes despierta en él un cuestionamiento sobre Dios: «Dios mío, si existes, haz que te conozca ».
Regresando a Francia, le emociona mucho la acogida discreta y cariñosa de su familia profundamente cristiana, y comienza una búsqueda. Guiado por un sacerdote, el Padre Huvelin, él encuentra a Dios en octubre 1886.Tiene 28 años. «Enseguida que comprendí que existía un Dios, comprendí que no podía hacer otra cosa que de vivir sólo para El».
Durante una peregrinación a Tierra Santa descubre su vocación: seguir a Jesús en su vida de Nazareth. Pasa 7 años en la Trapa, primero N.S. de las Nieves, después Akbes, en Syria. Enseguida después, él vive solo en la oración y adoración cerca de las Clarisas de Nazareth. Ordenado sacerdote a los 43 años (1901) parte al Sahara, primero Beni-Abbes, después Tamanrasset en medio de los Tuaregs del Hoggar. Quiere ir al encuentro de los más alejados, «los más olvidados y abandonados».Quiere que cada uno de los que lo visiten lo consideren como un hermano, «el hermano universal». El quiere «gritar el evangelio con toda su vida» en un gran respeto de la cultura y la fe de aquellos en medio de los cuales vive. «Yo quisiera ser lo bastante bueno para que ellos digan: “Si tal es el servidor, como entonces será el Maestro...”?».
En el atardecer del 1° de Diciembre 1916, fue matado por una banda que rodeó la casa.
Siempre soñó compartir su vocación con otros: después de haber escrito varia reglas religiosas; pensó que esta «vida de Nazareth» podía ser vivida en todas partes y por todos. Actualmente la «familia espiritual de Charles de Foucauld» comprende varias asociaciones de fieles, comunidades religiosas e institutos seculares de laicos y sacerdotes.
http://www.carlosdefoucauld.org/Oraciones/Oraciones.htm
Padre mío
Me abandono a Ti.
Haz de mí lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco.
Estoy dispuesto a todo,
Lo acepto todo,
Con tal que tu voluntad se haga en mí
Y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío.
Pongo mi vida en tus manos.
Te la doy, Dios mío,
Con todo el amor de mi corazón.
Porque te amo
Y porque para mí amarte es darme,
Entregarme en tus manos sin medida,
Con una infinita confianza,
Porque tu eres mi Padre.
(Carlos de Foucauld)
Francisco, en el avión
Rueda de prensa en el avión: "No se puede decir que todos los musulmanes son terroristas"
Francisco pide a los líderes musulmanes "una condena mundial" del terrorismo islámico
"Nosotros también tenemos cristianos fundamentalistas, ¿eh?"
Bergoglio contó que en la Mezquita Azul recibió explicaciones sobre el lugar y que el mufti de Estambul le explicaba lo que veía. "Y mientras lo decía sentí la necesidad de rezar y dije: ¿rezamos un poco? Sí, dijo él"
El papa Francisco pidió a los líderes musulmanes que hagan una condena clara del terrorismo para que sirva de ejemplo y combatan así la islamofobia porque, dijo, "no se puede decir que todos los musulmanes son terroristas".
El pontífice aprovechó el viaje que le devolvía a Roma desde Estambul, después de tres días de visita a Turquía, el 99 por ciento de cuya población es musulmana, para mostrar a la prensa su "enfado" por que se haga esavinculación entre Islam y terrorismo.
"Si se dice esto, me enfado muchísimo", dijo el papa, que fue preguntado en el vuelo de regreso desde Turquía sobre la relación entre Islam y terrorismo y acerca de cómo combatir la islamofobia.
"Muchos (musulmanes) me dicen: no somos así, el Corán es un libro de paz, es un libro profético de paz, esto no es islamismo", dijo el pontífice a los medios de comunicación que viajaban en el vuelo papal a propósito del terrorismo.
"Oigo esto y creo sinceramente que no se puede decir que todos los musulmanes sean terroristas, no se puede, como tampoco se puede decir que todos los cristianos sean fundamentalistas, porque nosotros también tenemos, ¿eh?", agregó el papa Bergoglio.
"En todas las religiones hay estos pequeños grupos", agregó el pontífice, que manifestó: "Sería bueno que todos los líderes musulmanes, sean líderes políticos, religiosos, digan claramente que condenan eso porque esto ayudaría a la mayoría del pueblo musulmán".
"Pero de verdad, de boca de su líder religioso, político, académico, muchos intelectuales, esta ha sido mi respuesta. Todos necesitamos una condena mundial", declaró.
Pero el papa aprovechó para criticar además la persecución a cristianos en países de Oriente Medio, la denominada cristianofobia, y dijo no querer utilizar términos suavizados en ese ámbito.
"A los cristianos los persiguen en Oriente Medio (...) "como si quisieran que no quedara nada de cristiano", subrayó el papa argentino.
Aprovechó la ocasión también para reiterar su deseo de viajar a Irak, aunque reconoció que eso plantearía problemas de seguridad: "Por el momento no es posible, no solo porque no quiera, es que podría crear un problema muy serio de seguridad", reconoció.
Bergoglio contó también detalles de uno de los momentos vividos durante su visita a Estambul, el momento de recogimiento del sábado en la Mezquita Azul, del que dijo claramente que fue "de oración sincera", porque acudió allí "como un peregrino, no como un turista".
"Cuando entré en la mezquita no podía decir que era un turista, soy religioso y vi esa maravilla", recordó el pontífice, que visitó durante tres días Ankara y la ciudad del Bósforo.
El papa Bergoglio contó que en la Mezquita Azul recibió explicaciones sobre el lugar y que el mufti de Estambul le explicaba lo que veía.
"Y mientras lo decía sentí la necesidad de rezar y dije: ¿rezamos un poco? Sí, dijo él", afirmó el papa al resumir cómo pensó que tenía que reaccionar cuando el mufti de Estambul le acompañó hasta el mihrab, el nicho orientado a La Meca donde ambos permanecieron en silencio durante unos pocos minutos.
"Recé por Turquía, por la paz, por el mufti, por todos, y por mí, que lo necesito, (...) fue un momento de oración sincera", confió a los periodistas, a los que al final de sus declaraciones en el avión pidió que rezaran por él. El papa contestó a varias preguntas que le formularon los informadores, unos setenta, a los que saludó uno por uno, y respondió indirectamente a la cuestión de si considera que en la Iglesia Católica existen resistencias a los cambios que él ha comenzado a aplicar. Y consideró que esas resistencias, que no especificó ni llamó tales (el término lo incluyó una periodista en su pregunta) no son exclusivas de la Iglesia Católica. Aseguró: "Me permito decir que este no es un problema solo nuestro, sino también de ellos", dijo en relación con los ortodoxos, pues se le puso el ejemplo de críticas que se pudieron leer durante su visita a Estambul por su reverencia ante el patriarca ecuménico, Bartolomé I.
"Ellos tienen el problema de algunos monasterios", en alusión a las resistencias entre los ortodoxos cuando se trata de aplicar cambios en su iglesia y agregó que se necesita "paciencia, apacibilidad y diálogo". "Hay resistencias a esto por su parte y por la nuestra. Pero tenemos que ser respetuosos con ellos", dijo el pontífice argentino, que apeló a "explicar, sin insultar" para dirimir las diferencias.
¡DÉJATE ENCONTRAR POR ÉL! Francisco, Papa
Reflexiones y Homilías de Navidad
"La Navidad es un Encuentro". No se trata de una celebración temporal o del recuerdo de algo bello. "Se trata de algo más: de encontrarnos con el Señor. Encontrarlo con el corazón, con la vida; encontrarlo vivo, como Él está, encontrarlo con fe...". Más aún, "lmportante no es que nosotros encontremos al Señor, sino ¡dejarnos encontrar por Él". Estos textos selectos e refieren a este Encentro, su Venida. Son un auténtica joya. Son palabras al más puro estilo de Francisco, quien escribe como un auténtico maestro espiritual, penetrando el nudo de sentimientos y emociones del corazón humano con interpelaciones que nos invitan siempre a superar toda indiferencia. Dios sale a nuestro encuentro en los hermanos. Él se ha manifestado invitándonos a salir. Salir para no ahogarse; para romper todo aislamiento autorreferencial que nos impida encontrarnos. La Esperanza es nuestro horizonte. Esa virtud que "siendo pequeña, pudorosa y humilde eligió un pesebre para manifestarse".
DOMINGO I DE ADVIENTO (B)
Is 63, 16b-17.19b; 64, 2b-7; Ps 79, 2ac.3bc. 15-16. 19 (R .: 4); 1C 1, 3-9; Mc 13, 33-37
Circulan varios videos por internet que son muy interesantes: Reproducen el aterrizaje de un avión un día de niebla muy espesa. Las imágenes están tomadas desde la cabina de los tripulantes y no se ve absolutamente nada, por delante sólo hay como una cortina blanca. Se escucha una voz en off del capitán y de repente aparece la pista de aterrizaje, con una visibilidad de muy pocos metros por delante. Por último, y a una velocidad considerable, el avión aterriza con suavidad en medio de una pista que sigue invadida por la niebla. Mientras el miras te va encogiendo el corazón y piensas: seguro que aparecerá la pista, al final? Todo el secreto de la maniobra consiste en el piloto automático. Es decir, una máquina, una especie de superordenador que calcula la posición de el avión respecto a la pista en cada momento y que da las órdenes precisas para aterrizar. en este caso es mucho más seguro que si cogiera los mandos el piloto. Las lecturas de este primer domingo de Adviento me han hecho pensar en estos vídeos para que nos ofrecen un mensaje del todo opuesto. Lo podríamos formular así: en nuestra vida personal, a todos los niveles -desde el profesional hasta el espiritual-, no nos sirve el piloto automático. No hay una máquina que pueda pilotear nuestro destino, sino que somos nosotros mismos quienes hemos de tomar las riendas y decidir, en cada momento, qué queremos hacer o hacia dónde queremos ir, ejerciendo nuestra libertad.
Con el peligro de que, alguna vez, en medio de la niebla no aparezca la pista y en cuentas de aterrizar plácidamente nos clavamos una buena castaña.
Las palabras de Jesús en el evangelio de hoy: Mirad, vigilad, nos vienen a decir esto: no se fíe del piloto automático y no deje que el aburrimiento o las distracciones te hagan perder la atención. Nos jugamos la vida, y a veces -como en el símil del avión, la nuestra y la de otros personas- y conviene poner los cinco sentidos. Seguramente alguien debe de estar pensando que este paralelismo no es suficientemente acertado; que la vida, y la vida cristiana aún menos, tiene poco que ver con el aterrizaje de un avión en una pista brumosa. Y tiene toda la razón. Con las comparaciones pasa esto, que no son del todo adecuadas. Por algo que encontramos en común, hay muchas más que son completamente diferentes. Las lecturas de hoy incluyen muchos elementos propios y diferenciales de la vida de los creyentes. Empezamos por la relación sincera y confiada con Dios. El profeta sabe que, en medio de todo, es decir pase lo que pase, el Señor Dios es nuestro padre; nosotros la arcilla y Él el alfarero; todos somos obra de sus manos. Por esto puede pedir insistentemente la presencia de Dios en medio del pueblo: Oh rasgases el cielo y bajases, frente a usted se fundieran las montañas. El creyente sabe, además, que la venida del Señor lo salvará, el renovará, la liberará del mal y de la muerte. Respondíamos con el salmista: Dios de el universo, renuévanos, haznos ver la luz de tu mirada, y seremos salvados. Y todavía hay otra particularidad en nuestra vida cristiana, una muy importante: es la posibilidad del perdón, de la reconciliación, de volver a intentarlo si nos equivocamos. Y esto no es para favorecer la irresponsabilidad de nuestra parte, sino que es para darnos esperanza y hacernos más agradecidos a la fidelidad y en la misericordia de Dios. Como Él sabe de qué arcilla estamos hechos, nos ha enviado a su Hijo único Jesucristo, para salvarnos, para rehacer de nuevo desde dentro y desde el principio. Esto lo ha hecho por amor y gratuitamente. Lo reconocía el apóstol san Pablo cuando escribía a los Corintios que Dios es fiel, y es él quien os ha llamado a vivir en comunión con su Hijo Jesucristo.
Volvemos al vídeo del avión aterrizando entre la niebla espesa. Cuando ya está en la pista, al cabo de unos segundos se desconecta el piloto automático. Incluso en este caso, el piloto automático no sirve para todo. A fin de llegar a la terminal es necesario que el capitán se haga cargo de los mandos y que vele atentamente hasta dejar el avión bien parado en el lugar adecuado. Velad, nos dice Jesús en el evangelio; y velar es también uno de los objetivos que el Papa espera de los consagrados por el Año de la Vida Consagrada que hoy comienza. Como ya sabéis el Papa ha dispuesto que desde hoy hasta el día 2 de febrero de 2016 la Iglesia católica dedique un año en la vida consagrada. Y espera de los que hemos recibido la vocación de consagración a Dios que miramos el pasado con gratitud, que vivamos el presente con pasión y que abrazamos el futuro con esperanza; este mensaje de esperanza para el futuro debemos vivir, dice el Papa, "En vela vigilando", y nos alienta, siguiendo San Pablo (Rm 13, 11-14), a revestirnos de Cristo y a restar despiertos y vigilantes (Carta del Francisco a todos los consagrados, 21 de noviembre 2014, n. 3). Dejémonos sorprender, hermanas y hermanos, una vez más, un año más, por nuestro Dios que en Jesucristo viene a encontrarnos. Mantengámonos atentos y velamos sobre nuestra vida, porque sólo así podremos llegar a ser protagonistas de la aventura de sabernos hijos de Dios y hermanos en Cristo. Y vivamos con la confianza de que en el último aterrizaje de nuestra vida que tendremos que pilotar, por mucha niebla que haya, no estaremos solos: Jesucristo cogerá los mandos con nosotros, Él mismo nos conducirá a la terminal y allí nos recibirá en la alegría y en la vida por toda la eternidad. así lo esperamos y lo deseamos, por la gracia de Dios. Amén.