“No basta con decir ‘Señor, Señor'... hay que hacer la voluntad del Padre”
- 04 Diciembre 2014
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Evangelio según San Mateo 7,21.24-27.
Jesús dijo a sus discípulos: "No son los que me dicen: 'Señor, Señor', los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena.
Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande".
Santa Teresa de Jesús (1515-1582), carmelita, doctora de la Iglesia. Camino de Perfección cap.32,5.9
“No basta con decir ‘Señor, Señor'... hay que hacer la voluntad del Padre”
Y ya puede ser, porque decir que dejaremos nuestra voluntad en otra parece muy fácil, hasta que, probándose, se entiende es la cosa más recia que se puede hacer, si se cumple como se ha de cumplir...que sabe el Señor lo que puede sufrir cada uno, y a quien ve con fuerza no se detiene en cumplir en él su voluntad. Pues quiéroos avisar y acordar qué es su voluntad. No hayáis miedo sea daros riquezas ni deleites ni honras ni todas estas cosas de acá; no os quiere tan poco y tiene en mucho lo que le dais, y quiéreoslo pagar bien, pues os da su reino aun viviendo.” (Viendo lo que el Padre dio a su Hijo)... Pues veis aquí, hijas, a quien más amaba lo que dio, por donde se entiende cuál es su voluntad. Así que éstos son sus dones en este mundo. Da conforme al amor que nos tiene: a los que ama más, da de estos dones más; a los que menos, menos, y conforme al ánimo que ve en cada uno y el amor que tiene a Su Majestad. A quien le amare mucho, verá que puede padecer mucho por El; al que amare poco, poco. Tengo yo para mí, que la medida del poder llevar gran cruz o pequeña, es la del amor. Así que, hermanas, si le tenéis, procurad no sean palabras de cumplimiento las que decís a tan gran Señor, sino esforzaos a pasar lo que Su Majestad quisiere...Porque sin dar nuestra voluntad del todo al Señor para que haga en todo lo que nos toca conforme a ella, nunca deja beber de ella (fuente del agua viva).
San Juan Damasceno
San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia. San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes, y hecho monje en la Laura de San Sabas, cerca de Jerusalén, compuso himnos sagrados y allí murió. Su cuerpo fue enterrado en este día.
San Juan Damasceno, el primero de la larga fila de aristotélicos cristianos, fue también uno de los dos más grandes poetas de la Iglesia oriental, junto con san Román Méloda. San Juan pasó su vida entera bajo el gobierno de un califa mahometano y este hecho muestra el extraño caso de un Padre de la Iglesia cristiana, protegido de las venganzas de un emperador, cuyas herejías podía atacar impunemente, ya que vivía bajo el gobierno musulmán. Él y Teodoro el Estudita fueron los principales y más fuertes defensores del culto de las sagradas imágenes en la amarga época de la controversia iconoclasta. Como escritor teológico y filosófico, no intentó nunca ser original, ya que su trabajo se redujo más bien a compilar y poner en orden lo que sus predecesores habían escrito. Aun así, en las cuestiones teológicas se le considera como la última corte de apelación entre los griegos y, su tratado «De la Fe Ortodoxa» es aún para las escuelas orientales, lo que la «Summa» de santo Tomás de Aquino llegó a ser para el Occidente.
Los gobernadores musulmanes de Damasco, donde nació san Juan, no eran injustos con sus súbditos cristianos, aunque les exigían pagar un impuesto personal y someterse a otras humillantes condiciones1. Permitían que, tanto los cristianos como los judíos, ocuparan puestos importantes y que, en ciertos casos, amasaran grandes fortunas. El médico de cabecera del califa era casi siempre un judío, mientras que los cristianos eran empleados como escribas, administradores y arquitectos.
Entre los oficiales de su corte, en 675, había un cristiano, llamado Juan, que tenía el cargo de Jefe del departamento de Recaudación de impuestos, oficio que parece haber llegado a ser hereditario en su familia. Ese fue el padre de nuestro santo y el sobrenombre de «al-Mansur», que los árabes le dieron, fue después transferido al hijo. Juan Damasceno nació alrededor del año 6902. y fue bautizado en su infancia. Respecto a su primera educación, si hemos de creer a su biógrafo, «su padre se encargó de enseñarle no cómo montar a caballo, ni cómo arrojar una lanza, ni cómo cazar fieras y trocar su bondad natural en una brutal crueldad, como sucede a muchos, sino que Juan (el padre) buscó un tutor erudito en todas las ciencias, hábil en todas las formas del conocimiento, que produjera buenas palabras de su corazón y le entregó a su hijo para que fuera nutrido con esta clase de alimento». Después le pudo proporcionar otro maestro, un monje llamado Cosme, «de hermosa apariencia, pero de alma más hermosa aún», a quien los árabes habían traído de Sicilia entre otros cautivos. Su padre tuvo que pagar un gran precio por él y muy merecido, ya que, si hemos de creer a nuestro cronista, sabía gramática y lógica, tanta aritmética como Pitágoras y tanta geometría como Euclides. Le enseñó al joven Juan todas las ciencias, pero especialmente la teología, lo mismo que a otro joven a quien su padre parece haber adoptado, llamado también Cosme, que llegó a ser poeta y trovador y que por fin acompañó a su hermano adoptivo al monasterio en donde ambos se hicieron monjes.
A pesar de su formación teológica, no parece haber considerado, al principio, otra carrera sino la de su padre, a quien sucedió en su oficio. En la corte podía llevar libremente una vida cristiana y ahí se hizo notable por sus virtudes y especialmente por su humildad. Sin embargo, después de desempeñar su importante puesto por algunos años, san Juan renunció a su oficio y se fue de monje a la «laura»3. de San Sabas, cerca de Jerusalén. Es aún un punto discutido si sus primeras obras contra los iconoclastas fueron escritas mientras estaba en Damasco, pero las mejores autoridades desde los tiempos del dominico Le Quien, que publicó sus obras en 1712, son de la opinión de que el santo se hizo monje antes de que estallara la persecución, y que sus tres tratados fueron compuestos en la laura de San Sabas. De cualquier manera, Juan y Cosme se establecieron entre los hermanos y ocuparon su tiempo libre escribiendo libros y componiendo himnos. Posiblemente se ha pensado que a los otros monjes les agradó la presencia de tan valeroso campeón de la fe como Juan, pero esto estaba muy lejos de ser verdad. Se decía que los recién llegados estaban introduciendo la discordia. Ya era malo el escribir libros, pero aún peor el componer y cantar himnos, por lo que los hermanos estaban escandalizados. El colmo llegó cuando, a petición de un monje cuyo hermano había muerto, Juan escribió un himno fúnebre y lo cantó con una dulce melodía compuesta por él mismo. Su superior, un viejo monje cuya celda compartía, lo atacó lleno de furia y lo arrojó de ahí: «¿Olvidas de esta manera tus votos?», exclamó el viejo, «en lugar de cubrirte de luto y llorar, te sientas lleno de gozo y te deleitas cantando». Solamente le permitió regresar después de varios días, bajo la condición de que recorriera los alrededores de la laura y recogiera toda la basura con sus propias manos. San Juan obedeció sin replicar; pero durante el sueño, Nuestra Señora se le apareció al viejo monje y le ordenó que permitiera a su discípulo escribir tantos libros y tantas poesías como quisiera. De ahí en adelante, san Juan pudo dedicar su tiempo al estudio y a su trabajo literario. Añade la leyenda que fue varias veces enviado, quizás para el bien de su alma, a vender canastas en las calles de Damasco, donde antaño había ocupado tan alto puesto. Debe, sin embargo, confesarse, que estos detalles, escritos por su biógrafo más de un siglo después de la muerte del santo, son de dudosa autoridad.
Si los monjes de San Sabas no apreciaron debidamente a los dos amigos, hubo otros fuera que sí lo hicieron. El patriarca de Jerusalén, Juan V, los conocía muy bien por su reputación y deseó tenerlos entre su clero. Primero tomó a Cosme y lo hizo obispo de Majuma y después ordenó de sacerdote a Juan y lo llevó a Jerusalén. Se dice que san Cosme gobernó su grey admirablemente hasta su muerte; pero san Juan regresó pronto a su monasterio. Revisó cuidadosamente sus escritos y «donde quiera que se adornaran con flores retóricas o parecieran superfluos en su estilo, los redujo prudentemente a una más austera gravedad para que no tuvieran ningún asomo de ligereza o falta de dignidad». Sus obras en defensa de los iconos habían sido conocidas y leídas dondequiera y le habían merecido el odio de los emperadores que los perseguían. Sus enemigos nunca lograron lastimarlo, porque nunca cruzó las fronteras para entrar al Imperio Romano. El resto de su vida lo pasó escribiendo teología y poesía en san Sabas, donde murió a una edad avanzada. Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1890.
Antiguamente se asociaba el pasaje del Evangelio que se refiere a la milagrosa curación del hombre de la mano seca (Mc 3) con una anécdota sobre la vida de san Juan Damasceno que en un tiempo se creyó, y que ahora es considerada apócrifa, pero que es bueno conocer, sobre todo para interpretar alguna iconografía: cuando el santo era todavía oficial del tesoro en Damasco, el emperador León III, que le odiaba, pero que no podía hacer nada contra él abiertamente, intentó perjudicarlo por medio de un engaño; falsificó una carta y pretendió que había sido escrita a él por Juan, en la que se le informaba que Damasco estaba débilmente defendida y en que le ofrecía su ayuda, en caso de que decidiera atacar. León envió al califa esta carta falsificada, con una nota al efecto, diciéndole que odiaba la traición y deseando que su amigo conociera el comportamiento de su funcionario. El airado califa hizo cortar la mano derecha a Juan, pero le entregó el miembro mutilado por petición del mismo. El santo llevó la mano cortada a su cabaña particular y rezó en versos hexámetros ante una imagen de la Madre de Dios. Por intercesión de Nuestra Señora, la mano se unió de nuevo al brazo y fue empleada inmediatamente para escribir una acción de gracias.
Analecta Bollandiana vol. XXXIII, 1914, pp. 78-81. Fue editada por Le Quien y reimpresa en Migne (PG., vol. XCIV, cc. 420-490) con valiosos comentarios del editor. El breve relato de Juan Damasceno en el Synax. Constant, (ed. Delehaye, ce. 279-280) es probablemente más aceptable. Una completa y moderna apreciación de la obra de este gran Doctor de la Iglesia, es la de M. Jugie en Dictionnaire de Théologie Catholique, vol. VIII, cc. 693-751, donde se discuten en detalle sus escritos y enseñanzas teológicas. Ver también J. Nasrallah, S. Jean de Damas, (1950).
Nota 1: lo mismo ocurría, naturalmente, en los reinos cristianos con los súbditos que no eran cristianos. Este modo de entender la tolerancia y el respeto mutuo (incomprensible para nosotros pero a su manera eficaz) rigió las relaciones civiles por siglos (n. de ETF).
Nota 2: el año de nacimiento, y en general la cronología de la vida del Damasceno es objeto de controversia, y no hay dos autores que coincidan. Lo que parece claro es que vivió largo tiempo, cerca de cien años, así que quien coloca su muerte pasado el 780, coloca su nacimiento hacia el 690, pero hay variaciones de hasta 30 años en cada una de esas fechas.
Nota 3: en la terminología monástica oriental la «laura» (del griego laura=corredor) equivale a lo que en Occidente llamamos «claustro», también utilizado metonímicamente como en «ir al claustro», es decir, tomar el hábito, «ir a la laura de [tal monasterio]» equivale a entrar como monje allí (n. de ETF).
Imagen: ícono griego del siglo XIV.
fuente: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
Te rogamos, Señor, que nos ayude en todo momento la intercesión de san Juan Damasceno, para que la fe verdadera que tan admirablemente enseñó sea siempre nuestra luz y nuestra fuerza. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén
4 de diciembre 2014 Jueves Y Adviento Is 26, 1-6
Isaías nos recuerda: «Confiad siempre en el Señor, que es la roca eterna", aquella sobre la que debemos fundamentar nuestra vida. A menudo tenemos la tentación de confiar en nuestras propias fuerzas como si nosotros fuéramos dioses. Señor, que mi confianza esté siempre il • iluminada con Tu luz.
Desligarse
La psicoterapeuta neoyorquina Zelda Schemaille cree que a menudo confundimos desligarse con desconectarse. Salvador Cardús resume esta diferencia:
"...Cuando estamos emocionalmente ligados vivimos con la creencia de que nuestra felicidades depende del objeto al que estamos enganchados (...) Debido a la dependencia a ese alguien, al dinero, las propiedades o las ideologías, quedamos atrapados en un estado de obsesión y sufrimiento que oculta el yo verdadero y toda su fuerza. Es por ello que la psicoterapeuta advierte que el gran desafío de todo proceso de separación es que se haga con estimación y con el corazón abierto. Mantenerse atrapado en la dependencia hacia el otro o hacia el objeto exterior produce amargura y resentimiento y perpetúa el sufrimiento. Deshacerse de esta dependencia con estimación y sin desconectarse permite recuperar la paz interior. Zelda Schemaille termina su reflexión con una cita de Buda: "Despégate con amor, pero queda conectado a ti mismo, a los demás, al mundo". ""Desatados, pero conectados" 1 de octubre de 2014
Cardús aplica esta diferencia entre desatarse y desconectarse a la relación entre Cataluña y España, y opina que Cataluña debe desligarse sin desconectarse. A mí me interesa también el proceso de desligamiento interior respecto de personas, ideologías u objetos que nos atrapan, nos obsesionan y nos hacen sufrir. Schemaille dice que todo proceso de desligamiento debe hacerse "con amor", "con estimación", "con el corazón abierto", y que la calidad de este proceso constituye un "gran desafío". Creo que este desafío se encuentra con dos grandes trampas: a) la sustitución de un vínculo por otro; y b) el desligamiento con desconexión.
a) ¿Cuántas veces nos deshacemos de una obsesión / adicción adquiriendo otra? Dejamos de fumar engordando para que nos obsesionado con la comida; dejemos de odiar nuestro "jefe" porque canalizamos este odio en nuestros subordinados, o en la primera persona que pasa al salir del despacho del "jefe".
b) Y cuántas veces nos desatamos de una persona intentando desconectarnos de todos los recuerdos y las vivencias comunes, que contenían algo a conservar. Pienso en los adolescentes que "matan el padre" sin reconocer su amor. O en los amantes heridos, que se pueden consolar con un verso de JM Serrat donde se resume un proceso exitoso:
"Sabes? Hoy tus recuerdos no me estorban. "
En la tradición cristiana, Dios es fuente de libertad interior ante cualquier realidad que nos atrapa y nos subyuga. Y es también fuente de reconciliación con las personas de las que queremos desligarnos - o de quien somos desatados sin quererlo. Concretamente, en la época de Jesús, los vínculos destructivos se formulaban en términos de enfermedad y posesión diabólica. Por eso Jesús predicaba que Dios no quiere ataduras que subyugan, expulsaba demonios y curaba toda enfermedad (Mc 1, 21-39).
· ¿Qué aspectos destructivos descubro en mis relaciones?
· ¿Cómo puedo trabajar de manera que no "tire al niño con el agua sucia"?
El Papa abraza al cardenal Sistach
Asegura que el porcentaje de curas pederastas "no es muy elevado"
El cardenal Sistach pide "tolerancia cero" con los casos de abusos a menores
El Papa conoce el proceso soberanista catalán y dice que es una cuestión "delicada" e interna
El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha defendido este jueves la "tolerancia 0" con los abusos sexuales a menores protagonizados por miembros de la Iglesia, aunque ha dicho que son pocos casos, y ha añadido que la archidiócesis cuenta con un protocolo de actuación para estos casos.
En declaraciones a Catalunya Radio, ha deplorado que es muy grave que un religioso o sacerdote cometa estos actos, pero ha añadido que "este porcentaje no es muy elevado". "Hay otros estamentos que también realizan estas cosas, y pienso que eso también hay que decirlo porque si no parece que estos casos sean los únicos", ha dicho el cardenal.
El Papa. Ha atribuido la conexión del Papa Francisco con la sociedad a la sencillez, naturalidad y contenido de sus mensajes: "Dice cosas que interesan a la gente y la gente le escucha; es mediático pero creo que no tiene móvil". Según Sistach, el Papa conoce el proceso soberanista catalán y dice que es una cuestión "delicada" e interna del Estado español sobre la que la Doctrina Social de la Iglesia puede aportar luces.
Sobre el rumbo de la Iglesia, ha señalado que es madre y maestra, y "cambiarán conductas y actitudes, visiones de las cosas pero los dogmas no cambiarán". (RD/Ep)
Edificó su casa sobre roca
Mateo 7, 21.24-27. Adviento. Dios es la Verdadera Sabiduría, y debemos creer y sentir que realmente la poseemos, porque Él quiso entregarse a nosotros.
Oración introductoria
Jesús mío, aquí estoy para escucharte. Ahora que apenas inicia este tiempo de preparación para recibirte, te entrego mi corazón como mi primer y más apreciado regalo. Te regalo un corazón abierto para escucharte verdaderamente; que estén mis oídos atentos a tu Palabra sabia, llena de amor y misericordia. Que escuche para hacer de tu Palabra auténtica vida. Protégeme, por tanto, de toda distracción material y superficial en este tiempo para llenarme de Ti. Que invite a los demás a estar contigo, Único y Verdadero Bien de mi vida. Gracias por último, por permitirme ahora tener un corazón abierto.
Petición
Señor, te pido humildemente un corazón sabio, un corazón consciente de que Tú eres lo primero y lo más grandioso de mi vida.
Meditación del Papa Francisco
¿Es solamente un sentimiento, un estado psicofísico? Claro que si es solamente esto no se pueden construir encima nada que sea sólido. En cambio si el amor es una realidad que crece, y podemos decir como ejemplo, como se construye una casa. Crece y se construye como una casa. Y la casa se construye juntos y no cada uno por su lado. Construir aquí significa favorecer el crecimiento.
Ustedes se están preparando para crecer juntos, para construir esta casa, para vivir juntos para siempre. No la cimienten en la arena de los sentimientos, que van y vienen, sí en cambio en la roca del amor verdadero, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer, de la misma manera que se construye una casa, que sea lugar de afecto, de ayuda, de esperanza, de apoyo. Pero todo junto: afecto, ayuda, esperanza, apoyo. (Papa Francisco, 14 de febrero de 2014)
Reflexión
Dios es la Verdadera Sabiduría, y debemos creer y sentir que realmente la poseemos. La poseemos porque Él quiso entregarse a nosotros y nosotros libremente podemos acogerlo. Acoger su sabiduría es acoger su Palabra, y acoger su Palabra es vivir la síntesis del Evangelio que podríamos citarla en dos aspectos: Este es mi mandamiento: "Ámense los unos a los otros, como yo los he amado."(Jn 15, 12).
Y el otro aspecto indica cómo nos ama Él: "Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna." (Jn 3, 16). Esta es la simplicidad de Dios: Dios es simple, nos ama gratuitamente sin que hayamos hecho algo para merecerlo y sencillamente nos quiere con Él para la toda la eternidad a través de Jesús.
Por tanto, tengamos un corazón abierto a la Palabra de Dios en este tiempo y no temamos compartir nuestra reflexión con aquellos que nos rodean, ya que todo hombre está llamado a conocer la Verdad, a conocerle a Él íntimamente y alcanzar la Eternidad con Él y en Él.
Propósito
Haré una oración espontánea junto con algún ser querido (hijo, hermano, marido, esposa, pariente, amigo...) donde le pida a Dios que me conceda la gracia de prepararme auténticamente para la Navidad.
Diálogo con Cristo
Jesús mío, Tú conoces bien mi vida, conoces quién soy y no hay nada oculto ante Ti. Gracias porque hoy puedo acercarme más a Ti. Dame la fortaleza necesaria para ser constante en mis propósitos y para que viva con alegría este día, pues lo comparto contigo. Por favor, que cada día te conozca más, para amarte más y darme más a los demás. “Pidamos a Dios con confianza la sabiduría del corazón por intercesión de Aquella que acogió en su seno y engendró a la Sabiduría encarnada, Jesucristo, nuestro Señor. ¡María, Sede de la Sabiduría, ruega por nosotros!” (Benedicto XVI, Ángelus, 20 de septiembre de 2009).
“Los discípulos del Señor están llamados a dar nuevo «sabor» al mundo, y a preservarlo de la corrupción, con la sabiduría de Dios, que resplandece plenamente en el rostro del Hijo, porque él es la «luz verdadera que ilumina a todo hombre» (Jn 1, 9). Unidos a él, los cristianos pueden difundir en medio de las tinieblas de la indiferencia y del egoísmo la luz del amor de Dios, verdadera sabiduría que da significado a la existencia y a la actuación de los hombres.” (Benedicto XVI, Ángelus, 6 de febrero de 2011).
Empezar a prepararnos para Navidad y la vida eterna...
Dejemos de poner nuestro corazón en las cosas pasajeras y pensemos más en los bienes eternos.
Estamos en tiempo de Adviento Es el tiempo santo de preparación que la Iglesia Católica celebra desde el principio de los cuatro domingos anteriores a la Navidad.Siempre que vamos a tener un gran acontecimiento en nuestras vidas, nos preparamos. Así se preparaban en los tiempos antiguos para la llegada del MESÍAS.
Así nosotros hemos de prepararnos para esta Nochebuena, para esta Navidad en que celebraremos la llegada del Niño-Dios.
Esto es una conmemoración pero también se nos pide una preparación muy especial para la segunda llegada de Jesucristo como Supremo Juez, también llamada Parusía en la que daremos cuenta del provecho que hayamos sacado de su Nacimiento y de su muerte de Cruz.
El día en que hemos de morir es el acontecimiento más grande e importante para el ser humano. No resulta agradable hablar de ello ni pensar en esto. Tal vez por ser lo único cierto que hay en nuestra vida: la muerte.
Es más agradable quedarnos en la fiesta, en la alegría de una hermosa Navidad.
Pero no olvidemos que este episodio ya fue. El otro está por venir. Aún no llega, pero... llegará. Velen, pues, y hagan oración continuamente para que puedan comparecer seguros ante el Hijo del Hombre Juan 21, 25-28,34-36. Estas son las palabras de Jesús a sus discípulos, en aquellos tiempos y nos las está repitiendo continuamente en nuestro presente.
Dejemos de poner nuestro corazón en las cosas pasajeras y pensemos más en los bienes eternos. ¿Quién podrá comparecer seguro ante el Hijo del Hombre? Tan solo el pensamiento de este Juicio nos hace estremecer.
Pero recobremos la esperanza sabiendo que seremos juzgados con gran misericordia y amor si en este tiempo de Adviento nos preparamos rebosante de amor mutuo y hacia los demás como dice San Pablo en su carta a los tesalonicenses, porque tuve sed y me disteis de beber, porque tuve hambre y me disteis de comer...
Pensemos en los demás. Olvidemos en este tiempo de Adviento nuestro "pequeño mundo" y volvamos los ojos a los que nos necesitan, a los que nada tienen, a los que podemos hacer felices dándoles nuestra compañía, nuestro amor y apoyo, una palabra de ternura y aliento, una sonrisa... Siempre está en nuestra mano hacer dichoso a un semejante. Solo así podremos estar seguros ante la presencia y el Juicio de Nuestro Señor Jesucristo que lleno de amor y misericordia unirá a nuestras pobres acciones los méritos de su pasión y muerte.