Solemnidad nuestra Señora de Guadalupe
- 12 Diciembre 2014
- 12 Diciembre 2014
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Francisco, en la misa de hoy
Francisco habla de la cercanía y ternura del Padre
"Dios nos ama gratuitamente, como una mamá a su niño"
"Nosotros, tantas veces, para estar seguros, queremos controlar la gracia”
RV, 11 de diciembre de 2014 a las 16:46
Pero tú eres justo porque Dios se te ha acercado, porque Dios te acaricia, porque Dios te dice estas cosas bellas con ternura
(RV).- Dios salva a su pueblo no desde lejos, sino haciéndose cercano, con ternura. El Santo Padre, inspirándose en la lectura del profeta Isaías, hizo una comparación: "Es tanta la cercanía que Dios se presenta aquí como una mamá, como una mamá que dialoga con su niño: una mamá, cuando canta la canción de cuna y toma la voz del niño y se hace pequeña como el hijito y habla con el tono del niño hasta el punto de parecer ridículo, si uno no entiende qué cosa grande hay ahí: ‘No temas gusanito de Jacob. Pero, cuántas veces una mamá dice estas cosas al niño mientras lo acaricia, ¡eh! He aquí, te convertiré en una trilladora acuminada, nueva... te haré grande... Y lo acaricia, y lo acerca a ella. Y Dios hace así. Es la ternura de Dios. Está tan cerca de nosotros que se expresa con esta ternura: la ternura de una mamá".
Dios nos ama gratuitamente - afirmó el Papa - como una mamá a su niño. Y el niño "se deja amar": "ésta es la gracia de Dios". "Pero nosotros, tantas veces, para estar seguros, queremos controlar la gracia" y "en la historia y también en nuestra vida tenemos la tentación de cosificar la gracia", hacerla "como una mercancía o una cosa controlable", tal vez diciéndonos a nosotros mismos: "Pero, yo tengo tanta gracia"; o "tengo el alma limpia, estoy en gracia":
"Y así, esta verdad tan bella de la cercanía de Dios se desliza en una contabilidad espiritual: ‘No, yo hago esto porque esto me dará 300 días de gracia... Yo hago aquello porque me dará esto, y así acumulo gracia'. Pero, ¿qué cosa es la gracia? ¿Una mercadería? Y así, parece que sí. Parece que sí. Y en la historia esta cercanía de Dios a su pueblo ha sido traicionada por esta actitud nuestra, egoísta, de querer controlar la gracia, cosificarla".
El Papa también recordó algunos de los grupos que en tiempos de Jesús querían controlar la gracia: los Fariseos, hechos esclavos de tantas leyes que cargaban "sobre las espaldas del pueblo". Los Saduceos, con sus compromisos políticos. Los Esenios, "buenos, buenísimos, pero tenían tanto miedo, no querían correr riesgos" y terminaban por aislarse en sus monasterios. Los Zelotes, para los cuales la gracia de Dios era "la guerra de liberación", "otra manera de cosificar la gracia".
"La gracia de Dios - subrayó el Papa - es otra cosa: es cercanía, es ternura. Esta regla sirve siempre. Si tú en tu relación con el Señor no sientes que Él te ama con ternura, aún te falta algo, aún no has comprendido qué cosa es la gracia, aún no has recibido la gracia que es esta cercanía".
El Papa Francisco recordó una confesión de hace tantos años, cuando una mujer se atormentaba acerca de la validez o no de una Misa a la que había asistido un sábado por la tarde por un matrimonio, con lecturas diversas de las del domingo. Ésta fue su respuesta: "Pero señora, el Señor la ama tanto a usted. Ella había ido allí, había recibido la Comunión, había estado con Jesús... Sí, pero quédese tranquila, el Señor no es un comerciante, el Señor ama, está cerca":
"Y San Pablo reacciona con fuerza contra esta espiritualidad de la ley. ‘Yo soy justo si hago esto, esto, esto. Si no hago esto no soy justo'. Pero tú eres justo porque Dios se te ha acercado, porque Dios te acaricia, porque Dios te dice estas cosas bellas con ternura: ésta es nuestra justicia, esta cercanía de Dios, esta ternura, este amor. Incluso con el riesgo de parecernos ridículo, nuestro Dios es tan bueno. Si nosotros tuviéramos el valor de abrir nuestro corazón a esta ternura de Dios, ¡cuánta libertad espiritual tendríamos! ¡Cuánta! Hoy, si tienen un poco de tiempo, en su casa, tomen la Biblia: Isaías, capítulo 41, desde el versículo 13 hasta el 20, siete versículos. Y léanlos. Esta ternura de Dios, este Dios que nos canta a cada uno de nosotros la canción de cuna, como una mamá".
II VIERNES DE ADVIENTO (Is 48, 17-19; Sal 1; Mt 11, 16-19)
LA SABIDURÍA DIVINA
Si hay una imagen o figura que evoca la Encarnación del Verbo, es la Sabiduría divina, manifestación del amor de Dios, por quien todo se ha hecho y para quien todo se hizo. A la Sabiduría de Dios se opone la cerrazón humana, el egoísmo, la emancipación descreída, porque a menudo, el hombre en vez de seguir la voz del Maestro, sigue el consejo de los impíos, con efectos destructores. El profeta, en forma de lamento, refiere los efectos que se habrían seguido de haber obedecido el consejo de la Sabiduría divina en vez de obedecer a los pecadores. “Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas” (Is 48, 19). Quienes obedecen a Dios son bienaventurados: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, (…) Será como un árbol plantado al borde de la acequia: da fruto en su sazón y no se marchitan sus hojas” (sal 1). La esperanza, a pesar de la torpeza humana, es que “los hechos dan razón a la Sabiduría de Dios” (Mt 11, 19).
SANTA TERESA, MAESTRA DE SABIDURÍA. Seguir el consejo de los sabios, según el Espíritu, es una respuesta y decisión recomendadas: “¡Oh Sabiduría eterna! ¡Oh buen Enseñador! Y qué gran cosa es, hijas, un maestro sabio, temeroso, que previene a los peligros” (Camino de Perfección 37,5). Santa Teresa señala en qué consiste la sabiduría: “En este tiempo sólo la movía el deseo de salvarse y de buscar los mejores medios; que le parecía que, metida más en las cosas del mundo, se olvidaría de procurar lo que es eterno, que esta sabiduría le infundió Dios en tan poca edad, de buscar cómo ganar lo que no se acaba. ¡Dichosa alma que tan presto salió de la ceguedad en que acaban muchos viejos!” (Fundaciones 10, 16). Hoy, en Méjico, se celebra la Virgen de Guadalupe. La historia de su aparición confirma las palabras del Evangelio, al escoger el Señor al indio Juan Diego para llevar el mensaje de la Señora al obispo. Jesús bendijo a su Padre, “porque has ocultado estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla”. La Sabiduría es un don precioso, que debemos pedir. “Y entiendan las personas que no han pasado por esto, que es verdad que pasa así y que se entiende, y lo entiende el alma más claro que yo lo digo ahora; que no es esto cosa que se puede antojar, porque por diligencias que hagamos no lo podemos adquirir, y en ello mismo se ve no ser de nuestro metal, sino de aquel purísimo oro de la sabiduría divina” (Moradas IV, 2, 6).
Solemnidad nuestra Señora de Guadalupe, patrona de América y Filipinas
Bienaventurada Virgen María de Guadalupe en México
Bienaventurada Virgen María de Guadalupe en México, cuyo gran maternal auxilio implora con humildad el pueblo en la colina de Tepeyac, cerca de la ciudad de México, donde apareció. Ella brilla como una estrella que invita a la evangelización de los pueblos, y es invocada como protectora de los indígenas y de los pobres. Sin duda que la aparición de la Virgen María como Nuestra Señora de Guadalupe de México es un gran acontecimiento; «El gran suceso» se llama originalmente el relato del milagro que conocemos habitualmente como «Nican mopohua», del que luego hablaremos. Es un gran suceso para México, para la iglesia de toda América, y por lo tanto también para Iglesia universal. Lo que tenemos como vestigios del milagro son:
·el contundente testimonio de la tilma de Juan Diego con la bella imagen de la Virgen admirablemente impresa,
·el relato del milagro en lengua nahuatl, en el texto conocido como «Nican mopohua»,
·y un aspecto fundamental en cualquier milagro, que es la recepción, la conversión obrada en el corazón de los hombres y de los pueblos por la presencia transformadora de lo Divino. El milagro es siempre «milagro para alguien», Dios no habla ni desde el vacío ni al vacío, sino a unos hombres concretos que están atravesando situaciones concretas, y en esas situaciones el milagro trae una palabra que es de Dios y que nos alienta a continuar. Si sólo tuviéramos la tilma, se trataría de una curiosidad, si sólo el Nican mopohua, se trataría de literatura folclórica para analizar las ideas y creencias de una época, pero a uno y otro les faltaría el corazón, que es que el acontecimiento guadalupano se perpetúa en la fe de México y de toda la Iglesia de América de que el destino de esa tierra es cosa de Dios. Puede que algunas veces lo percibamos como un destino escondido: tierra castigada por la ambición de hombres despreciables.
Pero sabemos que lo escondido es a menudo cosa de Dios, y no lo sabemos sólo con la mente sino porque allí está «el gran suceso» que da una esperanza viva a esta tierra, la esperanza de que finalmente lo que parece débil resulta lo auténticamente fuerte, lo despreciado es quien recibe la corona, y una Virgen es quien da por completo a luz a quien es la Luz. El relato de los hechos ocurridos en 1531, de las sucesivas apariciones de la Virgen a Juan Diego en la ladera del Tepeyac, las entrevistas con el obispo Zumárraga y la milagrosa impresión de la tilma del indio, se nos ha transmitido en principio por tradición oral (el propio Juan Diego era iletrado), aunque al poco tiempo comenzó a ponerse por escrito. No es posible establecer exactamente cuándo, ya que no se sabe quién fue el autor, si Antonio Valeriano (1520-1605) o Fernando de Alva Ixtlilxóchitl (1568-1648); los dos fueron personas de vasta cultura: de Antonio Valeriano se sabe que dominaba el nahuatl, por ser su lengua nativa, pero también el español y el latín académico, y Fernando de Alva, por su parte, era historiador indigena comisionado por la propia España para recopilar la historia indígena. Lo cierto es que de Nican Mopohua tenemos una primera edición publicada en 1649 por el bachiller Luis Lasso de la Vega, vicario de la capilla de la Virgen. Ésa es la edición que es base para las traducciones hasta la actualidad, y que lleva por título «Huei tlamahuizoltica», «por un gran suceso». No obstante la obra se conoce habitualmente como «Nican mopohua», que son las dos primeras palabras del texto y que significan «aquí se cuenta».
Reproducimos a continuación algunos fragmentos del Nican mopohua, pero invitando a todos a continuar leyendo el texto en alguno de los proyectos guadalupanos que con mucha devoción y no menor seriedad se están desarrollando en internet en relación a este texto, sus contexto histórico, traducciones, etc.: Nican mopohua, motecpana, in quenin yancuican hueytlamahuizoltica monexiti in cenquizca ichpochtli Sancta Maria Dios Inantzin tocihuapillatocatzin, in oncan Tepeyacac, motenehua Guadalupe.
Acattopa quimottititzino ce macehualtzintli itoca Juan Diego; Auh zantenpan monexiti in Itlazoixiptlatzin in ixpan yancuican Obispo Don Fray Juan de Zumárraga.
Aquí se cuenta, se ordena, cómo hace poco, en forma por demás maravillosa, el amor de la perfecta Virgen Santa María, Madre de Dios, nuestra venerable Señora y Reina, la hizo visible allá en el Tepeyac, que se conoce [ahora] como Guadalupe. En un principio se dignó dejarse ver de un indito de nombre Juan Diego, y, al final, su amor nos entregó su preciosa y amada imagen en la presencia del reciente Obispo Don Fray Juan de Zumárraga
[..]
Para continuar leyendo: Hay muchos proyectos guadalupanos en internet. Para conocer mejor el Nican Mopohua, en esta página está el texto completo en la muy difundida traducción del P. Mario Rojas, editada en 1978, que es de donde hemos tomado los fragmentos que presentamos. esta página forma parte del magnífico ProyectoGuadalupe.com, que viene creciendo desde hace 5 años, y ofrece no sólo el texto del Nican mopohua original y diversas traducciones con numeración comparable, mención de fuentes, etc... sino además textos valiosísimos que contextualizan el milagro, por ejemplo una carta al rey felipe II de los indios de México pidiéndole ciertas exenciones de servicios comunitarios por la necesidad de dedicar tiempo a la construcción del templo, carta enviada mucho antes de que el milagro comenzara a tomar su forma narrativa fija; y esto por citar sólo alguna de las auténticas golosinas guadalupanas que ofrece ese sitio. También, por supuesto, la propia Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe ofrece información detallada sobre el milagro, el Nican mopohua, y también sobre aspectos actuales de la devoción guadalupana, en particular deseo recoger y recomendar un apartado dentro de ese mismo sitio de la Basílica que muestra en una presentación «flash» muy bien hecha todos los detalles de la imagen, y aspectos de su posible simbolismo. Nota de 2013: lamentablemente, el Proyecto Guadalupe parece haber cerrado como sitio de internet, pero alguien recogió aquí la lista de documentos, y aunque no son inmediatamente accesibles, sirven como inicio de una búsqueda.
Las imágenes mostradas aquí son, en orden: la portada de la primera edición, en nahuatl, del Nican mopohua, realizada en 1649; luego dos fragmentos que contienen dos momentos del milagro: la recogida de las rosas y la antrevista con el Obispo en el que se produce el milagro de la tilma; esos dos fragmentos provienen del cuadro mostrado entero al final, obra del siglo XVIII, titulada «Virgen de Guadalupe con San Miguel y San Gabriel», óleo sobre tela de autor anónimo mexicano, de 60 X 85 cm. Este conjunto pictórico de la imagen, los dos arcángeles y momentos escogidos de la narración parecen formar una constante en la iconografía guadalupana; he escogido este cuadro porque es de hechura rústica y difícil de conseguir en internet, pero en la iconografía de la Virgen que puede recorrerse en los proyectos mencionados se encontrarán varios de los siglos XVII a XIX con similar composición.
Un sábado de 1531 a principios de diciembre, un indio llamado Juan Diego, iba muy de madrugada del pueblo en que residía a la ciudad de México a asistir a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa. Al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.
Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: "Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo".
De regresó a su pueblo Juan Diego se encontró de nuevo con la Virgen María y le explicó lo ocurrido. La Virgen le pidió que al día siguiente fuera nuevamente a hablar con el obispo y le repitiera el mensaje. Esta vez el obispo, luego de oír a Juan Diego le dijo que debía ir y decirle a la Señora que le diese alguna señal que probara que era la Madre de Dios y que era su voluntad que se le construyera un templo.
De regreso, Juan Diego halló a María y le narró los hechos. La Virgen le mandó que volviese al día siguiente al mismo lugar pues allí le daría la señal. Al día siguiente Juan Diego no pudo volver al cerro pues su tío Juan Bernardino estaba muy enfermo. La madrugada del 12 de diciembre Juan Diego marchó a toda prisa para conseguir un sacerdote a su tío pues se estaba muriendo. Al llegar al lugar por donde debía encontrarse con la Señora prefirió tomar otro camino para evitarla. De pronto María salió a su encuentro y le preguntó a dónde iba. El indio avergonzado le explicó lo que ocurría. La Virgen dijo a Juan Diego que no se preocupara, que su tío no moriría y que ya estaba sano. Entonces el indio le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.
Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la
Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pió X la proclamó como "Patrona de toda la América Latina", Pió XI de todas las "Américas", Pió XII la llamó "Emperatriz de las Américas" y Juan XXIII "La Misionera Celeste del Nuevo Mundo" y "la Madre de las América".
La imagen de la Virgen de Guadalupe se venera en México con grandísima devoción, y los milagros obtenidos por los que rezan a la Virgen de Guadalupe son extraordinarios.
María de Guadalupe en el Vaticano
Guillermo Gazanini Espinoza / 10 de diciembre.- El Cardenal Norberto Rivera Carrera se encuentra en Roma para celebrar a la Virgen de Guadalupe, Patrona de Latinoamérica y las Islas Filipinas. Será un hecho histórico y eclesial, el Papa Francisco proclamará esta gran "influencia" de la Virgen en el mundo de habla española proyectándola a nivel global cuando, en el centro de la cristiandad, este evento latinoamericano sea de especial relevancia en la vida de la Iglesia, de América y Asia.
En primer lugar, la festividad es antesala al viaje papal a Sri Lanka y Filipinas a partir del 12 de enero de 2015. Según el secretario del Pontificio Consejo para América Latina, Guzmán Carriquiry, una gran presencia de filipinos está prevista en la celebración e implica la consagración previa del viaje al mayor de los países asiáticos en cuanto al número de católicos y su herencia española. Será una continuación del viaje a Corea, realizado en agosto de este año, que actualizó la realidad de la Iglesia mártir y su crecimiento; en Filipinas, el Papa confirmaría este favor de la Virgen y, como ha sido constante en su pontificado, seguiría los pasos del Beato Paulo VI cuando, 45 años atrás, visitó las Islas en 1970.
El Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila, dirigió en septiembre una carta a los fieles advirtiendo que “la visita pastoral del Papa Francisco, centrada en la misericordia y la compasión, sin duda ofrecerá grandes oportunidades de experimentar la gracia, para escuchar llamadas, cuestionando entornos seguros, valorizar a los pobres, la renovación de la sociedad, cuidar de la creación, vivir honorablemente” y consolar especialmente a las víctimas de los fenómenos naturales. En segundo lugar, dadas las condiciones críticas de nuestro país, la celebración vaticana revitalizaría la tarea de enarbolar a la Virgen de Guadalupe como un ícono de unidad incorrupto para promover la paz y la reconciliación en una nación católica mayoritariamente. Ya los obispos de México iniciaron la campaña #por1Méxicoenpaz y el día excelente para rogar por la reconciliación sería el 12 de diciembre, prolongándose más allá del adviento 2014.
Por lo pronto, la presencia de indiscutibles protagonistas de la Arquidiócesis de México este fin de semana motiva el conocimiento del hecho guadalupano uniendo fe e historia, por un lado, por la concelebración donde estará el Cardenal Norberto Rivera como custodio del milagroso ayate, además de presidir el Rosario del Amor Guadalupano y, por el otro, del director del Instituto de Estudios Guadalupanos, el padre Eduardo Chávez, quien según el mismo secretario del Pontificio Consejo para América Latina, dictará una Conferencia sobre la “perfecta inculturación” y las últimos descubrimientos en la tilma del nativo de Cuautitlán. La necesidad de unidad y de convivencia pacífica se confirma por el mensaje del Arzobispo de México dado a conocer esta semana. Francisco, dice el Cardenal Rivera Carrera, continuó proclamando la universalidad y actualidad de la imagen y del mensaje guadalupano: “La aparición de la imagen de la Virgen en la tilma de Juan Diego fue un signo profético de un abrazo, el abrazo de María a todos los habitantes de las vastas tierras americanas, a los que ya estaban allí y a los que llegarían después. Este abrazo de María señaló el camino que siempre ha caracterizado a América: ser una tierra donde pueden convivir pueblos diferentes, una tierra capaz de respetar la vida humana en todas sus fases, desde el seno materno hasta la vejez, capaz de acoger a los emigrantes, así como a los pobres y marginados de todas las épocas. Una tierra generosa.” Y esta tierra generosa, necesitada de consuelo ante tanto sufrimiento en propios y extraños, desearía recibir a Francisco y esa es la mayor expectativa en la celebración guadalupana: la posible confirmación de la visita papal en 2015.