¡Si al menos tú, Jerusalén, comprendieras en este día lo que te conduce a la paz!
- 21 Noviembre 2019
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Presentación de Nuestra Señora al Templo
Fiesta litúrgica, 21 de noviembre
Memoria de la Presentación de santa María Virgen. Al día siguiente de la dedicación de la basílica de Santa María la Nueva, construida junto al muro del antiguo templo de Jerusalén, se celebra la dedicación que de sí misma hizo a Dios la futura Madre del Señor, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su Concepción Inmaculada.
La memoria de la Presentación de la Santísima Virgen María, tiene una gran importancia, porque en ella se conmemora uno de los “misterios” de la vida de quien fue elegida por Dios como Madre de su Hijo y como Madre de la Iglesia. En esta “Presentación” de María se alude también a la “presentación” de Cristo y de todos nosotros al Padre.
Por otra parte, constituye un gesto concreto de ecumenismo con nuestros hermanos de Oriente.
Esto se puede apreciar en el comentario de la Liturgia de las Horas que dice: “En este día, en que se recuerda la dedicación de la iglesia de Santa María la Nueva, construida cerca del templo de Jerusalén en el año 543, celebramos junto con los cristianos de la Iglesia oriental, la “dedicación” que María hizo de sí misma a Dios desde la infancia, movida por el Espíritu Santo, de cuya gracia estaba llena desde su concepción inmaculada”.
El hecho de la presentación de María en el templo no lo narra ningún texto de la Sagrada Escritura; de él, sin embargo, hablan abundantemente y con muchos detalles algunos escritos apócrifos. María, según la promesa hecha por sus padres, fue llevada al templo a los tres años, en compañía de un gran número de niñas hebreas que llevaban antorchas encendidas, con la participación de las autoridades de Jerusalén y entre el canto de los ángeles. Para subir al templo había quince gradas, que María caminó sola a pesar de ser tan pequeña.
Los apócrifos dicen también que en el templo María se nutría con un alimento especial que le llevaban los ángeles, y que ella no vivía con las otras niñas sino en el “Sancta Sanctorum”, al cual tenía acceso el Sumo Sacerdote sólo una vez al año.
La realidad de la presentación de María debió ser mucho más modesta y al mismo tiempo más gloriosa. Por medio de este servicio a Dios en el templo, María preparó su cuerpo, y sobre todo su alma, para recibir al Hijo de Dios, viviendo en sí misma la palabra de Cristo: “Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la practican”.
Santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44. Jueves XXXIII del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dame, Jesús, la gracia de abrirte mi corazón para escuchar tu voz y querer y abrazar aquello que Tú quieras para mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 19, 41-44
En aquel tiempo, cuando Jesús estuvo cerca de Jerusalén y contempló la ciudad, lloró por ella y exclamó:
"¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Pero eso está oculto a tus ojos. Ya vendrán días en que tus enemigos te rodearán de trincheras, te sitiarán y te atacarán por todas partes y te arrasarán. Matarán a todos tus habitantes y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no aprovechaste la oportunidad que Dios te daba".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¡Si en este día comprendieras tú lo que puede conducirte a la paz! Hagamos propias las palabras que Jesús dice al contemplar a Jerusalén; deja que te mire a ti a los ojos y te diga estas palabras, deja que ellas resuenen en tu corazón.
Pasa un día, otro y otro. Nuestra vida es un constante peregrinar. Cada día vamos de un lugar a otro. A veces incluso tenemos que correr un poco para llegar a tiempo, nuestra agenda está llena de citas y de tareas por cumplir. Nuestro celular vibra constantemente, a la puerta se escucha alguien venir y pronto nuestro corazón se nos abruma envuelto entre tantas cosas.
En nuestro corazón existe un modo que, cuando queramos, podemos activar, se llama «modo no molestar», ¡sí! Dios nos ha dado la oportunidad de parar cuando queramos y dejar todo lo que nos abruma para estar a solas con Él. Como nuestro celular, no nos vendría nada mal activarlo de vez en cuando.
Si tan solo conociéramos lo que nos trae la paz y cuánto bien nos hace estar en paz. Jesús está en cualquier lugar y en cualquier parte, aunque muchas veces oculto, pero allí está. Te espera a ti y a mí, espera a que pausemos un poco y charlemos con Él; y cuando charles con Él pídele que te ayude a saber, de entre todo aquello que tienes y quieres hacer, que es lo mejor para ti.
Jesús te invita a buscar la paz y una vez que encuentres la paz, quédate allí, recurre a ella constantemente, pues será de allí de donde tu alma encontrará la fuerza y la energía que necesitas para llevar a cabo todas tus tareas. ¡No tengas miedo a desconectarte! Dale al dueño del tiempo poquito de tu tiempo y veras como Él no se dejará ganar en generosidad y paz. Y recuerda siempre que Dios creó el tiempo, pero tú y yo, las preocupaciones y las prisas. Anda, para un poco y deja que Jesús te vuelva la paz, y cuanta más paz necesites cuanto más tu alma tendrá necesidad de Dios.
¡Jesús, fuente de paz, ven a mi vida!
«Cuántas personas a nuestro lado viven apuradas, esclavas de lo que debería ayudarles a sentirse mejor y olvidan el sabor de la vida: la belleza de una familia grande y generosa, que llena el día y la noche, pero que expande el corazón, la luminosidad que está en los ojos de los niños, que ningún teléfono inteligente puede dar, la alegría de las cosas sencillas, la serenidad que da la oración. Lo que nuestros hermanos y hermanas nos piden a menudo, tal vez sin poder hacer la pregunta, corresponde a las necesidades más profundas: amar y ser amados, ser aceptados por lo que uno es, encontrar la paz del corazón y una alegría más duradera que el entretenimiento. Hemos experimentado todo esto en una sola palabra, y más aún en una sola persona, Jesús. Nosotros que, aunque frágiles y pecaminosos, hemos sido inundados por el río de la bondad de Dios, tenemos esta misión: encontrarnos con nuestros contemporáneos para hacerles conocer su amor. No tanto enseñando, nunca juzgando, sino haciéndonos compañeros de camino».
(Discurso de S.S. Francisco, 21 de septiembre de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Activar mi «modo no molestar» y hablar un ratito con Dios.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
No quedará piedra sobre piedra
¿Tenemos una vida fundada en la justicia y el amor?
Apocalipsis 14, 14-19: “El tiempo de la cosecha ha llegado ya; la mies de la tierra está madura”
Salmo: 95: “Que todo se alegre ante el Señor”
San Lucas 21, 5-11: “No quedará piedra sobre piedra”
Para el pueblo de Israel el templo era uno de los signos más representativos de su religiosidad y de la presencia del Señor en medio del pueblo. La gran construcción los hacía sentir seguros. Sus más grandes desastres los vivieron cuando el templo fue destruido y la tristeza del exilio consistía en no poder dar el culto al Señor.
Por eso miraban con orgullo la gran construcción. Sin embargo Cristo les llama la atención, no sólo en el pasaje que acabamos de escuchar, sino con mucha frecuencia, porque su veneración por el templo no está respondiendo con la congruencia de una vida recta en justicia y amor. Anunciarles que será destruido el templo, es quitarles su mayor seguridad, pero es también hacerlos reflexionar en lo que pide Dios para su culto. Es cierto que Dios ha pedido el culto, pero un culto vivo que lleve al amor y al cumplimiento de sus mandamientos.
Pero cuando el templo se transforma en escaparate para esconder las injusticias, en lugar de ser una bendición está llevando a la ruina. El mismo sentido tienen las palabras que Jesús dice a continuación sobre los engaños de quien se quiere hacer pasar por el Mesías y Señor.
En nuestros días muchos se han aprovechado de los desastres ecológicos para anunciar un supuesto día final. Pero debemos estar atentos y reconocer que el único que conoce el día final es el Señor Jesús y que nosotros tendremos que tener una actitud de perseverancia, de paciencia y de vigilancia. Nosotros también hemos puesto nuestras seguridades en las cosas y los bienes, en el poder y la fama, y nos hemos alejado de lo que busca el Señor.
Nosotros también hemos tomado una actitud de despreocupación y de descuido frente a la venida del Señor. Tendremos que recuperar esa actitud que nos ayude a vivir plenamente nuestros días como si fueran los últimos, no en el sentido de angustia, sino de rectitud, de vigilia y de fraternidad. Si éste fuera nuestro último día ¿Cómo lo viviríamos?
«No permanezcan caídos, ¡levántense!»
Mensaje del Papa Francisco a los jóvenes de Tailandia.
En un video espontáneo (se puede ver aquí), grabado en la Nunciatura de Bangkok, el Papa Francisco ha aprovechado para enviar un mensaje alentador a la juventud de Tailandia. A continuación compartimos la transcripción de las palabras del Santo Padre.
«Queridos jóvenes:
Sé que esta noche ustedes están haciendo una vigilia de oración, están rezando. Y sé que otros están caminando, viniendo para aquí. ¡Lindas las dos cosas: rezar y caminar!
En la vida hay que hacer estas dos cosas: tener el corazón abierto a Dios, porque de Él recibimos la fuerza, y caminar, porque no se puede estar quieto en la vida. ¡Un joven no se puede jubilar a los 20 años, tiene que estar caminando! Siempre más allá, siempre subiendo.
Alguno de ustedes me puede decir: “Sí, padre, pero a veces yo soy débil y caigo”. ¡No importa! Hay una canción alpina que dice: “En el arte de ascender, lo que importa no es no caer, sino no permanecer caído”.
Te aconsejo estas dos cosas: Nunca permanezcas caído, levántate enseguida, que otro te ayude a levantar, primera cosa. Segunda cosa, no pases la vida sentado en el diván, haz la vida, fabrica la vida, haz, anda adelante. Sube siempre adelante en el camino. Comprométete y vas a tener una felicidad impresionante, te lo aseguro yo.
Que Dios te bendiga. Rezo por ti, hazlo por mí».
Presentación de la Virgen María
Ana y Joaquín, en un acto de fe quisieron darle gracias a Dios por el nacimiento de esta niña, 21 de noviembre
Esta fiesta arranca desde el lejano año 543. Fue el tiempo en que se dedicó una basílica a “La Virgen María la Nueva”.
Se levantó en el mismo monte Sión en la explanada del Templo.
Las Iglesias orientales, muy sensibles ante las fiestas marianas, conmemoran este día la Entrada de María en el Templo para indicar que, aunque era purísima, no obstante, cumplía con los ritos antiguos de los judíos para no llamar la atención.
La liturgia bizantina la trata como "la fuente perpetuamente manante del amor, el templo espiritual de la santa gloria de Cristo Nuestro Señor".
En Occidente, se la presenta como el símbolo de la consagración que la Virgen Inmaculada hizo de sí misma al Señor en los albores de su vida consciente.
Este episodio de la Virgen María no se encuentra en los cuatro evangelios. Sí que aparece, por el contrario, en un libro apócrifo, el “protoevangelio de Santiago”.
Pero, como siempre, quien manda es el pueblo cristiano. Desde siempre la espiritualidad y la piedad popular han estado marcadas y han subrayado la disponibilidad de María la Virgen ante los mandatos e insinuaciones mínimas del Señor Dios.
Por eso, tanto en Occidente como en Oriente esta fiesta tuvo en seguida un éxito resonante entre todos los cristianos.
María estaba destinada a ser un templo vivo de la divinidad. Según este evangelio apócrifo, la escena no puede ser más sencilla:" Ana y Joaquín, en un acto de fe y de cortesía, quisieron darle gracias a Dios por el nacimiento de esta niña".
No pensaron una cosa mejor que consagrársela de por vida. Cuando tenía tres años, la llevaron al Templo, la cogió un sacerdote mediante unas palabras que recuerdan el Magnificat, el himno del Virgen María en acción de gracias por lo que el Señor había hecho con ella.
Esta fiesta data desde el siglo VI.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre y las Hermanas de la Presentación de Granada y del mundo!
La esencia de la Verdad Católica
El gran tema de hoy en el mundo, es el problema del criterio de la verdad
1. La esencia de la Verdad Católica.
El punto de partido de todo pensamiento es el YO, lo OTRO, y el MISTERIO, todo en uno siendo el primum cognitum, la esencia de la philosophia perennis. A pesar que las filosofías modernas, nieguen esto, el sentido común del hombre afirma que conocemos antes que nada la existencia de nuestro YO y la del mundo exterior. El P. Castellani nos enseñaba que la philosophia perennis es el antídoto contra toda literatura de macaneo moderno. Por eso el gran tema de hoy en el mundo, es el problema del criterio de la verdad. En términos filosóficos, el Ser, la Sustancia y el movimiento son percepciones inmediatas. Esencia y Existencia son datos inmediatamente de la conciencia. Son dos co-principios de toda cosa creada, pero con distinción real, no sólo conceptual. El hombre moderno, no sabe distinguir entre la certeza de lo que es Opinión, lo importante de lo fútil. Jamás ha entrado en el puerto de sí mismo. La contemplación trascendental del Ser del hombre medieval ha sido sustituida por un inmanentismo materialista canonizado por los medios de comunicación.
Santo Tomás nos aporta un esquema básico mental, pero debemos atacar los problemas del hombre de hoy desde nuestra propia cabeza, no ir a buscar la solución prefabricada en la Suma Teológica; porque no está allí, por la sencilla razón que en el siglo XIII los accidentes del mundo eran otros. La filosofía de Hegel sobre la esencia que reduce todo a la IDEA, incluso la vida humana individual muy patente en el ateísmo moderno especialmente en sus vertientes alemana y francesa es un absurdo. El individuo existe verdaderamente, no la abstracción de esté y el Estado debe procurar su desarrollo integral. La idea de la conversión monstruosa del intelecto del hombre en el intelecto de Dios ha llevado al hombre a su ruina. El ser de las cosas depende de la inteligencia ordenadora de Dios. En cambio, el intelecto del hombre depende del Ser e inmediatamente del Ser de las cosas sensibles-creadas. En otras palabras, el Ser y la Verdad son intercambiables. Todo Ser es vero como enseñaba el Doctor Angélico.
Las cosas tienen verdad intrínseca por el hecho de ser; y el entendimiento humano tiene verdad por su adecuación al ser de las cosas y análogamente al intelecto divino y esencia divina por ser participado o creado a pesar de Hegel y el modernismo. La verdad es una cosa que está entre el Intelecto de Dios que la hace y el Intelecto del hombre que la recibe. Dios hace la verdad creada al crear el Universo conforme a las Ideas del Intelecto divino; el hombre recibe la verdad abstrayéndola de las cosas sensibles e incorporándola a su vida por medio del testimonio católico.
El hombre está hecho para vivir en sociedad. Los hombres no tienen sino un mismo fin y un mismo objeto, que es Dios. “…Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Dios. Tú amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza”. (Cita del Deuteronomio, último de los cinco libros del Pentateuco o libros de Moisés). La sociedad humana, establecida con tantos lazos sagrados, ha sido vulnerada y devastada por las pasiones. La división fue introducida al principio (Abel matado por Caín) en la familia del primer hombre para castigarle por haberse apartado de Dios, dominando al género humano. Toda confianza, toda seguridad,
desaparecieron de los hombres, esclavizados por sus pasiones y por los intereses diversos que de ellas nacían. Para comprender el paso del estado de naturaleza -naturaleza caída, desde el pecado de Adán- al estado de sociedad, el hombre debe abrirse a Dios para satisfacer plenamente su inclinación natural siendo parte esencial del Estado dar leyes que se ordenen a la ley eterna y natural haciéndolas efectivas en los casos particulares de la comunidad. Dios es supremo Señor y gobernante, causa primera y final del Estado. No hay Estado, ni autoridad pública, sin religión, aunque sea falsa; una religión falsa tiene, a pesar de todo, de bueno y de verdadero que hace reconocer alguna divinidad a la cual las cosas humanas están sometidas. Pero solo la verdad, madre de la paz, confiere a un Estado una perfecta solidez.
El orden del logos es el orden de la creación resultante de la inteligencia ordenadora de Dios; la democracia moderna es una forma de gobierno natural, en la medida en que respete el fruto del desarrollo histórico de los pueblos y la dignidad trascendente de la familia, no demoliéndola por la lógica abstracta heredera de la revolución francesa y la ilustración. Lo que no es natural es la igualdad y fraternidad, tan querida por los revolucionarios franceses. Por eso los niveladores no hacen más que cambiar e invertir el orden natural de las cosas.
2. El subjetivismo filosófico como principio de apostasía.
Martín Lutero con la publicación de las 95 tesis en la Puerta de la Catedral de Wittenberg, Alemania, da inició a la Reforma Protestante, negando la necesidad de la Santa Madre Iglesia Católica y toda su teología dogmática para la Salvación eterna de los hombres al grito de Cristo sí, Iglesia no. La Revolución Francesa y su rugido de Dios si, Cristo no, niega no sola a la Iglesia Católica sino también la divinidad de Cristo reemplazándolo por una deidad impersonal. La Revolución Rusa con sus ideas y acciones buscó negar y borrar directamente a Dios de la faz de la tierra al exclamar al mundo, Dios jamás ha existido.
La Revolución del siglo XVIII es hija de la reforma y de su espíritu de libre examen, fue el coronamiento de una época crítica destructora de la Edad Media católica (época orgánica por excelencia) que reposaba sobre la distinción entre el poder temporal y el poder espiritual (sociólogos en lugar de teólogos). Nace la época positiva por oposición a la era teológica y metafísica, en donde desaparecen los dogmas teológicos, lo absoluto. La ciencia moderna comienza a moverse en la órbita de lo relativo renunciando a la búsqueda de las primeras causas. La sociología toma el lugar de privilegio que antes le era reservado a la Teología en la figura de Comte, estudiando a la especie humana, a ese Gran Ser, en su desenvolvimiento progresivo considerando los deberes del hombre más que los derechos de Dios. Con Hegel la historia termina en el desarrollo absoluto de la Idea, en su culminación en el Estado prusiano, o, dicho gruesamente, en él mismo. Con Marx, en la instalación del comunismo, luego de la dictadura del proletariado que decreta el socialismo.
La antropología de persona y sociedad heredadas de estos fenómenos revolucionarios, son una mina preparada bajo tierra cuya explosión debe hacer saltar la concepción antropológica católica. La Constitución de un Estado y la distribución equitativa de los poderes dependen de la más delicada y compleja de las ciencias; exigen un conocimiento profundo de la naturaleza humana, de sus necesidades, de todos los procedimientos susceptibles de facilitar o de impedir los fines de interés público que se buscan por lo que una discusión abstracta sobre los derechos del hombre no aporta nada, ningún remedio para los males sociales. Solo sirve para atentar contra su dignidad y alejarlo de Dios. La naturaleza es la esencia de la cosa, la manifestación de la cosa. La esencia es el centro ontológico en el que se apoya la existencia del ser. La noción de los derechos del hombre, en su abstracción y con su carácter absoluto, es, en consecuencia, un error porque va contra el hombre mismo. La democracia moderna no es más que el resultado de una deplorable superstición de nivelación y de novedad, de no cambiar más que conservando y de no conservar más que cambiando, el culto francés por las viejas libertades individuales antropocéntricas y antropomórficas.
En los seis libros de la república, Bodin nos enseña que la República es un recto gobierno de varias familias y de lo que les es común, con potestad soberana; es la cosa pública, la comunidad política en general y no una forma de gobierno opuesta a la Monarquía o al Imperio. En el plano de la legitimidad, la comunidad política determina imperiosamente un recto gobierno siendo la potestad soberana inherente a la noción misma de comunidad política. Dentro de este escenario, la familia, ocupa el puesto de honor, es el punto de partida, la célula madre y también la imagen y el modelo de la comunidad política bien ordenada. Por lo tanto, una República sin potestad soberana que una a todos los miembros y partes de todas las familias y colegios en un cuerpo deja de ser República. La soberanía in abstracto, toca el toque de agonía del Estado Moderno porque lo desnaturaliza pervirtiendo su esencia y fin.
La soberanía es la potestad absoluta, simple y perpetua de una República. La soberanía, puede teóricamente residir tanto:
- En la muchedumbre (Democracia).
- En una minoría (Aristocracia).
- En un solo hombre (Monarquía).
- La democracia como tipo de sociedad no es salvaguardia de libertad humana, aún corregido por un Congreso, seguiría siendo el régimen de opresión de las minorías, así como de la competición de los partidos; un régimen que lleva dentro el embrión del relativismo. El relativismo impide al Estado llenar convenientemente las únicas verdaderas funciones de Estado: soberanía, respeto y promoción del orden natural, subsidiaridad y desarrollo integral como principios integradores de la sociedad, por lo que al suprimid el relativismo, el Estado recobrará automáticamente la libre gestión de esos altos problemas.
Fidelidad es más que no engañar
La fidelidad es la virtud para dar cumplimiento a una promesa.
En la mayoría de las personas podremos encontrar la idea de que la fidelidad conyugal consta en no tener una relación emocional con otra persona, pero pocos saben que la verdadera fidelidad en la pareja va más allá de esto. La fidelidad es reservarse y entregarse completa e incondicionalmente al amado. José Ortega Y Gasset decía que “La lealtad es el camino más corto entre dos corazones”.
La fidelidad es la virtud para dar cumplimiento a una promesa. El término proviene del latín fidelitas y también permite hacer referencia a la exactitud o puntualidad en la ejecución de una acción. Si bien la fidelidad no es algo propio y exclusivo de la relación de pareja (se puede ser fiel también en la amistad, en el deber, a ideales, etc.), sí es este contexto donde se tiene que dar de una manera muy peculiar y especial.
Muchas personas piensan que la fidelidad se limita al aspecto sexual, ante esto, Fernando Savater aclara que “la fidelidad es tener fe, ser fiel a alguien, pero en un sentido más amplio: tener fidelidad a su afecto, a sus gustos, hacer las cosas por cariño, por interés de verla vivir mejor, pero no exclusivamente en el terreno sexual”.
Al momento de contraer matrimonio hacemos una serie de promesas hacia nuestra pareja. El ser fiel, además de no engañar a nuestra pareja con otra persona, implica dar cumplimiento a cada una de esas promesas que hicimos. La fidelidad supone seguir un proyecto de vida en común que se establece a partir del acto de la promesa.
De tal manera que no es suficiente no engañar, no es suficiente el perdurar en la relación, “ser fiel no significa sólo mantener una relación a lo largo del tiempo, pues no es únicamente cuestión de tiempo sino de calidad. Lo decisivo en la fidelidad no es conseguir que un amor se alargue indefinidamente, sino que sea auténtico”, puntualiza el catedrático español Alfonso López Quintás.
Es importante puntualizar que la fidelidad hacia los demás se desprende en gran parte de la que tenemos hacia uno mismo. En la medida en la que no nos traicionemos y defraudemos a nosotros mismos, en que trabajemos por ser personas rectas, integras y transparentes, es en esa medida en que tendremos preparado el terreno para ser fieles con los demás. Hay que buscar siempre ser la mejor versión de sí mismo, el verdadero amor así nos lo exige.
Para ser fiel es necesario que desarrollemos en nosotros diversas virtudes y vivir día con día la decisión que tomamos de elegir exclusivamente a nuestra pareja. En una ocasión escuche decir a una persona que estaba siendo infiel durante el noviazgo para poder ser fiel ya en su matrimonio. Actuando bajo esta lógica lo único que estaba logrando sin darse cuenta era poner todo lo necesario… pero para ser infiel también en el matrimonio. La fidelidad no se da de manera automática al contraer matrimonio, es algo que se tiene que practicar desde toda la vida.
El escritor y poeta francés Georges Duhamel decía “Nunca he engañado a mi mujer. No es ningún mérito: la amo”. La fidelidad es una expresión del amor, pero de un amor verdadero, maduro. Si en verdad amo a mi pareja y reconozco el valor de nuestra relación conyugal, será poco probable que sea infiel en mi relación. Pareciera redundante, pero, para prevenir la infidelidad la mejor solución es amar.