Convertirse siguiendo las llamadas de Juan Bautista que prepara el camino del Señor
- 16 Diciembre 2014
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El Papa Francisco entre periodistas
Francisco anima a los medios a "despertar la chispa de las palabras"
El Papa denuncia los "pecados" de la comunicación: "La desinformación, la calumnia y la difamación"
"Una comunicación auténtica no se preocupa de culpar, sino de abrir y no cerrar"
La desinformación es "decir la mitad de las cosas" y esto hace que se tenga "un juicio" parcial de la realidad. "Una comunicación auténtica no se preocupa de 'llamar la atención'
(RV/Agencias).- "Despertar la chispa de las palabras" es uno de los deberes que según el Papa Francisco tienen los medios de comunicación. Así lo dijo al recibir en audiencia este lunes a los administradores, empleados y operadores de la televisión católica TV 2000, televisora de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI).
Francisco habló del hecho de "llenar y de cerrar" la comunicación. Se llena cuando se tiende a saturar nuestra percepción con un exceso de slogan que, en vez de trasmitir un pensamiento, lo anulan. Se cierra cuando en vez de llevar a cabo un largo camino de comprensión, se prefiere aquel breve de presentar a personas individuales como si fueran en grado de resolver todos los problemas..."
El Papa invita a abrir la comunicación y no cerrarla porque así será más "fecunda" en cuanto transportada por la "acción del Espíritu Santo, que es capaz de construir unidad y armonía".
El Papa también cuestiona cómo se hace la información hoy en día, y asegura que el error más evidente es la velocidad y poca reflexión en la comunicación porque se corre "enseguida a una solución, sin concederse la fatiga de representar la complejidad de la vida real".
El último punto en el que incide el Papa en su discurso a los comunicadores es el hecho de "hablar a toda la persona humana". En este sentido, se refiere a los pecados por evitar en los medios de comunicación: la desinformación, la calumnia y la difamación.
La desinformación es "decir la mitad de las cosas" y esto hace que se tenga "un juicio" parcial de la realidad. "Una comunicación auténtica no se preocupa de 'llamar la atención' ". Habla de este término como el más grave de los "pecados", porque te lleva a confundirse, al error, a creer solamente una parte de la verdad. El Papa agradeció a los presentes por su trabajo, y por su honestidad, y les confió a la protección de la Virgen y de San Gabriel, "el gran comunicador". Pidió a los periodistas evitar estos errores en su trabajo, entre los que también incluyó el"alarmismo catastrófico" y la "falta de sensibilidad", dos tendencias que "continuamente vemos" en la prensa y que "no ofrecen un buen servicio a las personas". El pontífice explicó que la desinformación, que dijo consiste en contar solo la mitad de las cosas, "lleva a no poder hacer un juicio preciso de la realidad". Asimismo, sostuvo que "una comunicación auténtica no se preocupa de culpar" sino de "abrir y no cerrar" y de "estar dispuesta no solamente a dar, sino también a recibir". "Hablad a las personas íntegras: a sus mentes y a sus corazones", instó el papa, quien pidió comunicar a través de una "cultura del encuentro" que estimó "necesaria en un contexto siempre plural". Dirigiéndose a los profesionales cuya empresa pertenece a la Conferencia Episcopal Italiana, expresó ser consciente de la fase de "replanteamiento y reorganización" que sufre su profesión que, aseguró, está "al servicio de la Iglesia".
III MARTES DE ADVIENTO
(Sof 3, 1-2. 9-13; Sal 33; Mt 21, 28-32)
EL RESTO DE ISRAEL
A menudo las noticias de cada día nos producen impactos violentos y llegan a transmitirnos pesimismo y desesperanza, pues contagian el ambiente de violencia, corrupción y radicalismos ideológicos. Puede parecer que no hay remedio y que estamos destinados a ser víctimas o espectadores de una sociedad que se destruye y se desangra, sin líderes honestos ni pensamiento positivo. La Biblia narra situaciones semejantes, por ejemplo, cuando Israel sufrió el exilio, la deportación, y todo indicaba que el pueblo de Dios quedaría aniquilado. En esas circunstancias, se levanta la voz del profeta: “Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera” (Sof 3, 13). Hace falta tener el corazón rendido, libre de toda especulación pretenciosa y afán de poder, abierto a los valores trascendentes, para gustar la brisa esperanzadora. “Mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren” (Sal 33). Puede parecer contrario a lo que se suele llamar políticamente correcto, pero Jesús llega a afirmar: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera. en el camino del reino de Dios” (Mt 21, 31). El creyente no se arredra, ni se echa atrás, y en los momentos recios se convierte en testigo de la fuerza que recibe del Espíritu. Al acercarnos al octavario que precede a la Navidad, es momento propicio para no perecer en desesperanza, porque sabemos que un Niño nos trae la salvación y la posibilidad renovadora, si lo acogemos.
FORTALEZA. Santa Teresa, en su itinerario espiritual, enseña: “Llegada aquí el alma, no tiene qué temer si no es si no ha de merecer que Dios se quiera servir de ella en darla trabajos y ocasión para que pueda servirle, aunque sea muy a su costa” (Los “Conceptos del Amor de Dios”, 3, 3).
Ella fue mujer recia y fuerte en tiempos de intemperie y adversidades. Y quien vive la humildad y el desasimiento no tiene que temer. “No haya miedo de nadie, que suyo es el reino de los cielos. No tiene a quién temer, porque nada no se le da de perderlo todo ni lo tiene por pérdida; sólo teme descontentar a su Dios; y suplicarle las sustente en ellas porque no las pierda por su culpa” (Camino de Perfección 10, 3).
Como antídoto ante la adversidad, bien podríamos cantar el poema teresiano: “Sigamos estas banderas: pues Cristo va en delantera, no hay que temer, no durmáis, pues que no hay paz en la tierra” (Poesías 29).
Evangelio según San Mateo 21,28-32.
Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: "¿Qué les parece? Un hombre tenía dos hijos y, dirigiéndose al primero, le dijo: 'Hijo, quiero que hoy vayas a trabajar a mi viña'. El respondió: 'No quiero'. Pero después se arrepintió y fue. Dirigiéndose al segundo, le dijo lo mismo y este le respondió: 'Voy, Señor', pero no fue. ¿Cuál de los dos cumplió la voluntad de su padre?". "El primero", le respondieron. Jesús les dijo: "Les aseguro que los publicanos y las prostitutas llegan antes que ustedes al Reino de Dios. En efecto, Juan vino a ustedes por el camino de la justicia y no creyeron en él; en cambio, los publicanos y las prostitutas creyeron en él. Pero ustedes, ni siquiera al ver este ejemplo, se han arrepentido ni han creído en él".
Beato Guerrico de Igny (c. 1080-1157), abad cisterciense. 5º sermón para el Adviento
Convertirse siguiendo las llamadas de Juan Bautista que prepara el camino del Señor
Es un gozo para mí, hermanos, evocar con vosotros el camino del Señor... del cual Isaías hace un elogio tan bello: «Habrá... en la tierra árida y en el desierto, un camino y una vía... Esta vía será llamada Vía Sacra» (Is 35, 7-8) porque ella es la santificación de los pecadores y la salvación de los que están perdidos...
«No pasará por ella el impío». Querido Isaías, ¿los que son impuros pasarán por otra vía? ¡Ah no! ¡Que todos vengan por esta vía y que en ella adelanten! Porque es sobretodo para los impuros que Cristo la ha trazado, ya que él «vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lc 19,10)... ¿Entonces, es que el impuro pasará por la Vía Sacra? ¡Dios no lo quiera! Por muy sucio que esté al pisarla, ya no lo será más cuando pase por ella, porque desde que habrá puesto en ella los pies, desaparecerá su suciedad. En efecto, la Vía Sacra está abierta al hombre impuro pues desde que ella lo acoge, lo purifica borrando todo el mal que ha cometido... No le deja pasar con su suciedad, porque es la «vía estrecha», y por decirlo de otra manera «el ojo de la aguja» (Mt 7,14; 19,24)...
Si tú estás ya en el camino, no te alejes de él; de no ser, así el Señor te dejará errar en el «camino de tu propio corazón» (Is 57,17)... Si encuentras la via demasiado estrecha, considera el término al que te conduce... Pero si tu mirada no alcanza ver el término, fíate de Isaías, el vidente. Él, que a la vez distinguía entre la estrechez y el término de la vía, añadía: «Sobre este camino marcharán los liberados, los rescatados del Señor; llegarán a Sión con cantos de gozo. Una felicidad sin fin transfigurará su rostro. Tendrán alegría y gozo. Huirán dolores y gemidos » (35, 9-10).
16 de diciembre 2014 Martes III Adviento Sonido 3, 1-2.9-13
El texto de Sofonías nos hace ver cómo la infidelidad nos lleva a la ceguera espiritual. Dios hará cambiar esta ofuscación cuando nos anuncia: «Un día yo cambiaré los labios de los pueblos en labios sinceros ...» Indudablemente que será Jesús, el que será un yugo suave y una carga ligera. Te espero, Señor, porque me enseñarás a no hacer injusticias, ni mentir, ni engañar. Pero dentro de mí me asalta una duda; en este mundo tan competitivo yo deseo eso que quieres enseñarme?
"Las monjas no salen a pedir limosnas"
"No deja la nueva fundación hasta que haya dejado a sus hermanas establecidas"
José Centeno, 15 de diciembre de 2014 a las 11:38
Estatua de Santa Teresa ante la muralla de Ávila
- Santa Teresa muestra una ciudad de tres culturas en su 500 cumpleaños
- El obispo de Segovia enaltece a Santa Teresa como "prototipo femenino"
- Ciudades teresianas presentan al Papa el proyecto 'Huellas de Santa Teresa'
Sus fundaciones fueron en las ciudades más importantes de entonces: Medina del Campo, Valladolid, Toledo, Salamanca, Segovia, Sevilla, Burgos, etc. además de Ávila
V Centenario del nacimiento de Santa Teresa
(José Centeno).- El aspecto más humano de Teresa, la mujer del día a día no se ha dado a conocer a pesar de la abundante información. Es conocida como La Santa, que dicen en Ávila. Sus arrobamientos místicos han obscurecido su gran personalidad humana. Cualquier santo es tanto más admirado y sugerente cuanto más se le conoce como ser humano. Historiadores, artistas, escritores, pensadores, filósofos, antropólogos, etc. Muchas personalidades, no solo creyentes, también ateos o agnósticos o indiferentes se han interesado por esta mujer. Casi siempre se nos ha trasmitido la espiritualidad de los santos desencarnada de su vida diaria y del contexto histórico imprescindible para comprenderles. Cómo son las relaciones de Teresa con su familia, su descendencia judeoconversa, pertenencia a una clase social media acomodada de hijosdalgo, sus relaciones con la aristocracia y altas jerarquías de la Iglesia y del Reino, los libros que leía, su vida juvenil de chica presumida, habladora, que la gustaba ser agradable y relacionarse. Aunque a algunos no les agrada la palabra, era feminista; protesta en sus escritos contra la baja estima o desprecio que eclesiásticos y civiles tenían de las mujeres, que las sometían a criar hijos, y a la monjas a hilar y a recitar de memoria las oraciones y no a pensar.
Abundaron sus quejas contra los inquisidores que prohibieron la lectura no solo de la Biblia, sino también de muchos libros espirituales. Son numerosas sus críticas sociales a la "honra" y a la "casta de los cristianos viejos" y a las apariencias sociales. Para ella no hay ninguna otra honra que las virtudes y ser hija de Dios. Rompe con la costumbre de no admitir monjas que no sean de sangre limpia; de hecho gran parte de las que entraron en sus monasterios eran de familias judeoconversas.
¿Qué lugar ocupa en la vida de Teresa de Jesús? El dinero, los bienes, las riquezas, las necesidades materiales, la comida, los quehaceres de cada día, están a la orden del día en sus escritos. Teresa de Jesús al ser descendiente de judeoconversos, aunque nunca lo dice abiertamente, está habituada a la mentalidad mercantil propios de los judíos. Pertenece la clase media acomodada.
El primer escrito que se conserva de Teresa, cuando tiene 31 años, es una carta al rentero que se hizo cargo del palomar de los Ahumada para decirle hágame merced de pagar el trigo, porque yo no lo tengo, porque el señor Martín de Guzmán (cuñado de Teresa) holgará de ello y lo pagará que ansí se suele hacer. En la última carta escribe también entre otras cosas sobre los dineros. En sus escritos de todo tipo, no solo en las cartas, también en los más místicos, alude con frecuencia al dinero, a las riquezas, al oro, los diamantes, los bienes, etc. Por ejemplo, dice que el alma es todo un diamante realizado por el Vidriero Divino y con oro de lo más subido. Afirma que las obras divinas son oro, joyas, piedras preciosas. Las obras humanas son "el carnado de cobre", moneda de ínfimo valor que estaba fuera de curso legal. En las Moradas del Castillo Interior hay una transposición descriptiva de la grandezas y riquezas de los castillos al Castillo o Morada donde habita el Señor Dios Nuestro.
Los dineros saltan en cada página aunque lo grandioso de ella es la profunda o alta espiritualidad de la unión con Dios tal y como escribe en sus libros sobre los distintos grados de la oración, de la unión mística con Dios bajo las palabra de Desposorios y del Matrimonio espiritual con Dios. Sin embargo los dineros o las riquezas son siempre un tema recurrente en su vida y escritos.
El destino de la mujer era ser esposa, servir al marido y a los hijos o soltera cuidando a los padres o al convento a sirviendo a Dios bajo la vigilancia de los clérigos. No se concebía una mujer sola en la vida. En 1536 con 21 años, Teresa, contra la voluntad de su padre que la buscaba un esposo de su rango, se escapó de casa para ingresar en el convento de la Encarnación. De acuerdo con un hermano "concertamos entrambos de irnos un día, muy de mañana, al monasterio a donde estaba aquella mi amiga que era al que yo tenía mucha afición.
El monasterio de la Encarnación había más de ciento cincuenta mujeres, no todas monjas, porque algunas de familias ricas entraban con sus criadas, recibían visitas de todo tipo en sus celdas que a veces tenían cocina. Otras dormían en pequeñas celdas o dormitorios corridos. La clausura se infringía por cualquier excusa. Había dentro las diferencia de clases de la sociedad. Las "freiras" eran en la práctica sirvientas. Unas vivían muy bien, otras pasando hambre y frío. Más que conventos, eran similares a beaterios donde ingresaban mujeres que se quedaban solteras, o que no querían casarse como le sucedió a Teresa. La vida era muy relajada como en la mayoría de los conventos. Teresa que es muy profunda y radical aspiraba con otras a otro tipo de vida más auténtico. Deciden salirse con algunas y fundar un monasterio que sea casa de oración, contemplación, pobreza y recogimiento. Una casa para una comunidad de doce o trece monjas, como Jesús y los discípulos.
La primera fundación es el monasterio de San José de Ávila en 1562. Quiso que fuera un monasterio en que viviesen de limosnas o de pobreza como le llamaba ella. Tuvo una muy fuerte oposición de la Encarnación y también de ciudad. Estamos en 1562, Teresa tenía 45 años y llevaba 27 años en la Encarnación. Debía obtener un permiso civil y otro del obispo. En aquella segunda mitad del siglo XVI había en el Reino una gran crisis económica por los muchos gastos que ocasionaban las guerras del rey Felipe II. Las autoridades y los demás conventos se resistían a permitir un convento más al que había que sufragar con más limosnas con los muchos que ya había. Las limosnas fueron disminuyendo como veremos más adelante.
Su intención es fundar conventos de pobreza, sin dote, y vivir de limosnas, para evitar la desigualdad que producen las dotes entre las hermanas, Para ello establece sus monasterios en las ciudades más importantes y, salvo alguna excepción, no se plantea fundar en los pueblos. Pero las dificultades económicas atemperó el principio de conventos de pobreza, sin dotes, tenía el peligro de convertirse en albergues de menesterosas. Sus conventos se nutrieron principalmente de mujeres de extracción burguesa. No admitía a analfabetas que no supiesen rezar el oficio divino. Vivir de rentas, no del trabajo, era el ideal y la honra del castellano pudiente. Ella, al contrario, desea vivir de limosna y sólo si es necesario del trabajo. Los conversos siempre fueron laboriosos por eso no descarta del todo el trabajo. Hase de vivir de limosna siempre, sin ninguna renta mientras se pudiere sufrir (Constit.9).
El realismo la obligó a adoptar decisiones flexibles y admitir algún trabajo en los lugares pequeños donde no hay limosnas porque en las partes que he fundado con renta es en lugares pequeños, que, o no se ha de hacer, o ha de ser así, porque no hay como se pueda sustentar.
En 1568 debido a las graves dificultades económicas de las dos fundaciones primeras de San José de Ávila y del de Medina del Campo, transigió en fundar también monasterios de renta, como el de Malagón. En adelante fue simultaneando unos y otros, según las posibilidades. En total fundó 17 conventos en veinte años, diez de pobreza y siete de renta. A partir de 1579 cinco "de pobreza" tuvieron que pasar a ser de renta. Teresa es mujer eminentemente práctica. Las familias bienhechoras, como solía suceder, costeaban iglesias, capillas o protegían monasterios para que intercediesen por sus almas y asegurarse el cielo con misas a perpetuidad. Teresa no se conforma con que la prometan los ducados suficientes para sus nuevas fundaciones. Ella exige firmar un contrato para que luego no se vuelvan atrás. Las rentas en lo posible no sean de casas o tierras, sino donaciones en dinero, en "juros" (fondos) o "censos" (créditos hipotecarios, con obligación de pagar una cierta cantidad de dinero anual). Admitan donaciones de tierras, dice a sus monjas, solamente si están muy cerca del convento donde puedan fácilmente desplazarse a cobrar la renta anual a los renteros porque si no al final se pierden. Las fundaciones debían de hacerse en pueblos con más de mil vecinos, importantes, con movimiento mercantil, en los que habitasen mercaderes y fluyese el dinero donde las familias de la alta sociedad facilitasen limosnas y donaciones. Deben estar bien comunicados no lejos del caserío para que puedan ser visitados y los donantes acedan sin dificultad. Sus fundaciones fueron en las ciudades más importantes de entonces: Medina del Campo, Valladolid, Toledo, Salamanca, Segovia, Sevilla, Burgos, etc. además de Ávila.
Desea que las monjas no tomen dote para evitar desigualdades dentro del convento, pero ante las muchas necesidades admite que aporten lo que puedan y si son ricas exige la dote, pero ninguna mujer se queda fuera por no tener dote. Si las monjas son muy para nosotras, que no hemos de mirar tanto el dote (Carta 176,5). Es un deleite para mí cada vez que tomo alguna que no trae nada, sino que se toma sólo por Dios (Carta 61,4). Teresa concibe el dote, así se decía entonces, como una donación y se utiliza para pagar deudas y comprar casas, muchas veces en mal estado, para las fundaciones o hacer obras y arreglos en los conventos. Acá en esta casa andan en habla (entran) dos monjas con mil y quinientos ducados, de Burgos, y son -dicen- muy buenas y harto menester para la obra y cercarla que con otra monja se acabará todo (Carta 223,7)
Las monjas no salen a pedir limosna, viven de las limosnas que reciban; no trabajan para subsistir. Tienen que estar dedicadas a la oración. No tienen, como otros monasterios, "casas de labor" (talleres) para vivir de su trabajo. No obstante pueden hacer la rueca solamente en los tiempos libres para no estar ociosas, y así, sí pueden sacarse algún dinero.
Como es muy realista admite en las Constituciones que en situaciones extremas ayúdense con la labor de sus manos como hacía San Pablo, que el Señor les proveerá de lo necesario, pero que no sean trabajos curiosos, sino hilar o coser y en cosas que no sean tan primorosas que ocupen el pensamiento para no le tener en Nuestro Señor; no en cosas de oro, ni plata, ni se porfíe en lo que han de dar por ello. Las hermanas no pueden poseer ninguna cosa en sus celdas ni para comer, ni para vestir, ni tengan arca, ni arquilla, ni cajón ni alacena... sino que todo sea en común (Constit, 2)
Antes de emprender una viaje para una fundación, Teresa, por medio de sus confesores o relaciones que tiene con la alta sociedad (su familia, aunque venida a menos, estaba bien relacionada) busca casas que tengan huerta y agua donde instalar el nuevo monasterio. Ella se ocupa de las transacciones para adquirirlas. Muchas veces las casas no son adecuadas como sucedió en Valladolid, están en mal estado o el propietario, en Burgos, a última hora se vuelve atrás o especula exigiendo más dinero Siempre viaja con dos o tres hermanas fundadoras y un fraile a la ciudad donde van a fundar. Se ven obligadas a dormir al aire libre, en posadas o en la calle o cobertizos hasta que la ceden o les entreguen la casa. La casa que recibió en Valladolid junto al río Pisuerga en la huerta de Río Olmos, no reunía buenas condiciones, era insalubre y alejada un cuarto de legua (poco más de un kilómetro) de la ciudad. Como de momento no había otra cosa, hubo que adecentar la casa para vivir las monjas. Escribe en la Fundaciones, hice muy secretamente venir oficiales y comencé a hacer tapias para lo que tocaba al recogimiento. Abandonó la casa unas semanas después por insalubre siendo acogidas en unas habitaciones del palacio de María de Mendoza, hermana del obispo de Ávila, donde hicieron vida monástica, hasta que varios meses más tarde compró otra casa en el actual emplazamiento.
Teresa no deja la nueva fundación hasta que haya dejado a sus hermanas establecidas. Que nunca hasta dejar casa propia y recogida y acomodada a mi querer, dejar ningún monasterio, ni he dejado. Que en esto me hacía Dios mucha merced, que en el trabajo gustaba ser la primera, y en todas las cosas para su descanso y acomodamiento procuraba hasta las muy menudas, como si toda mi vida hubiera de vivir en aquella casa; y así me daba gran alegría cuando quedaban muy bien (Fundaciones 19,6). En Burgos tuvo que permanecer cinco meses hasta dejar a sus hermanas en sitio definitivo.
"Porque yo siempre he pretendido que los monasterios que fundaba con renta la tuviesen tan bastante que no hayan menester las monjas a sus deudos, ni a ninguno, sino que de comer y el vestir les den todo lo necesario en la casa, y a las enfermas muy bien curadas, porque de faltarles lo necesario vienen muchos inconvenientes. Y para hacer muchos monasterios de pobreza sin renta nunca me falta corazón y confianza, con certidumbre que no les ha Dios de faltar, y para hacerlos de renta y con poca, todo me falta; por mejor tengo que no se funden. A las enfermas hay que darlas su buena ración de carne aunque sea viernes
Teresa manda que lleven una contabilidad diaria en cada convento con los ingresos y gastos. La limosna que diere el Señor en dinero se ponga siempre en el arca de las tres llaves luego; salvo si no fuere de nueve o diez ducados abajo, que se darán a la clavaria que a la priora le pareciere, y ella dé a la procuradora lo que dijere la priora que gaste. Y cada noche, antes que tañan a silencio, dé cuenta a la priora o a la dicha clavaria por menudo. Y hecha la cuenta, póngase por junto en el libro que haya en el convento, para dar cuenta al visitador cada año. Deo gracias. (Constit 2)
En el monasterio de Medina del Campo se conservan aún los primeros documentos contables. Por ejemplo en los años 1569-1571 ingresaron en total 207,8 ducados. 202 fueron de limosnas y el resto 5,7 de sus trabajos. Quince años más tarde en 1584-1585, debido a la penuria económica había pasado a ser de renta ingresaron 1000,9 ducados (cinco veces más) de los cuales 116 de limosnas (la mitad que en el otro bienio), 358 de dotes y 397 de censos y juros. Hay que tener en cuenta una fuerte inflación. El coste total de alimentación y obras por monja en 1562 era de 47 ducados. En 1585 de 68 ducados. En su libro de Modo de visitar los conventos previene contra el error de que las prioras sean gastadoras.
Tuvo siempre una relación muy estrecha con su hermano Lorenzo cuatro años más joven. Fue a las Indias en 1540 como casi todos sus hermanos y regresó viudo con tres hijos en 1572. Teresa tenía 60 años y le ayudó a adaptarse en Ávila. Entre otras cosas le orientó dónde invertir los dineros traídos de ultramar. Como en los últimos trece años había fundado ya once monasterios tenía larga experiencia en obras de construcción, compra-venta de casas y fincas, negocios, alquileres, rentas, pleitos y préstamos. Ella le ayudó a comprar una finca en la Serna, cerca de Ávila fue donde iría a vivir. Lorenzo la correspondió con donaciones y préstamos en el resto de las fundaciones. Ya lo había hecho antes desde las Indias. Se llevaba tan bien con él que hasta tenían confidencias espirituales. Él la encomendó a su hija pequeña de 8 años, Teresita, que vivió en el convento y estuvo siempre al lado de su tía, fue monja y la asistió los últimos años de su vida.
Tuvo que intervenir en el testamento de su hermano Lorenzo muy favorable a su hija Teresita, la monja, y al convento de San José. Falleció Lorenzo en 1580 de repente dos años antes que Teresa. El otro hermano, Pedro de Ahumada que era muy irresponsable, fue nombrado administrador y testamentario y tutor de sus sobrinos huérfanos Francisco y Teresita. La suegra de Francisco impugna el testamento para evitar que vayan los dineros al convento de San José y Teresita; pero ésta que no tenía buenas con su tía Teresa de Jesús, renunció a su parte en favor de su hermano Francisco. Tuvieron que negociar las monjas de San José con la familia la parte correspondiente al convento.
Se gana dejándolo todo.
A pesar de estar tan involucrada en intervenir en tantos negocios ella también escribe sobre lo que piensa del dinero y las riquezas:
Si con ellos (dineros) se pudiese comprar el bien que ahora veo en mí, tuviéralos en mucho, más ve que este bien se gana dejándolo todo. ¿Qué es esto que se compra con estos dineros que deseamos? ¿es cosa de precio?, ¿es cosa durable y para qué los queremos?... Muchas veces se procura con ellos el infierno y se compra el fuego perdurable y pena sin fin... ¡Con qué amistad se tratarían todos si faltase interés de honra y de dineros! Tengo para mí que se remediaría todo (Vida 20,27)
Que yo me río y me congojo de las cosas que nos vienen a encargar, que supliquemos a Su Majestad rentas y dineros, y algunas personas que querría yo que suplicasen a Dios los repisasen (pateasen) todos. Ellos buena intención tienen, y allá lo encomiendo a Dios, por decir verdad, aunque tengo para mí que en estas cosas nunca me oye (Cam Perfec 1,5)
Nunca dejéis de recibir las que vienen a ser monjas... porque no tengan bienes de fortuna, si tienen virtudes (Fundac 27,13)
Francisco, durante el Sínodo
Agencias
Juan Masiá, sj., comienza a contestar las nuevas preguntas del Sínodo de la Familia
"Ética de brújula y faro, en vez de moral de semáforo en rojo"
"Pensemos las respuestas desde una ética de criterios flexibles para situaciones diversas"
Las doctrinas no son intocables, sino evolucionan. Aunque no cambie la fe, sí evolucionan las creencias que la expresan
(Juan Masiá, sj.).- Notas al cuestionario del Sínodo: Pregunta preliminar. La pregunta previa referida a todas las secciones dice así:¿La descripción de la realidad de la familia presente en la Relatio Synodi corresponde a lo que se observa en la Iglesia y en la sociedad de hoy?
A continuación, el Cuestionario explica la intención de esta pregunta preliminar, destinada a orientar todo el conjunto de las 45 preguntas, y dice que estas "preguntas desean facilitar el debido realismo en la reflexión de cada episcopado, evitando que sus respuestas puedan ser dadas según esquemas y perspectivas propias de una pastoral meramente aplicativa de la doctrina" .
Es decir, que las preguntas están hechas desde la ética de brújula y faro, en lugar de la moral de semáforo. Por tanto, conviene que pensemos las respuestas para hacer propuestas con la misma mentalidad abierta de las preguntas.
Es decir, que pensemos las respuestas desde una ética de criterios flexibles para situaciones diversas, en vez de una moral de normas inflexibles aplicadas a casos homogeneizados.
Las doctrinas no son intocables, sino evolucionan. Aunque no cambie la fe, sí evolucionan las creencias que la expresan.
La moral cerrada es "binaria": 1) normas inflexibles y 2) casos homogéneos. La ética abierta es "ternaria": 1) criterios de valores, 2) normas para protegerlos y 3) situaciones diversas. El filósofo Paul Ricoeur hablaba de dos momentos éticos: el anterior y el posterior a las normas. Para evitar la exageración de aplicar automáticamente normas a casos, hay que partir de la realidad concreta de las situaciones, orientada a la luz de los criterios de valores, que están por encima y preceden a las normas. Así es la ética de criterios y actitudes, en vez de recetas sin excepciones.
Adelaida (Alicia), Santa
Emperatriz de Italia
Sesenta y ocho años llenos de agitación en los que una mujer de las importantes quiso y supo ser "testigo" de Cristo. Esta fue Adelaida o Alicia, emperatriz en Italia. Casada muy joven con el rey de Italia Lotario, se le prometía una vida feliz con su recién nacida hija Emma y probablemente el matrimonio deseaba terminar sus días "comiendo perdices", como se pone fin a los cuentos de princesas y príncipes que probablemente también en su época se contaban. Pero a veces los planes de la Providencia no coinciden con los de los hombres; se complican, van y vienen por tortuosos senderos, en muchas ocasiones imprevistos y en otras muy dolorosos, de los que el Señor sabe sacar mayores bienes. Así pasó. En realidad toda su vida estuvo envuelta en las turbulencias políticas y militares propias del tiempo. Cuando murió su primer marido sólo tiene dieciocho años y, tan joven, ya es reina, madre y viuda. Otro matrimonio, el segundo, la va a relacionar con la historia de los tres primeros Otones: su marido, hijo y nieto. En su vida están presentes los sufrimientos por cárcel y destierro. También entendió mucho de intrigas de la Corte, de confabulación, de envidias, de traiciones y de falsedades. Inculpablemente tuvo que soportar la incomprensión de propios y extraños porque la ambición y el poder ciega los ojos de los que no son buenos. Regente emperatriz, retoma funciones de mando en tiempos de Otón III. Ahora muestra con sus obras lo muerta que estaba para sí misma y que la anterior piedad, la de toda su vida, fue un asunto sincero. La emperatriz se dedica a hacer el bien. Protege, socorre y consuela a los necesitados. Considera el poder como una carga para ella y un servicio para el bien del pueblo. No es injusta, ni vengativa con quienes le injuriaron en tiempo pretérito. Muestra esmero infatigable en las tareas de gobierno. Reza, se mortifica y expía por los pecados de su pueblo. Magdeburgo es ejemplo de que propicia el resurgir de los templos. Tenida por santa, muere en Salces, en la Alsacia, en el 999.