Vuestro Padre que está en los cielos no quiere que ni uno de estos pequeños se pierda

Eulalia de Mérida, Santa

Memoria Litúrgica, 10 de diciembre

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: En Mérida, de Lusitania (hoy España), santa Eulalia, virgen y mártir, que, según se dice, siendo aún joven no dudó en ofrecer su vida por confesar a Cristo († c. 304).

Etimológicamente: Eulalia = “la que habla bien”. Viene de la lengua griega.

Breve Biografía

Nos encontramos en Mérida, Extremadura en el año 300. En primer lugar, hay que decir que hay dos Eulalias: la de Mérida y la de Barcelona.

La vida de estas dos mártires se relatan en los poemas de nuestro compatriota Prudencio (+415).

Dice:"Nuca estuvo una criatura humana dotada de tanta gracia y atractivo. A pesar de los 12 inviernos y trece primaveras que tenía, nunca permitió que se le hablara de lecho nupcial, pues su cuerpo pertenecía a Cristo"..

Vivía con este convencimiento. No soñaba lo que le aguardaba en puro corazón y mente esclarecida.

Por aquel tiempo se desencadenó la persecución de Diocleciano. Ya estamos en lo mismo, pero al mismo tiempo interesante y novedoso por ver la reacción de esta chica de Mérida y de tantos otros cristianos.

Ella, no solamente no le tenía miedo a la muerte, sino que incluso deseaba ser mártir por amor a Cristo. Desde luego, la admiración cuando se estudia todo esto a tantos siglos de distancia, es extraordinaria.

Los padres querían impedir a toda costa que muriese. Para ello, la encerraron en un castillo. El único que podía verla era el sacerdote Félix y la ama de llaves.

El gobernador romano tenía la orden de que todo aquel cristiano que no quemase incienso a los dioses, iría derecho a la muerte.

Eulalia convenció al ama de llaves para que le dejara salir. Salieron las dos juntas ante el gobernador. Le reprocharon su crueldad. En seguida mandó martirizar primero a Julia, la empleada, y a continuación a Eulalia.

El juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.

Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y que los verdugos salieron huyendo, llenos de pavor y de remordimiento por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que varios días después llegaron unos cristianos y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir. Allí en el sitio de su sepultura se levantó un templo de honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio de ella muy notables favores de Dios.

Con el tiempo se convirtió en una de las santas españolas más venerada.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!

Entre la oveja y su Pastor

santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14. Martes II de Advieno

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Ilumina, Señor, mi mente para poder pensar en ti; forma mi inteligencia para saber qué quieres de mí; enciende mi corazón para poder amar sin medida; da fuerza a mi voluntad para poder cumplir tu voluntad.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 18, 12-14

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Si nos detenemos a ver nuestras debilidades y caídas, es probable que surja en nosotros un sentimiento de rechazo, pues es difícil aceptar nuestras imperfecciones. Podremos estar perdidos e incluso heridos, y aun así seguir ignorando nuestra realidad. El orgullo, la soberbia, el egoísmo… tendemos a no aceptar nuestras heridas. Nadie encuentra fácil admitir que está en la misma situación de una oveja perdida y herida.

Por otra parte, el pastor busca, pero busca esperando, pues él conoce el momento perfecto para salir al encuentro. Espera a que ella reconozca lo que necesita y que se dé cuenta de que no está en su lugar. El pastor espera, espera y espera. No basta encontrarla, tomarla y regresarla contra su voluntad; quiere que su oveja experimente la necesidad de su Pastor.

Para aquellos que tienen la capacidad de obrar con fuerza y salud, es difícil verse como ovejas perdidas y heridas. Sin embargo, todo hombre tiene alguna pequeña llaga, sea superficial o profunda. Todos tenemos que regresar al rebaño del que hemos salido (el cielo). Y por eso todos debemos dejarnos llevar por Cristo Buen Pastor que da la vida por sus ovejas. Esto es un testimonio de humildad ya que las heridas las llevan los consagrados y laicos; los niños, jóvenes y adultos; todos tenemos que dejarnos llevar por Cristo aceptando nuestras heridas y aceptando que necesitamos regresar a casa.

«No olvidemos que Jesús es el único Pastor que nos habla, nos conoce, nos da la vida eterna y nos protege. Nosotros somos el único rebaño y solamente tenemos que esforzarnos por escuchar su voz, mientras Él escruta con amor la sinceridad de nuestros corazones. Y de esta intimidad continua con nuestro Pastor, de este coloquio con Él surge la alegría de seguirlo, dejándonos conducir a la plenitud de la vida eterna»

(Homilía de S.S. Francisco, 12 de mayo de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy seré testimonio de humildad aceptando mis debilidades.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El Papa: "El Buen Pastor no se resigna a perder ninguna oveja"

El Papa recuerda que si queremos 'tener' a Jesús debemos seguirle allí donde se encuentra la oveja descarriada.

(ZENIT – Ciudad del Vaticano, 4 de mayo de 2016).- Miles de personas procedentes de todos los rincones del mundo, se han reunido un miércoles más en la plaza de San Pedro, con ocasión de la audiencia general del papa Francisco. El Santo Padre, antes de la catequesis, ha pasado por los pasillos de la plaza con el papamóvil para responder desde la cercanía a la calurosa bienvenida que le daban los fieles.

En la reflexión de esta semana, el Pontífice ha hablado sobre la imagen del Buen Pastor, icono que “desde siempre representa la preocupación de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder a ninguno”.

Así, en el resumen que hizo en español, indicó que “delante de los Fariseos que se escandalizaban de su relación con los pecadores, Jesús les propone esta paradoja: «¿Quién, si se le pierde una oveja, sería capaz de dejar a las 99 en el desierto para ir a buscarla?” Fíjense –ha indicado– que no dice que las deja en el redil, en un lugar seguro, sino en el desierto, sin agua, sin comida, a merced de las fieras y ladrones.

De este modo, el Santo Padre ha asegurado que “no parece sensato, y sin embargo así hace el Buen Pastor”. No se preocupa, ha precisado Francisco, de poner a salvo primero al resto del rebaño, sino que va de inmediato en busca de la oveja perdida y la lleva a casa sobre sus hombros.

Al respecto, el Pontífice ha advertido de que “muchas veces también nosotros nos escandalizarnos de esta actitud aparentemente inconsciente del Señor, pero hay una razón para actuar así”. Por eso ha señalado que no podemos exigir al Señor que permanezca con nosotros, olvidándose del otro; “nadie puede sujetarle, frenar su amor por todos”.

El Papa ha concluido asegurando que “si queremos “tenerle”, debemos seguirle, seguirle allí donde se encuentra la oveja descarriada, si nos movemos con él, también nosotros haremos fiesta al encontrarla y volver juntos a casa”.

A continuación, el papa Francisco ha saludado cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a la peregrinación interdiocesana de Mérida-Badajoz y Coria-Cáceres acompañados de sus Obispos Mons. Celso Morga y Francisco Cerro, así como a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.

Así, ha aseverado, “cada uno de nosotros es esa oveja que el Señor lleno de misericordia ha querido cargar sobre sus hombros para llevarla a su casa y, al mismo tiempo, cada uno de nosotros hemos sido llamados a recoger junto al Buen Pastor a toda la grey, para participar así de su alegría”.

Después de los saludos en las distintas lenguas, el papa Francisco ha saludado en particular a los jóvenes, los enfermos y los recién casados. Recordando que el mes de mayo lo dedicamos a la Virgen, ha pedido a los jóvenes que cultiven “la devoción a la Madre de Dios con la oración cotidiana del Rosario”. Del mismo modo, ha pedido a los enfermos que sientan la cercanía de María de Nazaret “en la hora de la cruz”. Y finalmente, ha pedido a los recién casados que recen a la Virgen “para que no falte nunca en nuestra casa en amor y el respeto recíproco”.

Publicamos a continuación la catequesis completa del papa Francisco:

“Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Todos conocemos la imagen del Buen Pastor que carga sobre los hombros la oveja perdida. Desde siempre este símbolo representa la preocupación de Jesús hacia los pecadores y la misericordia de Dios que no se resigna a perder a nadie. La parábola es contada por Jesús para hacer comprender que su cercanía a los pecadores no debe escandalizar, sino al contrario, provocar en todos una serie reflexión sobre cómo vivimos nuestra fe. El pasaje ve por una parte a los pecadores que se acercan a Jesús para escucharlo y por otra a los doctores de la ley y los escribas que sospechaban y se alejan de Él por ese comportamiento suyo. Se alejan de Él porque Jesús se acercaba a los pecadores. Estos eran orgullosos, eran soberbios, se creían justos.

 Nuestra parábola se desarrolla entorno a tres personajes: el pastor, la oveja perdida y el resto del rebaño. Pero quién actúa es solo el pastor, no las ovejas. Por tanto el pastor es el único verdadero protagonista y todo depende de él. Una pregunta introduce la parábola: “Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla?”. (v. 4).

Se trata de una paradoja que lleva a dudar de la actuación del pastor: ¿es sabio abandonar a las noventa y nueve por una sola oveja? ¿Y además dejándolas no seguras en un redil sino en el desierto? Según la tradición bíblica el desierto es lugar de muerte donde es difícil encontrar comida y agua, sin refugio y a merced de las fieras y los ladrones. ¿Qué pueden hacer las noventa y nueve ovejas indefensas?

La paradoja por tanto continúa diciendo que el pastor, al encontrar la oveja, “la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: Alégrense conmigo”(v. 6). ¡Parece que el pastor no vuelva al desierto a recuperar a todo el rebaño! Ocupado con esa única oveja parece olvidarse de las otras noventa y nueve. Pero en realidad no es así. La enseñanza que Jesús quiere darnos es más bien que ninguna oveja puede quedarse perdida. El Señor no puede resignarse al hecho de que una sola persona pueda perderse.

El actuar de Dios es de quien va a buscar a los hijos perdidos para después hacer fiesta y alegrarse con todos por haberlos encontrado. Se trata de un deseo irrefrenable: ni siquiera las noventa y nueve ovejas pueden parar al pastor y tenerlo encerrado en el redil. Él podría razonar: ‘Pero, hago un balance: tengo noventa y nueve, he perdido una, pero no es una gran pérdida’. No, él va a buscar a esa, porque cada una de ellas es muy importante para él y esa es la más necesitada, la más abandonada, la más descartada; es Él quien va a buscarla.

Todos estamos avisados: la misericordia hacia los pecadores es el estilo con el que Dios actúa y a tal misericordia Él es absolutamente fiel: nada ni nadie podrá distraerlo de su voluntad de salvación.

Dios no conoce nuestra cultura actual del descarte, Dios no tiene nada que ver con esto. Dios no descarta a ninguna persona; Dios ama a todos, busca a todos… ¡Todos! Uno por uno. Él no conoce esta palabra ‘descartar a la gente’, porque es todo amor y misericordia.

El rebaño del Señor está siempre en camino: no posee al Señor, no puede pretender encarcelarlo en nuestros esquemas y en nuestras estrategias. El pastor será encontrado allá donde está la oveja perdida. El Señor por tanto es buscado allí donde quiere encontrarnos, ¡no donde nosotros queremos encontrarlo! De ninguna otra manera se podrá recomponer el rebaño si no es siguiendo el camino marcado por la misericordia del pastor. Mientras busca a la oveja perdida, él provoca a las noventa y nueve para que participen en la reunificación del rebaño. Entonces no solo la oveja llevada a hombros, sino todo el rebaño seguirá al pastor hasta su casa para hacer fiesta con “amigos y conocidos”.

Debemos reflexionar a menudo sobre esta parábola, porque en la comunidad cristiana siempre hay alguien que falta y se ha ido dejando el puesto vacío. A veces esto es desalentador y nos lleva a creer que sea una pérdida inevitable, una enfermedad sin remedio. Es entonces cuando corremos el peligro de encerrarnos dentro de un redil, donde no habrá olor de ovejas, ¡sino olor a cerrado!

Y nosotros cristianos no tenemos que estar cerrados porque oleremos a cosas cerradas. ¡Nunca! Debemos salir y este cerrarse en sí mismo, en las pequeñas comunidades, en la parroquia, allí, …’Pero nosotros, los justos’… Esto sucede cuando falta el impulso misionero que nos lleva a encontrar a los otros.

En la visión de Jesús no hay ovejas definitivamente perdidas, este debemos entenderlo bien: para Dios nadie está definitivamente perdido. ¡Nunca! Hasta el último momento, Dios nos busca. Pensemos en el buen ladrón. Pero solo en la visión de Jesús nadie está definitivamente perdido sino solo ovejas que son encontradas, ovejas que son encontradas.

La perspectiva por tanto es dinámica, abierta, estimulante y creativa. Nos empuja a salir en búsqueda para emprender un camino de fraternidad. Ninguna distancia puede tener lejos al pastor; y ningún rebaño puede renunciar a un hermano. Encontrar a quien se ha perdido es la alegría del pastor y de Dios, ¡pero es también la alegría de todo el rebaño! Somos todos ovejas encontradas y recogidas por la misericordia del Señor, llamados a recoger juntos a Él y a todo el rebaño!

Oración, estudio, comunión y cercanía

El Papa a los seminaristas del Pontificio Seminario Regional Flaminio

La belleza de la llamada al sacerdocio y la importancia de la formación en el Seminario, fueron el centro del discurso que el Santo Padre Francisco dirigió  esta mañana a los miembros del Pontificio Seminario regional Flaminio Benedetto XV de Bolonia, querido por San Pío X,  con ocasión del centenario de fundación. Una llamada, la del sacerdocio, que da “el don y el compromiso”, recuerda el Papa, de representar “al Buen Pastor en medio de su pueblo y de vivir como el Buen Pastor en medio de su pueblo”. Para prepararse a esta misión, el Papa les habla del lugar de crecimiento y de formación, el seminario, indicando tres aspectos que lo identifican: casa de oración, casa de estudio y casa de formación.

La fe cultivada corazón a corazón con Jesús
"Ustedes están llamados a ser evangelizadores en vuestra región, marcada también ella por la descristianización": dice Francisco, evidenciando que quienes están más expuestos “al viento frío de la incertidumbre y de la indiferencia religiosa, necesitan encontrar en la persona del sacerdote aquella fe robusta que es como una antorcha en la noche y como una roca a la cual agarrarse. Esta fe  - asegura - se cultiva sobre todo en la relación personal, corazón a corazón, con la persona de Jesucristo".

En el seminario ‘casa de oración’, añade Francisco, el Señor convoca a los suyos a un lugar apartado para vivir una experiencia fuerte de encuentro y de escucha” a través de la cual los quiere preparar a convertirse en “educadores del Pueblo de Dios en la fe”. Y para ello es necesario – afirma – empeñarse en la formación espiritual, aprender a “estar con Él” como así también es esencial "el encuentro con Jesús en el rostro de los pobres".

El estudio para una misión común
El segundo aspecto que caracteriza al seminario es el estudio, que es “parte integrante de un itinerario que apunta a la educación de una fe viva y consciente, llamada a transformarse en la fe del pastor” y que “no es sólo instrumento privilegiado para el conocimiento sapiencial y científico" sino que es también  un “instrumento de un saber compartido”:

“El compromiso de estudiar, incluso en el Seminario, es claramente personal, pero no es individual. Compartir lecciones y estudios con otros seminaristas es también una manera de unirse a un presbiterio”.

Francisco recuerda que - sin descuidar las inclinaciones y los talentos personales, sino al contrario, valorizándolos -  en el seminario “se estudia para una misión común” que da "un 'sabor' muy especial al aprendizaje de la Sagrada Escritura, de la teología, de la historia, del derecho y de todas las disciplinas". Se confrontan diferentes sensibilidades personales en el horizonte común de la llamada y la misión,  un solo horizonte eclesial desprovisto de autorreferencialidad.

La caridad de la mano de la fraternidad
La tercera dimensión del seminario es la de ser una "casa de comunión" y tiene también un carácter "transversal", porque "parte de la apertura a los demás", pero toma la forma de "comunión presbiteral en torno a la guía del Obispo":

“La caridad pastoral del sacerdote no puede ser creíble si no va precedida y acompañada de la fraternidad, primero entre los seminaristas y luego entre los sacerdotes”.

“Una fraternidad – explica el Papa -  cada vez más impregnada de la forma apostólica y enriquecida por las características propias de la diocesanidad, es decir, por las características particulares del pueblo de Dios y de los santos, especialmente de los santos sacerdotes, de una Iglesia particular”.

En este contexto, concluye el Papa, el seminario se califica como un "camino que educa a la confrontación constante con Cristo" y a considerar la pertenencia al "único presbiterio como dimensión previa de actuar pastoral y testimonio de comunión,  indispensables para servir al misterio de la Iglesia y su misión en el mundo".

Las cuatro “cercanías”
Hablando de fraternidad, el Papa decide hablar espontáneamente para resumir las cuatro “cercanías”,  señalando cuanto son importantes para los sacerdotes diocesanos:

"Cercanos a Dios, cercanos al obispo sin el cual -afirma- la iglesia no va y el sacerdote puede ser un líder pero no un sacerdote", y cerca de los sacerdotes". "Tercera cercanía: cercanos al presbítero, entre ustedes". Y añade:

“Esto es algo que me hace sufrir, cuando veo a los sacerdotes fragmentados, donde están unos contra otros, o todos corteses, pero luego se critican unos a otros. Si no hay un presbiterio unido... Eso no significa que no se pueda discutir, no, se discute, se intercambian ideas, pero la caridad es lo que une”.

Y la cuarta cercanía: la cercanía al pueblo de Dios. “Por favor, recomienda, no te olvides de dónde vienes”. “Acuérdate de tus raíces”, y que has sido "elegido por el Señor". “No has venido para hacer carrera eclesiástica” recuerda.

Si falta uno de estas cercanías, “el sacerdote no funciona y se deslizará lentamente hacia la perversión del clericalismo o en actitudes de rigidez. Donde hay clericalismo hay corrupción, y donde hay rigidez, bajo la rigidez, hay problemas graves”.

Recordando que ayer se celebró la solemnidad de la Inmaculada Concepción, Francisco se despidió confiándolos a los brazos de la Virgen María, para que con su ayuda sepan descubrir cada día el "precioso tesoro" que es Cristo.

4 virtudes a conquistar en este Adviento. Empecemos con la templanza

La templanza es esa capacidad que nos permite experimentar la paz de espíritu

El Adviento es un tiempo de espera. Personalmente es una época que disfruto mucho, no necesariamente porque implica la celebración de la Navidad, sino porque es un tiempo de expectativa, de estar vigilantes, así como nos decía el Evangelio el domingo pasado.  

Estamos a la espera del Rey de reyes que nos trae la promesa de la vida y la felicidad eternas. Hemos sido invitados a participar en el más grande de los banquetes, somos unos simples invitados que para ingresar necesitan, en primer lugar, querer hacerlo y hacerse de un “vestido” apropiado: revestirse de Dios. En este sentido, las virtudes son un camino infalible para conseguir este “vestido” para presentarnos delante de Dios. Aprovechemos este Adviento para ir reflexionando y conquistando nuestra propia vida mediante las virtudes, hoy hablaremos de la templanza:

La Templanza

La templanza es una virtud de la que se habla poco y se sabe menos, sin embargo, es fundamental en nuestras vidas. «Es aquella fuerza interior que nos ayuda a ordenar nuestros estados de ánimo, de manera que se expresen con armonía, proporción y serenidad». Es esa capacidad que nos permite experimentar la paz de espíritu. Es una virtud que tiene que ver con el conocimiento y el dominio de uno mismo, lo que se irradia a los demás, creando un ambiente acogedor, templado, seguro y suave. Esta es una virtud que, para hacerla crecer, necesitamos relacionarnos con nosotros mismos, es ahí donde radica la dificultad. Aquí algunos consejos.

1. Empieza en la intimidad de la familia

Como todo aprendizaje, el mejor lugar para empezar a aprender es la familia. Son los padres los primeros en inculcar con el ejemplo las virtudes. Y en este sentido la templanza se evidenciará en el ambiente de seguridad, calma y afecto que se les de a los niños, así como en el trato cotidiano. El amor bueno y recto es el camino seguro hacia la templanza. Un camino donde el egoísmo no tiene cabida.

2. Aprecia la austeridad

En esta época del año la austeridad parece un concepto inexistente. Los regalos, las fiestas, los banquetes y los adornos están a la orden del día. Voltear la mirada hacia la austeridad puede parecer difícil, sin embargo, el ser austero implica mirar hacia adentro y hacerse la pregunta: ¿realmente necesito esto o es simplemente por el gusto de tenerlo o aparentar?

3. Aprende a moderar el gusto

Y esto tiene que ver con el punto anterior. Muchas veces, le hacemos más caso a lo que nos gusta que a lo que tenemos o necesitamos hacer. Recordemos que no porque nos guste hacerlo es necesariamente bueno. A veces, puede gustarnos algo que es nocivo para nosotros, yéndonos a un extremo, la adicción a las drogas ilustra muy bien a lo que me refiero. En lo cotidiano podemos tener ciertas “adicciones” que vencer. Empecemos con pequeñas renuncias como, por ejemplo, dejar de comer en exceso o solo lo que nos agrada, moderar la forma de vestirnos o estar excesivamente pendiente de ella, etc.

4. Protege y cultiva los momentos de silencio

Las nuevas tecnologías han traído muchos beneficios, pero hemos llegado al punto en que estamos constantemente conectados con ellas, recibiendo y enviando información de todo tipo, todo el tiempo. En esta situación, el silencio es el gran ausente.  Empezar a buscar espacios en los que aprendamos a hacer silencio es fundamental. La oración es buen momento para empezar.


5. Dale espacio a tu crecimiento espiritual

Y aquí no me refiero a estudios tipo las matemáticas o el cálculo, sino empezar a estudiar temas que te enriquezcan en tu crecimiento personal, tales como el arte, la música, los temas de fe y conocimiento personal. Conocer los distintos caminos espirituales del a Iglesia, las virtudes, la Palabra de Dios, etc., todo eso te ayudará para tener más claro tu propio camino de conversión y acercamiento al Señor.

6. Aprende a observar

La templanza es una virtud, que si bien, tiene que ver con la relación que uno tiene consigo mismo, nada tiene que ver con el egocentrismo y mucho menos con el egoísmo. Aprende a observarte y a observar a los demás desde una mirada compasiva y comprensiva de la realidad. Aprende a buscar en cada detalle concreto de tu vida, qué es lo que quiere Dios de ti.

¿La Biblia enseña sobre el Adviento?

La preparación para recibir a Jesús es tan importante que la Escritura se nos dice que Dios manda al pueblo un mensajero para que el pueblo se prepare

Estamos en una de las etapas del año litúrgico más hermosas, “ El Adviento”. En esta etapa debemos preparar nuestro corazón y nuestra mente para la venida del Señor. Las Navidades no son fiestas de consumo y gastos, sino son un tiempo en el que debemos vivir humildes y sencillos pues el Rey de Reyes nacio tan solo en un pesebre. Por ello, este tiempo debe hacernos más espirituales y no al contrario. Así lo enseña la Escritura:

Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón.  Mateo 6:21

¿Cual es  tu tesoro? Esta pregunta nos la deberíamos hacer todos, y seguramente nuestra respuesta sería: las cosas materiales como dinero, familia, bienes, casas etc . Sin embargo, nuestro tesoro debe ser nuestra fe puesta en Cristo, y en este tiempo una gran luz esta a punto de nacer, por lo que esta luz debe iluminarnos a seguir el camino correcto. Así que Pueblo de Dios, prepará tu corazón para recibir la LUZ DEL MUNDO.
 
Historia del Adviento


La palabra Adviento proviene del latín "Adventus" que significa la venida . En un principio con este término se denominaba al tiempo de la preparación para la segunda venida de Cristo o parusía y no el nacimiento de Jesús como ahora lo conocemos ( en Hechos 13,24 y Hechos 7,52 se usa Adventum para referirse a la Venida de Cristo en la Encarnación). Haciendo referencia a este tiempo la primitiva Iglesia meditaba sobre los pasajes evangélicos que hablan del fin del mundo, el juicio final y la invitación de San Juan Bautista al arrepentimiento y la penitencia para estar preparados.
 
No se sabe desde cuando se comienza a celebrar. En los antiguos leccionarios de Capua y Wursemburgo hacen referencia al Adventu Domini. En los leccionarios gregoriano y gelasiano se encuentran algunas plegarias con el título de Orationes de Adventu. Más tarde comienzan a aparecer las domínicas ante Adventum Domini, en las cuales al término adventus se le asocia con la preparación a la Navidad .
 
La primera referencia que se tiene a esta temporada es cuando el obispo Perpetuo de Tours (461-490) estableció un ayuno antes de Navidad que comenzaba el 11 de Noviembre (Día de San Martín). El Concilio de Tours (567) hace mención a la temporada de Adviento. Esta costumbre, .a la cuál se le conocía como la Cuaresma de San Martín, se extendió por varias iglesias de Francia por el Concilio de Macon en 581.
 
Existen algunas homilías, probablemente la mayor parte de San Cesáreo, Obispo de Arlés (502-542), en las que encontramos mención de una preparación antes de la Navidad; todavía, a juzgar por el contexto, no parece que exista ninguna ley general sobre la materia.
 
Fundamento Bíblico del Adviento
 
El Adviento es un tiempo litúrgico que comienza en el Domingo más cercano a la fiesta de San Andrés Apóstol (30 de Noviembre) y abarca cuatro Domingos. El primer Domingo puede adelantarse hasta el 27 de Noviembre, y entonces el Adviento tiene veintiocho días, o retrasarse hasta el 3 de Diciembre, teniendo solo veintiún días.
 
En la Vulgata latina se usa adviento de dos formas:

*Para referirse a la Segunda Venida de Cristo-  Mateo 24,35 , Mateo 24;39,1Cor 15,23, 1Tes 2,19 1Tes 3,13
 
*Para referirse al anuncio de la Venida del Mesias encarnado- Hechos 13,24, Hechos 7,52.

¿Puede la iglesia elegir una fecha específica para celebrar un acontecimiento litúrgico?
 
San Pablo nos habla sobre elegir unos días mejor que otros:

Unos tienen preferencia por algunos días, mientras que para otros, todos los días son iguales. Que cada uno se atenga a su propio juicio.
El que distingue un día de otro lo hace en honor del Señor; y el que come, también lo hace en honor del Señor, puesto que da gracias a Dios; del mismo modo, el que se abstiene lo hace en honor del Señor, y también da gracias a Dios. Romanos 14:5-6

San Pablo en estos versículos nos enseña que él ve bien que algunas personas tengan preferencias por algunos días y otras por otros, o sea que eso no es algo malo. El distinguir un día de otro es bueno si se hace en honor al Señor. Pues bien la festividad del Adviento es Cristocéntrica, pues Cristo es el centro de este tiempo litúrgico...por lo tanto ¿No justifica ya esto el poder tener unos días especiales en honor al Señor?
 
Pero además, encontramos en la Escritura más casos de tiempos que eran sagrados para el Pueblo de Dios: Levítico 23:23-37 Números 28:16-20 Nehemias 8:9-10.
 
Vemos como el Pueblo de Dios del AT tenía días consagrados a Yahvé y en esos días se recomendaba comer bien y al que nada había preparado darle una porción de alimentos, y todos tenían que estar felices. ¿Acaso esto no es lo que hacemos en Navidad y Adviento? dicen en Navidad el corazón de la gente se ablanda, es por eso que el texto de Nehemías antes citado  es un reflejo de lo que para nosotros es el Adviento y la Navidad.
 
Pero incluso podemos encontrar como el pueblo de Dios se preparaba para las fiestas sagradas:

Después prepararon la Pascua para sí y los sacerdotes, porque los sacerdotes, hijos de Aarón, estuvieron ocupados hasta la noche en ofrecer holocaustos y grasas. Por eso los levitas la prepararon para sí y para los sacerdotes, hijos de Aarón. 2Cronicas 35:14

Y en el NT encontramos como los discípulos de Jesús también se preparan para días santos:

Ellos hicieron como Jesús les había ordenado y prepararon la Pascua. Mateo 26:19

La preparación para recibir a Jesús es tan importante que hasta en el NT se nos dice que Dios manda al pueblo un mensajero para que el pueblo se PREPARE:
 
1 Comienzo de la Buena Noticia de Jesús, Mesías, Hijo de Dios.
2 Como está escrito en el libro del profeta Isaías: "Mira, yo envío a mi mensajero delante de ti para prepararte el camino. Marcos 1:2
 
¿Si el pueblo de Dios tuvo que prepararse para recibir a Cristo, porque nosotros no hemos de hacer lo mismo? Podemos decir sin temor a equivocarnos, que en Marcos 1:2 se anuncia el primer ADVIENTO, la primera preparación que la Iglesia tiene que hacer para recibir a Cristo. Recordemos que el profeta Isaías ya predijo que vendría Cristo y también enseñó al pueblo de Dios como debía prepararse para este acontecimiento:

"Decid a los cobardes de corazón:  ¡Sed fuertes, no temáis! Mirad a nuestro Dios que va a venir a salvarnos" Is 35: 4.

Esta invitación se hace cada vez más apremiante a medida que se acerca la Navidad, enriqueciéndose con la exhortación a preparar el corazón para acoger al Mesías.
Con todo esto comprobamos que el dedicar tiempo a prepararnos para recibir a Cristo era algo normal en los relatos bíblicos, es más incluso hemos visto como el pueblo de Dios tenía sus fiestas y días santos.
 
¿Enseña la Biblia sobre la Corona de Adviento?
 
Algunos grupos protestantes y sectas, suelen criticarnos por usar la corona de adviento en nuestras casas diciendo eso no es bíblico, sino que es algo heredado del paganismo y por tanto nos estamos paganizando. Mi respuesta es: Si San Pablo se hizo judio para ganarse a los judíos (1Cor 9,20-22) , la Iglesia de igual manera para evangelizar al mundo a veces ha tenido usar elementos paganos y darles un sentido totalmente cristiano.

  • Hojas de árboles y arbustos perennes: Los pinos, acebos, tejos son todos plantas cuyas hojas son perennes, esto es soportan el frio no se caen, permanecen para siempre en el árbol. Estas hojas representan la Inmortalidad y la vida eterna, la cual es Cristo mismo: Vida (Juan 11,25 , Juan 1,4 y Juan 14,6). La inmortalidad (1Timoteo 6,16 y 1Tim 1,17).Pero también significa que nosotros gracias a la venida gloriosa de Cristo adquiriremos inmortalidad y vida eterna (1Cor 15,53-54, Romanos 2,7 Juan 5,24 y Juan 6,40).
  • La corona es circular, ya que esto simboliza la eternidad de Dios, que no tiene principio ni fin, sino que es el alpha y el omega. La biblia es muy clara en esto: Dios es eterno (Romanos 16,26 , Apoc 1,8, Apoc 21,6 y Apoc 22,13).
  • Las cuatro velas simbolizan las cuatro semanas de adviento. Partiendo de la Idea de que Cristo es la Luz del mundo, y nosotros debemos ser luz para el mundo (Juan 8,12 y Mateo 5,14). De esta forma se han distribuido las velas en diferentes colores para que cada color le de aun un significado más biblico y puro: Tres velas de color púrpura que nos recuerdan la oración, la penitencia y los sacrificios, el mismo Cristo fue vestido de púrpura en la pasión (Marcos 15,17 Juan 19,5).Finalmente la última vela es rosa, simboliza el "gaudete semper in Domino"  (Filipenses 4,4)  es decir, el Regocijo en el Señor, es el Domingo de regocijo, de espera ansiosa y alegre la llegada del Señor. El rosa representa esta alegria. Los cristianos debemos estar siempre Alegres (Salmo 69,5, Salmo 99,1-2), siempre con regocijo porque vino el Señor a salvarnos.

¿Cómo vencer mis miedos y tener verdadera confianza en Dios?

El proceso de liberación del miedo se logra en el trato personal y la amistad con Dios

En general, nuestros miedos provienen de la experiencia de la soledad existencial.

Al sentirnos solitarios, nos sentimos también inseguros, desprotegidos; y de la inseguridad nace el miedo. Ahora tenemos que retroceder paso a paso venciendo los obstáculos.

¿Cómo vencer el miedo? Venciendo la inseguridad. ¿Cómo vencer la inseguridad? Venciendo la soledad. Y hay una sola manera de vencer la soledad: poblándola de PRESENCIA (así, con mayúscula), y esta Presencia “es” Aquél que está presente en todo tiempo y en todo lugar.

Cuando el creyente, víctima del miedo, y hasta del pánico, toma conciencia de que el Poderoso es también el Amoroso, y Él está conmigo de día y de noche a donde quiera que yo vaya; y pase lo que pase, todo acabará bien porque si mi Dios es omnipotente y está conmigo, también yo soy omnipotente; ¿miedo a qué?; ¿la aflicción, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? En todo vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado (Rm 8, 35-37)

Para derrotar al supremo enemigo del corazón del hombre que es el miedo, no hay en las ciencias humanas otra arma invencible sino la fe viva.

Dios, que es Puro Amor, gratuito y eterno, habita en mi interior como una presencia poderosa, amorosa y materna, y me cuida, y me protege. Y, dentro de mí y reina la paz eterna. Vendrá el mañana con sus problemas, pero también con sus soluciones.

Ya lo dice la Biblia. “el amor perfecto echa afuera el miedo” (1Jn 4, 18), y nace en el lugar último en donde se da la intimidad entre el alma y Dios, nace la paz. Cuanto más entrañable la intimidad, mayor la seguridad. Y a tanta seguridad, tanta libertad. Y a tanta libertad, tanta paz. Y la paz de Dios, que habita en la última estancia del alma, es la suprema victoria sobre el miedo.

Todo esto presupone una viva fe en Alguien que vive para siempre, y nos mira, y nos cuida, y nos ama. Y Él es, para nosotros, la seguridad, y la fortaleza, y la esperanza y la dulcedumbre. No solo tiene Él la solución para todos nuestros problemas sino que, en Él, todo está solucionado. O mejor, Él es la Solución para todo.

Este proceso de liberación se consuma por el camino del trato personal, de dentro a dentro, en el misterio de la comunicación personal, en la relación íntima Yo-Tú. Dios mismo es el interlocutor para comunicarle nuestros problemas personales, pedirle en nuestras necesidades, recibir fuerzas de su amor y pedir respuestas a nuestros interrogantes.

Este creyente que camina en la presencia de Dios puede publicar a los cuatro vientos esta gran verdad: “No sé lo que el futuro me reserva: pero sé quién controla mi futuro”.

Esta convicción le infundirá seguridad y tranquilidad contra todos y cualesquiera miedos. Esto capacitará a la persona para crecer y adaptarse a los cambios y peligros, conservando la confianza en el poder y amor de Dios.

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