Afligido por el endurecimiento de su corazón

Vicente, Santo

Memoria Litúrgica, 22 de enero

Diácono y Mártir

Martirologio Romano: San Vicente, diácono de Zaragoza y mártir, que durante la persecución bajo el emperador Diocleciano hubo de sufrir cárcel, hambre, potro, láminas candentes, hasta que, en Valencia, en la Hispania Cartaginense (hoy España), voló al cielo a recoger el premio del martirio (304).

Etimología: Vicente = Aquel que es un vencedor, es de origen latino.

Breve Biografía

El Diácono San Vicente es el mártir más famoso de España. Un siglo después de su martirio, que tuvo lugar probablemente en el año 304, San Agustín le dedicaba todos los años, en este día, una homilía.

Los Hechos de su martirio, apócrifos como muchas Pasiones de otros mártires, se inspiran en documentos y tradiciones basados en realidades históricas. Las noticias históricas, reducidas a lo esencial, dicen que Vicente, natural de Huesca, durante la persecución de Diocleciano fue llevado encadenado de Zaragoza a Valencia para ser procesado ante el gobernador Daciano, junto con su obispo, y que sufrió el martirio en Valencia.

A estas pocas noticias históricas se añaden las narraciones de los Hechos. EL obispo de Zaragoza era un poco tartamudo y, por tanto, le iba mal en la oratoria. Pero tuvo la fortuna de encontrar al joven Vicente, bien preparado culturalmente y hábil en el manejo de la palabra. Fue ordenado Diácono y se le confió el cargo de coadjutor del obispo para la predicación del Evangelio.

En el imperio romano campeaba una cruel persecución, y Daciano, gobernador de Valencia, hizo pronto encadenar a los hombres más importantes de la Iglesia española.

Al Diácono Vicente le fueron puestos grilletes y así lo condujeron a pie de Zaragoza a Valencia, junto con su obispo; pero aún en esas circunstancias aprovechó la ocasión para predicar el Evangelio, y en nombre del obispo tomó la palabra para confutar las acusaciones del gobernador y para exponerle el mensaje evangélico sin las distorsiones de la propaganda anticristiana.

Daciano no se convenció, pero comprendió que el adversario que había que destruir era precisamente Vicente. Pero primero ordenó que lo torturaran. Después lo metieron en una celda oscura, en donde el pavimento estaba totalmente lleno de cascajos cortantes para prolongar los suplicios. Pero Vicente, con voz todavía fuerte, entonó himnos de agradecimiento a Dios. Entonces, el gobernador, para quitarle este motivo de gloria, ordenó que lo colocaran en una cama muy cómoda, pero en ese momento murió el Diácono.

Llevaron el cuerpo al campo para que lo devoraran las fieras, pero apareció un cuervo que defendió el cadáver de la voracidad de los otros animales. Entonces Daciano ordenó que lo metieran en un costal junto con una gran piedra y lo echaran al río; pero el cuerpo no se hundió y las aguas lo fueron llevando hasta dejarlo en una orilla. Los cristianos lo recogieron y erigieron una iglesia para su tumba.

El amor curativo de Cristo

Santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6. Miércoles II del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor enséñame a escucharte en mi corazón para que pueda responder a tu llamada y así comunique tus palabras a otros.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 3, 1-6

En aquel tiempo entró Jesús otra vez en la sinagoga y había allí un hombre con parálisis en un brazo. Estaban al acecho, para ver si curaba en sábado y acusarlo. Jesús le dijo al que tenía la parálisis: "Levántate y ponte ahí en medio". Y a ellos les preguntó: "¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?" Se quedaron callados. Echando en torno una mirada de ira y dolido de su obstinación, le dijo al hombre: "Extiende el brazo". Lo extendió y quedó restablecido.

En cuanto salieron de la sinagoga, los fariseos se pusieron a planear con los herodianos el modo de acabar con él.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Se presenta delante de Jesús una persona que tiene una necesidad, este encuentro tiene lugar en una sinagoga o sea un contexto religioso. Había gente en la sinagoga que sabiendo lo que Jesús hacía estaban al acecho de como actuaría en las circunstancias especiales que se le presentaban, como la ley sabática ordenada por Dios desde el principio del universo y este precepto del sábado se tenía que respetar no obrando milagros. Jesús muestra la razón por la que hará el milagro que es hacer el bien, porque nada ni nadie nos puede detener de hacer el bien y más profundamente es el amor lo que mueve a Cristo a hacer está curación, más allá de lo que digan los demás y las dificultades que se puedan presentar, Él sabe lo que es más importante y actúa conforme a ese gran ideal. Tengamos en cuenta que al final de nuestros días nos examinarán del amor como dice San Juan de la Cruz, por lo que nuestra vida debe ser un vivo ejemplo de amor y caridad con Dios y nuestro prójimo.

Hoy Dios nos invita a acercarnos a Él para que nos pueda curar porque de diferentes formas estamos necesitados de sus cuidados o que seamos sus instrumentos para que Él pueda curar a alguien a través de nosotros, solo necesitamos extender nuestra mano y tomarnos del Señor para que así seamos canales o medios de su gracia compartiendo su misión sanadora del mundo.

«El reposo es también un momento propicio para la reconciliación, para confrontarnos con las dificultades sin escapar de ellas, para encontrar la paz y la serenidad de quien sabe valorizar lo bueno que tiene, incluso en el lecho del dolor o en la pobreza».

(Papa Francisco, audiencia general, 5 de septiembre de 2018).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hacer una visita al Santísimo para pedir por alguien que esté enfermo.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! ¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hacer el bien es siempre algo grande

Hay muchas ocasiones en que los grandes razonamientos pueden hacernos perder la grandeza de lo que es hacer el bien

Un hombre pasea tranquilamente por la playa a primera hora de la mañana y, a lo lejos, ve caminar a un niño.

Según se acerca a él, ve que de vez en cuando el niño se agacha, recoge algo entre la arena y lo lanza con fuerza al mar. Cuando ya está más cerca, ve que lo que recoge son estrellas de mar, atrapadas en la orilla al bajar la marea y condenadas a ahogarse al sol, y el chico las devuelve al agua para que puedan seguir con vida.

Cuando el hombre llega a la altura del niño, le pregunta: “¿Pero…, para qué haces eso? ¿No ves lo inmensamente grande que es el mar, con todas las playas que tiene, y los millones de estrellas que morirán a diario al bajar la marea? ¿No te das cuenta que lo que haces no cambia nada?”.

El niño le mira fijamente, con asombro, con perplejidad, duda un momento pero luego se agacha de nuevo, recoge otra estrella y la lanza al mar. Se gira hacia el hombre y le dice, mientras señala hacia el agua: “¿Usted cree? Por lo menos, para esta estrella sí que ha cambiado algo.”

Hay muchas ocasiones en que los grandes razonamientos pueden hacernos perder el sentido y la grandeza de lo que es hacer el bien, por pequeño que sea. Toda buena acción tiene sus buenas consecuencias, aunque quizá sean minúsculas, o se vean muy poco, o parezca que no cambian casi nada. Entre otras cosas porque hacer el bien es siempre algo grande.

Es verdad que la mayoría de las cosas que hacemos no cambiarán el mundo. Y es cierto que apenas aportan nada si se contemplan en términos de grandes estrategias globales. Pero también es cierto que cada pequeña acción buena es un bien para alguien, y quizá para esa persona, en su caso particular, ese bien no sea tan pequeño. No va a resolverle su vida, ni va a aliviar apenas su sufrimiento, ni evitará quizá que vuelva a pasar por esa misma necesidad al poco tiempo, pero es indudable que cada pequeño detalle de preocupación y cercanía con otra persona hace el mundo un poco mejor, más llevadero, menos difícil, más humano. Muchas veces, esos pequeños detalles que supuestamente no resuelven nada, son precisamente los que dan sentido a nuevos esfuerzos, los que nos hacen mejores a nosotros mismos, los que proporcionan a otros la energía y las ganas de vivir, los que invitan a no abandonar esa dinámica de preocuparnos unos por otros sin ampararnos en razonamientos que enfrían el corazón y narcotizan nuestros mejores sentimientos.

Si cada uno devuelve al mar cada día unas cuantas estrellas que encuentra en su camino, si cada día, cuando vemos algo que queremos cambiar dejamos de pensar en que esa tarea es inútil, en que somos pocos los que nos planteamos hacerlo, o que es una tarea que nos queda grande, que nos excede, si la gente tiene el pragmatismo de no ser tan pragmáticos, entonces haremos entre todos un mundo cada día un poco mejor. Y si los demás no lo hacen, lo hacemos nosotros y al menos así a nuestro alrededor lo lograremos un poco. Aunque sea cierto que lo que hacemos es como una gota en el océano, también es cierto que la realización de una buena acción genera en quien la realiza y su entorno una satisfacción y una inercia que nadie puede suplir, la alegría de hacer el bien, que siempre genera una cadena de buenas acciones, porque quien se sorprende ante los pequeños buenos detalles de los demás se siente impulsado, casi obligado, a hacer lo mismo con los demás.

Situar a la persona humana en el centro de la política

Papa Francisco a los participantes del Foro Mundial de Davos

La reunión anual del Foro Económico Mundial se lleva a cabo en Davos, Suiza, en su cincuenta edición, del 21 al 24 enero 2020. Convoca jefes de estado, políticos, empresarios, académicos, representantes de la sociedad civil y asociaciones no gubernativas. El Papa Francisco se hizo presente con un mensaje dirigido al profesor Klaus Schwab, Presidente Ejecutivo del encuentro, a través del cual quiso enviar sus saludos y asegurar su oración por todos los que participan en el mismo.

En el mensaje el Papa se refiere en primer lugar a las transformaciones geopolíticas y los cambios de los últimos cincuenta años, “desde la economía y los mercados laborales hasta la tecnología digital y el medio ambiente”, y constata que si bien “muchos de estos desarrollos han beneficiado a la humanidad”, otros “han tenido efectos adversos y han creado importantes lagunas en el desarrollo”. Aunque los desafíos actuales “no son los mismos que los de hace medio siglo”, observa, “hay una serie de aspectos que siguen siendo relevantes al comenzar una nueva década”.

Somos miembros de una única familia humana
El primer y “primordial” aspecto que señala es que “todos somos miembros de la única familia humana”: de allí emana “el deber moral de cuidar unos de otros”, y, por este motivo, “es necesario situar a la persona humana en el centro mismo de la política”. Se trata de un deber que “incumbe tanto a los sectores empresariales como a los gobiernos”, y que es “indispensable en la búsqueda de soluciones equitativas a los desafíos que enfrentamos”, afirma. De ahí que según él sea necesario “ir más allá de los enfoques tecnológicos o económicos a corto plazo y tener plenamente en cuenta la dimensión ética”, tanto “en la búsqueda de soluciones a los problemas actuales” como “en la propuesta de iniciativas para el futuro”.

Pisotear la dignidad del otro es disminuir el propio valor
El Santo Padre también observa cómo, con “demasiada frecuencia”, las visiones “materialistas o utilitarias conducen a prácticas y estructuras motivadas en gran parte, o incluso únicamente, por el interés propio”: “Esto suele considerar a los demás como un medio para alcanzar un fin y conlleva una falta de solidaridad y de caridad, que a su vez da lugar a una verdadera injusticia, mientras que un desarrollo humano verdaderamente integral - asegura - sólo puede prosperar cuando todos los miembros de la familia humana están incluidos en la búsqueda del bien común y contribuyen a él”.  “En la búsqueda de un verdadero progreso – añade – no olvidemos que pisotear la dignidad de otra persona es, de hecho, disminuir el propio valor”.

Una mirada “más integral e integradora”
Recordando cuanto afirmado en su Encíclica Laudato si’ sobre la necesidad de una “ecología integral”, el Santo Padre hace presente también la necesidad de una visión humanista que convoque a los distintos saberes, “también al económico”, hacia una mirada “más integral e integradora”.

Por último, deseando que las deliberaciones de los participantes conduzcan a un “crecimiento de la solidaridad, especialmente con los más necesitados, que experimentan la injusticia social y económica y cuya existencia misma está incluso amenazada”,  y reiterando la responsabilidad moral que todos tenemos de “buscar el desarrollo integral de todos”, invoca sobre los participantes “las bendiciones de sabiduría de Dios”.

8 Razones por las cuales el matrimonio moderno no está funcionando

8 maneras en que el mundo moderno parece estar equivocado acerca de lo que realmente significa el matrimonio

Derivado de nuestro apostolado, mi esposa y yo hemos conversado con miles de matrimonios, ya sea en línea o en persona, por lo que estoy listo para decir esta verdad que puede sonar escandalosa: … EL MATRIMONIO MODERNO NO ESTA FUNCIONANDO.

Para aclarar el punto, debo decir que no es que se deba a que el matrimonio en sí no funcione o no sea bueno, porque en estos tiempos es mucho más importante; el problema es que nuestra cultura moderna ha tomado este hermoso regalo que es el matrimonio y lo ha convertido en algo que no es.

Estamos perdiéndonos del objetivo real de lo que debe ser un matrimonio y como resultado, las familias están siendo fundadas sin bases sólidas.

Aquí mencionamos 8 maneras en que el mundo moderno parece estar equivocado acerca de lo que realmente significa el matrimonio.

Si pudiéramos corregir nuestro punto de vista y acciones en estas ocho áreas, pudiéramos mejorar nuestros matrimonios casi de forma instantánea.

1.- Poca preparación al matrimonio

Las parejas se comprometen e invierten mucho tiempo y dinero planeando la Ceremonia, pero no hacen casi ningún esfuerzo por prepararse para vivir el matrimonio

Las bodas son un buen negocio: vestidos, programas de TV, el banquete, las revistas, etc. No me malinterpreten, me encantan las bodas, son maravillosas, pero NO son el objetivo del matrimonio.

He visto a muchas parejas tener una boda de ensueño tan solo para lamentar un horrible matrimonio. La cuestión es que la boda dura un solo día pero el matrimonio debe durar toda la vida.

Por lo tanto, asegúrate de planear tu vida para mucho más que solo la fiesta de un día. Puedes encontrar bastante material en línea para orientar a los novios antes de casarse (e incluso es provechoso vivir un Retiro para Novios)

2.- El Matrimonio no es un simple contrato

Son muchas las parejas que consideran al Matrimonio como un CONTRATO es vez de una ALIANZA

Cuando te casas, el Estado clasifica tu unión tan solo como un contrato. Mis dos hermanos abogados me han enseñado que legalmente un “contrato” es un documento que se elabora basado en la falta de confianza entre dos partes, en donde cada quien está preocupado tan solo por proteger sus propios intereses.

Por el contrario, Dios creó el matrimonio para ser mucho más que eso, lo creó para ser una Alianza. En una alianza lo que importa, no son los intereses propios, sino los intereses de otra persona.

Es un acuerdo desinteresado, eterno, sin salida ni “plan B”. Esta es la única manera en que realmente puede funcionar un matrimonio, pero desafortunadamente nuestro mundo moderno ya no lo considera así.

"Los sentimientos no son confiables, por lo tanto, no bases tu matrimonio en sentimientos. Construye tu matrimonio en base a un compromiso. La fortaleza de tu compromiso es lo que determinará la fortaleza de tu relación". (Dave Willis)

3.- Basar el Matrimonio en sentimientos

Construimos nuestro matrimonio con SENTIMIENTOS en vez de basarlo en el COMPROMISO

No hay nada malo a cerca de los sentimientos, son una parte muy importante en nuestra vida; pero no fueron hechos para basar en ellos nuestro camino o nuestra vida, debido a que son volubles e inconstantes.

El matrimonio es demasiado importante para basarlo en sentimientos. Por el contrario, debemos construir nuestro matrimonio en el compromiso para resistir esos días en que no sentimos nada.

Nuestro mundo moderno adora los sentimientos y es muy fácil renunciar a un matrimonio en el momento en que los sentimientos cambian.

Las parejas más fuertes son aquellas que han aprendido que el matrimonio requiere decidir amarse uno al otro incluso en esos días en que es difícil aceptarse o quererse.

"Un matrimonio fuerte significa decidir amarse uno al otro incluso en esos días en que es difícil aceptarse o quererse". (Dave Willis)

4.- Mirar al Matrimonio como una asociación

La parejas de hoy en día creen que el Matrimonio es asociarse y dar un 50-50 en igualdad

El matrimonio claro está, es una asociación. Pero en nuestro mundo moderno, hemos dividido todo en "suyo" y "mío", de una manera muy peligrosa.

Cuando visualizamos al matrimonio como un "50-50", siempre estaremos llevando record de cuanto se recibe y quién se esfuerza más o menos: por lo general nuestro "dar" lo calificamos siempre mejor que el de nuestra pareja.

Estaremos tentados a dar menos en la manera en que lo hagamos "parejo". Eso eventualmente lleva a un resentimiento que reemplaza al amor, ya que ninguno quiere dar más de lo que le “corresponde”.

En vez de ver al matrimonio como un “50-50”, considéralo como un 100-100. Da siempre lo mejor de ti mismo el 100% de las veces.

"Un matrimonio no es 50-50. El divorcio si es 50-50. El matrimonio debe de ser 100-100. No se trata de dividir todo a la mitad, sino darse al 100%". (Dave Willis)

5.- Considerar el futuro de los hijos primero

Consideramos que la FELICIDAD de nuestros hijos debe estar por encima de la SALUD de nuestro matrimonio

Obviamente los hijos son una enorme responsabilidad y debemos hacerlo todo por ellos, PERO, nuestro mundo moderno ha considerado equivocadamente, que la felicidad de los hijos debe ser prioridad encima de contar con un matrimonio saludable.

No es nuestro trabajo el criar hijos “felices” sino criar adultos responsables. Cuando nos enfocamos solo en su felicidad temporal, acabamos haciéndoles daño a ellos y a nuestro matrimonio al mismo tiempo. Cuando se van, acabamos con un "nido vacío" y un matrimonio igual de vacío.

Uno de los más grandes regalos que puedes dar a tus hijos es la seguridad de crecer en un hogar en donde hay unidad entre mamá y papá, en donde pueden verlos amorosos y comprometidos el uno al otro.

6.- TEXTEAR más de lo que se HABLA

Me encanta la tecnología y creo que los teléfonos móviles y las computadoras pueden ser de gran ayuda para mantenernos en contacto, PERO, esas mismas herramientas pueden hacer mucho daño y ser un gran obstáculo en la comunicación con nuestro esposo o esposa y otros seres queridos.

Muy frecuentemente podemos estar juntos en un mismo cuarto, pero cada quien en diferentes mundos.

Los matrimonios modernos pueden beneficiarse mucho si pasamos menos tiempo con la tecnología y más tiempo personal con los que amamos. Todos podemos obtener gran provecho por escribir menos y dialogar más.

7.- Buscar el sexo y el romance en el EXTERIOR

Probablemente esto pueda pisar algunos callos, pero es necesario que se mencione.

Uno de los más grandes problemas y que más daño hace a los matrimonios, es el que en este mundo moderno el esposo y la esposa han dejado de conquistarse el uno al otro y han optado por cultivar sus fantasías sexuales y románticas en fuentes externas como la pornografía, literatura erótica y novelas románticas.

Ya lo he mencionado otras veces, la pornografía destruye el sexo y la intimidad en el matrimonio.

Sin embargo, el matrimonio moderno puede mejorar instantáneamente si estamos comprometidos a ser físicamente monógamos y mentalmente monógamos también.

8.- Pensar que el DIVORCIO resolverá las diferencias

Hay un mito moderno muy peligroso, de que el divorcio resuelve todos los problemas que tenemos en el matrimonio, pero la realidad es que el divorcio siempre crea más problemas de los que resuelve.

En vez de decidir darse por vencidos en el momento en que surgen las dificultades, vayamos resolviendo los asuntos, creando soluciones, en vez de crear excusas.

Luchemos siempre por un “nosotros” en vez de luchar el uno contra el otro.

Aprende a apreciar el esfuerzo

Un hijo debe aprenda a apreciar el esfuerzo y tener la experiencia de la dificultad y aprender la habilidad de trabajar con los demás

Aprende a apreciar el esfuerzo

Un joven fue a solicitar un puesto importante en una empresa grande. Pasó la entrevista inicial e… iba a conocer al director para la entrevista final. El director vio su CV, era excelente. Y le preguntó: ” ¿Recibió alguna beca en la escuela?” el joven respondió “no”.

“¿Fue tu padre quien pagó tus estudios? “

” Si.”-respondió.

“¿Dónde trabaja tu padre? “

“Mi padre hace trabajos de herreria.”

El director pidió al joven que le mostrara sus manos. El joven mostró un par de manos suaves y perfectas.

“¿Alguna vez has ayudado a tu padre en su trabajo? “

“Nunca, mis padres siempre quisieron que estudiara y leyera más libros. Además, él puede hacer esas tareas mejor que yo.

El director dijo:

“Tengo una petición: cuando vayas a casa hoy, ve y lava las manos de tu padre, y luego ven a verme mañana por la mañana.”

El joven sintió que su oportunidad de conseguir el trabajo era alta.

Cuando regresó a su casa le pidió a su padre que le permitiera lavar sus manos.

Su padre se sintió extraño, feliz pero con sentimientos encontrados y mostró sus manos a su hijo. El joven lavó las manos poco a poco. Era la primera vez que se daba cuenta de que las manos de su padre estaban arrugadas y tenían tantas cicatrices. Algunos hematomas eran tan dolorosos que su piel se estremeció cuando él la tocó.

Esta fue la primera vez que el joven se dio cuenta de lo que significaban este par de manos que trabajaban todos los días para poder pagar su estudio. Los moretones en las manos eran el precio que tuvo que pagar por su educación, sus actividades de la escuela y su futuro.

Después de limpiar las manos de su padre, el joven se puso en silencio a ordenar y limpiar el taller. Esa noche, padre e hijo hablaron durante un largo tiempo.

A la mañana siguiente, el joven fue a la oficina del director.

El director se dio cuenta de las lágrimas en los ojos del joven cuando le preguntó: “¿Puedes decirme qué has hecho y aprendido ayer en tu casa?”

El joven respondió: -“lavé las manos de mi padre y también terminé de asear y acomodar su taller”

“Ahora sé lo que es apreciar, reconocer. Sin mis padres, yo no sería quien soy hoy. Al ayudar a mi padre ahora me doy cuenta de lo difícil y duro que es conseguir hacer algo por mi cuenta. He llegado a apreciar la importancia y el valor de ayudar a la familia.

El director dijo: “Esto es lo que yo busco en mi gente. Quiero contratar a una persona que pueda apreciar la ayuda de los demás, una persona que conoce los sufrimientos de los demás para hacer las cosas, y una persona que no ponga el dinero como su única meta en la vida”. “Estás contratado”.

Un niño que ha sido protegido y habitualmente se le ha dado lo que él quiere, desarrolla una “mentalidad de tengo derecho” y siempre se pone a sí mismo en primer lugar. Ignoraría los esfuerzos de sus padres.

Si somos este tipo de padres protectores ¿realmente estamos demostrando el amor o estamos destruyendo a nuestros hijos?

Puedes dar a tu hijo una casa grande, buena comida, clases de computación, ver en una gran pantalla de televisión. Pero cuando estás lavando el piso o pintando una pared, por favor que también él lo experimente. Después de comer que lave sus platos junto con sus hermanos y hermanas. No es porque no tengas dinero para contratar quien lo haga, es porque quieres amarlos de la manera correcta. No importa cuán rico seas, lo que quieres es que entienda. Un día tu pelo tendrá canas, igual que la madre de ese joven.

Lo más importante es que tu hijo aprenda a apreciar el esfuerzo y tenga la experiencia de la dificultad y aprenda la habilidad de trabajar con los demás para hacer las cosas.

Progreso, verdad y dignidad humana

Hablar de progreso es posible desde una perspectiva en la cual podemos distinguir entre situaciones consideradas como peores y otras vistas como mejores. Pasar de las primeras segundas sería progresar.

El tema del progreso atrae. En parte, porque es grande el deseo de mejoras. En parte, porque buscamos comprender hacia dónde vamos para orientar correctamente las decisiones presentes y futuras.

Hablar de progreso es posible desde una perspectiva en la cual podemos distinguir entre situaciones consideradas como peores y otras vistas como mejores. Pasar de las primeras a la segundas sería progresar.

Si hablamos de progreso, también habría “regreso”, o retroceso, cuando pasamos de lo mejor hacia lo peor. En ese sentido, diversos autores hablan de la decadencia de los pueblos o de las civilizaciones.

Las discusiones surgen a la hora de identificar los criterios según los cuales distinguir entre peor y mejor, entre proceso y retroceso, entre esplendor y decadencia.

Hubo progreso en la tierra cuando se descubrió y se difundió industrialmente el plástico? Hubo progreso cuando se aprobó el aborto en tantos países? Hubo progreso cuando explotaron bombas atómicas en dos ciudades japonesas durante la Segunda Guerra Mundial?

Por eso resulta tan importante, a la hora de buscar respuestas, individuar una serie de parámetros válidos que permitan distinguir entre progreso y retroceso. Uno de esos parámetros, por desgracia no aceptado por algunos, radica en el grado de respeto que exista hacia la dignidad humana.

El respeto a esa dignidad nos permite declarar como progreso aquellos cambios que promueven tal respeto, mientras que habría retroceso, incluso a veces grave decadencia, cuando se inician cambios que van contra la dignidad de algunos.

Aquí surgen nuevas discusiones, pues para varios autores no todos los seres humanos tienen la misma dignidad. Basta con leer libros que defienden el aborto para ver con qué pasión algunos consideran que los embriones humanos no tienen el mismo valor que reconocen a los adultos.

El mundo necesita tiempo para una seria discusión sobre estos temas, con una mente abierta y reflexiva, capaz de identificar la verdad sobre el ser humano y sobre el sentido de su existencia.

Sólo desde esa discusión seremos capaces de identificar cuándo una sociedad ha escogido el camino del fracaso y del retroceso, y cuándo esa sociedad ha puesto en marcha opciones que respetan a cada ser humano en su dignidad y que, por lo tanto, promueven un progreso auténtico y justo. 

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