Golpeados por el viento y la marea
- 01 Febrero 2020
- 01 Febrero 2020
- 01 Febrero 2020
Brígida de Kildare, Santa
Abadesa, 1 de febrero
Patrona de Irlanda junto con los santos
Patricio y Columbano
Martirologio Romano: En Kildare, en Irlanda, santa Brígida, abadesa, que fundó uno de los primeros monasterios de la isla y, según se cuenta, continuó el trabajo de evangelización iniciado por san Patricio (c. 525).
Breve Biografía
Parece una contradicción, pero a pesar de su gran fama que la hace pasar por la santa más conocida de Irlanda y de estar unidos a su figura gran cantidad de elementos festivos y folclóricos se conocen muy pocos hechos históricos sobre su vida.
Fue Cogitosus que vivió del 620 al 680 su primer biógrafo, pero -lastimosamente- poco escribe acerca de la vida terrena de la santa; su escrito se pierde en descripciones sociales y religiosas en torno al monasterio de Kindale, probablemente mixto y con jurisdicción quasi-episcopal, fundado por Brígida.
También existen himnos y poemas irlandeses de los siglos VII y VIII que en sí mismos testimonian el culto que se tributaba a la santa irlandesa.
Un poco más adelante, el obispo de Fiésole, Donatus, a mitad del siglo IX, escribe su vida en verso y este debió ser el vehículo de la rápida difusión de su culto por Europa.
Pero de esta carencia de datos que impiden el diseño de un perfil hagiográfico completo; la religiosidad popular y el calor de las gentes por su santa ha suplido con creces la grandeza de su vida fiel al Evangelio y entregada a su vocación religiosa.
Del hecho de pertenecer Brígida a una tribu inferior en su tiempo, concretamente la de Forthairt, la fantasía la hace nacer del fruto de la unión -extraña al matrimonio- de su padre, Duptaco, con una bellísima esclava, con todos los problemas que esto produce en el entorno familiar legítimo, desde el disgusto de la esposa hasta la proposición de su venta.
Claro que de esto se sacará la noble lección de que Dios puede tener planes insospechados para los espúreos inculpables que pueden llegar a las cimas más altas de la santidad y dejar tras de sí una estela de bien para la gente.
Heredada la extrahermosura de su madre, para no ser ocasión de pecado y no ser ya más pedida en matrimonio, pide a Dios que la haga fea. ¿Para qué quiere la hermosura quien sólo piensa en Dios? Ha decidido entrar en religión. Derrama lágrimas abundantes y son escuchados sus ruegos con un reventón del ojo; por este favor da gracias a Dios que luego le devuelve todo su esplendor. La lección está clara: quien posee al Amor desprecia lo que a tantas vuelve locas y vanas para alcanzar un amor.
También los pobres están presentes en el relato; no podría concebirse santidad sin caridad. Y ahora es la vaca su cómplice; nunca se secaron las ubres, una y otra vez ordeñadas por Brígida, cuando había que remediar a un menesteroso. La vaca ha quedado presente, como emblema, en las representaciones pictóricas de los artistas, junto a la imagen de la santa.
Y aún hay más; sí, son inagotables los relatos de bondades. Se habla de leprosos curados y de monjas tibias descubiertas; la muda Doria comienza a hablar y termina sus días como religiosa en el convento; frustra asesinatos; da vista a ciegos y... como expresión del estilo de un pueblo ¡convierte el agua de su baño en cerveza para apagar la sed!
Los himnos, versos, poemas y canciones populares -con sencillez y regocijo- muestran el calor de un pueblo por su santa y dice con sus leyes lo que las de la crítica histórica ni puede ni debe decir.
Santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41. Sábado III del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús mío tu corazón es lo único que pido, dame fuerza y confianza para seguirte a donde sea.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41
Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.
De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”. Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “¡Cállate, enmudece!”.
Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “¿Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?”. Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “¿Quién es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Siempre que voy por la calle me preguntan alguna cosa de la religión, pudiese responder que hay una sola religión o que las verdades de la religión son superiores o que hay un más allá que llamamos cielo en el que va la gente buena… pero si todo esto es verdad, no sirve de nada si consideramos a Dios como un simple Juez o un relojero que no vuelve a meter la mano en nosotros, como decían algunos escritores.
Jesús es alguien, alguien que nos acompaña, alguien que nos protege, es el que da sentido a todas las cosas que hemos citado, y como es alguien, tenemos que llamarlo. Los apóstoles nos enseñan que no hay que tener miedo en preguntar y pedir las cosas, pedirle ayuda; si bien la ayuda que pedían los apóstoles era humana, Jesús nos ofrece una ayuda sobrenatural.
Hoy hemos dejado de pedir esa ayuda humana, pedimos cosas sobrenaturales, o que no son necesarias, pero no pedimos lo que realmente nos debería de importar, como un corazón capaz de perdonar o un poco de compañía; no pedimos con la confianza del amigo, no pedimos con la seguridad del niño que recibirá las cosas de su padre. Pidamos al Señor.
«Esta es una imagen eficaz de la Iglesia: una barca que debe afrontar las tempestades y algunas veces parece estar en la situación de ser arrollada. Lo que la salva no son las cualidades y la valentía de sus hombres, sino la fe, que permite caminar incluso en la oscuridad, en medio de las dificultades. La fe nos da la seguridad de la presencia de Jesús siempre a nuestro lado, con su mano que nos sostiene para apartarnos del peligro. Todos nosotros estamos en esta barca, y aquí nos sentimos seguros a pesar de nuestros límites y nuestras debilidades. Estamos seguros sobre todo cuando sabemos ponernos de rodillas y adorar a Jesús, el único Señor de nuestra vida».
(Ángelus del Papa Francisco, 10 de agosto de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ir con alguien que te cueste perdonar e invitarle a pedir la gracia del perdón a Dios. O pide la gracia de no separarte del amor de Dios, y pídela por algún amigo tuyo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Nadie está a salvo de las tormentas que agitan nuestra vida. En esos momentos es cuando nuestra fe hace la diferencia.
Hay en Palestina dos lagos. Uno, el muerto, en permanente calma. No hay en él olas ni tempestades. El otro, el de Genesaret, cobra todos los años varias vidas humanas: la tempestad surge en él tremenda e inesperada, los vientos le sacuden, sus olas llegan a alcanzar varios metros. Pero los pescadores eligen este segundo lago. Porque en el Mar Muerto no se encuentra jamás una barca, ya que en él no hay rastro de vida. En el lago de Genesaret el riesgo es compensando con la abundancia de la pesca.
Jesús también eligió para sus apóstoles el lago del riesgo y de la vida. Porque vida plena y fecunda incluye riesgo, cruz y fracaso. Por eso les anuncia sin rodeos: Lucharán, sufrirán, serán azotados, morirán violentamente. Serán odiados por su nombre y les perseguirán de ciudad en ciudad.
La barca es un antiguo símbolo de la Iglesia. Y esta barca pasó, a lo largo de los siglos, por muchas tormentas que alternaron con tiempos de calma y tranquilidad. Y sabemos que estas tormentas no van a acabarse hasta el final de los tiempos.
Algo semejante puede decirse también de los pueblos, familias, personas, de cada uno de nosotros. La barca de nuestra vida atraviesa muchas tormentas. Es inevitable. Pertenece a la existencia humana. Pensemos, por ej., en las tormentas de la:
- Vida familiar: problemas materiales, dificultades en el matrimonio, en la educación de los hijos
Vida profesional: falta de trabajo, cesantía, injusticias
Vida religiosa: crisis y dudas de fe, desilusiones con sacerdotes, alejamiento de la Iglesia y de Dios
Vida personal: limitaciones físicas o síquicas, enfermedades, tentaciones, enemistades, golpes del destino como la muerte de un ser querido.
En estas tormentas de la vida, los cristianos debemos distinguirnos de los demás. Sabemos que no estamos solos en nuestra barca de vida. Sabemos que Jesús nos acompaña - aún cuando parezca no preocuparse por nosotros. La fe nos dice que Él vela por nosotros. Porque Él está comprometido, está metido dentro de la misma barca nuestra.
Dios es fiel a su compromiso. Pero Dios puede estar como estuvo en la barca de Pedro, es decir, dormido (Mt 8, 23ss). Pedro trató de luchar solo contra la tempestad. Y cuando estuvo en el colmo de la angustia se acordó que estaba el Señor y lo despertó.
A nosotros nos pasa así también: nos olvidamos que Él está, dejamos que se quede dormido. Queremos luchar solos y recién cuando estamos muy desesperados nos acordamos del pasajero que es el más importante.
Dios es un Dios de la vida. Está presente permanentemente en nuestra vida. Y sobre todo está presente cuando más lo necesitamos: en medio de las tormentas. Sólo que en estos momentos es más difícil creer en su presencia, tal como les pasó a los apóstoles en medio del lago.
Porque la fe no es aceptar artículos de fe: es creer en una persona, es creer en Jesucristo, es confiar en Él, es confiarse a Él. La fe es un acto personal, entre persona y persona, entre hombre y Dios. Es un acto de confianza, de entrega, de seguimiento total y sin límites.
Y, por eso, el sentido de las tormentas en nuestra vida es: probar nuestra fe en una situación extrema; acercarnos más a Dios y poner en Él toda nuestra confianza.
En la pedagogía del riesgo de Jesús, la cruz y el sufrimiento son necesarios para el triunfo final.
Queridos hermanos, pidamos al Señor que nos haga crecer en nuestra fe y nos regale una confianza heroica en medio de las tormentas de nuestra vida.
Preguntas para la reflexión
1 ¿Cuál es nuestra actitud ante fracaso, cruz y riesgo?
2 ¿Lo hemos integrado a nuestra vida, como algo necesario e incluso como la llave de nuestra fecundidad?
3. ¿Pienso en Jesús en los problemas?
La mundanidad, un lento deslizamiento hacia el pecado
Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 31 de enero de 2020
Una vida normal y tranquila, un corazón indiferente ante los pecados, una mundanidad que roba la capacidad de ver el mal que se hace. El Papa Francisco, en la homilía de la misa en la Casa de Santa Marta, releía el pasaje tomado del segundo libro de Samuel, centrado en la figura del "santo rey David", que, deslizándose en una vida cómoda, olvida que fue elegido por Dios. David como tantos hombres de hoy, gente que parece buena, "que va a misa todos los domingos, que se llama a sí mismo cristiano" pero que ha perdido "la conciencia del pecado": uno de los males de nuestro tiempo, según dijo el Papa Pío XII.
El espíritu del mundo
En su homilía Francisco se detiene en los pecados de David: el censo de la gente y la historia de Uriya que hizo matar a su esposa Betsabé después de que la dejó embarazada. El elige el asesinato porque su plan para arreglar las cosas, después del adulterio, fracasa miserablemente. "David", dice el Papa, "continuó su vida normal. Silencio. Su corazón no se movió".
“Pero, ¿cómo el gran David, que es santo, que había hecho tantas cosas buenas, que estaba tan unido a Dios, pudo hacer eso? Eso no es algo que se hace de la noche a la mañana. El gran David, se deslizó lentamente. Hay pecados del momento: el pecado de la ira, un insulto, que no puedo controlar. Pero hay pecados en los que uno se desliza lentamente, con el espíritu de la mundanidad. Es el espíritu del mundo el que te lleva a hacer estas cosas como si fueran normales. Un asesinato...”.
Deslizándose hacia el pecado
Poco a poco es un adverbio que el Papa repite a menudo en su homilía. Explica la forma en que el pecado se apodera lentamente del hombre aprovechando su comodidad. "Todos somos pecadores," continuó Francisco, "pero a veces pecamos en el momento. Me enfado, insulto. Entonces me arrepiento". A veces, en cambio, "nos dejamos llevar a un estado de vida en el que... parece normal". Lo normal, por ejemplo, es "no pagar a la criada como se debe pagar", o pagar la mitad de lo que se debe a los que trabajan en el campo.
“Pero parece que son buenas personas que hacen esto, que van a misa todos los domingos, que se llaman a sí mismos cristianos. ¿Pero por qué haces esto? ¿Y otros pecados? Digo yo, porque has caído en un estado en el que has perdido la conciencia del pecado. Y ese es uno de los males de nuestro tiempo. Pío XII dijo: perder la conciencia del pecado”
La bofetada de la vida
No son cosas antiguas, explica el Papa, recordando un reciente incidente en Argentina con unos jóvenes jugadores de rugby que mataron a un camarada en una pelea después de una noche de movida. Los chicos, dijo, se convirtieron en "una manada de lobos". Un hecho que abre interrogantes sobre la educación de los jóvenes, en la sociedad. Es necesario "tantas veces una bofetada de la vida" para parar, para detener ese lento deslizamiento hacia el pecado. Se necesita a alguien como el profeta Natán, enviado por Dios a David, para mostrarle su error.
“Pensemos un poco: ¿cuál es la atmósfera espiritual de mi vida? Soy cuidadoso, siempre necesito que alguien me diga la verdad, ¿no lo creo? ¿Escucho el reproche de algún amigo, el confesor, el marido, la mujer, los niños, que me ayuda un poco? Mirando esta historia de David - del Rey Santo David - preguntémonos: si un santo fue capaz de caer así, tengamos cuidado, hermanos y hermanas, también nos puede pasar a nosotros. Además, preguntémonos: ¿En qué atmósfera vivo? Que el Señor nos conceda la gracia de enviarnos siempre un profeta - puede ser el vecino, el hijo, la madre, el padre - que nos abofetee un poco cuando nos deslizamos en esta atmósfera donde todo parece ser legítimo”.
Todos lo llamamos padre
La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada
Todos lo llamamos padre
Características de la paternidad divina
Nuestro Credo comienza con la frase: Creo en Dios, Padre, todopoderoso, que resume la sustancia del mensaje Jesucristo: la llegada del reino de Dios, que él mismo llamó "Su padre" y al que no se enseñó y permitió invocar como nuestro Padre.
La invocación de Dios con el nombre de Padre constituye uno de los fenómenos originarios de la historia de las religiones, de forma que la divinidad es considerada "padre de los dioses y de los hombres". Consideración ésta de la que se hace eco el Catecismo de la Iglesia Católica.
El concepto de padre, presenta a "dios" como origen y principio de unidad del universo. El padre es el origen del que depende la propia existencia (Zeus-Júpiter, el padre de los adioses y hombre). Más profundamente el Antiguo Testamento habla de Dios Padre del Dios de Abraham.... No por genealogía natural sino por elección histórica.
Esta paternidad indica que:
Dios es origen primero y único de todo: es Creador.
• Es autoridad trascendente.
• Trasciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni es mujer, es Dios. En Él no hay lugar para la diferencia de los sexos. Nadie es Padre como lo es Dios, trasciende la paternidad maternidad humana.
• La paternidad de Dios se concibe como la acción salvadora realizada en la historia y que da origen al pueblo, como su pueblo.
• La idea de la elección presupone que Dios en el señor de todo, el padre que lo creó todo y que por eso es el fundamento y dueño de todo.
• Hay una semilla de lo que será el Padre de Jesucristo: Si mi Padre y mi Madre me abandonaran, Yavhé me recogerá.
• El Nuevo Testamento es la culminación de la antigua al designar a Dios como Padre en palabras del mismo Jesús.
• Es Padre en sentido nuevo: no sólo en cuanto Creador, es eternamente Padre en relación a su Hijo único, que recíprocamente solo es Hijo en relación a su Padre.
• Lo llama así porque alude al núcleo de la anuncio de Cristo y de toda su conducta: el mensaje de la llegada del reino de Dios, que tiene su origen en Dios y que es pura gracia y misericordia. En la parábola del hijo pródigo la salvación está en el retorno al padre.
• Es Jesús que nos revela a Dios como padre en relación a él como hijo y al espíritu. Nos descubre la Trinidad divina. Y es Jesús el que nos faculta a llamarle también padre.
• El trato de Jesús es realmente familiar, "Abba" de intimidad personal. Escandaloso en boca de los judíos.
• El padre es el origen y el fin de la obra redentora de Cristo. Es el origen el contenido de la revelación y el hijo es el revelador del padre porque él ve al padre.
• Con el término padre, en continuidad con Antiguo Testamento, designa a Dios como un ser personal que actúa y habla libremente en la historia y entró en la alianza con los hombres: tiene un rostro personal concreto, tiene un nombre y puede ser llamado por su nombre. Por eso todos, los cercanos y los lejanos le llamamos Padre, pues somos hechura de sus manos y objeto de su Providencia y a todos por igual nos acoge en su regazo con la ternura de un padre para con sus hijos.
Conclusión
Designar a Dios con el nombre de "Padre", indica principalmente dos aspectos: que Dios es origen primero de todo y autoridad transcendente y que es al mismo tiempo bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos. Esta ternura paternal de Dios puede ser expresada también mediante la imagen de la maternidad que indica más expresivamente la inmanencia de Dios.
La Era Zodiacal de Acuario
Temperamentalmente siempre hemos sido innovadores, audaces y confiados. De acuerdo con el mito nacional, la alternativa es posible si tenemos suficiente imaginación y voluntad.
1. Autoría del término New Age o Era de Acuario
Este es uno de los denominadores comunes de las diversas tendencias de la tradición gnóstica opuesta a la tradición judeo-cristiana.
La tendencia optimista de dicha tradición gnóstica, nos dice que fueron Alice Ann Bailey y Paul le Cour los primeros en emplear el concepto de Nueva Era o Era de Acuario en la primera mitad de este siglo. Aunque dicho término era ya conocido antes, pues desde 1890 los masones del Sur, editaban un boletín denominado “New Age Magazine”. Ella, es también conocida como AAB, fundadora en 1923 de un grupo teosófico denominado “Escuela Arcana”, y sus “revelaciones” le eran transmitidas, mediante escritura automática, por diferentes espíritus. Por su parte, Paul le Cour esoterista francés, en su obra La Era de Acuario, publicada en 1937 afirma que nos encontramos en la etapa final de un ciclo astronómico y vamos a entrar en un nuevo ciclo. Una de las principales “avatares” de la New Age nos explica cómo bautizó a este movimiento:
“Escogí la referencia a Acuario, a fin de dejar clara la naturaleza benévola de esta unión (conspiración). Aunque no estoy familiarizada con los arcanos astrológicos, me sentía atraída por el poder simbólico de esa idea difundida en todas nuestra cultura popular: el que (sic) tras una era violenta y oscura, la de Picis; estamos entrando en un milenio (milenarismo) de amor y de luz, la “era de Acuario”, la época de la verdadera liberación espiritual”.
La tendencia que podríamos calificar de pesimista que podríamos calificar de pesimista dentro de la misma tradición gnóstica, la podemos asignar a Samuel Aun W., el cual utiliza el término de Era de Acuario, con fundamento en el Apocalipsis gnóstico de San Juan, para indicar, como características de tal era, la de Acuario, como edad de catástrofes y grandes cataclismos terrenales y de reintegración planetaria.
2. La Era Zodiacal de Acuario
Acuario es el undécimo signo del zodiaco y corresponde al segundo mes del invierno. El portador del agua(aquarius, wassermann) simboliza el que aplaca la sed, el que hace que los demás se aprovechen de sus dones y conocimientos. La era zodiacal de acuario, sigue a la de Piscis, ya que ésta representa una era de desgracias y miserias, de fuego y sangre, de oscuridad y tinieblas; ésta era de Piscis corresponde a la civilización o religión cristiana. Así pues, estamos llegando al final de la era astrológica de Piscis para entrar en la de Acuario. Esta era, que está a punto de comenzar, será la edad de oro de la humanidad, la New Age o Nueva Era así sin más.
Como es sabido el zodiaco es un conjunto o grupo de estrellas que sirven para señalar el recorrido que realiza la Tierra alrededor del Sol y que constituyen una faja o cinturón que rodea el ecuador de la esfera celeste. El origen del concepto zodiaco, se halla en el hecho de que los diferentes grupos de astros que lo forman fueron desde antiguo, definidos como figuras animales (zodiaco deriva de zoo) como nos demuestra su clasificación que va desde Aries (carnero) hasta Piscis (peces). El paso de los planetas por los signos zodiacales (es de suponerse), corresponde a toda una gama extensa de influjos sobre la Tierra y los seres que la habitan, influjos que son benéficos o maléficos según los diversos elementos astrológicos, planetas, cartas o signos con que ésta se relaciona.
Los astrólogos, desde el punto de vista histórico y filosófico, han intentado explicar de acuerdo al movimiento de los astros que la era de Tauro, correspondía a la civilización babilónica, la de Aries a la religión judía y mosaica, la de Piscis a la civilización o religión cristiana. Sin embargo, para pasar de una era zodiacal a la otra, hay que contar de dos mil a dos mil cien años; por lo tanto, estamos llegando a la era zodiacal de Piscis para entrar a la de Acuario. Esta nueva era, se caracterizará por una nueva situación del espíritu, por “un cambio de paradigma”, que coincide con una transformación o extensión de la conciencia que permitirá acceder a la identificación del “yo” con el “sé”, es decir, a una compresión “holística” del cosmos, en la que quedarán superadas y reconciliadas todas las oposiciones y contradicciones, y constituirán más que una sola cosa en el Uno, siendo todo en el Todo.
2.1 Una insignificante pifia de la Astrología
Científicamente es poco garantizable la utilización de los zodiacales, porque desde que los astrólogos de la antigüedad fijaron su posición en el firmamento ha variado aproximadamente un doceavo de círculo, es decir, casi el valor de un signo del zodiaco; lo cual significa que, actualmente el signo de Tauro está en la constelación de Aries está en la constelación de Piscis, y así sucesivamente. O para comprender mejor este error: si una persona nació el 14 de Febrero, la astrología dirá que su signo es Acuario y hará todo un estudio de personalidad a partir de las características que atribuyen a los “acuarianos”, mientras que en realidad, en el cielo, ese día, era la constelación d Capricornio la que lo cruzaba.
Ahora bien, si lo argumentaba anteriormente, que se encuentra en un plano psicológico, lo trasponemos al plano histórico, indiscutiblemente ya no nos encontramos en la era ni de Piscis, ni mucho menos en la que llegará, la era de acuario. ¿en cuál estaremos hoy, astrológicamente hablando?
2.2 La Adivinación por medio de los Astros.
Se sustraen a la causalidad de los cuerpos celestes los actos del libre albedrío. Que es facultad de la voluntad y de la razón. Porque el entendimiento y la razón no son corporales ni acto corpóreo y por consiguiente tampoco la voluntad, que existe en la razón. Y ningún cuerpo puede ejercer su influencia en cosa incorpórea. Por lo cual es imposible que los cuerpos celestes influyeran directamente sobre el entendimiento y la voluntad, pues esto sería suponer que el entendimiento no difiere del sentido y Aristóteles obliga a ésta consecuencia a los que decían que tal voluntad hay en los hombres, cual diariamente les impone el padre de los hombres y de los dioses, esto es el sol o el cielo. Si pues alguno se vale de la consideración u observación de los astros para preconocer los futuros casuales o acontecimientos fortuitos o también para conocer con certeza las operaciones futuras de los hombres, procede esto de una falsa y una vana opinión. Así se mezcla la operación del demonio. Por lo cual la adivinación será supersticiosa e ilícita. Pero si se sirve de esta observación para preconocer las cosas futuras que son producidas por la acción de los cuerpos celestes, como la sequía y las lluvias y semejantes, entonces esta adivinación no será ilícita ni supersticiosa.
3. Lugar de origen de la New Age
Indiscutiblemente es California, el lugar de nacimiento de la Nueva Era. Románticamente. Marylin Ferguson, nos habla de que “la antigua esperanza del viejo mundo es un mundo nuevo, un lugar donde poderse rehacer, donde empezar de nuevo una vida nueva”. Ese lugar sólo puede corresponder a California, lugar donde si los USA son libres, California lo es más, si los USA están abiertos a la innovación, la innovación es el segundo nombre de California. Si hay algo en común entre los californianos, sugería Michael Davy en 1972 “es la búsqueda de una nueva religión, mezcolanza que podría estar surgiendo del revoltijo compuesto de pensamiento estilo Esalen, lenguaje revolucionario y misticismo a lo Huxley, en donde hay un cierto orientalismo en el más infatigable de los pioneros, y el lejano Oeste no es sino un lejano Oriente.
Todo lo mencionado elevado al plan subjetivo, nos conduce a un “sincretismo personal” por el que todo norteamericano sería una síntesis personal de lo alto y lo bajo, de blanco y de negro, de urbano o rural, de provisional y universal. Caso de poder vivir con todas estas contradicciones, sería sencillamente un verdadero norteamericano.
“Temperamentalmente siempre hemos sido innovadores, audaces y confiados. De acuerdo con el mito nacional, la alternativa es posible si tenemos suficiente imaginación y voluntad”.
3.1 El epocalismo norteamericano
La declaración anterior, que describe el autoconcepto del norteamericano que conmueve por su profunda humildad, ha sido autodenominada por los mismos norteamericanos expresivamente como un “temporal parochialism”, el cual ha sido traducido por Dietrich von Hildebrand por un neologismo que denomina “epocalismo”, el cual lo describe como el sentimiento de superioridad sobre otras personas que no viven en la misma época histórica, que realiza la misma función psicológica que el orgullo por la sangre aria, fomentada por muchos alemanes durante la época del nacionalsocialismo.
Esta, es una tendencia general de la naturaleza humana o buscar tales compensaciones por la propia inferioridad o explorar caminos para exaltarse a sí mismo con orgullo. Y la gloria supuesta o verdadera de la comunidad nacional (geográfica) o temporal a la que uno pertenece, se presta maravillosamente para esta función. Aunque este “epocalismo” existió en edades anteriores, lo mismo que existió el nacionalismo, sin embargo, la rebeldía contra la tradición se deja sentir hoy día con especial firmeza.
Ese epocalismo del que tratamos en el apartado anterior, por lógica extensión extrapoladora puede también conducir a otro término conocido “milenarismo”, los cuales han fomentado la costumbre de decir que tal o cual creencia puede ser sostenida en una época pero no en otra. Se nos dice que algún dogma fue creíble en el siglo XX. En la New Age se nos dice por ejemplo que la era de Piscis, la del cristianismo o de Cristo, ya pasó, ahora en la era de Acuario ya hay otras creencias. Igualmente sería decir, que cierta filosofía puede ser creída en lunes, pero no puede ser creíble en viernes. Lo mismo sería decir que un aspecto del cosmos era conveniente hasta tres y media pero inconveniente hasta las cuatro y media. Añade Chesterton, lo que puede creer un hombre depende de su filosofía y no del reloj o del siglo. Supongamos en bien del argumento que nos halláramos frente a un caso de una curación, milagrosa. Un materialista del siglo XII no lo creería más que un materialista del siglo XX. Pero un científico cristiano del siglo XX la creería como un cristiano del siglo XII. Es cuestión simplemente de la teoría de cada hombre sobre las cosas. Por consiguiente, tratándose de cualquier contestación histórica, el punto no nuestra pregunta.
Los New Agers” o novoevanos, en su afán de novedad, se olvidan, tanto en su postura optimista como pesimista, de que lo antiguo y lo presente son los fundamentos indispensables para la elaboración de lo nuevo y del porvenir. Esta falta de madurez y objetividad en algunos “fans” de la nueva era corre el riesgo de hace sospechosa su causa.
4. La Nueva Era de la Tradición judeo-cristiana
La New Age gnóstica, al no encontrar en la astrología una base racional o científica convincente aunque lo es para millones de incautos, acude entonces a sustraer de la tradición judeo-cristiana, a la cual ataca encarnizadamente, dos fuentes propias de ésta, como son la apocalíptica y la profética, mismas que son objeto de adulteración, en especial el Apocalipsis de San Juan.
Aquella adulteración dada ya de antiguo en general en los evangelios apócrifos o evangelios gnósticos, fue también advertida y condenada por la Iglesia de aquel tiempo y al neognosticismo. New Age por la Iglesia de nuestro tiempo. Una de las formas de adulterar el Apocalipsis es precisamente por medio de la astrología, de tal forma que son los astros los que determinan el desarrollo de la existencia humana en la tierra. La otra forma de adulteración, es el pretender relevar o consumar la escatología cristiana suplantando la verdadera única nueva era que vendrá al mundo como consecuencia del advenimiento del Reino de Cristo en la Tierra.
“En la historia de la Iglesia, “lo viejo” y “lo nuevo” están siempre profundamente relacionados entre sí. Lo “nuevo” brota de lo “viejo” y lo “viejo” encuentra en lo “nuevo” una expresión más plena. Dentro de la dimensión temporal del Cristianismo, se crea el mundo y en su interior también tiene desarrollo la historia de la salvación que culmina en la “plenitud de los tiempos” de la Encarnación y su término en el retorno glorioso del Hijo de Dios al final de los tiempos. Con la venida de Cristo inician los últimos tiempos, la “última hora”, se inicia el tiempo de la Iglesia que durará hasta la Parusía.
Para c citaremos el Apocalipsis: “…y dijo el que estaba sentado en el trono: “mirad, todo lo hago nuevo”, y dice: “Escribe porque estas son las palabras fidedignas y verdaderas”. Esta es la primera ocasión y única vez que el Apocalipsis presenta a Dios directamente con la palabra. La primera palabra en Dios en la Biblia es “Hágase” aquí está su última palabra; repite aquella primera, consumando lo que con ella había sido sacado a la existencia “Mirad, todo lo hago nuevo”.
Además en el inicio de la historia de la salvación humana se dio un segundo “Hágase en mí….” Mariano, que en conjunción con el primero, generó al verdadero Renovador radical y sin miedo que le ha dicho al pasado aterido en su agonía, y a la naturaleza harto de buen grado obedecida y a la Opinión universal y vulgar, el NO más contundente que registra la historia del mundo. Engendró a Cristo, el Señor del Tiempo, al Cristo de Ayer, de hoy y de siempre.