Deja que Él se te acerque y te toque con su mano sanadora…
- 04 Febrero 2020
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Reina de Francia, 4 de febrero
Fundadora de la Orden
de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María
Martirologio Romano: En Bourges, de Aquitania, santa Juana de Valois, que siendo reina de Francia, al ser declarado nulo su matrimonio con Luis XII se dedicó a servir a Dios, cultivando una especial piedad hacia la Santa Cruz y fundando la Orden de la Santísima Anunciación de la Santa Virgen María (1505).
Fecha de canoización: 28 de mayo de 1950 por el Papa Pío XII.
Breve Biografía
No por ser hija del rey de Francia iba a pasarlo muy bien en su vida; más bien se puede asegurar todo lo contrario. El conjunto de su existencia fue una mezcla de los sufrimientos más amargos a los que puede estar abocada una persona. Ni querida, ni rica, ni agasajada -como suele hacerse con los príncipes y princesas- ni galanes, ni fiestas palaciegas. Más bien todo lo contrario. Fue despreciada por su padre el rey por desencanto al esperar un hijo varón y nacerle una hembra. Peor asunto cuando se descubre que a su condición de mujer se añade la fealdad de rostro y, por si fuera poco, hay que añadir la incipiente cojera. «Una cosa así» hay que sacarla de la Corte de los Valois. Será el castillo de Linières su sitio para aprender a bordar. Allí pasará una vida monótona y solitaria sin volver a ver a su madre, Carlota de Saboya, desde los cinco años.
Luis XI es, aunque Valois, un tirano, dueño de vidas y haciendas. Ha querido casar a su hija Juana con Luis de Orleáns porque eso sí entra dentro de su juego y engranajes políticos. Ya lo tiene todo dispuesto. Los Orleáns se niegan a emparentar con la fea, coja y jorobada maltrecha Juana; pero las amenazas de muerte por parte del enojadizo rey son cosa seria y el matrimonio de celebra el 8 de setiembre de 1476 en la capilla de Montrichard, aunque el novio ni hable ni mire a la novia. A partir de este acontecimiento, sólo hay visitas del esposo a la malquerida mujer cuando lo manda el rey.
El duque Luis de Orleáns -el esposo de paja- es levantisco; da con sus huesos en la cárcel por rebeldía y la buena esposa despreciada intercede por él ante su hermano, el nuevo rey Carlos VIII. Inesperadamente sube al trono francés el duque de Orleáns por la muerte repentina de Carlos. Ahora es el rey Luis XII y precipitadamente consigue la anulación del matrimonio.
Ya Juana no es reina, sólo duquesa de Berry. Retirada en Bourges funda la Orden de la Anunciación que honre a la Virgen María, aprenda de ella las virtudes y se desviva por los pobres. Es el año 1504 cuando ella hace su propia profesión para morir en santidad el año 1505. La canonización solemne será en Pentecostés del 1950.
Con añadido de matices y divergencias uno piensa si la verdad de esta vida es susceptible de ser narrada como una real versión de «cenicienta». Hay reyes, príncipes y palacios; abundan los desprecios más que duraderos, notables y bien sufridos; el final es feliz en ambos, si bien el del cuento termina aquí mientras que el verdadero es más radiante; un hada madrina -con varita mágica- hizo un papel fugaz en tanto que la Virgen María prestó su ayuda eficaz.
Habla con Jesús!
Santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43. Martes IV del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, Tú que eres hombre como yo, mírame y hazme sentir que me quieres de verdad, haga lo que haga, así como soy. Sólo Tú puedes hacer que yo sienta a Dios como mi Padre. En ti puedo sentir la mano de Dios que me quiere tocar y sanarme. Haz que hoy me deje tocar y sanar un poco más por mi Papá Dios. María, ven, hazme compañía; sin ti no sería lo mismo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 5, 21-43
En aquel tiempo, cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se quedó en la orilla y ahí se le reunió mucha gente. Entonces se acercó uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo. Al ver a Jesús, se echó a sus pies y le suplicaba con insistencia: “Mi hija está agonizando. Ven a imponerle las manos para que se cure y viva”. Jesús se fue con él, y mucha gente lo seguía y lo apretujaba.
Entre la gente había una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años. Había sufrido mucho a manos de los médicos y había gastado en eso toda su fortuna, pero en vez de mejorar, había empeorado. Oyó hablar de Jesús, vino y se le acercó por detrás entre la gente y le tocó el manto, pensando que, con sólo tocarle el vestido, se curaría. Inmediatamente se le secó la fuente de su hemorragia y sintió en su cuerpo que estaba curada.
Jesús notó al instante que una fuerza curativa había salido de él, se volvió hacia la gente y les preguntó: “¿Quién ha tocado mi manto?”. Sus discípulos le contestaron: “Estás viendo cómo te empuja la gente y todavía preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’ ”. Pero él seguía mirando alrededor, para descubrir quién había sido. Entonces se acercó la mujer, asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado; se postró a sus pies y le confesó la verdad. Jesús la tranquilizó, diciendo: “Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y queda sana de tu enfermedad”.
Todavía estaba hablando Jesús, cuando unos criados llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle a éste: “Ya se murió tu hija. ¿Para qué sigues molestando al Maestro?”. Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: “No temas, basta que tengas fe”. No permitió que lo acompañaran más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.
Al llegar a la casa del jefe de la sinagoga, vio Jesús el alboroto de la gente y oyó los llantos y los alaridos que daban. Entró y les dijo: “¿Qué significa tanto llanto y alboroto? La niña no está muerta, está dormida”. Y se reían de él.
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!”. La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Papá Dios te quiere decir algo hoy. Tal vez puedes entrar en el pasaje del Evangelio y descubrir qué es lo que te quiere decir. Lee e imagina que estás ahí, como uno de los personajes. Puedes revivir este pasaje como Pedro o un discípulo de los que están junto a Jesús, y ver cómo reacciona cuando llega Jairo a pedir ayuda; cómo se va con él a sanar a su hija. Puedes vivirlo como Jairo, y rogarle a Jesús por alguien que amas y que está sufriendo. Puedes vivirlo como la mujer que padecía flujo de sangre, que tiene algo que le pesa sobre los hombros y quiere que Jesús la cure, pero le da miedo decírselo. O como alguien de la multitud, que va siguiendo a Jesús y observa lo que Él hace. Entres como entres al pasaje, deja que te hable. Si el ver o escuchar algo o alguien te despierta un sentimiento, habla con Jesús sobre ello. Si quieres irte y ya no saber nada de Jesús, díselo. Y si quieres, deja que Él se te acerque y te toque con su mano sanadora…
«En esta página del Evangelio se entrelazan los temas de la fe y de la vida nueva que Jesús ha venido a ofrecer a todos. Entrando en la casa donde la muchacha yace muerta, Él echa a aquellos que se agitan y se lamentan y dice: “La niña no ha muerto; está dormida”. Jesús es el Señor y delante de Él la muerte física es como un sueño: no hay motivo para desesperarse. Otra es la muerte de la que tener miedo: la del corazón endurecido por el mal. ¡De esa sí que tenemos que tener miedo! Cuando sentimos que tenemos el corazón endurecido, el corazón que se endurece y, me permito la palabra, el corazón momificado, tenemos que sentir miedo de esto. Esta es la muerte del corazón. Pero incluso el pecado, incluso el corazón momificado, para Jesús nunca es la última palabra, porque Él nos ha traído la infinita misericordia del Padre. E incluso si hemos caído, su voz tierna y fuerte nos alcanza: “Yo te digo: ¡Levántate!”. Es hermoso sentir aquella palabra de Jesús dirigida a cada uno de nosotros: “yo te digo: Levántate. Ve. ¡Levántate, valor, levántate!”. Y Jesús vuelve a dar la vida a la muchacha y vuelve a dar la vida a la mujer sanada: vida y fe a las dos».
(Ángelus de S.S. Francisco, 1 de julio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Jesús, ¿qué pasó en este tiempo que estuvimos juntos? ¿Qué me consoló, qué me hizo sufrir? Algunas cosas se han movido en mí hoy. Tal vez surgió un deseo o un rechazo. Tú sabes mejor que yo qué quiero y qué necesito, Jesús. Dámelo por favor. Tú me quieres ver feliz de verdad. Ayúdame a dejarte actuar en mi vida. María, gracias por acompañarme. Haz que hoy me atreva a dejar que Jesús tome mis manos, mi rostro… y viva con alegría, en mí, su entrega a mis hermanos.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a visitar a Jesús en la Eucaristía para agradecerle que me haya escogido para ser su apóstol y pedirle que viva más en mí su entrega a mis hermanos.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Dios dirigió mis pasos
Fue algo impactante el ser instrumento del Señor para dar la gracia a este niño y confortar a la familia
Apenas ordenado sacerdote me enviaron a trabajar a una parroquia llamada "San Martín de Tours", a 12 horas de la ciudad de Arequipa. Un pueblo con muchas tradiciones y costumbres religiosas.
En uno de mis primeros viajes me tocó visitar un pueblito llamado Charcana, cuyo patrón era San Sebastián (20 de Enero). Para llegar a este lugar se requería un viaje de 6 horas de viaje en una Combi, por un camino accidentado. Luego de celebrar la Fiesta me dispuse a regresar, pero el rio se había desbordado y había cortado la carretera, por lo que tuve que regresar a pie a la parroquia (9 horas de viaje).
Luego de caminar un buen trecho, llegué al primer pueblito llamado Andamarca, donde a la entrada, en las primeras casitas, me encontré con una Señora que, angustiada y llorosa, me pidió que bautizara a su bebito que estaba enfermo. Providencialmente pasé por allí. Quiero destacar que estos pueblitos se visitan entre tres y cinco veces al año, por su geografía accidentada y de difícil acceso.
Grande fue mi sorpresa pues el bebé estaba agonizando. En medio del dolor de la madre y los familiares, bauticé aquella criatura.
Minutos más tarde terminó de expirar. Ese día, un pequeño recién nacido, hecho Hijo de Dios, partía para conformar el coro de los bienaventurados del Reino de los Cielos. Fue algo impactante el ser instrumento del Señor para dar la gracia a este niño y confortar a la familia, luego de un viaje de 5 horas y en medio del cansancio de la caminata.
Esta historia y otras mil, fueron recopiladas durante el Año Sacerdotal. Las cien mejores están publicadas en el libro "100 historias en blanco y negro", que puede adquirirse en www.100sacerdotes.com
El consejo del Papa Francisco para vencer la soledad
De su cuenta de Twitter, 3 de febrero de 2020
“La soledad se vence no encerrándose en uno mismo, sino invocando al Señor”. Así lo afirmó el Papa Francisco este lunes 3 de febrero en un mensaje difundido por medio de la red social Twitter, en la que también subrayó en que “el Señor escucha el grito del está solo”.
No es la primera vez que el Santo Padre reflexiona sobre la soledad y sus efectos negativos para la persona. En una audiencia concedida el pasado 16 de marzo de 2019 en el Vaticano a los miembros de la Confederación Italiana de Cooperativas, Francisco insistió en que “cuando el hombre se siente solo, experimenta el infierno”.
“Cuando, por otro lado, siente que no está siendo abandonado, entonces puede enfrentarse a todo tipo de dificultades y fatigas. Nuestro mundo está enfermo de soledad”, afirmó. Y como remedio, en aquella ocasión propuso la cooperación.
También durante una homilía pronunciada durante una de las Misas que cada día celebra en la Casa Santa Marta, el Papa recordó que también Jesús experimentó una inmensa soledad en su decisión de aceptar la muerte de Cruz como voluntad del Padre.
“Jesús estaba solo. Nadie le acompañó en esta decisión porque nadie comprendía el misterio de Jesús. Jesús estuvo solo en el camino hacia Jerusalén hasta el fin. Pensemos en el abandono de sus discípulos, en la traición de Pedro… Estaba solo. El Evangelio nos dice que únicamente le consuela un ángel del cielo en el Huerto de los Olivos. Únicamente tenía esa compañía. Por lo demás, estaba solo”
En otra ocasión, durante la Misa de inauguración del Sínodo de los Obispos sobre la familia el 4 de octubre de 2015, el Pontífice afirmó que la soledad “es el drama que aún aflige a muchos hombres y mujeres”.
Los 10 NO del noviazgo
10 cosas a las que hay que decir NO con firmeza para que el noviazgo lleve a un buen matrimonio
El portal católico mexicano Desde la Fe presenta un completo repaso de cosas que hay que tener en cuenta para aprovechar el noviazgo y evitar malos matrimonios. Lo reproducimos por su interés.
Un buen matrimonio depende en gran parte de un buen noviazgo, de que él y ella aprovechen bien ese tiempo para conocerse. Además de amor, ¿qué se necesita para tener un buen noviazgo? He aquí diez recomendaciones que conviene considerar:
1. NO dejar fuera a Dios
Antes que nada, pregúntale a Dios si tu vocación es el matrimonio. Consulta un director espiritual. Cuando creas haber conocido a la persona indicada, oren juntos, vayan juntos a Misa, encomiéndense a Dios y a María. Antes de casarse, acudan a un retiro para novios. Y después no se atengan a sus solas míseras fuerzas para amarse: no se vayan a vivir juntos ni se unan sólo por lo civil, sino mediante el sacramento del matrimonio, para recibir de Dios la gracia sobrenatural de ser fieles y amarse mutuamente como Dios los ama.
2. NO engañar
Esto abarca dos aspectos. Primero: no finjas lo que no eres. No digas que te gusta lo que no te gusta, que haces lo que nunca haces, etc. sólo para ser como crees que tu novia o novio espera que seas. Descubrirá tu engaño al casarse, y puede ser motivo para separarse. Sé tú mismo, tú misma. Si no es compatible contigo, ni modo, no fuerces las cosas, ya encontrarás a quien lo sea. Recuerda que “siempre hay un roto para un descosido”. Y, segundo: no seas infiel. La infidelidad en el noviazgo es motivo para terminar la relación, porque los novios infieles, suelen ser cónyuges infieles.
3. NO querer cambiar al otro
Hay quien piensa: “mi pareja tiene esta forma de ser, o este hábito, o este vicio que no me agrada, pero yo la voy a cambiar”. Es una falsa expectativa. La gente no suele cambiar. El introvertido nunca se volverá extrovertido; la parlanchina no sabrá quedarse callada; el novio que nunca se acomide a ayudar será un marido haragán; la novia desaliñada será una esposa de bata y pantuflas. Y las características que te molestan en el noviazgo, en el matrimonio pueden aumentar y resultarte intolerables. O le aceptas como es, o no te cases.
4. NO justificar lo injustificable
Si en el noviazgo, cuando se supone que están enamorados y desea complacerte, tiene desatenciones, te deja esperándole y no se disculpa; se la pasa viendo el celular, llega tarde, no te pregunta cómo estás, te calla, te critica, en el matrimonio será peor. No busques pretextos para justificar sus malas actitudes, busca mejor otra pareja.
5. NO violencia
Si en el noviazgo ya hay gritos, malos modos, insultos y hasta golpes, ¡hay que salir huyendo! Un novio que te levanta la voz, será un esposo que te levantará la mano; una novia que te humilla ante tus amigos, será una esposa que te humillará ante tus hijos. ¿A qué arriesgarse a casarse con alguien que puede poner en riesgo tu integridad y la de tu familia?
6. NO relaciones sexuales
El sexo es fabuloso. Decir esto parecería razón para practicarlo en el noviazgo, pero es justo lo contrario: puede hacer que una pareja crea que son compatibles, cuando en realidad sólo lo son en la cama. Un amante habilidoso no necesariamente es un buen esposo. Y hay muchos momentos en el matrimonio en que no será posible tener relaciones sexuales, así que si el sexo es lo único que los une, su relación irá a pique.
Una amiga me contó que su hija fue a confesarse de haber tenido relaciones sexuales con su novio, y el padre le dijo: “si se aman, no es pecado”. Sorprende semejante respuesta, porque Jesús menciona, en la lista de maldades que manchan al hombre, la fornicación, es decir, la relación sexual fuera del matrimonio (ver Mc 7, 14-23). La relación sexual está pensada para ser una donación total entre esposos que prometen, con la gracia de Dios, amarse toda la vida. No hay que banalizarla adelantándola, ni arriesgarse a un embarazo no deseado. Y, sobre todo, no hay que olvidar que para unos novios católicos tener relaciones sexuales pre-matrimoniales no es algo que alguien pueda autorizar por encima de la Palabra de Dios y de la Iglesia, que enseñan que es pecado (ver Catecismo de la Iglesia Católica #1755; 1852; 2353).
7. NO desoír opiniones y consejos
Por tener una visión desde fuera, puede suceder que tus familiares y amigos capten actitudes de tu pareja que tú no has percibido. “ay, mijita, tu novio toma demasiado”, “ay, hijo, ella trata muy feo a su mamá”, “oye, amiga, como que tu novio es ojo alegre, lo he visto coqueteando…”; “híjole carnal, me late que esa chava sólo te busca por tu dinero, se la pasa haciéndote gastar…”; “uy, le vi fumando mariguana”. Presta atención, no cierres los oídos. En los procesos de declaración de nulidad matrimonial, suelen preguntar cuál era la opinión de quienes rodeaban a los novios. Y es casi seguro que hubo muchas críticas que fueron desoídas…
8. NO suponer, mejor preguntar
El noviazgo es un tiempo para conocerse, para hablar, hablar y hablar de todos los temas habidos y por haber, para preguntar. Muchos matrimonios se rompen porque no descubrieron a tiempo que pensaban muy distinto: “¡creí que sí querías tener hijos!”; “¡no pensé que te molestara que trabaje!”; “¡no sabía que tu mamá vendría a vivir con nosotros!”. Más vale dialogar que lamentar.
9. NO dejar de considerar a la familia
No sólo hay que fijarse en la pareja, sino en su familia. ¿Cómo es?, ¿cómo se llevan sus miembros entre sí?, ¿cuáles son sus valores? Recuerda que muy probablemente tendrás que convivir con ellos en Navidad, año nuevo, cumpleaños, aniversarios, algunos fines de semana, etc. Sus papás serán abuelos de tus hijos, y tus cuñados, sus tíos; querrán pasar tiempo con ellos, ¿qué clase de ejemplo les darán? ¿Es ésta la familia a la que quieres pertenecer?, ¿o vas a discutir y a pelearte cada vez que tu cónyuge la quiera ver?
10. NO sólo buscar “que te haga feliz”
Muchos se casan pensando: “ésta me hará feliz” (porque es bonita y puede lucirla en las fiestas de la oficina, o porque cocina rico, o es hacendosa), o éste me hará feliz, (porque es tan guapo que sus amigas la envidiarán; o porque gana tanto que podrá darle una vida de lujos). Buscan la pareja que los haga felices. Pero si la bonita se pone fea o se enferma, al guapo le sale panza, o pierde la chamba, ya no “hace feliz”, es hora de descartarlo.
La motivación para casarse no debe ser “que me haga feliz”, sino “quiero hacerle feliz”. Y qué mayor felicidad que santificarse mutuamente para llegar al cielo. Si tanto él como ella dicen: “le amo tanto que quiero dedicarme a que sea feliz aquí y por toda la eternidad”, eso sí que con la ayuda de Dios, se puede lograr pase lo que pase, en la salud y en la enfermedad, en lo próspero y en lo adverso, hasta que la muerte los separe en este mundo y puedan reencontrarse en la vida eterna para siempre.
¿Por qué los jóvenes dejan la Iglesia?
3 tipos de jóvenes que se van; y una necesidad: que puedan preguntar sin miedo
¿Por qué los jóvenes abandonan la Iglesia? Un nuevo estudio que ha durado dos años en Estados Unidos ha descubierto las principales causas del abandono del ámbito religioso entre los adolescentes.
El estudio fue publicado por St. Mary´s Press y el Centro de Investigación Aplicada en el Apostolado de la Universidad de Georgetown (CARA) bajo el título de "Going, Going, Gone! The Dynamics of Disaffiliation in Young Catholics" (Me voy, me voy, me fui. Las dinámicas de desafiliación en los jóvenes católicos). El 74% de los 214 ex-católicos entrevistados aseguró que había dejado la Iglesia entre los 10 y los 20 años.
Preguntas trascendentales desde niños
“Hemos oído que los jóvenes comienzan a tener dudas y preguntas trascendentales muy pronto, entre los 10 y los 11 años, algunos incluso más pequeños”, ha asegurado John Vitek, uno de los principales autores del estudio. Vitek, presidente y director de St. Mary´s Press (www.smp.org), ha declarado a la CNA que esto puede resultar sorprendente para muchos adultos “porque muchos de estos jóvenes nos explicaron que nunca habían hablado de estas preguntas con sus padres o sacerdotes”.
Muchos de los jóvenes ex-católicos entrevistados, un 35% exactamente, se declaran ahora como personas sin afiliación religiosa. Sin embargo, tan solo un 14% se dicen ateos o agnósticos. Estos jóvenes sin afiliación religiosa denominados “Nones” en EEUU son cada vez más numerosos.
Los investigadores del CARA citan otro estudio de 2015 en el que se demuestra que 19 millones de adultos en EEUU se han declarado “Nones” entre 2007 y 2014.
Aunque la gran mayoría de antiguos católicos son “Nones”, Vitek ha especificado que “muchos de los jóvenes que pertenecen a los “Nones” aún siguen creyendo en Dios y buscan una comunidad religiosa a la que afiliarse.
Razones para dejarlo
Los investigadores del CARA han identificado ciertos patrones entre las declaraciones personales de los participantes y han encontrado tres arquetipos entre ellos:
• los “heridos”,
• los “dejados”
• y los “disidentes”.
Los “heridos” son aquellos jóvenes que vivieron algún tipo de tragedia o mala época en la que Dios parecía estar ausente. A pesar de sus oraciones, un familiar suyo murió, o sus padres se divorciaron, por ejemplo. Uno de los jóvenes explicó a los investigadores que, pese a que toda su familia rezó, su abuelo murió de cáncer de pulmón. “Todo el mundo estaba rezando por él, casi más de 150 personas. Cuando vi que no sirvió para nada, me empecé a volver escéptico”.
Los “dejados” son aquellos que tenían problemas para conectar sus creencias religiosas con sus experiencias concretas en el mundo. Acababan preguntándose qué importaba ser católico o no y finalmente dejaban la Iglesia. Los investigadores advirtieron que la influencia del entorno familiar era una de las principales razones de los “dejados” para abandonar la Iglesia. Poco a poco abandonan sus costumbres religiosas y se mundanizan.
Finalmente, es en los "disidentes” en los que los investigadores encontraron un rechazo más activo hacia la Iglesia. Estos jóvenes explicaban que desacuerdos en temas polémicos como los matrimonios del mismo sexo o los métodos anticonceptivos precipitaron su abandono.
¿Y los escándalos sexuales del algunos clérigos, o los abusos sexuales? Cabe destacar que tan solo un 2% dijo haber dejado la Iglesia por escándalos sexuales.
Es importante animar a los jóvenes y adolescentes a plantear sus preguntas con libertad.
Un lugar abierto a las preguntas
Sin embargo, estos arquetipos se pueden mezclar. “Un joven puede tener una mala experiencia al principio que les haga sentir mal, o rotos”, ha dicho Vitek. “Después, ese mal sentimiento puede hacer que la persona comience a ser escéptica, y eso, finalmente, lleva a que dejen la Iglesia”.
Los jóvenes ex-católicos tenían distintos grados de unión con la Iglesia. El 28% reconoció a CARA que casi nunca iban a la Iglesia cuando se decían católicos. Tan solo un 17% iba semanalmente. Tres cuartos de los encuestados nunca fueron a un colegio católico. El 87% no piensa volver jamás a pisar una iglesia.
“Esto es cierto”, apuntó Vitek. “Los estudios demuestran que cada vez más gente que abandona la Iglesia Católica lo hace para siempre”.
Sobre qué puede hacer la Iglesia Católica para evitar el abandono masivo de los jóvenes, Vitek recomendó: “Necesitamos crear un lugar donde los jóvenes puedan expresar sus dudas y preguntas sobre la Fe sin miedo a ser juzgados”.
Hablar bien del cónyuge
El mejor secreto para lograr un matrimonio feliz ¡es hablar siempre bien de la pareja!
«Cada vez que me preguntan por mi esposa, siempre cuento sus cosas positivas. No porque todo sea miel sobre hojuelas en mi matrimonio, sino porque hacerlo así fortalece mi amor y me ayuda a valorarla.»
«Cuando estoy enojada con mi esposo, más que quejarme con los demás, recuerdo las tres cualidades que me hicieron enamorarme de él.»
El mejor secreto para lograr un matrimonio feliz ¡es hablar siempre bien de la pareja!
No hay matrimonio perfecto. ¡Ni siquiera el de Brad Pitt y Angelina Jolie! Los que sí existen, son los matrimonios perseverantes.
Los esposos que se aman y se pertenecen, hablan bien el uno del otro. Siempre buscan mostrar el lado bueno del cónyuge, más allá de sus debilidades y errores. En todo caso, guardan silencio para no dañar su imagen.
Esta actitud no es algo falso, un mero gesto externo. Es fruto de una virtud llamada benedicencia, que consiste en amar a los demás a través de las palabras.
Actuar así no es ingenuidad, pues no se trata de cegarnos ante las dificultades y puntos débiles de la pareja. Consiste, más bien, en ampliar el propio horizonte, colocando esas debilidades y errores en su contexto.
Porque, por más pesados que sean sus defectos, éstos son sólo una parte, no la totalidad de su ser. Y por ello todos somos siempre susceptibles de recibir amor.
La benedicencia tampoco te hace más vulnerable y manipulable. Amar al otro no nos debilita, sin importar la forma en que lo hagamos. De hecho, centrarnos en lo positivo, fortalece indudablemente nuestra relación.
La madurez en un matrimonio inicia cuando aceptamos con sencillez que ambos somos una compleja combinación de luces y de sombras. Pero que a partir de ellas juntos podemos lograr formar un arcoíris.
Por eso no es realista exigir que el otro sea perfecto para seguir amándolo, para valorarlo. Lo amo como es; me ama como soy. Con sus límites y los míos.
Porque, como dice el Papa Francisco, «que su amor sea imperfecto no significa que sea falso o que no sea real. Es real, pero limitado y terreno». Por lo demás, el único amor humano real tiene que ser así: defectuoso.
Ese es el amor verdadero, el que convive con la imperfección, la disculpa y sabe guardar silencio ante las limitaciones del ser amado.