¿Por qué esta generación reclama un signo?
- 17 Febrero 2020
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Ángelus: “Acoger la Ley en el corazón”
Palabras antes del Ángelus
FEBRERO 16, 2020 13:43 RAQUEL ANILLO ANGELUS Y REGINA COELI
(zenit –16 febrero 2020).- A las 12 del mediodía de hoy, el Santo Padre Francisco se asoma por la ventana del estudio en el Palacio Apostólico Vaticano para recitar el Ángelus con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza San Pedro.
Estas son las palabras del Papa al introducir la oración mariana:
***
Palabras del Papa antes del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de hoy (cf. Mt 5,17-37) está tomado del “Sermón de la Montaña” y trata del cumplimiento de la Ley: cómo debo cumplir la Ley, cómo hacerlo. Jesús quiere ayudar a sus oyentes a tener un acercamiento justo con las prescripciones de los mandamientos dados a Moisés, exhortándo a estar disponibles para Dios que nos educa en la verdadera libertad y responsabilidad a través de la Ley. Se trata de vivirla como un instrumento de libertad. No olvidemos eso: viviendo la Ley como un instrumento de libertad, que me ayuda a ser más libre, que me ayuda a no ser esclavo de las pasiones y del pecado. Pensemos en las guerras, pensemos en las consecuencias de las guerras, pensemos en esa niña que murió congelada en Siria anteayer. Muchas calamidades, muchas. Este es el resultado de las pasiones, y la gente que hace la guerra no sabe cómo dominar sus pasiones. Les hace falta cumplir la Ley. Cuando cedemos a las tentaciones y pasiones, no somos señores y protagonistas de nuestra propia vida, sino que nos volvemos incapaces de manejarla con voluntad y responsabilidad.
El discurso de Jesús está estructurado en cuatro antítesis, expresadas con la fórmula “Habéis comprendido que se dijo… pero yo te digo”. Estas antítesis se refieren a otras tantas situaciones de la vida cotidiana: asesinato, adulterio, divorcio y juramentos.
Jesús no abolió las prescripciones que se ocupan de estos temas, pero explica su pleno significado e indica el espíritu con el que …deben ser observadas. Nos anima a pasar de una observancia formal de la Ley a una observancia sustancial, acogiendo la Ley en el corazón, que es el centro de las intenciones, decisiones palabras y gestos de cada uno de nosotros. Del corazón salen las buenas y las malas acciones aceptando la Ley de Dios en nuestros corazones entendemos que, cuando no amamos a nuestro prójimo, uno se mata a sí mismo y a otros hasta cierto punto, porque el odio, la rivalidad y la división matan la caridad fraternal que es la base de las relaciones interpersonales. Y esto se aplica a lo que dije sobre las guerras, porque la lengua mata. Aceptando la Ley de Dios en el corazón se entiende que los deseos tienen que ser guiados, porque no todo lo que deseas lo puedes tener, y no es bueno… ceder a los sentimientos egoístas y posesivos. Cuando uno acepta la Ley de Dios en su corazón, uno entiende que hay que abandonar un estilo de vida hecho de promesas rotas, no mantenida, así como pasar de prohibición del perjurio a la decisión de no jurar en absoluto, asumiendo la actitud de plena sinceridad con todos.
Y Jesús es consciente de que no es fácil vivir los mandamientos de una manera total y tan profundamente. Por esta razón nos ofrece la ayuda de su amor: Vino al mundo no sólo para cumplir la Ley, sino también para darnos su Gracia, para que podamos hacer la voluntad de Dios, amándolo a Él y a nuestros hermanos. ¡Todo, todo lo podemos hacer con la gracia de Dios! De hecho, la santidad no es otra cosa que guardar esta gratuidad que Dios nos ha dado, esta gracia. Se trata de la confianza y confiarnos a Él, a su gracia, a esa gratuidad que nos ha dado y acoger la mano nos tiende constantemente, para que nuestros esfuerzos y nuestro necesario compromiso puedan ser apoyados por su ayuda, llena de bondad y misericordia.
Hoy Jesús nos pide que avancemos en el camino del amor que nos ha mostrado y que comienza desde el corazón. Esta es la manera de vivir como cristianos.
Que la Virgen María nos ayude a seguir el camino trazado por su Hijo, para lograr la verdadera alegría y difundir la justicia y la paz por todas partes.
FEBRERO 16, 2020 13:43 ANGELUS Y REGINA COELI
Fundadores de la Orden de los Servitas, Santos
Siete Santos Fundadores de los siervos de Santa María Virgen (Servitas)
Martirologio Romano: Los siete santos fundadores de la Orden de los Siervos de María: Bonfilio, Bartolomé, Juan, Benito, Gerardino, Ricovero y Alejo. Siendo mercaderes en Florencia, se retiraron de común acuerdo al monte Senario para servir a la Santísima Virgen María, fundando una Orden bajo la Regla de san Agustín. Son conmemorados en este día, en el que falleció, ya centenario, el último de ellos, Alejo († 1310).
Breve Reseña
Según la tradición hubo siete hombres, muy respetables y honorables, a los que nuestra Señora unió, a manera de siete estrellas, para iniciar la Orden suya y de sus siervos. Los siete nacieron en Florencia; primero llevaron una vida eremítica en el monte Senario, dedicados en especial a la veneración de la Virgen María. Después predicaron por toda la región toscana y fundaron la Orden de los Siervos de Santa María Virgen, aprobada por la Santa Sede en 1304. Se celebra hoy su memoria, porque en este día, según se dice, murió San Alejo Falconieri, uno de los siete, el año 1310.
Los siete fundadores: Bonfilio Monaldi, Juan Bonagiunta Monetti, Benito Manetto dell’Antella,
Bartolomé Amadio degli Amidei, Gerardino Sostegno Sostegni, Ricovero Ugoccione dei Lippi-Uguccioni y Alejo Falconieri
En la Monumenta Ordinis Servorum Beatae Maríae Virginis se lee lo siguiente respecto del estado de vida de los Siervos de Santa María Virgen: “Cuatro aspectos pueden considerarse por lo que toca al estado de vida de los siete santos fundadores antes que se congregaran para esta obra. En primer lugar, con respecto a la Iglesia. Algunos de ellos se habían comprometido a guardar virginidad o castidad perpetua, por lo que no se habían casado; otros estaban ya casados; otros habían enviudado.
En segundo lugar, con relación a la sociedad civil. Ellos comerciaban con las cosas de esta tierra, pero cuando descubrieron la piedra preciosa, es decir, nuestra Orden, no sólo distribuyeron entre los pobres todos sus bienes, sino que, con ánimo alegre, entregaron sus propias personas a Dios y a nuestra Señora, para servirlos con toda fidelidad.
El tercer aspecto que debemos tener en cuenta es su estado por lo que se refiere a su reverencia y honor para con nuestra Señora. En Florencia existía, ya desde muy antiguo, una sociedad en honor de la Virgen María, la cual, por su antigüedad y por la santidad y muchedumbre de hombres y mujeres que la formaban, había obtenido una cierta prioridad sobre las demás y, así, había llegado a llamarse “Sociedad mayor de nuestra Señora”. A ella pertenecían los siete hombres de que hablamos, antes de que llegaran a reunirse, como destacados devotos que eran de nuestra Señora.
Finalmente, veamos cual fuera su estado en lo que mira a su perfección espiritual. Amaban a Dios sobre todas las cosas y a él ordenaban todas sus acciones, como pide el recta orden honrándolo así con todos sus pensamientos, palabras y obras.
Cuando estaban ya decididos, por inspiración divina, a reunirse, a lo que los había impulsado de un modo especial nuestra Señora, arreglaron sus asuntos familiares y domésticos, dejando lo necesario para sus familias y distribuyendo entre los pobres lo que sobraba. Finalmente buscaron a unos hombres de consejo y de vida ejemplar, a los que manifestaron su propósito.
Así subieron al monte Senario, y en su cima erigieron una casa pequeña y adecuada, a la que se fueron a vivir en comunidad. Allí empezaron a pensar no sólo en su propia santificación, sino también en la posibilidad de agregarse nuevos miembros, con el fin de acrecentar la nueva Orden que nuestra Señora había comenzado valiéndose de ellos. Por lo tanto, comenzaron a recibir nuevos hermanos y, así, fundaron esta Orden. Su principal artífice fue nuestra Señora, que quiso que estuviera cimentada en la humildad, que fuese edificada por su concordia y conservada por su pobreza.
Aprender a captar las señales de Dios
Santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13. Lunes VI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, aumenta mi fe y mi paciencia para que pueda yo llegar a la meta que me tienes preparada.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 8, 11-13
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: “ Por qué esta gente busca una señal?. Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Sería mucho más fácil para Jesús darles una señal palpable del cielo a aquellos fariseos que se la pedían, creo que se hubiera evitado muchos dolores de cabeza e, incluso, los hubiese dejado con la boca cerrada. Pero la pedagogía de Jesús es totalmente diferente, no busca que crean en Él por sus obras o grandes milagros, sino que crean en Él por lo que realmente es, el Hijo de Dios y salvador nuestro.
¡Cuántas veces no nos pasa en nuestra vida que no creemos en Dios porque no responde a nuestras súplicas inmediatamente! El tiempo de Dios, no es como el nuestro, pues Dios no solo sabe el tiempo, sino el momento y la hora exacta en que debe actuar. Algo muy importante es que debemos estar siempre atentos para aprender a descubrir las señales de Dios en nuestra vida cotidiana. Dios nos manifiesta su voluntad en los momentos menos esperados de nuestra vida y, con ello, también revela lo que nosotros le hemos pedido. Esto se da en las circunstancias más sencillas de nuestra vida, como decía antes, por ejemplo, cuando estoy hablando con un amigo (a), cuando estoy escuchando una canción, cuando leo un libro, cuando estoy platicando con mis hijos, en mi trabajo, pero, sobre todo, cuando estoy en oración con Dios nuestro Señor.
Dos cosas también importantes para tener en cuenta es que no perdamos la paciencia y que pidamos con insistencia a Aquel que siempre nos escucha. Nunca olvidemos que cuando el cielo aparentemente calla, es porque una gran bendición nos tiene preparada.
«El aliento del Maestro a sus discípulos también se puede entender en este sentido: “Ánimo, que soy yo, no temáis”. Y realmente es Él, incluso si a nuestros ojos les cuesta trabajo reconocerlo: con la ropa rota, con los pies sucios, con el rostro deformado, con el cuerpo llagado, incapaz de hablar nuestra lengua... Nosotros también, como Pedro, podríamos sentirnos tentados de poner a prueba a Jesús, de pedirle una señal. Y tal vez, después de algunos pasos vacilantes hacia él, volver a ser víctimas de nuestros miedos. ¡Pero el Señor no nos abandona! Aunque seamos hombres y mujeres de “poca fe”, Cristo continúa tendiendo su mano para salvarnos y permitir que nos encontremos con él, un encuentro que nos salva y nos devuelve la alegría de ser sus discípulos».
(Homilía de S.S. Francisco, 15 de febrero de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pedir hoy a Dios nuestro Señor, con pureza de corazón, que revele su voluntad en lo que yo le he pedido.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Guía para percibir si estamos ante un fariseo (o si somos fariseos...)
"Ese es un fariseo" o "no sea fariseo": son expresiones que todos hemos escuchado, y que tienen ‘sabor', que muerden, mucho más si se ajustan a la realidad de quien así es invectivado.
¿Pero qué en resumen es ser fariseo?
Intentemos dilucidar la cuestión de la mano de Mons. Juan Clá, EP, quien en su espléndida obra Lo inédito sobre los Evangelios profundiza en ella.
Primero recordemos que Jesús los llega a calificar como hijos del diablo. ¿Y quién era el diablo? "Era homicida", "no hay verdad en él", "dice la mentira" y es "padre de la mentira" (Cfr. Jn 8, 43-47).
Los fariseos crearon una religión especial para sí, rechazando la que le había sido revelada al pueblo judío: "Los fariseos habían reducido la religión a una escrupulosa observancia de micro preceptos, en detrimento de la práctica de la verdadera ley: ‘Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad' " (1).
es gusta la publicidad a los fariseos, les gustan los lugares bien visibles: "Todo lo que hacen es para que los vea la gente; alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto" (Mt 23, 5). Les gusta que les echen incienso, que les tributen honras: "Les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí" (Mt 23, 6-7). Pero estas honras no corresponden a su verdadera virtud, pues son sepulcros blanqueados, son vasos que parecen limpios por fuera y son sucios por dentro.
Los fariseos no viven verdaderamente para el Señor, "pues por ser ególatras y, por tanto, por haber dado la espalda a Dios, abusaban de los poderes espirituales" (2) "Sé que el amor de Dios no está en vosotros", les dice Jesús. (Jn 5, 42). "Solo se interesaban por su propia gloria terrena", recalca Mons. Juan. (3)
Son mundanos, en el sentido de que "desean captar la simpatía popular" 4, y "tienen un gusto vanidoso y sin amor a Dios de ir atrás de las buenas posiciones. En el fondo, está [Jesús] condenando [en ellos] el mundanismo, defecto característico de aquellos que hacen de los bienes de esta tierra el fin último de sus acciones". 5
Jesús no condena en los fariseos "los saludos en público, ni siquiera el título de ‘rabbí' - maestro", sino "únicamente el vicio de querer colocarse en el centro de las atenciones de todos". 6 Ellos se consideran "la fuente de la verdad", no Dios. "Además, se adoraban a sí mismos y se consideraban los que gestaban a los otros en las vías de la perfección, debido al concepto equivocado de autoestima del que estaban embebidos". 6 Eran ellos y no Dios el que creaba la virtud en los otros.
"¿Habrá católicos que demuestren una esmerada y escrupulosa conciencia a propósito de un determinado mandamiento y, por otro lado, un gran relativismo en materias más graves (cf. Mt 23, 24)? O incluso, ¿losque fácilmente se escandalizan con banalidades y a continuación emiten un juicio temerario y malicioso, descuidando la justicia, la misericordia y la lealtad (cf. Mt 23, 23)? O bien, ¿los que manifiestan desprecio por los otros, como si fuesen peores que ellos mismos (cf. Lc 7, 36-50; 18, 9-14)?". 7 Preguntas relevantes.
Es el fariseísmo "la suma de todos los pecados", 8 por tanto, algo muy grave a evitar. Examinemos primero nuestra propia conciencia al respecto.
¿Es lo mismo Amar que estar enamorado?
El amor es una unidad profunda, mantenida por la voluntad
Lo que llamamos “estar enamorados” es un estado glorioso y, de diferentes maneras, bueno para nosotros. Contribuye a hacemos generosos y valientes, nos abre los ojos no sólo a la belleza de la amada sino a toda belleza, y subordina (especialmente al comienzo) nuestra sexualidad meramente animal; en ese sentido, el amor es el gran vencedor de la lujuria.
Nadie en sus cinco sentidos negaría que estar enamorado es mucho mejor que la sensualidad común o el frío egocentrismo. Pero, como dije antes, “lo más peligroso que se puede hacer es tomar cualquiera de los impulsos de la propia naturaleza e instituirlo como aquello que debemos seguir a toda costa”.
Estar enamorado es algo bueno, pero no es lo mejor. Hay muchas cosas que están por debajo, pero también hay otras que están por encima. No puede hacerse de ello la base de la vida en su totalidad. Es un sentimiento noble, pero no deja de ser un sentimiento. Y no se puede confiar en que sentimiento alguno perdure en toda su intensidad, o incluso que perdure. El conocimiento puede durar, los principios pueden durar, los hábitos pueden durar, pero los sentimientos vienen y van. Y, de hecho, más allá de lo que diga la gente, el estado conocido como “estar enamorado” generalmente no dura. Si se toma el viejo final de los cuentos de hadas, “vivieron felices para siempre” como “sintieron por los siguientes cincuenta años exactamente lo mismo que el día antes de casarse”, entonces está diciendo algo que probablemente nunca fue ni podría ser verdad, y que sería muy poco deseable si lo fuera. ¿Quién podría vivir en ese estado de exaltación siquiera por cinco años? ¿Qué sería de tu trabajo, tu apetito, tu sueño, tus amistades?
Pero, por cierto, dejar de estar “enamorado” no necesariamente significa dejar de amar. El amor en este segundo sentido —el amor en tanto distinto al “estar enamorado”— no es meramente un sentimiento. Es una unidad profunda, mantenida por la voluntad y deliberadamente fortalecida por el hábito; reforzada (en los matrimonios cristianos) por la gracia que cada uno de los integrantes de la pareja pide, y recibe, de Dios. Pueden tener este amor por el otro incluso en los momentos en que no se gustan mutuamente, tal como te amas a ti mismo incluso cuando no te gustas. “Estar enamorados” primero los llevó a prometer fidelidad; este amor más tranquilo les permite mantener la promesa. Es con este amor que funciona la maquinaria del matrimonio; estar enamorados fue la explosión que la hizo partir.
Hagamos un examen de conciencia
No hay pecado que no pueda ser perdonado, si nos acercamos a la misericordia de Dios
1er Mandamiento – Amar a Dios: ¿Me da miedo o vergüenza llamarme o manifestarme como católico?, ¿estudio mi fe evito lo que pudiera dañarla? (lecturas, programas) ¿he hablado mal de mi Religión? ¿Dudo de Dios? ¿Acepto doctrinas que van fuera de mi fe y lo que enseña la iglesia católica? ¿Rezo todos los días? ¿Ofrezco a Dios mi día? ¿Me acuerdo de Él al menos por la mañana o por la noche? ¿Le doy gracias a Dios por todas sus bendiciones? ¿Cumplí la penitencia dada en mi última confesión? ¿He abusado de la confianza en Dios por presumir que ya me perdonó sin haberme confesado? ¿Pongo por encima de Dios, mis gustos, comodidades, egoísmo, pereza, vanidad, soberbia como si éstos fueran los valores supremos de mi vida? ¿Consulto el horóscopo, las cartas, juegos como la Ouija?
2do Mandamiento: – Respetar a Dios: ¿Pronuncio con respeto el Nombre de Dios, de la Virgen y de los Santos? ¿Hago juramentos falsos o inútiles? ¿He prometido algo a Dios y no lo he cumplido? ¿Cumplo mis promesas? ¿Hago maldiciones? ¿He ocultado por vergüenza en la confesión algún pecado grave y después he comulgado?
3er Mandamiento – Santificar las Fiestas: ¿Oigo la misa con devoción? ¿No respeto los momentos de la celebración de la misa? ¿Escojo distracciones por cualquiera que sea, en vez de la misa? ¿He faltado por pereza, falta de voluntad o por mi propia culpa a misa?
4to Mandamiento – Honrar a tu Madre y a tu Padre: ¿He sido cariñoso con mis padres, abuelos o alguna figura de autoridad?
¿Los he desobedecido?
¿Les ayudo de buena gana y con gusto?
¿Corrijo injustamente a mis padres? ¿Les he deseado algún mal? ¿Los he tratado con desprecio? ¿Los he sobornado?
¿He sido irrespetuoso con ellos?
5to Mandamiento – No Matarás: ¿Tengo enemistad, odio, rencor o resentimientos contra alguien? ¿He despreciado a los demás? ¿Me considero superior? ¿Me burlo de ellos, los critico, molesto o ridiculizo ante los demás? ¿He maltratado de palabra u obra a alguien? ¿Soy imprudente al conducir? ¿He aconsejado, practicado o fomentado cualquier modo de aborto? ¿Me he embriagado o drogado en exceso? ¿Me he deseado la muerte o a alguien más? ¿Omito acciones que pudieran impedir Homicidios, problemas como discusiones insultos o riñas? ¿Me aprovecho de los demás, por su entrega al servicio? ¿Soy Servicial o niego mi ayuda cuando me la piden? ¿Soy un buen ejemplo? ¿Fomento y/o ayudo a otros a cometer algún pecado?
6to y 9no Mandamiento – Respetar nuestro Cuerpo: ¿Soy puro de mis pensamientos, deseos, miradas, escritos, lecturas, tipos de diversión conversaciones? ¿Evito los malos pensamientos, imágenes, recuerdos, programas, procurando pensar en otra cosa que sea positiva? ¿He realizado actos impuros ya sea solo, con otras personas, del mismo o distinto sexo, con algún pariente? ¿Recurro a la pornografía en sus diferentes presentaciones? ¿Se las he mostrado o entregado a otros? ¿Mantengo varias relaciones? ¿Estoy en adulterio? ¿Le soy fiel a mi pareja? ¿Evito las situaciones de pecado y pido ayuda Dios ante las tentaciones?
7mo y 10mo Mandamiento – No Robar ni Codiciar: ¿He robado algún objeto o dinero? ¿He cooperado con otros en situaciones de robo o hurto? ¿Devuelvo lo que he prestado? Si he robado algo, ¿Tengo la intención de restituirlo? ¿Soy envidioso? ¿Pretendo tener por ambición? ¿He dañado lo que no es mío por el hecho de no tenerlo? ¿Comparto con los demás mis bienes? ¿He sabido utilizar bien el tiempo que me sobra? ¿Guardo el ayuno y la abstinencia? ¿Agradezco a Dios por los bienes recibidos? ¿Me impongo a los demás para alcanzar lo que quiero y la vez los desprecio?
8vo Mandamiento – Respetar la Verdad: ¿He Dicho Mentiras?¿He calumniado? ¿Revelo los secretos que se me han confiado? ¿Divulgo los errores, faltas o pecados de otros? ¿He criticado y hablado mal de otros sembrando así discordia, odio y división? ¿Permito que castiguen a otros por mis faltas y culpas? ¿Levanto juicios infundados del prójimo? ¿Hago trampas en las situaciones que se me presentan en la vida como exámenes, parciales, compras, trabajos? ¿Soy Honesto con los demás? ¿Omito mi capacidad de ayuda según mis posibilidades?
“Mi Espíritu quebrantado ofreceré a Dios, pues un corazón Humilde y Contrito Tú no lo desprecias.” (Sal. 51,19)
Pecados Capitales (y las Virtudes que se les oponen):
Soberbia (Humildad)
Pereza (Diligencia)
Envidia (Caridad)
Avaricia (Generosidad)
Gula (Templanza)
Lujuria (Castidad)
Ira (Paciencia)
Gobernantes que imponen sus ideas
Un gobernante necesita recordar que el poder está orientado al bien común, no al servicio de las propias preferencias ideológicas en contra del legítimo pluralismo.
Un gobernante tiene siempre ideas que sirven de base para su trabajo. Si las ideas son buenas, promoverán el bien general de la gente. Si son malas, provocarán daños más o menos graves.
Es imposible que un gobernante deje de lado sus ideas. Si fue honesto, las habrá presentado en el programa electoral. La gente le votó en vistas a ese programa: el gobernante elegido tiene el deber de respetarlo.
Los problemas empiezan cuando el gobernante no se limita a poner en marcha sus ideas, sino que además busca imponerlas a todos. Eso ocurre cuando implementa mecanismos concretos para que sus ideas sean enseñadas de modos más o menos agresivos a la gente, y para acallar a los que piensan de otra manera.
Por ejemplo, si busca leyes o medidas administrativas contra los que sostienen ideas diferentes y a favor de quienes apoyan las suyas (aunque sean la mayoría). O si concede subvenciones a los medios afines al gobierno, mientras busca medidas que limiten o incluso silencien a los opositores.
Esos métodos muestran una actitud claramente totalitaria. En primer lugar, porque los gobernantes usan cargos públicos para promover agendas de grupo. En segundo lugar, porque dañan o incluso penalizan la sana pluralidad que caracteriza a las sociedades libres
La tentación del poder daña a muchos, pero con un poco de sentido de justicia y una correcta visión de lo que significa gobernar se pueden evitar este tipo de actitudes. Porque un gobernante necesita recordar que el poder está orientado al bien común, no al servicio de las propias preferencias ideológicas en contra del legítimo pluralismo.
En un mundo donde grupos de poder buscan silenciar a quienes defienden sus ideas, hace falta denunciar sus actuaciones totalitarias y promover ámbitos de libertad y de justicia. Entonces todas las ideas podrán ser expresadas y promovidas libremente, en el respeto de las exigencias del bien común y en vistas a una mejor comprensión de la realidad en la que vivimos.