Les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos
- 13 Marzo 2020
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Sacerdote y Mártir, 13 de marzo
Martirologio Romano: En Córdoba, en Andalucía (España), pasión de los santos Rodrigo, presbítero, y Salomón, mártires. El primero, al negarse a aceptar a Mahoma como el verdadero profeta enviado por el Omnipotente, fue encarcelado. En el cautiverio coincidió con Salomón, que algún tiempo antes había pertenecido a la religión mahometana, y al ser decapitados ambos a la vez, finalizaron gloriosamente el curso de su combate. († 857)
Breve Biografía
San Rodrigo mártir vivió bajo el reinado de Mohamed I, hijo de Abderramán II, en el emirato de Córdoba.
San Eulogio, obispo de esta ciudad, da cuenta del martirio sufrido por Rodrigo, juntamente con san Salomón, el día tercero de los dias de marzo (día 13) del año 895.
Natural de un pueblo próximo a Egabro (Cabra), cursó en esta ciudad los estudios eclesiásticos y se ordenó sacerdote.
Uno de sus hermanos, fanático de Mahoma, arremetió un día contra él y lo dejó malherido; y habiéndolo instalado en una camilla, lo paseó por la ciudad, explicando que de esta manera quería demostrar su fe musulmana. Pero habiéndose rehecho Rodrigo de sus heridas, logró escapar.
Su hermano, despechado, lo acusó ante el cadí de prevaricador y apóstata. Conducido a prisión, allí conoció a otro mozárabe, Salomón, acusado como él de haber renegado de Mahoma.
Después de numerosos intentos por convertirlos al Islam, el cadí los sentenció a muerte. Fueron degollados, y sus cuerpos, atados a pesadas piedras, fueron arrojados al río. Pero fueron hallados milagrosamente, y enterrados solemnemente, durante una procesión nocturna, precedida por el obispo Saúl.
La fiesta de san Rodrigo y san Salomón se celebra el 13 de marzo.
Los cambios de Dios
Santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46. Viernes II de Cuaresma
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que viva conscientemente mi pertenencia a la Iglesia, llamada a instaurar tu Reino.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 21, 33-43.45-46
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: “Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegando el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro lo apedrearon. Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando: ‘A mi hijo lo respetarán.’ Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Éste es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia.’ Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme: Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?” Ellos le respondieron: “Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo: “¿No han leído nunca en la Escritura: La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular; esto es obra del Señor y es un prodigio admirable? Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”.
Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En retrospectiva, con dos mil años de historia en nuestro haber, sabemos bien a qué se refería Jesús al dirigir estas palabras a los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo. Quizás esta sería una primera lección, antes siquiera de entrar en materia. La acción de Dios en nuestras vidas no suele verse de modo claro si pensamos a futuro. En cambio, cuando echamos un vistazo atrás, todo adquiere un sentido tan evidente que nos es imposible negarlo.
Pero es otra cuestión la que nos ocupa ahora; diversa, sí, aunque como todo lo que toca a Jesús, conectada. Y es que de algún modo podemos nosotros también ser los viñadores de esta parábola. Resulta incómodo, pero en toda honestidad debemos reconocerlo, pues cada vez que rechazamos la propuesta amorosa de Dios para nosotros, hacemos realidad esa cita del Antiguo Testamento que Jesús echó en cara a estos personajes, desechando la piedra que es ahora el fundamento de todo.
Podría parecernos demasiado drástico este enfoque, demasiado exigente e inalcanzable. Mas no debemos fijar la atención en lo externo, en la visibilidad de nuestra acogida de Jesús. Antes bien, observemos nuestro interior. ¿Con cuánta apertura recibimos a Cristo? ¿Con cuánta facilidad nos desentendemos de Él? ¿Dejamos al Señor pedir su parte de los frutos de su propia viña? ¿Somos dóciles al Espíritu que desea operar en nosotros los cambios de Dios? Ahí es donde se juega nuestra verdadera condición de cristianos. ¿Estamos a la altura del nombre?
«La urgencia de responder con frutos de bien a la llamada del Señor, que nos llama a convertirnos en su viña, nos ayuda a entender qué hay de nuevo y de original en la fe cristiana. Esta no es tanto la suma de preceptos y de normas morales como, ante todo, una propuesta de amor que Dios, a través de Jesús hizo y continúa haciendo a la humanidad. Es una invitación a entrar en esta historia de amor, convirtiéndose en una viña vivaz y abierta, rica de frutos y de esperanza para todos. Una viña cerrada se puede convertir en salvaje y producir uva salvaje. Estamos llamados a salir de la viña para ponernos al servicio de los hermanos que no están con nosotros, para agitarnos y animarnos, para recordarnos que debemos ser la viña del Señor en cada ambiente, también en los más lejanos y desagradables». (Ángelus de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Haré un breve repaso de las ocasiones en que he experimentado fuertemente a Jesucristo como mi Dios y Señor, y de ahí extraeré fuerzas para donarme a los demás.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Parábola de los viñadores infieles
« En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
Por: P. Sergio A. Cordova | Fuente: Catholic.net
« En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola: "Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.
Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos. Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon.
De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Finalmente les envió a su hijo, diciendo: "A mi hijo le respetarán." Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: "Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia." Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron.
Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?» Dícenle: «A esos miserables les dará una muerte miserable arrendará la viña a otros labradores, que le paguen los frutos a su tiempo». Y Jesús les dice: «¿No habéis leído nunca en las Escrituras: La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos? Por eso os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos». Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Reflexión
La dramática historia de una viña
Nuestro Señor nos cuenta otra historia en el Evangelio de hoy. A Jesús le encantaba predicar por medio de parábolas porque así toda la gente le entendía con facilidad y cada uno podía sacar de ellas las enseñanzas y aplicaciones pertinentes para su propia vida.
Hoy nos narra la historia de una viña y de unos viñadores. Y también en esta ocasión se dirige a los sumos sacerdotes y a los jefes del pueblo.
Había un rico propietario que poseía una viña. Y, a pesar de ser el dueño, él mismo se encargaba de sembrarla, cuidarla, regarla, abonarla, escarbarla, etc., labores todas más propias de un jornalero que de un hacendado.
Pero en estos datos encontramos un mensaje muy rico y sugerente. Con esta descripción, nuestro Señor quería recordar a sus oyentes otra historia muy parecida que ya había contado el profeta Isaías a los israelitas ocho siglos antes: la canción del amigo a su viña (Isaías 5, 1-7). Allí aparece con una claridad meridiana el mensaje: el dueño de la viña es Dios, y la cuida con infinito amor y cariño; la planta, la riega y la abona con sus propias manos; le construye una cerca para protegerla de los animales selváticos; pero, en vez de darle uvas buenas, la viña le da agrazones.
Entonces Dios se queja lastimeramente: –“¿Qué más podía yo haber hecho por mi viña que no lo hiciera? ¿Entonces por qué, esperando que diera uva buena, sólo dio uvas agraces?”... La viña es el pueblo de Israel, que no corresponde a todos los cuidados con que el Señor la ha tratado: ha sido ingrata e infiel. Ésta es la viña de la que nuestro Señor habla en esta parábola.
Pero hay otro dato muy interesante: Cristo habla de viñadores crueles e inicuos, que matan a todos los enviados del dueño de la viña, hasta que, por fin, el propietario decide mandar a su propio hijo. Fijémonos muy bien en las palabras de los viñadores homicidas: “Éste es el heredero; venid, matémoslo y nos quedaremos con su herencia”.
Y añade nuestro Señor: «agarrándolo, lo empujaron fuera de la viña y lo mataron». ¿Verdad que nos queda clara la alusión a los profetas y a Jesucristo mismo? ¡Con cuán pocas pinceladas nos pinta el drama de la pasión que, dentro de poco, tendrá que padecer a manos de los judíos! También a Él lo agarrarán, lo empujarán fuera de la ciudad de Jerusalén y lo matarán colgándolo de un madero.
–“¿Y qué es lo que hará el dueño de la viña con esos viñadores?”–pregunta Jesús a los sumos sacerdotes. Y ellos se condenarán por su propia boca: –“Hará morir a esos malvados y dará la viña a otros labradores que le entreguen los frutos a su tiempo”. ¡Ellos son esos viñadores homicidas!
Esta parábola es la historia del pueblo de Israel. Y, después de la muerte de Cristo, el pueblo judío será dispersado y la viña pasará a otras manos. El antiguo Israel desaparecerá, la nueva viña será ahora la Iglesia de Cristo y los nuevos viñadores los Apóstoles, el Papa, los obispos y los sacerdotes.
Sin embargo, esa viña también podemos ser tú y yo: tantos dones que hemos recibido de parte de Dios con tanto amor y delicadeza, y que, tal vez, no hemos respondido siempre a esos cuidados del Viñador celestial. Es más, quizá no le hayamos dado frutos buenos, sino sólo uvas amargas y podridas. Cristo está esperando que también nosotros “le demos los frutos a su tiempo”. ¿Qué frutos has dado a Dios hasta el día de hoy en tu vida? ¿Eres tú uno de esos viñadores homicidas que rechazan a Cristo con su rebeldía, incredulidad o indiferencia? Ojalá que no.
Rezando por las autoridades y sin olvidar a los pobres
Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 12 de marzo de 2020
Te invitamos a seguir la Santa Misa del Papa Francisco desde el canal Youtube:
El Papa Francisco continúa acompañándonos en este difícil momento con la misa en la capilla de Santa Marta dedicada al Espíritu Santo. Es la cuarta celebración eucarística en streaming en directo. Esta mañana, en su introducción, nos invitó a rezar especialmente por las autoridades.
“Seguimos rezando juntos en este momento de pandemia: por los enfermos, por los familiares, por los padres con hijos en casa... pero sobre todo quiero pedirles que recen por las autoridades: deben decidir y muchas veces deciden medidas que no agradan a la gente. Pero es por nuestro propio bien. Y muchas veces, la autoridad se siente sola, no sucede. Recemos por nuestros gobernantes que deben tomar la decisión sobre estas medidas: que se sientan acompañados por la oración del pueblo”.
La globalización de la indiferencia
En su homilía Francisco dijo que hoy día, la sociedad esta muy informada de todo, pero no conoce nada de su vecino, de aquel que está a su lado y está sufriendo. Vivimos muy informados, pero con el corazón cerrado. La información no llega a nuestros corazones, afirmó el Papa, no nos sentimos sacudidos por el drama de los demás. Vivimos en la indiferencia, la indiferencia es este drama de estar bien informados, pero no sentir la realidad de los demás. Este es el abismo de la indiferencia.
"Hay un gran abismo entre nosotros, no podemos comunicarnos, no podemos pasar de un lado a otro …Todos sabemos, porque lo hemos oído en las noticias o lo hemos visto en los periódicos, cuántos niños sufren hambre en el mundo hoy en día; cuántos niños no tienen las medicinas necesarias; cuántos niños no pueden ir a la escuela. Continentes, con este drama: lo sabemos. Eh, pobrecitos... y seguimos con nuestra vida. Esta información no llega al corazón, y muchos de nosotros, muchos grupos de hombres y mujeres viven en este desapego entre lo que piensan, lo que saben y lo que sienten: el corazón está desprendido de la mente. Son indiferentes”.
Ante esta indiferencia “global”, como la llamó al recordar su viaje a Lampedusa, y ver la difícil situación de los migrantes, el Papa retomó la situación actual que vive Italia con la pandemia del coronavius. Hoy, en Roma, dijo, estamos todos preocupados porque "parece que las tiendas están cerradas” y no puedo seguir mi estilo de vida, mis paseos, moverme con facilidad y libertad. Una vez más aseveró. estamos preocupados por nuestras cosas. Sin pensar, que los problemas de los migrantes, persisten, que existe aún el hambre en el mundo.
"Y nos olvidamos de los niños hambrientos, olvidamos a esos pobres que, en las fronteras de los países, buscando la libertad, esos migrantes forzados que huyen del hambre y de la guerra y sólo encuentran un muro, un muro de hierro, un muro de alambre de púas, un muro que no los deja pasar. Sabemos que esto existe, pero el corazón se siente afectado. Vivimos en la indiferencia".
El egoísmo nos hace perder nuestra identidad
Y por último, el Santo Padre señaló otro problema: El egoísmo hace de nosotros que perdamos nuestra verdadera identidad, aseveró, nuestro nombre y sólo nos lleva a evaluar los adjetivos.
“La mundanidad nos ayuda en esto. Hemos caído en la cultura de los adjetivos donde tu valor es lo que tienes, lo que puedes... Pero no "¿cómo te llamas?": has perdido tu nombre. La indiferencia lleva a esto. Perder el nombre. Somos solamente los ricos, somos sólo adjetivos”.
La plegaria del Papa al Señor, que nos de la gracia de no caer en la indiferencia, la gracia de que toda la información de los dolores humanos que tenemos, baje a nuestros corazones y nos mueva a hacer algo por los demás.
Comunión frecuente
San Francisco de Sales nos habla de la comunión frecuente.
San Francisco de Sales, en su Introducción a la vida devota nos habla de la comunión frecuente:
«Si les preguntan por qué comulgan tan a menudo, respondan que es para aprender a amar a Dios, para limpiarse de las propias imperfecciones,librarse de sus miserias y consolarse en sus quebrantos.
Dos clases de gente necesitan comulgar a menudo: los perfectos, porque no deben alejarse de Aquel que es fuente y manantial de su perfección, y los imperfectos, para que puedan aspirar a la perfección; los fuertes para no debilitarse y los débiles para fortalecerse; los enfermos para sanar y los sanos para no enfermar…
Y en cuanto a ti, imperfecto, débil y enfermo, debes comulgar frecuentemente para recibir a Aquél que es tu perfección, tu fuerza y tu médico.
Los que tienen poco trabajo necesitan comulgar frecuentemente porque les sobra tiempo y la ociosidad es peligrosa para el espíritu, y los que están muy atareados, por la necesidad de alimento que requiere un arduo trabajo.
Digan a los que les pregunten que comulgan a menudo para aprender a hacerlo bien,porque es imposible hacer algo bien si no se practica con mucha frecuencia.
Comulguen a menudo, lo más a menudo que puedan.
Creedme, si las liebres en las montañas se vuelven blancas en invierno de tanto ver la nieve, así ustedes también, de adorar y comer la misma hermosura, bondad y pureza en este divino Sacramento, llegarán a ser hermosura, bondad y pureza.»
¿Hay una devoción a la preciosa sangre de Cristo no aprobada por la Iglesia católica?
Es una devoción surgida en Nigeria y difundida por un falso vidente
DEVOCIÓN APROBADA POR LA IGLESIA
El santo papa Juan XXIII, “el treinta de junio de 1959, vigilia de la fiesta de la Preciosísima Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, segundo año de nuestro Pontificado” publicó lacarta apostólica Inde a primis “sobre el fomento del culto a la Preciosísima Sangre de nuestro Señor Jesucristo”. Aunque ya se venía celebrando esta fiesta donde se rescata el carácter salvador de Cristo al derramar su preciosa sangre por cada uno de nosotros.
DEVOCIÓN NO APROBADA POR LA IGLESIA
Una devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo surgida en Nigeria se ha difundido en México y en otros países, esta se ha originado en Nigeria a partir del mes de julio de 1995.
En la Arquidiócesis de México se ha prohibido la difusión de esta devoción que se ha tomado del libro que no sólo se atribuye Bernabé Nwoye, posible vidente, sino que se afirma que habría sido dictado por Nuestro Señor Jesucristo a este supuesto vidente nigeriano.
Se afirma que diversos mensajes difundidos por Bernabé Nwoye provienen de la Santísima Virgen María y “una multitud de ángeles y santos, como San José, San Miguel Arcángel y otros arcángeles, San Antonio de Padua, Santa Brígida de Suecia, San Pío, Santa Gertrudis, San Judas Tadeo y muchos otros”.
También se señala que, en varias ocasiones, “Bernabé ha visto a la Santísima Trinidad simultáneamente bendiciendo cuando los sacerdotes pronuncian la bendición final en la Misa”.
La Arquidiócesis Primada de México el 20 de noviembre de 2015, en una carta circular, firmada por el Canciller, P. José V. Ortíz Montes, CCR, se da a conocer las conclusiones de las gestiones dirigidas por el Pbro. Dr. Rogelio Alcántara, director de la Comisión para la Doctrina de la Fe sobre este libro y en correspondencia sobre la devoción.
La Cancillería comunicó que ESTÁ TERMINANTEMENTE PROHIBIDA la literatura, iconografía y doctrina de la “Devoción a la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo” venida de Olo, Nigeria.
A continuación los puntos no compatibles con la doctrina cristiana que señala la Arquidiócesis de México.
1. La devoción afirma que la Iglesia Católica está “embriagada con hiel y amargura” (p. 641) y que ya no se puede confiar en ella porque: Saboteadores subversivos (masones) se han infiltrado en ella y han cambiado, y siguen cambiando, el Magisterio infalible de la Iglesia (p. 15 – 16).
2. El Papa está bajo la influencia del demonio (pp. 18, 63; cf. p. 61), porque “en la Sede de Pedro” el demonio “ha levantado el trono de su abominable impiedad” (p. 64).
3. El libro afirma que dicha infiltración se hizo para preparar la “apostasía final” mencionada en Dn 9, 21; Mt 24, 15 y 2Ts 2, 3. (p. 15 – 16).
4. Sostiene que quien siga a la Iglesia Católica como actualmente se encuentra, muy probablemente “terminará en el infierno”, dado que “toda clase de evangelios están siendo predicados aún [sic] dentro del catolicismo” (p. 18). Según sus autores, esta devoción es para no perder la verdadera fe durante la Tribulación actual. No es para llevar un proceso de conversión que lleve a vivir las obras de misericordia.
5. Presenta una devoción a la Preciosa Sangre totalmente ajena a la auténtica devoción ya secular en la Iglesia, promovida por santos como San Gaspar el Búfalo, San Juan XIII, etc.
6. Dice que el rezo de sus oraciones hace que “la Hora del Reino en la tierra venga más pronto” (p. 58), por lo que pasan por alto que el Reino de Dios ya llegó con Jesucristo (Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 541- 556) y que la salvación ha sido ya realizada por su Misterio Pascual.
7. Afirma que si no se recibe el misterioso “Gran Sello de la Preciosa Sangre”, recibirá “el sello del enemigo, el 666” (p. 16). Este Sello se presenta como un pseudo-sacramento de naturaleza esotérica que concede la gracia santificante (p. 90), la presencia verdadera de Jesús “en [los] corazones” (p. 88), y la “gloria” divina (p. 90). Los ministros de este pseudo-sacramento, afirma, no son los sacerdotes, sino los mismos “ángeles de Dios” (p. 88).
8. Presenta a este “Gran Sello” como superior a todas las devociones de la Iglesia, a todos sus sacramentos e incluso a la misma Iglesia. Promueven un reino puramente terreno que consistirá en la reunión de todas las tribus de Jacob en un “nuevo Israel”, una nueva Iglesia cuyo inicio se ha dado ya en Olo, Nigeria (p. 16).
Por ministerio, la aprobación de supuestas apariciones y revelaciones compete al Ordinario del lugar donde se dieron (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe: Normas sobre el modo de proceder en el discernimiento de presuntas Apariciones y Revelaciones, aprobado por Pablo VI en 1978). El Ordinario, en ese entonces, Mons. Anthony Gbuji, Obispo de Enugu, Nigeria, no solo NO aprobó la doctrina derivada de las supuestas apariciones a Bernabé Nwoye, sino que las prohibió, pidiendo a todos los seguidores de esta devoción en su Diócesis que obedecieran al Obispo.
¿Por qué ayunar?
6 razones para considerarlo seriamente en la vida cristiana
El ayuno es una parte poderosa y fundamental de la vida cristiana pues no solo ha sido predicado por los Padres de la Iglesia y los santos, sino que es un mandato de Dios y fue practicado por Jesús mismo.
En ese sentido, el diácono Sabatino Carnazzo, director ejecutivo y fundador del Instituto de Cultura Católica, consideró que debemos tomar como “estándar” a los que “han corrido la carrera y han ganado” porque “han sido hombres y mujeres de oración y ayuno”.
Por tal motivo, ACI Prensa comparte 6 razones por las que todo católico debe tomar en serio el ayuno para mejorar en la vida de fe.
1. Porque es elegir un bien mayor
“Es la privación del bien, para tomar una decisión por un bien mayor”, explicó el diácono Carnazzo.
Además, destacó que el ayuno es más comúnmente asociado con la abstención de los alimentos, aunque también puede tomar la forma de renunciar a otros bienes como comodidades y entretenimiento.
2. Porque le da equilibrio a la vida espiritual
“Todo el propósito del ayuno es poner el orden creado y nuestra vida espiritual en un equilibrio adecuado”, afirmó el diácono Carnazzo.
Debido a que “como criaturas corporales en un estado posterior a la caída”, es fácil dejar que nuestras “pasiones” busquen los bienes físicos y reemplacen nuestro intelecto.
Según Mons. Charles Pope, Párroco de Holy Comforter / St. Chatolic Church Cipriana en Washington D.C, “ayunar ayuda a hacer más espacio para Dios en nuestra vida”.
3. Porque es el primer paso para tener control sobre uno mismo
“La razón de por qué 2000 años de cristianismo se ha preferido alimentos (para ayunar) es porque la comida es como el aire. Es como el agua, es lo más fundamental”, dijo el diácono Carnazzo.
“Ahí es donde dice la Iglesia 'detenerse aquí, a este nivel fundamental, y ganar control allí'. Es como el primer paso en la vida espiritual”, añadió.
4. Porque es bíblico
El primer ayuno fue ordenado por Dios a Adán en el Jardín del Edén, cuando Dios instruyó a Adán y Eva que no comieran del árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2: 16-17), anotó el diácono Carnazzo.
Además, aclaró que esta prohibición divina no era porque el árbol era malo, sino que el fruto estaba destinado “a ser comido en el tiempo correcto y el camino correcto. De la misma manera, nos abstenemos de los bienes creados para que podamos disfrutarlos en el momento adecuado y la manera correcta”.
Por otra parte, al comienzo de su ministerio, Jesús se abstuvo de comer y beber durante 40 días en el desierto y así “revirtió lo que pasó en el Jardín del Edén”, explicó el diácono.
“Como Adán y Eva, Cristo fue tentado por el diablo pero en cambio permaneció obediente al Padre, invirtiendo la desobediencia de Adán y Eva y restaurando nuestra humanidad”, agregó.
5. Porque es poderoso
San Basilio el Grande decía que el ayuno es “el arma de protección contra los demonios. Nuestros Ángeles Guardianes realmente se quedan con aquellos que han limpiado sus almas a través del ayuno”.
Según el diácono Carnazzo el ayuno es poderoso porque permite “dejar a un lado este reino (creado) donde el diablo trabaja” y nos ponemos en “comunión con otro reino donde el diablo no funciona y no puede tocarnos”.
Por su parte Mons.Pope, anotó que “nos recuerda nuestra fragilidad y nos ayuda a ser más humildes. Sin humildad y oración nuestra experiencia de Dios realmente no se puede desbloquear”.
6. Porque lo pide la Iglesia
Las actuales obligaciones de ayuno fueron establecidas en el Código de Derecho Canónico de 1983.
“La Iglesia establece límites claros, fuera de los cuales no se puede considerar que alguien esté practicando la vida cristiana. Es por eso que violar intencionalmente las obligaciones de Cuaresma es un pecado mortal”, sentenció el Diácono Carnazzo.