La voluntad de Dios es que creáis en el que Él ha enviado
- 27 Abril 2020
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Pedro Ermengol, Santo
Religioso Mercedario, 27 de abril
Martirologio Romano: En Tarragona, ciudad de la corona de Aragón, España, san Pedro Ermengol, que durante un tiempo fue cabecilla de bandoleros y, convertido después a Dios, entró en la Orden de Nuestra Señora de la Merced, dedicándose con todas sus energías a rescatar cautivos en África († 1304).
Breve Biografía
Pedro Ermengol nació en 1238 en Guardia de Prats, cercano a Montblanc (Tarragona), hijo de Arnaldo Ermengol, descendiente de la noble familia española de los condes de Urgell.
De joven no fue un santo, todo lo contrario, con la soberbia e iracundia de su carácter, alimentó una vida de vicio y de incontrolable aventura; atrajo sobre sí el odio de sus conciudadanos de todas las clases, que se veían obligados a soportar su prepotencia y sus injurias.
Llegó a ser jefe de un grupo de bandoleros, después de haber dejado casa y familia; huyó a los montes, sembrando el terror en el pueblo, y el peligro en las calles; fue -junto con sus complices- un criminal de la peor especie,.
Pero la gracia de Dios estaba próxima a manifestarse: en 1258 el rey Jaime I encargó al propio Arnaldo Ermengol acabar con el bandolerismo, que volvía inseguras las calles y hacía morir el comercio y las comunicaciones.
Arnaldo se encontro frente a frente con la banda capitaneada por su hijo Pedro, que luego de este encuentro dramático, tocado por la gracia, se arrepintió de la vida que había llevado hasta ese momento; se acercó a Guillermo de Bas -sucesor de san Pedro Nolasco, fundador de los Mercedarios-, se confesó y pidió consejo; Guillermo quedó convencido de su sinceridad y lo admitió en el noviciado de la Orden de la Merced en 1258.
Desde el primer día de su entrada, cambió su vida totalmente, demostrando así la sinceridad de la conversión; la crueldad se transformó en ferviente caridad, y los vicios en continua oración y dura penitencia.
Le llegaron enseguida a asignar diversos cargos, misiones y viajes entre los musulmanes, al efecto de rescatar esclavos y prisioneros, según el primer objetivo para la cual se había fundado la Orden de la Merced; se movió en principio en los reinos de Granada y Murcia, gobernados por musulmanes, y después directamente en Argelia, con una misión más difícil e imaginativa.
Consiguió en dos meses rescatar 346 esclavos que hizo repatriar; en Bugia rescató 119 cristianos con algunos de sus cohermanos que estaban prisioneros; trató, además, por 30.000 ducados, la liberación de 18 jóvenes cristianos que estaban por ser enviados al Islam; pero, faltándole esa suma, procuró ser aceptado cambiando de lugar por los jóvenes, tal como estipula el cuarto voto especial de la Orden.
Durante su prisión fue consuelo para los otros reclusos, obrando muchas conversiones, incluso entre los musulmanes. Las autoridades estaban molestas por esto, y visto el retraso en llegar los 30.000 ducados, lo consideraron un espía y lo condenaron a la horca.
La sentencia fue cumplida enseguida, y el cuerpo fue abandonado a los buitres; poco despues llegó con el dinero del rescate el padre Guillermo Fiorentino, el cual, sabiendo de la ejecución, se acercó al lugar para darle sepultura; habían transcurrido seis días, pero Pedro Ermengol vivia todavía, y contó que había sido milagrosamente sostenido por la Virgen.
Con el dinero que llevaban liberaron a otros prisioneros, y los dos mercedarios volvieron a la patria, pero Pedro llevó siempre sobre su cuerpo la marca de aquellos trágicos y a la vez bellos acontecimientos: el rostro pálido y las vértebras del cuello dislocadas.
Los superiores lo enviaron al convento de la Orden que estaba en su pueblo natal, Guardia de Prats; así sus conciudadanos, que habían sido testigos de sus desmanes, pudieron también admirarlo por su santidad y penitencia.
Enfermó gravemente, prediciendo la fecha de su muerte, que ocurrió el 27 de abril de 1304; ante los solemnes funerales fueron curados de sus enfermedades tres hombres y cuatro mujeres.
Su biografía fue escrita y presentada como documento notarial, pocos días después de su muerte, y avalada por la firma de cinco cohermanos, entre los cuales estaba el padre Guillermo Fiorentino.
El papa Inocencio XI, el 28 de marzo de 1686 aprobó su culto «inmemorial», y la fiesta fue fijada para el 27 de abril, aniversario de su muerte.
Santo Evangelio según san Juan 6, 22-29. Lunes III de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te pido que no busque otra cosa que no seas Tú. Te necesito en mi vida para cumplir tu voluntad. Dame los medios y las fuerzas para caminar contigo por el sendero de este mundo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 22-29
Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús.
Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo llegaste acá?" Jesús les contestó: "Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre Dios lo ha marcado con su sello".
Ellos le dijeron: "¿Qué debemos hacer para llevar a cabo las obras de Dios?" Respondió Jesús: "La obra de Dios consiste en que crean en aquél a quien él ha enviado".
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Este Evangelio es el comienzo del discurso sobre el Pan de Vida, que se prolonga durante los seis días siguientes. Después de la multiplicación de los panes, la gente sigue a Jesús. Habían visto el milagro; habían comido y estaban saciados y querían más. No se preocuparon por buscar la señal o el llamado de Dios que estaba contenido en todo esto. Cuando la gente encontró a Jesús en la sinagoga de Cafarnaún, tuvo una larga conversación con ellos, llamada el Discurso del Pan de Vida, que explica el significado de la multiplicación del pan, símbolo del nuevo éxodo y de la Cena Eucarística.
La gente busca a Jesús porque quieren más pan. La gente sigue a Jesús. Ven que no subió a la barca con los discípulos y, por eso, no entienden lo que hizo para llegar a Cafarnaún. Ni siquiera entendieron el milagro de la multiplicación de los panes. La gente ve lo que ha sucedido, pero no pueden entender todo esto como un signo de algo más profundo. Sólo se detienen en la superficie; en estar satisfechos con la comida. Buscan el pan y la vida, pero sólo para el cuerpo. Según la gente, Jesús hace lo que Moisés hizo en el pasado: alimentar a toda la gente en el desierto. Según Jesús, querían que el pasado se repitiera. Pero Jesús le pide a la gente que dé un paso más y avance. Además de trabajar por el pan que perece, deberían trabajar por la comida imperecedera. Este nuevo alimento será dado por el Hijo del Hombre, indicado por Dios mismo. Él trae la vida que dura para siempre. Él nos abre un nuevo horizonte en el sentido de la vida y en Dios.
¿Cuál es la obra de Dios? La gente se pregunta: ¿qué debemos hacer para llevar a cabo esta obra de Dios? Jesús responde que la gran obra de Dios nos pide «creer en el enviado de Dios». Es decir, ¡creer en Jesús!
«Todos los días necesitamos de él, nuestro pan de cada día. Él es el pan de vida, que nos hace sentir como hijos amados y que alivia toda nuestra soledad y orfandad. Él es el pan del servicio: que partiéndose para hacerse nuestro siervo nos pide que nos sirvamos los unos a los otros. Padre, mientras nos das el pan de cada día, alimenta en nosotros el anhelo por nuestro hermano, la necesidad de servirlo. Pidiéndote el pan de cada día, te imploramos también el pan de la memoria, la gracia de que fortalezcas las raíces comunes de nuestra identidad cristiana, indispensables en este tiempo en el que la humanidad, y las jóvenes generaciones en particular, corren el riesgo de sentirse desarraigadas en medio de tantas situaciones líquidas, incapaces de cimentar la existencia».
(Homilía de S.S. Francisco, 31 de mayo de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hacer un examen de conciencia y revisar que cosas no me ayudan a mantener una relación personal con el Señor.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Aunque para algunos Dios les resulte indiferente, ellos no son indiferentes para Dios.
Si se hiciera una encuesta nos encontraríamos con que hay mucha gente que cree en Dios, pero también con otros que dicen no creer o que "pasan". No vamos a decir que unos sean mejores y otros peores, porque puede haber creyentes cuya vida deje bastante que desear y no creyentes que son excelentes personas. Pero eso no quiere decir que resulte indiferente la existencia o no-existencia de Dios.
Desde niño tuve la suerte de considerar a Dios como un ser cercano, como alguien de la familia, como alguien real; algo tan normal como tener padres o hermanos o amigos. Y esa experiencia de Dios es siempre muy gratificante. Te inspira confianza, seguridad, te da ánimo. Aunque eso no significa que desaparezcan los problemas o las pruebas en la vida. Por eso me da mucha pena cuando me encuentro con gente sin fe. Es mucho lo que pierden. Porque en el fondo vivir sin fe equivale también a vivir sin esperanza. Si Dios no existe se supone que tampoco habrá vida más allá de la muerte, que la vida no tiene sentido.
Entiendo que cualquier ser humano pueda tener dudas sobre Dios o que diga que no entiende nada. Pero de ahí a negar su existencia hay un abismo. ¿No parece demasiado atrevimiento que un hombre afirme categóricamente que Dios no existe? Concedamos que pueda decir que no encuentra pruebas para demostrar su existencia, pero tampoco de su no-existencia.
Nadie nace ateo ni agnóstico. Incluso los ateos más destacados han sido en alguna etapa de su vida creyentes. ¿Puede depender la existencia de Dios de su cambio de ideas? ¿o de su estado de ánimo? Si Dios existe no depende de que yo crea o deje de creer. Yo no puedo inventarlo ni destruirlo.
Pero tampoco puedo pretender ser más que Él, ni pedirle cuentas, ni querer abarcar sus planes. Hay quien deja de creer porque las cosas no le salen como él quisiera, porque no nos concede todo lo que le pedimos o porque se hace presente el sufrimiento. Si Dios atendiera todos nuestros caprichos o deseos, si nada en la vida nos hiciera sufrir, poco mérito tendría creer en Él; nos quitaría la oportunidad de demostrarle que lo queremos de verdad. Supongamos que alguien nos da un millón de pesetas y nosotros en consecuencia le manifestamos nuestro agradecimiento. Eso no tendría ningún mérito. Pero si nosotros entregáramos parte de nuestros bienes a alguien que no nos va a dar nada a cambio, eso sí sería meritorio.
Me duele pensar que haya gente pasa de Dios, pero tampoco es mérito de uno el creer, por eso deseo vivamente que todos tengan esa suerte, que Dios les dé ese don y que les ayude a abrirse a él. En todo caso, sepan que aunque para ellos Dios les resulte indiferente, ellos no son indiferentes para Dios.
El Papa reza por los que están tristes por esta crisis. Jesús está siempre al lado nuestro
Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 26 de abril de 2020
Francisco preside la misa en la Casa Santa Marta en el tercer domingo de Pascua. En la introducción dirige sus pensamientos a los que están afligidos por la tristeza en el tiempo de la pandemia: "Hoy, en esta misa, rezamos por todos aquellos que sufren la tristeza, porque están solos o porque no saben qué futuro les espera o porque no pueden llevar adelante su familia porque no tienen dinero, porque no tienen trabajo. Tanta gente que sufre de tristeza. Recemos por ellos hoy".
En su homilía, el Papa comentó el Evangelio de hoy (Lc 24, 13-35) que relata el encuentro de Jesús resucitado con los discípulos de Emaús y como ellos reconocieron al Señor al partir el pan. El cristianismo - dijo el Papa - es un encuentro con Jesús, el cristiano es aquel que se deja encontrar por el Señor. Nacimos con una semilla de inquietud, aún sin saberlo: nuestro corazón tiene sed del encuentro con Dios, lo busca, muchas veces por caminos equivocados. Y Dios tiene sed de encontrarnos. En el Evangelio vemos que Jesús respeta nuestro camino, sigue nuestros tiempos, es el Señor de la paciencia, camina a nuestro lado, escucha nuestras inquietudes, las conoce. A Jesús le gusta oír cómo hablamos.
No acelera el paso: es su paciencia. Jesús va al ritmo de la persona más lenta. Jesús escucha, luego responde, explica, hasta el punto necesario. Encontramos a Jesús a lo largo de nuestro camino incluso en nuestros momentos más oscuros: nos acompaña porque quiere encontrarnos. Por eso decimos que el núcleo del cristianismo es el encuentro con Jesús. Algunas personas se encuentran con Jesús sin darse cuenta. La vida de la gracia comienza cuando nos encontramos con Jesús. Que el Señor - es la oración conclusiva del Papa - nos dé la gracia de encontrarle y saber que camina con nosotros en todo momento: es nuestro compañero de peregrinación.
A continuación la homilía del Papa según una transcripción nuestra:
Muchas veces hemos oído que el cristianismo no es sólo una doctrina, no es una forma de comportarse, no es una cultura. Sí, es todo eso, pero más importante y primero y principal, es un encuentro. Una persona es cristiana porque ha encontrado a Jesucristo, se ha dejado encontrar por Él.
Este pasaje del Evangelio de Lucas nos habla de un encuentro, la forma de comprender bien cómo actúa el Señor, cómo es nuestra forma de actuar. Nacimos con una semilla de ansiedad. Dios lo quiso así: inquietud por encontrar la plenitud, inquietud por encontrar a Dios, muchas veces incluso sin saber que tenemos esta inquietud. Nuestro corazón está inquieto, nuestro corazón está sediento: sed de encuentro con Dios. Lo busca, muchas veces por caminos equivocados: se pierde, luego vuelve, lo busca... Por la otra parte, Dios tiene sed de encuentro, hasta tal punto que envió a Jesús a nuestro encuentro, a venir al encuentro de esta inquietud.
¿Cómo actúa Jesús? En este pasaje del Evangelio vemos bien que Él respeta, respeta nuestra propia situación, no se adelanta. Solo algunas veces, con los tercos, pensamos en Pablo, ¿no es así? cuando lo tira del caballo. Pero normalmente va despacio, respetando nuestros tiempos. Es el Señor de la paciencia. ¡Cuánta paciencia tiene el Señor con cada uno de nosotros! El Señor camina a nuestro lado.
Como hemos visto aquí con estos dos discípulos, Él escucha nuestras inquietudes - ¡Él las conoce! - y en cierto punto dice algo. Al Señor le gusta oír cómo hablamos, para entendernos bien y dar la respuesta correcta a esa inquietud. El Señor no acelera el paso, siempre va a nuestro ritmo, muchas veces lento, pero su paciencia es así.
Hay una antigua regla de los peregrinos que dice que el verdadero peregrino debe ir al paso de la persona más lenta. Y Jesús es capaz de esto, lo hace, no acelera, espera a que demos el primer paso. Y cuando llega el momento, nos hace la pregunta. En este caso está claro: "¿De qué cosas vienen hablando?", se vuelve ignorante para hacernos hablar. Le gusta que hablemos. Le gusta oír esto, le gusta que hablemos así. Es algo que hace para escucharnos y la respuesta nos hace hablar, como si se hiciese el ignorante, pero con mucho respeto. Y luego responde, explica, hasta el punto necesario. Aquí nos dice que: "¿Acaso no era necesario que el Mesías padeciera todo esto y así entrara en su gloria?" Y, comenzando con Moisés y todos los profetas, les explicó en todas las Escrituras lo que se refería a Él. Explica, aclara.
Confieso que tengo curiosidad por saber cómo explicó Jesús para hacer lo mismo. Fue una hermosa catequesis. Y luego el mismo Jesús que nos acompañó, que se acercó a nosotros, simula ir más allá para ver la medida de nuestra inquietud: No, ven, ven, "quédate un poco con nosotros". Así es como se da el encuentro. Pero el encuentro no es sólo el momento de partir el pan aquí, sino que es todo el camino. Nos encontramos con Jesús en la oscuridad de nuestras dudas. Incluso en la fea duda de nuestros pecados, Él está ahí para ayudarnos, en nuestras inquietudes... Él siempre está con nosotros.
El Señor nos acompaña porque quiere encontrarnos. Por eso decimos que el núcleo del cristianismo es un encuentro: el encuentro con Jesús. ¿Por qué eres cristiano? ¿Por qué eres cristiana? Y mucha gente no sabe decirlo. Algunos, por tradición, pero, otros no saben decirlo, porque se encontraron con Jesús, pero no se dieron cuenta de que era un encuentro con Jesús. Jesús siempre nos está buscando. Siempre. Y nosotros tenemos nuestra inquietud. En el momento en que nuestra inquietud encuentra a Jesús, comienza la vida de la gracia, la vida de la plenitud, la vida del camino cristiano.
Que el Señor nos dé a todos esta gracia de encontrarnos con Jesús todos los días, de saber, de conocer precisamente que Él camina con nosotros en todos nuestros momentos. Es nuestro compañero de peregrinación.
El Papa terminó la celebración con la adoración y la Bendición Eucarística, invitando a hacer la comunión espiritual. A continuación se encuentra la oración recitada por el Papa:
Jesús mío, creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo por encima de todas las cosas y te deseo en mi alma. Ya que no puedo recibirte sacramentalmente ahora, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como ya has venido, te abrazo y todas las cosas se unen a ti. No dejes que nunca me separe de ti.
Antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana "Regina Coeli", que se canta durante el Tiempo Pascual:
Regina coeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
Guía para hacer una buena confesión
Para facilitar el examen de conciencia, presentamos una guía en forma de preguntas.
Recibid el Espíritu Santo.
A quienes perdonéis los pecados,
les quedan perdonado;
a quienes los retengáis,
les quedan retenidos.
(Jn20,23)
Preparación para la confesión
¿Que se necesita para confesarse bien?
- Examen de conciencia: Que consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido desde la última confesión.
- Arrepentimiento: Que consiste en sentir sincero dolor de haber ofendido a Dios; y detestar el pecado. (Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios)
- Propósito de la enmienda: Que consiste en decidirse firmemente a no volver a pecar; en estar dispuestos a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
- Confesión: Que consiste en decirle al Sacerdote todos los pecados que hemos descubierto en el examen de conciencia.
Esta confesión de pecados debe ser:
- Sincera: Es decir, sin querer engañar al Sacerdote, pues a Dios es imposible engañarlo.
- Completa: Es decir, sin callarse ningún pecado.
- Humilde: Es decir, sin altanería ni arrogancia.
- Prudente: Es decir, que debemos usar palabras adecuadas y correctas, y sin nombrar personas ni descubrir pecados ajenos.
- Breve: Es decir, sin explicaciones innecesarias, y sin mezclarle otros asuntos.
Satisfacción: Que consiste en cumplir la penitencia que nos impone el sacerdote, con la intención de reparar los pecados cometidos. Es obligatorio cumplir la penitencia, porque es parte del mismo sacramento.
Guía para el examen de conciencia:
Para facilitar el examen de conciencia, se presenta a continuación una guía en forma de preguntas. LEA DESPACIO y MEDITE cada pregunta, y si lo desea, haga una lista de sus pecados para que ninguno se le olvide cuando llegue el momento de confesarlos ante el Sacerdote.
- ¿Cuanto tiempo hace que me confesé la última vez?
- ¿Cumplí completamente la penitencia que me impuso el Sacerdote?
- ¿Qué se me olvidó o que pecado grave callé en confesiones anteriores?
1.- AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
"Yo, el Señor, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto,
de la casa de la servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mi.
No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos,
Ni de lo que hay abajo en la tierra. No te postraras ante ellas ni les darás culto"
(Ex 20,2-5; Dt 5, 6-9)
"Está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, solo a El darás culto"
(Mt 4,10)
¡AMARÁS al Señor tu Dios con todo tu corazón,
con toda tu alma y con todas tus fuerzas!
(Lc 10,27; Dt 6,5)
- ¿Creo en Dios? ¿Doy testimonio de El? ¿Tengo en El una fe y una confianza firme y completa?
- ¿Dudo o rechazo como verdadero lo que Dios ha revelado en las Escrituras (La Sagrada Biblia)?
- ¿Me he desesperado, llegando a dudar de la bondad de Dios, de su justicia, de sus promesas y de su misericordia?
- ¿He presumido de que Dios me salvará de todas maneras, aún son conversión y sin mérito?
- ¿He sido indiferente, despreciando la acción y la fuerza de Dios en mi vida?
- ¿He respondido al amor de Dios con tibieza?
- ¿He cultivado un enfermizo orgullo propio, que me ha llevado a odiar a Dios?
- ¿Le he dedicado suficiente tiempo a Dios en la oración personal y comunitaria?
- ¿He hecho las cosas que requieren sacrificio, - con verdadero amor - y ofreciéndoselas al Señor?
- ¿He cumplido en todo o en parte, alguna promesa hecha a Dios o a su iglesia?
- ¿He sido supersticioso, o sea que le he atribuido una importancia de algún modo mágico, a ciertas prácticas legítimas o necesarias?
- ¿He creído y/o consultado y/o usado: supersticiones, hechicerías, brujería, magia, (incluso la blanca), adivinos, quiromancia, "médium", agüeros, horóscopos, cartas de naipe, "tazas de chocolate" y cosas parecidas; al igual que riegos, sahumerios, talismanes, "pencas de sábila", filtros, maleficios, sortilegios, cábala, tarot, "carta astral", alquimia, tabla ouija, santería, amuletos, vudú, gurúes, shamanismo, numerología, espiritismo, "yo soy", necromancia, cuarzos, piedras, mantras, etc., y todo tipo de "objetos con poder". (Dt 18, 10-12; Jr 29, 8)
- ¿He honrado y/o reverenciado y/o adorado a una criatura (cualquiera que sea) en lugar de Dios?. Como por ejemplo al dinero, al poder (o a los poderosos) al placer, o a las cosas materiales (como automóviles y pertenencias que se colocan por encima de todo, incluso de Dios).
- ¿He puesto fe, o he practicado, o me he dejado llevar por grupos, sectas o movimientos no Cristianos o que mezclan la verdad de Jesucristo con otras ideologías que contienen verdades, pero algunas mentiras muy disfrazadas por el demonio? Por ejemplo: El poder mental, la reencarnación, la falsa metafísica, el método Silva, el ocultismo, el espiritismo, la astrología, el tarot, la meditación trascendental, el yoga, el gnosticismo, el i-chin, "los viajes astrales", los gurús, el inside, el avance, la dianética, la medicina holística, la parapsicología, la sofrología; la radiastesia, la homeopatía, la acupuntura y la acuprensión cuando van acompañadas de prácticas esotéricas. También la hipnosis y autohipnosis, las regresiones, la lectura del áurea, la terapia de olores y esencias florales, el esoterismo, la teosofía, LA MASONERÍA, el rosacrucismo, el budismo, el hare krishna, la "canalización de espíritus o cháneling", el tao, el feng sui y todo lo relacionado con el "new age" o la "nueva era". Igualmente son movimientos o sectas no cristianas LOS MORMONES Y LOS TESTIGOS DE JEHOVÁ que no creen en Jesucristo como hijo de Dios. (2Tim 4, 3-4; 1Tim 4, 1)
- ¿He tentado a Dios, o sea que lo he puesto a prueba, dudando de su palabra, o de su obra, o de su bondad, o de su omnipotencia, o de su amor o poder?
- ¿He cometido sacrilegio? O sea que ¿he profanado o tratado indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas (sacerdotes y religiosos) las cosas y los lugares consagrados a Dios?
- ¿He tratado sacrílegamente LA EUCARISTÍA?
- ¿He comprado o vendido artículos religiosos bendecidos?
- ¿He sido ateo, o materialista práctico (agnóstico), he rechazado o negado la existencia de Dios?
- ¿He orado muy poco o casi nada, olvidándome de ofrecerle al TODO PODEROSO mi trabajo amoroso y de darle gracias en oración al levantarme, al acostarme, y al recibir los alimentos?
- ¿Me he acercado indignamente a recibir algún sacramento?
2.- NO JURAR SU SANTO NOMBRE EN VANO
"No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios".
(Ex 20, 7; Dt 5,11; Lv 19,12)
"se dijo a los antepasados: no perjurarás...
pues yo digo que no juréis en modo alguno".
(Mt 5, 33-34)
- ¿He empleado el nombre de Dios en cosas diferentes a Alabarlo, Bendecirlo y Glorificarlo?
- ¿He abusado del nombre de Dios, es decir, he usado inconvenientemente el nombre de Dios, o de Jesucristo, o de la Santísima Virgen María, o de algún Santo?
- ¿He hecho promesas a otras personas en nombre de Dios, comprometiendo el honor, la fidelidad, la veracidad y la autoridad divina? ¿he sido infiel a esas promesas?
- ¿He blasfemado; o sea que he proferido contra Dios -interior o exteriormente- palabras de odio, de reproche, o de desafío? ¿He injuriado a Dios, faltándole al respeto en las expresiones?
- ¿He jurado en falso, sin necesidad, sin prudencia, o por cosas de poca importancia?
- ¿He perjurado, o sea que he hecho una promesa que no tengo intención de cumplir?
- ¿He jurado hacer algún mal? ¿He tratado de reparar el daño que haya podido seguirse?
3.- SANTIFICAR LAS FIESTAS
"Recuerda el día sábado (hoy domingo) para santificarlo.
Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos,
Pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios.
No harás ningun trabajo"
(Ex 20, 8-10; Dt 5, 12-15)
"El Sábado ha sido instituido para el hombre
y no el hombre para el sábado.
De suerte que el Hijo del Hombre también es Señor del sábado"
(Mc 2, 27-28)
- ¿He trabajado o he hecho trabajar sin necesidad urgente en día de precepto?
- ¿He utilizado mi tiempo del día del precepto, en actividades indecorosas u otras diferentes al compartir familiar y crecimiento espiritual? (Estudio de las Sagradas Escrituras, reflexión, meditación, cultura, etc., que favorecen el crecimiento de la vida interior, familiar y cristiana).
- ¿He faltado deliberadamente a la celebración eucarística (La santa Misa) de algún domingo o día festivo?
- ¿Me he distraído voluntariamente durante la Eucaristía, y/o he asistido físicamente, pero con el "corazón y la mente en otro lugar"?
- ¿He observado la abstinencia los viernes de cuaresma? ¿He ayunado el miércoles de ceniza y el viernes santo?
- ¿Me he confesado al menos una vez al año? ¿He hecho penitencia y ayuno por mis pecados?
- ¿He guardado la disposición del ayuno una hora antes del momento de comulgar?
- ¿Me he confesado lo antes posible, después de cometer algún pecado mortal?
- ¿He ayudado a la Iglesia en sus necesidades, en la medida que puedo?
Hasta aquí los mandamientos son referentes a nuestro AMOR a Dios. En adelante, los mandamientos nos piden AMAR a los demás y a nosotros mismos
4.- HONRAR A PADRE Y MADRE
"Honra a tu padre y a tu madre,
para que se prolonguen tus días sobre la tierra
que el Señor tu Dios, te va ha dar" (Ex 20, 12).
"Hijos, obedeced a vuestros padres en el Señor; porque esto es justo"
"Honra a tu padre y a tu madre",
tal es el primer mandamiento que lleva consigo una promesa:
"para que seas feliz, y se prolongue la vida sobre la tierra"
(Ef 6, 1-3; Dt 5, 16)
Examen como HIJOS
- ¿He irrespetado a mis padres? ¿He tenido sinceras actitudes de gratitud y amor por ellos?
- ¿He desobedecido a mis padres o superiores en cosas importantes?
- ¿He tenido un desordenado afán de independencia, que me lleva a recibir mal las indicaciones de mis padres, simplemente porque me lo mandan? ¿Me doy cuenta que esta reacción esta causada por la soberbia?
- ¿Los he amenazado o maltratado de palabra o de obras, o les he deseado algún mal grave o leve?
- ¿He dejado de ayudarle a mis padres en sus necesidades espirituales o materiales, pudiéndolo hacer, esforzándome?
- ¿Me enfado y peleo con mis hermanos y compañeros? ¿He dejado de hablarme con ellos, y no pongo los medios necesarios para la reconciliación?
- ¿He dado mal ejemplo a mis hermanos o compañeros; y he sido egoísta o envidioso, queriendo siempre sobresalir, tener razón, etc.
- ¿Me dejo llevar por el mal genio y me enfado con frecuencia sin motivo justificado?
- ¿Me he sentido responsable ante mis padres del esfuerzo que hacen para que yo me forme, estudiando con intensidad, y cumpliendo con todo en el plantel educativo?
- ¿Respeto toda autoridad a la que estoy sometido, y miro a estos superiores como representantes de Dios que los ha instituido ministros de sus dones? (Rm 13, 1-2)
Examen como PADRES
- ¿He degradado el amor conyugal a una simple e irresponsable procreación de hijos, sin importarme ni hacer algo por la educación moral y la formación espiritual de dichos seres fecundados?
- ¿He dado mal ejemplo a mis hijos, no cumpliendo con mis deberes religiosos, familiares, o profesionales?
- ¿He corregido a mis hijos siempre con firmeza, con justicia y con amor, por su bien?
- He cumplido la responsabilidad de evangelizar a mis hijos desde la primera edad, enseñándoles los misterios de la fe, mediante el testimonio de vida cristiana de acuerdo con el Evangelio?
- ¿He prevenido e instruido a mis hijos sobre las malas compañías, enseñándoles los peligros?
- ¿Los he forzado a recibir algún sacramento, sin la debida preparación?
- ¿He impedido que mis hijos sigan la profesión o vocación que Dios les indica y desea para ellos; les he puesto obstáculos o los he aconsejado mal a propósito?
- ¿Permito que estudien o trabajen, en lugares donde corre peligro su alma o su cuerpo?
- ¿He tolerado escándalos o peligros morales o físicos entre las personas que viven en mi casa?
- ¿Procuro hacerme amigo de mis hijos? ¿Les doy a conocer cómo es el origen de la vida, acomodándome a su mentalidad y capacidad de comprensión?
- ¿En la familia, me enojo con facilidad, y me falta la amabilidad que expreso con extraños?
- ¿He reñido con mi cónyuge? ¿Ha habido malos tratos de palabra o de obra?
- ¿He abandonado parcial o totalmente a mi cónyuge y/o a mis hijos o padres?
- ¿He dejado de ayudar en las necesidades espirituales o materiales a las personas que me rodean; pudiendo hacerlo -aun- con esfuerzo?
- ¿He procurado ganar lo suficiente, y no malgastarlo, para poder mantener dignamente a mi familia?
- ¿He elegido un establecimiento educativo, donde BIEN se nos ayuda, en la tarea de educar cristianamente a nuestros(s) hijo(s)?
- ¿En el trabajo o en otra actividad, he ordenado o establecido cosas contrarias a la dignidad de las personas y a la ley natural?
5.- NO MATAR
"No mataras"
(Ex 20, 13)
"Habéis oído que se dijo a los antepasados:
"No mataras";
y aquel que mate, será reo ante el tribunal.
Pues yo os digo:
Todo aquel que se encolerice contra su hermano, será reo ante el tribunal"
(Mt 5, 21-22)
- La vida humana es sagrada. ¿He matado? ¿Me he atribuido el derecho de matar de modo directo y voluntario a un ser humano; sea el que sea?
- ¿Le he hecho a alguna persona, algo, con intención de provocar indirectamente su muerte?
- ¿Le he negado la asistencia a cualquier persona en estado de peligro?
- ¿He llegado a herir a alguien? ¿he conducido irresponsablemente cualquier vehículo, colocando en riesgo mi vida y la de los acompañantes?
- ¿He participado indirectamente y con conocimiento previo en cualquier acto donde se asesine alguna persona, y no he puesto mi total empeño para prevenirlo?
- ¿He participado directa o indirectamente en algún aborto provocado? (Jr 1,5). (se incurre en excomunión ipsofacto reservada al Obispo; o sea que es una forma como la Iglesia, manifiesta la gravedad de este crimen).
- ¿He practicado la eutanasia, o sea, que he puesto fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas, o he consentido o ayudado a ello por acción o por omisión?
- Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado..... ¿He intentado suicidarme?. ¿He colaborado voluntariamente en el suicidio de alguien?
- El escándalo es la actitud o el comportamiento que induce a otro a hacer el mal. El que escandaliza se convierte en tentador de su prójimo; y puede ocasionarle la muerte espiritual..... Por acción o por omisión... ¿He escandalizado a alguien arrastrándolo a una falta grave, o sea, haciéndolo pecar? (Tm 18,6)
- ¿Considero mi cuerpo como un "valor absoluto", llegando a sacrificar todo a él, o he llegado a idolatrar la perfección física y el éxito deportivo en un relativo "culto al cuerpo"?
- ¿He abusado de la comida, del alcohol o licores, del tabaco o del cigarrillo, o de las medicinas?
- ¿He usado drogas o sustancias alucinógenas? ¿He producido, o traficado o negociado con sustancias que incitan a prácticas graves, contrarias a la ley moral?
- ¿He utilizado mensajes subliminales para dominar la voluntad de las personas?
- ¿He puesto en peligro mi salud mental y espiritual, al querer distraerme con música que contiene mensajes subliminales que incitan a prácticas de violencia, rebeldía, y otras contrarias al verdadero amor que invita a practicar Jesucristo?
- ¿He participado directa o indirectamente en secuestros, actos de terrorismo o torturas?
- ¿He participado en amputaciones, mutilaciones, o esterilizaciones forzosas a personas inocentes?
- ¿He ayudado a los moribundos a permanecer dignamente sus últimos momentos, acompañándolos en oración, y cuidando que reciban a tiempo los sacramentos?
- ¿Tengo en mi corazón un deseo de venganza por el mal que me han causado? (Mt 5,22)
- ¿Siento odio, rencor o resentimiento por alguien; le he deseado el mal? ¿Quiero sanarme de esos sentimientos? (Mt 5, 44 - 45)
- ¿He evitado todo conflicto, pelea o guerra, en la medida de mis capacidades?
6.- NO COMETER ACTOS IMPUROS
"No cometerás adulterio"
(Ex 20,14; Dt 5,17)
Habéis oído que se dijo:
"No cometerás adulterio"
Pues Yo os digo: Todo el que mira a una mujer deseándola,
Ya cometió adulterio con ella en su corazón.
(Mt 5, 27 - 28)
- ¿Me he dejado dominar por las pasiones? (para dominar las pasiones se requiere primero que todo, contar con la gracia de Dios, y hacer un esfuerzo reiterado en todas las etapas de la vida. Se requiere también la obediencia a los mandamientos divinos, la práctica de las virtudes morales, y en espacial, la fidelidad en la oración)
- ¿He faltado a la castidad por lujuria? (deseo o goce desordenado del placer sexual) ¿Por masturbación? ¿Por pornografía? (actores, comerciantes, publico).
- ¿He mal usado los adelantos tecnológicos como la Internet, para charlas impuras, y acciones que llevan al vicio de la lujuria? ¿Me he percatado que a través del mal uso de estos medios hago pecar a otros?
- ¿He fornicado? (Acto sexual entre hombre y mujer no vinculados en matrimonio sacramental)
- ¿He manchado mi cuerpo en la prostitución? ¿Vendiendo o comprando placer? ¿Propicio la prostitución o negocio con ella?
- ¿He forzado o agredido con violencia la intimidad sexual de una persona (incluso cónyuge) ¿He cometido incesto? (Relación sexual o violación cometida por los padres o educadores con los niños a su cargo) ¿He cometido "pedofilia"? (Relación sexual con niños)
- ¿He tenido relaciones carnales homosexuales? (Rm 1, 24-27; 1Co 6,10; 1Tim 1,10; Gn 19, 1-29)
- Si tengo tendencias homosexuales instintivas..... ¿He unido en oración mis dificultades al sacrificio de la cruz de Cristo, buscando siempre la práctica de la castidad, mediante el dominio de si mismo, y ayudado mediante la gracia sacramental en la practica constante de la comunión y demás sacramentos?.
ESPOSOS
- ¿He sido completamente fiel en mi matrimonio? (Mt 5,32; 19,6; Mc 10,11; 1Co 6, 9-10; 1Co 6, 9-10; Os 2,7)
- ¿He roto, el libre contrato matrimonial con el divorcio? (Mc 10, 9)
- ¿He vivido en poligamia? ¿He dejado esas relaciones conyugales ilícitas? ¿Estoy cumpliendo con los deberes contraídos con esa(s) mujer(es) y los hijos?
- ¿He tenido relaciones carnales cometiendo el grave incesto? (1 Co 5, 1 4-5; Lv 18, 7-20)
- ¿He vivido en unión libre? O ¿He vivido en concubinato o en unión a prueba?
- No tengo hijos, y ¿He evitado la fecundidad en mi matrimonio?
- ¿He usado métodos anticonceptivos diferentes a los que exige una continencia periódica (parar las relaciones sexuales por pocos días) y una auto observación; permitiendo así utilizar el recurso de los períodos infecundos? (son contrarios, por ejemplo: condones, pastas, espumas, óvulos, inyecciones, y todo tipo de fármacos anti- ovulantes, etc.)
- ¿He usado o propiciado métodos anticonceptivos micro abortivos que obligan a salir del útero el feto ya fecundado en las trompas? (por ejemplo: la "T", la "S", y demás objetos físicos que se introducen en el útero).
- ¿He utilizado técnicas reprobables de fecundación artificial, o de esterilización directa (ligadura de trompas, vasectomía)
- ¿He practicado el onanismo? o ¿el coito interrupto? (ver Génesis 38, 9-10)
7.- NO ROBAR
"No robarás"
(Ex 20, 15; Dt 5, 19)
"No robarás"
(Mt 19, 18)
- ¿He tomado, retenido o cogido injustamente cualquier bien ajeno, contra la voluntad razonable de su dueño?
- ¿He defraudado, engañado o estafado a alguien en algún negocio o actividad mercantil?
- ¿He pagado salarios injustos, que no estén de acuerdo al desempeño de la persona?
- ¿He elevado los precios de mis bienes, especulando con la ignorancia o las necesidades ajenas?
- ¿He participado de alguna manera en la corrupción, mediante la cual se trata de cambiar el proceder correcto, por el que mas convenga?
- ¿He trabajado mal?, ¿he robado tiempo en mi trabajo?, ¿he defraudado a mis patrones?
- ¿He defraudado físicamente al Estado, en los impuestos justos y razonables que se revierten en beneficio de la comunidad? (ver justicia conmutativa y justicia distributiva 2409 - 2413 del nuevo Catecismo de la Iglesia Católica)
- ¿He falsificado documentos o utilizado actos engañosos?
- ¿He despilfarrado mis bienes o los que he tenido a cargo? ¿he gastado en exceso o en cosas suntuarias, buscando desmedido placer o prestigio?
- ¿He causado daño a las propiedades o bienes públicos o privados?
- ¿He incumplido promesas o contratos moralmente justos? ¿he faltado sin justa causa en contratos comerciales, de compra o venta, de arriendo o de trabajo etc.?
- ¿He apostado injustamente, o he hecho trampas en juegos de azar, causando perjuicio?
- ¿He invertido en mascotas, sumas de dinero muy altas, que ayudarían a remediar mejor la miseria humana?
- ¿He hecho sufrir inútilmente a algún animal? ¿He sacrificado sin necesidad la vida de algún animal?
- Al trabajar, ¿He colocado el lucro personal como la norma exclusiva y el fin único de mi actividad económica; olvidándome de los derechos fundamentales de mis trabajadores o compañeros, y olvidándome de realizar mi trabajo como servicio a los demás? "No podéis servir a Dios y al dinero" (Mt 6, 24; Lc 16, 13)
- ¿He ayudado con amor a los pobres? ¿he practicado las obras de misericordia y la caridad?
8.- NO LEVANTAR FALSO TESTIMONIO NI MENTIR
"No darás testimonio falso contra tu prójimo"
(Ex 20, 16)
"Sea vuestro lenguaje "Si, si"; "No, no":
que lo que pasa de aquí viene del maligno"
(Mt 5, 37)
- ¿He dicho mentiras? ¿He dicho mentiras con la intención de engañar? (Ef 4, 25)
- ¿He dado un falso testimonio públicamente? (Pr 19, 9)
- ¿He cometido "perjurio", o sea, he dicho bajo juramento cosas contrarias a la verdad?
- ¿He dañado la reputación de alguien, con actitudes o palabras injustas?
- ¿He enjuiciado (o juzgado) un defecto moral del prójimo, incluso tácitamente, sin tener fundamento suficiente para realizar dicho juicio?
- ¿He cometido "maledicencia", o sea, que sin razón objetivamente válida, he manifestado los defectos y faltas del prójimo a otras personas que no conocían dichos defectos? (Si 21, 28)
- ¿He calumniado, mediante palabras contrarias a la verdad, dañando la reputación de otros?
- ¿He halagado o adulado -a otra persona-, en la malicia de sus malos actos, y en la perversidad de su conducta, haciéndome cómplice de vicios y pecados graves?
- ¿He faltado contra la verdad por vanagloria o jactancia; o por ironía?
- ¿He faltado, al revelar los secretos profesionales?; ¿O al no guardar las confidencias hechas bajo secreto? (Si 22, 22)
- ¿He escuchado conversaciones contra la voluntad de los que la mantenían? ¿He abierto o leído correspondencia u otros escritos contra la voluntad de sus dueños?
- ¿He hablado mal de los demás; con el pretexto de que me contaron o de que se dice por ahí?
9.- NO CONSENTIR PENSAMIENTOS NI DESEOS IMPUROS, y NO DESEAR LA MUJER DEL PRÓJIMO.
"No codiciarás la casa de tu prójimo,
ni codiciarás la mujer de tu prójimo,
ni su siervo, ni su sierva, ni su buey ni su asno,
ni nada que sea de tu prójimo"
(Ex 20, 17)
"El que mira a una mujer deseándola,
ya cometió adulterio con ella en su corazón"
(Mt 5, 28)
- ¿He aborrecido la concupiscencia de la carne, es decir, he rechazado ese deseo o apetito sensible de la carne que lucha contra el espíritu? (Ga 5, 16-17 24; Ef 2, 3)
- ¿He orado para alcanzar de Dios la gracia de la pureza y la limpieza de corazón?
- ¿He luchado por la pureza de la mirada exterior e interior(imaginación); mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros? "la vista despierta la pasión de los insensatos" (Sb 15, 5)
- ¿He faltado contra el pudor del cuerpo, que es modestia y discreción; así como contra
- el pudor de los sentimientos?
- ¿Me he dejado llevar por las presiones de la moda, usando públicamente vestidos o prendas que excitan sensualmente a personas del otro sexo, y causan miradas, deseos y/o pensamientos indecorosos?
- ¿He participado de alguna manera en pornografía, o en actos o espectáculos exhibicionistas?
- ¿He mal usado el Internet, la televisión u otros medios de comunicación para charlas o "distracciones" que llevan a deseos, pensamientos, y/o actos impuros?
- ¿He irrespetado y/o lesionado el pudor de niños o adolescentes?
10. NO CODICIAR LOS BIENES AJENOS
"No codiciarás nada que sea de tu prójimo"
(Ex 20, 17)
"Donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón"
(Mt 6, 21)
- ¿He codiciado o deseado enfermizamente los bienes ajenos?
- ¿He caído en la avaricia, o sea la pasión inmoderada por las riquezas materiales, y el poder sobre ellas? "el ojo del avaro no se satisface con su suerte" (Si 14,9)
- ¿He sentido envidia, o sea, he sentido como "tristeza" ante el bien o el triunfo de los demás, y un deseo desordenado de poseer u obtener lo mismo, aunque sea en forma indebida?
- ¿He deseado un mal grave al prójimo?
- ¿He estado muy apegado a las cosas terrenales (dinero, vehículos, casas, terrenos, computadores etc) y ocupo casi todo mi tiempo en acumular esas "cosas materiales"?
Para ampliar con detalles los interrogantes aquí planteados, y el porqué se consideran pecados, consulte por favor
EL CATECISMO DE LA IGLESIA CATOLICA del numeral 1846 al 2557
DIFERENCIA ENTRE PECADO MORTAL Y VENIAL
Si alguno ve que su hermano comete un pecado que no es de muerte,
pida y le dará vida - a los que cometan pecados que no son de muerte
pues hay un pecado que es de muerte, por el cual no digo que pida.
Toda iniquidad es pecado, pero hay pecado que no es de muerte.
(1Jn 5, 16-17)
EL PECADO MORTAL
Destruye el principio vital de la caridad en el corazón del hombre, por una infracción grave de la ley Divina. Aparta al hombre de Dios, que es su fin último.
Para que un pecado sea mortal se requieren tres condiciones:
- Violar uno de los mandamientos en materia grave.
- Plena conciencia
- Entero conocimiento.
El pecado mortal si no es borrado por el arrepentimiento y el perdón de Dios, causa la exclusión del Reino de Dios, y la muerte eterna del infierno.
EL PECADO VENIAL
Deja subsistir la caridad, aunque la ofende y la hiere. El pecado venial impide el progreso del alma; y quien lo comete merece penas temporales. El pecado venial deliberado y que permanece sin arrepentimiento, nos dispone rápidamente o poco a poco a cometer pecado mortal.
El pecado venial no rompe la alianza con Dios; no priva de la gracia santificante, de la amistad con Dios, de la caridad, ni por lo tanto, de la bienaventuranza eterna.
Oración para pedir a Dios el arrepentimiento
Señor y Dios mío: Ayúdame a descubrir el mal que he hecho, y el bien que he dejado de hacer; Toca mi corazón para que con sinceridad me convierta a Ti.
Restaura en mi tu amor para que resplandezca en mi la vida a la imagen de tu hijo Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos...... amén.
Acto de Contrición
"JESÚS hijo de Dios, apiádate de mi que soy pecador;
me duele haberte ofendido y no haberte amado".
Oración mientras se recibe la absolución
Jesús, mi Señor y Redentor, YO ME ARREPIENTO de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me pesa de todo corazón porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno, propongo firmemente y con la ayuda de tu gracia no volver a pecar, y confió en que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas, y me has de llevar a la vida eterna....amén.
Oración después de la confesión
Gracias te doy Señor por tu gran misericordia; es cierto que mi ingratitud ha sido muy grande, pero infinita es tu clemencia; en lugar del castigo merecido, me has llamado a la penitencia y me has dado tu perdón. ¡Seas alabado y bendecido Señor!. De ahora en adelante quiero demostrarte mi amor y mi fidelidad. Virgen María, madre mía, refugio de pecadores; ya que por tu intercesión maternal Dios quiso perdonarme, alcánzame la gracia de ser constante y firme en los buenos propósitos hasta la muerte. Por Jesucristo Nuestro Señor...amén.
Ahora cumple la penitencia.
"Vete y no peques más"
(Jn 8, 11)
Asiste diariamente a la eucaristía y aliméntate espiritualmente con la comunión
y el rezo cotidiano, despacio y meditado del Santo Rosario y serás FELIZ
Los hijos de las tinieblas, son más astutos que los hijos de la luz
No son pocos los católicos que ante los problemas, dificultades y males que ven dentro o fuera de la Iglesia, adoptan una postura pasiva de inhibición o de inútil crítica, sin arrimar el hombro para nada en mejorar la situación. Mientras, las fuerzas contrarias hablan menos y actúan más, en un empeño común de desprestigiar la institución eclesial, enturbiar la situación religiosa o atacar los valores cristianos.
Se comprueba lo dicho en el Evangelio:"Los hijos de las tinieblas, son más astutos que los hijos de la luz". Si el mal avanza y se consolida en el mundo, no pequeña parte de responsabilidad la tenemos ante el Señor, los que nos llamamos cristianos y..nos dedicamos a sestear o, quizás, a que el Papa o la Jerarquía, den la cara y nos saquen las castañas del fuego. Como si los laicos no fueran Iglesia y fuera suficiente ser buena persona, cumplir con la Iglesia y dejar que arreglen otros lo que está mal.
Constato, a título de ejemplo, un hecho corriente y en el que se ven pocos católicos implicados. Ahora, en democracia, con la libertad de expresión y las facilidades que se dan en todos los medios para intervenir u opinar sobre miles de temas que aluden al cristianismo, por pereza, por cobardía o por otras causas, pocos se deciden a dar la cara.
Creo sinceramente que mucho mejor irían las cosas en todas partes, si los católicos-sobre todo los bien formados en su fe- en nombre de Jesús, dieran por escrito, o por palabra su valiente testimonio.
Católico, frente a la oscuridad que te rodea, no te limites a maldecir las tinieblas... ENCIENDE TU CERILLA y habrás colaborado a que todos vean algo más claras las cosas.
El llanto y las lamentaciones de Jesús sobre la Ciudad Santa, se recuerdan en este Santuario Medieval
La iglesia del Dominus flevit, «El Señor lloró», es una iglesia de Jerusalén, colocada sobre el Monte de los Olivos, que pertenece a la Custodia de Tierra Santa.
El Monte de los Olivos es muy rico en recuerdos bíblico-cristianos. El llanto y las lamentaciones de Jesús sobre la Ciudad Santa, se recuerdan en este Santuario Medieval.
"Si conocieras también tú en este día lo que te lleva a la paz! Sin embargo, ahora está oculto a tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que no sólo te rodearán tus enemigos con vallas, y te cercarán y te estrecharán por todas partes". Lucas 19, 41-44.
El recuerdo del Dominus Flevit a media altura de las faldas del monte aparece por primera vez entre los siglos XIII-XIV y se puede considerar como algo que sigue aquella tradición antigua. Había una piedra en el centro de un campo como señal de que en el siglo XVI vio surgir allí una mezquita denominada El Mansuryeh, restaurada últimamente y situada al norte de la propiedad franciscana.
“¡Ciudad de Dios, qué dulce es contemplar tu belleza desde el Monte de los Olivos!” Así escribía el patriarca de Jerusalén, Sofronio, (634-38) en sus famosas Odas sobre los Lugares Santos. Las palabras de Jesús sobre el final de Jerusalén y del mundo (Mt 24; Mc 13; Lc 21) eran consideradas por la Iglesia antigua como misterios de salvación revelados a los Apóstoles y a los más íntimos entre sus amigos; en cuanto a misterios, tenían su celebración litúrgica, al principio en una gruta situada en la parte alta del monte y después en la basílica construida por Constantino, según nos cuenta Eusebio de Cesarea a principios del s. IV. La celebración tenía lugar el martes de la Semana Santa: “todos en aquella hora de la media noche van a la iglesia que se encuentra en el monte del Eleona (de los Olivos). Llegados a aquella iglesia, el obispo entra en aquella gruta en la cual Cristo solían instruir a sus discípulos, toma el libro de los Evangelios y permaneciendo en pie, el mismo obispo lee las palabras del Señor…” (Egeria, siglo IV).
Importantes descubrimientos arqueológicos (P. Bagatti y T.J.Milik, 1953-54) tuvieron lugar en el recinto perteneciente a los franciscanos, gracias a las excavaciones realizadas a mediados del siglo XX, que permitieron descubrir un antiguo cementerio de época romana y bizantina, con una serie de tumbas con sarcófagos y osarios; algunos tienen signos cristianos evidentes y pertenecerían a las primeras comunidades judeocristianas de Jerusalén.. Se encontraron tumbas del período cananeo (ss.XVI-XIV a. C.),sepulcros hebreos del tiempo de Cristo (I a C.- I d. C.) con algunos más tardíos (II-IV d. C.) y un monasterio del período bizantino-árabe (ss. VII-VIII d. C.).
El moderno Santuario fue construido por el arquitecto Antonio Barluzzi, en el año 1965, sobre las ruinas de un monasterio bizantino del que se conservan algunos mosaicos sobre el pavimento de la iglesia actual, datados en el siglo VII. Una inscripción del mismo período atestigua la existencia sobre el lugar de un pequeño monasterio además de una capilla, dedicados a la profetisa Ana, de la que se habla en el evangelio de san Lucas (cf. Lc 2, 26-38).
La denominación de la iglesia recuerda el llanto de Jesús ante la ciudad de Jerusalén (episodio conocido como Flevit super illam en Latín), como se menciona también en el citado evangelio (cf. Lc 19, 41-44): la tradición de unir a este lugar el episodio evangélico se remonta al siglo XVI. El interior de la iglesia está dominado una por una gran ventana colocada sobre el altar mayor, desde donde se puede contemplar la ciudad.
En el capítulo 19 del Evangelio según San Lucas, cuando Jesús se acerca a Jerusalén, al ver la ciudad, llora por ella (Lucas 19:41) (episodio conocido como Flevit super illam en Latín) anticipando las desgracias que la esperan. En la imagen, pintada por Enrique Simonet en 1892, podemos ver que el episodio transcurre en el Monte de los Olivos, y al fondo el Segundo Templo:
Flevit super illam (1892). Cuadro de Enrique Simonet. (Ver imagen en alta resolución)