"Venid" significa dejarnos mover y transformar por la Palabra

San Luis María Grignion de Montfort

Presbítero y Fundador

El santo de la verdadera devoción Mariana

Martirologio Romano: San Luis María Grignion de Montfort, presbítero, que evangelizó las regiones occidentales de Francia, anunciando el misterio de la Sabiduría Eterna, y fundó dos congregaciones. Predicó y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción hacia la Santísima Virgen, y, después de convertir a muchos, descansó de su peregrinación terrena en la aldea francesa de Saint-Laurent-sur-Sévre. († 1716)

Fecha de canonización: 20 de julio de 1947, durane el pontificado de Pio XII

Breve Biografía
 
La Divina Providencia preparó a este gran santo y lo dio al mundo al final del S. XVII hasta apenas comenzado el XVIII.

Nacido en 1673 en Francia, recibe su educación en uno de los Colegios de la Compañía de Jesús y en 1700 se ordena sacerdote.

Morirá en 1716, habiendo realizado en tan corta carrera cantidad de misiones populares, echado los cimientos de dos congregaciones religiosas (que no llegó a ver en vida), restaurado templos de la Virgen ruinosos o abandonados y, sobre todo, arrancando las almas de las garras del jansenismo para devolverlas al amor ardiente de Dios, mediante la contemplación tierna de Jesús Crucificado y la verdadera devoción a María Santísima.

El jansenismo apartaba a las almas de la intimidad con Dios, de la relación sencilla y confiada característica del espíritu de filiación que es fruto del Espíritu Santo y la presencia de María en la vida del cristiano, acentuando en forma desmedida la Majestad y Santidad Infinita de Dios y nuestra indignidad.

De ahí la obsesión por interminables preparaciones, exámenes de conciencia más que escrupulosos, vueltas y revueltas sobre sí mismo, como si uno tuviera que lograr cierto grado de perfección previa para recibir los Sacramentos... ¡que son los que, en realidad, nos curan y nos perfeccionan..!

La gracia sería (dentro de este esquema), más bien un premio al propio esfuerzo, tal como Jesús nos lo ilustra en la parábola del fariseo y el publicano, que muchos no comprenden todavía...

Y aún nosotros mismos, cada vez que tememos acercarnos al sacramento de la Confesión ‘’porque tengo demasiadas culpas...’’. ¿Y para qué está el Sacramento? Precisamente porque tenemos demasiadas culpas, necesitamos confesarnos con frecuencia y comulgar, porque sólo Jesucristo nos lava de nuestras culpas y nos fortalece para que las recaídas se vayan extinguiendo, poco a poco.

Luis María Grignion de Montfort reacciona con santa violencia ante el estrago que semejante postura causaba dentro de la Iglesia en ese momento, y ante la difusión de una falsa sabiduría en el ambiente intelectual cristiano, que desdibuja la radicalidad del Evangelio y huye del Camino de la Cruz.

Tanto en sus misiones populares como en sus escritos, planta firmemente a Cristo Crucificado (cumbre de la verdadera sabiduría, la sabiduría Divina), y la devoción a María como medio insustituible y necesario para que Cristo se forme realmente en cada alma bautizada.

El desarrollo de estas ideas lo realiza en su primera obra: ‘’El Amor de la Sabiduría Eterna’’ (1703-1704). El capítulo XVII de este libro es ya un anticipo de lo que explicará largamente acerca del papel de María Santísima en nuestra santificación, en el célebre ‘’Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen’’ (1712, aprox.). Valiosísimos consejos de orden práctico para vivir la dependencia total de María nos son dados en su otra obra: ‘’El Secreto de María’’, como resumen y complemento del ‘’Tratado...’’.

El Hijo de Dios, 2da. Persona de la Santísima Trinidad (o también ‘’Verbo’’, o ‘’Sabiduría Eterna’’), ha querido salvarnos y glorificar al Padre haciéndose hombre y muriendo en la Cruz. Y todo esto lo realizó Por María, Con María, En María y Para María, porque a Ella se entregó primero y para Ella en primer lugar derramó su Sangre Preciosa. No ha querido venir a nosotros directamente, sino a través de María.

Y así lo sigue haciendo, porque ha hecho de su Madre verdadera Madre nuestra, ‘’Mater Gratiae’’, Madre de la Gracia en nuestras almas. El Espíritu Santo realiza cada día el milagro de formar a Cristo en el bautizado en unión con María, tal como lo hizo desde el principio.
 
Alimento de vida eterna

Santo Evangelio según san Juan 6, 30-35. Martes III de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor mío, Tú sabes que creo en ti, pero igualmente sabes cuánto necesito de tu gracia para ser un verdadero hombre de fe; por ello, Señor, aumenta mi fe. En ti he puesto mi confianza, sabiendo que sin ti nada puedo, pero contigo todo es posible, aumenta mi confianza. Te amo, amado de mi alma, Tú sabes cuánto deseo y anhelo amarte, concédeme tu amor y tu gracia para incrementar mi amor a ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 6, 30-35

En aquel tiempo, la gente le pregunto a Jesús: "¿Qué signo vas a realizar tú, para que lo veamos y podamos creerte? ¿Cuáles son tus obras? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Les dio a comer pan del cielo".

Jesús les respondió: "Yo les aseguro: No fue Moisés quien les dio pan del cielo; es mi Padre quien les da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que baja del cielo y da la vida al mundo".

Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de ese pan". Jesús les contestó: "Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed".

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El hambre y la sed espiritual son muchísimo más potentes y profundas que el hambre y la sed corporal en el hombre. Son un hambre y una sed intensa de justicia, como nuestro Señor nos dice en la cuarta bienaventuranza, la justicia de dar a cada quien lo que le corresponde, en donde el hombre, por más pecador que sea, tiende a Dios, puesto que todo cuanto es, a Él le corresponde.

La única fuente capaz de satisfacer y saciar esta íntima necesidad del espíritu humano es la Eucaristía, es a través de la comunión del Sagrado Cuerpo y de la Preciosa Sangre de nuestro Señor Jesucristo, puesto que es en la celebración de este santo misterio donde el hombre se ofrece, juntamente con las ofrendas de la patena y del cáliz, por manos del sacerdote, como sacrificio agradable al Padre Celestial; donde el hombre, al igual que las ofrendas eucarísticas, por la gracia de Dios y la acción del Espíritu Santo, es transfigurado en hijo en el Hijo, Jesucristo, Primogénito del Padre.

Es con tanta razón que nuestro Redentor nos dice en este santo Evangelio: «Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que crea en mí nunca tendrá sed».

«Es lo único que el Señor nos pide: venid. Nos invita a ponernos en marcha, en movimiento, en salida. Nos exhorta a caminar hacia Él para hacernos partícipes de su misma vida y de su misma misión. “Venid”, nos dice el Señor: un venir que no significa solamente trasladarse de un lugar a otro sino la capacidad de dejarnos mover, transformar por su Palabra en nuestras opciones, sentimientos, prioridades para aventurarnos a cumplir sus mismos gestos y hablar con su mismo lenguaje, “el lenguaje del pan que dice ternura, compañerismo, entrega generosa a los demás”, amor concreto y palpable porque es cotidiano y real. En cada eucaristía, el Señor se parte y reparte y nos invita también a nosotros a partirnos y repartirnos con Él y ser parte de ese milagro multiplicador que quiere llegar y tocar todos los rincones de esta ciudad, de este país, de esta tierra con un poco de ternura y compasión».
(Homilía de S.S. Francisco, 7 de mayo de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Dulce Jesús eucarístico, sabes cuán grande es mi necesidad de ti en esto momentos de separación a causa de la crisis sanitaria en que, como humanidad, estamos pasando. Creo que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno totalmente a ti. ¡Oh Señor, no permitas que me separe de ti!

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré una comunión espiritual durante el día.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El Pan de Vida

Tu alma no puede nutrirse y saciarse de otra cosa que de Dios.

No os acostumbréis nunca a celebrar o a asistir al Santo Sacrificio: hacedlo, por el contrario, con tanta devoción como si se tratase de la única Misa de vuestra vida: sabiendo que allí está siempre presente Cristo, Dios y Hombre, Cabeza y Cuerpo, y, por tanto, junto con Nuestro Señor, toda su Iglesia. San Josemaría Escrivá, 28-III-1955.

Un sentido agradecimiento de partida

Tú sabes de sobra, amigo mío, que Eucaristía: quiere decir acción de gracias. Y éste es precisamente el primer impulso espontáneo del alma que se detiene a considerar, a meditar este misterio de fe que es el Sacramento del Amor. Las palabras que brotan del corazón, ante la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, son palabras de gratitud: Gracias, Señor, por haber querido quedarte en el tabernáculo. Gracias, Señor, por haber pensado en mí y en todos los hombres ˆaun en aquellos que habrían de entregarte y que te traicionanˆ en la hora de la persecución y del abandono, en la vigilia de la Pasión. Gracias, Señor, porque has querido ser médico para mis achaques, fuerza para mis debilidades y blanco pan para mi alma hambrienta, pan que da la vida.

Un santo contagio

Tú y yo sabemos por experiencia cuánto bien puede hacer a una persona una buena amistad: le ayuda a comportarse mejor, le acerca a Dios, le mantiene lejos del mal. Y si una buena amistad nos liga, no ya a una persona buena, sino a un santo, los buenos efectos de ese género de vida se multiplican: el trato mutuo y el intercambio de elevados sentimientos con un santo dejarán en nuestro propio fondo algo de su santidad: cum sanctis, sanctus eris!, si tratas con los santos, serás santo.

Es una intimidad con Jesucristo

¡Pues piensa ahora, amigo mío, lo que podrá ser la amistad y la confianza con Jesucristo en la Eucaristía, y qué huella dejará en nuestra alma! Tendrás a Jesús como Amigo, Jesús será tu Amigo. ¡El ˆperfecto Dios y Hombre perfectoˆ, que nació, que trabajó y que lloró, que se ha quedado en la Eucaristía, que padeció y que murió por nosotros! Y... ¡qué amistad, qué intimidad! Nos nutre con su cuerpo, nos quita la sed con su sangre: Caro mea vere est cibus, sanguis meus vere est potus. Mi carne es verdadero alimento, mi sangre es verdadera bebida. Jesucristo se ofrece a nosotros en el misterio de la Eucaristía, completamente, totalmente, en cuerpo, sangre, alma y divinidad. Y el alma, en aquel momento de donación y de abandono, siente que le puede repetir las palabras de la parábola evangélica: Omnia mea tua sunt, todo lo que es mío es tuyo.

Para que viva en nosotros

El camino de la Comunión ˆy de la Comunión frecuenteˆ es verdaderamente el camino más fácil y breve para llegar a la transformación en Cristo, al vivit vero in me Christus, verdaderamente Cristo vive en mí, de San Pablo. Tu alma tiene necesidad de Jesús, porque sin El no puedes ˆno podemosˆ hacer nada: Sine Me nihil potestis facere, sin Mí no podéis hacer nada. El desea venir todos los días a tu alma: te lo dijo y te lo dice con la parábola del gran banquete ˆvocavit multos, llamó a muchosˆ y te lo repitió y te lo repite en el momento solemne de instituir la Eucaristía: Desiderio desideravi haec pascha manducare vobiscum, he deseado con toda el alma comer esta Pascua con vosotros.

Para crecer

Tu alma y la mía tienen necesidad del Pan de la Eucaristía, porque tienen necesidad de nutrirse, como el cuerpo, para perseverar con fidelidad y buen espíritu en el trabajo cotidiano, en su esfuerzo para santificarse y para adelantar, cada día más, en el conocimiento de Dios y en la práctica generosa de las virtudes.

Lo que el alma merece

Deja que te diga, en confianza, que tu alma no puede nutrirse y saciarse de otra cosa que de Dios. ¡Tanta es la grandeza y la noleza del alma en gracia! Si pudiéramos hacernos una idea de ella, no tendríamos ojos para ninguna otra cosa en el mundo. Piensa que la Fe ˆnuestra fe cristiana, que da luz a la inteligencia y serenidad al corazónˆ enseña que el alma ha sido creada a imagen y semejanza de Dios, que ha sido redimida por la sangre de Jesucristo, y que debemos alimentarla de su cuerpo y sangre redentores.

Una necesidad y un deseo

No te dejes seducir por falsas ideas y por falsas humildades: estado de gracia, rectitud de intención... y, después de haber escuchado el consejo prudente del sacerdote, acércate, incluso todos los días, a la Santísima Eucaristía.

Me agrada repetirte, a propósito de la Eucaristía, aquellas palabras de Marta a María, cuando Jesús ˆdespués de la muerte de Lázaroˆ se acerca a la casa amiga de Betania: Magister adest et vocat te!, ¡el Maestro ha llegado y te llama! Escucha su llamada, y aproxímate: acércate a este misterio de fe con una fe muy grande, acércate con la fe de la madre cananea y de la hemorroísa, o, por lo menos, con el deseo humilde de los apóstoles: Adauge nobis fidem!, auméntanos la fe!

Con esperanza y contrición

Acércate con la esperanza firme del leproso, y repite a Jesús sus palabras, humildes y confiadas: "Señor si quieres puedes volverme puro" Y si en ese momento te entristece el recuerdo de tus miserias, puedes volverte a Jesús con las palabras del centurión: Domine, non sum dignus... Señor, yo no soy digno -pero añade en seguida lo que supo añadir aquel hombre sencillo y saborea la confiada esperanza que se esconde en la continuación de su discurso: pero di una sola palabra y mi alma será sana.

¡Que nos gocemos con razón!

Acércate con la caridad de Magdalena, en la casa de Simón el leproso. Sepárate, como ella; de todo lo que está a tu alrededor, y quédate solo con Jesús y rodéalo con tus cuidados y ofrécele el fuego de tu alma y el fervor de tu voluntad. Y no te cuides de respetos humanos, ni de falsas humildades. El está contigo, y te ama. Aprovecha bien los momentos de tu acción de gracias: que tu acción de gracias sea como el himno que entonaron los apóstoles, en el cenáculo, después de la institución de la Eucaristía, mientras iban saliendo al aire libre. Y sal de la iglesia con el corazón rebosante de alegría y el alma llena de optimismo. Y renueva muchas veces durante la jornada tu respuesta al desiderio desideravi de Cristo, tu deseo de recibirlo. La comunión espiritual es alimento fuerte y letificante para las almas eucarísticas.

Nuestra Madre

La Virgen es madre del Amor hermoso y de la Fe y de la santa Esperanza: pídele a Ella progresar en estas virtudes para acercarte con disposiciones interiores cada vez mejores al Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

El Papa reza por los artistas: que el Señor nos dé la gracia de la creatividad

Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 27 de abril de 2020

En la Misa matutina celebrada – y transmitida en vivo – en la Capilla de la Casa Santa Marta, este Lunes de la Tercera Semana de Pascua, el Papa Francisco pidió por los artistas:

“Oremos hoy por los artistas, que tienen esta gran capacidad de creatividad y por la vía de la belleza nos muestran el camino a seguir. Que el Señor nos dé a todos la gracia de la creatividad en este momento”.

En su homilía, el Papa Francisco comentando el Evangelio de hoy (Jn 6, 22-29) en el que Jesús reprocha a la muchedumbre que lo busca, después de la multiplicación de los panes y los peces, sólo porque se han satisfecho y les exhorta a trabajar no por el alimento que no dura, sino por el alimento que permanece para la vida eterna y que el Hijo del Hombre dará. La multitud pregunta qué hacer y Jesús responde: "Esta es la obra de Dios: que crean en el que Él ha enviado". La multitud que escuchaba a Jesús sin cansarse – afirmó el Pontífice – una vez saciada, pensó que lo harían rey: habían olvidado su primer entusiasmo por la palabra de Jesús. Y el Señor recuerda a la multitud el primer sentimiento. Corrigió el camino de la gente que había tomado un camino más mundano que evangélico. Esto también nos sucede cuando nos alejamos del camino del Evangelio y perdemos la memoria del primer entusiasmo por la palabra del Señor. Jesús nos hace volver al primer encuentro; esto es una gracia, frente a las tentaciones de alejarse. La gracia de volver siempre a la primera llamada, cuando Jesús nos miró con amor. Cada uno de nosotros tiene la experiencia del primer encuentro en el que Jesús nos dijo: "Sígueme". Luego, en el camino, nos alejamos y perdemos la frescura de la primera llamada. El Papa nos invita a rezar para que el Señor nos dé la gracia de volver al momento en el que tuvimos la experiencia de encontrar a Jesús.

La homilía del Papa Francisco

A continuación el texto de la homilía según nuestra transcripción y al mismo tiempo te invitamos a seguir la Santa Misa (video integral) desde nuestro canal de Youtube:

La gente que había escuchado a Jesús durante todo el día, y luego tuvo la gracia de multiplicar los panes y vio el poder de Jesús, quería hacerlo rey. Primero fueron a Jesús para escuchar la palabra y también para pedir la curación de los enfermos. Se quedaron todo el día escuchando a Jesús sin aburrirse, sin cansarse o (estar) cansados, pero estaban allí, felices. Pero cuando vieron que Jesús los alimentaba, lo cual no esperaban, pensaron: "Pero este sería un buen gobernante para nosotros y seguramente podrá liberarnos del poder de los romanos y llevar el país adelante". Y estaban encantados de hacerle rey. Su intención cambió, porque vieron y pensaron: "Bien... porque una persona que realiza este milagro, que alimenta a la gente, puede ser un buen gobernante. Pero habían olvidado en ese momento el entusiasmo que la palabra de Jesús hacía nacer en sus corazones.

Jesús se marchó y se fue a rezar. Se puede ver a esa gente, se quedaron allí, y al día siguiente buscaban a Jesús, "porque debe estar aquí" dijeron, porque habían visto que no había subido al barco con los demás. Y había un barco allí, se quedó allí... Pero no sabían que Jesús había alcanzado a los otros caminando sobre las aguas. Así que decidieron ir al otro lado del Mar de Tiberíades para buscar a Jesús y cuando lo vieron, la primera palabra que le dijeron fue: "Maestro, ¿cuándo has llegado aquí?", como diciendo: "No entendemos, esto parece una cosa extraña".

Y Jesús les hace volver al primer sentimiento, a lo que tenían antes de la multiplicación de los panes, cuando escucharon la palabra de Dios: "En verdad, en verdad les digo que no me buscan porque han visto signos – como al principio, los signos de la palabra, que les emocionaron, los signos de la curación – no porque hayan visto signos sino porque han comido de esos panes y los he saciado. Jesús revela su intención y dice: "Pero es así, has cambiado de actitud. Y ellos, en vez de justificarse: "No, Señor, no...", fueron humildes. Jesús continúa: "No trabajen por la comida que no dura, sino por la comida que queda para la vida eterna y que el Hijo del Hombre te dará. Porque sobre Él, el Padre, Dios, ha puesto su sello". Y ellos, buena gente, dijeron: "¿Qué debemos hacer para hacer las obras de Dios?". "Que creas en el Hijo de Dios". Este es un caso en el que Jesús corrige la actitud de la gente, de la multitud, porque a mitad del camino se había desviado un poco del primer momento, del primer consuelo espiritual y había tomado un camino que no era el correcto, un camino más mundano que evangélico.

Esto nos hace pensar muchas veces que en la vida empezamos a seguir a Jesús, detrás de Jesús, con los valores del Evangelio, y a mitad de camino nos hacemos otra idea, vemos algunos signos y nos alejamos y nos conformamos con algo más temporal, más material, más mundano, tal vez, y perdemos el recuerdo de ese primer entusiasmo que tuvimos cuando escuchamos hablar a Jesús.

El Señor siempre nos hace volver al primer encuentro, al primer momento en que nos miró, nos habló e hizo nacer en nosotros el deseo de seguirle. Esta es una gracia para pedirle al Señor, porque en la vida siempre tendremos esta tentación de alejarnos porque vemos otra cosa: "Pero eso irá bien, pero esa idea es buena...". Nos estamos alejando. La gracia de volver siempre a la primera llamada, al primer momento: no olvides, no olvides mi historia, cuando Jesús me miró con amor y me dijo: "Este es tu camino"; cuando Jesús a través de tantas personas me hizo comprender cuál era el camino del Evangelio y no otros caminos un poco mundanos, con otros valores. Vuelve al primer encuentro.

Siempre me ha llamado la atención que entre las cosas que Jesús dijo la mañana de la Resurrección: "Ve a mis discípulos y diles que vayan a Galilea, allí me encontrarán", Galilea fue el lugar del primer encuentro. Allí habían conocido a Jesús. Cada uno de nosotros tiene su propia "Galilea" dentro, nuestro propio momento cuando Jesús se acercó a nosotros y dijo: "Sígueme". En la vida esto le pasa a esta gente - bueno, porque entonces les dice: "¿Pero qué debemos hacer?", ellos obedecieron inmediatamente - sucede que nos vamos y buscamos otros valores, otra hermenéutica, otras cosas, y perdemos la frescura de la primera llamada. El autor de la carta a los Hebreos también nos recuerda esto: "Recuerda los primeros días". La memoria, la memoria del primer encuentro, la memoria de "mi Galilea", cuando el Señor me miró con amor y me dijo: "Sígueme".

La comunión espiritual, adoración y bendición Eucarística

Finalmente, el Papa terminó la celebración con la adoración y la bendición Eucarística, invitando a todos a realizar la comunión espiritual con esta oración:

“Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del Altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Pero como ahora no puedo recibirte sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón. Como si ya te hubiese recibido, te abrazo y me uno todo a Ti. No permitas, Señor, que jamás me separe de Ti. Amén”.

Antes de salir de la Capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana que se canta en el tiempo pascual, el Regina Coeli.

Regína caeli laetáre, allelúia.
Quia quem merúisti portáre, allelúia.
Resurréxit, sicut dixit, allelúia.
Ora pro nobis Deum, allelúia.

Gianna Beretta Molla, Santa

Laica, 28 de abril

Médico, esposa y madre de familia

Martirologio Romano: En Magenta, localidad cercana a Milán, en Italia, santa Juana Beretta Molla, madre de familia, que, esperando un hijo, no dudó en anteponer con amor la vida de la criatura a la suya propia. (†1962)

Fecha de beatificación: 24 de abril de 1994, por el Papa Juan Pablo II

Fecha de canonización: 16 de mayo de 2004, por el Papa Juan Pablo II.

Breve Biografía

Gianna Beretta nació en Magenta (provincia de Milán) el día 4 de octubre de 1922. Desde su tierna infancia, acoge el don de la fe y la educación cristiana que recibe de sus padres. Considera la vida como un don maravilloso de Dios, confiándose plenamente a la Providencia, y convencida de la necesidad y de la eficacia de la oración.

Durante los años de Liceo y de Universidad, en los que se dedica con diligencia a los estudios, traduce su fe en fruto generoso de apostolado en la Acción católica y en la Sociedad de San Vicente de Paúl, dedicándose a los jóvenes y al servicio caritativo con los ancianos y necesitados. Habiendo obtenido el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1949 en la Universidad de Pavía, abre en 1950 un ambulatorio de consulta en Mésero, municipio vecino a Magenta. En 1952 se especializa en Pediatría en la Universidad de Milán. En la práctica de la medicina, presta una atención particular a las madres, a los niños, a los ancianos y a los pobres.

Su trabajo profesional, que considera como una «misión», no le impide el dedicarse más y más a la Acción católica, intensificando su apostolado entre las jovencitas.

Se dedica también a sus deportes favoritos, el esquí y el alpinismo, encontrando en ellos una ocasión para expresar su alegría de vivir, recreándose ante el encanto de la creación.

Se interroga sobre su porvenir, reza y pide oraciones, para conocer la voluntad de Dios. Llega a la conclusión de que Dios la llama al matrimonio. Llena de entusiasmo, se entrega a esta vocación, con voluntad firme y decidida de formar una familia verdaderamente cristiana.

Conoce al ingeniero Pietro Molla. Comienza el período de noviazgo, tiempo de gozo y alegría, de profundización en la vida espiritual, de oración y de acción de gracias al Señor. El día 24 de septiembre de 1955, Gianna y Pietro contraen matrimonio en Magenta, en la Basílica de S. Martín. Los nuevos esposos se sienten felices. En noviembre de 1956, Gianna da a luz a su primer hijo, Pierluigi. En diciembre de 1957 viene al mundo Mariolina y en julio de 1959, Laura. Gianna armoniza, con simplicidad y equilibrio, los deberes de madre, de esposa, de médico y la alegría de vivir.

En septiembre de 1961, al cumplirse el segundo mes de embarazo, es presa del sufrimiento. El diagnóstico: un tumor en el útero. Se hace necesaria una intervención quirúrgica. Antes de ser intervenida, suplica al cirujano que salve, a toda costa, la vida que lleva en su seno, y se confía a la oración y a la Providencia. Se salva la vida de la criatura. Ella da gracias al Señor y pasa los siete meses antes del parto con incomparable fuerza de ánimo y con plena dedicación a sus deberes de madre y de médico. Se estremece al pensar que la criatura pueda nacer enferma, y pide al Señor que no suceda tal cosa.

Algunos días antes del parto, confiando siempre en la Providencia, está dispuesta a dar su vida para salvar la de la criatura: «Si hay que decidir entre mi vida y la del niño, no dudéis; elegid -lo exijo- la suya. Salvadlo».

La mañana del 21 de abril de 1962 da a luz a Gianna Emanuela. El día 28 de abril, también por la mañana, entre indecibles dolores y repitiendo la jaculatoria «Jesús, te amo; Jesús, te amo», muere santamente. Tenía 39 años.

Sus funerales fueron una gran manifestación llena de emoción profunda, de fe y de oración. La Sierva de Dios reposa en el cementerio de Mésero, a 4 kilómetros de Magenta.

«Meditada inmolación», Pablo VI definió con esta frase el gesto de la beata Gianna recordando, en el Ángelus del domingo 23 de septiembre de 1973: «una joven madre de la diócesis de Milán que, por dar la vida a su hija, sacrificaba, con meditada inmolación, la propia». Es evidente, en las palabras del Santo Padre, la referencia cristológica al Calvario y a la Eucaristía.

S.S. Juan Pablo II la canonizó el 16 de mayo de 2004.

Reproducido con autorización de Vatican.va

Escucha Gianna Beretta, la Vecina de al Lado que Llegó a ser Santa de Mauricio I. Perez en: http://es.catholic.net/santoral/articulo.php?id=47366

Comer para dejar de Sufrir

La comida se ha vuelto un mecanismo de defensa ante los problemas: comer para olvidar.

Cada vez nos preocupamos más por nuestra salud y la estética corporal. Muchas personas optan por una dieta escasa para perder peso o mantener su figura, sin tener en cuenta que comer poco al final es contraproducente. También hay quien lleva un control estricto de las calorías que ingiere en cada momento, esto con la finalidad de sentirse a gusto consigo mismo y cumplir con las expectativas sociales y existen personas que se refugian en la comida para evitar enfrentar y hablar de sus emociones.
 
La obesidad cobra 2.8 millones de vida en el mundo, según la Organizacón Mundial de la Salud y esto puede ser la consecuencia de que la comida se ha vuelto uno de los escapes emocionales de la sociedad actual. La tendencia a ingerir grandes cantidades de alimento es uno de los trastornos más comunes que los jóvenes, equivocadamente, han adoptado para expresar sus emociones, los problemas en el trabajo o en la familia, discusiones de pareja, situación de desempleo, la  época de exámenes, entre otras circunstancias.

Es muy fácil que nos demos un atracón si estamos pasando por un momento emocional complicado de tristeza, rabia o ansiedad. La gula causa un alivio inmediato pero pasa factura en el cuerpo y la mente, ya que esta conducta está asociada a la falta de control de impulsos.  Se usa la comida como un mecanismo de defensa ante los problemas: comer para olvidar.

Quien tiene tendencia a ingerir grandes cantidades de comida de forma ansiosa y apresurada suele ser impulsivo e incapaz de gobernar sus arrebatos. Esto se puede considerar  un trastorno, cuando la persona lo hace tres o más veces a la semana.

Las personas con este trastorno tienden a confundir la sensación corporal y piensan que tienen hambre, cuando lo que en realidad están  sintiendo es ansiedad. Según los expertos: “las causas de la gula no tienen explicación fisiológica. El atracón se suele dar cuando se producen alteraciones del estado de ánimo o situaciones de estrés puntual”.

Pero ¿cuál es la causa de refugiarse en la comida para sentirse mejor? El comer nos produce satisfacción de manera inmediata y alivia nuestro malestar a corto plazo, ya que se elevan los niveles de serotonina y eso nos produce placer. Sin embargo, el sentimiento de culpa aparece casi de inmediato después del atracón y ahora la culpa es el nuevo ingrediente que se suma al problema que nos hizo comer desmedidamente. Es decir, caemos en un círculo vicioso que hace que la conducta permanezca, en vez de superarse.

La falta de cariño, la inseguridad o el no sentirse bien con uno mismo, puede llevarnos a comer desmedidamente y a desarrollar enfermedades más graves como la bulimia nerviosa, depresión, diabetes u obesidad.

Si nos acostumbramos a enfrentar las dificultades con comida, nuestra capacidad para tomar decisiones y resolver conflictos será menor.

Por esta razón en  queremos darte algunos consejos que podrán ayudarte a evitar caer en esta situación.

•    Ser consciente de que el problema con los atracones existe, hay que saber y comprender lo que nos pasa para saber  cómo resolverlo.
•    Incrementa el consumo de verduras y disminuye las grasas.
•    Hay que aceptar y entender  que es un problema psicológico.
•    Evita los alimentos con alto contenido graso.
•    Guarda los aperitivos más apetitosos, mantén las tentaciones fuera de tu alcance.
•    Busca ayuda profesional para que te apoyen y adquieras herramientas emocionales para susperar el trastorno emocional y con eso, la gula.
•    Realiza 5 comidas al día y no pases más de 4 o 5 horas sin ingerir alimento.
•    Haz alguna actividad física, mínimo 15 minutos de caminata diaria.
 
Quien sufre de este trastorno, necesita un cambio de hábitos y no puede hacerlo solo, es necesario el apoyo y acompañamiento de la familia para enfrentar y salir del problema, porque en la familia está la solución!!!

El Evangelio y los evangélicos

Mostrar la Verdad del Evangelio tal cual es, en un ambiente ecuménico, de amor al hermano y a la verdad

INTRODUCCION

Al ver el titulo de este tema posiblemente algunos podrían pensar que se trata de algo ofensivo, pero no es así. El objetivo de esta enseñanza no es atacar ni ofender a nuestros hermanos evangélicos. Mi deseo es simplemente mostrar la Verdad del Evangelio tal cual es, en un ambiente ecuménico, de amor al hermano y de amor a la verdad.

Jesucristo dijo: "La Verdad los hará libres" Jn 8,32 y es esa Verdad la que queremos proclamar sin comentarios, ni interpretaciones, ni agregados. Queremos proclamar el Evangelio completo de Nuestro Salvador y Señor Jesucristo.

Si eres evangélico compara todas las citas que damos en tu misma Biblia, la Reina Valera, que es la que usamos en este tema, y ora para que Dios te ilumine y te guíe hacia la verdad plena. Si eres católico, dale gracias a Dios y ora para que puedas vivir como un autétentico cristiano siguiendo el Evangelio de Jesucristo. En este tema te darás cuenta como lo que muchos hermanos separados proclaman en folletos, radio y televisión no es sino simplemente el Evangelio según los 'evangélicos'. En la columna izquierda encontrarás las frases comunes de muchos evangélicos y en la derecha lo que realmente dice la Sagrada Escritura.

Son las 12 verdades del Evangelio que como auténticos cristianos debemos de conocer.

Los 'evangélicos' dicen:

1.- Ya soy salvo y si muero me voy al cielo, no puedo perder la salvación.    

El Evangelio enseña:

1.- Mas el que perseverare hasta el fin, ese se salvará" Mt 24,13

Los 'evangélicos' dicen:

2.- Soy salvo solo por la fe, las obras ni la obediencia nos salvan.    

El Evangelio enseña:

2.- "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros?

Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad."
Mt 7,21-23

"Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria. Y serán reunidas delante de Él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas á su derecha, y los cabritos á la izquierda. Entonces el Rey dirá á los que estarán á su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo.

Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fuí huésped, y me recogisteis; Desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; estuve en la cárcel, y vinisteis á mí. Mt 25,31-36

Los 'evangélicos' dicen:

3.- Cristo no está presente en la Eucaristía eso es solamente algo simbólico.    

El Evangelio enseña:

3.- "Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo. Entonces los Judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos su carne á comer?"
Jn 6,51-52

"Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no comiereis la carne del Hijo del hombre, y bebiereis su sangre, no tendréis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en Él. Jn 6,53-56

"Y muchos de sus discípulos oyéndolo, dijeron: Dura es esta palabra: ¿quién la puede oir?
Jn 6,60

"Desde esto, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él".
Jn 6,66

"Dijo entonces Jesús á los doce: ¿Queréis vosotros iros también? Y respondióle Simón Pedro: Señor, ¿á quién iremos? tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6,67-68

Los 'evangélicos' dicen:

4.- Hay que confesarse directo con Dios, no con hombres pecadores.    

El Evangelio enseña:

4.- "Entonces les dijo Jesús otra vez: Paz á vosotros: como me envió el Padre, así también yo os envío. Y como hubo dicho esto, sopló, y díjoles: Tomad el Espíritu Santo:

A los que remitiereis los pecados, les son remitidos: á quienes los retuviereis, serán retenidos. Jn 20,21-23

"De cierto os digo que todo lo que ligareis en la tierra, será ligado en el cielo; y todo lo que desatareis en la tierra, será desatado en el cielo. Mt 18,18

Los 'evangélicos' dicen:

5.- No hay que llamarle 'Padre a nadie' la Biblia lo prohibe.    

El Evangelio enseña:

5.- "Entonces Él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía á Lázaro que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque soy atormentado en esta llama. Lc 16,24

"Los mandamientos sabes: No matarás: No adulterarás: No hurtarás: No dirás falso testimonio: Honra á tu padre y á tu madre. Lc 18,20

"Me levantaré, é iré á mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti". Lc 15,18

Los 'evangélicos' dicen:

6.- Todo esta escrito en la Biblia, si no esta escrito no vale.    

El Evangelio enseña:

6.- "Y hay también otras muchas cosas que hizo Jesús, que si se escribiesen cada una por sí, ni aun en el mundo pienso que cabrían los libros que se habrían de escribir. Amén. Jn 21,25

"Y les dijo: Id por todo el mundo; predicad el evangelio á toda criatura. Mc 16,15

"Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes, obrando".Mc 16,20

Los 'evangélicos' dicen:

7.- No hay que bautizar a los niños, ellos no lo necesitan. Además, debe de hacerse sumergido en un río porque Jesucristo recibió el Espiritu Santo cuando bajó al agua.    

El Evangelio enseña:

7.- " Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es". Jn 3,5-6

Y luego, saliendo del agua, vió abrirse los cielos, y al Espíritu como paloma, que descendía sobre Él" Mc 1,10.

Los 'evangelicos' dicen"

8.- María es una mujer como otras, no hay que venerarla pues la Biblia no lo menciona.    

El Evangelio enseña:

8.- "Y entrando el ángel á donde estaba, dijo, ¡Salve, muy favorecida! el Señor es contigo: bendita tú entre las mujeres". Lc 1,28

"Y aconteció, que como oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fué llena del Espíritu Santo, Y exclamó á gran voz, y dijo. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre". Lc 1,41-42

"Porque he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones".
Lc 1,48

Los 'evangélicos' dicen:

9.- María no puede hacer nada porque esta muerta igual que los santos, y además la Biblia no dice que pueda interceder.    

El Evangelio enseña:

9.- "Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob? Dios no es Dios de muertos, sino de vivos. Mt 22,32
"Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús.Mc 9,4

"Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen. Y dícele Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? aun no ha venido mi hora. Su madre dice á los que servían: Haced todo lo que os dijere... Y como el maestresala gustó el agua hecha vino".Jn 2,3-9

Los 'evangélicos' dicen:

10.- No hay que decir las mismas palabras al orar como en el Rosario. Repetirlas no es bíblico.    

El Evangelio enseña:

10.- "Y(Jesús) volviéndose á ir, oró, repitiendo las mismas palabras. Mc 14,39

Los 'evangélicos' dicen:

11.- Todos los apóstoles fueron iguales. Eso del Papa es un invento que no está en la Biblia. Pedro fue igual que los once.    

El Evangelio enseña:

11.- "Y le trajo á Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás: tú serás llamado Cephas (que quiere decir, Piedra)". Jn 1,42

"Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Y á ti daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que ligares en la tierra será ligado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos. Mt 16,18-19

"Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandaros como á trigo; Mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tú, una vez vuelto, confirma á tus hermanos. Lc 22,31-32

"Y vino y los halló durmiendo; y dice á Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?  Mc 14,37

"Y cuando hubieron comido, Jesús dijo á Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos? Dícele; Sí Señor: tú  sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos.

Vuélvele á decir la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Respóndele: Sí, Señor: tú sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis ovejas.

Dícele la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Entristecióse Pedro de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y dícele: Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo. Dícele Jesús: Apacienta mis ovejas.Jn 21,15-17

Los 'evangélicos' dicen:

12.- La Iglesia no importa, solo Cristo salva. Da lo mismo estar en cualquiera. Lo único necesario es aceptar a Cristo no a la Iglesia.  

El Evangelio enseña:

12.- "El que á vosotros oye, á mí oye; y el que á vosotros desecha, á mí desecha; y el que á mí desecha, desecha al que me envió. Lc 10,16

"El que os recibe á vosotros, á mí recibe; y el que á mí recibe, recibe al que me envió. Mt 10,40

"Por tanto, si tu hermano pecare contra ti, ve, y redargúyele entre ti y Él solo: si te oyere, has ganado á tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo uno ó dos, para que en boca de dos ó de tres testigos conste toda palabra. Y si no oyere á ellos, dilo á la Iglesia: y si no oyere á la Iglesia, tenle por étnico y publicano. Mt 18,15-17"

"Mas yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. Mt 16,18

Así que, adelante hermano. Es tiempo de decidirnos a aceptar El Evangelio Completo de Jesucristo tal como esta y no adaptarlo según el gusto de cada quien.

Jesucristo dijo:

"Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé á un hombre prudente, que edificó su casa sobre la Roca"
Mt 7,24

Si eres evangélico, esa es la invitación de parte de Nuestro Señor. Si eres católico, esa es la invitación de parte de Nuestro Señor.

Vívelo, para ser un auténtico cristiano.

De mi parte, como católico, en vez de las creencias de los grupos evangélicos, mejor prefiero la enseñanza del Evangelio. Aunque al hacer esto suceda como el Apóstol Pablo dijo:

¿Es que me he vuelto enemigo de ustedes por decirles la verdad? Gal 4,16

Que la Virgen María interceda por cada uno de nosotros para ser fieles al Evangelio de su Hijo Jesucristo y ser fieles a la Iglesia que El fundó: La Católica.

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