Yo soy el pan de vida
- 29 Abril 2020
- 29 Abril 2020
- 29 Abril 2020
EL PAPA DE SISTER RAQUEL DON MANUEL AYER FALLECIO Y FUEL AL CIELO. QUE EL AMOR DE DIOS PADRE ACOJA SU ALMA Y CONSUELO A TODOS LOS SUYOS POR TAN SENSIBLE PERDIDA Y ETERNO DESCANSO DE DON MANUEL CAVERO QUIROZ
Catalina de Siena, Santa
Memoria Litúrgica, 29 de abril
Virgen y Doctora de la Iglesia
Patrona de Italia y de Europa
Martirologio Romano: Memoria de santa Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, que habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado y trabajó también enérgica e incansablemente por la paz, para que el Romano Pontífice regresara a la Urbe y por la unidad de la Iglesia, dejando espléndidos documentos llenos de doctrina espiritual († 1380).
Etimológicamente: Aquella que es pura y casta, es de origen griego.
Breve Biografía
Lo que más maravilla en la vida de Santa Catalina de Siena no es tanto el papel insólito que desempeñó en la historia de su tiempo, sino el modo exquisitamente femenino con que lo desempeñó. Al Papa, a quien ella llamaba con el nombre de “dulce Cristo en la tierra”, le reprochaba la poca valentía y lo invitaba a dejar Aviñón y regresar a Roma, con palabras humanísimas como éstas: “¡Animo, virilmente, Padre! Que yo le digo que no hay que temblar”. A un joven condenado a muerte y a quien ella había acompañado hasta el patíbulo, le dijo en el último instante: “¡a las bodas, dulce hermano mío! que pronto estarás en la vida duradera”.
Pero la voz sumisa de la mujer cambiaba de tono y se traducía frecuentemente en ese “yo quiero” que no admitía tergiversaciones cuando entraba en juego el bien de la Iglesia y la concordia de los ciudadanos.
Catalina nació en Siena (Italia) el 25 de marzo de 1347 y era la vigésimo cuarta hija de Santiago y Lapa Benincasa. A los quince años entró a la Tercera Orden de Santo Domingo, comenzando una vida de penitencia muy rigurosa. Para vencer
Catalina de Siena, Santa la repugnancia hacia un leproso maloliente, se inclinó y le besó las llagas. A los diecinueve años (1366) celebró su místico matrimonio con Cristo. Esto no se debió a fantasías juveniles, sino que era el comienzo de una extraordinaria experiencia mística, como se pudo comprobar después.
Como no sabía leer ni escribir, comenzó a decir a varios amanuenses sus cartas, afligidas y sabias, dirigidas a Papas, reyes, jefes y a humilde gente del pueblo. Su valiente compromiso social y político suscitó no pocas perplejidades entre sus mismos superiores y tuvo que presentarse ante el capítulo general de los dominicos, que se celebró en Florencia en mayo de 1377, para explicar su conducta.
En Siena, en el recogimiento de su celda, dictó el “Diálogo sobre la Divina Providencia” para tributar a Dios su último canto de amor. En los comienzos del gran cisma aceptó el llamamiento de Urbano VI para que fuera a Roma. Aquí se enfermó y murió rodeada de sus muchos discípulos a quienes recomendó que se amaran unos a otros. Era el 29 de abril de 1380: hacía un mes que había cumplido 33 años.
Fue canonizada el 29 de abril de 1461. En 1939 fue declarada patrona de Italia junto con San Francisco de Asís, y el 4 de octubre de 1970 Pablo VI la proclamó doctora de la Iglesia, y el 1 de Octubre de 1999 S.S. Juan Pablo II la declaró Patrona de Europa.
Además Santa Catalina tiene los siguientes patronatos:
° contra los incendios;
° contra los males corporales;
° contra la enfermedad;
° contra los abortos involuntarios;
° contra las tentaciones;
° Allentown, Pennsylvania;
° para la prevención de incendios;
° de los bomberos;
° de las enfermeras;
° de las personas ridiculizadas por su piedad;
° de los enfermos.
Oración
Bendita y amada del Señor,
y gloriosa santa Catalina:
por aquella felicidad que recibisteis de poder unirte a Dios
y prepararte para una santa muerte,
alcanzadme de su divina Majestad
la gracia de que purificando mi conciencia
con los sufrimientos de la enfermedad
y con la confesión de mis pecados,
merezca disponer mi alma,
confortándola con el trance terrible de la muerte,
y poder volar por ella a la eterna bienaventuranza de la gloria. Amén.
Padres y Hijos a imagen de Dios
Santo Evangelio según san Juan 6, 35-40. Miércoles III de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, te pido que te hagas presente en mi vida, y de forma especial en este momento de oración. Ayúdame a escuchar tu palabra, a interiorizar tu mensaje y a predicar tus enseñanzas con el ejemplo de mi vida cristiana, para ser así, un fiel colaborador en la extensión de tu reino. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 6, 35-40
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: ¨Yo soy el pan de la vida. El que viene a mí no tendrá hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero como ya les he dicho: me han visto y no creen.
Todo aquel que me da el Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre consiste en que todo el que vea al hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día¨.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Buenos papás y mamás desean más que nada en el mundo la felicidad de sus hijos, por ello buscan cumplir de la mejor manera con su labor de proveedores, principalmente de alimento, educación y amor.
Dios es un padre bueno, y por ello, también quiso cumplir con esta labor de proveedor enviándonos a su hijo más amado: Jesucristo. El Señor (como enviado del Padre) nos da como alimento su cuerpo y su sangre, por educación nos da su palabra y por amor se entregó por nosotros en la cruz.
Buenos hijos en cambio, conscientes del esfuerzo que sus padres hacen por ellos, buscan, en agradecimiento, corresponder a través de una actitud de obediencia y atención.
Cristo, como ejemplo de Hijo, habla en este Evangelio de su relación inquebrantable con el Padre y de su disponibilidad a cumplir siempre su voluntad.
Somos pues, padres, madres e hijos a imagen de Dios, y, por tanto, debemos esforzarnos en ser unos para otros, puentes para alcanzar la vida eterna, y cumplir así con el anhelo más grande del Señor.
«Pesebre y casa del pan: el belén que hacemos en casa, donde compartimos comida y afecto, nos recuerda que Jesús es el alimento, el pan de vida. Es Él quien alimenta nuestro amor, es Él quien da a nuestras familias la fuerza para seguir adelante y perdonarnos. El pesebre nos ofrece otra enseñanza de vida. En los ritmos de hoy, a veces frenéticos, es una invitación a la contemplación. Nos recuerda la importancia de detenernos. Porque sólo cuando sabemos recogernos podemos acoger lo que cuenta en la vida. Sólo si dejamos el estruendo del mundo fuera de nuestras casas nos abrimos a escuchar a Dios, que habla en silencio. El pesebre es actual, es la actualidad de cada familia».
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de diciembre de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Señor Jesús me has hecho hijo, madre o padre, y con tu vida me has enseñado con tu ejemplo cómo vivir con plenitud esta vocación. Ayúdame, también, a vivir con un esfuerzo renovado por tu gracia para que, con disponibilidad y amor, pueda ser un medio de salvación y santificación para cada uno de los miembros de mi familia. Amén.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Papás: hacer un acto consciente de amor para con sus hijos.
Hijos: hacer un acto consciente de obediencia para con sus padres.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Meditación. Llamado a compartir la esperanza.
Un domingo cualquiera asistí a la Misa en una iglesia donde me tocó oír a un cura encantador, que nos decía entusiasmado en la homilía:
- ¡Sí, hermanos, un día moriremos! ¡Un día tendremos la dicha de morir!...
El Padre lo decía muy convencido, pero yo me dije para mis adentros:
- ¡Bueno! Allá él si quiere morirse. A mí que me deje disfrutar bien de la vida...
Aquel cura simpático, que chorreaba santidad por todos sus poros, ya murió y está disfrutando del logro de todas sus ilusiones. Yo sigo con mucho apego a la vida, lo reconozco. Pero, aquellas palabras de su homilía, ininteligibles entonces para mí me han hecho pensar muchas veces: -¿Y no tendría razón el buen cura?...
Es cierto que la vida es un don grande de Dios. Y nos la da para que la disfrutemos. A Dios no le gusta el lagrimeo de tantas personas amargadas y tristes. Si ha puesto en el mundo tanta hermosura y placer es para que lo disfrutemos todo y para ganarnos el corazón. ¡La vida es bella, y vale la pena vivirla!...
Pero es ciertamente un error el poner el corazón en lo que pasa y forzosamente se ha de dejar.
Así como es otro error el espantarse por las molestias inevitables de la vida y dejarse vencer por ellas.
La prudencia y el equilibrio son condición indispensable para valorar las cosas que son provisionales.
Si toda la felicidad en que ahora soñamos, y que tal vez disfrutamos, no la sabemos convertir en duradera para siempre, nos equivocamos de medio a medio. Porque es tener el juguete entre las manos, como el niño, y ver que se nos rompe o nos lo quitan. Se disfrutaba, para llorar después...
Cuando gozamos de las cosas y las debemos gozar con gusto cuando Dios nos las da nos va muy bien tener la frialdad de aquel contemplativo hindú, como nos cuenta una hermosa parábola. El monje solitario recibió una tarde a un joven, el cual llegaba rendido de tanto caminar.
- Dime, ¿qué quieres?
- Vengo porque Dios se me apareció el otro día y me dijo que viniera aquí. Me aseguró que tú me podías dar una piedra preciosa, la cual me haría rico para siempre.
- ¡Ah, sí! Debía referirse a ésta que encontré por casualidad en el bosque. Puedes quedarte con ella, si es que te gusta.
El joven se quedó loco de felicidad con aquel diamante, quizá el mayor del mundo. Se fue a dormir al caer el sol, pero pasó la noche entera dando vueltas y más vueltas en la cama.
- ¡Al fin soy rico para siempre!, se decía y se repetía de continuo, sin poder conciliar el sueño.
Al amanecer fue a despertar al hombre solitario, que seguía durmiendo tan tranquilo y feliz, y le suplica con insistencia:
- Hombre de Dios, toma tu diamante. Pero dame, dame esa riqueza que te permite desprenderte con tanta facilidad de esta piedra preciosa, la más grande de la India.
Aquí está el secreto de todo. La esperanza en una vida eterna es una riqueza muy superior a todos los valores de esta vida. Quien la posee, vive más feliz que nadie. El que espera, goza como nadie de la felicidad que Dios nos da ya aquí, la cual se cambiará en una felicidad mucho mayor y que no pasará jamás.
Pensamos muy rectamente que la fe cristiana nunca nos amargará la vida; al revés, hace de nosotros los seres más dichosos que existen. Quienes tenemos fe en una vida futura, damos envidia a los muchos que van a tientas entre las sombras...
Aquí es donde los que tenemos fe debemos jugar un gran papel en el mundo que nos rodea.
Somos ricos, sin darnos cuenta de la pobreza que tenemos a nuestro alrededor. Y así como hay egoístas con el dinero, que abundan en él y no sueltan nada al pobre que a su lado se muere de hambre, así también hay muchos ricos en el espíritu, que no comunican a otros desesperados la esperanza en la que ellos abundan dichosamente.
Nuestra esperanza la esparcimos a de mil maneras. Aunque nunca habrá modo alguno de comunicar optimismo y confianza como el que nos vea siempre con la sonrisa a flor de labios. El que no piensa en un más allá, porque no cree ni espera, se pregunta forzosamente al vernos sonreír en medio de nuestras preocupaciones, igual que las suyas o mayores: -¿No estará escondido Dios debajo de esa sonrisa? ¿No será cierto que después de lo de aquí hay algo más?...
Este aire de esperanza se manifiesta actualmente dentro de la Iglesia de un modo especial. Por ejemplo, hemos cambiado nuestra manera de expresarnos cuando fallece alguno de nuestros seres queridos. Antes, el funeral era algo triste, y los recordatorios bastante sombríos. Hoy les damos un aire pascual, y decimos y escribimos, con alegría en medio del dolor: ¡Ha pasado a la Casa del Padre!...
Un viejecito, al que visitábamos los del grupo y al que ayudábamos con nuestros pequeños ahorros, nos daba siempre la misma lección, y con una sonrisa que ni por casualidad se le caía de los labios, nos decía:
- Ustedes son jóvenes y tienen que disfrutar de la vida, como la disfruté antes yo. Para mí todo se acaba, pero yo sé que Dios me espera.
Viendo un caso así, pienso que el curita que sentía ganas de morir a lo mejor tenía mucha razón, aunque yo no lo quisiera entender; y así, le sigo diciendo a Dios, aún ahora: -Señor, para mí, espera, espera un poquito más... Aunque he aprendido a decirle también: -Señor y Padre mío, para ir a tu Casa, cuando Tu quieras .....
El Papa: el Señor dé prudencia a su pueblo ante la pandemia
Homilía del Papa Francisco en Santa Marta. 28 de abril de 2020
Francisco preside la misa en la Casa Santa Marta el martes de la tercera semana de Pascua. En la introducción piensa en el comportamiento del pueblo de Dios ante el final de la cuarentena:
En este tiempo, cuando empezamos a tener disposiciones para salir de la cuarentena, le pedimos al Señor que le dé a su pueblo, a todos nosotros, la gracia de la prudencia y la obediencia a las disposiciones, para que la pandemia no vuelva.
En su homilía, el Papa comentó el pasaje de hoy de los Hechos de los Apóstoles (Hechos 7:51-8:1), en el que Esteban habla con valentía al pueblo, a los ancianos y a los escribas, que lo juzgan con falsos testimonios, lo arrastran fuera de la ciudad y lo apedrean.
"Hicieron lo mismo con Jesús también," afirma el Papa, "tratando de convencer a la gente de que era un blasfemo". "Es una bestialidad empezar de testimonios falsos para 'hacer justicia': noticias falsas, calumnias, que incitan a la gente a 'hacer justicia', es un verdadero linchamiento". Así lo hicieron con Esteban, usando a un pueblo que fue engañado. Así sucede con los mártires de hoy, como Asia Bibi, durante muchos años en prisión, juzgada por calumnia. Frente a la avalancha de falsas noticias que crean opinión, a veces no se puede hacer nada. Pienso en el Holocausto, dice el Papa: la opinión se creó en contra de un pueblo para acabar con él.
Luego está el pequeño linchamiento diario que trata de condenar a la gente, de crear una mala reputación, el pequeño linchamiento diario de habladuría que crea opiniones para condenar a las personas. La verdad, en cambio, es clara y transparente, es el testimonio de lo verdadero, de aquello en lo que se cree. Pensemos en nuestro lenguaje: muchas veces con nuestros comentarios comenzamos un linchamiento semejante. Incluso en nuestras instituciones cristianas hemos visto tantos linchamientos cada día que nacieron de las habladurías.
Roguemos al Señor - es la oración conclusiva del Papa - para que nos ayude a ser justos en nuestros juicios, a no empezar y seguir esta condena masiva que provoca la habladuría.
A continuación la homilía del Papa según nuestra transcripción:
En la primera lectura de estos días escuchamos el martirio de Esteban: una cosa simple, cómo sucedió. Los Doctores de la Ley no toleraban la claridad de la doctrina, y como salió, fueron a pedirle a alguien que dijera que habían oído que Esteban blasfemaba contra Dios, contra la Ley. Y después de eso, se abalanzaron sobre él y lo apedrearon, así de sencillo.
Es una estructura de acción que no es la primera: también con Jesús hicieron lo mismo. El pueblo que estaba allí trató de convencer de que era un blasfemo y gritaron: "Crucifíquenlo". Es una bestialidad. Una bestialidad, partir de falsos testimonios para llegar a "hacer justicia". Ese es el patrón. Incluso en la Biblia hay casos como este: a Susana hicieron lo mismo, a Nabot hicieron lo mismo, luego Aman trató de hacer lo mismo con el pueblo de Dios... Noticias falsas, calumnias que encienden al pueblo y piden justicia. Es un linchamiento, un linchamiento de verdad.
Y así, [lo] llevan al juez, para que éste le dé forma legal a esto: pero ya llega juzgado, el juez debe ser muy, muy valiente para ir en contra de un juicio tan popular, hecho a propósito, preparado. Este es el caso de Pilatos: Pilatos vio claramente que Jesús era inocente, pero vio a la gente, se lavó las manos. Es una forma de hacer jurisprudencia. Incluso hoy en día vemos esto: también hoy, en algunos países, cuando se quiere dar un golpe de Estado o sacar a algún político para que no vaya a las elecciones o así, se hace esto: noticias falsas, calumnias, entonces se cae en un juez de los que les gusta crear jurisprudencia con este positivismo "situacionista" que está de moda, y luego se condena. Es un linchamiento social. Y así se le hizo a Esteban, así se le hizo al juicio de Esteban: llevan a juzgar a uno ya juzgado por el pueblo engañado.
Esto también sucede con los mártires de hoy: que los jueces no tienen la oportunidad de hacer justicia porque ya están juzgados. Pensemos en Asia Bibi, por ejemplo, que hemos visto: diez años de prisión porque fue juzgada por una calumnia y un pueblo que quiere su muerte. Frente a esta avalancha de falsas noticias que crean opinión, muchas veces no se puede hacer nada: no se puede hacer nada.
Pienso mucho, en esto, en la Shoah. La Shoah es un caso de este tipo: se creó una opinión en contra de un pueblo y luego fue normal: "Sí, sí: hay que matarlos, hay que matarlos". Una forma de proceder para acabar con la gente que molesta, que disturba.
Todos sabemos que esto no es bueno, pero lo que no sabemos es que hay un pequeño linchamiento diario que intenta condenar a las personas, crear una mala reputación a las personas, descartarlas, condenarlas: el pequeño linchamiento diario de las habladurías que crea una opinión, y muchas veces uno escucha hablar mal de alguien, dice: "¡Pero no, esta persona es una persona correcta!" - "No, no: se dice que...", y con ese "se dice que" se crea una opinión para acabar con una persona.
La verdad es otra: la verdad es el testimonio de lo verdadero, de las cosas que una persona cree; la verdad es clara, es transparente. La verdad no tolera las presiones. Veamos a Esteban, mártir: el primer mártir después de Jesús. Primer mártir. Pensemos en los apóstoles: todos han dado testimonio. Y pensemos en muchos mártires - incluso el de hoy, San Pedro Chanel -; fue la habladuría allí, lo que creó que estaba en contra del rey... se crea una fama, y es asesinado. Y pensemos en nosotros, en nuestro lenguaje: tantas veces nosotros, con nuestros comentarios, empezamos un linchamiento de este tipo. Y en nuestras instituciones cristianas, hemos visto tantos linchamientos diarios que nacieron de las habladurías.
Que el Señor nos ayude a ser justos en nuestros juicios, a no empezar o seguir esta condena masiva que provoca la habladuría.
El Papa terminó la celebración con la adoración y la Bendición Eucarística, invitando a hacer la comunión espiritual. A continuación se encuentra la oración recitada por el Papa:
A tus pies, oh Jesús mío, me postro y te ofrezco el arrepentimiento de mi corazón contrito que se abandona en su nada y en tu Santa presencia. Te adoro en el sacramento de tu amor, la inefable Eucaristía. Deseo recibirte en la pobre morada que mi corazón te ofrece; esperando la felicidad de la comunión sacramental, quiero poseerte en espíritu. Ven a mí, oh Jesús mío, que yo vengo a Ti. Que tu amor inflame todo mi ser para la vida y la muerte. Creo en Ti, espero en Ti, te amo.
Antes de salir de la capilla dedicada al Espíritu Santo, se entonó la antífona mariana "Regina Coeli", que se canta durante el Tiempo Pascual:
Regina coeli, laetare, alleluia.
Quia quem meruisti portare, alleluia.
Resurrexit, sicut dixit, alleluia.
Ora pro nobis Deum, alleluia.
Reina del cielo alégrate; aleluya.
Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
Ha resucitado según su palabra; aleluya.
Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
Decálogo de Santa Catalina de Siena
Conjunto de reglas básicas para ser un buen cristiano
01 No existe paz fuera de la verdad.
02 La vida cristiana empieza su camino en serio a partir del conocimiento de sí mismo a la luz de Dios.
03 O escogemos el Puente, que es Cristo, o nos devora el río, que es el torrente de las promesas falsas y amenazas falsas del mundo.
04 El que no arde de amor por la Iglesia que no piense que ama mucho a Cristo.
05 Todos han de tener inmenso aprecio por la celebración cotidiana, digna y fervorosa, de la Eucaristía.
06 Aprendemos a orar como aprendimos a hablar: oyendo a otros y repitiendo con sabiduría y amor.
07 Rechazar el camino de la obediencia es elegir el camino del capricho, y de ahí lo que sigue es muerte.
08 La vida de los consagrados es como el avance de un bote; quienes no tienen comunidad nadan solos.
09 Nuestra voluntad es tan débil como la distancia que nos separa de la voluntad de Dios: a mayor distancia, mayor debilidad.
10 La santidad es el fruto propio del bautismo, y por consiguiente, la meta natural de todo bautizado.
¿Cuántos tipos de coptos hay y por qué hay tres Patriarcas en Alejandría?
En la actualidad hay 3 autoridades que declaran ser Patriarca de Alejandría
Tawadros II (Teodoro II), el Papa copto, un egipcio, líder de unos 10 o 12 millones de coptos "monofisitas", la mayor iglesia en Egipto, en comunión con las iglesias coptas de Etiopía y Eritrea; de hecho, Egipto es el país de lengua árabe con más cristianos en números absolutos (Líbano es el que tiene más en porcentaje, pero de distintas iglesias).
Teodoros II, Patriarca de Alejandría, griego de Creta, líder de unos 000 cristianos greco-ortodoxosen Egipto, del Patriarcado "griego" de Alejandría; está en comunión con las Iglesias Ortodoxas de Europa, Asia, etc...
Ibrahim Isaac Sidrak, Patriarca de Alejandría de los Coptos, líder de unos 000 católicos de rito alejandrino (copto-católicos),en comunión con el Papa de Roma.
Distinguir a Tawadros de Teodoros... y los dos Papas
dos Teodoros II (Tawadros, el egipcio que lidera a 12 millones de egipcios, y Teodoros, el griego que lidera a unos cien mil greco-ortodoxos) y hay tres "Patriarcas de Alejandría".
al viaje de Francisco acude también el Patriarca Bartolomé de Constantinopla (que está en comunión plena solo con Teodoros II, el greco-ortodoxo) puede haber aún más confusiones.
Una ruptura desde el siglo V
en el siglo XV en el Concilio de Florencia hubo un serio esfuerzo por reunificar la doctrina y las Iglesias (Constantinopla con Roma, pero también con los coptos, aremnios y siríacos) no prosperó, en buena parte por razones políticas.
perfecto en su Divinidad y perfecto en su Humanidad. Hizo Una su humanidad con su divinidad sin mixtura, ni mezcla ni confusión. Su divinidad no se separó de su humanidad ni por un momento o parpadeo. Al mismo tiempo, anatemizamos las doctrinas tanto de Nestorio como de Eutiques". En 1990 los coptos firmaron una declaración cristológica similar con los greco-ortodoxos.
Los católicos de rito copto y su Patriarca
rito alejandrino, que usa el copto como lengua litúrgica (con alfabeto propio, era la lengua semita que se hablaba en Egipto antes de la invasión árabe; hoy solo se usa en liturgias cristianas). Esta Iglesia Católica Copta, en unión con Roma, cuenta con 7 eparquías (diócesis), 166 parroquias (la mayoría con su propia escuela primaria católica), unos 200 sacerdotes seculares, 65 religiosos sacerdotes, más de cien religiosos que no son sacerdotes, más de 400 religiosas y unos 50 seminaristas.
Los otros católicos de Egipto
_________________________________________________
[1] El monofisismo comenzó como una reacción al nestorianismo. Los monofisistas (liderados por un hombre llamado Eutiques) estaban horrorizados por lo que implicaban las declaraciones de Nestorius, que Cristo era dos personas con dos diferentes naturalezas (humana y divina). Se pasaron al otro extremo, afirmando que Cristo era una persona con una sola naturaleza que fusionaba lo divino y lo humano. Por afirmar que Cristo tenía una sola naturaleza (griego mono, uno y phisis, naturaleza) se los conoció como monofisistas.
Los teólogos católicos ortodoxos reconocieron que el monofisismo era tan malo como el nestorianismo porque negaba la plena humanidad de Cristo y su plena divinidad. Si Cristo no hubiera tenido una plena naturaleza humana, no hubiera sido humano, y si no hubiera tenido una plena naturaleza divina no hubiera sido totalmente divino.
[2] Nestorianismo es una herejía sobre la persona de Cristo fue iniciada por Nestorio, obispo de Constantinopla, que le negó a María el título de Theotokos (gr. lit. "Quien lleva a Dios" o menos literalmente, "Madre de Dios"). Nestorio declaró que ella solamente había llevado en su seno a la naturaleza humana de Cristo y así propuso el título alternativo de Christotokos ("Quien lleva a Cristo" o "Madre de Cristo").
Los teólogos católicos ortodoxos reconocieron que la teoría de Nestorius fracturaría a Cristo en dos personas separadas (una humana y una divina unidas en una especie de unidad desligada), de los cuales uno solo estaba en el seno [de María]. La Iglesia reaccionó en 432 con el Concilio e Efeso, definiendo que María puede ser propiamente llamada Madre de Dios, no en el sentido de ser ella anterior a Dios o a la fuente de Dios, sino en el sentido de haber tenido en su vientre materno a la persona de Dios Encarnado.
Es dudoso que el mismo Nestorius creyera en la herejía que sus declaraciones implican y en este siglo, la Iglesia Oriental de Asiria, que ha sido históricamente considerada nestoriana, ha firmado una declaración cristológica totalmente ortodoxa conjuntamente con la Iglesia Católica y ha rechazado el nestorianismo. Esta iglesia está ahora mismo en proceso de entrar en total comunión eclasiástica con la Iglesia Católica.
Las decisiones y sus lógicas consecuencias
¿Cómo enseñar a mi hijo a tomar decisiones acertadas? Las decisiones se desvanecen, las consecuencias se queda
Los padres deben enseñar a sus hijos a tomar decisiones soportadas en las siguientes características: Conocimiento de causa, previendo las futuras consecuencias o secuelas, seriedad, formalidad, discreción, tacto, cautela, precaución, ecuanimidad, tranquilidad, ponderación, serenidad, etc. Evitandoel abuso, la osadía, la indiscreción, la insensatez, el descaro, la temeridad, etc.
La palabra decisión deriva del latín de-cidere, que quiere decir “separar cortando”. Seleccionar una parte, implica siempre dejar el resto, ya que debido a nuestra capacidad limitada, cada decisión supone una renuncia a otras alternativas.
Los cinco puntos que definen una decisión: 1) libertad de elección, 2) múltiples posibilidades, 3) deliberación, 4) renuncia, y 5) acto de elegir. Cada ingrediente es necesario y, cuando falta alguno, no hay elección.Las decisiones bien tomadas, teniendo en cuenta sus consecuencias, son las manifestaciones concretas, que reflejan la práctica de las virtudes y valores humanos que tenemos, que son compañeros inseparables.
A toda acción corresponde una reacción, y a toda decisión una consecuencia.Por ejemplo: Cuando alguien enojado toma la decisión de ofender gravemente a otra persona, sus palabras pueden dejarle una cicatriz indeleble. Esa cicatriz permanecerá en su mente, durante mucho tiempo, por muchas veces que posteriormente le hayas dicho, que lamentas lo sucedido. Una herida verbal, puede afecta tanto como una física. Si se sacude en el campo una almohada llena de plumas, es imposible recogerlas todas.
Somos esclavos de nuestras decisiones equivocadas y dueños de las acertadas. Si se han pensado bien las decisiones que se van a tomar, tendremos muchas posibilidades de no ser esclavos de ellas.
Los padres deben enseñar a sus hijos, a que cuando tomen una decisión, sepan que tienen que asumir las consecuencias que ella produzca. A medida que se van haciendo mayores, en menos oportunidades, sus padres podrán ayudarles a solucionar las malas consecuencias, producidas por sus decisiones. Cuando se independizan totalmente, si no han sido bien educados a asumirlas, tendrán que sufrir ellos solos las consecuencias, de lo que han hecho por impulso o sin haberla examinado. Simplemente, es el riego que van asumiendo con la edad y los derechos, obligaciones y responsabilidades, que les vayan correspondiendo.
Las consecuencias de las acciones, suelen estar lógicamente relacionadas con la decisión tomada.
Algunas decisiones desencadenan consecuencias que en principio, parecían imprevisibles, pero hay muy pocas cosas imprevisibles, según la educación que los padres hayan dado a sus hijos.
Los años de experiencia, la lectura de libros y las consultas a profesionales, dan a los padres, un gran conocimiento para saber las consecuencias que van a ocurrir, en relación con lo que hagan o quieran hacer sus hijos. Una buena educación, consiste en enseñar a que los hijos sepan tomar sus propias decisiones y asumir las consecuencias, lo que supone una fuerte e incondicional ayuda, para que reconozcan y estudien la situación responsable y globalmente, dentro de su ámbito de conocimientos.
En cada caso, la experiencia de los padres suele ir muy por delante, con el tipo de acciones que los hijos hacen. No suele haber un gran salto generacional, si padres e hijos desde el principio, han ido circulando aproximadamente por las mismas avenidas, a las mismas velocidades y con el mismo tipo de equipo personal, familiar, educacional y moral. Las sorpresas, casi siempre desagradables, empiezan cuando los padres han ignorado a los hijos y han permitido, que desde pequeños, hayan estado haciendo su propia vida.
Cuando las decisiones se toman con el corazón, a las máximas revoluciones, no suelen salir bien. Tienen que ser tomadas con la cabeza fría, el corazón al ralentí y los sentimientos controlados. Nadie se puede librar de las consecuencias de sus decisiones, tomadas voluntaria o involuntariamente, pensadas o impensadas, obligadas o permitidas, pero si se hacen serenamente, tienen muchas más probabilidades de que las consecuencias sean buenas.
Las decisiones deben tomarse, teniendo muy claro si van a producir el bien o el mal. Para ello hay que tener la mente muy bien entrenada, para conocer perfectamente que es lo que está bien y lo que está mal. Algunas personas, por propia conveniencia, tienen mezclado estos dos grandes conceptos. No ven la raya que los separa y se inclinan por el lado que más les conviene. Las malas decisiones, son algunas veces tan incongruentes y carentes de sentido, como la del estudiante, que quería llegar a ser presidente de la asociación de estudiantes, para eliminarla.
Los padres por la experiencia y el conocimiento que les ha dado la vida, es como si estuvieran situados, en la cima de una montaña, viendo subir por ella a sus hijos. Esa subida a la montaña, significa el comportamiento y las decisiones, con sus correspondientes consecuencias, que diariamente van realizando sus hijos.
Las clásicas frases “ya te lo dije” y “te lo advertí, pero no me hiciste caso” ,son las que los padres dicen a los hijos, cuando estos toman las decisiones, sin querer percatarse de las consecuencias que originarán. “El fin no justifica los medios”.
Los padres enseñan a tomar decisiones con la palabra y el ejemplo y educan con su modelo de vida. El derecho para enseñar y educar, está implícito en la condición de los padres. Para enseñar hay que saber algo, para educar hay que saber vivir de forma que trascienda a los hijos, esa finura de espíritu tan necesaria para conocer, sopesar y decidir, sobre las consecuencias de las decisiones.
Es imprescindible que los padres enseñen a sus hijos, a practicar la virtud de la prudencia en la toma de decisiones. Así su comportamiento diario y las decisiones que tomen, no les producirán consecuencias irreversibles, que les salpiquen a la cara, o que las cañas se les vuelvan lanzas, por no haberlas sabido o querido hacer de buena forma.
Las decisiones tomadas con sensatez, cordura y reflexión, tienen muchas posibilidades de tener éxito y no tener malas consecuencias. Pero las hechas de forma opuesta o con insolencia, ligereza, frivolidad o descuido, siempre tienen unos malos resultados o repercusiones para todos.
El error de las decisiones mal tomadas, no disminuye, por saber que “todos lo hacen” o que alguien se ha equivocado, más que yo. En la práctica no funciona ese truco, que algunos enseñan para dejar tranquilos a los equivocados. Cada persona es responsable de lo que ha hecho o no ha hecho.
Las decisiones tomadas, muestran también la diferencia entre la “primera versión” de los hechos y una información más completa, cuando hay que dar explicaciones, de lo que se ha hecho. La primera decisión, tiene un valor doble que las explicaciones. “Explicación no pedida, acusación manifiesta”.
Algunos toman decisiones equivocadas, sin importarles las consecuencias, pues quieren manifestar su superioridad ante las masas de pardillos, incluso ante “la dictadura de las minorías”. Las correcciones de las decisiones tomadas, suelen tener poco efecto, pues casi siempre se hacen a destiempo o muy tarde.
Los padres algunas veces, tienen que escuchar a sus hijos las malas decisiones tomadas, en relación con sus noviazgos, convivencias prematrimoniales, calidad de los amigos, abandonos o flojedad en los estudios, trabajos o relaciones religiosas. Suelen ser decisiones tomadas, en base a que ellos consideran que son libres para tomarlas, aunque no sepan con certeza, lo que están haciendo.
En las decisiones amorosas, cabe la alternativa de enfrentarlas con sus parejas, presentes o futuras, preparando previamente una serie de preguntas, bien documentadas, que los hijos posiblemente no se deciden o arriesgan a hacer directamente. Si las preguntas están bien preparadas, es muy posible que sus parejas o futuras parejas, con sus respuestas, se queden al descubierto de sus inconsistencias. La base del éxito de esas preguntas, está en la calidad, cantidad y veracidad de la información conseguida. Suelen ser preguntas basadas en esa información, que los hijos no se atreven o no saben como preguntarlas. Con las respuestas obtenidas, sobre las preguntas hechas por los padres a las parejas, podrán los hijos tomar las decisiones adecuadas, eso si, siempre soportadas con buena información. Ante esas confrontaciones los padres corren el riesgo de las reacciones violentas de los hijos, que no quieren oír lo que tienen que oír. Pero es preferible tener un hijo enfadado, que un hijo equivocado gravemente.
Tormentas de ideas. Cuantas veces para tomar una decisión importante, tenemos que recurrir al mismo procedimiento de tormentas de ideas, que emplean los profesionales en los negocios. Después de ir anotando en un papel, todas las ideas relacionadas con el tema en cuestión, tendremos la posibilidad de elegir la mejor o las mejores. En esta tormenta de ideas, van saliendo algunas, concatenadas con otras que se acaban de poner en la lista. Si esta lista se hace entre varias personas, bien entrenadas a estrujarse el cerebro en pos de una idea, el resultado es magnifico, pues al final se presenta un abanico de ideas, con todas las variante para poder escoger la o las más adecuada.
¿Se imaginan actualmente a una persona sola, pasando varias horas en una habitación a oscuras y en total silencio, pensando en cómo poder resolver un problema, o una especifica situación personal o familiar, actual o futura y que sea algo trascendente e importante?
Esa persona tendría que tener una formidable educación y un gran dominio de si misma. Con plena seguridad, las decisiones que tomará posteriormente, serán un acierto. Cualquier toma de decisión importante, puede ser de resultados irreversibles, por eso hay que tener muy en cuenta, la responsabilidad de estudiar bien el asunto a decidir.
Los padres tienen la obligación de enseñar a sus hijos, a que cuando vayan a tomar decisiones importantes, deben pensar con lógica y estar preparados para los resultados lógicos, consecuentes, previsibles, naturales, justificados y legítimos. La gula, la avaricia, la lujuria, la envidia, la soberbia, la pereza y la ira descontroladas, influyen o dominan en muchas ocasiones las decisiones, siempre en perjuicio propio y de los demás.
Algunas decisiones importantes y que puedan trascender a otros, deben ser tomadas evitando que exista el “choque de ignorancias” tan normal, en algunas discusiones o planteamientos. Bastantes problemas están produciendo las decisiones tomadas en función del “choque de civilizaciones”, que la mayoría de las veces se produce por el “analfabetismo religioso, político, familiar o social”. Estas decisiones, tan mal tomadas, suelen ser producto de la ignorancia y de la falta de educación, pues muchas personas, se permiten el lujo de opinar vehemente, de cosas que jamás han oído hablar o tienen un conocimiento superficial.
Es la decisión de cada familia, a qué dedicar las “horas estrella” que son las mejores de la convivencia familiar, cuando hay un buen ambiente de relax, a la vuelta del trabajo o del colegio, los fines de semana, cuando salen de paseo, al restaurante, etc. Algunas familias, sustituyen ese formidable tiempo, propicio el dialogo familiar, donde los padres tienen que compartir sus ideas, transmitir sus vivencias y educar a los hijos, por lo que pueda decir o hacer las pantallas electrónicas, que cada uno de los componentes tiene delante, bien sea distrayéndose, jugando, estudiando o trabajando. Aparece aquí la conocida dialéctica, del tiempo dedicado a la educación familiar, entre cantidad y calidad. La variable que mejor predice el éxito escolar y profesional, es el número de libros leídos, no almacenados, en el hogar familiar. No el número, tamaño y características técnicas de las pantallas electrónicas familiares.
Aparece aquí la conocida dialéctica entre cantidad y calidad del tiempo disponible, en las “horas estrella” familiares. Es cuando las relaciones interpersonales familiares empobrecen, y aparecen unas enormes relaciones ficticias impersonales, la conexión superficial con millares de amigos virtuales, muchos de ellos con personalidades falsas.
Es cierto que la conexión permanente y la interactividad que ofrecen las pantallas electrónicas, tienen notables ventajas para el trabajo, el ocio y la vida social en general, pero siempre realizadas con buen criterio. Muchas personas no se cansan de bailar, aunque sea sin música, porque los músicos han dejado de tocar. Estas son las consecuencias de algunas decisiones, que continúan los resultados a lo largo del tiempo, incluso cuando ya parece que se han calmado las cosas.
Después llegan las consecuencias de la falta de educación, dialogo y conocimiento entre las personas. La mayoría de las veces, cuando surgen los problemas, se dan cuenta que la decisión de elegir ese modelo de convivencia familiar, no fue la adecuada. Ahora es muy normal ver en los restaurantes, a una familia que ha salido a almorzar o cenar, cada uno delante de su computadora, incluso con los auriculares puestos, mientras esperan que el camarero les traiga la comida e incluso mientras comen. Luego los padres, pretenden que sus hijos se comporten como bien educados, cuando en realidad, se han educado a través de las pantallas electrónicas.
Es cuestión de pura lógica, pensar en las consecuencias que pueden tener las decisiones que se vayan a tomar o las ya tomadas. El sentido común, que es el menos común de todos los sentidos, nos indicará previsiblemente, cuáles serán las consecuencias de nuestros actos. Las decisiones, no pueden estar supeditadas a las propuestas, con las que nos bombardea la sociedad actual, por ejemplo la invitación a vivir siempre placenteramente, donde la concepción de vivir, sea sinónimo de disfrutar. Es necesario superar el “síndrome lúdico” de algunas propuestas de vida, que no contemplan las consecuencias de las decisiones, con conocimiento y capacidad para enfrentarlas y decidir con libertad y seguridad. El espíritu de sacrificio y la disciplina, están desapareciendo del lenguaje familiar, sustituyéndolo por la falta de exigencia y esfuerzo.
Algunos padres, consciente o inconscientemente, toman la decisión de tratar a sus hijos pequeños con violencia verbal. Creen que gritándoles, los van a educar mejor, con más disciplina y con temor, a lo que los padres les digan que hagan o no hagan. Estas decisiones suelen ser tomadas, por contagio de uno de los cónyuges o por una tradición familiar, de violencia verbal o física. Pero no suelen tener en cuenta, las nefastas consecuencias que suele conllevar esta actitud, pues los hijos se acostumbran a los continuos gritos, y a pocos o ningún razonamiento de lo ordenado o llamado la atención. Ponen en una balanza las consecuencias de no hacer lo que les mandan, contra una serie de gritos o malas palabras. Saben que después de las descargas, ya no hay espacio para más adrenalina paternal y llegará la calma. Las órdenes y las ideas deben ser: Cortas, concretas, claras y siempre hechas con suavidad y firmeza.
También hay padres que son todo azúcar en las relaciones con sus hijos, hagan lo que hagan, besándoles, acariciándoles y mimándoles continuamente, principalmente cuando hay público que les está mirando. Esta actitud blandengue, suele reflejar una carencia de cariño recibido en la niñez o juventud, también supone un desequilibrio mental, bipolaridad o autocomplacencia. Los hijos perciben el mensaje de que hagan lo que hagan, sus padres les cubrirán de besos y no les llamarán la atención para que no se frustren, lo que originará unos hijos inseguros, consentidos y mal educados.
La virtud de educar bien, está en el centro de las actitudes, para eso los padres tienen que estar, muy bien equilibrados, sabiendo que las decisiones que tomen, siempre tendrán consecuencias, que los hijos podrán controlar si educan bien.
Está muy bien tener una Estatua de la Libertad, pero deberíamos tener otra, tan grande o más y llamarla Estatua de la Responsabilidad. Porque tenemos la libertad, a la hora de tomar decisiones, y también tenemos la responsabilidad de sus consecuencias.
La vida es como un viaje, en el que cada uno es capitán de su propio barco y las maniobras, tienen un efecto real en la vida propia y en la de la familia. Las decisiones son opciones, que influyen en el presente y en el futuro, formando parte de un todo continuo, ininterrumpido y lleno de significado, que puede transcender hacia lo cómodo o hacia lo exigente.
Los egoístas basan sus decisiones, sin importarles las consecuencias, solamente se fijan en ellos mismos: Qué me gusta, qué me funciona, qué me descansa, qué me rinde más, qué satisface mi gusto personal, qué beneficio inmediato me proporciona, qué me crea problemas, etc. No quieren reflexionar en las consecuencias que tendrá para el prójimo, las decisiones tomadas o por tomar.
Las decisiones con la familia política o de sangre, relacionadas con la petición de favores, tienen que tener la lógica de la reciprocidad. No se pueden manipular, solamente cuando se quiere obtener una ventaja. No es lógico y es muy egoísta, ser tratado con todo cariño por la familia propia o política y después ignorarla y no corresponder a ese buen trato. Usar la familia como si fuera un “Kleenes” para utilizarla cuando se quiere, saber que está allí, a la orden, para lo que se quiera y después, sin ninguna lógica, ignorarla o despreciarla hasta la próxima vez que se necesite.
Las decisiones tienen que ser siempre bien pensadas, nadie puede acostumbrarse a decir siempre si, o siempre no, pues esto suele conllevar, una falta de conocimiento, inmadurez e irresponsabilidad sobre lo que se está decidiendo. Tampoco es solución tomar las decisiones echando a “cara o cruz”.
Hay quienes tienen unas personalidades muy débiles, tímidas, inseguras y vacilantes, y no quieren decidir ni arriesgar nada, pues se les hace insoportable, la posible responsabilidad de la decisión y de las consecuencias. Prefieren vivir con la esperanza de que sus padres, un consejero o una fórmula externa, socialmente aceptada como buena, les liberen o retrasen de cualquier decisión personal que tengan que tomar. No se puede ser excesivamente razonador y ahogarse en las reflexiones. Por su inseguridad y temor al riesgo, nunca “agarran al toro por los cuernos”, ya que acusan un sorprendente miedo a la realidad.
Papa Francisco: ¿Crees haber sufrido una injusticia? Cuidado con el victimismo
© Vatican Media
En la audiencia general del miércoles, el Pontífice recuerda a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo.
El papa Francisco advirtió hoy de tener cuidado de no leer de forma victimista y autocompasiva la bienaventuranza: “bienaventurados los perseguidos por la justicia”. Asimismo, recordó a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo y pidió para ellos oración y cercanía.
Además alertó del peligro de dejar de ser sal de la tierra, es decir de no tener el sabor de Jesús y no vivir las bienaventuranzas, la carta de identidad del cristiano.
“Los animo a seguir la senda de las bienaventuranzas, haciéndolas vida con quienes tienen cerca y sufren, de modo particular en estos momentos de adversidad y dificultad. El Señor les concederá experimentar, en medio de las circunstancias que les toca vivir, una gran alegría y paz interior”.
En la audiencia General de este miércoles 29 de abril de 2020, en la Biblioteca del Palacio Apostólico Vaticano, el Papa, retomando el ciclo de catequesis sobre las Bienaventuranzas, centró su meditación en la octava y última, titulada: “Bienaventurados los perseguidos por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos” (Mt 5,10).
Los ídolos del mundo
“El mundo con sus ídolos y con sus estructuras de pecado no puede permitir un estilo de vida según el Espíritu de la verdad, por lo que rechaza la enseñanza del Evangelio, tachándola como un problema que se debe desechar y arrinconar.
Esto muestra que la persecución lleva a la liberación interior, que rompe con las ataduras del mundo, produciendo una gran alegría, porque se ha encontrado un verdadero tesoro mucho mayor al que puede ofrecer el mundo”.
Cristianos perseguidos
Sin público presente y “a puerta cerrada” debido al confinamiento obligatorio en Italia por la pandemia, Francisco aseguró que es doloroso “recordar que, en este momento, hay muchos cristianos que sufren persecución en varias partes del mundo, y debemos esperar y rezar para que lo antes posible su tribulación termine”.
“Los mártires de hoy, son más de los primeros siglos. Expresemos a estos hermanos y hermanas nuestra cercanía: somos un solo cuerpo, y estos cristianos son los miembros sangrantes del cuerpo de Cristo que es la Iglesia”, afirmó.
Entretanto, aseguró que la persecución a causa de la justicia es una bienaventuranza que conduce de una vida según este mundo a la de Dios, de una vida guiada por el egoísmo a la del Espíritu.
Cuidado con victimismo
Francisco también aconsejó a no leer la última bienaventuranza de forma autocompasiva. “De hecho, no todo desprecio de los hombres es sinónimo de persecución. Jesús nos dice que somos «sal de la tierra», y llama nuestra atención ante el peligro de “perder el sabor”, porque no serviría más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente.
El cristiano está llamado a vivir el espíritu de las Bienaventuranzas y que toda su vida haga gustar a los demás el buen sabor de Cristo y del Evangelio”. “Debemos ser fieles al humilde camino de las Bienaventuranzas, porque eso es lo que lleva a ser de Cristo y no del mundo”.
“Vale la pena – dijo- recordar el camino de San Pablo: cuando se creía un hombre justo, era de hecho un perseguidor, pero cuando descubrió que era un perseguidor, se convirtió en un hombre de amor, que afrontó con gusto los sufrimientos de la persecución que sufrió (cf. Col 1,24)”.
No desanimarse
“El cristiano siempre siente la tentación de hacer compromisos con el espíritu del mundo”. Por eso, instó a buscar la “vida del Reino de los Cielos”, que es “la mayor alegría, la verdadera felicidad”.
Francisco aseguró que en “las persecuciones siempre está la presencia de Jesús que nos acompaña, la presencia de Jesús que nos consuela, es la fuerza del Espíritu que nos ayuda a seguir adelante. No nos desanimemos cuando una vida coherente en el Evangelio atrae las persecuciones de la gente, ahí está el Espíritu que nos apoya durante el camino”.
Santa Caterina de Siena
Por último, saludó a los fieles que siguen esta catequesis a través de los medios de comunicación social y a quienes celebran Santa Caterina de Siena, patrona de Europa. Precisamente, hoy en Santa Marta, invitó a rezar por la intercesión de la santa italiana para que Europa sea unida y fraterna. La Audiencia General concluyó con el rezo del Pater Noster y la Bendición Apostólica.
Los cristianos perseguidos “necesitan nuestra oración” y cercanía
Palabras del Santo Padre en español
ABRIL 29, 2020 10:53LARISSA I. LÓPEZAUDIENCIA GENERAL
(zenit – 29 abril 2020).- El Papa Francisco subrayó que es preciso recordar a tantos cristianos que verdaderamente sufren persecución en distintas partes del mundo: “Ellos necesitan nuestra oración y experimentar nuestra cercanía”.
Hoy, 29 de abril de 2020, en la audiencia general celebrada en la biblioteca del Palacio Apostólico por la pandemia del coronavirus, el Santo Padre concluyó el ciclo de catequesis dedicadas a las bienaventuranzas con la octava de ellas: “Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos será el Reino de los Cielos” (Mt 5,10).
“El cristiano está llamado a vivir el espíritu de las bienaventuranzas y que toda su vida haga gustar a los demás el buen sabor de Cristo y del Evangelio”, indicó Francisco.
En esta línea, señaló que el mundo actual “con sus ídolos y con sus estructuras de pecado” no permite un estilo de vida “según el Espíritu de la verdad, por lo que rechaza la enseñanza del Evangelio, tachándola como un problema que se debe desechar y arrinconar”.
Liberación interior
Esto, continuó, “muestra que la persecución lleva a la liberación interior, que rompe con las ataduras del mundo, produciendo una gran alegría, porque se ha encontrado un verdadero tesoro mucho mayor al que puede ofrecer el mundo”.
Finalmente, el Pontífice apuntó que la mencionada bienaventuranza “no debe leerse en clave victimista” porque “no todo desprecio de los hombres es sinónimo de persecución”: “Jesús nos dice que somos ‘sal de la tierra’, y llama nuestra atención ante el peligro de ‘perder el sabor’, porque no serviría más que para tirarla fuera y que la pisotee la gente”.