¿Razones para creer?

Apolinar de Rávena, Santo

Memoria Litúrgica, 20 de julio

Obispo y Mártir

Martirologio Romano: San Apolinar, obispo, que al mismo tiempo que propagaba entre los gentiles las insondables riquezas de Cristo, iba delante de sus ovejas como buen pastor, y es tradición que honró con su ilustre martirio a la iglesia de Classe, cerca de Rávena, en la vía Flaminia, pasando al banquete eterno el día veintitrés de julio (c. s. II)

Breve Biografía

SAN APOLINAR DE RÁVENA nació probablemente en Antioquía, en la actual Turquía, en la época de mayor auge del Imperio Romano, apenas después de la muerte de Jesús.

Según la tradición, San Apolinar fue uno de los principales discípulos del Apóstol San Pedro. Cuando San Pedro se trasladó a Roma para fundar ahí la Iglesia, San Apolinar lo habría acompañado hasta la capital del Imperio.

Durante el reinado del emperador Claudio, San Apolinar recibió la comisión de viajar al norte de Italia como embajador de la fe para empezar a evangelizar y a ganar adeptos para el cristianismo.

San Apolinar se convirtió así en el primer obispo de Rávena, cargo que ejerció durante veinte años. Se le ha atribuido el poder de curar a los enfermos en el nombre de Cristo, y de haber realizado otros milagros.

La relativa tranquilidad de su labor apostólica cambió con el ascenso al trono imperial de Vespasiano, en 69, quien cuenta con el dudoso honor de haber organizado las primeras persecuciones con lujo de crueldad contra los cristianos.

Por su cargo y sus actividades en Rávena, San Apolinar fue perseguido inmediatamente. Algunas fuentes cuentan que fue capaz de escapar hacia Dalmacia, donde habría predicado el Evangelio y habría puesto fin milagrosamente a una hambruna.

Sin embargo, al final San Apolinar fue apresado, torturado y martirizado.

Sobre su tumba, en Rávena, se edificó siglos más tarde la célebre Basílica de San Apollinare in Classe, de tres naves, consagrada en 549. Más tarde, en el siglo nueve, fue construida también ahí la iglesia de San Apollinare Nuovo.

SAN APOLINAR DE RÁVENA nos ofrece un ejemplo de la cruenta vida que tuvieron que padecer los santos fundadores del cristianismo.

Las señales de Dios en nuestra vida

Santo Evangelio según san Mateo 12, 38-42. Lunes XVI del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, dame la gracia de reconocer las cosas que pueda cambiar, las que no puedo y la sabiduría para saber la diferencia. Sé que Tú me hablas de muchas maneras y me revelas el camino de mi felicidad plena; ayúdame a seguir tu camino y reconocer que Tú me amas y te interesas por mí.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 38-42

En aquel tiempo, le dijeron a Jesús algunos escribas y fariseos: “Maestro, queremos verte hacer una señal prodigiosa”. Él les respondió: “Esta gente malvada e infiel está reclamando una señal, pero la única señal que se les dará, será la del profeta Jonás. Pues de la misma manera que Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así también el Hijo del hombre estará tres días y tres noches en el seno de la tierra.

Los habitantes de Nínive se levantarán el día del juicio contra esta gente y la condenarán, porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay alguien más grande que Jonás.

La reina del sur se levantará el día del juicio contra esta gente y la condenará, porque ella vino de los últimos rincones de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien más grande que Salomón”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En el camino vocacional, muchas veces, nos ponemos a pedir señales, como cuando estamos en la capilla o iglesia y le decimos al Señor: «Si se apaga la vela tengo vocación». Si bien es cierto que Dios nos muestra su voluntad a través de las cosas que nos pasan y nos va guiando a lo que Él nos pide, no podemos acelerar el proceso porque Dios lleva su tiempo y nos revela su plan poco a poco.

La gran señal es algo muy importante porque tiene que ver directamente con nuestra vida. El cambio en nosotros es obra de Dios: convertirnos en mejores personas y estar más cerca de Él. Nuestro peregrinar en la tierra es un continuo cambio de vida, una continua conversión. Este cambio no es fácil y, a veces, nos lleva a hacer cosas que nos cuestan, como Cristo que en su vida terrena daba cada paso hacia el Padre sin regresar, abrazando la cruz cuando la vida no sonreía y dando su vida hasta la última gota de su sangre. Pero no se quedó ahí, sino que su final fue la vida eterna que no se acaba con su resurrección. Nosotros estamos llamados a tener vida, y tenerla en abundancia, porque Dios nos ha llamado a ser parte de su iglesia, y si Él quiere, vivir consagrado a Él.

Esta transformación en nosotros no se da solo por nuestras propias fuerzas, sino que es un trabajo en conjunto, nosotros y Dios, el equipo ideal para hacer grandes cosas. No hay nada imposible para Dios solo tienes que dejarlo entrar en tu vida y Él te ayudará a convertirte en la mejor versión de ti mismo. Dios quiere tu felicidad y realización personal, ¿tú también la quieres?

«Nínive se convirtió y la ciudad se salvó de una pandemia, tal vez una pandemia moral. Y hoy todos nosotros, hermanos y hermanas de todas las tradiciones religiosas, rezamos: jornada de oración y ayuno, de penitencia, convocada por el Alto Comité para la Hermandad Humana. Cada uno de nosotros reza, las comunidades rezan, las confesiones religiosas rezan: rezan a Dios, todos los hermanos, unidos en la hermandad que nos une en este momento de dolor y tragedia. No esperábamos esta pandemia, llegó sin que nosotros lo esperáramos, pero ahora está aquí. Y mucha gente muere. Y muchas personas mueren solas y muchas personas mueren sin poder hacer nada. Puede venirnos el pensamiento de “pero a mí no me ha tocado, gracias a Dios que me salvé”. ¡Pero piensa en los demás! Piense en la tragedia y también en las consecuencias económicas, las consecuencias para la educación y lo que sucederá después. Y por esta razón hoy todos, hermanos y hermanas, de cualquier confesión religiosa, rezamos a Dios. Quizás habrá alguien que dirá: "Pero esto es relativismo religioso y no se puede hacer. Pero cómo que no se puede hacer, ¿no podemos rezar al Padre de todos? Cada uno reza como sabe, cómo puede, según su propia cultura. No estamos rezando unos contra otros, esta tradición religiosa contra esta, ¡no! Todos estamos unidos como seres humanos, como hermanos, rezando a Dios, de acuerdo con la propia cultura, de acuerdo con la propia tradición, de acuerdo con las propias creencias, pero hermanos y rezando a Dios, esto es lo importante: hermanos, ayunando, pidiendo perdón a Dios por nuestros pecados, para que el Señor tenga misericordia de nosotros, para que el Señor nos perdone, para que el Señor detenga esta pandemia. Hoy es un día de hermandad, mirando al único Padre, hermanos y paternidad. Día de oración».

(Homilía de S.S. Francisco, 14 de mayo de 2020, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezaré por las personas que sienten un llamado de Dios para que puedan escuchar su voz y responderle con amor.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Dios pone señales en nuestra vida

Reflexión del P. Cipriano Sánchez dedicada al tema de la autenticidad y el atender correctamente a los llamados de Dios.

Jesucristo califica con mucha dureza a la gente de su tiempo y dice que son una generación perversa. Perversa porque tienen una señal y no están dispuestos a aceptar la señal que Dios les da. La señal que Cristo dará, será su Resurrección. Pero Cristo mismo es consciente de que no es suficiente con que Dios dé señales a los hombres; Cristo es consciente de que es necesario que los hombres aceptemos las señales que Dios nos da, que estemos dispuestos a abrir nuestro corazón a las señales; de otra forma, nuestro corazón es un corazón perverso.

¿Qué significa esto? Esto significa que nuestro corazón puede estar caminando de una forma alejada de Dios Nuestro Señor, viviendo de una forma torcida, porque no está aceptando el modo concreto en el cual Dios llega a su vida. Todo este camino que es nuestra existencia, está sembrado por señales de Dios. Está de una forma o de otra, con una constante presencia de un Dios que nos va señalando, indicando, prestando, como una luz que parpadea en todo momento de nuestra vida. Así es Dios en nuestro corazón, con todas las señales que constantemente nos va marcando.

Señales que a veces podrían parecernos extrañas, como el que “la reina del Sur vaya a ver a Salomón”. ¿Qué es lo que la reina del Sur había hecho para ir a ver a Salomón? Simplemente había oído hablar de su sabiduría. ¿Qué es lo que Jonás predica a los ciudadanos de Nínive? Simplemente el hecho de que Nínive va a ser destruida.

La reina del Sur cambia su vida y es capaz de ir hasta Israel para ver a Salomón y los ninivitas cambian su vida y se convierten. Es decir, no es problema el cómo Dios Nuestro Señor nos manda una señal particular para que cambiemos nuestra vida, el problema está en si nuestro corazón va abriendo los ojos a esas señales, si está dispuesto en todo momento a escuchar lo que Dios le quiere decir.

Y aquí donde Jesucristo nos pone en guardia: cuidado, porque a ustedes no se les van a dar otras señales más que la señal del profeta Jonás, la Resurrección de Cristo. Esta señal, se nos presenta en la vida de una forma que nosotros tenemos que tomarla arriesgando nuestra vida. Cristo cuando se nos presenta en nuestra vida, no nos da mucha seguridad, al contrario, más bien nos pone en más riesgo.

Cristo, cuando llega a nuestra existencia, nos hace arriesgarnos más. La reina del Sur podría haber dicho: “¿Cómo voy a ir yo hasta allá para escuchar a un rey que dicen que es muy sabio?” Los habitantes de Nínive podrían haber dicho”. ¡Este señor está mal!

¿Por qué va a tener que destruir nuestra ciudad dentro de tres días si no cambiamos nuestra existencia?”. Y a la reina del Sur se hubiera quedado sin conocer la sabiduría y los habitantes de Nínive se habrían quedado sin conocer la Misericordia de Dios. No habrán sido capaces de captar la señal con la que Dios, en ese momento, estaba pasando por sus vidas.

No habrían sido capaces de captar la luz con la que Dios, en ese momento, quería iluminar su existencia.

Cuando uno mira para atrás de la propia existencia y empieza a ver la cantidad de señales que no ha captado y la cantidad de veces que la luz no brilló en nuestro corazón, podría preguntarse: ¿qué hago ahora si he dejado muchas señales, muchas luces de Dios? ¿No será un paso gigante para mi alma? ¿Tendré posibilidad de dar marcha atrás?

¿La reina del Sur tendría posibilidad de volverse a encontrar con Salomón? ¿Los habitantes de Nínive habrían tenido posibilidad de volver, otra vez a escuchar a Jonás? No lo sabemos. Sabemos una cosa como decíamos en el Salmo “Un corazón contrito. Dios no lo desprecia”. Que si en nuestro interior hay el anhelo y el deseo de volver a Dios, Él siempre va a esta listo para darnos de nuevo su luz. Dios siempre va a estar listo para presentarse de nuevo en nuestra vida.

¿Cómo nos envía Dios señales? Dios nos las envía fundamentalmente a través de nuestra conciencia. Una conciencia que tiene que estar buscando constantemente a Dios; una conciencia que no tiene que detenerse jamás a pesar de las barreras de las murallas que hay en la propia alma.

Lo contrario de la perversión es la conversión. Si nuestra alma está constantemente convirtiéndose a Dios, así encuentre un su vida mil defectos, mil problemas, mil reticencias, mil miedos, encontrará al Señor.

Es lo mismo que les ocurrió a los habitantes de Nínive. Es la frase final, con la cual el rey de Nínive termina su mandato: “Quizá Dios se arrepienta y nos perdone, aplaque el incendio de su ira y así no moriremos”.

Aunque halla murallas, dificultades; aunque seamos nosotros mismos los primeros que nos sintamos como obstáculo al regreso de Dios N. S., no olvidemos que Él siempre está en el camino de la conversión. Él siempre está ahí, dispuesto a darnos la mano, a tendernos la posibilidad de regresar a Él.

¿Por qué descorazonarnos, cuando en nuestro camino de conversión encontramos algo que se nos hace tremendamente difícil de superar? ¿Somos más grandes nosotros que la Misericordia de Dios? ¿Es más milagroso el hecho de que una mujer vaya a escuchar a Salomón, o el que una ciudad completa, se convierta ante la voz de una profeta, que la Resurrección del Hijo de Dios?

En esta Cuaresma tenemos que ir viendo hasta qué punto estamos aceptando las señales de Dios N. S. nos da. Viendo cómo Dios me habla, que detrás de ese cómo Dios me habla, a veces gozo, con penas, a veces con un quebranto tremendo de corazón y a veces con una grandísima alegría en el alma. Estas señales de Dios, tienen detrás un sello que es la Resurrección de Cristo y si nosotros las aceptamos, no simplemente vamos a estar aceptando a un Dios que pasa por nuestra vida, sino que vamos a estar aceptando la garantía con la cual, Dios N. S. pasa por nuestra vida.

Hagamos de nuestra existencia, de nuestro camino, de nuestro encuentro con Dios, un constante aceptar el modo en el que Dios me ha hablado, aunque yo no lo entienda. “Aunque este muy lejos Salomón”. Abramos nuestros ojos, abramos nuestro corazón, nuestra vida a las señales de Dios y permitamos que el Señor vaya señalando, indicando por dónde nos quiere llevar.

Si algún día no sabemos por dónde nos está llevando, que solamente nos preocupe el no perder de vista las señales de Dios. No importa por dónde nos lleve, eso es problema de Él. Nuestro autentico problema, es no perder de vista las señales de Dios, porque por donde Él nos lleve, tendremos siempre la certeza de que nos está llevando por el camino siempre correcto, por el que nosotros necesitamos ir.

Que ésta sea nuestra oración y el más profundo fruto de esta Cuaresma: ser tan auténticos con nosotros mismos, que seamos capaces de ver la autenticidad con la que Dios nos habla. Que nunca la autenticidad de Dios, choque con la inautenticidad de nuestra vida. Que la autenticidad con la que Él se manifiesta en nuestra existencia, a través de sus señales, encuentre siempre como eco el corazón abierto, dispuesto, auténtico, que recibe todas las señales que el Señor le da.

«Hay que rechazar el mal y buscar la salvación del malvado»

Ángelus del Papa, 19 de julio de 2020

“La Virgen María nos ayude a comprender e imitar la paciencia de Dios, que no quiere que ninguno de sus hijos se pierda, que Él ama con amor de Padre”, lo dijo el Papa Francisco en su alocución antes de rezar la oración mariana del Ángelus de este 19 de julio, XVI Domingo del Tiempo Ordinario.

Es necesario esperar el tiempo de la cosecha
El Santo Padre, comentando el Evangelio (cfr. Mt 13, 24-43) que la liturgia propone este Domingo, dijo que San Mateo nos presenta a Jesús hablando a la multitud en parábolas – la de la cizaña y la del grano de mostaza – sobre el Reino de los cielos. Refiriéndose a la primera parábola, la de la cizaña, Jesús nos hace conocer la paciencia de Dios, abriendo nuestro corazón a la esperanza. “Jesús cuenta que, en el campo en el que se ha sembrado la semilla buena – afirma el Pontífice – brota también la cizaña, un término que resume todas las malas hierbas, que infestan el terreno”. Los siervos, observa el Papa, quieren ir enseguida a arrancar la mala hierba. Sin embargo el amo dice que no, porque se corre el riesgo de arrancar el trigo junto a las malas hierbas.

Es necesario esperar el momento de la cosecha: solo entonces se separan y la cizaña será quemada.

En esta parábola se puede leer una visión de la historia
En este sentido, el Santo Padre dijo que esta parábola nos presenta una visión de la historia, en la cual junto a Dios – el amo del campo – que esparce siempre y solo semilla buena, hay un adversario, que esparce la cizaña para obstaculizar el crecimiento del trigo. “El amo – subraya el Pontífice – actúa abiertamente, a la luz del sol, y su propósito es una buena cosecha; el otro, sin embargo, aprovecha la oscuridad de la noche y obra por envidia, por hostilidad, para arruinar todo”.

El adversario, afirma el Papa, tiene un nombre: es el diablo, el opositor de Dios por antonomasia. Su intención es obstaculizar la obra de salvación, para que el Reino de Dios sea obstaculizado por trabajadores injustos, sembradores de escándalos. “Muchas veces, hemos oído que una familia que estaba en paz, luego comenzó las guerras, la envidia... un barrio que estaba en paz, luego comenzaron las cosas malas... Y estamos acostumbrados a decir: Eh, alguien vino allí para sembrar la lucha... Siempre está sembrando el mal que destruye. Y esto siempre lo hace el diablo o tenemos la tentación: cuando caemos en la tentación de criticar para destruir a otros”.

La buena semilla y la cizaña no representan el bien y el mal de forma abstracta, sino a nosotros los seres humanos, que podemos seguir a Dios o al diablo.

Las persecuciones forman parte de la vocación cristiana
Es por ello, afirma el Papa Francisco, la intención de los siervos es la de eliminar enseguida el mal, es decir a las personas malvadas, pero el amo es más sabio, ve más lejos: estos deben saber esperar, porque soportar las persecuciones y las hostilidades forma parte de la vocación cristiana. “El mal, por supuesto, debe ser rechazado, pero los malvados son personas con las que hay que tener paciencia. No se trata de esa tolerancia hipócrita que esconde ambigüedad, sino de la justicia mitigada por la misericordia”. Si Jesús ha venido a buscar a los pecadores más que a los justos, a curar a los enfermos antes que a los sanos, también nuestra acción como sus discípulos debe estar dirigida no para suprimir a los malvados, sino para salvarlos.

No colabora bien con Dios quien se pone a la caza de los límites y de los defectos de los otros, sino más bien quien sabe reconocer el bien que crece silenciosamente en el campo de la Iglesia y de la historia, cultivándolo hasta la maduración.

El Evangelio nos presenta dos modos de vivir la historia
Finalmente, el Santo Padre dijo que el Evangelio nos presenta dos modos de vivir la historia; por un lado, la mirada del amo; por otro, la mirada de los siervos. “Los criados se preocupan por un campo sin malezas, el amo por el buen trigo. El Señor nos invita a asumir su misma mirada, la que mira al buen grano, que sabe custodiarlo también en las malas hierbas”. No colabora bien con Dios quien se pone a la caza de los límites y de los defectos de los otros, sino más bien quien sabe reconocer el bien que crece silenciosamente en el campo de la Iglesia y de la historia, cultivándolo hasta la maduración. Y entonces será Dios, y solo Él, quien premie a los buenos y castigue a los malvados.

10 ideas para mejorar tu relación con el Espíritu Santo

Permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de nuestras vida.

El Santificador, el Paráclito, el Dedo de Dios, el Maestro Interior, el Don de Dones, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el lazo de Amor unificando el Padre y el Hijo, el Abogado, el Amigo Secreto, el Dulce Huésped del Alma – todos estos títulos se le dan a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo.

Cuando San Pablo llegó a Éfeso en un viaje misionario, él le preguntó a alguna de las personas allí si habían recibido el Espíritu Santo. Su respuesta pudo ser vista incluso a la luz de nuestra situación presente como una falta de conocimiento de la fe en general y una falta de conocimiento del Espíritu Santo en particular:

"Ni siquiera hemos oído decir que se reciba el Espíritu Santo". (Hechos 19,1-7)

Nunca hemos vivido en un mundo con tanta información. Sin embargo, al mismo tiempo, nunca hemos vivido en un mundo con una confusión tan esparcida – ¡los efectos del pecado y de la Torre de Babel!

Por lo tanto, queremos ofrecer un pequeño ensayo acerca de cómo podemos hacer que nuestro conocimiento, amor y amistad con el Espíritu Santo crezcan, tal a como dice el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de Él – “¡El Don de Dones!

Recibamos libremente este Don en lo profundo de nuestros corazones, mentes, almas y entendimientos y permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de nuestras vidas. Un don o un regalo pueden ser recibidos o rechazados libremente.

Abramos nuestros seres totalmente para recibir el más grande de los Regalos, ¡a Dios mismo!

Esperamos que estas pequeñas sugerencias sean de gran ayuda para unirnos más con el Espíritu Santo. Estemos preparados y dispuestos a compartir el conocimiento que recibamos libremente. Si hemos recibido libremente, ¡demos libremente!

A continuación encontrarán 10 puntos o ideas para mejorar su conocimiento, amor y docilidad al Espíritu Santo.

1.- Cada día una Oración al Espíritu Santo.

Aquí les dejo una que puede ser memorizada fácilmente: "Ven Espíritu Santo, ven a través del Corazón de María".

Digan esta oración a menudo con gran fe y amor. Consecuentemente, el Espíritu Santo se manifestará más activamente en sus vidas.

2.- Leer Hechos de los Apóstoles.

Lean el libro de la Biblia que le sigue al Evangelio de San Juan y que le es atribuido a San Lucas, los Hechos de los Apóstoles.

Este libro ha sido llamado “El Evangelio del Espíritu Santo”. Sean especialmente observadores de cuántas veces es mencionado el Espíritu Santo en esta obra maestra espiritual. Vean además las diferentes maneras en las que el Espíritu Santo trabaja en la Iglesia primitiva.

Pueden incluso subrayar con un lápiz cada vez que el Espíritu Santo sea mencionado en el libro de los Hechos de los Apóstoles.

Permítanle al Espíritu Santo entrar más de lleno en sus vidas al meditar la Palabra de Dios.

3.- Tener el hábito de rezar Novenas.

Una de las novenas más poderosas en la historia del mundo es precisamente la novena de la preparación para la venida del Espíritu Santo, el primer Pentecostés.

Los Apóstoles oraron y ayunaron durante 9 días y noches en unión con la Santísima Virgen María. Luego ocurrió un extraordinario fenómeno: viento y fuego descendieron sobre las cabezas de los Apóstoles, transformándolos en fervientes amantes de Jesús, ¡listos para derramar su sangre por el bien de Su nombre! (Lee el capítulo 2 del libro de los Hechos).

4.- Conocer los SÍMBOLOS del Espíritu Santo.

Hay que conocer todos los símbolos que nos ha dado la iglesia para conocer mejor al Espíritu Santo.

El Catecismo de la Iglesia Católica nos da varios de ellos: Fuego, Viento, Paloma. Viento, Agua y Aceite. También el Sello, un Dedo, una Lámpara.

Los símbolos son realidades físicas que apuntan a una realidad espiritual más profunda (CCC 694 – 701)

5.- Lean sobre el Espíritu Santo.

Uno de los libros que recomiendo es "En la Escuela del Espíritu Santo" escrito por Jacques Philippe.

Una obra de arte corta pero magnífica sobre el tema del Espíritu Santo, Philippe nos invita a buscar el camino de la santidad por medio del sencillo camino de la docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.

El Espíritu Santo, Santificador, nos quiere hacer santos, si le permitimos operar libremente en nuestras vidas.

6.- Los Dones del Espíritu Santo

Al momento del Bautismo recibimos los siete Dones del Espíritu Santo; luego el Sacramento de la Confirmación fortifica estos maravillosos dones.

Conózcanlos; oren para que se actúen más vigorosamente en sus vidas. Su santificación y salvación depende de esta profunda unión con el Espíritu Santo y Sus Dones.

7.- Los 7 Dones del Espíritu Santo

Si sienten que deambulan en “Tierra de Nadie” con respecto a lo que son los Dones del Espíritu Santo, entonces esto les será de mucha ayuda.

Traten de memorizarlos: Sabiduría, Conocimiento, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Piedad y Temor de Dios.

De acuerdo a Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angelical, la Sabiduría es el más grande de los dones del Espíritu Santo, que puede ser definido como deleitarse en las cosas de Dios.

Si quieren, el Salmista resume el don de la Sabiduría con estas palabras concisas:

"Gusten y vean cuán bueno es el Señor" (Salmo 34,9)

8.- Los frutos del Espíritu Santo

Tradicionalmente los frutos del Espíritu Santo son doce, aunque Santo Tomás de Aquino dice que estos no incluyen todo.

Los siguientes son los doce frutos conocidos tradicionalmente: caridad (o amor), alegría, paz, paciencia, benignidad (o amabilidad), bondad, longanimidad (o gran coraje), fidelidad, mansedumbre, modestia, continencia (o auto-control), y castidad.

Santo Tomás dice que cuando correspondemos a los Dones del Espíritu Santo y llevamos a cabo la voluntad de Dios en nuestras vidas, entonces experimentamos esta dulzura interior en nuestra alma, éstos son los frutos del Espíritu Santo.

9.- Recuperar al Espíritu Santo.

Una tragedia moral podría ocurrir en nuestras vidas: ¡caer en pecado mortal! Si se cae en el lodo del pecado mortal en nuestras vidas, nunca caigan en desesperación sino que confíen en Dios completamente.

Al cometer pecado mortal, estamos expulsando conscientemente a la persona del Espíritu Santo de nuestras almas.

Sin embargo, la Buena Nueva es ésta: ¡CONFESIÓN! Al realizar una buena confesión con un sacerdote, entonces no sólo regresa la gracia de Dios a nuestra alma sino que ¡regresa el Espíritu Santo como Dulce Huésped de nuestra alma!

10.- La Virgen María y el Espíritu Santo

María tiene la relación más profunda y cercana con el Espíritu Santo después del mismo Jesús.

La Inmaculada Concepción, en la cual Nuestra Señora fue preservada libre de toda Culpa Original desde el momento de su concepción en el vientre de su madre, fue obra del Espíritu Santo.

La Concepción Virginal de Jesús en el vientre de María fue por obra y gracia del Espíritu Santo.

El nacimiento de la Iglesia en el primer Pentecostés cuando el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles en lenguas de fuego, sucedió en presencia de Nuestra Señora.

Sus poderosas oraciones facilitaron la venida del Espíritu Santo y el advenimiento de la Iglesia Misionera.

Nuestra Señora tiene una relación íntima y profunda con la Santísima Trinidad. Ella es la Hija de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo y la Esposa Mística del Espíritu Santo.

Por esta razón San Luis de Montfort expresó en estas palabras de gran entusiasmo:

"Aquellos que aman a María, el Espíritu Santo se lanza a Sí mismo en estas almas",

Que Nuestra Señora nos obtenga un Pentecostés renovado y una poderosa infusión del Espíritu Santo.

"Ven Espíritu Santo, ven a través del Corazón de María".

3. Laura

Al final me volví al que siempre me había amado

3.- LAURA
AL FINAL ME VOLVÍ AL QUE SIEMPRE ME HABÍA AMADO


Un testimonio hermoso y verdadero

Este testimonio viene a confirmar lo que expresaba Mariana dialogando con Sonia.

Es frecuente que Dios ponga el amor por una mujer en el corazón del varón, pero ésta no reconozca al hombre que la ama, o que él no responda a los ideales que ella tiene acerca del tipo de varón que desea para esposo. Sus ilusiones y sus sueños le impiden ver el amor que tienen delante y al príncipe que llega a golpear a la puerta de su corazón, porque viene disfrazado de mendigo. Mendigo de su amor.

Muchas veces me he encontrado con mujeres que dejaron pasar ese primer amor, o lo despreciaron, y luego quedaron solteras, porque los hombres de los que ellas gustaban no gustaban de ellas. El caso que presenta esta carta es un testimonio real de una joven que no reconoció de entrada al que la amaba. Pero esta historia tiene un fin feliz. Hoy están ya casados.

La joven debe cultivar los ojos de su corazón y tenerlos limpios para poder ver el amor verdadero en el corazón del que Dios le envía como esposo. Y cuando llega o pasa, debe poder poner de lado sus sueños. Si ora, su Padre celestial no la dejará engañar. Pero si no... No hay garantía...

Laura me escribe:

Querido Padre:
Cuando tenía 13 años tuve mi primer novio, Ernesto se llamaba. Fue una experiencia muy dolorosa pues él me decía que me amaba, me hacía sentir importante y querida yo tan chica y muy carente de afecto me aferré a él, él era mi mundo. Un día empezó por gritarme, luego fue una bofetada y más tarde un moretón y yo no me daba cuenta que no era normal. Aceptaba su mal trato con tal de tener alguien que me diera aunque sea un enfermizo amor. En cuanto a lo sexual no llegó a haber el acto en sí pero se enojaba mucho si yo no lo dejaba que me tocara. Después del año y medio me dejó y yo sufría mucho parecía que el mundo se me había acabado estaba tan perdida Padre!!! Salía para verlo y cuántas locuras más! El volvía cuando tenía ganas o cuando estaba solo y yo me ilusionaba, y luego sufría más.

"El amor verdadero empezó a asustarme. Lo normal y lógico me asustaba"

Luego a los 19 conocí al que ahora es mi esposo: Eduardo, el callado, un poco serio, me empezó a gustar, por amigos en común nos pusimos de novio, al principio era muy hermoso yo lo atendía, lo cuidaba él me amaba me decía que quería que fuera la madre de sus hijos, su amor verdadero empezó a espantarme. Lo normal y lógico a mi me asustaba.

Un DÍA lo engañé con otro y luego, lo dejé, enseguida me puse de novio con otra persona, claro que a los 4 meses me di cuenta de que sólo quería pasarla bien y yo no quería eso, pero yo siempre buscaba enredarme con personas que emocionalmente no me daban nada, sólo me usaban, estaba tan perdida que no podía distinguir el verdadero amor, dejaba que me usaran y me lastimaran sólo por un momento de afecto, me engañaba a mí misma pensando " ya se va a enganchar, ya me va a amar tengo que darle tiempo".

"¡Otro desengaño!"
En esta búsqueda un día conocí a Raúl diez años mayor que yo. Él era el modelo de hombre que yo buscaba, me daba seguridad, era divertido, inteligente, pero fue mi mayor desengaño.
Me enamoré de él o al menos creía estarlo en ese momento, y sufrí tanto. Estuvimos casi un año saliendo y yo tenía la esperanza, de que él me eligiera para formalizar pero lejos estaba de eso, un DÍA se fue, no me llamó más, lo veía sólo pasar hasta me rebajé y lo llamaba para pedirle explicación, como si la tuviera, lo que mal comienza mal acaba. A él no le importaba solo quería pasarla bien y que llene el vacío que había dejado su ex.
Con él toqué fondo, ¡otro desengaño!, ya no me acordaba de Eduardo, lo menospreciaba, pensaba “yo estoy para más”, como si la pasión o el dinero importaran más que la persona, estaba ciega!!! Y muy equivocada.

Sin Dios y sin mi padre estaba realmente perdida.
Un DÍA conocí a Jesucristo y comenzó el proceso del amor en mi vida, yo en el fondo quería tener un noviazgo, formar mi familia pero hacia todo mal, estaba muy herida y buscaba consuelo en las creaturas en vez de buscarlo en Dios.

Un llamado interior
La única persona que de veras me amaba yo la había lastimado, y subestimado: "Eduardo", el callado, un poco serio… Sentía en mi interior que debía pedirle perdón por todo lo que lo había lastimado y sincerarme con él.
Un DÍA lo llamé y hablamos. Le pedí perdón. Él con su bondad me lo concedió. Pasaron los meses y un DÍA hablamos, y nos vimos y así fue que desde el perdón, el respeto, pudimos sanar muchas heridas que ambos teníamos. Ya hace más de un año que estamos de novio y nos vamos a casar si Dios quiere!
Humanamente nunca CREI posible estar de nuevo con él pero al sanar mi corazón y buscar la voluntad de Dios, todo se fue dando de una manera muy especial, porque puedo sentir que Dios bendijo la segunda etapa de nuestro noviazgo y ahora nuestro matrimonio. Porque en la primera etapa de nuestro noviazgo tuvimos relaciones, paro luego vivimos un noviazgo puro y casto como quiere el Padre celestial.

Padre espero que mi testimonio ayude a muchas personas. Como usted bien decía: "MUJERES QUE NECESITAN DEMASIADO SER AMADAS".

Me despido un abrazo en Cristo su hija
Laura

Divino Niño

7 cosas que no sabías sobre la devoción al Divino Niño

Aunque la Iglesia Universal celebra la Fiesta del Divino Niño en el mes de septiembre, este 20 de julio Colombia festeja a lo grande esta querida devoción, cuya historia se remonta a los tiempos del mismo Cristo.

Aquí presentamos 7 cosas que quizás no conocías sobre la devoción al Divino Niño:

1. La confianza hacia el Divino Niño está fundada en la Biblia

El objetivo de esta devoción es transformarnos para ser cada vez más como Jesús, reconocer nuestra pequeñez y depender de Dios como niños, tal como lo indica Mateo 18,3:

“Yo os aseguro: si no cambiáis y os hacéis como los niños, no entraréis en el Reino de los Cielos”.

En evangelio de Juan, Cristo también invita a que confiemos en Él:

“Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo”. (Juan 14,13)

2. Es una devoción muy antigua entre los católicos

Antiguos narradores cuentan que la devoción al Divino Niño empezó en el Monte Carmelo (Israel) ya que según la tradición, Cristo iba con su frecuencia a ese lugar a pasear y a rezar con sus padres, José y María, y sus abuelos, San Joaquín y Santa Ana.

Los hombres que allí se reunían para orar le fueron tomando gran aprecio y cariño.

Después que el Redentor ascendió al cielo, quienes vivían en el Monte Carmelo siguieron recordando con gran cariño y devoción al Niño Jesús. Años más tarde, los Carmelitas extendieron esta devoción a todo el mundo.

3. Varios santos difundieron la devoción

San Antonio de Padua y San Cayetano fueron muy devotos del Niño Jesús y por eso se les ha retratado llevándolo en sus manos.

Incluso el Divino Niño se le apareció en una ocasión a San Antonio de Padua.

Otros santos que contribuyeron grandemente a difundir la devoción al Niño de Belén fueron Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.

4. “Por los méritos de la infancia de Jesús, nada te será negado”

En el año 1636, Jesús le hizo una promesa a una monja carmelita del convento de Beaune en Francia, conocida como la Venerable Margarita del Santísimo Sacramento.

Cristo le dijo: “Todo lo que quieras pedir, pídemelo por los méritos de mi infancia, y nada te será negado”.

La monja, que falleció a los 29 años, recibió la misión de propagar especialmente la devoción a la divina infancia de Cristo.

5. Existen varias representaciones del Niño en el mundo entero

Desde hace unos 300 años la devoción al Niño Jesús se extendió rápidamente por Europa, América, Asia, África y Oceanía.

Entre las representaciones más conocidas se encuentran: El Niño Jesús de Praga, en Checoslovaquia; el Santo Niño de Atocha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia y el milagroso Niño Jesús de Bogotá en Colombia.

6. El P. Juan del Rizzo difundió esta devoción en Colombia

El sacerdote salesiano P. Juan del Rizzo llegó a Barranquilla (Colombia) en 1914 y con gran esfuerzo se dedicó a recaudar fondos para la construcción de un templo, aunque sin éxito. Entonces sintió que debía perdirle este milagro al Señor por los méritos de su infancia.

Desde entonces, el éxito del sacerdote fue extraordinario y se convirtió en un gran devoto del Divino Niño, dedicando su vida a la propagación de la devoción.

En 1935 el P. del Rizzo fue trasladado a Bogotá, donde providencialmente se encontró con una preciosa imagen del Divino Niño; luego se la llevó a los campos de la obra juvenil salesiana en el barrio 20 de Julio.

De esta manera los fieles empezaron a venerar la imagen como el Divino Niño y son muchos los que hasta ahora dicen que al acogerse a esta advocación, han obtenido muchos milagros y conversiones.

7. El P. del Rizzo dio a conocer 4 condiciones para obtener favores del Divino Niño

1er. Ofrecer la Santa Misa durante nueve domingos, confesarse y comulgar al menos en uno de ellos.

2do. Dar una libra de chocolate (o equivalente en dinero o en comida) a los pobres.

3ro. Si la persona puede, que done víveres, o su equivalente en dinero, a las familias pobres.

4to. Propagar la devoción al Divino Niño narrando a otros los milagros que Él hace a sus devotos, repartiendo novenas, estampas y almanaques.

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