Dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen
- 23 Julio 2020
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Memoria Litúrgica, 23 de julio
Fundadora
Martirologio Romano: Santa Brígida, religiosa, nacida en Suecia, que contrajo matrimonio con el noble Ulfo, del que tuvo ocho hijos, a los cuales educó piadosamente, consiguiendo al mismo tiempo con sus consejos y con su ejemplo que su esposo llevase una vida de piedad. Muerto éste, peregrinó a muchos santuarios y dejó varios escritos, en los que habla de la necesidad de reforma tanto de la cabeza como de los miembros de la Iglesia. Puestos los fundamentos de la Orden del Santísimo Salvador, en Roma pasó de este mundo al cielo († 1373).
Etimológicamente: Brigida = Aquella que es poderosa y fuerte, el origen es incierto, posiblemente hebreo o céltico.
Fecha de canonización: 7 de octubre de 1391 por el Papa Bonifacio IX.
Breve Biografía
SANTA BRIGIDA era hija de Birgerio, gobernador de Uplandia, la principal provincia de Suecia. La madre de Brígida, Ingerborg; era hija del gobernador de Gotlandia oriental. Ingerborg murió hacia 1315 y dejó varios hijos. Brígida, que tenía entonces doce años aproximadamente, fue educada por una tía suya en Aspenas. A los tres años, hablaba con perfecta claridad, como si fuese una persona mayor, y su bondad y devoción fueron tan precoces como su lenguaje. Sin embargo, la santa confesaba que de joven había sido inclinada al orgullo y la presunción.
La Pasión: centro de su vida
A los siete años tuvo una visión de la Reina de los cielos. A los diez, a raíz de un sermón sobre la Pasión de Cristo que la impresionó mucho, soñó que veía al Señor clavado en la cruz y oyó estas palabras: "Mira en qué estado estoy, hija mía." "¿Quién os ha hecho eso, Señor?", preguntó la niña. Y Cristo respondió: "Los que me desprecian y se burlan de mi amor." Esa visión dejó una huella imborrable en Brígida y, desde entonces, la Pasión del Señor se convirtió en el centro de su vida espiritual.
Matrimonio
Antes de cumplir catorce años, la joven contrajo matrimonio con Ulf Gudmarsson, quien era cuatro años mayor que ella. Dios les concedió veintiocho años de felicidad matrimonial. Tuvieron cuatro hijos y cuatro hijas, una de las cuales es venerada con el nombre de Santa Catalina de Suecia. Durante algunos años, Brígida llevó la vida de la época, como una señora feudal, en las posesiones de su esposo en Ulfassa, con la diferencia de que cultivaba la amistad de los hombres sabios y virtuosos.
En la Corte
Hacia el año 1335, la santa fue llamada a la corte del joven rey Magno II para ser la principal dama de honor de la reina Blanca de Namur. Pronto comprendió Brígida que sus responsabilidades en la corte no se limitaban al estricto cumplimiento de su oficio.
Magno era un hombre débil que se dejaba fácilmente arrastrar al vicio; Blanca tenía buena voluntad, pero era irreflexiva y amante del lujo. La santa hizo cuanto pudo por cultivar las cualidades de la reina y por rodear a ambos soberanos de buenas influencias.
Pero, aunque Santa Brígida se ganó el cariño de los reyes, no consiguió mejorar su conducta, pues no la tomaban en serio.
Las Visiones
La santa empezó tener por entonces las visiones que habían de hacerla famosa. Estas versaban sobre las más diversas materias, desde la necesidad de lavarse, hasta los términos del tratado de paz entre Francia e Inglaterra. "Si el rey de Inglaterra no firma la paz -decía-- no tendrá éxito en ninguna de sus empresas y acabará por salir del reino y dejar a sus hijos en la tribulación y la angustia."
Pero tales visiones no impresionaban a los cortesanos suecos, quienes solían preguntar con ironía: "¿Qué soñó Doña Brígida anoche?"
Problemas familiares y peregrinaciones
Por otra parte, la santa tenía dificultades con su propia familia. Su hija mayor se había casado con un noble muy revoltoso, a quien Brígida llamaba "el Bandolero" y, hacia 1340, murió Gudmaro, su hijo menor. Por esa pérdida la santa hizo una peregrinación al santuario de San Olaf de Noruega, en Trondhjem. A su regreso, fortalecida por las oraciones, intentó con más ahinco que nunca volver al buen camino a sus soberanos. Como no lo lograse, les pidió permiso de ausentarse de la corte e hizo una peregrinación a Compostela con su esposo. A la vuelta del viaje, Ulf cayó gravemente enfermo en Arras y recibió los últimos sacramentos ya que la muerte parecía inminente. Pero Santa Brígida, que oraba fervorosamente por el restablecimiento de su esposo, tuvo un sueño en el que San Dionisio le reveló que no moriría. A raíz de la curación de Ulf, ambos esposos prometieron consagrarse a Dios en la vida religiosa.
Viuda, vida religiosa, aumentan las visiones
Según parece, Ulf murió en 1344 en el monasterio cisterciense de Alvastra, antes de poner por obra su propósito. Santa Brígida se quedó en Alvastra cuatro años apartada del mundo y dedicada a la penitencia. Desde entonces, abandonó los vestidos lujosos, solo usaba lino para el velo y vestía una burda túnica ceñida con una cuerda anudada. Las visiones y revelaciones se hicieron tan insistentes, que la santa se alarmó, temiendo ser víctima de ilusiones del demonio o de su propia imaginación. Pero en una visión que se repitió tres veces, se le ordenó que se pusiese bajo la dirección del maestre Matías, un canónigo muy sabio y experimentado de Linkoping, quien le declaró que sus visiones procedían de Dios. Desde entonces hasta su muerte, Santa Brígida comunicó todas sus visiones al prior de Alvastra, llamado Pedro, quien las consignó por escrito en latín. Ese período culminó con una visión en la que el Señor ordenó a la santa que fuese a la corte para amenazar al rey Magno con el juicio divino; así lo hizo Brígida, sin excluir de las amenazas a la reina y a los nobles. Magno se enmendó algún tiempo y dotó liberalmente el monasterio que la santa había fundado en Vadstena, impulsada por otra visión.
En Vadstena había sesenta religiosas. En un edificio contiguo habitaban trece sacerdotes (en honor de los doce apóstoles y de San Pablo), cuatro diáconos (que representaban a los doctores de la Iglesia) y ocho hermanos legos. En conjunto había ochenta y cinco personas. Santa Brígida redactó las constituciones; según se dice, se las dictó el Salvador en una visión. Pero ni Bonifacio IX con la bula de canonización, ni Martín V, que ratificó los privilegios de la abadía de Sión y confirmó la canonización, mencionan ese hecho y sólo hablan de la aprobación de la regla por la Santa Sede, sin hacer referencia a ninguna revelación privada.
En la fundación de Santa Brígida, lo mismo que en la orden de Fontevrault, los hombres estaban sujetos a la abadesa en lo temporal, pero en lo espiritual, las mujeres estaban sujetas al superior de los monjes. La razón de ello es que la orden había sido fundada principalmente para las mujeres y los hombres sólo eran admitidos en ella para asegurar los ministerios espirituales. Los conventos de hombres y mujeres estaban separados por una clausura inviolable; tanto unos como las otras, asistían a los oficios en la misma iglesia, pero las religiosas se hallaban en una galería superior, de suerte que ni siquiera podían verse unos a otros.
El monasterio de Vadstena fue el principal centro literario de Suecia en el siglo XV. A raíz de una visión; Santa Brígida escribió una carta muy enérgica a Clemente VI, urgiéndole a partir de Aviñón a Roma y establecer la paz entre Eduardo III de Inglaterra y Felipe IV de Francia. El Papa se negó a partir de Aviñón pero, en cambio envió a Hemming, obispo de Abo, a la corte del rey Felipe, aunque la misión no tuvo éxito. Entre tanto, el rey Magno, que apreciaba más las oraciones que los consejos de Santa Brígida, trató de hacerla intervenir en una cruzada contra los paganos letones y estonios. Pero en realidad se trataba de una expedición de pillaje. La santa no se dejó engañar y trató de disuadir al monarca. Con ello perdió el favor de la corte, pero no le faltó el amor del pueblo, por cuyo bienestar se preocupaba sinceramente durante sus múltiples viajes por Suecia.
En Roma e Italia
Había todavía en el país muchos paganos, y Sarta Brígida ilustraba con milagros la predicación de sus capellanes. En 1349, a pesar de que la "muerte negra" hacía estragos en toda Europa, Brígida decidió ir a Roma con motivo del jubileo de 1350. Acompañada de su confesor, Pedro de Skeninge y otros, se embarcó en Stralsund, en medio de las lágrimas del pueblo, que no había de volver a verla. En efecto, la santa se estableció en Roma, donde se ocupó de los pobres de la ciudad, en la espera de la vuelta del Pontífice a la Ciudad Eterna. Asistía diariamente a misa a las cinco de la mañana, se confesaba todos los días y comulgaba varias veces por semana (según era permitido en aquella época). El brillo de su virtud contrastaba con la corrupción de costumbres que reinaba entonces en Roma: el robo y la violencia hacían estragos, el vicio era cosa normal, las iglesias estaban en ruinas y lo único que interesaba al pueblo era escapar de sus opresores. La austeridad de la santa, su devoción a los santuarios, su severidad consigo misma, su bondad con el prójimo, su entrega total al cuidado de los pobres y los enfermos, le ganaron el cariño de muchos. Santa Brígida atendía con particular esmero a sus compatriotas y cada día daba de comer a los peregrinos suecos en su casa que estaba situada en las cercanías de San Lorenzo in Damaso.
Pero su ministerio apostólico no se reducía a la práctica de las buenas obras ni a exhortar a los pobres y a los humildes. En cierta ocasión, fue al gran monasterio de Farfa para reprender al abad, "un hombre mundano que no se preocupaba absolutamente por las almas". Hay que decir que, probablemente, la reprensión de la santa no produjo efecto. Más éxito tuvo su celo por la reforma de otro convento de Bolonia. Allí se hallaba Brígida cuando fue a reunirse con ella su hija, Santa Catalina, quien se quedó a su lado y, fue su fiel colaboradora hasta el fin de su vida. Dos de las iglesias romanas más relacionadas con nuestra santa son la de San Pablo extramuros y la de San Francisco de Ripa. En la primera se conserva todavía el bellísimo crucifijo, obra de Cavallini, ante el que Brígida acostumbraba orar y que le respondió más de una vez; en la segunda iglesia se le apareció San Francisco y le dijo: "Ven a beber conmigo en mi celda". La santa interpretó aquellas palabras como una invitación para ir a Asís. Visitó la ciudad y de allí partió en peregrinación por los principales santuarios de Italia, durante dos años.
Profecías y revelaciones
Las profecías y revelaciones Santa Brígida se referían a las cuestiones mas candentes de su época. Predijo, por ejemplo, que el Papa y el emperador se reunirían amistosamente en Roma. Al poco tiempo así lo hicieron (El Papa Beato Urbano V y Carlos IV, en 1368). La profecía de que los partidos en que estaba dividida la Ciudad Eterna recibirían el castigo que merecían por sus crímenes, disminuyeron un tanto la popularidad de la santa y aun le atrajeron persecuciones. Brígida fue arrojada de su casa y tuvo que ir con su hija a pedir limosna al convento de las Clarisas.Por otra parte, ni siquiera el Papa escapaba a sus severas admoniciones proféticas.
El gozo que experimentó la santa con la llegada de Urbano a Roma fue de corta duración, pues el Pontífice se retiró poco después a Viterbo, luego a Montesfiascone y aun se rumoró que se disponía a volver a Aviñón.
Al regresar de una peregrinación, a Amalfi, Brígida tuvo una visión en la que Nuestro Señor la envió a avisar al Papa que se acercaba la hora de su muerte, a fin de que diese su aprobación a la regla del convento de Vadstena. Brígida había ya sometido la regla a la aprobación de Urbano V, en Roma, pero el Pontífice no había dado respuesta alguna. Así pues, se dirigió a Montefiascone montada en su mula blanca. Urbano aprobó, en general, la fundación y la regla de Santa Brígida, que completó con la regla de San Agustín. Cuatro meses más tarde, murió el Pontífice. Santa Brígida escribió tres veces a su sucesor, Gregorio XI, que estaba en Aviñón, conminándole a trasladase a Roma. Así lo hizo el Pontífice cuatro años después de la muerte de la santa.
En 1371, a raíz de otra visión, Santa Brígida emprendió una peregrinación a los Santos Lugares, acompañada de su hija Catalina, de sus hijos Carlos y Bingerio, de Alfonso de Vadaterra y otros personajes. Ese fue el último de sus viajes. La expedición comenzó mal, ya que en Nápoles, Carlos se enamoró de la reina Juana I, cuya reputación era muy dudosa. Aunque la esposa de Carlos vivía aún en Suecia y el marido de Juana estaba en España; ésta quería contraer matrimonio con él y la perspectiva no desagradaba a Carlos. Su madre, horrorizada ante tal posibilidad, intensificó sus oraciones. Dios resolvió la dificultad del modo más inesperado y trágico, pues Carlos enfermó de una fiebre maligna y murió dos semanas después en brazos de su madre. Santa Brígida prosiguió su viaje a Palestina embargada por la más profunda pena. En Jaffa estuvo a punto de perecer ahogada durante un naufragio Sin embargo durante, la accidentada peregrinación la santa disfrutó de grandes consolaciones espirituales y de visiones sobre la vida del Señor.
A su vuelta de Tierra Santa, en el otoño de 1372, se detuvo en Chipre, donde clamó contra la corrupción de la familia real y de los habitantes de Famagusta quienes se habían burlado de ella cuando se dirigía a Palestina. Después pasó a Nápoles, donde el clero de la ciudad leyó desde el púlpito las profecías de Santa Brígida, aunque no produjeron mayor efecto entre el pueblo.
La comitiva llegó a Roma en marzo de 1373. Brígida, que estaba enferma desde hacía algún tiempo, empezó a debilitarse rápidamente, y falleció el 23 de julio de ese año, después de recibir los últimos sacramentos de manos de su fiel amigo, el Padre Pedro de Alvastra. Tenía entonces setenta y un años. Su cuerpo fue sepultado provisionalmente en la iglesia de San Lorenzo in Panisperna. Cuatro meses después, Santa Catalina y Pedro de Alvastra condujeron triunfalmente las reliquias a Vadstena, pasando por Dalmacia, Austria, Polonia y el puerto de Danzig.
Santa Brígida, cuyas reliquias reposan todavía en la abadía por ella fundada, fue canonizada en 1391 y es la patrona de Suecia.
Visiones y escritos
Uno de los aspectos más conocidos en la vida de Santa Brígida, es el de las múltiples visiones con que la favoreció el Señor, especialmente las que se refieren a los sufrimientos de la Pasión y a ciertos acontecimientos de su época. Por orden del Concilio de Basilea, el Juan de Torquemada, quien fue más tarde cardenal, examinó el libro de las revelaciones de la santa y declaró que podía ser muy útil para la instrucción de los fieles; pero tal aprobación encontró muchos opositores. Por lo demás; la declaración de Torquemada significa únicamente que la doctrina del libro es ortodoxa y que las revelaciones no carecen de probabilidad histórica.
El Papa Bcnedicto XIV, entre otros, se refirió a las revelaciones de Santa Brígida en los siguientes términos: "Aunque muchas de esas revelaciones han sido aprobadas, no se les debe el asentimiento de fe divina; el crédito que merecen es puramente humano, sujeto al juicio de la prudencia, que es la que debe dictarnos el grado de probabilidad de que gozan para que crearnos píamente en ellas."
Santa Brígida, con gran sencillez de corazón, sometió siempre sus revelaciones a las autoridades eclesiásticas y, lejos de gloriarse por gozar de gracias tan extraordinarias, las aprovechó como una ocasión para manifestar su obediencia y crecer en amor y humildad. Si sus revelaciones la han hecho famosa, ello se debe en gran parte a su virtud heroica, consagrada por el juicio de la Iglesia.
El libro de sus revelaciones fue publicado por primera vez en 1492.
Las brigidinas tienen unas lecciones de maitines tomadas de sus revelaciones sobre las glorias de María, conocidas con el nombre de "Sermo Angelicus", en recuerdo de las palabras del Señor a la santa: "Mi ángel te comunicará las lecciones que las religiosas de tus monasterios deben leer en maitines, y tú las escribirás tal como él te las dicte".
Ver y oír para amar
Santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17. Jueves XVI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, quiero escucharte. Habla, te escucho.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús sus discípulos y le preguntaron: “¿Por qué les hablas en parábolas?” Él les respondió: “A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los cielos; pero a ellos no. Al que tiene se le dará más y nadará en la abundancia; pero al que tiene poco, aun eso poco se le quitará. Por eso les hablo en parábolas, porque viendo no ven y oyendo no oyen ni entienden.
En ellos se cumple aquella profecía de Isaías que dice: Ustedes oirán una y otra vez y no entenderán; mirarán y volverán a mirar, pero no verán; porque este pueblo ha endurecido su corazón, ha cerrado sus ojos y ha tapado sus oídos, con el fin de no ver con los ojos ni oír con los oídos, ni comprender con el corazón. Porque no quieren convertirse ni que yo los salve.
Pero, dichosos ustedes, porque sus ojos ven y sus oídos oyen. Yo les aseguro que muchos profetas y muchos justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron y oír lo que ustedes oyen y no lo oyeron”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Es en la oración en donde encontramos el mejor lugar para acercarnos a Jesús. Prestemos atención en que debemos acercarnos como lo que somos, discípulos. Seamos como el discípulo amado, recostémonos en el pecho del Señor y, en intimidad con Él, preguntemos: ‘Por qué me hablas en parábolas, es decir, en ocasiones no logró entenderte cuando me hablas.’ Después de expresarle nuestras dudas e inquietudes, demos lugar al silencio. Miremos al crucificado, contemplemos sus llagas y ese corazón traspasado por nuestros pecados. Un corazón que arde de amor por nosotros y no hace más que recibir ingratitudes y desprecios por parte de los hombres.
Acabada la contemplación, escucha su respuesta: A ti se te ha dado a conocer los misterios del Reino, tú, querida alma piadosa, eres dichosa, pues tus ojos ven y tus oídos oyen lo que muchos quisieran ver y oír: un Dios que muere por amor a ti. Recuerda que todo el que me ve, ve al Padre; todo el que me oye, oye al Padre. En pocas palabras, tú ves y oyes lo que muchos quieren ver y oír: un Padre que te ama.
«Para hablar a esta alma que es profunda, para hablar a la Latinoamérica profunda, a la Iglesia no le queda otro camino que aprender continuamente de Jesús. Dice el Evangelio que hablaba sólo en parábolas. Imágenes que involucran y hacen partícipes, que transforman a los oyentes de su Palabra en personajes de sus divinos relatos. El santo Pueblo fiel de Dios en América Latina no comprende otro lenguaje sobre Él. Estamos invitados a salir en misión no con conceptos fríos que se contentan con lo posible, sino con imágenes que continuamente multiplican y despliegan sus fuerzas en el corazón del hombre, transformándolo en grano sembrado en tierra buena, en levadura que incrementa su capacidad de hacer pan de la masa, en semilla que esconde la potencia del árbol fecundo». (Discurso de S.S. Francisco, 7 de septiembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Gracias por tus palabras, ahora sí que hablas claro. Dame vida para dedicarme a responder, en la medida de mis fuerzas, a aquella petición de tu dulcísimo y amabilísimo corazón: al menos tú ámame. Sí, eso busco, amarte sobre todas las cosas y en todas las cosas. Dame vida para amarte para que amándote pueda vivir.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En un momento del día, diré a Jesús que lo quiero.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Qué importante es saber oír con los ojos...
¿A quién de nosotros no le es difícil platicarle algo a alguien sin que ésta nos voltee a ver?
Los niños suelen ser ocurrentes, ven las cosas desde un punto de vista especial. La sencillez creo que es una de sus características más admirables. ¿Quién no ha sido cuestionado por algún pequeñín y se ha quedado sin palabras al darse cuenta de que no sabe cómo responder a tan sencilla pregunta?.
Y de ellos se pueden sacar grandes lecciones. Una de ellas la aprendí de una historia contada en un libro titulado: "Ten un poco de fe", donde Mitch Albom, el autor, narra los encuentros que tuvo con su antiguo rabino, Albert Lewis, años antes de morir. En el libro, Mitch rescata una de las historias que contó el Rebe (como él lo llamaba) en un sermón de 1958. Me permito compartirla con ustedes:
Una niña pequeña volvió de la escuela con un dibujo que había hecho en clase. Entró dando saltos a la cocina, donde su madre estaba preparando la cena.
–¿Sabes qué, mamá? –gritó la niña agitando el dibujo.
Su madre no levantó la mirada.
–¿Qué? ––le dijo, mientras se ocupaba de las cazuelas.
–¿Sabes qué? ––repitió la niña agitando el dibujo.
–¿Qué? ––volvió a decir la madre atareada con los platos.
–No me estás escuchando, mamá.
–Sí, mi vida, claro que te escucho.
–No, mamá ––repuso la niña––, no me estás escuchando con los ojos.
Para esta niña escuchar no significaba oír, significaba poner atención. Era muy sencillo: "si no me ve, no me escucha".
¿A quién de nosotros no le es difícil platicarle algo a alguien sin que ésta nos voltee a ver? ¿O peor aún, cuando ésta está viendo su celular?
Hoy en día es muy difícil escuchar correctamente al otro porque escuchar implica tiempo, implica dejar lo que estoy haciendo para centrar mi atención en el otro; implica dejar mi egoísmo, salir de mí mismo para ir al encuentro del otro.
Escuchar es permitir que la otra persona comparta algo de ella: alguna experiencia, alguna idea, alguna vivencia, volviéndonos parte de su vida.
Cuando realmente se disfruta una canción es cuando se le pone atención, cuando uno se concentra para poder escucharla, para poder sentir con ella. Así pasa en una conversación; cuando las personas están atentas a lo que el otro dice, a lo que el otro está compartiendo, es cuando las conversaciones se gozan.
Las relaciones personales que desarrollamos en nuestra vida se fundan básicamente en esto: escuchar y compartir. Creo que el hecho de que los humanos tengamos dos oídos y solo una boca creo que es muy significativo. Además, ahí está la alegría, en abrirnos a los demás, en atenderles y ayudarles.
Me llama la atención que sean los niños, los más pequeños de la sociedad, los que nos hacen ver las cosas de la manera en que son: sencillas.
"No, mamá, no me estás escuchando con los ojos".
Escuchar para reconciliarse
Campaña del Papa apoyando a los migrantes.
El mensaje del Papa Francisco para la 106º Jornada Mundial del Migrante y el Refugiado, que se celebrará el 27 de septiembre, está dedicado al drama de los desplazados internos, "un drama a menudo invisible", afirma el Pontífice, que la crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19 ha agravado ya que "en sus rostros se refleja el de Jesús refugiado". De ahí que el lema escogido sea “Como Jesucristo, obligados a huir. Acoger, proteger, promover e integrar".
En este contexto, presentamos el tercer video de la campaña de comunicación de la Sección de Migrantes y Refugiados del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral con las palabras del Papa grabadas para la ocasión por Vatican Media, que nos invitan a "escuchar para reconciliarse".
En este video escuchamos el testimonio de vida de Sarah, perteneciente al pueblo de Dogorî, Shingal (Iraq), quien tuvo que huir para sobrevivir. Desplazada internamente, explica cómo el trabajo en equipo y la aceptación mutua pueden crear un futuro más prometedor y una coexistencia pacífica entre personas de diferentes religiones.
Es por ello que el Santo Padre nos invita a una escucha atenta y humilde a través de la cual podemos reconciliarnos verdaderamente.
Durante este tiempo de preparación para la Jornada Mundial, la Sección de Migrantes y Refugiados continúa animando a que se envíen testimonios escritos, multimedia y fotografías de las Iglesias locales y otras entidades católicas que presentan un compromiso común con la atención pastoral de los desplazados internos.
9 consejos del Papa para un matrimonio feliz
Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. aquí los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios.
El 14 de febrero de 2014 el Vaticano se convirtió en la capital de los novios: miles de parejas de diferentes países abarrotaron la plaza de san Pedro para un encuentro con el Papa Francisco quien de ese modo quiso saludar y acompañar a todos aquellos que se preparan para el matrimonio. Tres parejas le formularon algunas preguntas al Santo Padre. He tematizado las respuestas y les ofrezco los nueve consejos que el Papa Francisco dio a los novios. Consejos ágiles, realistas y positivos que valen también para quienes ya están casados (la numeración y el titular antes de cada consejo es nuestro):
1. La casa se construye juntos
“el amor es una relación , entonces es una realidad que crece, y podemos incluso decir, a modo de ejemplo, que se construye como una casa. Y la casa se construye juntos, no solos. Construir significa aquí favorecer y ayudar el crecimiento. Queridos novios, vosotros os estáis preparando para crecer juntos, construir esta casa, vivir juntos para siempre.
No queréis fundarla en la arena de los sentimientos que van y vienen, sino en la roca del amor auténtico, el amor que viene de Dios. La familia nace de este proyecto de amor que quiere crecer como se construye una casa, que sea espacio de afecto, de ayuda, de esperanza, de apoyo. Como el amor de Dios es estable y para siempre, así también el amor que construye la familia queremos que sea estable y para siempre. Por favor, no debemos dejarnos vencer por la ‘cultura de lo provisional’. Esta cultura que hoy nos invade a todos, esta cultura de lo provisional. ¡Esto no funciona!”.
2. Cómo perder el miedo al “para siempre”: una cuestión de calidad
“¿cómo se cura este miedo del ‘para siempre’? Se cura día a día, encomendándose al Señor Jesús en una vida que se convierte en un camino espiritual cotidiano, construido por pasos, pasos pequeños, pasos de crecimiento común, construido con el compromiso de llegar a ser mujeres y hombres maduros en la fe. Porque, queridos novios, el «para siempre» no es sólo una cuestión de duración. Un matrimonio no se realiza sólo si dura, sino que es importante su calidad. Estar juntos y saberse amar para siempre es el desafío de los esposos cristianos. Me viene a la mente el milagro de la multiplicación de los panes: también para vosotros el Señor puede multiplicar vuestro amor y donarlo a vosotros fresco y bueno cada día. ¡Tiene una reserva infinita de ese amor! Él os dona el amor que está en la base de vuestra unión y cada día lo renueva, lo refuerza. Y lo hace aún más grande cuando la familia crece con los hijos”.
3. La oración que deben rezar los novios y de los esposos
“En este camino es importante y necesaria la oración, siempre. Él para ella, ella para él y los dos juntos. Pedid a Jesús que multiplique vuestro amor. En la oración del Padrenuestro decimos: ‘Danos hoy nuestro pan de cada día’. Los esposos pueden aprender a rezar también así: ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’, porque el amor cotidiano de los esposos es el pan, el verdadero pan del alma, el que les sostiene para seguir adelante. Y la oración: ¿podemos ensayar para saber si sabemos recitarla? ‘Señor, danos hoy nuestro amor de cada día’. Ésta es la oración de los novios y de los esposos. ¡Enséñanos a amarnos, a querernos! Cuanto más os encomendéis a Él, tanto más vuestro amor será «para siempre», capaz de renovarse, y vencerá toda dificultad”.
4. Aprender a pedir permiso
“¿Puedo, permiso?”. Es la petición gentil de poder entrar en la vida de otro con respeto y atención. Es necesario aprender a preguntar: ¿puedo hacer esto? ¿Te gusta si hacemos así, si tomamos esta iniciativa, si educamos así a los hijos? ¿Quieres que salgamos esta noche?... En definitiva, pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Pero escuchad bien esto: saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Y no es fácil, no es fácil. A veces, en cambio, se usan maneras un poco pesadas, como ciertas botas de montaña. El amor auténtico no se impone con dureza y agresividad. En las Florecillas de san Francisco se encuentra esta expresión: ‘Has de saber, hermano carísimo, que la cortesía es una de las propiedades de Dios... la cortesía es hermana de la caridad, que extingue el odio y fomenta el amor’ (Cap. 37). Sí, la cortesía conserva el amor. Y hoy en nuestras familias, en nuestro mundo, a menudo violento y arrogante, hay necesidad de mucha más cortesía. Y esto puede comenzar en casa”.
5. Aprender a decir gracias
“Gracias”. Parece fácil pronunciar esta palabra, pero sabemos que no es así. ¡Pero es importante! La enseñamos a los niños, pero después la olvidamos. La gratitud es un sentimiento importante: ¿recordáis el Evangelio de Lucas? Una anciana, una vez, me decía en Buenos Aires: ‘la gratitud es una flor que crece en tierra noble’. Es necesaria la nobleza del alma para que crezca esta flor. ¿Recordáis el Evangelio de Lucas? Jesús cura a diez enfermos de lepra y sólo uno regresa a decir gracias a Jesús. Y el Señor dice: y los otros nueve, ¿dónde están? Esto es válido también para nosotros: ¿sabemos agradecer? En vuestra relación, y mañana en la vida matrimonial, es importante tener viva la conciencia de que la otra persona es un don de Dios, y a los dones de Dios se dice ¡gracias!, siempre se da gracias. Y con esta actitud interior decirse gracias mutuamente, por cada cosa. No es una palabra gentil que se usa con los desconocidos, para ser educados. Es necesario saber decirse gracias, para seguir adelante bien y juntos en la vida matrimonial.
6. Aprender a pedir perdón
“En la vida cometemos muchos errores, muchas equivocaciones. Los cometemos todos. Pero tal vez aquí hay alguien que jamás cometió un error. Levante la mano si hay alguien allí, una persona que jamás cometió un error. Todos cometemos errores. ¡Todos! Tal vez no hay un día en el que no cometemos algún error. La Biblia dice que el más justo peca siete veces al día. Y así cometemos errores... He aquí entonces la necesidad de usar esta sencilla palabra: «perdón». En general, cada uno de nosotros es propenso a acusar al otro y a justificarse a sí mismo. Esto comenzó con nuestro padre Adán, cuando Dios le preguntó: ‘Adán ¿tú has comido de aquel fruto? ‘. ‘¿Yo? ¡No! Es ella quien me lo dio». Acusar al otro para no decir ‘disculpa’, ‘perdón’. Es una historia antigua. Es un instinto que está en el origen de muchos desastres. Aprendamos a reconocer nuestros errores y a pedir perdón. ‘Perdona si hoy levanté la voz’; ‘perdona si pasé sin saludar’; ‘perdona si llegué tarde’, ‘si esta semana estuve muy silencioso’, ‘si hablé demasiado sin nunca escuchar’; ‘perdona si me olvidé’; ‘perdona, estaba enfadado y me la tomé contigo’. Podemos decir muchos ‘perdón’ al día. También así crece una familia cristiana. Todos sabemos que no existe la familia perfecta, y tampoco el marido perfecto, o la esposa perfecta. No hablemos de la suegra perfecta... Existimos nosotros, pecadores. Jesús, que nos conoce bien, nos enseña un secreto: no acabar jamás una jornada sin pedirse perdón, sin que la paz vuelva a nuestra casa, a nuestra familia. Es habitual reñir entre esposos, porque siempre hay algo, hemos reñido. Tal vez os habéis enfadado, tal vez voló un plato, pero por favor recordad esto: no terminar jamás una jornada sin hacer las paces. ¡Jamás, jamás, jamás! Esto es un secreto, un secreto para conservar el amor y para hacer las paces. No es necesario hacer un bello discurso. A veces un gesto así y... se crea la paz. Jamás acabar... porque si tú terminas el día sin hacer las paces, lo que tienes dentro, al día siguiente está frío y duro y es más difícil hacer las paces. Recordad bien: ¡no terminar jamás el día sin hacer las paces! Si aprendemos a pedirnos perdón y a perdonarnos mutuamente, el matrimonio durará, irá adelante. Cuando vienen a las audiencias o a misa aquí a Santa Marta los esposos ancianos que celebran el 50° aniversario, les pregunto: «¿Quién soportó a quién?» ¡Es hermoso esto! Todos se miran, me miran, y me dicen: ‘¡Los dos!’ Y esto es hermoso. Esto es un hermoso testimonio”.
7. Ver el matrimonio como una fiesta
“el matrimonio es una fiesta, una fiesta cristiana, no una fiesta mundana. El motivo más profundo de la alegría de ese día nos lo indica el Evangelio de Juan: ¿recordáis el milagro de las bodas de Caná? A un cierto punto faltó el vino y la fiesta parecía arruinada. Imaginad que termina la fiesta bebiendo té. No, no funciona. Sin vino no hay fiesta. Por sugerencia de María, en ese momento Jesús se revela por primera vez y hace un signo: transforma el agua en vino y, haciendo así, salva la fiesta de bodas. Lo que sucedió en Caná hace dos mil años, sucede en realidad en cada fiesta de bodas: lo que hará pleno y profundamente auténtico vuestro matrimonio será la presencia del Señor que se revela y dona su gracia. Es su presencia la que ofrece el «vino bueno», es Él el secreto de la alegría plena, la que calienta verdaderamente el corazón. Es la presencia de Jesús en esa fiesta. Que sea una hermosa fiesta, pero con Jesús. No con el espíritu del mundo, ¡no! Esto se percibe, cuando el Señor está allí”.
8. Las bodas deben ser sobrias
“que vuestro matrimonio sea sobrio y ponga de relieve lo que es verdaderamente importante. Algunos están más preocupados por los signos exteriores, por el banquete, las fotos, los vestidos y las flores... Son cosas importantes en una fiesta, pero sólo si son capaces de indicar el verdadero motivo de vuestra alegría: la bendición del Señor sobre vuestro amor. Haced lo posible para que, como el vino de Caná, los signos exteriores de vuestra fiesta revelen la presencia del Señor y os recuerden a vosotros y a todos los presentes el origen y el motivo de vuestra alegría”.
9. El matrimonio supone un trabajo de los dos
“El matrimonio es también un trabajo de todos los días, podría decir un trabajo artesanal, un trabajo de orfebrería, porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a su esposa y la esposa tiene la tarea de hacer más hombre a su marido. Crecer también en humanidad, como hombre y como mujer. Y esto se hace entre vosotros. Esto se llama crecer juntos. Esto no viene del aire. El Señor lo bendice, pero viene de vuestras manos, de vuestras actitudes, del modo de vivir, del modo de amaros. ¡Hacernos crecer! Siempre hacer lo posible para que el otro crezca. Trabajar por ello. Y así, no lo sé, pienso en ti que un día irás por las calles de tu pueblo y la gente dirá: ‘Mira aquella hermosa mujer, ¡qué fuerte!...’. ‘Con el marido que tiene, se comprende’. Y también a ti: ‘Mira aquél, cómo es’. ‘Con la esposa que tiene, se comprende’. Es esto, llegar a esto: hacernos crecer juntos, el uno al otro. Y los hijos tendrán esta herencia de haber tenido un papá y una mamá que crecieron juntos, haciéndose —el uno al otro— más hombre y más mujer”.
Rezando el rosario en un autobús. Cosas que pueden pasar
No dejemos de rezar en ningún momento, aun así cuando vamos caminando, viajando o cuando vamos a dormir
Una de las formas más populares y reconocibles de oración en la iglesia católica es el rezo del Santo Rosario.
Los católicos consideramos que el rosario es un ejercicio piadoso que combina oración vocal y la contemplativa y puede realizarse en cualquier parte que se crea conveniente.
A continuación, una experiencia personal de un Sacerdote rezando el Rosario en un autobús.
Antes de ser misionero yo no acudía mucho a misa, pero un día tome la decisión y comencé a participar. Acudía todos los domingos a la parroquia del Sagrado Corazón en LosÁngeles California.
Miraba a mucha gente ir en familia y a solas. Algunas veces me gustaba tanto la misa que me quedaba hasta tres seguidas en un mismo domingo. No era el único, no falta la viejecita que se queda a dos o tres misas también para rezar por la familia o por sus diferentes necesidades.
Ahí conocí a una, era seria y fría en su mirada. Pronto me ubicó y un día de tantos se me acercó. Pero había un pequeño problema, ella era italiana y no hablaba mucho español y yo no hablaba ni inglés ni italiano.
A señas y a medias palabras entre inglés, español e italiano platicamos algunas cosas. Tanto a ella como a mí nos gustaba llegar con mucho tiempo de anticipación. Yo perfeccioné mi inglés y pude entenderle mejor.
Un día, ella me regaló un rosario. Yo no sabía cómo se rezaba y se lo dije. El otro día, me regaló un tríptico, una hoja donde se explicaba cómo rezarlo en español.
Así empecé. Lo hacía a escondidas cuando iba por la calle. Tenía miedo a la burla. De mi casa a mi trabajo, en las mañanas, cuando estaba en el parque o antes de dormir rezaba. Siempre con miedo a la crítica.
Sorpresa rezando el Rosario en el autobús
Un día en la mañana cuando me dirigía a mi trabajo mire que mi acompañante de asiento en el autobús se escondía un poco para leer un pequeño libro que apenas cabía en sus manos.
Mi curiosidad fue tanta que me doble un poco hacia atrás para ver qué era lo que leía. Me alegre al ver el título de su librito: "Santo rosario". Yo no pude más que sonreír para mis adentros. Me alegré como cuando encontramos a un familiar después de mucho tiempo.
Me sentía identificado. Yo abrí un poco mi puño y vi mi rosario y el número de cuenta que llevaba.
La estación donde yo bajaba estaba ya cerca y antes de ponerme de pie para bajarme del autobús le di un pequeño codazo a mi acompañante (que dicho sea de paso no conocía pero desde ese momento me sentí unido a él) volteó a mirarme como sorprendido y nervioso por sentirse descubierto.
Le mostré lo que llevaba en mi mano. No me detuve a ver la expresión de su rostro pero espero y haya sido como la mía.
Infinita alegría al sentirme unido con otra persona que rezaba el rosario en el mismo momento, en mismo autobús con un mismo corazón.
La oración nos une y nos hace hermanos unos con otros.
No dejemos de rezar en ningún momento, aun así cuando vamos caminando, viajando o cuando vamos a dormir. Cuando se reza nos enlazamos con Dios
6. Guadalupe
Soltera para siempre
6.- GUADALUPE
SOLTERA PARA SIEMPRE
“…mi vida va a seguir siendo de este modo,
y tengo que aceptar este estado de soltera para siempre.
Hasta hace unos días me negaba a reconocerlo,
pero ahora lo estoy aceptando.
Tengo que pedir mucho a Dios y a la Mater
para que me dé la santa paciencia y alegría.
Siento que por mí misma no lo voy a lograr,
que es una gracia
y tengo que rogar para recibirla...”
1. Estimado Padre:
Muchas gracias por su pronta y consoladora respuesta.
La convicción mía (quizás ilusa) de que él era mi futuro esposo me vino en el mismo momento de escuchar en mi interior esas misteriosas palabras “sí, él, pero no para ahora”. Lo comprendí todo de inmediato y sentí un estremecimiento en el alma. La tranquilidad todavía me dura, pero la Eva que hay dentro de mí, que quiere que todo suceda ya y se impacienta, me quita la paz. Creo que el Señor me quiere purificar en el abandono a su santa voluntad. Sí, leí su libro y él también.
En su libro usted caracteriza a la mujer como la divina providencia y como una diosa que no es diosa pero todo lo quiere controlar como si lo fuese. Yo soy tal cual. Dios me está dando una gran lección con esto, tengo que dejar de preocuparme del futuro, y vivir con amor el presente. Por haber querido controlar o disponer todo en mi vida la ha afeado y he olvidado que el que hace bellas todas las cosas en Cristo.
Unos de los reclamos de él es que él necesita que lleguen al interior de su alma conocerlo profundamente. A mí esto me causa confusión porque creo conocerlo, y nuestras charla son profundas. Por momento me da un poco de miedo ir más allá, o puede ser que no me he dado cuenta de cómo hacerlo. Él tampoco me da muchas pistas y he creído que como nuestras charlas son tan profundas... Yo le dije un día, no somos adivinas y si bien nos damos cuenta de las cosas, hay otras que se nos escapan. Él está pasando por un momento de prueba y de cambios.
Desde hace tiempo siento en mi interior que hay un velo, como usted dice, que no le deja verme, como si el amor que él busca fuera desde la carne, y a la vez siento lo mismo con respecto de mí. Espero que el Señor no purifique a los dos en este amor para poder ser dignos de los que Él quiera encomendarnos a los dos.
Quiero ser paciente y esperar. Gracias padre por aclararme esta duda, no sabe lo feliz que me hace. Seguro que lo voy a tener al tanto y le seguiré consultando dudas.
Me acojo a su bendición y que el Señor haga su obra. Guadalupe
Mi respuesta
Querida Guadalupe:
Es bueno que te des cuenta de la lucha interior por la que quieres esperar pero no puedes esperar y quisiera que se diera todo ¡ya!, según tu voluntad.
El alma de un varón, comparada con la de una mujer, es super simple. Por eso, no es raro que el varón se sienta algo amedrentado ante el abismo y la profundidad femenina, y prefiera que lo miren a él, por miedo a asomarse a ella. Quedarse un poco afincado en una condición de niño que reclama que mamá lo atienda.
Quizás lo que él tenga que superar, sea precisamente ese ego-centrismo, por el cual quiere que la amiga se ocupe de él, y él aún no se anima a asomarse al alma de la amiga, ni ponerle el oído. Quizás, el velo para verte, pueda ser un velo de temor. Que no le deja verte, porque tiene miedo de verte.
La superioridad anímica de la mujer, a veces, amedrenta al varón, que entonces, busca una mujer de apariencia más sencilla, más elemental, que no lo haga sentirse amenazado por la superioridad espiritual de la futura esposa. Quiere poder dominar, por miedo a ser superado y dominado. Quiere poder entrar en la torre, sin encontrarse con la princesa.
Por eso, con la amiga que él reconoce superior, se anima a "coquetear" a desafiarla a que lo interpretes. ¡Tú a él! cuando debería ser él, quien fuese capaz de entenderte e interpretarte. Reclama que hagas tú lo que tendría que animarse a hacer él contigo, pero aventuro a pensar que no se anima por verte demasiado superior. Por eso te pide a ti que lo hagas con él. Y en eso manifiesta su evaluación interior de su propia inferioridad y la superioridad tuya.
La mujer no se da cuenta a veces de cuánto puede ella, con su naturaleza, amedrentar al varón; de cuán superior puede verla él, y de cuánto le cuesta vencer sus timideces con ella en el trato.
Por eso, quizás, él preferiría casarse con una mujer menos superior, menos espiritual, que pudiera amar "desde la carne". Que fuera más madre y menos esposa. En ese terreno piensa que sin ser más, puede dirigirla poniéndola a satisfacer sus reclamos. Se engaña.
Quizás sea algo así lo que vela ante ti los ojos de ese chico, que teme menos a la mujer según la carne, que a la mujer según el espíritu. Ésta le parece demasiado superior. Está bien de amiga, en una relación recíprocamente no comprometida, que se pueda tomar o dejar, pero bajo cuyo yugo no se pone el cuello para que lo aten... ni siquiera para tirar juntos del mismo yugo. ¿Quizás teme que ella saldría corriendo y llevándolo de arrastro, poniendo de manifiesto la propia debilidad que tanto humilla al varón y teme tomar ante los ojos? Intuyo que por ahí que vaya, la veta, aún carnal, de ese chico.
Que el Señor te ilumine para que desde esta amistad, que apunta a la matrimonial (que ya es matrimonial antes del matrimonio, porque a él está destinada) y que recibirá la asistencia de la gracia, lo ayudes a que él te vaya perdiendo el miedo y a dejar de vivir a la defensiva contigo; a no seguir prefiriendo encontrar una mujer subordinable a sus reclamos. A no temer tanto a la que teme que podrá dominarlo... o que podrá ser demasiado superior, demasiado exigente en la relación matrimonial, para lo bajo que, en el fondo, siente de sí mismo. Hay una jactancia, una autosuficiencia, una soberbia propia del varón que oculta el miedo ante la mujer.
Ante ella se siente amedrentado y amenazado por la "devoración" de que teme lo haga objeto. No olvides que la primera mujer con que trata un varón es ¡su madre! ¡La diosa madre, pero la omniprovidente!
Mientras la niña se rebela más fácilmente contra su madre y se aparta y separa de ella, el varón tiende a quedar bajo la impresión de la sobrehumanidad omniprotectora y omniprovidente de la figura materna. Por un lado preferiría casarse con una mujer tipo "hermana" antes que con una superior tipo "mamá", una supermadura... Por otro lado quisiera encontrar en la esposa la solicitud y la servicialidad de su mamá, pero sin la sujeción sometedora.
Quiero referirme todavía a otro punto de tu mail donde hablando de ti misma dices:
"Desde hace tiempo siento en mi interior que hay un velo, como usted dice, que no le deja verme, como si el amor que él busca fuera desde la carne, y a la vez siento lo mismo con respecto de mi. Espero que el Señor no purifique a los dos en este amor"
Quiero referirme especialmente al "siento lo mismo con respecto de mí". "Lo mismo" en que el amor "sea desde la carne". Para el varón el "desde la carne" significa desde la posesividad física sin respectiva posesión espiritual por parte de la esposa. Para la esposa, "desde la carne" significa en realidad, desde el alma, desde el deseo de ser amada y de poseer afectivamente al que la ama. Ser la única para él.
Creo que superar este "desde la carne" en la mujer debe pasar por sanarse de la posesividad afectiva y dedicarse a enaltecer al varón. No para arroparlo en amor de madre ni para inflarlo en vana soberbia, sino para que pueda mirar a los ojos sus miedos, sus sentimientos de inferioridad, sobrecompensados con mecanismos de defensa.
Ella debe ser admirada por su capacidad de amar y ayudada a vencer los miedos, iras y tristezas que le amargan su amor.
El necesita ser sanado de las heridas que debe producirse en la lucha con la tierra, con el mundo, con los demás hombres.
Ella debe comportarse como una dama y hacer de él un caballero...,
No pretendo que todas estas reflexiones se apliquen a tu situación. Son más bien consideraciones generales que barajo como hipótesis para que veas si te pueden abrir los ojos para la observación... Bendiciones y teneme al tanto.
Padre Horacio
2. Querido Padre:
¡Él es tal cual el hombre que Usted describe! Ya lo había comentado yo con una amiga. Las mujeres que son fuertes y espirituales lo amedrentan. Es algo que yo había notado hace tiempo. Pero no sé como traspasar esta brecha, no quiero perderlo, es un hombre muy bueno, y en verdad estoy enamorada, lo puedo asegurar porque he pasado por muchas pruebas, lo conozco mucho, sus virtudes, y sus defectos. Deme un consejo, ¿cómo hago para mantener un vínculo con él desde la lejanía?
Le cuento que el otro día le presentaros una chica que no tenía nada en común con él. Ella juega al fútbol, habla sólo de fútbol. La chica no le gustó para nada. No tienen punto en común él. Cuando lo contaba, riéndose, por lo rara de la reunión, yo sentí mucha rabia y pensé: ¿por qué busca tan lejos lo que tiene tan cerca?
Se lo digo porque esto me recuerda lo que usted me dice, de que busca una mujer a la que pueda dominar. Con respecto a su mamá: ella es una mujer muy fuerte y dominante, es una gran mujer pero ella suele tratar de dominarlo.
Un detalle importante: él tiene un hermano gemelo, con el que tiene una relación muy estrecha. Una de las causas de que se volviera a ir a Buenos Aires es que quería separarse de su hermano, que también lo dominaba. A mí me dolió mucho su partida, pero creo que es lo mejor para él. Todo lo que me dice Usted de él y de mí es tal cual Usted nos describe.
Podría ponerle nuestros nombres al hombre y la mujer que describe en su libro "La casa sobre roca" ja ja ja!
Ahora me encuentro en un problema: ¿qué hacer? Lo que me viene a la mente en este momento es que tengo que seguir siendo su amiga, y rezar mucho. Pero ¿qué me dice usted que haga? Creo que es providencial que le haya escrito y que me pueda aconsejar en esto.
Tengo miedo de que él siga de largo y no me vea. Que pase de largo sin ver el amor que le tengo.
Con respecto a mí. Mi amor es muy posesivo, y como usted dice " deseo ser la única para él". Pero es cierto que este desprendimiento por su partida me ha servido para desprenderme y purificar mi amor. A pesar de que sea duro, acepto la purificaciones que Dios me envía. Yo le pedí a mi Madre la Virgen que purificara mi amor hacia él.
Otra cosa se me viene a la mente. Él se sorprende de que yo siempre vea el lado bueno de todo, incluso de las pruebas. La sensación es como que ante mi fortaleza ante las contrariedades, él no tiene nada que hacer para protegerme. Pero, entonces ¿qué hago? ¿Me hago la débil? ¿Cómo encaro esta situación?
Padre hay algo de mi amigo que no le he dicho. Él es una persona muy abierta, muy sociable, afable, cae bien a todos, tiene muchos amigos y amigas, y busca comunicarse con todos, no le gusta estar solo, busca siempre compañía. ¿Podrá ser que ese deseo de ser entendido se lo plantee a todas para ver quién lo pueda comprender?
Yo siento que en la relación estoy haciendo algo que no me compete, como si no fuera natural a mí el tener que ir más allá en el conocimiento, será por eso que si él no lo dice yo no me doy cuenta.
Otra cosa es que todos los que nos ven juntos ven que nos llevamos muy bien, que somos como novios. Esa es la imagen que damos. Pero no por la proximidad física sino por el modo como nos complementamos, ya sea en las ideas, como así también en las cuestiones prácticas.
Una amiga intima me dijo el otro día que él me ha elegido sólo como amiga, no como mujer. Esto me turbó un poco, pero en el fondo de mi alma está esa tranquilidad que me causan las palabras que le comenté. Hay como una certeza interior. Es como si tuviera que esperar aunque no vea cómo se pueda resolver esto. Pienso que Dios quiere que venza esta falta de confianza en la Providencia, y yo quiero confiar. Quiero que Él destruya mi voluntad, como las uvas en el lagar. No me importa sufrir porque quiero ser toda de Dios.
Mi amiga no sabe lo de las palabras que oí en mi interior, que ese chico estaba destinado para mí, ni se las voy a comentar. Bueno Padre quería comentarle esto. Doy gracias a Dios porque me lo ha puesto en mi camino. Rece mucho por mi y por él. Gracias espero su respuesta y mandarme su bendición.
Guadalupe
Mi respuesta
Querida Guadalupe:
Cuando a una le dijo Dios al oído interior: "será pero todavía no": ¿Qué tiene que preguntar acerca de lo que tiene que hacer? Debe más bien tranquilizar sus ansiedades y esperar, poniéndolo todo en la mano del Señor. Dejar al chico en paz, y esperar que madure. Si uno anda tanteando la fruta en el árbol a ver si está madura, la ablanda machucándola, pero no la hace madurar. No lo machuques. Tendrás que esperar a que madure solo. Dale tiempo. Necesita estar solo en Buenos Aires, hasta que empiece a extrañar. Me imagino que tu terror es que allá va a encontrar otra...s. Y ¿dónde queda tu fe en lo que has oído en tu corazón? Si das por nula la palabra de Dios, ¿cómo podrá hablarte? Después te quejarás de que está mudo...
Basta pues de dejarte inquietar. Déjalo todo en la mano de Dios y dedícate a vivir. Cosas prácticas para una eventual vida matrimonial con él o con quien sea. Actos de fe prácticos en la palabra que has oído. Pongo ejemplos: clases de cocina, de economía doméstica, de cuidado del bebé. Prepararte para la maternidad y ser ama de casa. Esos son actos de fe prácticos. Te distraerán, te librarán de la obsesión y... de tus miedos...
Esos sí que son malos consejeros. Las hijas de Eva les creen más fácilmente a los propios miedos que a las profecías, a las palabras e inspiraciones interiores.
Quizás esas cualidades y apertura sociable de él sea para ti fuente de temores e inquietudes, por si se le cruza otra. Renuncia a tener eso bajo tu control, porque es imposible. Y déjaselo al Señor, porque para él es posible.
Jesús en ti confío. A ti te lo confío.
Creo que tampoco debes andar hablando con uno y otro de él y de ti. Basta. Guárdatelo en el corazón. Háblalo con Jesús, con la Virgen, algún santo de tu devoción y nadie más.
Sé mujer creyente y fuerte. Y déjalo a Él también golpearse y sanarse.
Eso es todo, repetido varias veces, para vaya calando en tu corazón...
Padre Horacio
Guadalupe siguió durante meses con problemas de salud y pasó por un estado depresivo. Finalmente el chico se alejó totalmente de ella y ella perdió toda esperanza de que ese vínculo pudiera llegar a algo. Durante todo ese tiempo mantuvimos una correspondencia que no corresponde reproducir aquí. Pero sí lo que sigue.
Luchando con la tristeza
3.¡Hola Padre! ¿Cómo está Usted?
Yo le cuento que no estoy muy bien. Mi psicóloga me pidió que le escribiera, pero me he dejado estar. Le cuento: como Usted ya sabe estoy con depresión y con tratamiento médico. Pero mi terapeuta me dice que mi estado, en parte, se puede deber a una prueba espiritual.
Todo me causa desilusión, pena, hastío. Me siento como si no perteneciera a este mundo. Extraño el Cielo, como si ya hubiera estado allí. Le pido al Padre que me lleve con Él, este mundo es muy triste. Hace unas semanas que estoy en un estado de sequedad, esa es la palabra me siento seca, y a la vez triste, pero no es propiamente tristeza, es como si viera todo de color gris. Para mí todo ha perdido su brillo. Vivo cada momento para Dios ofreciéndole este estado por mis pecados y los de todo el mundo. Además, hay mucha gente que sufre terriblemente, personas cercanas que yo ni sabía. Esto me ha llevado a ofrecer este dolor por ellos.
Le cuento que la Psicóloga me había pedido que le escribiera a Usted y yo no lo había hecho caso porque "no tenía ganas". Me estoy acostumbrando a la idea de que mi vida va a seguir siendo de este modo, y que tengo que aceptar este estado de soltera para siempre. Hasta hace unos días me negaba a reconocerlo, pero ahora lo estoy aceptando. Tengo que pedir mucho a Dios y a la Mater para que me dé la santa paciencia y alegría. Siento que por mí misma no lo voy a lograr, que es una gracia y tengo que rogar para recibirla.
Le cuento que varias veces he pensado que morir sería una solución, no pienso en quitarme la vida, pero tengo miedo de que esta tentación aparezca.
Además, veo mi miseria y la rabia que hay en mi interior.
Le pido que rece mucho por mí, quisiera tener una vida interior estable, sin estos altos y bajos, quisiera tener paz. Pero son muchos los pecados que tengo que reparar, muchas las faltas de amor con que he ofendido al Señor.
Espero su respuesta y ruego su bendición.
Guadalupe
Comentario de Edit Liliana:
Gracias por compartirnos estas vivencias de Guadalupe... La soledad también es un Don, cuando uno aprende a aceptarla y comienza a crecer en ella, al vivir la Comunión con Dios. Bendiciones. Edit Liliana.
De la depresión al gozo
“… viví, desde mi paso por la secundaria,
pendiente de encontrar un hombre para formar un familia,
en el fondo para "ser querida", como dice Usted.
Siento que Dios me ha regalado la gracia de estar libre de este deseo.
Nunca antes me había sentido tan libre de espíritu, desapegada.
En realidad estoy tan bien....
Todo lo que ha pasado en mi vida
ha sido para prepararme para esta gracia”
4. Padre querido
Qué alegría me dio recibir su mail después de tanto tiempo.
Yo estoy bien. Sigo con la terapia psicológica y con los medicamentos de la depresión.
Estoy bien, volví a vivir con mi padre, lo que me ha hecho mucho bien. Tengo mucha tranquilidad en el alma, tengo paz, cosa que antes no tenía. Estoy un poco guardada en mi casa. Vivo en un lugar tranquilo, le dedico mucho tiempo a mis sobrinitos.
Le cuento que trato de crecer en la vida de oración. Dios me está regalando la gracia del abandono a su voluntad y esto me da mucho descanso, aunque pongo todavía resistencia. Trato de vivir el día a día lo mejor que pueda en la presencia del Señor.
Me gusta la soledad donde me encuentro más íntimamente con Dios. Es como si la mirada la tuviera dirigida hacia lo interior de mi alma.
Con respecto al hombre de mis sueños e ilusiones, hace bastante que no tengo noticias suyas y está bueno. El tiempo y la distancia están ayudando a olvidarlo. pero con respecto a este tema, viví, desde mi paso por la secundaria, pendiente de encontrar un hombre para formar un familia, en el fondo para "ser querida", como dice Usted.
Siento que Dios me ha regalado la gracia de estar libre de este deseo. Nunca antes me había sentido tan libre de espíritu, desapegada.
En realidad estoy tan bien. Creo que también ha ayudado el hecho de volver con mi padre, el saberme amada por mi padre en tan plenificador, y eso lo traslado a mi Padre Dios y ni le cuento la alegría que me da. Siento que nada me falta. Todo lo que ha pasado en mi vida ha sido para prepararme para esta gracia y agradezco todo lo sucedido. Además el nacimiento de mis sobrinos, de Laurita, hija de mi hermana, y de Maximino, hijo de mi hermano, han ayudado también. Estoy enamorada de ellos. Son dos cositas tan hermosas, siento un amor por ellos que antes no había experimentado, y es tan plenificador.
Querido Padre soy muy feliz en estos momentos. La visión de la vida me ha cambiado, ya no vivo pensando en lo que no tengo, sino que pongo la mirada en lo valioso de todo lo que poseo, el vivir en gracia, tener mi familia, mis queridos sobrinos, amigos queridos, el amor del Padre, y tantas otras cosas con las que soy regalada todos los días.
Gracias por cuidarme con sus oraciones desde la lejanía. Disculpe la demora en contestarle pero no estoy viendo mis correos muy seguido. Gracias otra vez, y que pase una Santa Navidad y un próspero Año Nuevo. Que la Familia de Nazaret lo guarde y lo colme de bendiciones. Un gran abrazo grande y mándeme su bendición.
Guadalupe
Bendita sea esta experiencia
“…creo que el demonio saca mucho provecho
distrayéndonos con esta terrible tentación.
Esa obsesión por encontrar el hombre para casarnos.
Nos desvía la mirada del Verdadero Amor,
el único que nos plenifica y nos hace felices.
El demonio sabe todo el mal que hace
al apartar nuestro corazón del Verdadero Amor…”
5. ¡Hola Querido Padre! ¡Gracias por alegrarse conmigo!
Sí, yo no tengo ningún inconveniente en que suba mi testimonio al Blog, al contrario, si este testimonio va a servir a tantas mujeres que pasan por lo mismo, bendita sea esta experiencia.
Creo que el demonio saca mucho provecho distrayéndonos con esta terrible tentación. Esta obsesión por encontrar el hombre para casarnos, el hombre que nos quiera. La obsesión de ser queridas. Nos desvía la mirada del Verdadero Amor, el único que nos plenifica y nos hace felices. El demonio sabe todo el mal que hace al apartar nuestro corazón del Verdadero Amor. Yo no soy madre físicamente pero el Señor me ha concedido ser madre espiritualmente de mis sobrinitos, y esto ha contribuido a sanarme, porque me olvido de mí. El Padre Leonardo Castellani dice que la mujer se santifica por la maternidad o por algo semejante, y cuánta verdad tiene. La prueba es necesaria, y creo que el Señor en su infinita bondad me ha bendecido sin yo merecerlo.
Padre Gracias por cuidarme con sus oraciones, le pido que lo siga haciendo. Nada más le pido que cambie los nombres de este testimonio.
Le encomiendo a mi sobrina Laurita que hoy cumple un añito para que el Señor le conceda, que el don de la fe que recibió en el bautismo, crezca y que llegue a alcanzar en esta vida el grado de santidad que el Señor pensó para ella. Además, le encomiendo a mi sobrinito Maximiliano que está con gastroenteritis, tiene once meses, para que se ponga bien, hace varias semana que está sufriendo por esto y no se recupera.
Otra vez gracias. Bendígame Padre.
Guadalupe
El 10 de marzo de 2010, me escribe Guadalupe. Ha recibido una gracia de liberación por la que ahora encuentra su felicidad entregándose a amar a su padre, hermanos, sobrinos y esos afectos le llenan el corazón. Ha descubierto que es más feliz dar que recibir… amor.
6. ¡Hola padre!
Hoy estoy abriendo su mail... perdón por la demora en responderle, abro muy de vez en cuando mi correo. Gracias a Dios este demonio del miedo a la soltería me ha dejado, pero de vez en cuando regresa y me atormenta, pero el Señor se las arregla y lo aleja pronto y me quedo tranquila.
Le cuento que ahora mi sobrinita está con problemas intestinales y le han hecho los estudios para ver si es celíaca, los que van a estar esta semana. Mientras tanto el pediatra le ha cambiado la leche por una deslactosada y se le ha cortado la diarrea, espero que sea problema de la lactosa y nada más. Mi sobrino, que tiene un año y dos meses está hermoso, ya camina como su hermanita, son mis dos soles, me alegran la vida. Mi hermana M. está de 7 meses de embarazo, no sabemos lo que es porque no se ha dejado ver, así que la familia se agranda.
Le cuento que en febrero pasé un gran susto, mi hermano, papá de mi sobrinita, sufrió un problema del corazón, estuvo muy grave en terapias, fue muy difícil la situación. No sé si le conté que somos tres hermanos, mi mamá murió de un infarto cuando yo tenía cinco años. Para mí, como para la familia fue muy duro, yo pedía a Dios que no le pasara a mi sobrina lo que nos pasó a nosotros. Gracias a Dios él está bien, pero los médicos no saben por qué le ha pasado esto y si le puede volver a pasar, no lo han medicado, solo le han dicho que haga vida sana.
Yo tengo miedo que le vuelva a pasar, lo pongo en las manos de Dios, que se haga su voluntad. Sé que vivimos en el amor del Señor, y nos ama a cada uno de modo infinito y quiere nuestra salvación. Pido todos los días para que el Señor nos salve que nos guie por el camino que cada uno tiene marcado para llegar al cielo.
Además, el esposo de mi otra hermana sufrió una quemaduras con agua caliente del radiador del auto, que fueron bastante graves, gracias a Dios él ahora está bien, pero fueron uno momentos de una gran angustia.
Ha sido un inicio de año con varias cosas, y vivo con miedo que les pase algo a alguno de mis familiares, me pongo en las manos de Dios, pero la angustia sigue, quisiera poder protegerlos a todos, pero yo no soy Dios, y El los ama infinitamente más que yo y tiene un plan para cada uno de nosotros, ve Padre, todavía está en mi esa mujer que quiere que todo salga como ella quiere porque piensa que esa es la mejor forma en que pueden suceder las cosas. La diferencia con la Guadalupe de ahora es que ésta trata por todos los medios de silenciar a aquella, y que esta no se empeña en hacer todo lo posible para que las cosas salgan como ella quiere. Lo de ahora es una lucha pasiva, es abandono y confianza.
Bueno querido Padre gracias por sus oraciones, por sus consejos, por tenerme presente en la Santa Misa, por su cariño, el que hace mucho bien.
Me encomiendo a mis oraciones y a mi familia. Un abrazo grande. Bendígame.
Guadalupe
Comentario de Valeria
Veo que ella está muy pendiente de sus sobrinos y del resto de su familia. A pesar de que trata de vencer a Guadalupe que quiere que salga todo a su manera y que por eso se queja un poco, ella de esa forma se realiza como mujer, aunque no como casada, pero sí como madre espiritual.
Creo que el temor de Guadalupe es el temor de muchas mujeres, temor por el que yo alguna vez también pasé. Gracias a Dios hoy tengo mis energías abocadas al trabajo dentro de mi comunidad, sacando provecho de mi soltería. Si Dios me concede que yo me case y tenga una familia en el futuro, ya no podré hacer muchas de las cosas que hoy hago por Él. Es de esta forma en la que yo espero hasta que encuentre a mi futuro esposo. Ojalá ella no decaiga y pueda ser siempre fiel a Dios
Desde el Vaticano: La vacuna contra la covid-19 sea accesible a todos
La Academia Pontificia para la Vida habla contra el acaparamiento de tratamientos médicos durante la pandemia en detrimento de las comunidades y países más pobres.
El covid-19 ha traído tanta desolación al mundo y la Academia para la Vida del Papa pide resistir hasta la búsqueda de una vacuna y de una explicación científica completa de lo que desencadenó la catástrofe.
La Pontificia Academia para la Vida (PAV) aseguró en un documento oficial que la distribución de una vacuna, una vez que esté disponible en el futuro, deberá ser para todos, sin excepciones.
Esta exhortación desde el Vaticano, coincide con la noticia reciente de que la Universidad de Oxford encontró una vacuna que considera ‘segura’ debido a los resultados positivos en el sistema inmune de los más de mil voluntarios que han participado en la experimentación en dos fases.
Precisamente la PAV lanzó la alarma respecto a la incógnita actual de cómo, cuándo y con qué precio deberá distribuirse una vacuna de covid-19. Esto porque existe un peligro concreto de acaparamiento de tratamientos médicos y de vacunas en detrimento de los países y las comunidades más pobres (dentro de los países en desarrollo, como entre naciones ricas y pobres).
En el segundo texto dedicado a las consecuencias de la crisis sanitaria mundial (30 de marzo), la PAV afirma en el nuevo documento “Humana Communitas en la era de la pandemia. Consideraciones intempestivas sobre el renacimiento de la vida”, publicado este 21 de julio de 2020: “El único objetivo aceptable, coherente con una asignación justa de la vacuna, es el acceso para todos, sin excepciones”.
El objetivo es alertar sobre la posibilidad de que los países en desarrollo no tengan acceso a la vacuna sin una debida regulación internacional. Por ello, la PAV destacó que el “conocimiento científico”, en un contexto democrático, debería seguir “normas de igualdad, libertad y equidad”.
En efecto, la valía en términos humanitarios de la vacuna es incalculable pues los datos de nuevos contagios cambian rápidamente, hasta la fecha, hay 15 millones de casos confirmados en el mundo: Estados Unidos tiene 4 millones y América Latina se ha convertido en un nuevo foco: Brasil: 2,2 millones, Perú: 366 mil, México: 362 mil, Chile: 336 mil, Colombia: 218 mil.
Acceso universal a salud de calidad
Mientras en Perú, el oxígeno se ha convertido en instrumento ‘salvavidas’ precioso por su escasez, el Vaticano escribe: “El acceso a una atención de salud de calidad y a los medicamentos esenciales debe reconocerse como un derecho humano universal”, se lee en el documento publicado por la PAV.
Así, insistió en el “acceso universal a las mejores oportunidades de prevención, diagnóstico y tratamiento, más allá de su restricción a unos pocos”.
Investigación científica responsable
Asimismo, el documento del Vaticano exhortó a una “investigación científica responsable”. Por ello, el documento invita a perseguir “el ideal de objetividad controlada, si no totalmente “desapegada”; y el ideal de libertad de investigación, especialmente la libertad de conflictos de intereses”.
En particular, “la libertad de investigación científica no debe incluir la adopción de decisiones políticas en su esfera de influencia”.
“La toma de decisiones políticas y el ámbito de la política en su conjunto mantienen su autonomía frente a la usurpación del poder científico, especialmente cuando éste se convierte en una manipulación de la opinión pública”.
En el texto se renueva el “carácter esencialmente “fiduciario” del conocimiento científico en su búsqueda de resultados socialmente beneficiosos, especialmente cuando el conocimiento se obtiene mediante la experimentación en seres humanos y la promesa de un tratamiento probado en ensayos clínicos”.
Nada de lucro o beneficio privado
La Iglesia Católica insiste para que la búsqueda de una vacuna y los cuidados médicos salgan de la lógica de llenarse los bolsillos de dinero y estrujar la ética, es decir que no se viole la ley natural de la vida, es decir usar en la experimentación embriones o fetos humanos.
“El bien de la sociedad y las exigencias del bien común en el ámbito de la atención de la salud se anteponen a cualquier preocupación por el lucro”.
Y esto – insiste el documento del Vaticano – porque las dimensiones públicas de la investigación no pueden ser sacrificadas en el altar del beneficio privado. Cuando la vida y el bienestar de una comunidad están en juego, el beneficio debe pasar a un segundo plano”.
Espaldarazo del Vaticano a la OMS
Cabe destacar que, al contrario de lo que hacen algunos países, el Vaticano da un espaldarazo al esfuerzo de cooperación internacional para abastecer de vacunas a los países en desarrollo. “En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ocupa un lugar privilegiado”, afirma.
“Esta crisis pone de relieve lo mucho que se necesita una organización internacional de alcance mundial, que incluya específicamente las necesidades y preocupaciones de los países menos adelantados que se enfrentan a una catástrofe sin precedentes”.
El problema es que el covid-19 ha golpeado tan fuerte el mundo que los países más desarrollados luego de encontrar una vacuna pueden estar menos dispuestos a donar vacunas a otros países más pobres.
En este sentido, el Vaticano lamenta la “estrechez de miras de los intereses nacionales” que ha llevado a “muchos países a reivindicar para sí mismos una política de independencia y aislamiento del resto del mundo, como si se pudiera hacer frente a una pandemia sin una estrategia mundial coordinada”.
“Estamos juntos en este desastre”
“La misma falta de interconexión puede observarse en los esfuerzos por desarrollar remedios y vacunas. La falta de coordinación y cooperación se reconoce cada vez más como un obstáculo para abordar el Covid-19.
La conciencia de que estamos juntos en este desastre, y de que sólo podemos superarlo mediante los esfuerzos cooperativos de la comunidad humana en su conjunto, está estimulando los esfuerzos compartidos. El establecimiento de proyectos científicos transfronterizos es un esfuerzo que va en esa dirección”.
Acaparamiento de tratamientos médicos
La posición de la Santa Sede y del papa Francisco es oponerse y denunciar el acaparamiento de tratamientos médicos durante el covid-19. Así ocurrió durante la gripe porcina de 2009, cuando naciones ricas pasaron por encima de otras adquiriendo la producción de la vacuna contra el virus.
De hecho, Estados Unidos ha comprado recientemente el abastecimiento global de remdesivir, una medicina que puede tratar el covid-19. Posición criticada a nivel mundial y llamada: “nacionalismo de tratamiento”.
El documento de la academia de la vida del Papa insiste en que esta actitud en cuestión “se alimenta de una lógica de separación que, para empezar, es menos eficaz contra el Covid-19”.
La pandemia está empeorando las desigualdades
Es decir, ningún país por más potente que sea puede enfrenta solo la crisis: “la desventaja no sólo es de facto corta de miras, sino que también da lugar a un aumento de las desigualdades y a la exacerbación de los desequilibrios de recursos entre los distintos países”.
“Aunque todos, ricos y pobres, son vulnerables al virus, estos últimos están obligados a pagar el precio más alto y a soportar las consecuencias a largo plazo de la falta de cooperación”, sentencia del documento.
“Es evidente que la pandemia está empeorando las desigualdades que ya están asociadas a los procesos de globalización, haciendo que más personas sean vulnerables y estén marginadas, desprovistas de atención sanitaria, empleo y redes de seguridad social”, afirmó la PAV.
El equilibrio ético centrado en el principio de solidaridad En última instancia, el significado moral, y no sólo estratégico, de la solidaridad es el verdadero problema en la actual encrucijada a la que ha de hacer frente la familia humana. La solidaridad conlleva la responsabilidad hacia el otro que está en una situación de necesidad, que se basa en el reconocimiento de que, como sujeto humano dotado de dignidad, cada persona es un fin en sí mismo, no un medio. La articulación de la solidaridad como principio de la ética social se basa en la realidad concreta de una presencia personal en la necesidad, que clama por su reconocimiento. Así pues, la respuesta que se nos pide no es sólo una reacción basada en nociones sentimentales de simpatía; es la única respuesta adecuada a la dignidad del otro que requiere nuestra atención, una disposición ética basada en la aprehensión racional del valor intrínseco de todo ser humano. Como un deber, la solidaridad no viene gratis, sin costo, y es necesaria la disposición de los países ricos a pagar el precio requerido por el llamado a la supervivencia de los pobres y la sostenibilidad de todo el planeta. Esto es válido tanto de manera sincrónica, con respecto a los distintos sectores de la economía, como diacrónica, es decir, en relación con nuestra responsabilidad por el bienestar de las generaciones futuras y la medición de los recursos disponibles. Todos estamos llamados a hacer nuestra parte.
Mitigar las consecuencias de la crisis implica renunciar a la noción de que “la ayuda vendrá del gobierno”, como si fuera un deus ex machina que deja a todos los ciudadanos responsables fuera de la ecuación, intocables en su búsqueda de intereses personales. La transparencia de la política y las estrategias políticas, junto con la 9 integridad de los procesos democráticos, requieren un enfoque diferente. La posibilidad de una escasez catastrófica de recursos para la atención médica (materiales de protección, equipos de test, ventilación y cuidados intensivos en el caso del Covid-19), podría utilizarse como ejemplo. Ante los trágicos dilemas, los criterios generales de intervención, basados en la equidad en la distribución de los recursos, el respeto de la dignidad de toda persona y la especial atención a los vulnerables, deben esbozarse de antemano y articularse en su plausibilidad racional con el mayor cuidado posible. La capacidad y la voluntad de equilibrar principios que podrían competir entre sí es otro pilar esencial de una ética del riesgo y la solidaridad. Por supuesto, el primer deber es proteger la vida y la salud. Aunque una situación de riesgo cero sigue siendo una imposibilidad, respetar el distanciamiento físico y frenar, si no detener totalmente, ciertas actividades han producido efectos dramáticos y duraderos en la economía. Habrá que tener en cuenta también el costo de la vida privada y social. Se plantean dos cuestiones cruciales. La primera se refiere al umbral de riesgo aceptable, cuya aplicación no puede producir efectos discriminatorios con respecto a las condiciones de poder y riqueza. La protección básica y la disponibilidad de medios de diagnóstico deben ofrecerse a todos, de acuerdo con un principio de no discriminación. La segunda aclaración decisiva se refiere al concepto de “solidaridad en el riesgo”. La adopción de reglas específicas por una comunidad requiere una atención a la evolución de la situación en el campo, tarea que sólo puede llevarse a cabo mediante un discernimiento fundado en la sensibilidad ética, y no sólo en la obediencia a la letra de la ley. Una comunidad responsable es aquella en la que las cargas de la cautela y el apoyo recíproco se comparten proactivamente con miras al bienestar de todos. Las soluciones jurídicas a los conflictos en la asignación de la culpabilidad y la responsabilidad por mala conducta o negligencia voluntarias son a veces necesarias como instrumento de justicia. Sin embargo, no pueden sustituir a la confianza como sustancia de la interacción humana. Sólo esta última nos guiará a través de la crisis, ya que sólo sobre la base de la confianza puede la humana communitas finalmente florecer. Estamos llamados a una actitud de esperanza, más allá del efecto paralizante de dos tentaciones opuestas: por un lado, la resignación que sufre pasivamente los acontecimientos; por otro, la nostalgia de un retorno al pasado, sólo anhelando lo que había antes. En cambio, es hora de imaginar y poner en práctica un proyecto de convivencia humana que permita un futuro mejor para todos y cada uno. El sueño recientemente descrito para la región amazónica podría convertirse en un sueño universal, un sueño para todo el planeta que “integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan consolidar un «buen vivir»” (Querida Amazonia, 8)