La semilla de la gracia

Pantaleón, Santo

Mártir, 27 de julio

Martirologio Romano: En Nicomedia, de Bitinia, san Pantaleón o Pantalaimón, mártir, venerado en Oriente como médico que ejercía su arte sin retribución alguna (c. 305).

Etimológicamente: Pantaleón = Aquel que se compadece de todos, es de origen griego.

Breve Biografía

Médico nacido en Nikomedia (actual Turquía). Fue decapitado por profesar su fe católica en la persecución del emperador romano Diocleciano, el 27 de julio del 305.

Lo que se sabe de San Pantaleón procede de un antiguo manuscrito del siglo VI que está en el Museo Británico. Pantaleón era hijo de un pagano llamado Eubula y de madre cristiana. Pantaleón era médico. Su maestro fue Euphrosino, el médico mas notable del imperio. Fue médico del emperador Galerio Maximiano en Nicomedia.

Conoció la fe pero se dejó llevar por el mundo pagano en que vivía y sucumbió ante las tentaciones, que debilitan la voluntad y acaban con las virtudes, cayendo en la apostasía. Un buen cristiano llamado Hermolaos le abrió los ojos, exhortándole a que conociera "la curación proveniente de lo más Alto", le llevó al seno de la Iglesia. A partir de entonces entregó su ciencia al servicio de Cristo, sirviendo a sus pacientes en nombre del Señor.

En el año 303, empezó la persecución de Diocleciano en Nikomedia. Pantaleón regaló todo lo que tenía a los pobres. Algunos médicos por envidia, lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto con Hermolaos y otros dos cristianos.

El emperador, que quería salvarlo en secreto, le dijo que apostatara, pero Pantaleón se negó e inmediatamente curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe. Los cuatro fueron condenados a ser decapitados. San Pantaleón murió mártir a la edad de 29 años el 27 de julio del 304. Murió por la fe que un día había negado. Como San Pedro y San Pablo, tuvo la oportunidad de reparar y manifestarle al Señor su amor.

Las actas de su martirio nos relatan sobre hechos milagrosos: Trataron de matarle de seis maneras diferentes; con fuego, con plomo fundido, ahogándole, tirándole a las fieras, torturándole en la rueda y atravesándole una espada. Con la ayuda del Señor, Pantaleón salió ileso. Luego permitió libremente que lo decapitaran y de sus venas salió leche en vez de sangre y el árbol de olivo donde ocurrió el hecho floreció al instante. Podría ser que estos relatos son una forma simbólica de exaltar la virtud de los mártires, pero en todo caso, lo importante es que Pantaleón derramó su sangre por Cristo y los cristianos lo tomaron como ejemplo de santidad.

En Oriente le tienen gran veneración como mártir y como médico que atendía gratuitamente a los pobres. También fue muy famoso en Occidente desde la antiguedad.

Se conservan algunas reliquias de su sangre, en Madrid (España), Constantinopla (Turquía) y Ravello (Italia).

El Milagro de su sangre

Una porción de su sangre se reserva en una ampolla en el altar mayor del Real Monasterio de la Encarnación en Madrid de los Austrias, junto a la Plaza de Oriente, Madrid, España. Fue tomada de otra más grande que se guarda en la Catedral italiana de Ravello. Fue donada al monasterio junto con un trozo de hueso del santo por el virrey de Nápoles. En Madrid lo custodian las religiosas Agustinas Recoletas dedicadas a la oración. Hay constancia de que la reliquia ya estaba en la Encarnación desde su fundación en el año 1616.

La sangre, en estado sólido durante todo el año, se licuefacciona [o ocurre el fenómeno de licuefacción], como la sangre de San Jenaro, sin intervención humana. Esto ocurre en la víspera del aniversario de su martirio, o sea, cada 26 de julio. Así ha ocurrido cada año hasta la fecha de este escrito, 2005, cuando se celebran 1700 años de su martirio.

En ese año el milagro tuvo lugar mientras las religiosas oraban en el coro del templo y ante la presencia de cientos de visitantes. El monasterio abre las puertas al público para que todos sean testigos. En algunas ocasiones, la sangre ha tardado en solidificarse para señalar alguna crisis, como ocurrió durante las dos guerras mundiales.

Muchas veces se ha intentado explicar el fenómeno mediante mecanismos netamente naturales, como la temperatura o las fases de la luna. Sin embargo, ninguna de las explicaciones ha resultado satisfactoria para la ciencia. La iglesia no se ha definido sobre el milagro. Las hermanas dicen sencillamente que es "un regalo de Dios".

Para facilitar la vista del público y evitar el deterioro de la reliquia, en el 1995 las monjitas instalaron monitores de televisión que aumentan diez veces la imagen de la cápsula que contiene la sangre del santo.

La sangre de un médico mártir se licúa. ¿Qué nos dice Dios con este portento?.

Acaso no necesitamos este testimonio valiente de quien dio su vida por la fe. Su sangre nos recuerda nuestra propia responsabilidad de vivir la fe en un tiempo donde tantos caen en la apostasía o simplemente en la indiferencia. Cuanto necesitamos el ejemplo de San Pantaleón, quien supo vivir su profesión al servicio de Jesucristo.

La semilla de mostaza

Santo Evangelio según san Mateo 13, 31-35. Lunes XVII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, te pido que abras mi corazón para apreciar tu mensaje. Ayúdame a experimentar la plenitud de vida que deseas darme. Dame la gracia de amar incondicionalmente, y a mantenerme arraigado en la fe, para que pueda conocerte más y experimentar el gran amor que me tienes.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 31-35

En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: “El Reino de los cielos es semejante a la semilla de mostaza que un hombre siembra en su huerto. Ciertamente es la más pequeña de todas las semillas, pero cuando crece, llega a ser más grande que las hortalizas y se convierte en un arbusto, de manera que los pájaros vienen y hacen su nido en las ramas”.

Les dijo también otra parábola: "El Reino de los cielos se parece a un poco de levadura que tomó una mujer y la mezcló con tres medidas de harina, y toda la masa acabó por fermentar”.

Jesús decía a la muchedumbre todas estas cosas con parábolas, y sin parábolas nada les decía, para que se cumpliera lo que dijo el profeta: Abriré mi boca y les hablaré con parábolas; anunciaré lo que estaba oculto desde la creación del mundo.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En este Evangelio, las palabras de Jesús destilan optimismo: el reino es una pequeña semilla, la más pequeña, que crece como un gran árbol. ¿Compartimos ese optimismo, basado en la fe, o somos un poco incrédulos, buscando señales que prescinden de la necesidad de fe y confianza? Miro a mi alrededor y dentro de mí los signos de la presencia del reino, a menudo muy pequeños pero fuertes y en crecimiento.

Jesús quiere darnos la visión y tratar de hacernos entender cómo es el Reino de los cielos y la relación que esto tiene con sus hijos los que formamos la Iglesia. La cantidad de levadura es pequeña, pero su efecto es mucho mayor que su tamaño. Para que esto suceda, la levadura debe ser una con el resto de la masa, pues incluso la más pequeña de las separaciones la haría ineficaz. Exteriormente pierde su identidad, de hecho, es la única manera en que puede cumplir su misión. Cuán cierto es esto de la Iglesia y de su misión. La Iglesia es una pequeña porción en el gran universo. Y los que formamos el cuerpo místico de Cristo debemos ser, como nos lo dice otro pasaje de la escritura, «sal de la tierra y luz para el mundo».

«La fe comparable al grano de mostaza es una fe que no es orgullosa ni segura de sí misma, ¡no pretende ser un gran creyente haciendo el ridículo en algunas ocasiones! Es una fe que en su humildad siente una gran necesidad de Dios y, en la pequeñez, se abandona con plena confianza a Él. Es la fe la que nos da la capacidad de mirar con esperanza los altibajos de la vida, la que nos ayuda a aceptar incluso las derrotas y los sufrimientos, sabiendo que el mal no tiene nunca, no tendrá nunca la última palabra. ¿Cómo podemos entender si realmente tenemos fe, es decir, si nuestra fe, aunque minúscula, es genuina, pura y directa? Jesús nos lo explica indicando cuál es la medida de la fe: el servicio».

(Ángelus de S.S. Francisco, 6 de octubre de 2019).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Buscaré ayudar a alguna persona que esté en necesidad, ya sea a través de palabras o con un acto de caridad.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

¡Cristo, Rey nuestro! Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristianismo con mostaza por favor

El cristianismo se sirve solo, o se vive como es o no es cristianismo.

Ciertamente una hamburguesa sabe mejor con mostaza, ketchup y alguna salsa recién inventada.  Una tarta con relleno de chocolate o mermelada o grageas multicolores es más atractiva.  Un café con azúcar y unas gotas de leche se agradece.

Es muy probable que a la mayoría de nosotros, de pequeños, no nos gustaban los filetes de hígado cuando a mamá se le ocurría la feliz idea: “hoy comemos hígado y todos nos lo tendremos que comer”.  Conozco a una persona que a sus muchos años, todavía, no puede ver el hígado.  Ahora simplemente no lo come.  Pero de niño tuvo que hacerlo por decreto maternal.  Más le valía.  ¿Cómo lo lograba?  Primero agotaba los recursos más tradicionales:  dárselo al perro a escondidas, dejarlo debajo de la mesa, trasladarlo de trozo en trozo al plato del hermano más cercano...  Pero todas estas técnicas eran rápidamente desactivadas por su eficaz madre.  Así que tenía que enfrentarse con el problema.  Solución:  muy sencillo, gracias a su afición a la mostaza, untaba medio tarro de esta sustancia sobre el filete. Así conseguía neutralizar aproximadamente un 85% de aquel horrible sabor hepático.

Pero todas estas técnicas de aliñamiento, más o menos válidas en el campo culinario, fallan cuando queremos aplicarlas al cristianismo. Una hamburguesa con mostaza sabe mejor, pero cristianismo con mostaza deja de ser cristianismo.  Lo mismo si le untas nocilla o le agregas leche desnatada.

El Evangelio te pide amar a Dios sobre todas las cosas.
“Bien. Sí. Sobre todas las cosas menos sobre mi juguete preferido.”
O sea, cristianismo con ketchup.

El Evangelio te pide tomar la cruz.
“Bien, de acuerdo, pero pásame un buen cojín para el hombro, contrátame tres ayudantes fieles para que la carguen por mí, y que la cruz sea de la madera más ligera del mercado”.
O sea, cristianismo con azúcar.

El Evangelio te dice que los limpios de corazón son los que verán a Dios.
“Bien pero no es para tanto, tranquilo, no hay que ser exagerado, si todo el mundo lo hace no tiene que estar tan mal.”
O sea, cristianismo con miel silvestre.

El Evangelio te pide amar a tu enemigo.
“Sí.  Estoy de acuerdo.  Sólo a este desgraciado lo odiaré toda mi vida.”
O sea, cristianismo con mayonesa.

El Evangelio te pide perdonar setenta veces siete.
“Bien pero a este no. Es que es un caso especial. Lo que me hizo es imperdonable.”
O sea, cristianismo con leche condensada.

El Evangelio te pide desapegarte de tus posesiones.
“Sí. Lo que pasa es que estamos en el siglo del consumismo, y  por lo mismo tengo que comprar y comprar, da igual si no lo necesito.”
O sea, cristianismo con tomate.

El Evangelio te invita a la oración.
“Sí, es importante, pero no hay tiempo, ¿no ves que soy una persona muy ocupada?  El tiempo libre debe ser más bien para un café, un cigarro, una fiesta.”
O sea, cristianismo con relleno sabor chocolate.

El Evangelio te pide interrumpir tu camino para curar al que está tirado en la calle.
“Lo sé.  Pero hoy en día es peligroso. No sabes lo que puede pasar. Igual le ayudas y luego no te agradece.”
Cristianismo con leche descremada y un poco de mermelada.

El Evangelio te pide fidelidad.
“Bien pero uno debe tener sus propias ideas, yo comparto muchas cosas de las que dice Jesús, pero no estoy de acuerdo en algunos puntos de la moral.”
O sea, cristianismo con grageas multicolores.

El Evangelio te dice que estás de paso, que la vida es un soplo, que la aproveches minuto a minuto.
“Sí, bien, pero tampoco hay que amargarse, hay que aprovechar la vida haciendo lo que a uno le gusta, no sabes lo bien que yo me llevo con la pereza.”
O sea, cristianismo con mostaza.

¡Cristianismo con mostaza por favor!

A su Evangelio,
Cristo no le puso ketchup ni mayonesa ni tomate.
Él no le agregó azúcar ni miel silvestre ni grageas multicolores.
Él no lo cubrió con un relleno sabor chocolate ni mermelada.
Él no le añadió leche condensada ni descremada.
Cristo no neutralizó su Evangelio con mostaza.

El cristianismo se sirve solo.  O se vive como es o no es cristianismo.

Activos y disponibles para construir el Reino de los cielos

Ángelus del Papa, 26 de julio de 2020

“La construcción del Reino exige no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre”: así el Papa Francisco, en el domingo 26 de julio, fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María, exhortó, tras el ejemplo de las parábolas en el Evangelio de este día (Mt 13, 44-52) a ser también nosotros “buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos”. Se trata – dijo el Papa – de abandonar la carga pesada de nuestras seguridades mundanas que nos impiden la búsqueda y la construcción del Reino: el anhelo de poseer, la sed de ganancia y poder, el pensar solo en nosotros mismos.

El Santo Padre comenzó su catequesis precisando que se detendría en las dos primeras parábolas del Evangelio del día, a saber, la del tesoro escondido y la de la perla preciosa, con las que “el Reino de los cielos es comparado con dos realidades diferentes ‘preciosas’”.

La gracia lo hace todo, pero conlleva "mi" responsabilidad
La reacción del que encuentra la perla o el tesoro – dijo – es prácticamente igual: el hombre y el mercader venden todo para comprar lo que más les importa, abandonando sus seguridades materiales.

Con estas dos similitudes, Jesús se propone involucrarnos en la construcción del Reino de los cielos, presentando una característica esencia de la vida cristiana, de la vida del Reino de los cielos: se adhieren completamente al Reino aquellos que están dispuestos a jugarse todo, (quienes) son valientes. […]La construcción del Reino de los cielos exige no solo la gracia de Dios, sino también la disponibilidad activa del hombre.

“¡Todo lo hace la gracia, todo! De nosotros tan sólo la voluntad de recibirla, no la resistencia a la gracia: la gracia lo hace todo, pero conlleva "mi" responsabilidad, "mi" disponibilidad”.

Llamados a ser buscadores “sanamente inquietos” del Reino
Los gestos del mercader y del hombre que se privan de los propios bienes para comprar “realidades más preciosas”, son “decisivos y radicales”, afirmó el Santo Padre: “son sólo de ida, y no de ida y vuelta”. Y nosotros, pues, “estamos llamados a asumir la actitud de estos dos personajes evangélicos, convirtiéndonos también nosotros en buscadores sanamente inquietos del Reino de los cielos”.

Se trata de abandonar la carga pesada de nuestras seguridades mundanas que nos impiden la búsqueda y la construcción del Reino: el anhelo de poseer, la sed de ganancia y poder, el pensar solo en nosotros mismos.

Un tesoro que renueva y expande la vida cada día
Seguidamente, el Papa Francisco observó que hoy en día, para algunos, la vida puede resultar mediocre y apagada, y explicó que esto sucede porque “probablemente no han ido a la búsqueda de un verdadero tesoro”: se han “conformado”, dijo, “con cosas atractivas pero efímeras, de destellos brillantes, pero "ilusorios" porque después dejan en la oscuridad. Y ejemplificó: la luz del Reino no es un fuego artificial, ¡es luz! Los fuegos artificiales duran sólo un instante, la luz del Reino acompaña a toda la vida.

El Reino de los cielos es lo contrario de las cosas superfluas que ofrece el mundo, es lo contrario de una vida banal: es un tesoro que renueva la vida todos los días y la expande hacia horizontes más amplios. De hecho, quien ha encontrado este tesoro tiene un corazón creativo y buscador, que no repite, sino que inventa, rastreando y recorriendo calles nuevas, que nos llevan a amar a Dios y a amar a los demás, a amarnos verdaderamente a nosotros mismos.

El "signo" de quienes recorren el camino del Reino
Es Jesús, concluyó, “el tesoro escondido y la perla de gran valor”, quien “no puede hacer otra cosa que suscitar la alegría, toda la alegría del mundo”:

La alegría de descubrir un sentido para la propia vida, la alegría de sentirla comprometida en la aventura de la santidad.

El Santo Padre concluyó rezando a la Virgen Santa, para que “nos ayude a buscar cada día el tesoro del Reino de los cielos, para que en nuestras palabras y en nuestros gestos se manifieste el amor que Dios nos ha donado mediante Jesús”.

¿Qué hacer con imágenes religiosas quebradas o rotas?

Un desastre natural o un accidente doméstico puede dejarnos con un objeto religioso roto o deteriorado ¿Qué hacemos con él?

En muchos templos y santuarios se crea una seria dificultad con las imágenes de yeso, en mal estado, que los peregrinos dejan por diversos lugares.

Eso habla de un respeto por lo que la imagen representa y por lo sagrado que la imagen recuerda. Es como las fotos antiguas de los padres, las madres, los abuelos, los hijos ya fallecidos. Se guardan con respeto y cariño aunque estén dañadas o borrosas.

El paso del tiempo, los temblores y otras causas hacen que en nuestras casas se nos destruyan las imágenes del Señor, de la Virgen y de los santos. Actualmente el yeso no es trabajado con materiales que lo refuercen (alambres, estopa, etc.), por lo tanto, al menor golpe tenemos en casa una imagen destrozada.

Pareciera que lo primero que surge en la mente es llevarlas a un templo. Sin embargo, en los templos hay que eliminarlas con respeto y cuidado. Es tarea a veces complicada, por la cantidad de yeso que se acumula.

Tampoco es bueno llevarla a los cementerios.

La Iglesia nos enseña:

“La veneración de las imágenes, sean pinturas, esculturas, bajorrelieves u otras representaciones, además de ser un hecho litúrgico significativo, constituyen un elemento relevante de la piedad popular: los fieles rezan ante ellas, tanto en las iglesias como en sus hogares. Las adornan con flores, luces, piedras preciosas; las saludan con formas diversas de religiosa veneración; las llevan en procesión; cuelgan de ellas exvotos como signo de agradecimiento; las ponen en nichos y templetes en el campo o en las calles”.

”Sin embargo, la veneración de las imágenes si no se apoya en una concepción teológica adecuada, puede dar lugar a desviaciones. Es necesario, por tanto, que se explique a los fieles la doctrina de la Iglesia, sancionada en los concilios ecuménicos y en el Catecismo de la Iglesia Católica, sobre el culto a las imágenes sagradas”. (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, principios y orientaciones. Ciudad del Vaticano, 2002).

Es conveniente que desterremos de nosotros la idea, muy generalizada, de que una imagen dañada es algo mágico, que tenerla en casa trae mala suerte, que es malo tenerlas. No es malo ni ueno.

“Es necesario, sobre todo, que los fieles adviertan que el culto cristiano de las imágenes es algo que dice relación a otra realidad. La imagen no se venera por ella misma, sino por lo que representa.

Por eso a las imágenes se les debe tributar el honor y la veneración debida, no porque se crea que en ellas hay cierta divinidad o poder que justifique este culto o porque se deba pedir alguna cosa a estas imágenes o poner en ellas la confianza, como hacían antiguamente los paganos, que ponían su esperanza en los ídolos, sino porque el honor que se les tributa se refiere a las personas que representan”. (Directorio sobre la piedad popular y la liturgia, principios y orientaciones. Ciudad del Vaticano, 2002).

Así como nos enseña la doctrina de la Iglesia Católica, nos vamos acercando a la forma cómo debemos actuar con una imagen destruida. Nunca con miedo, nunca pensando o actuando como si nos fuera a pasar algo malo. Nada de eso. La imagen se destruyó, se rompió y nada nos va a pasar, fuera de la pena que a veces sentimos porque era imagen que teníamos desde niños.

¿Qué son las imágenes sagradas?

Según la enseñanza de la Iglesia, las imágenes sagradas son:

- Traducción iconográfica del mensaje evangélico, en el que la imagen y palabra revelada se iluminan mutuamente; la tradición eclesial exige que las imágenes estén de acuerdo con la letra del mensaje evangélico.

- Signos santos, que como todos los signos litúrgicos, tienen a Cristo como último referente; las imágenes de los Santos, de hecho, representan a Cristo, que es glorificado en ellos.

- Memoria de los hermanos Santos que continúan participando en la historia de la salvación del mundo y a los que estamos unidos sobretodo en la celebración sacramental.

- Ayuda en la oración: la contemplación de las imágenes sagradas facilita la súplica y mueve a dar gloria a Dios por los prodigios de gracia realizados en sus Santos.

- Estímulo para su imitación, porque cuanto más frecuentemente se detienen los ojos en estas imágenes, tanto más se aviva y crece en quien lo contempla, el recuerdo y el deseo de los que allí están representados; el fiel tiende a imprimir en su corazón lo que contempla en sus ojos: una “imagen verdadera del hombre nuevo, transformado en Cristo mediante la acción del Espíritu y por la fidelidad a la propia vocación”.

- Una forma de catequesis, puesto que a través de la historia de los misterios de nuestra redención, expresada en las inturas y de otras maneras, el pueblo es instruido y confirmado en la fe recibiendo los medios para recordar y meditar asiduamente los artículos de fe.

No podemos olvidar que actualmente hay en el mercado muchas imágenes feas, decadentes, deformes. Hay que evitar esas imágenes para nuestras casas y comunidades. Las representaciones del Señor, de la Virgen y de los santos deben ser de materiales nobles y deben transmitir belleza.

¿Qué hacer con las imágenes en mal estado?

- No llevarlas a los templos, santuarios ni cementerios.

- Si se trata de telas (pinturas), hay que buscar una persona entendida que nos oriente en la forma de devolverle la belleza a esas pinturas. Algunas pueden ser muy valiosa.

- Cuando se trata de imágenes de madera, bronce, mármol o piedra, hay que conservarlas  en casa y buscar algún buen restaurador. Si no se tiene los medios para hacerla restaurar, hay que entregarlas a algún museo, de preferencia religioso (católico). O bien, a un convento o parroquia.

- Si son imágenes de yeso, hay que ver si es posible restaurarlas, porque se puede hacer, especialmente cuando se trata de imágenes con alambres o estopa al interior. Esas imágenes son valiosas. Hay que conservar con cuidado todos los trozos, de manera particular los rostros. Un buen artesano en yeso hace maravillas con esos pequeños trocitos. En el Santuario de Lourdes tenemos las direcciones de algunos artesanos que trabajan muy bien porque conocen las antiguas técnicas.

Cuando la imagen está totalmente destruida...

- Si es yeso, se coloca en un tiesto hasta que se deshaga, y con cuidado se vierte en algún lugar del jardín de la casa donde no haya cultivos de hortalizas, arboles frutales ni de flores ornamentales. Con el paso del tiempo se mezcla solo con la tierra. Tarda un poco el proceso.

- Si se da el caso de alguien que viva en departamento o en casa sin patio, pues se muele completamente la imagen, se reduce a polvo y se elimina en un lugar adecuado, coforme cada persona lo estime. Se ha sabido que algunas personas hacen artesanías con el yeso molido. Lo mezclan con arena de diversos colores y hacen hermosos adornos en botellas blancas.

Consultado un fabricante de imágenes, nos ha señalado que el yeso ya procesado no sirve. No se puede reutilizar, no sirve para estucos, es material inútil que daña bastante la tierra. Por eso es bueno tratar de cuidar las imágenes, y las que pueden ser restauradas hay que repararlas para que duren mucho.

Rosarios, Libros y otros artículos bendecidos: Lo mejor es reparar o restaurar lo que se pueda reparar. Muchos Rosarios pueden ser desarmados de tal manera que sus cuentas terminen formando las de uno nuevo y listo;  sus cruces, también, son susceptibles de ser separadas para usarlas con una cadena. Con relación a los libros una nueva encuadernación puede ser la solución.

Cuando se reciclan Rosarios, puede que sobren partes, también puede que la restauración  de los libros sea mas costosa que comprar uno nuevo, algo similar puede ocurrir con las imágenes. Para estos casos, lo mejor es conseguir un recipiente de plástico lo suficientemente grande para contenerlos y colocar en él estos objetos o restos de los mismos. 

Siempre hay alguna Capilla, Templo, Colegio Católico, Centro de Atención Católico, etc. que esté en construcción. Pues habla con el sacerdote responsable de esta obra y ofrecele tu caja con los objetos para que sean colocados en los cimientos de la edificación. 

Recordemos que, aunque rotos o desgastados, siguen siendo benditos, por lo que seguirán bendiciendo esa construcción.

5 consejos para alcanzar la santidad

Los Santos que conocemos, se santificaron haciendo la voluntad de Dios, y tú ¿haces la voluntad de Dios?

Todos en algún momento hemos escuchado historias de la vida de algún Santo como Madre Teresa de Calcuta, Juan Pablo ll, Padre Pío, etc. hay tantos Santos con grandes testimonios de vida que marcan la vida de otras personas.

Sin embargo, existen Santos sin nombre, me refiero a que las personas con “vida ordinaria” que han podido llegar a santificarse. Los Santos que conocemos, se santificaron haciendo la voluntad de Dios, y tú ¿haces la voluntad de Dios?, si nos hacemos esa pregunta y la respuesta es “si” ¡Felicidades, vas por buen camino!; pero si dudaste en responder, no te preocupes, Dios siempre te espera.

Por ello, te comparto 5 hábitos sencillos que puedes realizar a diario,  pero recuerda, debes ser constante:

Ofrece tu día a Dios

Reta a tu alarma de los “5 deliciosos minutos más” y levántate a la primera, vence tu pereza, si con la ayuda de Dios vences lo primero del día, tendrás mucho adelantado para tu jornada.

Oración

Dedica al menos 15 minutos de oración en silencio, conversa, escucha y medita; 15 minutos en lectura de biblia o algún libro de crecimiento espiritual, participa en la santa misa y recibe la comunión en estado de gracia.

Santo Rosario

Reza el Santo Rosario cada día y medita cada misterio, pues habla sobre la vida de nuestro Señor. Sólo con la perseverancia sabrás cuánto poder tiene el santo Rosario.

“Haz de las cosas ordinarias, algo extraordinario”

En tu vida ordinaria hay actividades que realizas constantemente, puedes ponerle un plus a ello, ofrece cada actividad a Dios, tratando que se haga realmente bien (si vas a limpiar dejarlo limpio, no renegar, hacerlo con amor).

Haz un examen de conciencia

Al finalizar tu jornada diaria, medita tus alegrías y tristezas, pregúntate ¿qué me alegró hoy? ¿Qué me entristeció hoy? ¿En qué puedo mejorar?

Te aseguro que si sigues estos hábitos constantemente en tu vida, podrás llegar a la santidad.

¡Qué! ¿Te animas?
Vamos, qué se puede.

10. Verónica

Prepararse a la llegada del esposo

Por: P. Horacio Bojorge S.J. | Fuente: Clínica del Buen Amor

10.- VERÓNICA
PREPARARSE A LA LLEGADA DEL ESPOSO


“Yo quiero para esposo
alguien que me ayude a conocer y amar más a Dios
no alguien que me aleje de él
y ahora casi todos los chicos son así […]
hay uno que siempre me molesta
y tiene todas esas características que no me gustan.
A veces pienso que es imposible encontrar a un chico
con las características que busco
muchas personas se me burlan y me dicen que me haga monja…”


1. Querido Padre Horacio:

Mi nombre es Verónica, soy de Ecuador, los motivos por los cuales le escribo son muchos. Primero para felicitarlo por el libro “La Casa sobre roca” lo estoy leyendo y me ha hecho comprender muchas cosas. Ahora padre estoy en un dilema yo no tengo enamorado, yo no salgo mucho, más bien prefiero estar en casa y me han dicho que salga más para conocer personas. No sé, Padre, eso me confunde. Es que, Padre, la mayoría de chicos que he conocido no son lo que yo espero. Por ejemplo: no creen en Dios, fuman, toman y eso yo no lo quiero.

Yo quiero para esposo alguien que me ayude a conocer y amar más a Dios no alguien que me aleje de él y ahora casi todos los chicos son así. Bueno, los que me han presentado son así. Pero hay uno que siempre me molesta y tiene todas esas características que no me gustan Padre.
A veces pienso que está como que imposible encontrar a un chico con las características que busco. Muchas personas se me burlan y me dicen que me haga monja mejor, porque dicen que soy muy exigente.
Discúlpeme Padre si he repetido las mismas cosas en diferentes formas. Lo felicito de nuevo por el libro y me encantaría que escriba otro igual a La Casa sobre Roca ¡gracias Padre! Envíeme su bendición desde lejos. Dios y la virgen lo cuiden padre, lo tengo en mis oraciones ¡muchísimas gracias!
Verónica

Mi respuesta

Verónica:
Hay un antiguo refrán español que dice “Matrimonio y mortaja, del cielo bajan”. El esposo se recibe de las manos de Dios. Mejor dicho Dios entrega a su hija como esposa a otro hijo suyo. ¿Recuerdas el testimonio de Ernesto desde el Paraguay que publiqué el 8 de mayo de este año 2010 en el Blog del Buen Amor? Él allí manifiesta su experiencia de que ha recibido de Dios a Dorita su novia.

No se trata de que tú salgas a buscar enamorado. Sino que te dispongas para ser encontrada. Busca a tu alrededor familias católicas como la tuya y trata de que haya relación entre una y otra. A veces entre familias de parentesco lejano existen jóvenes de cultura y religiosidad semejante. Y sin tener ya los inconvenientes de la consanguineidad cercana, tienen la ventaja de la religión y la cultura común. Leemos en la Sagrada Escritura que los patriarcas buscaban esposa para sus hijos dentro del clan, es decir, dentro de la misma religión y cultura.

Esos chicos a los que te refieres, no son de tu misma cultura, aunque sus antepasados quizás si lo fueran. Pero ellos, hoy, sido des-inculturados, trans-culturados y transformados en seres pertenecientes a otra cultura que no es la cristiana. Y por lo tanto tienen maneras de ver a la mujer y a la sexualidad que tú nunca lograrías aceptar y con las cuales serías eternamente infeliz. Para eso: más vale quedarte soltera que vivir mal casada. Esos jóvenes, cuyo modo de vivir y de relacionarse con la mujer tu corazón rechaza, son, al decir de san Pablo: “incircuncisos de corazón”.

Pero Dios, que es tu Padre, tiene miles de hijos y puede destinarte a alguno de ellos. No sabes cuál, ni debes buscarlo por ti misma. Pero sí estar atenta si eres encontrada por uno de ellos que reconoce en ti a su mujer. En La Casa sobre Roca, habrás leído la historia del filósofo argentino Alberto Caturelli y cómo Dios le hizo reconocer a la que le daba por esposa (páginas 58 a 61).

No faltes a la Misa dominical, y vístete y arréglate para Dios con pudor y modestia para la solemnidad de esa fiesta. El Padre da belleza y encanto a sus hijas y eso es una gracia que deben cuidar. No para envanecerse, ni para ensoberbecerse ni para competir con otras, ni para acosar sexualmente a los varones, sino para presentarse ante Dios como el Padre las hizo, cuidando el traje de belleza que les dio como una gracia divina que debe reflejar la belleza interior del amor divino, que es la belleza principal.

Frecuenta la parroquia y las procesiones, las grandes fiestas de la Virgen, del Señor o de los santos en los santuarios de tu tierra. Asiste a los grupos juveniles y los retiros espirituales. Fórmate para dar catequesis a los niños. Y estate siempre pronta, como las vírgenes prudentes, porque no sabes a qué hora vendrá el novio, en este caso el tuyo. Y tu buen deseo de ser hija del Padre celestial sea tu lámpara encendida que arda siempre en su presencia. Que la luz de tu lámpara sea ese deseo de ser ministro de su amor para tu esposo en el sacramento del matrimonio, y madre de hijos para Dios y para tu esposo, santos adoradores eternos.

Para eso te ayudará vivir religiosamente cada período mensual de tu fecundidad femenina. Meditando cómo en esos días Dios, tu Creador y Padre amoroso, que te creó para ser esposa y madre, obra en ti ese gran misterio por el cual ha puesto en tus entrañas la fuente de la vida. Que ese período mensual te recuerde tu vocación a dar la vida a adoradores eternos. No lo vivas como un hecho higiénico puramente natural Aprovecha para vivirlo “místicamente” como una vocación religiosa inscrita en tu naturaleza de mujer. Una vocación al matrimonio y a darle descendencia a un esposo, hijo de Dios, cuando lo disponga Dios, si Dios así lo dispone.

Durante esos días puedes hacer un pequeño retiro espiritual entregándote algo más intensamente que de costumbre a los ejercicios de piedad: adorar al Santísimo Sacramento, rezar el Rosario, hacer alguna lectura espiritual, como por ejemplo alguna vida de santos, en especial de santas mujeres. De esa manera tendrás tu lámpara encendida para cuando llegue aquél a quien tu Padre celestial te destinó como esposa. Y a la luz de esa lámpara reconocerás que él es el que viene portando el amor que Dios puso en él para ti.
Si quieres preguntarme más, estoy a tus órdenes.
Padre Horacio

“Voy a hacer todo lo que me aconsejó.
Dejaré que el Señor haga en mí su voluntad
y le dejaré las manos libres
para que haga en mí maravillas”


2. Querido padre:

Muchas gracias por esas palabras hermosas, tengo más claro todo. Esperaré en el Señor y dejaré que mi futuro esposo me reconozca. Leyendo el correo de nuevo, veo que usted me aconseja que asista a peregrinaciones y le cuento que mañana voy asistir a una peregrinación mariana eso ya lo tenía planeado desde hace dos semanas.
Usted me preguntó que cómo llegué a conocer su libro La casa sobre roca” en Ecuador pues yo estoy en un grupo juvenil femenino y estábamos trabajando con el libro. Es muy hermoso, es una bendición tener el libro.
Mi hermano que se va a casar lo está leyendo con su enamorada. Quisiera saber también qué otro libro me aconseja leer.
Muchísimas gracias de nuevo padre que tenga un hermoso día. Dios lo bendiga
Verónica

Mi respuesta

Querida Verónica:

Estamos en Mayo, que es un mes de María, un tiempo especial para hacerle una novena o dedicarle lo que queda del mes para pedirle a tu Madre Santísima, la gracia del encuentro con el esposo a quien el Padre Celestial y el Verbo eterno te tengan destinada.

Porque si Eva fue creada para Adán, eso quiere decir que toda mujer es destinada a un varón, a no ser que sea destinada a la virginidad consagrada, o que por otros motivos el Señor la mantenga soltera por motivos que solamente él sabe, pero que no escapan nunca a su divina y amorosa Providencia.
Y ora también por el que será tu esposo algún día aunque aún no lo conozcas.

A él encomiéndalo a San José. Reza por las dos intenciones todos los días de tu vida.

Acerca de las procesiones como lugar de encuentro de esposos, me acuerdo de que conocí en el Paraguay, hace años, a unos esposos que se habían encontrado en una procesión de la Virgen. Él era un campesino muy humilde y siempre la había mirado a ella casi desde niña, sintiendo que ella iba a ser su esposa, aunque había diferencia social entre ellos. Se ve que Dios le daba a conocerla en su corazón como la que sería su esposa. Pero recién fue en aquella procesión donde se conocieron y comenzaron a tratarse.

Ella nunca había notado que él la miraba, porque lo hacía con mucha discreción y respeto y en el silencio de su corazón de varón santo y humilde. Él la miraba con admiración, como un ser inalcanzable y creía no merecerla, porque, además, había una gran diferencia social entre él y la familia de aquella joven.
Pero el Señor encaminó todo, porque era designio de su Providencia, para la felicidad de ambos. Así que bajo el manto de María se comunicaron y allí comenzaron a tratarse.

Creo que lo conveniente no es poner por delante el matrimonio y el encuentro con el futuro esposo, sino tratar desinteresadamente con todos los chicos y chicas por igual y cultivar el trato, la amistad, las actividades juntos, ya sea religiosas, deportivas, culturales, familiares, o vecinales.

Sí, tratar aún con chicos que están “en la pavada”, a los que se les puede siempre decir una palabra orientadora para sacarlos de los engaños y hacerles el bien diciéndoles la verdad acerca de las cosas con simpatía, dulzura y humildad, y sin miedo a ellos. Son muy desgraciados.

El trato no significa ningún compromiso cuando se guardan las distancias y no se coquetea creándoles falsas ilusiones, sino comportándose con seriedad simpática y simpatía seria. Mirándolos como hermanos, pues lo son cuando están bautizados, hijos del Padre celestial, y llamándolos a que tomen conciencia de lo que son y de cómo deben vivir y comportarse. Así, el buen trato, aunque no llegue a ser amistad, se convierte en una ocasión de evangelizarlos para la conversión.

Tú confiésate seguido, si es posible cada mes o cada quince días, pidiendo al Padre que te purifique el alma y te engendre como hija suya muy querida.

Que Él te prepare para ser una esposa y madre santa, santificar a tu esposo y a tus hijos con el ministerio de tu esponsalidad y la gracia de la maternidad.

Y en todo momento repite las palabras de María Santísima ofreciéndote al Padre y consagrándote a Ella y a su Santísimo Hijo Nuestro Señor Jesucristo: "Hágase en mí según tu Palabra".
Si dejas que Dios haga, hará en ti grandes cosas, como proclama María Santísima en el Himno del Magníficat. Hazlo así y tú también podrás decir, ya lo verás, ""Mi alma engrandece al Señor porque hizo en mí grandes cosas, Santo es su nombre".

Las hazañas de Dios en nuestras vidas no las podemos ver da antemano. Las vemos después, mirando para atrás y contemplando el camino de nuestra vida; viendo lo que hizo con nosotros. Empezando por darnos la confianza en su obra, y una fe que, sin ver, creyó.

Así que grábate en la memoria y el corazón estas oraciones breves y díselas en todo momento al Padre, y a Jesús: "Hágase en mí", "Hágase en mí según tu palabra", "Obra en mí tus maravillas", "Que se cumpla en mí tu voluntad, maravillosa y divina", y todo lo que se ocurra decir de una manera y otra dándole vueltas en tu corazón.

No sabemos lo que hará contigo. Pero Él lo tiene determinado y proyectado. Él te amó desde antes de la creación del mundo y te destinó a ser santa e inmaculada en su presencia por la caridad. Sé humilde, obediente, dócil. Y Él tendrá las manos libres para obrar en tu vida.

Y después de los medios de gracia, también puedes ir poniendo los medios humanos para prepararte como ama de casa en tu futuro hogar. Ayuda a tu mamá, bajo su obediencia, a las tareas de la casa: cocina, limpieza, orden, cuidado de los niños. Estudia y prepárate para la futura maternidad. Puedes desde ahora entrar en una buena lista para ver lo que les pasa a las mujeres en un mundo enemigo de los hijos.

Te recomiendo por ejemplo que te asomes a la lista. Bendiciones
Padre Horacio

3. Padre Horacio,

Muchísimas gracias por todos sus consejos, rezaré por las dos intenciones de ahora en adelante. Mañana voy a ver al Padre Párroco y le enviaré su saludo afectuoso. Voy a hacer todo lo que me aconsejó. Dejaré que el Señor haga en mí su voluntad y le dejaré las manos libres para que haga en mí maravillas. Seré paciente y me preocuparé por prepararme más y por seguir mi plan de mi vida
Gracias de todo corazón Padre. Para mí es una bendición enorme que me haya contestado los correos porque sé que el Señor me aconseja a través de usted.
Quisiera saber si le puedo escribir contándole mis cosas o cuando tenga alguna duda le prometo que no le voy a molestar tanto.
Gracias por su bendición también Padre Dios lo bendiga.
Su hija en Cristo Verónica.

Mi respuesta

Querida Verónica:
Gracias por adoptarme por Padre en Cristo. Es un honor para mí compartir esa paternidad con tu párroco.
Me alegran muchísimo las disposiciones interiores que hay en ti. Son fruto de la gracia. Y son un augurio de que el Padre terminará en ti la obra comenzada.
Por supuesto que te ruego que me tengas al tanto de lo que vaya obrando el Padre en tu camino. Es un soberbio espectáculo poder ser testigo de las obras de Dios en las almas. Te pido permiso para publicar tu pregunta. Bendiciones
Padre Horacio

4. Querido padre:

No hay ningún problema puede subir mi pregunta. Sé que mi pregunta y su respuesta pueden ayudar a muchas jóvenes que se encuentran con la misma inquietud y eso me da mucha alegría. Y le prometo que lo mantendré al tanto de todo lo que suceda de ahora en adelante. Le envié su saludo al Padre Párroco y le dio mucha alegría al saber de usted; me dijo que le deseaba lo mismo.
¿Sabe? Siempre que leo sus correos me llenan de mucha felicidad.
Me gusta mucho lo que dice que el Señor terminará en mí la obra comenzada.
Cada vez que leo esa parte me lleno de mucha alegría y de ilusión; y eso me da fuerza para seguir luchando por agradarle al Señor.

Le voy a contar algo: antes yo estaba alejada de Dios. ¡Qué tonta fui! ¡Desperdicié mi tiempo! Pero luego regresé y desde ahí no quise alejarme más de Él y entré al grupo de las Mensajeras de la vida. Empecé a conocer más a Dios me confesé y comulgué. Todo hasta ahora ha sido maravilloso. Y lo que es mejor aún: siento que Dios me ha escuchado. Porque antes de entrar al grupo de las Mensajeras de la Vida, siempre le pedía al Señor que me preparara para ser una buena mujer, esposa y madre como la Virgen. ¡Y mire! Llegó a mi vida esta hermosa agrupación quiere decir que es una señal verdad. Igualmente, siempre dejo todo en sus manos porque de cualquier forma en la que Dios me llame lo voy a servir.

Padre solo le pido una última cosa... rece por mí por favor.
Padre gracias de nuevo por dejar que le escriba estoy inmensamente agradecida.
Dios lo bendiga a usted también. Que Dios y la Virgen lo cuiden siempre
Su hija en Cristo,
Verónica

Mi respuesta

Querida Vero:
¡Claro! No solamente me "puedes" escribir, sino que yo te pido que lo hagas y me cuentes lo que el Señor siga haciendo en tu vida. Déjalo hacer y vive en paz confiada.
Y por supuesto que oraré por ti
Padre Horacio

5. ¡Padre!

¿Cómo está? ¿Se acuerda de mí? ¡Soy Verónica de Ecuador!
Sé que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que le escribí. Bueno, tengo muchas cosas que contarle
¿Se acuerda de que le comenté de que había un chico que me molestaba? ¿Y que yo no lo quería porque él tiene todas las características del tipo de chico que no espero?, Bueno le cuento que en estos días me ha estado buscando para que le diera otra oportunidad. Es que yo antes de estar en el grupo de jóvenes le di una oportunidad pero padre él no la aprovechó. Nunca me tomó en serio y ahora dice que está arrepentido. Pero sabe que a veces me confunde no sé si creerle, Padre. Pero yo no quiero darle nada de oportunidad. Pero a veces lo noto sincero y él me ha invitado al cine quisiera ir para decirle en la cara que ya no quiero nada, porque las veces que él me ha llamado o me ha escrito se lo he dicho. Pero él no comprende o no sé si piensa que así yo voy a decir que sí. Tampoco quiero estar con él para no sentirme sola ni nada de eso.

Padre, es que siento que si me arriesgo de nuevo con él voy a perder la oportunidad de conocer al hombre que realmente Dios me tiene preparado. Mis amigas dicen que le dé una oportunidad más. Y eso me confunde y yo realmente no quiero dársela. Padre: ¿qué hago? ¿usted cree que el realmente esté arrepentido? ¡No quiero sufrir por amor de nuevo!

Le pido que rece mucho por mí para que sea firme en mis decisiones
Su hija en Cristo, Vero

Mi respuesta

Querida Vero:
Lo mejor en estos casos es aconsejarte con tus padres. Ellos te dirán la palabra justa. De mi parte, no conozco al chico. Pero si no estudia, no trabaja y anda de diversiones, si no va a misa ni se confiesa ¿qué padre puede ser para tus hijos? ¿Qué hará con los hijos que le puedas dar? ¿Y qué vida te dará? Yo creo que estás bien aconsejada en tu corazón, cuando piensas que darle una oportunidad a él es quitársela al que esperas y para el que te preparas. Vales mucho para regalarte.
Padre Horacio

6. ¡Padre!

Es verdad muchísimas gracias, no me dejaré influenciar por comentarios de los demás; yo seguiré defendiendo eso de que me voy a conservar y a preparar para mi futuro esposo. Y con respecto a lo de mis padres sólo puedo contarle a mi mamá porque mis padres están divorciados.
Padre hoy fui a la procesión del Corpus Christi. Fue hermoso. Me llené de mucho amor y de emoción. Ahora quiero comulgar siempre para estar cerca del señor Jesús
Otra cosita que le quería pedir Padre es que rece por mi salud ¡por favor!
Dios y la Virgen lo cuiden siempre
Su hija:
Vero

Mi respuesta

Querida Verónica,

Me acordaba hoy de ti y de tu última pregunta, y hasta durante la misa me venía el pensamiento en ti con el deseo de escribirte más ampliamente sobre el tema de cómo discernir el amor en un "pretendiente" como es el caso de ese chico que te pide "una oportunidad".

Creo que tanto lo que te aconsejé como lo que hiciste es acertado. Porque si empiezas a tratar con un chico, la mayor parte de las veces nacerán en ti sentimientos de afecto, que pueden ser "de protección", o de "compasión", o etc. etc. y que no son buen fundamento para un matrimonio, pero que se convierten en impedimentos para cortar la relación una vez iniciada.

Además, algunos varones, consideran que si la chica ha comenzado a tratar con ellos, ellos han adquirido una especie de derecho sobre ella, que ya les pertenece y no le reconocen la libertad para cortar la relación.

Así que lo que has hecho está muy bien. Pero pienso en otras situaciones, o en el caso de que el mismo chico vuelva "a la carga" pidiéndote otra oportunidad.

En algunos cuentos de niño de los que leía cuando era chico, se leía que la princesa o el Padre de la princesa le ponía alguna condición al príncipe que pretendía su mano. Una condición muy difícil, como traerle la cabeza de un dragón, la cola de un león y el colmillo de una cobra. Cumplir con esa condición implicaba que el príncipe debía poner el amor por la princesa por encima del amor por sí mismo. Y de esa manera, la princesa podía discernir la autenticidad del amor del príncipe hacia ella. Si era un amor egoísta o dispuesto a la abnegación de sí mismo y al sacrificio. Si era un simple deseo de poseerla, o si estaba dispuesto a perderse a sí mismo por ser aceptado.

Bueno, ese cuento de niños contiene una enseñanza muy sabia. Cuando un chico como ese le pide una oportunidad a ella, ella le puede poner condiciones para dársela. Le da la oportunidad de cumplir con una serie de condiciones antes de entablar la relación. Que no tome, que no ande de bailes y juergas nocturnas, que se aparte de malas compañías, etc. etc. Que tenga una vida de fe católica. Que estudie, que trabaje, que se haga una posición, que le brinde una casa. Que el noviazgo ha de ser casto, y que para eso no puede haber manoseos ni contactos físicos excitantes, ni besos apasionados antes del matrimonio, para que crezca una amistad protegida contra el
crecimiento canceroso de las pasiones lujuriosas.

Y esto le hará bien al joven, lo hará bueno y purificará su deseo, acendrando su amor y purificándose de sus egoísmos que quisieran gozar gratis del bien de una mujer. La quieren regalada los inconscientes. Tienen que demostrar que se pueden convertir en conscientes y darse cuenta de que ella tiene un precio a pagar, un precio que implica muchos sacrificios desde ya, porque implicará muchos sacrificios toda la vida. Y sólo el que se hace digno de ella, puede ayudarla.

Esas exigencias se las ponía en otros tiempos y aún hoy en ambientes santos, el papá de la novia, al pretendiente que venía a pedirle la mano de su hija. Porque tampoco era la hija la que daba su mano al que se la pidiera. En tu caso, como no hay papá, el chico viene a pedírtela a ti. Y no debería ser así. Debería hablar con tu mamá. Y tú deberías poner a tu mamá por medio. Y oír lo que ella opine del pretendiente que venga por tu mano.
Si el chico es capaz de cumplir con las exigencias religiosas, materiales, amorosas que tú le pongas, entonces su amor parece ser tal que se pueda empezar una relación de noviazgo para un mayor y más profundo discernimiento. Si no, ni empezar, como bien has hecho.

Bendiciones

Padre Horacio

PS: Asómate al blog del y mira Buen Amor la entrada: "Renata, motivos de la infidelidad femenina".

Puede inspirarte. Es conveniente que la mujer sopese bien las cualidades del amor con que se le aproxima un pretendiente. Y que no se engañe, pensando que el amor que hay en ella es el que hay en él. La mujer se ilusiona fácilmente y se engaña cuando el amor que hay en su corazón hacia un hombre, le impide verlo como en realidad es.

Pero ese es un asunto delicado, porque también el amor que hay en un varón puede ser una semilla que ella tiene que cultivar. Por eso, en asuntos de gracia, hay que aconsejarse con Dios y con la propia familia de sangre y de fe, especialmente con quienes están en gracia.

7. Querido padre

He leído muchas veces sus correos y tiene toda la razón con lo que me dice, le cuento algo: yo hace tres meses sí le quise dar una oportunidad para que me demuestre que realmente ha cambiado y le puse esas condiciones las mismas que usted me escribió y me acordé de eso pero él nunca las cumplió. Él se iba a las discotecas los viernes, sábados y los domingos se emborrachaba con los amigos y yo siempre pensaba que con él jamás sería feliz y le dije que ya me había demostrado que él realmente no quería estar conmigo y me alejé.

Y ahora mire vuelve a aparecer después de eso y según él va a cambiar de verdad. Pero yo no le creo realmente. Yo sí quiero esperar por el hombre que Dios me tiene preparado. Así pase mucho tiempo no importa, seré paciente y esperare y me seguiré formando
Gracias padre de todo corazón, Ahora estoy más segura de que he tomado la mejor decisión. Dios y la Virgen lo cuiden, su hija en Cristo: Verónica

Mi respuesta

Vero:
Pues ya le diste la oportunidad y no la aprovechó. Y tú tienes el recibo firmado por él de que si le dieras otra, quedarías atada para darle otra y otra y otra y otra más. ¡Qué bien hiciste en borrarlo! Yo ya no recordaba eso que me habías contado.
Ponte a orar todos los días una oración a San José por el Adán a quien el Padre te destina.
Padre Horacio

8. ¡Padre!

Aquí estoy de nuevo escribiéndole, primero porque quiero desearle ¡feliz día! Usted con sus consejos me ha ayudado mucho y sé que a muchas personas también.
Padre tengo que contarle algo, es que yo conocí a un chico. Hace seis meses somos amigos pero a mí me estaba empezando a gustar porque tenía todas las cualidades que yo estaba esperando en un chico. Le voy a decir la verdad: me ilusioné que hasta pensé que él era la persona que Dios me tenía preparada.

Y ahora me cuentan que él ha dicho que no le gusto porque se ha dado cuenta de que soy muy tranquila y que no le gustan las "santas" padre me siento mal dígame usted ¿qué hay de malo de que yo no sea como las demás chicas?
¡Estoy triste! No quiero sentirme así ni tampoco pensar de que es malo seguir a Cristo porque me rechazan, pero tengo tantas cosas en la cabeza, ayúdeme padre y disculpe si lo molesto tanto. Su hija en Cristo
Vero

Mi respuesta

Verónica:
Lo primero: que no sabes si "lo que dicen que dijo" es verdad y si eso lo dijo él verdaderamente. O alguien lo inventa con alguna otra intención. Así que no des por cierto lo que no es seguro. No te precipites. Si quisieras saber si es verdad lo que él dijo, se lo tendrías que preguntar a él. "Oye, me han dicho que has dicho esto de mí".

Segundo: Supongamos que es verdad y que lo dijo. Puede ser que haya dado una razón explicativa que no sea necesariamente la verdadera. Quizás lo dijo así para no herir diciendo directamente, "no es mi tipo", o no "me gusta".

Tercero: Se confirma la lección de que, habitualmente, no es ella la que reconoce al futuro esposo, sino él quien, por lo general, se fija y reconoce a su futura esposa. Las chicas muy comúnmente se equivocan. Tratan de conquistar al chico que les gusta ¡y así les va! A veces pagan un precio que no hubieran debido dar por algo que no vale.

Cuarto: Creo que de este hecho debes sacar una conclusión y una buena lección: y es que te equivocarás si miras a los chicos por lo buen mozos y su aspecto exterior. Fíjate y atiende al que se fija en ti con buenos ojos, aunque de pronto su exterior no sea lo que tú tienes como ideal. Lo que pasa es que las personas tienen un aspecto y por dentro son otra cosa. Tú miraste la cáscara y no veías el corazón. Menos mal que te enteraste a tiempo.

Quinto: cada vez que te ataquen los pensamientos sobre tu futuro, debes volverte al Señor y entregarte a Él para que Él obre en tu vida. No debes ceder a la desconfianza que te lleva a querer tomar tu vida en tu mano y controlarla. Cuesta mucho que el corazón de la hija de Eva entienda esto, porque ella quiere ser como Dios. No me canso de repetirlo, pero a veces me viene la tentación de cansarme y me parece inútil decirlo porque no lo entienden. Lo oyen y al minuto no lo practican más. Ya no recuerdo si te lo dije, pero te lo debo haber dicho. ¿Vas a dejar ese asunto en manos de Dios? Pues hazlo ya. Y no vuelvas a querer tomarlo de nuevo en sus manos porque el Señor no actúe pronto. No somos quiénes para ponerle plazos ni exigirle con impaciencia. La gracia no se exige. Se pide humildemente. ¿Le darías limosna a un mendigo exigente? Y toda la vida es una limosna de la magnanimidad divina. Pero los soberbios, los exigentes, no se la merecen.

Sexto: el esposo que Dios te mande te reconocerá y le encantará tu modo de ser. Y esa será la señal de que es el esposo a quien Dios te destina. Porque es Eva para Adán y no Adán para Eva. Así que deja de mirar modelos en las vidrieras y espera en paz. Arréglate y vístete, con modestia pero con buen gusto. No salgas a provocar ni tampoco te escondas. VIVE, ESTUDIA, TRABAJA, ALTERNA CON TODOS, pero olvídate de la obsesión del esposo. Es del demonio.
Bendiciones y paz
Padre Horacio

Pasados unos meses le pregunté a Verónica cómo iban sus cosas y me escribió:

9. Querido padre:

Padre le cuento que en estos meses he estado pensando mucho que a lo mejor no voy a conocer el hombre indicado para mi cada día me voy dando cuenta que los chicos ahora sólo quieren jugar con los sentimientos de las chicas. Padre, sé que me ha faltado fe no sé qué me pasa. Siento que me he alejado de Dios. A veces siento un vacío en mi corazón que me pone triste. Rece por mí padre
Su hija en Cristo
Vero

Mi respuesta

Querida Verónica:

Te aconsejo que repases mi último correo electrónico y trates de ponerlo en práctica. Eso te ayudará a resistir las tentaciones de tu enemigo. Pero es verdad que hay una terrible agresión cultural contra el varón. Se lo arrastra y sumerge en la lujuria y en las adicciones. Y la lujuria despoja al varón de su dignidad, de su capacidad para el sacrificio por amor y por las causas grandes. Así se destruye en nuestros jóvenes la capacidad “caballeresca” de luchar y dar la vida por grandes causas, pero sobre todo por los seres que ama: esposa e hijos.

Padre Horacio

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