“Jesús lo increpó diciendo: Cállate, sal de este hombre!”
- 13 Enero 2015
- 13 Enero 2015
- 13 Enero 2015
Souvenirs de la visita del Papa Francisco
"Sugirieron posponer la visita, pero el Papa tenía fe"
Sri Lanka recibe a Francisco entre temores por violencia postelectoral
El opositor Sirisena derrotó a Rajapaksa
Los católicos son una minoría minoritaria en un país con alrededor de un 70% de budistas, un 15% de hinduistas, un 10% de musulmanes y un 5% de católicos
La Iglesia Católica de Sri Lanka continuó con el plan previsto de que el papa Francisco visitara el país a partir de mañana, a pesar del peligro de que hubiera violencia en las elecciones presidenciales realizadas la semana pasada, confiada en la fe del santo padre en Dios.
Así dijo hoy el sacerdote Cyril Gamini, encargado de Comunicación de la organización de la visita del papa a Sri Lanka, y reconoció que hubo dudas sobre qué hacer cuando se supo que las elecciones en las que el anterior presidente Mahinda Rajapaksa fue derrotado serían apenas cinco días antes de la llegada del sumo pontífice.
"Cuando la visita fue oficialmente anunciada no había nada de las elecciones, luego mucha gente estuvo dudosa porque tenemos experiencia en violencia postelectoral", explicó Gamini.
"Algunos sugirieron que canceláramos o pospusiésemos la visita del papa, pero la Iglesia católica insistió en continuar con la visita porque él (el papa) tenía fe en Dios", dijo.
El opositor Maithripala Sirisena se convirtió la pasada semana en el presidente del país tras derrotar en las urnas a Mahinda Rajapaksa por un estrecho margen de tres puntos, tras un mes de campaña crispada y violenta que dejó un muerto y varios heridos.
"Esta visita del papa Francisco va a ser muy importante y muy especial para los católicos de Sri Lanka", indicó el sacerdote.
Recordó que ésta será la tercera visita de un papa a la antigua Ceilán, después de la breve parada de unas horas que hizo Pablo VI en 1970 y el viaje de un día realizado por Juan Pablo II en 1995, cuando aún la isla estaba inmersa en la guerra civil, que acabó en 2009.
"Somos un país pequeño, diminuto comparado con el mundo, incluso somos pequeños en Asia", recordó Gamini, y subrayó que, además, los católicos son una minoría minoritaria en un país con alrededor de un 70% de budistas, un 15% de hinduistas, un 10% de musulmanes y un 5% de católicos.
"Estamos orgullos como nación, como católicos, que el papa Francisco haya elegido Sri Lanka para empezar la gira de 2015 por Asia", agregó.
El papa llegará en la mañana del día 13 a Colombo, donde habrá una ceremonia de bienvenida, al inicio de una visita que cuenta con dos puntos centrales: una misa en un parque enorme de la capital cingalesa y la visita al santuario de Nuestra Señora de Madhu.
Los organizadores esperan que alrededor de 400.000 personas venidas de todo el país asistan a la santa misa en el parque Galle Face Green de Colombo, un parque gigante que mira al océano Índico y que obligará a movilizar a 3.000 personas en la preparación de la liturgia.
En esa misa se producirá la canonización del beato José Vaz, un "evento enorme", según indicó Gamini, al recordar que los católicos del país piden desde hace años la declaración del santo.
El papa viajará posteriormente al Santuario de Madhu, para encabezar una ceremonia religiosa en la que orará y bendecirá a los fieles ante la imagen de la Virgen, y al día siguiente partirá rumbo a Filipinas.
El Papa saluda a su salida hacia Sri Lanka
La Iglesia gira hacia Asia: segundo viaje del Papa, esta vez a Sri Lanka y Filipinas
Francisco ya vuela hacia el extremo Oriente
Bergoglio cruzará 21 países, entre ellos Rusia y China, y recorrerá 25.000 km en una semana
La reconciliación nacional en el primer país, y las catástrofres naturales en el segundo, serán ejes de una visita que también hará especial hincapié en el diálogo interreligioso
(Jesús Bastante).- "Giotto", es el nombre del Airbus-330 de Alitalia que pocos minutos antes de las siete de la tarde ha salido del aeropuerto romano de Fiumicino en dirección a Sri Lanka y Filipinas. Se trata del séptimo viaje internacional de Francisco, y del segundo a Asia, tras el que el verano pasado le llevó a Corea. Como en otras ocasiones, el Pontífice llegó a pie de escalerilla portando su propio bolso de viaje, y saludando a las azafatas que lo esperaban a la puerta del avión.
El Papa emprende un viaje de más de nueve horas, pasando por 21 países (algunos, como China o Rusia, en dos ocasiones), hasta el aeropuerto de Colombo (llegará a las cuatro y media de la mañana hora española), en una visita de una semana que pone de manifiesto la relevancia que el pontificado de Bergoglio da al continente asiático, una de las "periferias" existenciales, culturales y religiosas a las que ha de enfrentarse la Iglesia católica. Un continente donde el catolicismo no es, ni mucho menos, la religión mayoritaria. Será una de las visitas más largas que ha realizado hasta la fecha el Papa, que recorrerá un total de 25.000 kilómetros en siete vuelos, y utilizará cinco "papamóviles": dos en Sri Lanka y tres en Filipinas, incluido un "jepp" que ha causado furor antes de ser utilizado. La reconciliación nacional en el primer país, y las catástrofres naturales en el segundo, serán ejes de una visita que también hará especial hincapié en el diálogo interreligioso. En el aeropuerto internacional de Colombo, Francisco será recibido por el recién elegido presidente de Sri Lanka tras las elecciones del pasado 8 de diciembre, Maithripala Sirisena. El país cuenta con 20 millones de habitantes, de los que el 6,1 % son cristianos, el 8,5 % musulmanes, el 7,9 % hinduistas y la mayoría, el 76,7 %, budistas.
Durante su permanencia en la antigua Ceilán, Bergoglio se reunirá con los representantes de todas las confesiones religiosas para defender el papel del diálogo interreligioso como medio para conseguir la paz.
El miércoles 14 de enero celebrará la misa para la canonización del que será el primer santo local, José Vaz, un sacerdote nacido en India que llegó como misionero a la isla en los momentos de una brutal persecución de los católicos durante el siglo XVII.
Visitará Madhu, en el territorio de los tamiles, enfrentados con los cingaleses en una cruenta guerra que ha durado cerca de tres décadas.
Al día siguiente, el jueves 15 de enero, partirá hacia Filipinas y su llegada a este país está prevista a las 17:45 locales (09:45 GMT), tras lo cual se retirará a descansar, ya que no tiene previsto ningún acto.
El viernes será el día de los saludos oficiales con las autoridades, de la misa en la catedral de Manila y de un encuentro con las familias filipinas en el Asia Arena.
El sábado el pontífice acudirá a Tacloban para visitar a los damnificados del tifón Yolanda, que arrasó la zona en noviembre de 2013.
En Manila el pontífice celebrará los dos encuentros que se esperan más multitudinarios de este viaje: un acto con los jóvenes en el campo de deportes de la universidad y una misa en el parque Rizal.
Tras una semana de viaje, regresará a Roma desde Manila en la tarde del 19 de enero. Asia espera al Papa, que a buen seguro continuará dándonos sorpresas. La primera, en la misma ceremonia de bienvenida, pues Francisco utilizará únicamente el inglés, por primera vez en su pontificado.
Evangelio según San Marcos 1,21b-28.
Jesús entró a Cafarnaún, y cuando llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y comenzó a enseñar. Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios". Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre". El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre. Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!". Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Baudoin de Ford (¿-c. 1190), abad cisterciense, después obispo
Homilía sobre Hb 4,12; PL 204, 451-453
“Jesús lo increpó diciendo: Cállate, sal de este hombre!” (Mc 1,25)
“La Palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que una espada de doble filo.” (Hb 4,12) Toda la grandeza, la fuerza y la sabiduría de la Palabra de Dios se muestra aquí por el apóstol a todos los que buscan a Cristo, Palabra, fuerza y sabiduría de Dios... Cuando se predica esta Palabra de Dios, por la predicación la palabra exterior, pronunciada y escuchada se reviste del poder de la Palabra acogida en el interior. Entonces, los muertos resucitan, (Lc 7,22) y este testimonio hace surgir nuevos hijos de Abrahán. (Mt 3,9) Esta Palabra es palabra viva. Viviente en el corazón del Padre, viviente en los labios del predicador y viviente en los corazones llenos de fe y de amor. Y como es Palabra viva no hay duda de su eficacia.
La Palabra actúa con eficacia en la creación del mundo, en su gobierno y en su redención. ¿Qué puede haber de más eficaz o más fuerte que ella? “Cantad las proezas del Señor, su poder!” (cf Sal 105,2) La eficacia de esta Palabra se manifiesta en sus obras, se manifiesta también en la predicación. “No tornará a mí de vacío, sin que haya realizado lo que me plugo y haya cumplido aquello a que la envié.” (Is 55,11)
La Palabra es, pues, eficaz y más penetrante que una espada de doble filo cuando se la recibe con fe y amor. En efecto ¿qué hay de imposible para quien cree, y qué hay de duro para aquel que ama?
San Hilario de Poitiers
Queridos hermanos y hermanas:
Hoy quiero hablar de un gran Padre de la Iglesia de Occidente, san Hilario de Poitiers, una de las grandes figuras de obispos del siglo IV. Enfrentándose a los arrianos, que consideraban al Hijo de Dios como una criatura, aunque excelente, pero sólo criatura, san Hilario consagró toda su vida a la defensa de la fe en la divinidad de Jesucristo, Hijo de Dios y Dios como el Padre, que lo engendró desde la eternidad.
No disponemos de datos seguros sobre la mayor parte de la vida de san Hilario. Las fuentes antiguas dicen que nació en Poitiers, probablemente hacia el año 310. De familia acomodada, recibió una sólida formación literaria, que se puede apreciar claramente en sus escritos. Parece que no creció en un ambiente cristiano. Él mismo nos habla de un camino de búsqueda de la verdad, que lo llevó poco a poco al reconocimiento del Dios creador y del Dios encarnado, que murió para darnos la vida eterna. Bautizado hacia el año 345, fue elegido obispo de su ciudad natal en torno a los años 353-354. En los años sucesivos, san Hilario escribió su primera obra, el Comentario al Evangelio de san Mateo. Se trata del comentario más antiguo en latín que nos ha llegado de este Evangelio.
En el año 356 asistió como obispo al sínodo de Béziers, en el sur de Francia, el "sínodo de los falsos apóstoles", como él mismo lo llamó, pues la asamblea estaba dominada por obispos filo-arrianos, que negaban la divinidad de Jesucristo. Estos "falsos apóstoles" pidieron al emperador Constancio que condenara al destierro al obispo de Poitiers. De este modo, san Hilario se vio obligado a abandonar la Galia en el verano del año 356. Desterrado en Frigia, en la actual Turquía, san Hilario entró en contacto con un contexto religioso totalmente dominado por el arrianismo. También allí su solicitud de pastor lo llevó a trabajar sin descanso por el restablecimiento de la unidad de la Iglesia, sobre la base de la recta fe formulada por el concilio de Nicea. Con este objetivo emprendió la redacción de su obra dogmática más importante y conocida: el De Trinitate ("Sobre la Trinidad"). En ella, san Hilario expone su camino personal hacia el conocimiento de Dios y se esfuerza por demostrar que la Escritura atestigua claramente la divinidad del Hijo y su igualdad con el Padre no sólo en el Nuevo Testamento, sino también en muchas páginas del Antiguo Testamento, en las que ya se presenta el misterio de Cristo. Ante los arrianos insiste en la verdad de los nombres de Padre y de Hijo, y desarrolla toda su teología trinitaria partiendo de la fórmula del bautismo que nos dio el Señor mismo: "En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo". El Padre y el Hijo son de la misma naturaleza. Y si bien algunos pasajes del Nuevo Testamento podrían hacer pensar que el Hijo es inferior al Padre, san Hilario ofrece reglas precisas para evitar interpretaciones equivocas: algunos textos de la Escritura hablan de Jesús como Dios, otros en cambio subrayan su humanidad. Algunos se refieren a él en su preexistencia junto al Padre; otros toman en cuenta el estado de abajamiento (kénosis), su descenso hasta la muerte; otros, por último, lo contemplan en la gloria de la resurrección. En los años de su destierro, san Hilario escribió también el Libro de los Sínodos, en el que reproduce y comenta para sus hermanos obispos de la Galia las confesiones de fe y otros documentos de los sínodos reunidos en Oriente a mediados del siglo IV. Siempre firme en la oposición a los arrianos radicales, san Hilario muestra un espíritu conciliador con respecto a quienes aceptaban confesar que el Hijo era semejante al Padre en la esencia, naturalmente intentando llevarles siempre hacia la plena fe, según la cual, no se da sólo una semejanza, sino una verdadera igualdad entre el Padre y el Hijo en la divinidad.
También me parece característico su espíritu de conciliación: trata de comprender a quienes todavía no han llegado a la verdad plena y, con gran inteligencia teológica, les ayuda a alcanzar la plena fe en la divinidad verdadera del Señor Jesucristo. En el año 360 ó 361, san Hilario pudo finalmente regresar del destierro a su patria e inmediatamente reanudó la actividad pastoral en su Iglesia, pero el influjo de su magisterio se extendió de hecho mucho más allá de los confines de la misma. Un sínodo celebrado en París en el año 360 o en el 361 retomó el lenguaje del concilio de Nicea. Algunos autores antiguos consideran que este viraje antiarriano del Episcopado de la Galia se debió en buena parte a la firmeza y a la bondad del obispo de Poitiers. Esa era precisamente una característica peculiar de San Hilario: el arte de conjugar la firmeza en la fe con la bondad en la relación interpersonal.
En los últimos años de su vida compuso los Tratados sobre los salmos, un comentario a 58 salmos, interpretados según el principio subrayado en la introducción de la obra: "No cabe duda de que todas las cosas que se dicen en los salmos deben entenderse según el anuncio evangélico, de manera que, independientemente de la voz con la que ha hablado el espíritu profético, todo se refiera al conocimiento de la venida de nuestro Señor Jesucristo, encarnación, pasión y reino, y a la gloria y potencia de nuestra resurrección" (Instructio Psalmorum 5). En todos los salmos ve esta transparencia del misterio de Cristo y de su cuerpo, que es la Iglesia. En varias ocasiones, san Hilario se encontró con san Martín: precisamente cerca de Poitiers el futuro obispo de Tours fundó un monasterio, que todavía hoy existe. San Hilario falleció en el año 367. Su memoria litúrgica se celebra el 13 de enero. En 1851 el beato Pío IX lo proclamó doctor de la Iglesia. Para resumir lo esencial de su doctrina, quiero decir que el punto de partida de la reflexión teológica de san Hilario es la fe bautismal. En el De Trinitate, escribe: Jesús "mandó bautizar en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo (cf. Mt 28, 19), es decir, confesando al Autor, al Unigénito y al Don. Sólo hay un Autor de todas las cosas, pues sólo hay un Dios Padre, del que todo procede. Y un solo Señor nuestro, Jesucristo, por quien todo fue hecho (1 Co 8, 6), y un solo Espíritu (Ef 4, 4), don en todos. (...) No puede encontrarse nada que falte a una plenitud tan grande, en la que convergen en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo la inmensidad en el Eterno, la revelación en la Imagen, la alegría en el Don" (De Trinitate 2, 1). Dios Padre, siendo todo amor, es capaz de comunicar en plenitud su divinidad al Hijo. Considero particularmente bella esta formulación de san Hilario: "Dios sólo sabe ser amor, y sólo sabe ser Padre. Y quien ama no es envidioso, y quien es Padre lo es totalmente. Este nombre no admite componendas, como si Dios sólo fuera padre en ciertos aspectos y en otros no" (ib. 9, 61). Por esto, el Hijo es plenamente Dios, sin falta o disminución alguna: "Quien procede del perfecto es perfecto, porque quien lo tiene todo le ha dado todo" (ib. 2, 8). Sólo en Cristo, Hijo de Dios e Hijo del hombre, la humanidad encuentra salvación. Al asumir la naturaleza humana, unió consigo a todo hombre, "se hizo la carne de todos nosotros" (Tractatus in Psalmos 54, 9); "asumió en sí la naturaleza de toda carne y, convertido así en la vid verdadera, es la raíz de todo sarmiento" (ib. 51, 16). Precisamente por esto el camino hacia Cristo está abierto a todos —porque él ha atraído a todos hacia su humanidad—, aunque siempre se requiera la conversión personal: "A través de la relación con su carne, el acceso a Cristo está abierto a todos, a condición de que se despojen del hombre viejo (cf. Ef 4, 22) y lo claven en su cruz (cf. Col 2, 14); a condición de que abandonen las obras de antes y se conviertan, para ser sepultados con él en su bautismo, con vistas a la vida (cf. Col 1, 12; Rm 6, 4)" (ib. 91, 9). La fidelidad a Dios es un don de su gracia. Por ello, san Hilario, al final de su tratado sobre la Trinidad, pide la gracia de mantenerse siempre fiel a la fe del bautismo. Es una característica de este libro: la reflexión se transforma en oración y la oración se hace reflexión. Todo el libro es un diálogo con Dios. Quiero concluir la catequesis de hoy con una de estas oraciones, que se convierte también en oración nuestra: "Haz, Señor —reza san Hilario, con gran inspiración— que me mantenga siempre fiel a lo que profesé en el símbolo de mi regeneración, cuando fui bautizado en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo. Que te adore, Padre nuestro, y juntamente contigo a tu Hijo; que sea merecedor de tu Espíritu Santo, que procede de ti a través de tu Unigénito. Amén" (De Trinitate 12, 57). Benedicto XVI, Señor, Padre todopoderoso, haz que tu pueblo penetre en el conocimiento de la divinidad de Jesucristo y la proclame con aquella misma valentía con que el obispo San Hilario la defendió durante toda su vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Francisco, pasando delante de unos elefantes
La gira papal pone a prueba su salud y la geopolítica vaticana
Las 10 claves del segundo viaje del Papa a la 'frontera' asiática
Llevará la 'Alegría del Evangelio' y dará consuelo a Filipinas, arrasado por los tifones
Con el telón de bambú chino al fondo. Derribarlo es el gran sueño de Jorge Bergoglio
(José Manuel Vidal).- Es una de las grandes fronteras de la Iglesia. Asia, el continente más poblado del mundo y el más religioso, apenas tiene presencia católica. El Papa Francisco viaja por segunda vez en su pontificado a esta área de potencial crecimiento para la Iglesia, para llevar reconciliación a Sri Lanka, herida por la guerra, y consuelo a filipinas, el único país católico del continente, herido por los tifones. Y siempre con el telón de bambú chino al fondo. Derribarlo es el gran sueño de Jorge Bergoglio. Éstas son las diez claves del viaje papal.
La resistencia papal a prueba A sus 78 años, Francisco va a emprender su viaje más largo y complicado. Un viaje de más de una semana: del 12 al 19 de enero. Y con enormes distancias. El trayecto Roma-Colombo es de 7.630 kilómetros y durará casi diez horas. De Colombo a Filipinas recorrerá 4. 567 kilómetros en seis horas y cuarto. El viaje de vuelta de Manila a Roma es de 10.397 kilómetros y casi 15 horas de duración. Si al largo viaje, sumamos la multitud de actos que tiene previsto y la entrega absoluta del Papa a los fieles, con los que no regatea esfuerzos, confluyen todos los ingredientes que pueden desgastar las ya de por sí mermadas facultades físicas de un Papa de 78 años.
La alegría del Evangelio, propuesta papal para conquistar Asia
El alma de Asia es profundamente religiosa. Su orientación filosófica esencial no se basa en el principio greco-romano de la contradicción, sino en la síntesis. No es lineal, sino circular y está impregnado por las enseñanzas de las mayores religiones del mundo y las más antiguas: hinduismo, taoísmo, budismo. Un continente con más de dos tercios de la población mundial y con apenas un 2,6% de cristianos. Un alma religiosa asiática que no sucumbe ante la secularización, que arrasa en Occidente y comienza a hacer lo mismo en Latinoamérica y en África. Conquistar este último reducto religioso es el sueño del Papa, que, como buen jesuita, sabe que se trata del gran reto eclesial desde Francisco Javier o Mateo Ricci. Francisco es un admirador de este jesuita (1552-1610) y de su trabajo de evangelización en China dentro del respeto de la cultura local. Tanto que, en su juventud, pidió ir de misionero a Japón, pero sus superiores no se lo concedieron. Para evangelizar Asia, Bergoglio quiere proponer la "alegría del Evangelio" de una Iglesia samaritana. Una conquista por seducción y por la vía humilde de la alegría evangélica.
Una Iglesia hospital de campaña para sanar las heridas asiáticas
Múltiples y profundas heridas que ensangrientan la piel del continente amarillo. Desde las guerras abiertas del Oriente Medio, al terrorismo de Afganistán o Pakistán, pasando por las catástrofes naturales o los dramas de la pobreza y de las inmensas desigualdades. Un marco ideal para la estrategia 'franciscana' de hacer pasar a la Iglesia de instancia de poder, aliada con los opresores, a hospital de campaña al servicio de los más pobres y oprimidos.
Reconciliación para Sri Lanka...
Como máximo líder de esa Iglesia-hospital-de-campaña, el Papa ofrecerá reconciliación en Sri Lanka, donde todavía se oyen los ecos de la larguísima guerra civil, que duró de 1983 a 2009, entre la mayoría cingalesa y la minoría tamil y que dejó más de 100.000 muertos. Además es uno de los países arrasados por el tsunami de 2004, que causó casi 31.000 muertos. En un país de 20 millones de habitantes, donde los católicos son "un pequeño rebaño" de millón y medio de fieles (el 7% de la población) entre la mayoría budista (70, 2%), seguida por los hinduistas (12,6%) y los musulmanes (9,7%). La minoría católica está bien vista en el país, tanto entre la mayoría cingalesa como entre la minoría tamil, con raíces en ambos pueblos desde el siglo XVI, pero con poco crecimiento.
...y sanación para Filipinas
Francisco llevará consuelo a Filipinas, sacudida el año pasado por el tifón Yolanda, que asoló parte del país y dejó una estela de más de 7.000 víctimas mortales. Y consuelo para la inmensa multitud de pobres y marginados del único país asiático mayoritariamente católico con 75 millones de habitantes (80% de la población), que se prepara para festejar los 500 años de su primera evangelización a cargo de los religiosos que acompañaban a Magallanes. Es el tercer país con más católicos del mundo después de Brasil y México. Allí, el Papa mostrará misericordia y compasión a los que sufren por los estragos naturales, pero también a los que sufren por las injusticias estructurales ocasionadas por la pobreza y la corrupción.
Misericordia y compasión con kopinos, japinos y mujeres esclavas sexuales
Consuelo y sanación para los más pobres de los pobres, que pueden ejemplificarse en tres sectores especialmente marginados: los kopinos, los japinos y las esclavas sexuales. Los kopinos son los hijos de jóvenes madres filipinas y turistas coreanos, la mayoría hombres de negocios casados y con familia. En Filipinas crean una segunda familia, a la que al poco tiempo abandonan, dejando a sus segundas esposas y a sus hijos en la más absoluta miseria. Se calcula que hay unos 30.000 kopinos. Muchos más (unos 200.000) son los japinos, hijos abandonados de padres japoneses y jóvenes madres filipinas. Las madres de kopinos y japinos se ven obligados a prostituirse o a emigrar a Japón, para seguir ejerciendo la prostitución en burdeles y bares de copas.
Un viaje tras las huellas de Pablo VI y Juan Pablo II
El mismo trayecto, pero a la inversa (primero Filipinas y, después, Sri Lanka) lo hicieron Pablo VI en 1970 y Juan Pablo II por dos veces, en 1981 y en 1995. Con motivo de la Jornada mundial de la juventud, el Papa Wojtyla congregó más de 4 millones de personas en la misa del Rizal Park de Manila. Francisco quiere seguir la estela de sus dos predecesores. Como él mismo confesaba en el avión de regreso de la Jornada mundial de la Juventud de Rio: "Hay que ir a Asia. El Papa Benedicto no tuvo tiempo de ir a Asia, y es importante hacerlo". O como dijo en su reciente visita a Corea, "Asia es la gran frontera". La última frontera del catolicismo.
La geopolítica vaticana pasa por Asia
Tras los intentos fallidos de Francisco Javier y Mateo Ricci (éste último abortado por la propia jerarquía romana por considerar su evangelización demasiado inculturada), la Iglesia comenzó a mirar de nuevo a Asia a partir del postconcilio. Con viajes de Pablo VI y Juan Pablo II. Y, en general, con fracaso en la penetración del catolicismo. Francisco sigue empeñado en esa misma cruzada de sus predecesores. Con tres objetivos. La Iglesia quiere demostrar, en primer lugar, que Asia no es impenetrable a la fe de Cristo. Que las grandes culturas asiáticas, encabezadas por China e India, son permeables a la fe. En segundo lugar, que el catolicismo ya no se impone, como antaño, a golpe de la espada de los conquistadores y colonizadores, sino que se propone como una cosmovisión de paz y misericordia, que puede dar sentido también a la vida de los asiáticos. Y, en tercer lugar, que Asia es el único continente donde la Iglesia católica puede seguir creciendo. Hegemónica en los demás continentes, taponada por la impenetrabilidad del Islam en el norte de África y en todo el Oriente Medio, para competir en número con el credo musulmán, la Iglesia católica necesita imperiosamente implantarse a fondo en los grandes y poblados países asiáticos. Especialmente, en La India y, sobre todo, en China, que, tras ser barrida por el comunismo ateo, puede buscar salida o bien en la indiferencia religiosa o bien en la trascendencia de un catolicismo inculturado, como el que proponía el jesuita Ricci.
Preocupa la seguridad del Papa
Como en todos sus viajes, Francisco no quiere papamóvil blindado ni cordones de policías y guardaespaldas que lo alejen de la gente. En la retina eclesial, figura todavía el atentado que sufrió Pablo VI, en 1970 en el aeropuerto de Manila, a manos de un perturbado, que lo atacó con un cuchillo. Sri Lanka y, sobre todo Filipinas, extremarán las medidas de seguridad. Hasta 40.000 policías, tropas y reservistas formarán parte de la mayor operación de seguridad del país. "Habrá soldados subiendo y bajando de helicópteros para rescatar al Papa en caso de que fuera acorralado por el mar de gente. Podríamos transportarlo por aire o usar buques navales para llevar al papa a un lugar seguro si fuera necesario", explica el jefe del operativo filipino, general Gregorio Catapang. Una medida preventiva, entre otras muchas. De hecho, cuando Juan Pablo II visitó Manila en 1995, se violaron los perímetros de seguridad y tuvo que ser llevado en helicóptero al lugar de una misa, debido a que su coche no pudo atravesar un mar de unas 5 millones de personas.
El 'jeepney' papal
Sin duda llamará la atención el papamóvil del Papa en Filipinas. Se trata de un vehículo inspirado en el "jeepney", uno de los más tradicionales vehículos locales. Los jeepneys aparecieron originalmente como una adaptación de los jeeps militares usados por Estados Unidos durante la II Guerra Mundial. Alargados, elevados, con un gran parachoques y profusamente decorados con motivos religiosos, estos vehículos se han convertido en la forma más popular de transporte público en Filipinas. El 'jeepney' papal lleva el escudo del Santo Padre en el capó, en el techo y en ambos costados, así como un emblema de la Compañía de Jesús, una estrella de ocho puntas, símbolo de la Virgen María, y un nardo que representa a San José. A cada lado del papamóvil, una cruz de vidrio del artista Ramón Orlina.