Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios

BENEFICIOS DEL DIOXIDO DE CLORO CDS

La reciente pandemia del Covid-19 conmocionó al mundo y ha cobrado miles de vidas, y como una de las consecuencias igualmente complicadas, la economía mundial se vio comprometida. Sin duda, este es un problema que requiere una solución urgente y el compromiso de todos, especialmente del personal de salud para la búsqueda de su pronta solución.

Con el objetivo de identificar una solución para este problema y además basándose en las evidencias científicas ya publicadas y experiencias clínicas de utilización del dióxido de cloro (ClO2) por Médicos e Investigadores, hicimos una evaluación de las principales informaciones para apoyar nuestra propuesta de uso de la solución de dióxido de cloro (CDS), siguiendo el protocolo estandarizado por Andreas Ludwig Kalcker como una alternativa segura y eficaz para combatir la infección por SARS-COV2 (Kalcker 2017-2020; Kalcker & Valladares 2020).

Por lo tanto, para ayudar a aclarar los conceptos, invitamos a todos los organismos oficiales a conocer el trabajo y las patentes del Científico Andreas Ludwig Kalcker con la solución acuosa de dióxido de cloro (CDS). Ciertamente, después de tener este conocimiento, creemos que estos organismos, que aprecian la salud, comprenderán naturalmente el potencial de esta solución para el uso humano, y a partir de entonces podrán revisar sus documentos que pueden estar en desacuerdo con la realidad científica publicada y las experiencias médicas actuales y quizás puedan ofrecer esta información de una manera más clara y asertiva en sus artículos publicados en los sitios oficiales o incluso en sus documentos.

Es muy preocupante ser testigo de las consecuencias y el impacto de la información publicada en disonancia con la realidad en un momento de emergencia de salud pública mundial, cuando la vida de muchas personas está en peligro. Por lo anterior, es urgente que todas las instituciones están alerta a través de la calificación previa de la información que se publica para que no haya fallas en la traducción del conocimiento científico, generando así espacio para dudas y malas interpretaciones a través de los medios de comunicación, con serias consecuencias e influyendo negativamente en la toma de decisiones de los gestores.

Los avances y descubrimientos científicos son constantes, y en el ámbito de la salud, el pronto acceso a los mismos por el personal sanitario y los pacientes se vuelve primordial y apremiante, siendo lógico y obligado, por puro sentido humanitario y conforme al rigor científico, probar con sustancias como el Dióxido de Cloro (ClO2) del que hay evidencia demostrada de su eficacia y utilidad. En la historia de la medicina ha sido constante la supremacía del criterio del “recurso compasivo” frente al criterio del “recurso perfectamente contrastado”.

El art.º 32 y 37 de la Declaración de Helsinki de 1964 así lo permiten en el caso de «Intervención No Comprobada» (INC), «Cuando en la atención de un paciente las intervenciones probadas no existen u otras intervenciones conocidas han resultado ineficaces, el médico, después de pedir consejo de experto, con el consentimiento informado del paciente o de un representante legal autorizado, puede permitirse usar intervenciones no comprobadas, si, a su juicio, ello da alguna esperanza de salvar la vida, restituir la salud o aliviar el sufrimiento«.

Los médicos, conforme a la declaración de Ginebra de 1948, ante pacientes cuya salud y vida están en peligro , tienen la obligación de usar todos los medios y productos de que dispongan, que ofrezcan indicios de efectividad y en mayor medida ante una emergencia médica, ya que conforme al deber de fraternidad y ayuda humanitaria no puede limitarse ni negarse el uso del Dióxido de Cloro (ClO2), cuya no toxicidad ha sido documentada y cuya eficacia y seguridad ha sido demostrada en los estudios y prácticas llevadas a cabo en diferentes países. En la misma medida los Estados, Instituciones y Organizaciones no pueden restringir ni impedir su uso ante las evidencias clínicas existentes, pues de lo contrario incumplirían las obligaciones asumidas en los textos internacionales y nacionales, incurriendo en la vulneración de derechos fundamentales como el derecho a la vida y a la salud, así como del derecho de autodeterminación del paciente y autonomía profesional e independencia clínica. «1. El médico tiene el deber de intentar la curación o la mejoría del paciente, siempre que sea posible. Cuando ya no lo es, permanece la obligación de aplicar las medidas adecuadas para conseguir su bienestar, aun cuando de ello pueda derivarse un acortamiento de la vida. El paciente tiene derecho a la autodeterminación y a tomar decisiones libremente con relación a su persona. El médico informará al paciente las consecuencias de su decisión. El paciente adulto mentalmente competente tiene derecho a dar o negar su consentimiento para cualquier examen, diagnóstico o terapia. El paciente tiene derecho a la información necesaria para tomar sus decisiones. El paciente debe entender claramente cuál es el propósito de todo examen o tratamiento y cuáles son las consecuencias de no dar su consentimiento.

Los principios universales que impregnan toda normativa deben cumplir con el respeto de las leyes humanitarias innatas en el inconsciente colectivo, como queda recogido en la máxima del juramento hipocrático «MANTENER el mayor respeto por la vida humana desde sus comienzos, aun bajo amenazas, y no utilizar los conocimientos médicos en contra de las leyes de la humanidad.» Los valores éticos tienen primacía sobre las disposiciones legales limitantes como bien reconoce la Declaración de la AMM sobre la relación entre el derecho y la ética de 2003, la cual dispone «Cuando la legislación y la ética médica se encuentran en conflicto, los médicos deben tratar de hacer cambiar la legislación. Si se produce este conflicto, las responsabilidades éticas prevalecen sobre las obligaciones legales.»

Cuando un paciente ante una enfermedad busque alivio o salvar su vida y solicita probar una opción terapéutica de la cual hay indicios de utilidad, como ocurre con el Dióxido de Cloro (ClO2), es deber del médico apoyar al paciente, adquirir conocimiento, hacer estudios, y divulgarlo de acuerdo con el art.º 27 de la Declaración Universal de Derechos humanos de 1948, para que todos se beneficien del progreso científico debe compartirse libremente la información para que se difundan en todos los países sin restricciones, «Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten.»

Sabas, Santo

Abad, 5 de diciembre
 
Martirologio Romano: Cerca de Jerusalén, san Sabas, abad, que, nacido en Capadocia, se retiró al desierto de Judea, donde fundó un nuevo estilo de vida eremítica en siete monasterios que se llamaron «lauras», reuniendo a los solitarios bajo un superior. Vivió durante muchos años en la Gran Laura, que posteriormente llevó su nombre, brillando con el ejemplo de santidad y luchando esforzadamente por la fe de Calcedonia († 532 ).

Breve Biografía

Sabas es el fundador de la llamada Grande Laura al lado del valle de Cedrón, a las puertas de Jerusalén. Había nacido en Mutalasca, cerca de Cesarea de Capadocia, en el 439, y después de pasar algún tiempo en el monasterio de su pueblo, en el 457 se trasladó al de Jerusalén fundado por Pasarión, pero éste no satisfizo sus aspiraciones. Y al contrario de muchos monjes que abandonaban su convento para correr a las grandes ciudades a llevar una vida poco edificante, Sabas, deseoso de soledad, durante una permanencia en Alejandría pidió y obtuvo el permiso para retirarse a una gruta, con el compromiso de regresar todos los sábados y domingos a hacer vida común en el monasterio.

Cinco años después, de regreso en Jerusalén, fijó su domicilio en el valle de Cedrón en una gruta solitaria, a donde entraba por una pequeña escalera hecha con lazos. Por lo visto, esa escalera reveló su escondite a otros monjes deseosos como él de soledad, y en poco tiempo, como en un gran panal, esas grutas inhóspitas en la pared rocosa se poblaron de solitarios pero no ociosos habitantes.

Así nació la Grande Laura, esto es, uno de los más originales monasterios de la antigüedad cristiana. Sabas, con mucha paciencia y al mismo tiempo con indiscutible autoridad, gobernó ese creciente ejército de ermitaños organizándolos según las reglas de vida eremítica ya establecidas un siglo antes por San Pacomio. Para que la guía del santo abad tuviera un punto de referencia en la autoridad del obispo, el patriarca de Jerusalén lo ordenó sacerdote en el 491.

Sabas, a pesar de su predilección por el total aislamiento del mundo, no rehuyó sus compromisos sacerdotales. Fundó otros monasterios, entre ellos uno en Emaús, y tomó parte activa en la lucha contra la herejía de los monofisitas, llegando al punto de movilizar a todos sus monjes en una expedición para oponerse a la toma de posesión de un obispo hereje, enviado a Jerusalén por el emperador Anastasio.

Ante el emperador de Constantinopla, San Sabas puso en escena una representación de mímicas para demostrar con la evidencia de las imágenes coreográficas la triste condición del pueblo palestino agobiado por pesados impuestos y uno en particular, que perjudicaba a los comerciantes, pero sobre todo al pueblo.

Cuando murió, el 5 de diciembre del 532, toda la región quiso honrarlo con espléndidos funerales. En Roma, en el siglo VII, por obra de los monjes griegos surgieron sobre el monte Aventino un monasterio y una basílica dedicados a su memoria, del que toma el nombre el barrio.

Fue uno de los santos más influyentes y significativos del anacoretismo en Oriente.

Ante el llamado, solo hay una respuesta

Santo Evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1.6-8. Sábado I de Advoento

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, ayúdame a descubrir qué pides de mí y dame un corazón generoso para ser dócil a tu voluntad.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 9, 35-10, 1.6-8

En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: «La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos».

Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: «Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente».

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Si Jesús recorriera nuestras ciudades, pueblos o lugares de habitación, tal como lo hizo en Galilea, ¿qué vería? El Evangelio nos muestra que vio rostros cansados, gente arrutinada y acostumbrada a que su vida fuese igual siempre, vio gente que quizá había escuchado de Dios, pero no se había dado la oportunidad de conocer a Dios.

Jesús hoy quiere mirarnos con compasión y ternura, él desea hacernos las personas más felices, desea ser nuestro pastor.

No obstante, Jesús toma una solución muy concreta; pide a la gente que ore para que haya más obreros en la mies, llama a cada uno de esos hombres y mujeres por su nombre y los envía como sus misioneros.

Es probable que pensemos que pedir obreros para la mies es orar por las vocaciones, y aunque sí debemos pedírselo al Señor, no sólo las personas consagradas reciben un llamado de Dios para ser misioneros. Hoy mismo nosotros podemos ser la persona que Dios tiene en mente para que su alegría llegue a tanta gente arrutinada «como ovejas sin pastor». Esas ovejas son la gente que vemos todos los días… ¿Qué le vamos a responder al Señor que nos llama? El Señor nos ha dado bendiciones a manos llenas… ¡Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis!

«Añado una palabra que no quisiera que fuese retórica, por favor: ¡ánimo! No significa paciencia, resígnense. No, no, no significa esto. Sino al contrario, significa: osen, sean valientes, ¡vayan adelante! ¡Sean creativos! ¡Sean artesanos todos los días, artesanos del futuro! Con la fuerza de aquella esperanza que nos da el Señor que jamás defrauda, pero que también necesita de nuestro trabajo. Por esto rezo y los acompaño con todo mi corazón. El Señor los bendiga a todos y que la Virgen los proteja».
(Homilía de S.S. Francisco, 21 de junio de 2015).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy intentaré ser misionero con mi ejemplo de vida y oraré por las vocaciones.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Caminar hacia Dios

¿Cómo ponerse en ese camino? En la medida en que uno se abre al amor con corazón sincero y se pone en marcha con aquella luz que consiga alcanzar, cada persona vive ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe
 
Desde el principio -como se ve en los primeros bosquejos del arte prehistórico- los hombres se abren a la dimensión trascendente o religiosa. Se trata de un caminar hacia Dios que el cristianismo interpreta como una respuesta del hombre a Dios que es el que le busca primero.

La búsqueda de Dios por la razón

1. La búsqueda de Dios, manifestación más alta de la razón. En 1864, cuando tenía 20 años, Nietzsche escribió un poema al Dios desconocido, aunque luego abandonó el camino de la razón por un voluntarismo sin salida.

Mucho antes, San Pablo había descubierto en Atenas un altar dedicado “al Dios desconocido”. En su célebre discurso del Areópago (cf. Hch 17, 22-34) les dijo a los atenienses que el Dios cristiano no era ajeno a la cultura griega, sino la respuesta a las preguntas más profundas que aquella y todas las demás culturas se formulaban.

A principios del siglo XX el poeta español Antonio Machado describe así su búsqueda de sentido y de Dios, quizá desde la infancia: “…Como el niño que en la noche de una fiesta / se pierde entre el gentío / y el aire polvoriento y las candelas chispeantes, atónito, y asombra / su corazón de música y de pena, / así voy yo, borracho melacólico, / guitarrista lunático, poeta, / y pobre hombre en sueños, / siempre buscando a Dios entre la niebla” (Del libro Soledades, Galerías y otros poemas, 1907).

Hoy como ayer –pensamos los cristianos– la búsqueda de Dios sigue siendo la manifestación más elevada de la razón humana; lo mismo que la disponibilidad para encontrarle –pues es Dios el primero que busca al hombre– sigue siendo el fundamento de toda verdadera cultura.

La búsqueda de Dios por la fe
 
2. La fe ilumina la búsqueda de Dios. Pues bien, la fe cristiana ilumina la búsqueda de Dios. Y por eso, ayuda al diálogo con las diversas religiones (cf. encíclican Lumen fidei, 35). Quien se abre a Dios, por medio de la religión, intenta reconocer los signos de Dios, tanto en las experiencias cotidianas de su vida como en la observación del mundo y de la naturaleza, y especialmente de los valores y realizaciones de las personas, a través de la filosofía o de la ciencia (cf. Ibid).

Cuando el hombre se acerca a Dios, la luz humana –la razón, la personalidad– no se disuelve en la inmensidad luminosa de lo divino, como una estrella que desaparece al llegar el alba, sino que se hace más brillante cuanto más próxima está del fuego originario, como espejo que refleja su esplendor (cf. Ibid).

Todas las experiencias humanas pueden ser integradas, iluminadas y purificadas por la luz de Cristo. Y “cuanto más se sumerge el cristiano en la aureola de la luz de Cristo, tanto más es capaz de entender y acompañar el camino de los hombres hacia Dios” (Ibid).

¿Cómo ponerse en ese camino? En la medida en que uno se abre al amor con corazón sincero y se pone en marcha con aquella luz que consiga alcanzar, cada persona vive ya, sin saberlo, en la senda hacia la fe (cf. Ibid).

Aunque no se dé cuenta, esa persona está ya viviendo “como si Dios existiese”, a veces porque reconoce su importancia para encontrar orientación segura en la vida que lleva con los otros. Y otras veces porque experimenta el deseo de luz en la oscuridad; pero también, intuyendo, a la vista de la grandeza y la belleza de la vida, que ésta sería todavía mayor con la presencia de Dios (cf. Ibid).

Sea como fuere, “quien se pone en camino para practicar el bien se acerca a Dios, y ya es sostenido por él, porque es propio de la dinámica de la luz divina iluminar nuestros ojos cuando caminamos hacia la plenitud del amor” (Ibid).
 
 Obstáculos en la búsqueda de Dios

3. Obstáculos en la búsqueda de Dios. Sin embargo, en la actualidad parece existir un empeño en presentar la religión como algo peligroso, que lleva a la violencia. Pero no es así, pues la verdadera religión siempre lleva a lo contrario, al bien y a la paz. Por eso la cuestión de Dios no es un peligro para la sociedad o para la vida humana, sino un camino que cabe recorrer acertadamente hacia la verdad, el bien y la belleza.

Ciertamente no es fácil buscar la verdad con valentía. Con mucha frecuencia la razón se deja engañar por los intereses y por la atracción de lo meramente útil o placentero, para seguirlo como criterio último. Por eso “la búsqueda de la verdad no es fácil” y hace falta valentía y constancia.

Jesús dice en el Evangelio, “la verdad os hará libres” (Jn 8, 32), a la vez que: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Jn 14, 6). Lo que libera al hombre no es una verdad abstracta, sino la participación en la vida divina en Cristo, único lugar donde se unen perfectamente la verdad y el amor, como fundamento y garantía de la plena libertad. El odio y la indiferencia –a veces peor que el odio– hacia los demás son grandes muros que impiden llegar a Dios.

Otras veces la búsqueda de Dios se encuentra con el “antitestimonio” o el escándalo que producen los creyentes, cuando no viven lo que creen haciendo que la religión sea inhumana. Y por eso los no creyentes les piden a los creyentes que sean coherentes con lo que creen o dicen creer (cf. Benedicto XVI, videoconferencia frente al atrio de la catedral de Notre-Dame, 25-III-2011).

Por otro lado, los creyentes quieren decir a sus amigos que este tesoro que llevan dentro merece ser buscado y compartido, merece atención y reflexión.

En todo caso, la búsqueda de Dios vale la pena, porque promueve la fraternidad entre las personas, sin ver una contradicción entre una sana laicidad y la religión. Esto comienza por ayudar a todo ser humano, lo que también es un camino hacia Dios. Entonces es posible derribar los muros del miedo al otro, al extranjero, al que no se nos parece, miedo que nace a menudo del desconocimiento mutuo, del escepticismo o de la indiferencia. Hoy especialmente los jóvenes están llamados a construir puentes de diálogo entre creyentes y no creyentes, sin olvidar a los que viven en la pobreza o en la soledad, a los que sufren por culpa del paro, padecen una enfermedad o se sienten al margen de la sociedad (cf. Ibid).

Los caminos concretos hacia Dios

4. ¿Y cómo buscar a Dios en concreto? Hay muchos caminos: contemplar la belleza de la naturaleza y las realizaciones más altas del ser humano, ayudar a quienes nos rodean en sus necesidades, hacer bien el trabajo que nos corresponde con espíritu de servicio, entrar en un templo para hacer oración, abrir el corazón a los textos de la Biblia, dejarse interpelar por la belleza de los cantos de la liturgia cristiana, dejar que los sentimientos se eleven hacia ese que quizá para muchos sea aún un “Dios desconocido”, profundizar en el conocimiento del mensaje cristiano, etc.

En definitiva, Dios puede ser buscado por la razón, la ciencia y el arte, por el asombro ante el mundo y la atención a los demás, si se tiene un corazón sincero. Sobre esos fundamentos, la fe de los cristianos ayuda a encontrarse con Dios. Y, si se convierte en una verdadera vida de fe –coherente en los hechos–, ayuda a que los demás lo encuentren.

En todo caso, conviene preguntarse, unos y otros, no creyentes y creyentes, los primeros cuál es la idea de Dios que rechazan (en lo que probablemente tienen mucha razón); y los segundos, si nuestra vida es coherente con una religión plenamente acorde, a su vez, con la dignidad del hombre, de todo hombre. Así todos podremos caminar hacia Dios y contribuir, en familia, a la edificación de un mundo nuevo (cf. Ibid).

Los caminos hacia Dios lo son porque ante todo son caminos de Dios y Él los ha recorrido primero hacia nosotros.

Trabajar por un mundo más justo, fraterno y unido

El Papa Francisco recibió la mañana del 4 de diciembre a embajadores.

El Papa dio la bienvenida a los nuevos embajadores acreditados ante la Santa Sede a quienes ofreció sus mejores deseos y les aseguró el apoyo de todas las instancias “para ayudarles en el cumplimiento de sus responsabilidades”.

Su misión en un momento de gran desafío

El Obispo de Roma dirigió una alocución a los diplomáticos recordando un fragmento del mensaje dirigido al mundo: Momento Extraordinario de oración, el pasado 27 de marzo, momento marcado por la propagación acelerada de la pandemia:

“Su misión comienza en un momento de gran desafío para toda la familia humana. Incluso antes de la pandemia de Covid-19, estaba claro que 2020 sería un año de necesidades humanitarias urgentes debido a los conflictos, la violencia y el terrorismo en diferentes partes del mundo. Las crisis económicas están causando hambre y migraciones masivas, mientras que el cambio climático aumenta el riesgo de desastres naturales, hambrunas y sequías. Y ahora la pandemia está exacerbando las desigualdades ya presentes en nuestras sociedades; de hecho, los pobres y los más vulnerables de nuestros hermanos y hermanas corren el riesgo de ser descuidados,excluidos y olvidados”.

Estamos en el mismo barco

El Papa insistió en que cualquier respuesta a la emergencia que vivimos a nivel global pasa por la comprensión de un hecho: “La crisis nos ha hecho comprender que estamos "en el mismo barco, todos frágiles y desorientados, pero al mismo tiempo importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de consuelo”.

Diálogo y cooperación sinceros

Francisco continuó su mensaje afirmando: “Hoy, quizás más que nunca, nuestro mundo cada vez más globalizado requiere urgentemente un diálogo y una cooperación sinceros y respetuosos, capaces de unirnos para hacer frente a las graves amenazas que se ciernen sobre nuestro planeta e hipotecar el futuro de las generaciones más jóvenes”.

El Obispo de Roma subrayó a los diplomáticos que “La presencia de la Santa Sede en la comunidad internacional está al servicio del bien común mundial, llamando la atención sobre los aspectos antropológicos, éticos y religiosos de las diversas cuestiones que afectan a la vida de las personas, los pueblos y las naciones enteras”.

Fomentar la cultura del encuentro

El Papa expresó sus deseos de que la actividad diplomática que los embajadores realizan “fomente la "cultura del encuentro" (Fratelli tutti, 215), tan necesaria para superar las diferencias y divisiones que tan a menudo obstaculizan la realización de los altos ideales y objetivos propuestos por la comunidad internacional. Cada uno de nosotros está invitado, de hecho, a trabajar diariamente para la construcción de un mundo cada vez más justo, fraternal y unido”.

Francisco se despidió pidiendo las bendiciones divinas sobre las familias, colaboradores y compatriotas de cada uno de los representantes diplomáticos.

El suelo sólido de lo real

El deseo de abrir todo lo humano al amor de Dios
 
El día es soleado, aunque nos gustaría que ahora lloviese. Tengo un poco de fiebre, aunque desearía estar en plena forma. Mido la altura que mido, y no soy todo lo alto que otros esperaban de mí.

Lo real está ahí, guste o no guste. Es un “dato”, es un encuentro desde el cual luego podemos tomar decisiones, adaptarnos o modificar lo modificable.

Lo real es como un suelo sólido. Alguno puede sentirse limitado por el peso de la gravedad porque le impide dar saltos asombrosos. Pero esa misma gravedad permite dar pasos a derecha o izquierda, subir o bajar una escalera.

Hay quienes rechazan lo real como una imposición, como un enemigo, como un residuo de un mundo anticuado que debería rehacerse por completo gracias a la tecnología.

Pero lo real no es enemigo ni amigo. Es, simplemente, lo que es. Sobre ello giran las posibilidades de cada uno y de los grupos sociales, con todo aquello bueno (por desgracia, también aquello malo) que está al alcance de la propia libertad.

Zubiri usaba una expresión sugestiva, “el poder de lo real”. Más allá de lo que ese pensador quería decir con tales palabras, lo cierto es que la realidad tiene una autonomía que merece ser reconocida para evitar desastres como los que ciertos abusos tecnológicos han provocado a lo largo de la historia.

Existen, es verdad, quienes aspirar a una reconstrucción de todo lo humano, a una especie de nueva creación del mundo que va desde cambios profundos en el propio cuerpo hasta el levantamiento de “realidades virtuales” que serían casi eternas.

Pero esos esfuerzos prometeicos de dominarlo todo y someterlo a los deseos de cada uno chocan cuando algo tan pequeño y tan real como un virus, o tan grande y tan potente como un terremoto, hacen saltar en mil pedazos sueños que habían encandilado a muchos.

Mientras, el suelo sólido de lo real aparece ante nuestra mente y nuestro corazón. Cada uno decide cómo lo acogerá, qué hará con lo que constituye su propio cuerpo, su capacidad de pensar y de amar, la sociedad que lo rodea y el ambiente que ha recibido.

Luego, tras las decisiones que tomamos continuamente, el mundo sufrirá por heridas que muchas veces dañan a inocentes; o mejorará gracias a quienes han acogido lo real con el deseo de abrir todo lo humano al amor de Dios y de los que caminan a nuestro lado.

Tierras difíciles

El formador es un sembrador ¿Qué se puede hacer para preparar tierras tan difíciles? ¿Cómo lograr que la semilla cambie un terreno árido, pedregoso, lleno de zarzas, duro y reacio a cualquier intento de la gracia?

El párroco había notado una concentración un poco especial en Miguel. Lo agradeció mucho, pues el muchacho, con sus 13 años y un cuerpo en pleno desarrollo, solía crear muchos problemas durante las catequesis. Durante la explicación de la parábola del sembrador no dejaba de mirar al sacerdote como quien está sumido en una reflexión profunda.

Al final, el sacerdote no pudo vencer su curiosidad. Se acercó a Miguel y le preguntó: “¿cómo es que hoy estuviste tan atento?” Miguel parecía no querer desvelar lo que llevaba en su corazón. Murmuró unas palabras ininteligibles. La mirada del sacerdote reflejaba paciencia y comprensión, y entonces Miguel empezó a hablar con claridad.

“Padre, es una parábola muy bonita. Hay tierras buenas y tierras malas. Yo he nacido y vivo en una tierra mala. Mi padre es borracho, y hace años que no hace nada por la familia. Mi madre apenas soporta a los tres hijos que vivimos en casa. Siempre se queja, nos golpea, nos deja solos, se va a hacer sus cosas. Entre nosotros nadie piensa en rezar o en vivir según el evangelio. Si le dijese lo que hago con mis amigos, lo que veo en la televisión, lo que imagino cuando me tumbo en la cama...

Tenemos mala tierra, padre, y en mala tierra la semilla no puede hacer nada”.

La franqueza del chico penetró a fondo en el alma del sacerdote. Durante aquel día le dio vueltas al problema. ¿Qué se puede hacer para preparar tierras tan difíciles? ¿Cómo lograr que la semilla cambie un terreno árido, pedregoso, lleno de zarzas, duro y reacio a cualquier intento de la gracia?

La pregunta se convirtió en otra: ¿es culpable Miguel de su dureza? ¿No será, más bien, víctima de una situación familiar y social gravemente injusta?

De repente, como una luz superior, se dijo a sí mismo: “Pero, ¡qué tonto eres! ¿Por qué no hablas de esto con Jesús?”

Fue a la capilla y empezó una oración sencilla. “Señor, aquí me tienes. Me llamaste a trabajar en una viña difícil, en un campo duro, en una sociedad descristianizada. Muchas familias están rotas, muchos padres no enseñan la fe y la moral cristiana a sus hijos, muchos niños y adolescentes siguen sus instintos sin ningún freno. ¿Cómo podemos, Señor, preparar la tierra? ¿No es inútil la catequesis cuando una vida está tan llena de miserias, cuando tanto mal ha carcomido la conciencia, si es que alguna vez alguien dijo a este muchacho cuál es la diferencia entre el bien y el mal?”

El silencio de Jesús Eucaristía era intenso. Una voz interior, sin embargo, se iba haciendo espacio en aquel sacerdote tan deseoso de llevar algo de Dios a sus muchachos.

“Tienes razón: no es fácil tirar semillas en tierras difíciles, ni enseñar la fe a quien no está en condiciones de aceptarla. La semilla sólo actúa en tierra buena, pero hace falta preparar el terreno, abrir surcos, regar el suelo, abonar campos aparentemente infecundos. Ese es el trabajo que te toca a ti, con tu oración, con tu paciencia, con tu sonrisa, con tus luchas, con tu cansancio de cada día.

No siento indiferencia por el alma enferma. No puedo mirar sin cariño a tantos adolescentes hundidos en el mundo de la droga, del alcohol, del sexo, de la vida sin sentido. No puedo olvidar que también son hijos, débiles, heridos, necesitados de un amor inmenso, de una paciencia infinita, de una misericordia capaz de devolverles la limpieza.

Tú puedes reflejas algo de mi amor. Tú eres, como sacerdote, un enviado especial (humano y débil) de mi cruz y de mi victoria en la Pascua. Tú, sin saberlo, has llegado un poco al corazón de Miguel, simplemente por el hecho del saludo, de la pregunta, del afecto.

Del resto, no te preocupes. Habrá alguno que siga en su dureza, que diga «no» a las llamadas de mi Padre. Déjame el juicio a mí. Los misterios de cada corazón no se vislumbran con miradas humanas. Tú sigue con la mano en el arado. Arroja con confianza, todos los días, la semilla buena, viva, fuerte, transformante. Riégala con tu oración y tu esperanza. Ama, y el resto lo hará mi Palabra”.

Ser voluntario

El voluntariado es una realidad sumamente heterogénea y plural que presenta muchas formas y modalidades

Solidaridad

Ser voluntario es una forma de ser, de estar en el mundo, de vivir, que se basa en estos principios fundamentales.

Primero: El voluntario no sólo se preocupa de sus necesidades, sino que también se interesa de las necesidades de los otros y se hace responsable de las soluciones.

Segundo: La humanidad sólo podrá subsistir si convierte la solidaridad en un principio esencial del desarrollo humano. Es decir, la solidaridad no es algo optativo, sino una obligación, un deber fundamental de la persona humana. Juan Pablo II define a la solidaridad como "la determinación firme y permanente de empeñarse por el bien de todos y de cada uno, porque todos somos verdaderamente responsables de todos" (SRS 38).

Hemos de convencernos de que cuando ofrecemos parte de lo que somos o tenemos en favor de los otros seres humanos, los primeros beneficiarios somos nosotros mismos. Nuestra vida sólo se convierte en vida plena y cumplida, si somos capaces de compartirla.

El ser voluntario nace simultáneamente del amor y del interés por si mismo y por sus semejantes, especialísimamente por aquellos que están excluidos o que padecen cualquier grado de precariedad o pobreza.

El voluntario ha existido siempre como respuesta al sufrimiento, la marginación y la pobreza. Es propio del hombre ser solidario, aunque muchas veces no lo sea.

Hoy el voluntariado está en alza, en auge. ¿Por qué? Entre otras razones podríamos señalar éstas:

1. El modelo de sociedad que hemos construido desde el egoísmo, teniendo como objetivos supremos el producir, el tener y el consumir, ha dado como fruto el que a muchos semejantes nuestros se les haya marginado, les hayamos obligado a vivir inhumanamente. Esto ha provocado una reacción solidaria.

2. Los Estados se sienten y son incapaces de ofrecer soluciones a tantos problemas sociales y humanos de pobreza y marginación.

3. La reducción del tiempo de trabajo en muchos casos, hace que bastantes personas se pregunten ¿qué hago con el tiempo que me sobra?, ¿lo entrego?, ¿lo comparto?

Quién es voluntario?

El voluntariado es una realidad sumamente heterogénea y plural. Presenta muchas formas y modalidades, pero todas ellas deben incluir, a mi entender, estos elementos:

- Voluntariedad: porque quiere y ama a los demás.
- Solidaridad: porque alguien me necesita.
- Gratuidad: da su tiempo y su trabajo, no por obligación, sino como fruto de una exigencia interior y de compromiso personal. No cobra, actúa desinteresadamente.
- Promueve la justicia y rechaza toda injusticia.
- Respeta la dignidad de todo hombre y sus derechos.
- Trabaja por transformar la realidad injusta, luchando contra las causas que la crean.
- Trabaja en una acción y en un movimiento organizado, en el seno de una asociación.
- Crea oportunidades para mejorar la sociedad.
- Redistribuye recursos. En una sociedad con escasos recursos, facilita la atención del mayor número de necesitados, al permitir destinar recursos a otros fines diferentes del pago de personal retribuido.

¿Qué no es voluntariado?

- Mano de obra barata.
- Suplencia de profesionales: la institución debe estar dotada de suficientes profesionales, según la función que ha de desarrollar.
- Invasión de la actividad profesional, aunque el voluntario sí podría hacer suplencia cuando no hay recursos para pagar a estos profesionales.
- Prácticas profesionales: ya que sería entrar, de alguna forma, en el terreno profesional.
- Acceso a un puesto de trabajo: la esencia del voluntariado es ofrecer su tiempo libre, sin esperar otra satisfacción que la del trabajo bien hecho.

- Una forma de explotación para no pagar salarios justos y ahorrar gastos.
- Un hobby para ocupar el tiempo libre.
- Un medio para tranquilizar la conciencia.
- Un refugio cuando se tienen problemas, se sufren incomprensiones o no se tiene nada que hacer.

Tipos de voluntariado según la orientación de sus actividades

1. Colaborador: tiene la función específica de completar una red de servicios. Facilita calor humano sobre todo en las grandes instituciones (hospitales, residencias, etc.). Esta modalidad de voluntariado no introduce cambios sociales pero contribuye a dar una mayor calidad de servicios.

2. Reivindicativo: se hace portavoz de los colectivos privados de derechos.

3. Auto-ayuda y ayuda mutua: se trabaja en bien de los asociados o de sus próximos. Por ej. Asociaciones de minusválidos, de alcohólicos, etc.

4. Transformador: tiene la función de impulsar el autodesarrollo en los sectores marginados.

Las concepciones de voluntariado

1. La que aspira a la construcción de islas de humanidad en el seno de unas sociedades frías y agresivas.

2. La que aspira a crear zonas liberadas, espacios en los que se ponga de manifiesto la posibilidad de otro estilo de vida, con otros valores.

El voluntariado que nace del Evangelio

¿Qué se necesita para ser voluntario?

¿Qué hacen los voluntarios?

Voluntariado y agentes de pastoral de la salud

Ser voluntario en la comunidad cristiana

Trabajo en equipo

Si necesitas asesoría acerca del voluntariado o quieres aclarar tus dudas, consulta a Beatriz Moreno, directora de VIA, red internacional de voluntariado

Bibliografía

- Cáritas, n° 346
- Documentación Social nº 104
- Voluntariado Social Católico. Instituto Internacional Teología a distancia
- Voluntariado: Aspectos prácticos y metodológicos, Mª Olga Fernández

PRECES

Jesús viene para traer la Buena Noticia a los pobres, y eso nos llena de alegría y hace que nos dirijamos a él con confianza:
R/MQue todos los pueblos conozcan tu nombre.
Que la mañana de este día despierte en nosotros el deseo de recibirte,
– y que te sea agradable todo el trabajo que realicemos.MR/
Limpia nuestro corazón para que sepamos discernir los signos de los tiempos,
– y no permitas que se apague en nosotros la luz de la esperanza.MR/
Abaja las montañas de nuestro orgullo,
– que las humillaciones que podamos recibir nos sirvan para acercarnos a ti.MR/
Que desaparezcan el odio y enemistades entre los pueblos,
– y los que padecen a consecuencia de las guerras puedan recuperar la paz.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh, Dios, que para librar a la humanidad de la antigua esclavitud del pecado enviaste a tu Unigénito a este mundo, concede a los que esperamos con fe el don de tu amor, alcanzar la recompensa de la libertad verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.

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