“Jesús extendió la mano y le tocó”

 

El Papa, con la imagen de la Virgen de Madhu

"María nunca olvida a sus hijos en esta Isla resplandeciente"
El Papa pide a la Virgen que los habitantes de Sri Lanka sepan "dar y recibir perdón"
"Que la Virgen acompañe a tamiles y cingaleses para construir la unidad perdida"

No es fácil perdonar...pero podemos experimentar el auténtico arrepentimiento y remordimiento

(José M. Vidal).- Tras la apoteósica eucaristía de la mañana, para la canonización de San José Vaz, Francisco se trasladó en helicóptero a la otra punta de la isla. En territorio tamil realizó, por la tarde, una oración mariana en el santuario de Nuestra Señora del Rosario en Madhu.Allí, ante María pide a los habitantes de la "isla resplandeciente" reconciliación y paz, que solo se consigue "dando y recibiendo el verdadero perdón". En papamóvil abierto, Francisco se acerca al santuario, con las calles repletas de gente. En la esplanada del templo no cabe un alfiler. Suena de fondo la rítmica música tamil y cingalesa. Porque el santuario es símbolo de unión entre las dos etnias de Sri Lanka, enfrentadas durante años en una sangrienta guerra civil. Entre los fieles, hay incluso gente y líderes de otras religiones, como los hinduistas y los budistas. Muchos con banderitas del Papa. Antes de entrar en el santuario, le colocan de nuevo al Papa una guirnalda de flores violetas y unos niños le dan la bienvenida, mientras el Papa reza una oración ante una imagen del nuevo santo, José Vaz, y lanza al vuelo una paloma blanca. Iniciada la oración, el obispo de Maná le da la bienvenida y las gracias por su visita al país y su amor a los pobres.

El prelado asegura al papa que su presencia aquí es "una bendición" y le recuerda que todos oran por él. Por último, pide que Dios lo bendiga y la Virgen lo proteja. El coro canta el himno al Espíritu Santo en tamil y cingalés. Lectura de las Bienaventuranzas de Mateo: "Dichosos los que construyen la paz porque serán llamados hijos de Dios..."

Algunas frases de la aloución del Papa

"Estamos en la casa de nuestra madre". "Ella nos da la bienvenida"
"Aquí todo peregrino se puede sentir en su casa, porque María nos lleva a la presencia de su hija"
"Aquí vienen tamiles y cingaleses por igual, como miembros de una única familia"
"Y encomiendan a María sus esperanzas y necesidades"
"Aquí en su casa se sienten seguros, saben que Dios está cerca"
"Familias que han sufrido mucho durante el largo conflicto que desgarró el corazón de Sri Lanka"
"Muchos asesinados en la terrible ola de violencia de aquellos años"
"No olviden aquellos trágicos acontecimientos"
"La Virgen permanece siempre con nosotros. Es la madre de toda la familia herida"
"María nunca olvida a sus hijos en esta Isla resplandeciente"
"Nunca se aparta de sus hijos que sufren en Sri Lanka"
"Queremos dar gracias a la Virgen por su presencia, ante tanto odio, violencia y destrucción"
"Que implore para nosotros la gracia de la misericordia de Dios"
"No es fácil perdonar...pero podemos experimentar el auténtico arrepentimiento y remordimiento"
"Sólo así podremos acercarnos unos a otros: dando y recibiendo el perdón verdadero"
"María perdonó a los verdugos al pie de la cruz...Quiere guiar ahora al pueblo de Sri Lanka hacia la auténtica reconciliación"
"Que acompañe a tamiles y cingaleses para construir la unidad perdida"
"Que todos sus hijos puedan volver a la casa de Dios con renovado espíritu de reconciliación"
"Que este santuario sea siempre una casa de oración y un remanso de paz"
Terminada la homilía del Papa, el obispo resume su catequesis en tamil y en cingalés.

Texto íntegro de la catequesis del Papa
Queridos hermanos y hermanas

Estamos en la casa de nuestra Madre. Aquí ella nos da la bienvenida. En este santuario de Nuestra Señora de Madhu, todo peregrino se puede sentir en su casa, porque aquí María nos lleva a la presencia de su Hijo Jesús. Aquí vienen los habitantes de Sri Lanka, tamiles y cingaleses por igual, como miembros de una sola familia. Encomiendan a María sus alegrías y tristezas, sus esperanzas y necesidades.

Aquí, en su casa, se sienten seguros. Saben que Dios está muy cerca; sienten su amor; conocen su ternura y misericordia. Se encuentran hoy aquí familias que han sufrido mucho en el largo conflicto que rasgó el corazón de Sri Lanka. Muchas personas, tanto del norte como del sur, fueron asesinadas en la terrible violencia y derramamiento de sangre de aquellos años. Los habitantes de Sri Lanka no pueden olvidar los trágicos acontecimientos ocurridos en este mismo lugar, o el triste día en que la venerada imagen de María, que data de la llegada de los primeros cristianos a Sri Lanka, fue arrancada de su santuario.

Pero la Virgen permanece siempre con vosotros. Ella es la madre de todo hogar, de toda familia herida, de todos los que están tratando de volver a una existencia pacífica. Hoy le damos las gracias por haber protegido a la población de Sri Lanka de tantos peligros pasados y presentes. María nunca olvida a sus hijos en esta isla resplandeciente. Al igual que nunca se apartó del lado de su Hijo en la cruz, así nunca se aparta de sus hijos que sufren en Sri Lanka. Hoy queremos dar las gracias a la Virgen por su presencia.

Ante tanto odio, violencia y destrucción, queremos darle las gracias porque sigue llevándonos a Jesús, el único que tiene el poder para curar las heridas abiertas y devolver la paz a los corazones desgarrados. Pero también queremos pedirle que implore para nosotros la gracia de la misericordia de Dios. Pedimos también la gracia de reparar por nuestros pecados y por todo el mal que esta tierra ha conocido. No es fácil hacer esto. Sin embargo, cuando llegamos a entender, a la luz de la Cruz, el mal que somos capaces de hacer, y del que incluso formamos parte, podremos experimentar el auténtico remordimiento y el verdadero arrepentimiento. Sólo entonces podremos recibir la gracia de acercarnos unos a otros, con una verdadera contrición, dando y recibiendo el perdón verdadero. En esta difícil tarea de perdonar y tener paz, María siempre está presente para animarnos, para guiarnos, para mostrarnos el camino. De la misma manera que perdonó a los verdugos de su Hijo al pie de la cruz, y luego recibió su cuerpo exánime entre sus manos, así ahora quiere guiar al pueblo de Sri Lanka a una mayor reconciliación, para que el bálsamo del perdón y la misericordia de Dios proporcione una verdadera curación para todos. Por último, queremos pedir a María Madre que acompañe con su intercesión los esfuerzos de ambas comunidades de Sri Lanka, tamiles y cingaleses, por reconstruir la unidad que se había perdido. Al igual que su imagen volvió a su santuario de Madhu después de la guerra, pedimos al Señor que todos sus hijos e hijas de Sri Lanka puedan volver a la casa de Dios con un renovado espíritu de reconciliación y comunión. Queridos hermanos y hermanas, me siento feliz de estar con vosotros en la casa de María. Oremos unos por otros. Sobre todo, pidamos que este santuario sea siempre una casa de oración y un remanso de paz. Que, por intercesión de Nuestra Señora de Madhu, todos los hombres encuentren aquí el ánimo y la fuerza para construir un futuro de reconciliación, justicia y paz para todos los hijos de esta querida tierra. Amén.

Evangelio según San Marcos 1,40-45. 

Se acercó a Jesús un leproso para pedirle ayuda y, cayendo de rodillas, le dijo: "Si quieres, puedes purificarme". Jesús, conmovido, extendió la mano y lo tocó, diciendo: "Lo quiero, queda purificado". En seguida la lepra desapareció y quedó purificado. Jesús lo despidió, advirtiéndole severamente: "No le digas nada a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega por tu purificación la ofrenda que ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio". 

Sin embargo, apenas se fue, empezó a proclamarlo a todo el mundo, divulgando lo sucedido, de tal manera que Jesús ya no podía entrar públicamente en ninguna ciudad, sino que debía quedarse afuera, en lugares desiertos. Y acudían a él de todas partes. 

San Buenaventura (1221-1274), franciscano, obispo de Albano, doctor de la Iglesia

“Jesús extendió la mano y le tocó”

Un día en que Francisco se paseaba a caballo por la llanura cerca de Asís, en su camino encontró a un leproso. Ante este encuentro inesperado, le vino un sentimiento de intenso horror, mas, acordándose de la resolución que había hecho de vida perfecta y que, antes que nada, debía vencerse a sí mismo si quería llegar a ser “soldado de Cristo” (2Tm 2,3), saltó del caballo para abrazar al desgraciado. Éste, que alargaba su mano para recibir una limosna, recibió, junto con el dinero, un beso. Después Francisco volvió a subirse al caballo. Pero sintió ganas de mirar a su alrededor, y ya no vio más al leproso. Lleno de gozo y admiración, se puso a cantar alabanzas al Señor y, después de este acto de generosidad, hizo el propósito de no prolongar por más tiempo su estancia en aquel lugar. (...)

Se abandonó entonces, al espíritu de pobreza, al gusto por la humildad y a seguir los impulsos de vivir una piedad profunda. Siendo así que antes la sola vista de un leproso le sacudía interiormente de horror, desde aquel momento se puso a prestarles todos los servicios posibles con una despreocupación total de sí mismo, siempre humilde y muy humano; y todo ello lo hacía por Cristo crucificado el cual, según el profeta, le “estimamos leproso” (Is 53,3). A menudo los visitaba y les daba limosnas; después, movido por la compasión, besaba afectuosamente sus manos y su  rostro. También a los mendigos, no quedándose contento con darles lo que tenía, hubiera querido darse él mismo y, cuando ya no le quedaba más dinero en la mano, les daba sus vestidos, descosiéndolos o, a veces, haciéndolos pedazos para repartírselos.

Por esta época peregrinó a Roma hasta el sepulcro del apóstol Pedro;  cuando vio a los mendigos pululando por el atrio de la basílica, movido de compasión tanto como por el amor a la pobreza, escogió a uno de los más miserables, le propuso cambiar sus propios vestidos por los pingajos del mendigo y pasó todo el día en compañía de los pobres, y el alma llena de un gozo que no había conocido hasta entonces.

15 de enero 2015 Jueves Y He 3, 7-14

Entre otras cosas la carta en Hebreos hoy nos dice: "Mirad que ninguno de vosotros tenga un corazón malo, sin fe, que la aleje del Dios vivo.» En la vida espiritual el corazón malo no viene nunca de golpe: se va enfermando cuando nos vamos olvidando que, cada día, nosotros tenemos que hacer posible la misión de Jesús. Puede ser una buena medicina para curar el corazón malo y sin fe, mirar si hoy he hecho lo que Cristo, en mi lugar, habría hecho. Señor, mírame, ten compasión de mí, y ilumíname.

San Pablo de Tebas

San Pablo es venerado por la Iglesia como modelo de la vida solitaria, por ser el primer ermitaño o anacoreta de quien habla la historia. Nació en la Tebaida, hacia el año 228. Sus padres le dieron una esmerada educación en las ciencias humanas, pero él cada día progresaba más en las divinas. Quedó huérfano muy joven, heredero de los bienes paternos, de los que muy pronto se desprendió totalmente para siempre.

Ante la persecución contra los cristianos decretada por el emperador Decio, huyó al desierto. En principio su idea era estar allí sólo hasta que amainase la persecución. Pero empezó a tomarle gusto al silencio del desierto, a la oración sin estorbos. Perdió el miedo a las fieras que al principio le asustaban. Y se quedó en el desierto, para no salir nunca más. Una pléyade de anacoretas le seguirían, y "el desierto se cubrió de flores". Se adentró más y más en aquellas soledades. Encontró una cueva como destinada para él por la divina Providencia, y determinó sepultarse en ella para todos los días de su vida, sin otra ocupación que contemplar las verdades eternas y gastar en oración los días y las noches.

Había a la entrada de la cueva una palmera que con sus hojas y dátiles le daba para cubrirse y alimentarse. Más tarde cuenta la tradición que, la divina Providencia, que alimenta las aves del cielo y viste los lirios del campo, dispuso que un cuervo, como al santo profeta Elías, le trajese cada día medio pan, prodigio que duró hasta el día de su muerte.

Tenía Pablo 113 años y llevaba ya 90 en el desierto. Entonces San Antonio, que tenía 90 años y vivía en otro desierto - la región de la Tebaida estaba llena de anacoretas y cenobita - tuvo el deseo de saber si habría algún otro anacoreta que viviese por aquellos agrestes parajes. Se sintió inspirado por Dios y desafiando las fieras que, según San Jerónimo, le salían al paso, caminó sin parar hasta dar con la cueva de Pablo. Así vencería la tentación de vanagloria al creer que no había en todo el desierto otro más antiguo y santo que él.

Una escena entrañable tuvo lugar entonces. Se abrazaron con ternura los dos ancianos, se saludaron por sus nombres, y pasaron muchas horas en oración y en santas conversaciones. En esto vieron llegar al cuervo con un pan entero en el pico. Admirado Pablo, dijo: Alabado sea Dios. Hace 60 años que este cuervo me trae medio pan cada día, pero hoy Jesucristo, en tu honor, ha doblado la ración. Demos gracias a Dios por su bondad.

Pablo anunció a Antonio - sigue la leyenda dorada - que estaba muy próxima su muerte, y le pidió que le trajese el manto de San Atanasio. Cuando Antonio volvía con el manto, vio subir al cielo el alma de Pablo, llena de esplendor. Llegó a la cueva, lo amortajó con el manto y, con la ayuda de dos leones que abrieron la sepultura, lo enterró. Era el año 342. Antonio se quedó con la túnica de Pablo, que luego vestía en las solemnidades.

San Jerónimo termina su relato comparando a los que tienen fortunas fabulosas con la vida del más perfecto solitario de todos los tiempos. Vosotros, les dice, lo tenéis todo, él no tenía nada. Pero el cielo se le ha abierto a este pobre, a vosotros, en cambio, se os va a abrir el infierno. Por mi parte, prefiero la túnica de Pablo a la púrpura de los reyes.

Velásquez inmortalizó con su pincel la figura de Pablo el Tebano.

Oremos

Concédenos, Señor todopoderoso, que el ejemplo de San Pablo de Tebas nos estimule à una vida más perfecta y que cuantos celebramos su fiesta sepamos también imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

El Papa vuela de Colombo a Manila

La canonización de San José Vaz y la visita sorpresa al templo budista, principales hitos
Francisco se despide de Sri Lanka y ya vuela hacia Filipinas
E
l vuelo papal a Manila partió con la amenaza de un ciclón por la tormenta "Amang"

Bergoglio llegará a Filipinas, el tercer país del mundo en porcentaje de católicos, con un 85 por ciento de la población

Papa y el presidente de Sri Lanka

(Jesús Bastante).- Francisco ya vuela hacia Filipinas. Otro duro y largo viaje, de más de 4.500 kilómetros, que separan Colombo de Manila. El Papa se despidió, emocionado y portando su propio maletín negro, del pueblo cingalés, que a lo largo de tres días se ha volcado en esta primera parte del viaje, la que en principio se esperaba menos mediática.

Sin embargo, y pese al susto inicial -Bergoglio suspendió un encuentro con los obispos del país nada más llegar al país, debido al cansancio provocado por el calor y el largo viaje-, centenares de miles de personas han acompañado a Francisco en todos sus actos, entre los que han destacado la misa de canonización de san José Vaz, el encuentro interreligioso y la oración mariana en Madhu.

Fuera de programa, sin lugar a dudas, la visita al templo budista, una imagen muy poco frecuente.

Antes de partir hacia Manila, el Papa hizo una visita privada a la capilla "Our Lady os Lanka", en Bolawalana, y al Instituto cultural "Benedicto XVI", que colabora en el diálogo interreligioso después de la guerra civil. A su llegada el Papa fue recibido por el padre Mahamalage Quinnus Fernando, Rector del centro.

En la capilla, Francisco oró durante unos minutos acompañado por la comunidad jesuita, compuesta por una decena de miembros. Junto a ellos, un pequeño coro, y una representación de pescadores de la zona, quienes sufragaron en su mayoría la construcción de dicho centro, fundamental en la reconciliación entre las distintas confesiones religiosas del país tras la guerra.

 

Ya en el aeropuerto internacional de Colombo, le esperaban docenas de niños y bailarines cingaleses, así como el presidente electo Sirisena. A las 4,15 hora española, el vuelo de Sri Lankan partía de Colombo dirección Manila, con dificultades previstas en el vuelo, pues el primer ciclón de la temporada amenaza con llegar a Filipinas durante la jornada de hoy. Se trata de la tormenta tropical "Amang" ("Padre"), que podría alcanzar rachas de hasta 80 kilómetros por hora.

A lo largo del vuelo, según confirmó antes de partir el portavoz vaticano, Federico Lombardi, el Papa responderá a las tradicionales preguntas de la prensa, un encuentro que suele deparar titulares.

Tras este viaje, el Papa llegará a Filipinas, el tercer país del mundo en porcentaje de católicos, con un 85 por ciento de la población (90 millones). En Manila, el Papa se encontrará con jóvenes y familias, y también se dirigirá a Tacoblan, donde se reunirá con familiares de víctimas y supervivientes del terrible tifón Yolanda, que arrasó la isla hace ahora un año.

Francisco saluda a su llegada

Multitudinario recibimiento al Papa en Manila, entre impresionantes medidas de seguridad
El "huracán Francisco" ya está en Filipinas
Bergoglio, un auténtico "rock star", despliega su sonrisa y su cercanía ante el pueblo filipino

La llegada del papa supone importantes desafíos de seguridad para las autoridades filipinas, incluyendo una misa al aire libre que se celebrará el domingo en un histórico parque de Manila y que podría congregar a la cifra récord de 6 millones de fieles

(Jesús Bastante).- Y en Manila, en plena noche, se hizo la fiesta. Una multitudinaria, colorista y musical bienvenida al PapaFrancisco a su llegada a Filipinas. Himnos en castellano, trompetas, timbales, coreografías de cientos de jóvenes voluntarios saludaron a Bergoglio, al igual que unfortísimo viento que hizo que el Papa perdiera su solideo nada más salir del avión, antes incluso de bajar las escalerillas.

Bailes típicos y fiesta en una noche feliz para los 80 millones de católicos filipinos. Más allá de las dudas acerca de posibles atentados contra la seguridad del Papa, Francisco saludó a la población con una gran sonrisa,sin apenas atisbo del más que previsible cansancio que hubo de depararle el viaje de más de seis horas (4.500 kilómetros) desde Colombo a Manila.

En la sala vip del aeropuerto de Manila, Francisco y el presidente de Filipinas,Benigno Aquino III, procedieron a la ceremonia de bienvenida, para después subirse, junto al presidente de los obispos del país y el Nuncio, a un jeep móvil, donde repartió, a partes iguales, sonrisas y órdenes a sus servicios de seguridad. Y es que el Papa no teme a los peligros de la visita, y quiere estar cerca del pueblo filipino, que todavía hoy sufre los estragos del tifón Yolanda y la pobreza.

Durante todo el trayecto hasta su llegada a la Nunciatura, el baño de masas fue espectacular. Por momentos, había quien dudaba si nos encontrábamos en Filipinas o la Argentina. Gritos, aplausos, cánticos, lágrimas... todo envuelto en un durísimo sistema de seguridad organizado por el Gobierno filipino.

Varios furgones blindados cercaban, por delante y por detrás, el vehículo papal. Miles de policías siguieron el trayecto del jeep, y al término de la comitiva una UVI móvil, por si acaso.

La llegada del papa supone importantes desafíos de seguridad para las autoridades filipinas, incluyendo una misa al aire libre que se celebrará el domingo en un histórico parque de Manila y que podría congregar a la cifra récord de 6 millones de fieles.

Se han desplegado unos 50.000 soldados y policías para proteger al papa en un país que cuenta con un número relativamente pequeño de insurgentes inspirados en al-Qaida que siguen siendo una amenaza en el sur a pesar de más de una década de ofensivas militares respaldadas por Estados Unidos.

Decenas de miles de flashes, lanzados desde móviles, cámaras, tabletas y otros dispositivos iluminaron la noche de Manila al paso de Francisco, un verdadero huracán en tierras que han sufrido, en demasiadas ocasiones, el cruel impacto de la naturaleza. Pero el "huracán Francisco" parece decidido a convertirse en una fuerza de impacto para la Iglesia y la sociedad filipinas.

Durante su permanencia en el país, Francisco se reunirá con los sobrevivientes del tifón Yolanda, que golpeó Filipinas en 2013 y sostendrá un multitudinario encuentro con las familias.

El Papa Francisco también se encontrará con las autoridades locales, y presidirá la celebración de la Misa en la Catedral de la Inmaculada Concepción de Manila y cerca delaeropuerto internacional de Tacloban, entre otras actividades.

El gobierno declaró feriados nacionales los días que dure su visita, que se extenderá hasta el lunes. El pontífice estará en la capital, Manila, y el sábado volará a la provincia oriental de Leyte, donde tiene previsto reunirse con sobrevivientes del tifón Haiyan, que mató a miles de personas en 2013.
Francisco se reunirá también con el presidente, Aquino, que ha impulsado una campaña contra la pobreza - un tema cercano al papa - pero ha chocado con los líderes católicos por la ley de reproducción que promueve la utilización de métodos anticonceptivos artificiales. El Congreso, dominado por partidarios de Aquino, aprobó la norma en 2012.

También hay previstas reuniones con familias Filipinas, líderes de la iglesia católica y jóvenes. En estos momentos, el Papa llega a Nunciatura, donde se prevé descanse hasta mañana por la mañana. El "huracán Francisco" ya ha llegado, para bien, a Filipinas.

Curación de un leproso
Marcos 1, 40-45. Tiempo Ordinario. Pongamos con sinceridad nuestra vida en manos de Dios con sus méritos y flaquezas.

Oración introductoria
Señor, si Tú quieres esta meditación puede hacer la diferencia en mi día, y en mi vida. Vengo ante Ti como el leproso, necesito de tu gracia. Tócame y sáname de todas mis iniquidades, de mi egoísmo, de mi soberbia, de mi vanidad, de mi indiferencia.

Petición
Ayúdame, Jesús, a vivir tu Evangelio al convertirme en un apóstol fiel y esforzado de tu Reino.

Meditación del Papa Francisco
Quien reza no teme molestar a Dios y nutre una confianza ciega en su amor de Padre. Confianza ciega como la de los dos no videntes del pasaje del Evangelio, que gritan detrás de Jesús su necesidad de ser sanados. O como el ciego de Jericó, que invoca la intervención del Maestro con una voz más alta de quien quiere callarlo. Jesús nos ha enseñado a rezar  como el amigo molesto que mendiga la comida a media noche, o como la viuda con el juez corrupto. No sé si quizá esto suena mal, pero rezar es un poco molestar a Dios, para que nos escuche. Pero, el Señor lo dice: como el amigo a media noche, como la viuda al juez... Es atraer los ojos, atraer el corazón de Dios hacia nosotros... Y esto lo han hecho también los leprosos que se le acercaron: 'Si tú quieres, puedes curarme'. Lo han hecho con una cierta seguridad. Así, Jesús nos enseña a rezar. (Cf. S.S. Francisco, 6 de diciembre de 2013, homilía en Santa Marta).

Reflexión
El leproso del evangelio de hoy nos presenta una realidad muy cercana a nosotros: la pobreza de nuestra condición humana. Nosotros la experimentamos y nos la topamos a diario: las asperezas de nuestro carácter que dificultan nuestras relaciones con los demás; la dificultad y la inconstancia en la oración; la debilidad de nuestra voluntad, que aun teniendo buenos propósitos se ve abatida por el egoísmo, la sensualidad, la soberbia ... Triste condición si estuviéramos destinados a vivir bajo el yugo de nuestra miseria humana. Sin embargo, el caso del leproso nos muestra otra realidad que sobrepasa la frontera de nuestras limitaciones humanas: Cristo.

El leproso es consciente de su limitación y sufre por ella, como nosotros con las nuestras, pero al aparecer Cristo se soluciona todo. Cristo conoce su situación y no se siente ajeno a ella, más aún se enternece, como lo hace la mejor de las madres. Quizá nosotros mismos lo hemos visto de cerca. Cuando una madre tiene a su hijo enfermo es cuando más cuidados le brinda, pasa más tiempo con él, le ofrece más cariño, se desvela por él, etc. Así ocurre con Cristo. Y este evangelio nos lo demuestra; el leproso no es despreciado ni se va defraudado, sino que recibe de Cristo lo que necesita y se va feliz, compartiendo a los demás lo que el amor de Dios tiene preparado para sus hijos. Pongamos con sinceridad nuestra vida en manos de Dios con sus méritos y flaquezas para arrancar de su bondad las gracias que necesitamos.

Propósito
Rezar durante el día una jaculatoria que me ayude a transformar mi orgullo en amor. Puede ser: Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo.

Diálogo con Cristo
Gracias, Jesús, por apiadarte de mis dolencias y darme la posibilidad de experimentar tu cercanía en esta meditación.

Creo en tu misericordia y humildemente te pido me ayudes a saber reconocer todas mis infidelidades y a poner medios concretos para superarlas.

Además confío en que sabré, como el leproso, divulgar tu Buena Nueva de salvación en mi entorno familiar y social, porque lo que más deseo para este 2013, es que muchos otros experimenten tu amor.

El orgullo de estar bautizados

Cristiano de hoy
El Espíritu Santo desciende sobre el alma del bautizado y la engalana con todos sus dones y queda en ella.

El domingo pasado celebramos el Bautismo del Señor, y debemos pensar en nuestro propio bautizo. Hay dos acontecimientos extraordinarios en la vida del hombre. El acontecimiento natural de nacer y el sobrenatural de hacernos hijos de Dios y pertenecer al Cuerpo Místico de Cristo y a la Iglesia Católica por el Bautismo. Todos los seres humanos somos hijos de Dios y por todos Cristo murió en la Cruz, pero el estar dentro de la Iglesia Católica es un verdadero tesoro. Los católicos debemos estar muy orgullosos de ser bautizados. Fue el primer Sacramento que instituyó Jesucristo Jesús fue bautizado por San Juan. Bautizado Jesús, salió luego del agua; y en esto se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz que venía de los cielos decía: "Este es mi Hijo amado, en quién me complazco" (Mt 3,16-17). Y Juan el apóstol (Jn 3,22-30) nos dice: "Jesús fue con sus discípulos a Judea y permaneció allí con ellos, bautizando" y esto fue también lo que les encomendó a sus apóstoles que hicieran." El Bautismo es el Sacramento que nos inicia en la vida de la gracia.

El Espíritu Santo desciende sobre el alma del bautizado y la engalana con todos sus dones y queda en ella, para siempre, una señal indeleble. Es por ello que estar bautizados nos confiere una Gracia muy especial. Por eso no nos cansaremos de repetir que los católicos debemos de estar profundamente orgullosos de haber sido bautizados. Es un deber documentarnos bien sobre este Sacramento. Generalmente somos bautizados siendo muy pequeños, casi recién nacidos. Los padres y padrinos, en nuestro nombre, dado que nosotros no lo podemos hacer, renuncian a Satanás y a todo aquello que nos impida estar en Gracia de Dios y a ser fieles a nuestra Fe. Esas promesas que hacen sustituyéndonos, serán reafirmadas y renovadas por nosotros -en plena conciencia-, en el Sacramento de la Confirmación y no se deben romper ni olvidar jamás. Así como sentimos un legítimo orgullo al decir que somos hijos de nuestros padres y nos sentimos orgullosos de nuestra Patria y llevamos con arrogancia los apellidos de nuestros mayores, pues aún más el de ser hijos de Dios y pertenecer a la Iglesia católica. Cristo quiso darnos el ejemplo y fue bautizado por San Juan ¿qué falta le hacía a Él si era el mismo Dios? Pero sí como hombre, y quiso entrar por la perfecta puerta que lleva al cielo. Así como se abrieron los cielos para decir de Jesús "este es mi Hijo muy amado" así también se alegró  el cielo el día de nuestro bautizo, y Dios Padre dijo también "este es mi hijo muy amado" y recibimos al Espíritu Santo.

Qué hermoso sería que al final de nuestra vida, en el último suspiro de la separación de nuestra alma y nuestro cuerpo, en la hora de la muerte, podamos oír la voz del Padre que nos llama: "amados hijos".

Por todo esto, los padres deben reflexionar y desear y preocuparse por bautizar al niño o niña cuanto antes, no tiene sentido el esperar con el afán de hacer un gran festejo...es un Sacramento de una importancia enorme y profunda, debe hacerse con sencillez y mucha alegría. Ojalá que las familias católicas no pospongamos ese acto transcendental y maravilloso de convertir a nuestros hijos en hijos de Dios enseguida de que nazcan. Preparemos nuestra mente y nuestro corazón para saber y conocer a fondo que es, el Sacramento del Bautismo y cuántas Gracias recibirá nuestro hijo o hija. Demos un verdadero testimonio de fe de amor a ellos, y de verdaderos creyentes llevando con presteza e ilusión a bautizar a nuestros niños y preparemos una reunión familiar con sencillez y alegría olvidándonos de hacer un gran "fiestón"... y después de este importante acto seamos congruentes con los que hicimos y prometimos. Enseñemos a nuestros hijos, desde chiquitines, a amar a Dios, formarlos en la Fe y que vayan por la vida siguiendo los pasos de Cristo ,para que siempre sintamos la felicidad y el legítimo orgullo de haber sido bautizados y por ello, ser hijos de Dios y herederos del Cielo.

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