¿Con qué compararemos el Reino de Dios?
- 29 Enero 2021
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Sulpicio Severo, Santo
Obispo de Bourges, 29 de enero
Martirologio Romano: En la ciudad de Bourges, en Aquitania (hoy Francia), san Sulpicio Severo, obispo, de familia de senadores de las Galias, de quien san Gregorio de Tours ensalza su sabiduría, su ministerio pastoral y su empeño en restaurar la disciplina (591).
Etimología: Sulvicio = caritativo. Viene de la lengua latina.
Fecha de canonización: Información no disponible, la antigüedad de los documentos y de las técnicas usadas para archivarlos, la acción del clima, y en muchas ocasiones del mismo ser humano, han impedido que tengamos esta concreta información el día de hoy. Si sabemos que fue canonizado antes de la creación de la Congregación para la causa de los Santos, y que su culto fue aprobado por el Obispo de Roma, el Papa.
Breve Biografía
Sulpicio sufrió una gran transformación para mejor a lo largo de su vida. Llegada la edad normal, contrajo matrimonio con una joven de su ciudad, Agen (Lot- et –Garona), Francia hacia el año 553.
Las cosas no le iban mal pero no se sentía completamente en la felicidad en la que tanto soñaba y para la cual le llamaba Dios.
Era un buen abogado. Ganaba su buen dinero ya en aquel lejano tiempo. Pero no dejaba de pensar en el camino para escalar la perfección que sentía muy adentro.
Por eso, cuando menos se lo esperaba, habló con su mujer acerca de sus planes.
Todo el mundo, al enterarse, lo tomaron por loco. Sin embargo, su suegra – menos mal – fue la única que lo entendió muy bien.
No solamente aprobó su decisión, sino que incluso le hizo ofertas de tierras al lado de la bellísima ciudad medieval de Carcasona.
Le convenía mucho para su nueva vida y vocación.
Sulpicio se pasó en ese lugar todo el resto de su larga vida, rezando, haciendo penitencia y escribiendo muchos libros, basados en los estudios que iba haciendo de san Paulino de Nola, san Jerónimo y otros personajes célebres de tiempos anteriores.
De sus muchas obras tan sólo se conserva la biografía que escribió de su maestro y buen amigo san Martín.
Es el único documento que existe acerca del que llevó a Francia a la conversión.
Desde entonces, todos los que se dedicaban a escribir hagiografías lo imitaron de tal forma que parecían suyas.
San Gregorio de Tours, quien nos da el dato de su nombramiento a la sede de Tours (584) en vez de otros candidatos simoníacos, habla de San Sulpicio con gran respeto y nos dice que convocó un concilio provincial en Auvernia. El santo tomó también parte en el Concilio de Maçon, en 585.
No se sabe exactamente la edad que tenía cuando murió.
Hay que confiar en la grandeza del amor de Dios
Santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34. Viernes III del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hoy es un nuevo día, Señor. Un día más para conocerte mejor… un día más para amarte más. Un nuevo día para volver a empezar…
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 4, 26-34
En aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “El Reino de Dios se parece a lo que sucede cuando un hombre siembra la semilla en la tierra: que pasan las noches y los días, y sin que él sepa cómo, la semilla germina y crece; y la tierra, por sí sola, va produciendo el fruto: primero los tallos, luego las espigas y después los granos en las espigas. Y cuando ya están maduros los granos, el hombre echa mano de la hoz, pues ha llegado el tiempo de la cosecha”.
Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
La sencillez de Dios es un gran y hermoso misterio. Un misterio que parece siempre ir en contra de la forma en que vivimos. Una vida en donde el tiempo no espera; donde parece no haber tiempo para la paciencia.
Nos acostumbramos a una seguridad que sólo llega cuando presionamos el botón de «enviar» seguido de la confirmación «listo»… sólo así nos envuelve la paz.
La sencillez de Dios nos lleva por el camino de la confianza… de la paciencia y de la esperanza. Hacemos y no vemos; no vemos y desesperamos. Jesús nos dice, haz y aunque no veas… sigue haciendo… confía. Paciencia, que aquello que se siembra en tierra buena tiende a crecer. Esperanza, pues la cosecha será más de la que puedes imaginar.
Nos invita a confiar en la grandeza de su amor. Nos invita a esperar, no pasivamente, sino movidos por ese mismo amor. Nos invita a no olvidar que aquél que cree en Él tendrá vida eterna. Nos invita a no olvidar que aquél que permanece en Él, ése verdaderamente dará fruto, y fruto en abundancia. Nos invita a creer en la sencillez de su amor. A creer aun cuando no veamos… a esperar lo que se nos será dado… a amar… simplemente a amar.
Señor, creo en ti… aumenta mi fe.
«Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre, con ese estilo que nos habla la Escritura: como la lluvia cae sobre la tierra, como la más pequeña de las semillas que brota y crece. Así, contrariamente a lo que cabría esperar y quizás desearíamos, el Reino de Dios, ahora como entonces, “no viene con ostentación”, sino en la pequeñez, en la humildad».
(Homilía de S.S. Francisco,28 de julio de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar un padre nuestro pidiendo la gracia de crecer cada día más en la fe.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Los hijos: signo y fruto del amor conyugal
Cuando unos esposos transmiten la vida al hijo, un nuevo
"La herencia de Yahveh son los hijos, recompensa el fruto de las entrañas....Dichoso el hombre que ha llenado de ellas su aljaba; no quedará confuso cuando tenga pleito con sus enemigos en la puerta" (Sal 127,3.5).
La imagen divina en el hombre
Dios, con la creación del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza, corona y lleva a la perfección la obra de sus manos; los llama a una especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la vida humana. El cometido fundamental de la familia es el servicio a la vida, el realizar a lo largo de la historia la bendición original del Creador, transmitiendo en la generación la imagen divina de hombre a hombre (Cfr. Gén 5,1-3).
La fecundidad es el fruto y el signo del amor conyugal, el testimonio vivo de la entrega plena y recíproca de los esposos: El cultivo auténtico del amor conyugal y toda la estructura de la vida familiar que de él deriva, sin dejar de lado los demás fines del matrimonio, tienden a capacitar a los esposos para cooperar con fortaleza de espíritu con el amor del Creador y del Salvador, quien por medio de ellos aumenta y enriquece diariamente su propia familia.
La fecundidad del amor conyugal no se reduce a la sola procreación de los hijos, aunque sea entendida en su dimensión específicamente humana: se amplía y se enriquece con todos los frutos de vida moral, espiritual y sobrenatural que el padre y la madre están llamados a dar a los hijos y, por medio de ellos, a la Iglesia y al mundo.
La doctrina de la Iglesia sobre la transmisión de la vida se encuentra hoy en una situación social y cultural que la hace a la vez más difícil de comprender y más urgente e insustituible para promover el verdadero bien del hombre y de la mujer.
Lógica del don
Cuando el hombre y la mujer, en el matrimonio, se entregan y se reciben recíprocamente en la unidad de "una sola carne", la lógica de la entrega sincera entra en sus vidas. Sin aquélla, el matrimonio sería vacío, mientras que la comunión de las personas, edificada sobre esa lógica, se convierte en comunión de los padres. Cuando transmiten la vida al hijo, un nuevo "tú" humano se inserta en la órbita del "nosotros" de los esposos, una persona que ellos llamarán con un nombre nuevo: "nuestro hijo...; nuestra hija...".
"He adquirido un varón con el favor del Señor" (Gén 4,1), dice Eva, la primera mujer de la historia. Un ser humano, esperado durante nueve meses y "manifestado" después a los padres, hermanos y hermanas. El proceso de la concepción y del desarrollo en el seno materno, el parto, el nacimiento, sirven para crear como un espacio adecuado para que la nueva criatura pueda manifestarse como "don". Así es, efectivamente, desde el principio. ¿Podría, quizás, calificarse de manera diversa este ser frágil e indefenso, dependiente en todo de sus padres y encomendado completamente a ellos?
El recién nacido se entrega a los padres por el hecho mismo de nacer. Su vida es ya un don, el primer don del Creador a la criatura.
Los hijos: importantísimos en el matrimonio
El hijo no es un derecho de los padres
El hijo no es un derecho sino un don. El don más excelente del matrimonio es una persona humana. El hijo no puede ser considerado como un objeto de propiedad, a lo que conduciría el reconocimiento de un pretendido «derecho al hijo». A este respecto, sólo el hijo posee verdaderos derechos: el de ser el fruto del acto específico del amor conyugal de sus padres, y tiene también el derecho a ser respetado como persona desde el momento de su concepción. Por tanto además de rechazar la fecundación heteróloga, la Iglesia es contraria desde el punto de vista moral a la fecundación homóloga in vitro, es decir entre los mismos esposos; ésta es en sí misma ilícita y contraria a la dignidad de la procreación y de la unión conyugal.
Jesús es el único "maestro de vida"
El Papa recordó las figuras de Santo Tomás de Aquino y Santa Ángela Merici.
Dos santos y el hilo rojo de la fe que se convierte en sustancia y materia de estudio y enseñanza. El Papa los evocó durante su saludo a los grupos lingüísticos tras la catequesis de la audiencia general. A los fieles de lengua polaca, Francisco les recordó que hoy la Iglesia celebra la memoria litúrgica de Santa Ángela Merici, fundadora de la Compañía de Santa Úrsula. Retomando el tema de la catequesis que acababa de impartir -la importancia de acercarse a la Biblia dejándose sorprender y acompañando la lectura con la oración-, Francisco subrayó cómo Santa Ángela, "inspirada por la Palabra de Dios", "deseaba que las religiosas, dedicadas sin reservas a Dios y a los pobres, asumieran con valentía el trabajo educativo entre los niños y los jóvenes", y les recomendaba que se mantuvieran en "el antiguo camino" y vivieran una "vida nueva".
La Palabra es cercanía de Dios
La atención del Pontífice a la relación entre el creyente y la Escritura le ha llevado, como es sabido, a proclamar cada año una jornada dedicada a ella, en el tercer domingo del tiempo ordinario. Y en el segundo "Domingo de la Palabra" que acaba de celebrar la Iglesia hace tres días, el Papa recordó cómo la Escritura nos permite tocar con nuestras manos la cercanía de Dios, una cercanía "que no puede alejar al prójimo, no puede alejarlo en la indiferencia".
Santa Angela Merici y la educación
A partir de la espiritualidad de Santa Ángela Merici, reiteró el Papa, han florecido numerosas congregaciones de Ursulinas, en las que la educación y la instrucción de las jóvenes ha sido esencial desde la fundación. De hecho, el Papa, que lanzó el Pacto Educativo Global, ha sostenido a menudo que la educación es la vía fundamental para construir un mundo más fraterno y más justo y el camino principal para todo cambio.
Santo Tomás, sabiduría que infunde valor
De una maestra de formación, al "maestro" por excelencia, el "Doctor Angelicus", Santo Tomás de Aquino, cuya fiesta liturgica es mañana y a quien Francisco recordó con su título de patrono de las escuelas católicas. Fue el Papa León XIII quien otorgó este título al dominico, teólogo y doctor de la Iglesia en 1880 con el breve Cum hoc sit, que reconocía su sabiduría, "la perfecta coincidencia entre razón y fe", la virtud y la santidad. Que el ejemplo de Tomás de Aquino, dijo el Papa en su saludo a los peregrinos de lengua italiana, "anime a todos, especialmente a los estudiantes, a ver en Jesús el único maestro de vida; mientras que su doctrina los anime a encomendarse a la sabiduría del corazón para cumplir su misión".
¿Cómo vencer mis miedos y tener verdadera confianza en Dios?
El proceso de liberación del miedo se logra en el trato personal y la amistad con Dios
En general, nuestros miedos provienen de la experiencia de la soledad existencial.
Al sentirnos solitarios, nos sentimos también inseguros, desprotegidos; y de la inseguridad nace el miedo. Ahora tenemos que retroceder paso a paso venciendo los obstáculos.
¿Cómo vencer el miedo? Venciendo la inseguridad. ¿Cómo vencer la inseguridad? Venciendo la soledad. Y hay una sola manera de vencer la soledad: poblándola de PRESENCIA (así, con mayúscula), y esta Presencia “es” Aquél que está presente en todo tiempo y en todo lugar.
Cuando el creyente, víctima del miedo, y hasta del pánico, toma conciencia de que el Poderoso es también el Amoroso, y Él está conmigo de día y de noche a donde quiera que yo vaya; y pase lo que pase, todo acabará bien porque si mi Dios es omnipotente y está conmigo, también yo soy omnipotente; ¿miedo a qué?; ¿la aflicción, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, la espada? En todo vencemos fácilmente por Aquél que nos ha amado (Rm 8, 35-37)
Para derrotar al supremo enemigo del corazón del hombre que es el miedo, no hay en las ciencias humanas otra arma invencible sino la fe viva.
Dios, que es Puro Amor, gratuito y eterno, habita en mi interior como una presencia poderosa, amorosa y materna, y me cuida, y me protege. Y, dentro de mí y reina la paz eterna. Vendrá el mañana con sus problemas, pero también con sus soluciones.
Ya lo dice la Biblia. “el amor perfecto echa afuera el miedo” (1Jn 4, 18), y nace en el lugar último en donde se da la intimidad entre el alma y Dios, nace la paz. Cuanto más entrañable la intimidad, mayor la seguridad. Y a tanta seguridad, tanta libertad. Y a tanta libertad, tanta paz. Y la paz de Dios, que habita en la última estancia del alma, es la suprema victoria sobre el miedo.
Todo esto presupone una viva fe en Alguien que vive para siempre, y nos mira, y nos cuida, y nos ama. Y Él es, para nosotros, la seguridad, y la fortaleza, y la esperanza y la dulcedumbre. No solo tiene Él la solución para todos nuestros problemas sino que, en Él, todo está solucionado. O mejor, Él es la Solución para todo.
Este proceso de liberación se consuma por el camino del trato personal, de dentro a dentro, en el misterio de la comunicación personal, en la relación íntima Yo-Tú. Dios mismo es el interlocutor para comunicarle nuestros problemas personales, pedirle en nuestras necesidades, recibir fuerzas de su amor y pedir respuestas a nuestros interrogantes.
Este creyente que camina en la presencia de Dios puede publicar a los cuatro vientos esta gran verdad: “No sé lo que el futuro me reserva: pero sé quién controla mi futuro”.
Esta convicción le infundirá seguridad y tranquilidad contra todos y cualesquiera miedos. Esto capacitará a la persona para crecer y adaptarse a los cambios y peligros, conservando la confianza en el poder y amor de Dios.
Algunos consejos prácticos para comenzar el estudio de la Biblia.
Hoy día en muchas familias católicas encontramos la Biblia como el libro sagrado de la casa. Ojalá que pronto llegue el día que cada católico sea un asiduo lector de la Escritura Sagrada.
Pero muchos que comienzan a leerla, después de algunos capítulos la dejan de lado por no comprender casi nada. Dicen que leer la Biblia les resulta difícil. Es un libro tan largo y a veces difícil, especialmente para uno que sabe poca historia y poca geografía, y no tiene costumbre de ubicar lo que lee en su propio contexto.
También se da el caso de católicos que, comienzan a leer la Biblia, y se dejan llevar por interpretaciones parciales, caprichosas y fanáticas que poco a poco lo llevan a uno a adherir, por mero sentimentalismo, a algunas de las muchas sectas bíblicas ya existentes, apartándose, por ignorancia, de la Iglesia Católica.
Y no faltan los que quieren leer toda la Biblia sin alguna explicación; o toman la Biblia como un juego de naipes abriendo el libro al azar, o saltando por aquí o por allá y piensan que Dios automáticamente les comienza a hablar. Es un riesgo muy grande; es como jugar a la suerte.
Para evitar estos peligros, no basta leer la Biblia con fe y devoción. Hay que juntar la fe, la oración y la devoción con el estudio. Leer la Biblia sin una adecuada preparación es tentar a Dios. Hay que prepararse para leerla. Si no, puede suceder cualquier cosa. La historia de nuestra fe es así.
Queridos hermanos, esta carta tiene como finalidad introducirnos en el estudio de la Biblia. Hoy, más que nunca, debemos tener una cierta preparación para iniciar una lectura seria de la Biblia. Para muchos, la Biblia sigue siendo un hermoso libro cerrado que adorna nuestra biblioteca. El problema es: ¿cómo leer, cómo comenzar con este libro? Siempre ha sido difícil la iniciación a la lectura de la Biblia. Exige de nosotros paciencia, humildad, serenidad y una cierta disciplina intelectual.
En esta carta vamos a indicarles algunos consejos prácticos para comenzar el estudio de la Biblia.
Las mejores Biblias
Muchas personas se preguntan cómo conseguir una buena edición moderna de la Biblia Católica.
Hoy existen muy buenas Biblias católicas; les recomendamos la Biblia de Jerusalén, la Biblia de América, la de La Casa de la Biblia y otras.
Da pena ver gente ansiosa de conocer la Biblia y lo hace con ediciones demasiado antiguas, incluso incompletas, sin introducciones, ni comentarios; o con ediciones de bolsillo que está bien para llevarlas a un paseo pero no para hacer estudios serios con ellas.
Una Biblia de uso personal
Conviene que cada persona tenga su propia Biblia en la que libremente vaya subrayando los textos más importantes o más significativos en relación con nuestra vida de fe, con nuestro seguimiento de Cristo, con nuestra vida de oración, de evangelización, etc. E incluso uno va poniendo anotaciones personales, inquietudes originadas de la propia reflexión y experiencia pastoral, apuntes tomados de cursillos, retiros, libros... Sólo así se aprenden las cosas, y con gusto.
Conocer bien la propia Biblia
Es decir, antes de estudiar el texto sagrado, hay que echar un vistazo general a la edición de su Biblia; ver qué dicen los editores sobre el manejo del libro, ver cómo se citan los libros, qué introducciones hay, qué notas, mapas, o temas especiales, etc... Esto puede ahorrar mucho tiempo y trabajo. No hay por qué anotar en cuadernos o papelitos cosas que ya están muy bien puestas en las notas más importantes.
Así por ejemplo, la Biblia Latinoamericana pone una especie de introducción muy buena, titulada: «¿Qué hubo en el mundo antes de la Biblia?». También tiene un «Índice del Evangelio» bien práctico y una serie de temas breves con el título de «La enseñanza bíblica» que pueden ayudar mucho. Además hay otros temas.
La Biblia de Jerusalén, entre tantas cosas excelentes, trae casi al final una sinopsis cronológica muy útil para ubicar los acontecimientos bíblicos dentro de la historia, de la geografía y de las otras culturas relacionadas con la Biblia. La Nueva Biblia Española tiene, al final, un vocabulario bíblico teológico muy bueno. Cada uno debe familiarizarse bien con su propia Biblia.
Leer y estudiar las Introducciones
Es muy conveniente leer las Introducciones que se ponen a cada libro o a los diversos grupos de libros. Casi todas las Biblias modernas católicas tienen muy buenas introducciones. La Biblia de Jerusalén es excelente en este punto y es la que ha inspirado casi todas las ediciones posteriores de la Biblia.
Algunas personas se dedican primero a leer y estudiar todas las introducciones de cada libro y luego comienzan la lectura del texto bíblico mismo. Es lo mejor.
Leer y meditar la Biblia
A continuación, ya se puede comenzar a leer y a estudiar el texto bíblico. Pero la Biblia es muy larga, y para todos nosotros nos resultará muy difícil, si no imposible, leerla toda desde la primera página hasta la última. Por tanto, hay que ser prácticos.
Si es la primera vez que te acercas a la Biblia, te proponemos un itinerario de lectura:
a) Empieza con el Evangelio de San Lucas. En él podrás conocer los rasgos más atrayentes de Jesús de Nazaret, nacido de María.
b) Continúa con el libro de los Hechos de los Apóstoles. Allí podrás ver la hermosa actividad de la Iglesia naciente.
c) Después te recomendamos volver a los Evangelios, primero Marcos, luego el de Mateo y finalmente el de Juan.
Puedes intercalar, al fin, la lectura de alguna Carta de los Apóstoles: por ejemplo, a los Corintios, los Tesalonicenses, etc.
Otra forma es tener un calendario litúrgico y leer las lecturas que corresponden al día.
El Nuevo Testamento
Para el cristiano lo más importante son los cuatro Evangelios, que son el alma de toda la Biblia, y luego los otros libros del Nuevo Testamento. Eso ha de ser el objetivo constante de nuestra lectura o estudio. Pero es bueno conocer, siquiera básicamente, el Antiguo Testamento: Génesis, Éxodo, Deuteronomio, Josué, 1 y 2 de Samuel, 1 y 2 de Reyes, Salmos, Proverbios, Eclesiastés, Cantar, Sabiduría, Isaías, Jeremías, Ezequiel, Amós, Miqueas, Jonás.
Lectura y meditación de la Biblia
Después de haber leído la introducción de un libro, comienza a leer el texto mismo. No te apresures en leer todo de una vez. Lee solamente un pasaje, o un párrafo. Lee con atención y respeto, abriendo tu corazón a lo que Dios te quiere expresar. Subraya los textos que te impactan.
En la primera lectura de un texto, te conviene leer siempre las notas explicativas que se encuentran debajo del texto bíblico. Estas notas explicativas y los comentarios van a clarificarte la comprensión de los textos bíblicos más difíciles. Son explicaciones escritas por especialistas y hay que tratar de entenderlas y, normalmente, han de ser aceptadas con confianza. Muchas personas, por no leer atentamente las notas explicativas quedan sin comprender un texto en su contexto propio, sin comprender los diversos estilos y doctrinas, y luego abandonan la lectura por aburrimiento.
Los cursillos bíblicos intensivos, con un buen profesor, pueden ayudar mucho, y quizás sean imprescindibles para comprender ciertos problemas y notas técnicas.
Y ahora, ¡a comenzar!... Trata de organizar tu vida de tal manera que todos los días encuentres un momento de 5 a 10 minutos para la Biblia. Busca un lugar tranquilo. Lee sistemáticamente, no saltando de una parte a otra, ni abriendo el libro al azar. Nunca leas la Biblia para satisfacer tu curiosidad o sólo para saber más, sino para indagar lo que Dios quiere decirte. Pues la Biblia es la Palabra de Dios, es la carta que El envía a sus hijos. En la Biblia no busques ciencia, sino sabiduría. No tengas miedo de subrayar y poner anotaciones en tu Biblia. La Biblia no es un libro para guardar, sino para ser leída. Dice san Jerónimo: «No debes retirarte al descanso nocturno sin haber llenado tu corazón con una pequeña parte de la Palabra de Dios».
Principales Biblias Católicas
Entre las Biblias Católicas más conocidas, y más usadas hoy entre nosotros, están las siguientes:
1. La Biblia de Jerusalén: Se llama así sencillamente por haber sido preparada por un numeroso equipo internacional de biblistas, bajo la dirección de la famosa «Escuela Bíblica de Jerusalén». Apareció primeramente en francés (1956), de la que se sacó la primera edición española en 1967. Luego ha seguido una segunda edición española en 1975, revisada y mejorada.
Es la mejor Biblia desde el punto de vista crítico, teológico y académico, con notas explicativas. Su criterio ha influido decididamente en todas las otras ediciones de la Biblia. Es imprescindible para un estudio serio de la Biblia. Sin embargo el precio de esta Biblia es generalmente muy elevado.
2. La Biblia Latinoamericana: Se la conoce con este nombre, ya muy popularizado. Fue preparada por un equipo latinoamericano de pastoral. Ya han salido, al menos, 81 ediciones (1990). Tiene el mérito de estar muy adaptada al lenguaje latinoamericano y, sobre todo, en las introducciones y comentarios refleja muy bien la realidad y problemática sociopolítico-religiosa de América Latina. Ha recibido muchas alabanzas y fuertes críticas de distintos sectores de la Iglesia y de la sociedad. En nuestro medio ambiente y para fines pastorales es, con mucho, la mejor Biblia.
Generalmente no es un libro muy caro; muchas veces ha sido subvencionada para el bien del pueblo.
También existe un Nuevo Testamento Latinoamericano, que es la parte más importante de toda la Biblia Latinoamericana.
3. Otras Biblias: Hay también muchas otras ediciones católicas de la Biblia, todas muy buenas, aunque no hayan tenido, en nuestro medio, el éxito de las dos mencionadas. Entre éstas no podemos dejar de nombrar las Biblias: Nacar-Colunga y la Nueva Biblia Española de Juan Mateo.
El gran valor de estas ediciones modernas de la Biblia es, sobre todo, que se basan en los textos originales (hebreo-griego), y no en la Vulgata Latina como anteriormente se hacía. Además en sus introducciones y comentarios recogen lo mejor de las investigaciones bíblicas modernas.
Últimamente apareció la Biblia de Estudio de las Sociedades Bíblicas, elaborada por biblistas católicos y evangélicos, y que cuenta con el respaldo del CELAM para ser utilizada en América Latina.
Quien medita cada día la sagrada ley divina, con esta meditación a la gloria se encamina.
Quien medita cada día las Sagradas Escrituras, verá la mano de Dios en todas las criaturas.
Cuestionario
¿Cuál es la regla de oro para la interpretación de la Biblia? ¿Se pueden sacar frases de su contexto y darles una interpretación personal? ¿Qué significa interpretar la Biblia dentro de la Tradición Católica? ¿Cuál es la postura protestante? ¿En qué se basan? ¿Qué acontece al interpretar la Biblia en forma personal y sin tomar en cuenta la Tradición? ¿Qué se espera, al respecto, del Ecumenismo?
Agradezcamos a Dios el tesoro de la amistad, y pensemos en Jesús, el Mejor Amigo, que nos enseñe a ser como Él.
Por ahí suelen decir que "La familia nos la da Dios y los amigos los elegimos nosotros" Esa elección de personas para darles nuestro afecto y nuestra confianza son muy importantes en nuestra vida. No es fácil tener un amigo o una amiga en quién podamos confiar plenamente pero cuando gozamos de ese privilegio, bien podemos decir que poseemos unos de los más grandes y preciados tesoros. Por la clase de amigos que tenemos se nos puede clasificar sin lugar a equivocación, el refrán dice: "Dime con quién andas y te diré quién eres"
Pero no son lo mismo "nuestros amigos", que se suelen contar en número muy reducido, que nuestras amistades. Estas pueden ser muchas y muy variadas. Son personas que apreciamos sinceramente, pero a veces no van muy acorde con nuestra personalidad. Y ciertamente esas personas nunca pueden llegar a la intimidad de nuestro "yo", pero están en nuestro entorno y convivimos con ellas con gusto y con cariño.
Entre estas amistades se dan aquellas que siempre están dispuestas a "ganarnos" , y es curioso porque les gusta ganarnos especialmente en cuanto dolor o sucedido desagradable que les podamos platicar:
si es un dolor de cabeza... ¡ah no, dolor de cabeza como el de ellas no existe!
si nos hemos roto un pie... ellas los dos y además la cadera
si nos caímos y rodamos dos o tres escaleras... ellas cinco
si tenemos gripa... ¡gripa la de ellas y con tos!
si el dentista nos está arreglando una muela... a ellas le han tenido que sacar las cuatro del juicio
si en la conversación les contamos algo que nos sucedió, siempre a ellas les pasó lo mismo ¡pero mucho peor, mucho más terrible!
En fin, jamás les "ganaremos" y al final nos callamos con la impresión de que lo nuestro era "tan poca cosa"... que ni valía la pena de haberlo contado.
Otra variante de estas amistades es la que nos dejan el alma helada, como si toda la nieve del más crudo invierno nos cubriera sin piedad. Son aquellas que nos llegan con la información más negativa y desesperanzadora jamás sospechada: "el país va a la ruina, este año es el peor para la agricultura, el pescado, todo el pescado está contaminado, la carne, ya no se puede comer carne ¡a las vacas le dan clembuterol para que estén más gordas, el agua no se puede beber, los médicos, los ingenieros, los abogados, etcétera , son unos interesados, la Iglesia y sus ministros se hunden, el año y el fin del mundo..." Es inútil decirle a esas personas que la vida tiene cosas muy hermosas, que el país puede salir adelante, que hay seres humanos muy buenos, que hay que tener fe...Te mirarán con cara de conmiseración y luego al oído te dirán como en secreto: "no seas inocente, yo se de muy buena fuente que..." y otro jarro de agua fría y se irán con sus agoreras predicciones a otra parte y nosotros nos quedamos como si un huracán hubiese acabado con todas las flores de nuestro jardín...
Hay una gama infinita de estas formas de ser. Las hay que fabulan, mienten y se lo creen. Otras son de las que nada ni nadie es capaz de escapar de su crítica, para estas, no hay otros tema de conversación. Padre, madre, hermanos, la suegra, la cuñada, amigas, el vecino, (si es mujer casada, no digamos el pobre marido) nadie se salva. Critican y critican a destajo. El jefe, los compañeros de trabajo, la empresa, nada es de su gusto... el que cae en sus garras sale hecho "trizas". El ingenio se les agudiza, la lengua no para y si no encuentran eco en nosotros, pronto la conversación termina.
La mayor de mis hijas me decía un día que hay amigas que son como el te de manzanilla y que hay otras que son como la salsa picante. Y es cierto. Todos conocemos a esas personas que al hablar con ellas son como brisa fresca, como un dulce remanso, como cálido y bonito sol de una tarde de primavera que por muchas cosas amargas o impaciencias desbordadas que les contemos, siempre ponen en nuestra alma la tranquilidad, el buen juicio, la ternura de sus palabras o consejos y nos van dejando la paz y el bienestar que deseábamos encontrar : Ellas son, como el te de manzanilla.
Y hay otras que son algo así como un gran plato de comida irritante o picosa, tomado a la hora de cenar que nos quita el sueño, nos desazona, nos indigesta y nos quita, casi, casi, la alegría de vivir y es que sus miles de tribulaciones, sus vidas conflictivas, sus traumas, sus enojos, sus problemas de ellas contra el mundo, sus dificultades y aprietos contados todos en tropel, casi sin respirar, nos dejan exhaustos e incapaces de decir una palabra que pueda llevar un paliativo a tanta desgracia o infortunio. Por otro lado sabemos que nada ni nadie podrá aligerar ese cúmulo de sucesos en alguien que no está dispuesto a dejar es actitud de agobio y desdicha.
Quizá en mi caso pueda pertenecer a uno de esos grupos o lo más probable es que tenga de todos un poco, pero de todas maneras a las amistades hay que quererlas como son y las necesitamos, porque ponen la sal y la pimienta en nuestras vidas, porque son un tesoro que Dios ha puesto a nuestro lado para que nos ayudemos a ser mejores y estar cerca de Él. Y por nuestro lado haremos un esfuerzo para parecernos más a un te de manzanilla ... a ser benevolente (desear el bien del otro) a ser compasivo con el sufrimiento, a regalar mi tiempo, mi compañía, mis fuerzas....
Agradezcamos a Dios el tesoro de la amistad, y pensemos en Jesús, el Mejor Amigo, que nos ayude a serlo y recordemos este día lo que nos ha dicho:
"Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos" (Jn 15,13).
Preces
Dios siempre es bueno con nosotros. Deseosos de responder a su misericordia, le pedimos:
R/MSeñor, haznos crecer en el amor.
Señor, tú nos has llamado a formar parte de tu Iglesia,
– haz que seamos fieles a la vida de la gracia
que nos has otorgado por el bautismo.MR/
Te pedimos por los cristianos que viven momentos de tibieza o desaliento,
– haz que sientan tu fuerza vivificante y se empeñen en el camino de la santidad.MR/
Como del grano de mostaza que llega a convertirse en árbol que da cobijo a los pájaros, tú quieres valerte de medios pobres para mostrar tu poder,
– guíanos por caminos de sencillez y humildad.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
Oración
Ilumina, Señor, nuestros corazones y fortalece nuestras voluntades, para que sigamos siempre el camino de tus mandatos, reconociéndote como nuestro guía y maestro. Por nuestro Señor Jesucristo.