Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma

Jacinta Mariscotti, Santa

Virgen, 30 de enero
 
Terciaria Franciscana

Martirologio Romano: En la ciudad de Viterbo, en el Lacio (hoy Italia), santa Jacinta Mariscotti, virgen, de la Tercera Orden Regular de San Francisco, la cual, después de perder quince años entregada a vanos deleites, abrazó con ardor la conversión y promovió confraternidades para consolar a los ancianos, fomentando el culto a la Eucaristía (1640).

Etimología; Jacinta = Aquella que es bella como la flor del jacinto, es de origen griego,

Fecha de canonización: 24 de mayo de 1807 por el Papa Pío VII.

Breve Biografía

Puede ser un ejemplo para las niñas-bien. Bueno, es un ejemplo para todos, pero dado que su vida pasó por unas situaciones peculiares de quienes proceden de buena cuna, tienen bienes materiales abundantes y hasta pueden predecir un futuro lleno de posibilidades que mucha gente llama ´idealesª..., pues por eso escribí lo que escribí. Sobre todo, cuando esas previsiones de futuro probables se convierten en sólo futuribles por las disposiciones de la Divina Providencia. Y si no, conozcamos algo de su vida.

Nació cerca de Viterbo, en Vignatello, en el año 1585 del matrimonio formado por Marcantonio Mariscotti y Octavia Orsini, condesa de Vignatallo. Top en la sociedad del tiempo. De sus hermanos hay algo que decir también. Ginebra, que se llamó luego Inocencia, vivió y murió santamente como Terciaria Franciscana de San Bernardino. Hortensia, joven virtuosa que casó con el marqués de Podio Catino, Paolo Capizucchi. Sforza se casó con Vittoria Ruspoli y heredó el título de la familia de los Mariscotti. Galeazo trabajó y murió en la Curia romana.

Se llamó Clarix como nombre bautismal. Sus padres quisieron darle la mejor educación y pensaron que el camino óptimo era ponerla junto a sor Inocencia, su hermana, para que creciera al calor de los buenos ejemplos y virtudes del monasterio. Su intención fue más buena que acertada. Todo lo de fuera le ilusiona, le atrae, le embelesa y encanta más que el aire religioso de dentro. Abandona el monasterio y como conoce su hermosura y la prosapia de su familia, se hace vanidosa, presumida y coqueta. Más, cuando su hermana encontró su buen partido y, enamorada, contrajo matrimonio; ahora se vuelve tan ligera, mundana y extraviada que está a las puertas de su definitiva ruina espiritual.

El único camino viable es entrar de la peor gana en el monasterio; y, más por despecho que por vocación, toma el hábito de Terciaria franciscana con el nombre de Jacinta. Tiene veinte años.

Por diez años, que son bastantes, lleva en el convento una vida mundana. Su celda parece un bazar por los lujosos adornos; la piedad en ella es tibieza; la mortificación prescrita, un tedio; hasta recibe las amonestaciones con desprecio.

Pero con treinta años llega la hora de Dios y surge potente la casta noble y cristiana que lleva dentro. Una enfermedad grave la espabila del sueño. Una confesión general es el comienzo. Se suceden los actos de petición de perdón, de arrepentimiento, está horrorizada por el mal ejemplo... suenan las disciplinas en público, da besos en los pies de sus hermanas, obediencia rendida, aceptación de los sufrimientos. La conversa aparece en público alguna vez como animal, con la soga al cuello. Aunque claramente se tiene por la mujer más pecadora la nombran vicesuperiora y maestra de novicias pero ha de vencer su repugnancia a intentar educar a otras que son mejores. Ahora tiene su contento en la oración, es devota del Arcángel san Miguel, ama sin cansancio la contemplación de la Pasión de Jesucristo, la Misa le da lágrimas, las imágenes de la Virgen son su refugio. Le causan pena las almas que pasan por el extravío del pecado y por su recuperación para Dios funda dos cofradías: La Compagnia dei Sacconi para la atención material de los enfermos y ayudarlos a bien morir y La Congregación de los Oblatos de María para avivar la piedad, hacer obras de caridad y fomentar el apostolado de los seglares. Aquí ya quiso recompensar Dios a su sierva enamorada con dones extraordinarios como el de profecía, milagros, penetra los corazones, es instrumento de conversión y el éxtasis es frecuente en ella ... Así hasta que murió el año 1640, cuando tenía cincuenta y cinco.

Jesús, ¿duermes?

Santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41. Sábado III del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Jesús, te doy las gracias por este momento que Tú me regalas para encontrarme contigo. Creo en ti, Jesús, pero ayúdame a creer con firmeza. Confío en ti, en tu poder, pero, ayúdame a saber abandonarme en tus brazos. Te amo, mas regálame una experiencia de tu amor. Tú me amas, Jesús, sin importar lo que haga. Me amas por ser quien soy… yo te quiero amar y alabar por ser quien eres. Gracias, Jesús, por ser quien eres. A ti la alabanza, la gloria y mi amor por siempre. Amén.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 4, 35-41

Un día, al atardecer, Jesús dijo a sus discípulos: “Vamos a la otra orilla del lago”. Entonces los discípulos despidieron a la gente y condujeron a Jesús en la misma barca en que estaba. Iban además otras barcas.

De pronto se desató un fuerte viento y las olas se estrellaban contra la barca y la iban llenando de agua. Jesús dormía en la popa, reclinado sobre un cojín. Lo despertaron y le dijeron: “Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?”. Él se despertó, reprendió al viento y dijo al mar: “Cállate, enmudece!”. Entonces el viento cesó y sobrevino una gran calma. Jesús les dijo: “ Por qué tenían tanto miedo? ¿Aún no tienen fe?”. Todos se quedaron espantados y se decían unos a otros: “Quien es éste, a quien hasta el viento y el mar obedecen?”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Jesús, Tú duermes en medio de una tormenta. No sé cómo puedes hacerlo. Es como si yo viajara en un avión, el piloto dijera que acaba de perder el control de la nave y que es posible que nos estrellemos, y yo pidiera a la azafata un par de audífonos para ver una película… ¿es que no te importa que se hundan? La misma pregunta me surge muy a menudo Señor, veo tanto mal en el mundo, tanta violencia, tanta injusticia… y Tú callas, casi como si durmieses… ¿Es que no te importa a dónde vaya a parar este mundo?, ¿o acaso duermes y no te enteras que vamos a la deriva? Te miro en silencio, allí, en el sagrario y me pregunto si duermes, si no te importa tanto dolor… Tú despertaste, Señor, e increpaste al mar y al viento… y te obedecieron. En un segundo cambiaste la tempestad en calma y la incredulidad de tus discípulos, en fe.

Miro alrededor, Señor, y me doy cuenta que de ninguna manera duermes, que trabajas. Tantos misioneros, tantos sacerdotes y almas consagradas, tantos laicos que, en silencio, transforman las peores tempestades en paz, portando tu palabra a los hospitales, pan a los hambrientos y consuelo a los tristes… No duermes, Jesús. Trabajas…sí, pero en silencio. Y yo ni escucho tu voz ni veo tus obras porque estoy más ocupado viendo y escuchando el mar y el viento que mirando tus obras. Jesús, me miras allí, hablando en lo profundo de mi corazón, y me invitas a dejarme de lamentos estériles y a ponerme a trabajar por la extensión de tu Reino.

Confío en ti, Jesús. ¡Aumenta mi confianza! Yo también quiero trabajar por tu Reino y por mis hermanos. Lo haré. Dame la fuerza que necesito.

«Prometemos que nunca los olvidaremos. Nunca vamos a dejar de hablar por ustedes. Les aseguramos que haremos todo lo posible para abrir los ojos y los corazones del mundo. La paz no es el fin de la historia. La paz es el inicio de una historia ligada al futuro. Europa debería saber esto mejor que cualquier otro continente. Esta hermosa isla [Lesbos], donde nos encontramos ahora, es sólo un punto en el mapa. Para domar el viento y el mar agitado Jesús ordenó al viento que cesase justo cuando la barca en el que estaban él y sus discípulos estaba en peligro. Luego la calma siguió a la tormenta». (Cf Discurso de S.S. Francisco, 16 de abril de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy haré una oración especial por todos los refugiados y migrantes, para que experimenten la consolación de una persona que trabaje en silencio por la extensión del Reino de Dios.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

La importancia del sueño

Recuerda, “el sueño es esencial para vivir”. ¿Duermes bien? ¿Tienes buenos hábitos?

¿Sabías que un tercio de nuestra vida la pasamos durmiendo?  A la edad de 60 años, 20 de ellos los habremos dormido.   Así es que cualquier problema durante el sueño, nos afecta cotidianamente, tanto de noche, como de día.

Habitos al dormir

Y hoy veremos el por qué “tu sueño condiciona tu vida”

Es una función imprescindible para el ser humano: “no podemos vivir sin dormir”;   repara nuestro cuerpo cada día, y nos prepara para estar despiertos al día siguiente.   Es fisiológicamente necesaria ya que regula los biorritmos y es garantía para el equilibrio entre las exigencias biológicas internas y las del medio exterior.

Durante el sueño el cuerpo repara daños a células y a tejidos, y el cerebro consolida los recuerdos y el aprendizaje.  Es decir, lo que hemos aprendido durante el día se reafirma; de aquí que escuchamos refranes populares como: “lección dormida, lección aprendida” o “consúltalo con la almohada”.

La vida moderna nos exige estar aprendiendo todos los días: poner atención, concentrarnos, nuevos métodos.   Todas estas funciones están íntimamente relacionadas con un buen descanso.

El sueño no reparador tiene consecuencias sociales y médicas importantes que afectan por igual a todas las edades y niveles socioeconómicos:  bajo rendimiento en el trabajo y en los estudios, bajas médicas, accidentes, y con ellos sus consecuencias.

El sueño es crucial en la infancia.   Durante los dos primeros años de vida el bebé habrá dedicado más del 70% a dormir, siendo éste imprescindible para su vida posterior.  Poco a poco irá disminuyendo la cantidad de sueño en el niño, hasta llegar a siete u ocho horas de sueño.

Estudios recientes demuestran que los niños que duermen menos horas de las aconsejadas tienen peores calificaciones en la escuela, déficits significativos en el aprendizaje y expresión del lenguaje; lo cual tiene consecuencias como:  problemas en el crecimiento, mayor probabilidad de obesidad infantil, dolores de cabeza, inseguridad, timidez, pero carácter y baja tolerancia a la frustración.

El sueño tiene que ser una prioridad para toda la familia.  Los padres deben tener rutinas y horarios de sueños regulares y consistentes.

Volvamos a nosotros los adultos, ¿qué pasa sino dormimos bien?.   Si dormimos poco o mal tan solo un día, no nos encontramos bien al día siguiente.  El sueño perdido no se recupera, sino que se acumula.    Es como nuestra talla de zapatos:  todos tenemos una medida propia.

Se presenta una tendencia a dormirse a todas horas, cambios repentinos de humor, tristeza, irritabilidad, actitud pesimista y aumento en el estrés y la ansiedad.

Diversas pruebas para estudiar la falta de sueño dieron como resultado que, después del tercer día sin dormir, suelen manifestarse alucinaciones y locura temporal.  Las probabilidades de sufrir alguna enfermedad psiquiátrica aumentan en un 40% cuando los problemas para dormir se vuelven crónicos.

A nivel fisiológico, la falta de sueño favorece la diabetes y el aumento de peso, afecta el ritmo cardiaco y al sistema respiratorio;  se aumenta la percepción de dolor, aparecen temblores, envejecimiento precoz, agotamiento, trastornos gastrointestinales y afectaciones al sistema inmunológico.

Hemos mencionado que gracias al sueño podemos seguir aprendiendo.    Cuando estamos dormidos se limpia nuestra memoria a corto plazo y se deja espacio para más información. Una noche sin dormir reduce la capacidad de asimilar conocimientos en casi un 40%.  Además de la pérdida de memoria y recuerdo, la persona se vuelve más lenta y menos precisa.

También el dormir en exceso provoca en nuestro cuerpo un estado de letargo perjudicial para nuestra actividad diurna. Incluso podemos llegar a sentirnos más cansados y con menos ganas de afrontar el día a día.   Consecuencias como despidos, problemas de familia y pareja, dificultades de aprendizaje y concentración, así como repercusiones físicas y psíquicas se dan en personas cuyo sueño es excesivo.

Recomendaciones para mejorar tus hábitos al dormir:

 1.  Respeta tus horarios de sueño.
 2. En las noches consume una cena ligera.
 3. Haz ejercicio lejos de la hora de dormir.
 4. No consumas alcohol, tabaco o cafeína.
 5. No dejes tareas y actividades para último momento.
 6. Si detectas que no logras conciliar el sueño o te despiertas frecuentemente, solicita ayuda médica.
 7. Duerme en una habitación bien ventilada pero evita el exceso de frío.
 8. Elimina del ambiente cualquier molestia como ruidos o exceso de luz.
 9. No lleves los problemas a la cama.
10. Mantén horarios regulares de alimento, ejercicio y sueño.
11. Evita las siestas o no las alargues por más de media hora.

Recuerda, “el sueño es esencial para vivir”.  ¿Duermes bien?  ¿Tienes buenos hábitos?   Revísalos y si es necesario cámbialos y verás que tu vida será mejor.

"No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído"

Mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones.

“Cuando experimentamos la fuerza del amor de Dios, cuando reconocemos su presencia de Padre en nuestra vida personal y comunitaria, no podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído”. Con estas palabras comienza el mensaje del Santo Padre para la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el tercer domingo de octubre y que firmó el pasado 6 de enero, Solemnidad de la Epifanía del Señor, en San Juan de Letrán.

Francisco recuerda que “la relación de Jesús con sus discípulos, su humanidad que se nos revela en el misterio de la encarnación, en su Evangelio y en su Pascua nos hacen ver hasta qué punto Dios ama nuestra humanidad y hace suyos nuestros gozos y sufrimientos, nuestros deseos y nuestras angustias”. Y añade:

“Todo en Cristo nos recuerda que el mundo en el que vivimos y su necesidad de redención no le es ajena y nos convoca también a sentirnos parte activa de esta misión: `Salgan al cruce de los caminos e inviten a todos los que encuentren’. Nadie es ajeno, nadie puede sentirse extraño o lejano a este amor de compasión”.

La experiencia de los apóstoles

Tras recordar que “la historia de la evangelización comienza con una búsqueda apasionada del Señor que llama y quiere entablar con cada persona, allí donde se encuentra, un diálogo de amistad”, el Papa escribe “el amor siempre está en movimiento y nos pone en movimiento para compartir el anuncio más hermoso y esperanzador”.

Fratelli tutti

El Santo Padre escribe que “con Jesús hemos visto, oído y palpado que las cosas pueden ser diferentes”. Y agrega que “Él inauguró, ya para hoy, los tiempos por venir recordándonos una característica esencial de nuestro ser humanos, tantas veces olvidada: `Hemos sido hechos para la plenitud que sólo se alcanza en el amor’. Tiempos nuevos que suscitan una fe capaz de impulsar iniciativas y forjar comunidades a partir de hombres y mujeres que aprenden a hacerse cargo de la fragilidad propia y la de los demás, promoviendo la fraternidad y la amistad social”.

“La comunidad eclesial muestra su belleza cada vez que recuerda con gratitud que el Señor nos amó primero. Esa ‘predilección amorosa del Señor nos sorprende, y el asombro – por su propia naturaleza – no podemos poseerlo por nosotros mismos ni imponerlo. Sólo así puede florecer el milagro de la gratuidad, el don gratuito de sí”.

Después de aludir a los tiempos difíciles que atravesaron los primeros cristianos cuando comenzaron su vida de fe en un ambiente hostil y complicado, el Obispo de Roma recuerda que “los límites e impedimentos se volvieron también un lugar privilegiado para ungir todo y a todos con el Espíritu del Señor”.

Refiriéndose al libro de los Hechos de los Apóstoles el Papa escribe que “nos enseña a vivir las pruebas abrazándonos a Cristo, para madurar la convicción de que Dios puede actuar en cualquier circunstancia, también en medio de aparentes fracasos”.

Difícil momento actual de nuestra historia

“Así también nosotros – prosigue el Papa en su mensaje – tampoco es fácil el momento actual de nuestra historia. La situación de la pandemia evidenció y amplificó el dolor, la soledad, la pobreza y las injusticias que ya tantos padecían y puso al descubierto nuestras falsas seguridades y las fragmentaciones y polarizaciones que silenciosamente nos laceran.

“Los más frágiles y vulnerables experimentaron aún más su vulnerabilidad y fragilidad. Hemos experimentado el desánimo, el desencanto, el cansancio, y hasta la amargura conformista y desesperanzadora pudo apoderarse de nuestras miradas”.

Y ante la pregunta de: “¿Para qué me voy a privar de mis seguridades, comodidades y placeres si no voy a ver ningún resultado importante?”, la respuesta – escribe Francisco – permanece siempre la misma:

“Jesucristo ha triunfado sobre el pecado y la muerte y está lleno de poder. Jesucristo verdaderamente vive y nos quiere también vivos, fraternos y capaces de hospedar y compartir esta esperanza. En el contexto actual urgen misioneros de esperanza que, ungidos por el Señor, sean capaces de recordar proféticamente que nadie se salva por sí solo”.

Implicación total y pública en la transformación del mundo

También escribe que “los cristianos no podemos reservar al Señor para nosotros mismos: la misión evangelizadora de la Iglesia expresa su implicación total y pública en la transformación del mundo y en la custodia de la creación”.

Una invitación a cada uno de nosotros

Al recordar el lema de la Jornada Mundial de las Misiones de este año, “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído”, el Papa afirma que “es una invitación a cada uno de nosotros a `hacernos cargo’ y dar a conocer aquello que tenemos en el corazón. Y escribe que “en la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra cada año el tercer domingo de octubre, recordamos agradecidamente a todas esas personas que, con su testimonio de vida, nos ayudan a renovar nuestro compromiso bautismal de ser apóstoles generosos y alegres del Evangelio”.

“Recordamos especialmente a quienes fueron capaces de ponerse en camino, dejar su tierra y sus hogares para que el Evangelio pueda alcanzar sin demoras y sin miedos esos rincones de pueblos y ciudades donde tantas vidas se encuentran sedientas de bendición”.

“Vivir la misión es aventurarse a desarrollar los mismos sentimientos de Cristo Jesús y creer con Él que quien está a mi lado es también mi hermano y mi hermana”. “Que su amor de compasión – escribe el Papa al final de su mensaje – despierte también nuestro corazón y nos vuelva a todos discípulos misioneros”. Y concluye invocando a la Madre de Dios:

“Que María, la primera discípula misionera, haga crecer en todos los bautizados el deseo de ser sal y luz en nuestras tierras”.

Energías new age

El lenguaje de las relaciones humanas lo Hemos pervertido con conceptos new age que parecen hablar de amperios en vez de pasiones o interacción

Quienes tenemos más de treinta años hemos recibido, por norma general, una educación que basculaba entre la confianza y la autoridad. Nuestros padres no perdieron la condición de su rango, con lo que lograron unos hogares en los que al pan se le llamaba pan, en los que no se discutían las órdenes de arriba y en los que las desobediencias venían acompañadas de su correspondiente y reparador castigo.

De este modo, cuando nos mandaban a “galeras”, teníamos claro el motivo: no haber querido acabar el plato, presentarnos con un boletín de notas similar al Ibex, habernos excedido en alguna pelea fraternal o haber contestado de malos modos a la mujer que ayudaba en las tareas de la casa. Y con el castigo, muchas veces, el coscorrón y hasta la bofetada, medicina que generaba un encendido sarpullido antes de inocular su efecto placebo.

Hoy las cosas son distintas. Los hijos viven, en general, imponiendo su capricho: ya no heredan ropa ni comparten juguetes; ni siquiera tienen hermanos a quienes marcar el terreno y los aprobados se regalan a fuerza de decreto. De este modo, además de la proliferación de diminutos gadafis que lo quieren todo al grito de “ya”, abunda en los hogares una atmósfera de inseguridad por desconocer los límites de la convivencia o las razones con las que, de Pascuas a Ramos, los padres aducen su descontento por la acumulación de tanta conducta fuera de madre.

Lo experimenté este verano en un pueblo turístico de nuestra geografía. De camino al párking, unos padres echaban a su hija en cara “las malas energías” con las que había vivido aquella jornada de asueto. Malas energías, como si en vez de venas portadoras de sangre tuviésemos cables de cobre por los que circulan sacudidas de alto voltaje. Y claro, la muchacha les observaba perpleja, sin entender por qué los suyos confundían la electricidad con su más que seguro capricho (mamá, quiero que me compres esto; papá, quiero que me compres lo otro; me aburro; me niego a ver un solo monumento más; no estoy dispuesta a quitarme los cascos de música ni en el interior de esa iglesia, llevadme a un parque de atracciones, etc.).

La educación entiende mucho de lenguaje. Ya saben: al sí, sí y al no, no. Pero el lenguaje de las relaciones humanas lo hemos pervertido con conceptos new age que parecen hablar de amperios en vez de pasiones o interacción, y así andan las familias, deseándose energías positivas en vez de darse los buenos días, como si uno tuviese que vivir enchufado a la red, eléctrica se entiende.
 
El antídoto contra el bullying

¿Queremos erradicar el bullying en la familia y en la sociedad?

Hay padres que se conforman con llevar el pan a casa, sin participar en la formación de los hijos. Ser papás no solo es proporcionar a los hijos todos los medios económicos, tenerlos  en escuelas de prestigio y que sean expertos en idiomas y cibernética. Cuando los conocimientos se reducen  a sólo "saber";  no es Saber vivir

La principal responsabilidad de papá y mamá es la formación de buenos seres humanos…es la urgente necesidad de nuestro mundo. Papá y mamá debemos hablar menos y dar más ejemplo y congruencia.

Lo importante es formar verdaderos seres humanos con la capacidad de diferenciar el bien y el mal (las bondades y los perjuicios), que conozcan y estén convencidos de lo que correcto y lo que incorrecto.

¿Cómo debemos formar los valores en nuestros hijos?
 
Por la importancia, es necesario enfatizar en el ejemplo y la congruencia.

La forma en que papá y mamá conviven, comparten, colaboran entre ellos, la ayuda a los demás, la tolerancia, comprensión, respeto, responsabilidad, amor y verdadera libertad, así es como están formando a cada uno de los hijos, esto es definitivo. No es necesario conocer a los padres, conociendo a los hijos se conocen a papá y mamá. "El árbol se conoce por sus frutos" Mt. 12, 33 – 37)

Lo que necesita la familia y la sociedad en el mundo entero, es el compromiso de papá y mamá, porque este problema está afectando y continuará afectando a muchas personas en todo el orbe, incluyéndonos a nosotros como personas y a nuestra familia.

No hay explosivo de efectos tan dañinos y destructores como los malos ejemplos de quienes deberían ser para los demás modelos del buen comportamiento. P.Elieser Salesman

Para que nuestros hijos aprendan a ser honestos es necesario que los papás practiquen la verdad y sean congruentes. Para formar a los hijos en la responsabilidad, los primeros responsables deberán ser papá y mamá.

Los padres son los responsables de prevenir a los hijos contra la drogadicción explicando y convenciendo de las consecuencias.

Con mutuo diálogo, comunicación, confianza y respeto mutuo, es necesario que en pareja, papá y mamá, se preparen para no evadir el reto de formar a los hijos en la sexualidad y de prevenirlos en cuanto a los daños físicos y psicológicos, protegiéndolos con verdadera responsabilidad.

Para prevenir y arrancar de raíz el bullying en niños, adolescentes, jóvenes y adultos, es importante el compromiso  y ejemplo de mamá y papá, además con verdadero conocimiento y convicción  enseñar que los problemas y diferencias no se resuelven a golpes, con violencia; y   evitar vivir en medio de un ambiente de gritos,  discusiones absurdas e insultos mutuos y faltas de respeto.

Para esto será necesario aprender a controlar las emociones e impulsos, reconocer los propios errores y con humildad aceptar las propias limitaciones y debilidades, aprender a pedir disculpas. Porque el reconocer los errores no será nunca un acto de humillación sino de madurez y crecimiento.

Es necesario emprender en familia  un compromiso permanente contra la violencia: No a los gritos, no a las agresiones físicas y verbales, no a las faltas de respeto a la pareja y a los hijos, disposición a colaborar en todo lo necesario para hacer de casa un lugar habitable en todos los aspectos. Aprender todos los integrantes de la familia a ser responsables, tolerantes pensando en los demás, siendo amables y agradecidos en todo momento. Lo que se les da a hijos ellos lo comparten con los demás.

La vida se debe vivir por convicción nacida de una correcta formación. La formación en los valores no es: Imposiciones, costumbres, tradición o herencia sino la consecuencia de un buen ejemplo. A los padres de familia nos hace falta ser convincentes.

S. S. Juan Pablo II nos decía: "El mundo se resiste a creer palabras que no van acompañadas de un testimonio de vida". El tiempo y nuestros hijos nos demandan convertirnos en un modelo a seguir y sobre todo a ser congruentes.

La mejor  formación es el amor y ejemplo

Lo que se aprende en familia perdurará por siempre. Nadie aprende tanto en diez años de universidad como lo hace durante los diez primeros años de su vida en el hogar. De allí que sean precisamente los familiares quienes tengan que ocuparse desde un inicio de la formación del niño. Catecismo católico explicado, P. Gaspar Astete y P. Eliécer Salesman)

El Papa Pío XII afirmó: "Los niños tienen malos oídos para escuchar, pero muy buenos ojos para observar". Nuestros hijos nos pueden objetar: "No puedo oír lo bueno que dices porque veo lo malo que haces". Esto sería terrible porque nadie da lo que no tiene; si quieres enseñar a tus hijos a ser amables no puedes hacerlo odiando.

Reflexionemos un poco: "Uno puede especializarse en aritmética y conocer toda la geografía de memoria y no por eso ser una mejor persona" (Catecismo católico explicado, P. Gaspar Astete y P. Eliécer Salesman).

Lo más difícil es formar con el ejemplo, pero es lo que verdaderamente forma.

Cuando nuestros hijos hayan aprendido y comprendido a vivir en un continuo servicio a los demás, que la ayuda será siempre lo más importante la mejor demostración de amor a los demás y el antídoto contra la soledad, el vacío existencial, la  frustración y el conflicto personal y familiar; así  aprenderán de sus padres: la obediencia, el respeto, la libertad y la responsabilidad.  Papá y mamá tenemos la responsabilidad de formar a los hijos en una auténtica libertad, que se logra a través la entrega sincera de uno mismo, y se tener presente siempre el respeto al prójimo, el sentido de la justicia, la imprescindible convivencia afectuosa y continuo dialogo, Entonces podremos estar seguros de haber arrancado de raíz el bullying de nuestra vida, de nuestra familia y de la sociedad.

El Pan de Vida

Tu alma no puede nutrirse y saciarse de otra cosa que de Dios.
 
No os acostumbréis nunca a celebrar o a asistir al Santo Sacrificio: hacedlo, por el contrario, con tanta devoción como si se tratase de la única Misa de vuestra vida: sabiendo que allí está siempre presente Cristo, Dios y Hombre, Cabeza y Cuerpo, y, por tanto, junto con Nuestro Señor, toda su Iglesia. San Josemaría Escrivá, 28-III-1955.

Un sentido agradecimiento de partida

Tú sabes de sobra, amigo mío, que Eucaristía: quiere decir acción de gracias. Y éste es precisamente el primer impulso espontáneo del alma que se detiene a considerar, a meditar este misterio de fe que es el Sacramento del Amor. Las palabras que brotan del corazón, ante la presencia de Jesucristo en la Eucaristía, son palabras de gratitud: Gracias, Señor, por haber querido quedarte en el tabernáculo. Gracias, Señor, por haber pensado en mí y en todos los hombres ˆaun en aquellos que habrían de entregarte y que te traicionanˆ en la hora de la persecución y del abandono, en la vigilia de la Pasión. Gracias, Señor, porque has querido ser médico para mis achaques, fuerza para mis debilidades y blanco pan para mi alma hambrienta, pan que da la vida.

Un santo contagio

Tú y yo sabemos por experiencia cuánto bien puede hacer a una persona una buena amistad: le ayuda a comportarse mejor, le acerca a Dios, le mantiene lejos del mal. Y si una buena amistad nos liga, no ya a una persona buena, sino a un santo, los buenos efectos de ese género de vida se multiplican: el trato mutuo y el intercambio de elevados sentimientos con un santo dejarán en nuestro propio fondo algo de su santidad: cum sanctis, sanctus eris!, si tratas con los santos, serás santo.

Es una intimidad con Jesucristo

¡Pues piensa ahora, amigo mío, lo que podrá ser la amistad y la confianza con Jesucristo en la Eucaristía, y qué huella dejará en nuestra alma! Tendrás a Jesús como Amigo, Jesús será tu Amigo. ¡El ˆperfecto Dios y Hombre perfectoˆ, que nació, que trabajó y que lloró, que se ha quedado en la Eucaristía, que padeció y que murió por nosotros! Y... ¡qué amistad, qué intimidad! Nos nutre con su cuerpo, nos quita la sed con su sangre: Caro mea vere est cibus, sanguis meus vere est potus. Mi carne es verdadero alimento, mi sangre es verdadera bebida. Jesucristo se ofrece a nosotros en el misterio de la Eucaristía, completamente, totalmente, en cuerpo, sangre, alma y divinidad. Y el alma, en aquel momento de donación y de abandono, siente que le puede repetir las palabras de la parábola evangélica: Omnia mea tua sunt, todo lo que es mío es tuyo.

Para que viva en nosotros

El camino de la Comunión ˆy de la Comunión frecuenteˆ es verdaderamente el camino más fácil y breve para llegar a la transformación en Cristo, al vivit vero in me Christus, verdaderamente Cristo vive en mí, de San Pablo. Tu alma tiene necesidad de Jesús, porque sin E1 no puedes ˆno podemosˆ hacer nada: Sine Me nihil potestis facere, sin Mí no podéis hacer nada. El desea venir todos los días a tu alma: te lo dijo y te lo dice con la parábola del gran banquete ˆvocavit multos, llamó a muchosˆ y te lo repitió y te lo repite en el momento solemne de instituir la Eucaristía: Desiderio desideravi haec pascha manducare vobiscum, he deseado con toda el alma comer esta Pascua con vosotros.

Para crecer

Tu alma y la mía tienen necesidad del Pan de la Eucaristía, porque tienen necesidad de nutrirse, como el cuerpo, para perseverar con fidelidad y buen espíritu en el trabajo cotidiano, en su esfuerzo para santificarse y para adelantar, cada día más, en el conocimiento de Dios y en la práctica generosa de las virtudes.

Lo que el alma merece

Deja que te diga, en confianza, que tu alma no puede nutrirse y saciarse de otra cosa que de Dios. ¡Tanta es la grandeza y la noleza del alma en gracia! Si pudiéramos hacernos una idea de ella, no tendríamos ojos para ninguna otra cosa en el mundo. Piensa que la Fe ˆnuestra fe cristiana, que da luz a la inteligencia y serenidad al corazónˆ enseña que el alma ha sido creada a imagen y semejanza de Dios, que ha sido redimida por la sangre de Jesucristo, y que debemos alimentarla de su cuerpo y sangre redentores.

Una necesidad y un deseo

No te dejes seducir por falsas ideas y por falsas humildades: estado de gracia, rectitud de intención... y, después de haber escuchado el consejo prudente del sacerdote, acércate, incluso todos los días, a la Santísima Eucaristía.

Me agrada repetirte, a propósito de la Eucaristía, aquellas palabras de Marta a María, cuando Jesús ˆdespués de la muerte de Lázaroˆ se acerca a la casa amiga de Betania: Magister adest et vocat te!, ¡el Maestro ha llegado y te llama! Escucha su llamada, y aproxímate: acércate a este misterio de fe con una fe muy grande, acércate con la fe de la madre cananea y de la hemorroísa, o, por lo menos, con el deseo humilde de los apóstoles: Adauge nobis fidem!, auméntanos la fe!
Con esperanza y contrición

Acércate con la esperanza firme del leproso, y repite a Jesús sus palabras, humildes y confiadas: "Señor si quieres puedes volverme puro" Y si en ese momento te entristece el recuerdo de tus miserias, puedes volverte a Jesús con las palabras del centurión: Domine, non sum dignus... Señor, yo no soy digno -pero añade en seguida lo que supo añadir aquel hombre sencillo y saborea la confiada esperanza que se esconde en la continuación de su discurso: pero di una sola palabra y mi alma será sana.

¡Que nos gocemos con razón!

Acércate con la caridad de Magdalena, en la casa de Simón el leproso. Sepárate, como ella; de todo lo que está a tu alrededor, y quédate solo con Jesús y rodéalo con tus cuidados y ofrécele el fuego de tu alma y el fervor de tu voluntad. Y no te cuides de respetos humanos, ni de falsas humildades. El está contigo, y te ama. Aprovecha bien los momentos de tu acción de gracias: que tu acción de gracias sea como el himno que entonaron los apóstoles, en el cenáculo, después de la institución de la Eucaristía, mientras iban saliendo al aire libre. Y sal de la iglesia con el corazón rebosante de alegría y el alma llena de optimismo. Y renueva muchas veces durante la jornada tu respuesta al desiderio desideravi de Cristo, tu deseo de recibirlo. La comunión espiritual es alimento fuerte y letificante para las almas eucarísticas.

Nuestra Madre

La Virgen es madre del Amor hermoso y de la Fe y de la santa Esperanza: pídele a Ella progresar en estas virtudes para acercarte con disposiciones interiores cada vez mejores al Santísimo Sacramento de la Eucaristía.

PRECES

Por intercesión de María, la esclava del Señor, hagamos llegar nuestras peticiones a Dios Padre:
R/MMaría, ruega por nosotros.
Tú que precediste a tu Hijo en la historia de la salvación,
– ayúdanos a descubrir a Dios presente en todas las cosas.MR/
Tú que guardabas todas las cosas en tu corazón,
– enséñanos a contemplar los misterios de la vida de Cristo.MR/
Tú que estuviste atenta a las necesidades de los novios en Caná de Galilea,
– no permitas que seamos indiferentes a la pobreza y al sufrimiento.MR/
Tú que buscaste con ansia a Jesús perdido en el templo,
– conduce a los hombres que no tienen fe.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…

ORACIÓN

Oh Dios, fuente y origen de nuestra salvación, haz que, mientras dura nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos incesantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

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