Y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor
- 06 Febrero 2021
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Pablo Miki y compañeros, Santos y Mártires
Memoria Litúrgica, 6 de febrero
Mártires de Japón
Martirologio Romano: En Nagasaki, en Japón, pasión de los santos Pablo Miki junto con veinticinco compañeros, Declarada una persecución contra los cristianos, ocho presbíteros o religiosos de la Compañía de Jesús o de la Orden de los Hermanos Menores, procedentes de Europa o nacidos en Japón, junto con diecisiete laicos, fueron apresados, duramente maltratados y, finalmente, condenados a muerte. Todos, incluso los adolescentes, por ser cristianos fueron clavados en cruces, manifestando su alegría por haber merecido morir como murió Cristo (1597).
Compañeros en el martiro: Juan de Goto Soan, Jacobo Kisai, religiosos de la Compañía de Jesús; Pedro Bautista Blásquez, Martín de la Ascensión Aguirre, Francisco Blanco, presbíteros de la Orden de los Hermanos Menores; Felipe de Jesús de Las Casas, Gonzalo García, Francisco de San Miguel de la Parilla, religiosos de la misma Orden; León Karasuma, Pedro Sukeiro, Cosme Takeya, Pablo Ibaraki, Tomás Dangi, Pablo Suzuki, catequistas; Luis Ibaraki, Antonio, Miguel Kozaki y su hijo Tomás, Buenaventura, Gabriel, Juan Kinuya, Matías, Francisco de Meako, Ioaquinm Sakakibara y Francisco Adaucto, neofitos.(1597).
Fecha de canonización: 8 de julio de 1862 por el Papa Pío IX.
Breve Biografía
El primero que llevó el anuncio de la fe cristiana a Japón fue San Francisco Javier, quien trabajó allí en de 1549 a 1551. En pocos años los cristianos llegaron a ser unos 300.000. Humanamente hablando, es doble el “secreto” que hizo posible esta expansión: el respeto que los misioneros jesuitas tuvieron por los modos de vida y las creencias japonesas no directamente opuestas a la enseñanza cristiana, y el empeño de insertar elementos locales en la predicación y en la administración.
Fue catequista jesuita un joven llamado Pablo Miki, nacido entre los años 1564 y 1566, de una rica familia de Kyoto. Quería ser sacerdote pero su ordenación fue postergada “sine die”, porque la única diócesis todavía no tenia obispo. Además, en 1587 el emperador Toyotomi Hideyoshi, que se propuso la conquista de Corea, cambió su actitud benévola para con los cristianos y publicó un decreto de expulsión de los misioneros extranjeros.
La orden se cumplió en parte: algunos misioneros permanecieron en el país de incógnito, y en 1593 algunos franciscanos españoles, dirigidos por Pedro Bautista, llegaron a Japón procedentes de Filipinas y fueron bien recibidos por Hideyoshi. Pero poco después vino la ruptura definitiva, incluso por motives políticos anti-españoles y anti-occidentales. El 9 de diciembre fueron arrestados seis franciscanos (Pedro Bautista, Martín de la Asunción, Francisco Blanco, Felipe Las Casas, Francisco de San Miguel y Gonzalo García), tres jesuitas (Pablo Miki, Juan Soan de Gotó y Santiago Kisai) y quince laicos terciarios franciscanos, a los que se les añadieron después otros dos, que eran catequistas.
Después de haberles cortado el lóbulo izquierdo, los 26 fueron llevados de Meaco a Nagasaki, para exponerlos a la burla de las muchedumbres, que más bien admiraron la heroica valentía que manifestaron sobre todo en el momento de la muerte, cuando fueron crucificados en una colina de Nagasaki el 5 de febrero de 1597.
Despertaron gran conmoción las palabras de perdón y de testimonio evangélico pronunciadas por Pablo Miki desde la cruz, y la serenidad y valentía que demostraron Luis Ibaraki (de 11 años), Antonio (de trece) y Tomás Cosaki (de catorce), que murieron cantando el salmo: “Laudate, pueri, Dominum...”
Cristianos a tiempo completo
Santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34. Sábado IV del Tiempo Ordinario
Por: Javier Castellanos, LC | Fuente: www.somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
María, este sábado quiero orar junto a ti. Enséñame a rezar, como le enseñaste a Jesús cuando era pequeño. Háblame sobre tu Hijo, ayúdame a conocerlo desde tu mirada de madre. Me pongo en tus manos y te ofrezco este día. Guíame y ayúdame a realizar la voluntad de Dios para mí. Amén.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”. Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Para Jesús no había horario laboral. No existían para él vacaciones. O, más bien, incluso los momentos de descanso venían incluidos en su «trabajo». Hoy mismo leemos en el Evangelio que en su «día de descanso» le rompen los esquemas. En ese lugar apartado le sigue buscando la multitud, y él reajusta sus planes. Se podría decir que su horario laboral eran los demás.
Los apóstoles vieron este acto. ¿Qué percibieron en Jesús? ¿Qué lección aprendieron? Ese día vieron a través del Corazón de Jesús, y nos narran el evento para que nosotros también entremos en este misterio. Para Cristo, la misión era parte de su vida, y no sólo un trabajo. Él se sabía enviado por el Padre, y por amor se entregó de lleno. Sin horarios. Sin reservas.
Seguramente Cristo aprendió esta cualidad en su vida oculta. Lo habrá visto en su casa todos los días: María no tenía un «horario de mamá». Era mamá. Cuando cocinaba o lavaba la ropa, pero también cuando descansaban el sábado o iban a las fiestas de Pascua. No dejaba en ningún instante de ser la madre de Jesús. Más aún, podemos imaginar que Jesús de niño, con su inteligencia humana, habrá tenido un montón de preguntas. Y sabía que podía acudir a cualquier hora del día con su mamá para aprender sobre la levadura, los pastores, las ovejas, las monedas… Podemos perfectamente suponer que María habrá dejado lo demás a un lado, enseñando a Jesús con calma.
Pidamos hoy a María que nos enseñe a ser cristianos «de tiempo completo». Que nos haga como Jesús, quien vivía para hacer descansar a los demás, y él mismo descansaba dándose a cualquiera que se acercaba. Que nos ayude a descubrir que el amor es el descanso del alma.
«El descanso es necesario, así como un tiempo para el ocio y el enriquecimiento personal, pero debemos aprender a descansar de manera que aumente nuestro deseo de servir generosamente. La cercanía a los pobres, a los refugiados, a los inmigrantes, a los enfermos, a los explotados, a los ancianos que sufren la soledad, a los encarcelados y a tantos otros pobres de Dios nos enseñará otro tipo de descanso, más cristiano y generoso». (Homilía de S.S. Francisco, 24 de septiembre de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Procuraré vivir este día unido a Dios por medio de pequeñas oraciones jaculatorias.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Disfrutar el descanso
Que nuestro descanso sea para disfrutar más de lo que hemos hecho, de lo que tenemos, de las personas que nos rodean
El comienzo de año y del verano es también un comienzo de épocas en que mucha gente disfruta de sus vacaciones, otros quizás no puedan hacerlo, pero todos de alguna manera como que cambiamos el ritmo de nuestras actividades. Es por eso que me propongo reflexionar sobre este tiempo, podríamos decir, de descanso, que una gran mayoría tiene.
Hay por allí quienes utilizan el tiempo del descanso como un tiempo para retomar fuerzas, para poder realizar con más detenimiento alguna actividad que en el resto del año, por las ocupaciones, no podemos realizar, por ej.: leer, rezar un poquito más, compartir con nuestros seres queridos...
El comienzo de la Biblia, en el Libro del Génesis, cuando narra la creación del mundo y del Hombre, nos dice que al séptimo día, Dios descansó. Crea el mundo en seis días, y el séptimo descansa. Y me pregunto cómo sería ese “descanso de Dios”, en que habrá consistido.
Nosotros muchas veces estamos esperando el descanso anual, o quizás aquel del día en que no debamos ya levantarnos todos los días para ir a trabajar, y poder “descansar”. Claro, también vemos a muchos que le ha llegado ya esa etapa y no pueden estar en un descanso permanente, en una “siesta perpetua”. Entonces me pregunto, qué es descansar. Quizás el deseo de descansar de una vez por todas de nuestros trabajos, tenga que ver que muchas veces nos toca realizar trabajos que no nos gustan, que debemos hacerlos, pero que no nos llenan plenamente, que en definitiva no “amamos”.
Por eso, pienso que el descanso de Dios, después de crear el mundo, al que crea por su inmenso e infinito amor, el momento del descanso habrá sido un tiempo de “disfrutar” lo que había hecho, un momento de seguir “amando” totalmente eso que había realizado.
Nuestro sentido del descanso muchas veces es un “por fin dejo de trabajar”, y quizás no pueda disfrutar del momento del descanso como debiera, tal vez porque no hemos aprendido el verdadero sentido del descanso, que es el de poder seguir amando y disfrutando de lo que tenemos, de lo que hemos hecho.
Cuando decimos que Dios al séptimo día descansó, no hizo otra cosa que seguir amando y admirando el mundo que había creado, y disfrutaba con ello, es decir siguió amando.
Cuando hablamos de nuestros descanso definitivo, ese que llamamos “descanso eterno”, ¿que será? ¿El no hacer más nada? No, estaremos para siempre con Dios, el AMOR, y viviremos en y de ese Amor para siempre. Se me ocurre que en ese momento vamos a amar mucho más que aquí.
Por eso, que nuestro descanso sea para disfrutar más de lo que hemos hecho, de lo que tenemos, de las personas que nos rodean, sea que vayamos a un lugar a admirar la naturaleza que Dios nos ha dado, o se que nos quedemos en casa y podamos compartir más y de una manera distinta con quienes vivimos, y que nos cuesta hacerlo durante el año con todo el ritmo que se vive.
El Papa: la fraternidad es el desafío del siglo
"O somos hermanos, o nos destruimos".
El Papa Francisco participó hoy en la celebración del Día Internacional de la Fraternidad Humana. El evento virtual organizado por el jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos, contó también con la participación del Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb; el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres y otras personalidades.
La fraternidad, nueva frontera de la humanidad
“Hermanas y hermanos, esa es la palabra: hermanas y hermanos”: al iniciar su intervención el Santo Padre Francisco quiso afirmar el concepto de fraternidad, dirigiéndose, de modo especial, a su “hermano, amigo, compañero de desafíos y de riesgos en la lucha por la fraternidad”, el Gran Imán Ahmed el Tayeb, a quien expresó su gratitud por la compañía “en el camino por la reflexión y la redacción” del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y Convivencia común, presentado hace dos años, en ocasión de su Viaje Apostólico a los Emiratos Árabes Unidos.
“Su testimonio – expresó el Sumo Pontífice al Gran Imán – me ayudó mucho porque fue un testimonio valiente. Yo sé que no era una tarea fácil. Pero con usted pudimos hacerla juntos, y ayudarnos mutuamente. Lo más lindo de todo es que ese primer deseo de fraternidad se fue consolidando en verdadera fraternidad. Gracias hermano, gracias”.
El agradecimiento del Papa Francisco fue también para su Alteza Sheikh Mohammed bin Zayed, por todos los esfuerzos que ha puesto para lograr seguir adelante en el camino de la fraternidad: “Creyó en el proyecto. Creyó”, subrayó. Y el agradecimiento fue también hacia el juez Abdel Salam, Secretario General del Alto Comité, “amigo, trabajador lleno de ideas”, “l’enfant terrible”, como lo llamó cariñosamente Francisco, de todo este proyecto, que ayudó a que el mismo saliera adelante.
“Gracias a todos por apostar por la fraternidad, porque hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad. O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente”.
No hay tiempo para la indiferencia, la fraternidad es el desafío del siglo
Para el Papa Francisco “hoy no hay tiempo para la indiferencia”, “no nos podemos lavar las manos con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio”. “O somos hermanos —sentenció—, o se viene todo abajo. Y es que la fraternidad es “la frontera” sobre la cual “tenemos que construir”: se trata del desafío de “nuestro siglo”, aseveró Francisco; de “nuestros tiempos”.
Fraternidad quiere decir mano tendida, fraternidad quiere decir respeto. Fraternidad quiere decir escuchar con el corazón abierto. Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones. Porque no hay verdadera fraternidad si se negocian las propias convicciones.
Somos hermanos, nacidos de un mismo Padre
Con el mismo espíritu de esa “invitación a la reconciliación y a la fraternidad entre todos los creyentes, incluso entre creyentes y no creyentes, y entre todas las personas de buena voluntad”, ya manifestada al final del Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz y la Convivencia Común, o también como durante su catequesis al regreso de su Viaje Apostólico en Marruecos, cuando habló de la paternidad que compartimos, por ejemplo, con los musulmanes, al decir que “somos descendientes del mismo Padre, Abraham”, también hoy, en la Jornada Mundial sobre la Fraternidad humana el Papa Francisco reafirmó esa paternidad compartida, al subrayar que “Somos hermanos, nacidos de un mismo Padre”:
Con culturas, tradiciones diferentes, pero todos hermanos. Y respetando nuestras culturas y tradiciones diferentes, nuestras ciudadanías diferentes, hay que construir esta fraternidad. No negociándola.
O hermanos, o enemigos. La prescindencia forma sutil de enemistad
Y porque el desafío de la fraternidad es nuestro, de nuestro tiempo, de nuestro siglo, es que el Santo Padre señaló que “es el momento de la escucha” y “de la aceptación sincera”:
Es el momento de la certeza que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos. Quiero subrayar esto. No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos. Porque la prescindencia es una forma muy sutil de la enemistad. No sólo hace falta una guerra para hacer enemigos.
De ahí la exhortación nacida del corazón del pontífice: “basta con prescindir”. “Basta con esa técnica —se ha transformado en técnica— esa actitud de mirar para otra parte, prescindiendo del otro, como si no existiera”, instó.
La paz sólo se va a lograr con un corazón fraterno
Al “querido hermano Gran Imán”, vuelven las palabras del Papa al final de su discurso: “gracias por su ayuda, gracias por su testimonio, gracias por este camino que hemos hecho juntos”.
Las últimas palabras están dirigidas a los galardonados por el Premio Zayed a la Fraternidad Humana, inspirado en el documento firmado en Abu Dabi: primero, al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, a quien felicita y agradece por “todos los esfuerzos que hace por la paz”. Una paz- asegura el pontífice- que sólo se va a lograr con un corazón fraterno. Y segundo, a Latifa Ibn Ziaten, presidenta de la asociación IMAD, que trabaja por la reconciliación y el diálogo, especialmente en las escuelas:
Querida hermana, - le dice el Papa - tus últimas palabras no son dichas de oídas o convencionalmente, “somos todos hermanos”. Son el convencimiento. Y un convencimiento plasmado en el dolor, en tus llagas. Vos jugaste tu vida por la sonrisa, jugaste tu vida por el no resentimiento y a través del dolor de perder un hijo —solamente una madre sabe lo que es perder un hijo— a través de ese dolor tú te animas a decir “somos todos hermanos” y a sembrar palabras de amor. Gracias por tu testimonio. Y gracias por ser madre de tu hijo, de tantos chicos y chicas; por ser madre hoy de esta humanidad que te está escuchando y que aprende de vos: o el camino de la fraternidad, o hermanos, o perdemos todo. Gracias, gracias.
El 4 de febrero de 2019, durante su viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos, el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, firmaron el Documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común. Unos meses más tarde, se creó el Alto Comité para la Fraternidad Humana para traducir las aspiraciones del Documento en compromisos y acciones concretas. El Alto Comité tiene previsto establecer una Casa de la Familia Abrahámica, con una sinagoga, una iglesia y una mezquita, en la isla de Saadiyat, en Abu Dabi. Ha creado un jurado independiente para recibir las candidaturas al Premio Zayed a la Fraternidad Humana, seleccionando a los ganadores cuyo trabajo haya destacado por su compromiso permanente con la fraternidad humana. El 21 de diciembre de 2020, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 4 de febrero como el Día Internacional de la Fraternidad Humana. El Papa exhortó a la Santa Sede a participar en la celebración del Día Internacional de la Fraternidad Humana bajo la dirección del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso. El pasado mes de enero, el Santo Padre dio inicio a este año 2021 con un llamado a la fraternidad, en el video con su intención de oración, a que personas de distintas religiones, culturas, tradiciones y creencias vuelvan a lo esencial: el amor al prójimo.
12 consejos para portarse y vivir mejor la Misa
Para poder aprovechar al máximo los grandes frutos espirituales que se recibe en la Misa se debe participar en ella con reverencia.
Para poder aprovechar al máximo los grandes frutos espirituales que se recibe en la Misa se debe participar en ella con reverencia.
Aquí 12 reglas de oro o consejos prácticos que servirán para aprovechar la Misa al máximo y participar, activa y reverentemente, en la Eucaristía.
1. No usar el celular: No lo necesitas para hablar con Dios
Los teléfonos celulares nunca deben utilizarse en Misa para hacer llamadas o enviar mensajes de texto. Es posible contestar una llamada de emergencia, pero fuera del templo. Por otro lado, sí es posible usar el teléfono para lecturas espirituales u oraciones, aunque se debe ser discreto.
2. Ayunar antes de la celebración eucarística
Consiste en abstenerse de tomar cualquier alimento o bebida, al menos desde una hora antes de la Sagrada Comunión, a excepción del agua y de las medicinas.
Los enfermos pueden comulgar aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior. El propósito es ayudar a la preparación para recibir a Jesús en la Eucaristía.
3. No comer ni beber en la iglesia
Las excepciones serían: alguna bebida para niños pequeños o leche para los bebés, agua para el sacerdote o para los miembros del coro (con discreción) y para los enfermos.
Llevar un bocadillo a la iglesia no es apropiado, porque el templo es un lugar de oración y reflexión.
4. No mascar chicle
Al hacer esto se rompe con el ayuno, ocurre una distracción, se es descortés en un entorno formal, y no ayuda en la oración.
5. No usar sombrero
Es descortés usar un sombrero dentro de una iglesia. Si bien esta es una norma cultural, debe cumplirse. Así como nos sacamos el sombrero cuando se hace un juramento, igual debe hacer en la iglesia como un signo de respeto.
6. Santiguarse con agua bendita al entrar y salir del templo
Este es un recordatorio del Bautismo, sacramento por el que renacemos a la vida divina y somos hechos hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Es necesario estar plenamente consciente de lo que sucede al santiguarse, y debe hacerse diciendo alguna oración.
7. Vestir con modestia
A los católicos se les invita a asistir vestidos adecuadamente ya que, si es algo que se suele hacer comúnmente para una fiesta o algún otro tipo de compromiso, no hay razón para no hacer lo mismo al asistir a Misa.
8. Llegar algunos minutos antes del inicio de la Misa
Si por alguna razón no se puede llegar a tiempo, es recomendable sentarse en la parte de atrás para no molestar a las demás personas. Llegar a la Misa temprano permite orar y prepararse mejor para recibir a Cristo.
9. Arrodillarse hacia el Sagrario al entrar y salir del templo
Al permitir que nuestra rodilla toque el piso, se reconoce que Cristo es Dios. Si alguien es físicamente incapaz de hacer la genuflexión, entonces un gesto de reverencia es suficiente. Durante la Misa, si se pasa delante del altar o del tabernáculo, se debe inclinar la cabeza con reverencia.
10. Permanecer en silencio durante la celebración
Al ingresar al templo se debe guardar silencio. Si se tiene que hablar, hágalo de forma silenciosa y breve. Recuerde que mantener una conversación puede molestar a alguien que está orando.
Si tiene un niño o un bebé, puede sentarse cerca de alguna salida ante cualquier contratiempo.
Recuerde que no hay razón para sentir vergüenza por tener que calmar o controlar a su hijo, dentro o fuera de la iglesia. Enséñeles a comportarse, especialmente con su propio ejemplo.
11. Inclinarse al recibir la comunión
Si es Dios, entonces se puede mostrar respeto inclinando cabeza como reverencia. Si lo desea puede hacer una genuflexión. Esta es una práctica antigua que ha continuado hasta el día de hoy.
12. Espere a que la Misa termine
Debemos permanecer en la Misa hasta la bendición final. Recuerde que uno de los mandamientos de la Iglesia es oír Misa entera los domingos y fiestas de guardar.
Es una buena costumbre, aunque no requerida, ofrecer una oración de acción de gracias después de la celebración.
Finalmente, la salida debe ser en silencio a fin de no molestar a otras personas que deseen permanecer en el templo rezando.
5 fundamentos bíblicos del por qué veneramos a María
Los cristianos no estamos huérfanos, tenemos a María como nuestra madre
1. Jn 19,26-27. El deseo de un moribundo.
“Jesús, viendo a su madre y junto a ella al discípulo a quien amaba, dice a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo.». Luego dice al discípulo: «Ahí tienes a tu madre.» Y desde aquella hora el discípulo la acogió en su casa.”
Una de las cosas más sagradas que existen es el deseo de un moribundo, es un deseo que se debe cumplir tal como lo pidió la persona que estaba a punto de fallecer. Pues bien, el último deseo de Jesús lo expresó en esta cita: “Ahí tienes a tu madre”. Y dicho regalo se lo dejó “al discípulo amado”. Esto nos hace concluir que el “verdadero discípulo” es aquel que recibe a María en su casa, así como Jesús deseó.
2. Lc 1, 26-28. El saludo “del Ángel”.
“Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, .a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»”
Estas palabras las dice el ángel Gabriel, pero recordemos que un ángel es un mensajero de Dios, es decir, lo que hace es transmitir lo que aquella persona emisora le dice que transmita a la receptora; por lo tanto, el saludo es de Dios, no del ángel; es decir, que el primero que la bendijo y el primero que la alabó fue el mismo Dios a través de este mensajero (el ángel): “llena eres de gracia”.
3. Lc 1,41. El saludo de María
“Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo”.
El hijo al que se refiere la cita bíblica es Juan El Bautista. De él se había anunciado: que iba a ser grande, que anunciaría al mesías y que estaría lleno del espíritu santo. Pues bien, sucede que este llenarse del espíritu santo se da cuando María saluda a Isabel. Dice el versículo: el niño saltó de gozo en su vientre e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. La presencia de María y su saludo les llevan el Espíritu Santo a Isabel y Juan el Bautista (casi lo mismo sucede con los discípulos en Pentecostés).
4. Lc 1,42. El Ave María.
“y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno;” ¿A qué te suena esta frase? ¡Es el Ave María! La primera que rezó el rosario (que es venerar a María) fue Isabel, y quién impulsó a bendecir a María fue el Espíritu Santo.
Muy bien podemos afirmar entonces que quien ataca a María, está atacando al Espíritu Santo, pues fue él, el que movió a Isabel a alabar y a venerar a María por primera vez en la historia.
Otro detalle interesante es que la primera alabanza se hace a María (“bendita tú”) y después es al fruto de su vientre (Jesús). Es el Espíritu Santo el que mueve a Isabel a reconocer la grandeza de esta mujer. Los que insultan a María, insultan lo que Jesús alabó y lo que el Espíritu inspiró a Isabel.
5. Lc 1,48. Bienaventurada
“porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”.
“El Magníficat” es uno de los cánticos más famosos, María lo hace después de su encuentro con su prima Isabel. En el encontramos como la “biografía” de María, y una de las palabras claves es la profecía que María hace de sí misma: “desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada”. Cumplir con la palabra de Dios, es llamar a María “bienaventurada”.
…
Por todo lo dicho anteriormente, no tengamos miedo de alabar a María, de rezar el rosario, de venerar a María, pues el primero que la alabó fue Dios; después lo hizo Isabel, después muchos otros… cumpliendo esa profecía de Lc 1, 48.
María fue uno de los regalos más queridos y especiales de parte de Jesús, uno de sus últimos deseos. Como diría el papa Francisco: “los cristianos no estamos huérfanos, tenemos a María como nuestra madre”; venerarla, alabarla, no es quitarle espacio a Dios, pues al acercarnos a María, lo único que hace es reconducirnos a Jesús (“hagan lo que Él les diga”).
No temas llevarte a María a tu casa, no temas tener a María como tu madre o intercesora. Ella es uno de los más preciados regalos que nos dejó el mismo Dios.
PRECES
La fuerza de Dios se manifiesta en la debilidad de los mártires, por eso podemos decir:
R/MDanos tu gracia, que eso nos basta.
Te pedimos por la Iglesia de Japón, para que, a ejemplo de los mártires san Pablo Miki y sus compañeros, sea fuerte en la confesión de la fe.MR/
Te pedimos por las familias que pasan dificultades; haz que con tu ayuda puedan superarlas y se afiance su amor.MR/
Te pedimos por los adolescentes y jóvenes que luchan por ser fieles a tu evangelio, para que no decaigan en el esfuerzo.MR/
Por los misioneros que anuncian tu palabra en todo el mundo, que no se desalienten ante las dificultades.MR/
Por los sacerdotes y religiosos: haz que su corazón esté cada vez más unido al tuyo y den abundantes frutos apostólicos.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
ORACIÓN
Oh, Dios, fortaleza de todos los santos, que te has dignado llamar a la vida eterna, por medio de la cruz, a los santos mártires Pablo Miki y compañeros, concédenos, por su intercesión, mantener con vigor, hasta la muerte, la fe que profesamos. Por nuestro Señor Jesucristo.