Yo quiero, Señor, ser una de tus ovejas
- 27 Abril 2021
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Virgen, 27 de abril
Patrona de las sirvientas domésticas. Se le invoca también por las llaves perdidas.
Martirologio Romano: En Luca, de la Toscana, santa Zita, virgen, la cual, nacida de hogar humilde, a los doce años entró a servir a la familia de los Fatinelli, y perseveró hasta la muerte, con admirable paciencia, en este servicio doméstico († 1278).
Breve Biografía
Nació cerca de Lucca, Italia en 1218 y murió en Lucca el 27 de abril de 1278.
Su familia era pobre pero muy devota. Su hermana mayor entró en el convento cisterciense y su tío era ermitaño con fama popular de santidad. No tuvo dinero y ni siquiera se sabe su apellido. Sin embargo, logró lo único que es necesario para que la vida sea un verdadero éxito: la santidad.
Para mantener a su familia, a los doce años de edad se hizo sirvienta de los Fatinelli, una familia rica de Lucca, y les sirvió el resto de su vida, por 48 años.
Desde pequeña demostró un gran amor para con todos, especialmente los pobres y abandonados. Esto no agradaba mucho a la familia Fatinelli. Pero el Señor intervino. En una ocasión, Zita fue a servir a un necesitado dejando momentáneamente su trabajo en la cocina. Otros sirvientes se lo dijeron a la familia Fatinelli, pero cuando ésta fue a la cocina a investigar encontró a ángeles haciendo su trabajo. Desde aquel día le permitieron mas libertad para servir a los pobres. No por eso cesaron las burlas y los ataques de los otros sirvientes.
Una vez que el hambre azotó la ciudad, Zita tenía la costumbre de repartir todo lo suyo, incluso su comida, con los pobres. Pero la necesidad era muy grande, por lo que repartió la despensa de granos de la familia con los pobres. Cuando la familia fue a investigar encontró la despensa repleta. Fueron muchos los incidentes milagrosos de su vida. En la víspera de Navidad, Zita encontró que en la puerta de la Iglesia de San Fredaino, un hombre que temblaba de frío. Ella tomó un valioso manto de la familia y se lo entregó, advirtiéndole que debía devolverlo después de la misa para que ella pudiese a su vez regresarlo a su dueño. Pero el hombre desapareció. Aquello fue demasiado para el Señor Fatinelli quién al próximo día montó en cólera contra Zita. Así estaba cuando un anciano vino a la puerta y devolvió el manto. La gente del pueblo interpretó que aquel anciano era un ángel, por lo que desde entonces la puerta de San Fredaino se llamó "El Portal del Angel".
Zita tenía particular devoción por los prisioneros condenados a muerte.
Murió a los 60 años e inmediatamente su culto se propagó especialmente en Palermo, Sicilia, otras partes de Italia e Inglaterra.
Su cuerpo se venera en la capilla de Santa Zita de la Iglesia de San Fredaino, en Lucca, Italia
Fue canonizada por S.S. León X el 5 de Septiembre de 1696.
¿Sé escuchar tu voz cuando me llamas?
Santo Evangelio según san Juan 10, 22-30. Martes IV de Pascua
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, te doy gracias por el don de mi vida. Gracias por haberme hecho hijo tuyo. Gracias por todos los dones que día a día me das. Perdona las veces que no he correspondido a tu amor. Ayúdame a amarte cada vez más y más. Te pido aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad. Inflama mi corazón de un celo ardiente por la salvación de las almas y por la extensión de tu Reino.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 10, 22-30
Por aquellos días, se celebraba en Jerusalén la fiesta de la dedicación del templo. Era invierno. Jesús se paseaba por el templo, bajo el pórtico de Salomón. Entonces lo rodearon los judíos y le preguntaron: “¿Hasta cuándo nos vas a tener en suspenso? Si Tú eres el Mesías, dínoslo claramente”.
Jesús les respondió: “Ya se los he dicho y no me creen. Las obras que hago en nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; Yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy la vida eterna y no perecerán jamás; nadie las arrebatará de mi mano. Me las ha dado mi Padre, y él es superior a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. El Padre y Yo somos uno”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Son tres las características que pones a las ovejas que son de tu rebaño. La primera es que ellas escuchan tu voz, la segunda es que Tú las conoces, la tercera es que ellas te siguen. Hoy quisiera preguntarme delante de ti si soy, según estas características, oveja de tu rebaño. Yo quiero, Señor, ser una de tus ovejas. Ésa de la que te preocupas, la cuidas, la alimentas, la proteges. Dame la gracia de ser oveja de tu redil y jamás salirme de allí.
¿Sé escucharte en mi vida? Obviamente que no me hablas con una voz física, con apariciones espectaculares, o grandes visiones. No. Tú generalmente hablas de otra manera. Pero siempre hablas. Tal vez, soy yo quien no te escucha. Tú me hablas a través de las Sagradas Escrituras, del sacerdote, de mis padres, de mis superiores. Me puedes hablar también por medio del buen consejo de un amigo, de un bello paisaje de la naturaleza o incluso en aquel suceso que puedo considerar casualidad. Siempre me hablas, sólo necesito escucharte.
¿Me conoces, Señor? Sobre esto creo que no hay dudas. Nadie me conoce mejor que Tú. Me conoces incluso más que yo mismo. En otro pasaje que hablas de las ovejas, dices que las llamas por el nombre. Esto me ilumina. Me conoces por mi nombre. No hay confusión de personas en tus designios. Me conoces por mi nombre, por lo más mío de mí. No me conoces por un número, por mis cualidades o pecados, por mis obras buenas o las malas. Tampoco me conoces por la ropa que llevo, el trabajo que tengo o las cosas que uso. Me conoces en lo más íntimo, me conoces tal y como soy, y no en las apariencias.
¿Te estoy siguiendo? Una cosa es escucharte, Señor, y otra es dar el paso, dejarlo todo y seguirte. No basta con escuchar, es necesario ponerse en marcha. Seguirte es imitarte, conocerte, amarte. Seguirte es ir contigo, acompañarte, sufrir contigo, tomar la cruz. Seguirte es amar al prójimo, cuidar tus dones, cumplir tus consejos. Seguirte es ver a quien camina adelante limpiando el camino, protegiendo, guiando.
Dame la gracia, Jesús de confiar en ti porque Tú has dicho que nadie puede arrebatarme de tu mano. Cuida siempre de mí y jamás permitas que me salga de tu redil.
«Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede decirse seguidor de Jesús si no escucha su voz. Y este “escuchar” no hay que entenderlo de una manera superficial, sino comprometedora, al punto que vuelve posible un verdadero conocimiento recíproco, del cual pueden surgir un seguimiento generoso, expresada en las palabras “y ellas me siguen”. Se trata de un escuchar no solamente con el oído, sino ¡una escucha del corazón! Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros. Él es nuestra guía, nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro modelo, pero sobre todo es nuestro salvador». (Regina Coeli de S.S. Francisco, 17 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un Padrenuestro por la conversión de los pecadores.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
¿Cómo mi postura puede servir en la oración?
Las posturas nos ayudan de modo insospechado a recogernos en la presencia de Dios y a permanecer concentrados en él
San Francisco de Sales dijo en una ocasión: “todos los Santos Padres que dan tanto valor a la oración, son de la opinión que una actitud piadosa, como ponerse de rodillas, juntar las manos, cruzar los brazos sobre el pecho, tiene mucha importancia. Estas posturas nos ayudan de modo insospechado a recogernos en la presencia de Dios y a permanecer concentrados en él”. El estar sentados, de pie o de rodillas no es indiferente, pues cada postura tiene su significado y es lo que buscaremos explicar en este escrito.
Cuando estamos de pie es señal de respeto. ¿Acaso no nos levantamos cuando llega alguien importante a nuestra casa u oficina? También es señal de atención y disponibilidad, es decir, de pie es más fácil comenzar una acción que implique movimiento (correr, saltar, sentarse), entonces nos ponemos de pie para mostrar esa disponibilidad: estamos listos y preparados para lo que el Señor nos quiera decir. En el Antiguo Testamento Salomón pronuncia de pie una solemne oración de acción de gracias en la fiesta de la Dedicación del Templo, oración que escucha también en la misma postura toda la asamblea de Israel (1 R 8) y en el Nuevo Testamento Jesús, en la sinagoga de su pueblo “se puso en pie para tener la lectura” (Lc 4,16), mientras que luego, para la homilía, “enrolló el volumen, lo devolvió al sacristán y se sentó”.
Cuando estamos sentados por propia experiencia podemos decir que es una postura más cómoda y nos ayuda a la concentración. Por eso nos sentamos durante las lecturas y la homilía. Sentados nos recogemos más fácilmente y podemos escuchar en dos sentidos: por un lado lo que se está diciendo y por el otro podemos escuchar la voz de Dios en nuestro interior. En el Nuevo Testamento vemos cómo Jesús, sentado, dirige a sus discípulos sus enseñanzas (ej. Sermón de la Montaña) y que la muchedumbre, “sentada en torno a él”, le escucha (Mc 3,32).
Durante la Consagración en la Misa o cuando hacemos una visita a Cristo Eucaristía solemos ponernos de rodillas. De esa forma el hombre se hace pequeño ante la grandeza de Dios. Nos reconocemos pecadores y nos damos cuenta que no somos nada, que somos Sus creaturas y que dependemos de Él. Es por esto que en la Consagración, el momento en que Dios baja al altar a ese pedazo de pan y de vino que se transforman en Su Cuerpo y Sangre, nos ponemos de rodilla para adorarle, para decirle bienvenido a Tu altar. Después de comulgar podemos arrodillarnos pues así le adoramos y hablamos con Él. En la Biblia encontramos en el Antiguo Testamento que Daniel ora de rodillas (Dn 6,11). Y en el Nuevo Testamento vemos que Pablo ora de rodillas con sus discípulos, en la despedida de Mileto o de Tiro (Hch 20,36 y 21,5). O también, Jesús mismo ora de rodillas en la agonía del huerto en Getsemaní (Lc 22,41).
Otro signo corporal es la postración. Nos lleva a reconocernos nada ante Dios y es un gesto de gran humildad. En los ritos de las órdenes sagradas (diaconal y sacerdotal) o en algunos actos de consagración a Dios en la vida religiosa y consagrada los candidatos se postran ante Dios buscando mostrar su humildad y sumisión a Dios. También lo vemos el viernes santo donde el sacerdote se postra al iniciar la celebración. En la Sagrada Escritura vemos que los hermanos de José, en Egipto, se postran ante él con sentimientos de culpabilidad y respeto (Gn 42,6), siendo José una de las figuras Cristológicas del Antiguo Testamento.
El juntar las manos para rezar es otro gesto que nos puede ayudar a recogernos mejor. Nos ayuda a centrarnos en lo que estamos haciendo, evitando caer en distracciones, para unirnos mejor a Dios.
Durante la Celebración Eucarística es importante regirse a las posturas dadas por la Iglesia para cada una de sus partes, salvo que se trate de una imposibilidad física (ej. ponerse de rodillas). Pero fuera de ella, en el momento de hacer oración personal cada fiel está invitado a ver qué es lo que más le ayuda para entrar en oración con Dios que es el objetivo principal. Se aconseja comenzar las oraciones de rodillas, al menos un rato, pero el cuerpo debe ayudar, es decir, no debe ser una molestia que lleve a la distracción, pero tampoco se recomienda una postura demasiado cómoda que lleve al cansancio, al sueño y a la poca oración.
¿Prohíbe la Biblia hacer imágenes?
Hay pasajes difíciles de entender, y el tema aquí tratado es, sin lugar a dudas, uno de ellos.
Ex 20.4-5 ‘No te hagas estatua ni imagen alguna de lo que hay arriba, en el cielo, abajo, en la tierra, y en las aguas debajo de la tierra. No te postres ante esos dioses, ni les sirvas’.
Si bien es cierto, si leemos esta cita del libro de Éxodo, podemos quedarnos con la idea equivocada de que Dios prohíbe la fabricación de cualquier tipo de imagen. Sin embargo, al igual que todo texto bíblico, debemos entenderlo en el contexto de toda la Escritura. Lo que Dios prohíbe es la adoración (lo que sólo se le debe a El), mas no la construcción de imágenes, como podemos ver claramente al revisar otros textos de la Sagrada Escritura. Por otro lado, Dios mismo, en ciertas ocasiones, es quien ordena la fabricación de imágenes, como encontraremos más adelante. Pues bien, Dios no se puede contradecir, no podría decir sí y no al mismo tiempo, pues ya no sería perfecto y por tanto no sería Dios. Pero si entendemos el verdadero sentido de la Biblia, descubrimos que lo que Dios prohíbe es el adorar las imágenes, es decir, rendirles culto como si se trataran de Dios mismo, cosa que ningún buen católico hace. Los católicos sólo veneramos las imágenes de Jesús, de María y de los santos, en cuanto representan o nos recuerdan a la persona a quien va dirigido nuestro culto, pero la adoración única y exclusivamente se la debemos a Dios, y eso es lo que siempre ha enseñado y enseña nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.
Incluso vemos que el pueblo de Israel, se postraba ante el Arca de la Alianza (la cual estaba formada por dos querubines de oro), porque sabía que estos sólo representaban la presencia de Dios, pero no eran Dios. El siguiente texto bíblico (aunque existen muchos más), no nos deja lugar a dudas:
Jos 7.6 Entonces Josué y todos los jefes de Israel … permanecieron postrados delante del Arca de Yavé.
Para reafirmar lo dicho, leamos a continuación los textos bíblicos que nos hablan de la fabricación de imágenes, con la aceptación, e incluso la orden de Dios mismo:
Ex 25.18-20 ‘Harás dos querubines de oro macizo. Sus alas cubrirán el Lugar del Perdón’.
Ex 25.8-9 ‘Me van a hacer un santuario … y lo harán, según el modelo que yo te enseñaré’.
Ex 25.40 ‘Cuida, pues, de hacerlo todo conforme al modelo que te he enseñado en el monte’.
Ex 37.7 Asimismo (Moisés) hizo dos querubines de oro macizo.
Heb 9.5 Por encima del arca están los querubines de la Gloria, cubriendo con sus alas el Lugar del Perdón.
Ex 25.31-33 ‘Labrarás igualmente un candelabro de oro. Cada brazo tendrá tres cálices en forma de almendro, con capullo y flor’.
Ex 37.19 Cada brazo (del candelabro) tenía tres cálices en forma de flor de almendro, con capullos y flores.
Ex 26.1 ‘La Morada tendrá que ser hecha de diez cortinas … adornadas con querubines’.
Ex 36.8 Hicieron la Morada. Hicieron diez cortinas … adornadas con querubines.
Ex 26.31 ‘Para el velo necesitarás lino fino, … decorada en hermosa tapicería de querubines’.
Ex 36.35 Además de esto hizo un velo de lino fino, … bordado de querubines, obra de artista.
Ex 27.1-2 ‘Harás también un altar de madera… De sus cuatro esquinas saldrán cuatro cuernos’.
Ex 38.1-2 Hizo también el Altar de los Holocaustos. De sus cuatro esquinas salían cuatro cuernos.
Ex 30.1-2 ‘Harás también un altar para quemar el incienso… y de sus cuatro esquinas saldrán sus cuernos’.
Ex 37.25 Hizo también el Altar del Incienso. Sus cuernos formaban un cuerpo con él.
Ex 28.31-33 ‘Harás también el mando del Efod. En los lados habrá alrededor unas granadas de jacinto…’
1 Re 6.17-18 En todo el interior, la madera estaba esculpida con figuras de calabazas y guirnaldas de flores.
1 Re 6.23-28 Dentro del Lugar Santísimo, puso dos querubines, de cinco metros de alto. Salomón cubrió de oro los dos querubines.
2 Cr 3.10 En el interior de la sala del Lugar Santísimo hizo dos querubines de metal forjado, que revistió de oro.
1 Re 6.29 Las paredes de la Casa fueron esculpidas en todo su contorno con figuras de querubines, de palmas y guirnaldas de flores.
1 Re 6.31-32 Hizo la puerta del Lugar Santísimo. Esculpió en ellas figuras de querubines, palmas y guirnaldas de flores.
1 Re 6.33-35 A la entrada del Lugar Santo puso puertas. Estas también se esculpieron con querubines, palmas y guirnaldas de flores.
2 Cr 3.7 Recubrió de oro la Casa, sus paredes y sus puertas y esculpió querubines sobre las paredes.
1 Re 7.18,19 Moldeó en bronce granadas, … cuatrocientas en total … Los capiteles que estaban en la cima de las columnas tenían forma de azucenas.
2 Cr 3.14 Hizo también la cortina de púrpura violeta, … y en ella hizo poner querubines.
1 Re 7.23-25 Hizo una gran concha, conocido como Mar. Debajo del borde había calabazas. El Mar se apoyaba sobre doce bueyes.
2 Cr 4.2-4 Hizo una gran pileta, llamado el mar. Debajo del borde había unas como figuras de granadas. Se apoyaba sobre doce bueyes.
1 Re 7.27,29 Hizo diez basas de bronce. Sobre el panel que estaba entre los listones había leones, bueyes y querubines.
1 Re 9.1-3 Cuando Salomón hubo terminado la Casa de Yavé, Yavé le dijo: ‘He santificado esta Casa que me has construido’.
2 Cr 5.7 Los sacerdotes introdujeron el Arca de la Alianza … a su lugar, al Santuario de la Casa, al Lugar Santísimo, bajo las alas de los querubines.
1 Re 10.19-20 El trono tenía seis gradas… Había dos brazos y dos leones de pie junto a los brazos, más doce leones parados sobre las seis gradas.
Ez 41.18 La decoración (de la Casa) estaba formada por querubines y palmas; los querubines tenían dos caras.
Ez 41.20 En el muro se habían representado querubines y palmas desde el suelo hasta encima de la entrada.
Ez 41.25 Encima de las batientes del antesantuario, había representado en los muros querubines y palmas.
Ez 43.7 Me dijo: ‘Hijo de hombre, has visto el lugar de mi trono, el sitio para la planta de mis pies’.
Nm 21.8 Yavé le dijo a Moisés: ‘Hazte una serpiente-ardiente y colócale en un poste. El que haya sido mordido, al verla, sanará’.
Jn 3.14 ‘Recuerden la serpiente que Moisés hizo levantar en el desierto: así también tiene que ser levantado el Hijo del Hombre’.
Sab 16.7 En efecto, cualquiera que se volvía al objeto de bronce se salvaba, no por lo que tenía a la vista, sino por ti, el Salvador de todos.
Mc 12.16 Jesús les preguntó: ‘¿De quién es esta cara y lo que está escrito?’. Ellos le contestaron: ‘Del César’.
Por último, veamos que cuando la imagen ser convierte en objeto de adoración (idolatría, que es lo mismo) entonces sí se debe prohibir su culto, pues como dijimos la adoración se debe exclusivamente a Dios. La siguiente cita bíblica nos sirve de ejemplo:
2 Re 18.4 Ezequías) destruyó la serpiente de bronce que Moisés había fabricado …, pues hasta ese tiempo los israelitas le ofrecían sacrificios.
Yo creo, Señor; en Ti
que eres la Verdad Suprema.
Creo en todo lo que me has revelado.
Creo en todas las verdades
que cree y espera mi Santa Madre
la Iglesia Católica y Apostólica.
Fe en la que nací por tu gracia,
fe en la que quiero vivir y luchar
fe en la que quiero morir.
Luchar durante toda la vida
En los períodos bajos, cuando nuestro mundo interior está frío y gris, cualquier pequeña tentación tiende a ocupar toda la mente
— Ser generoso en el diálogo con Dios supone una lucha constante durante toda la vida. ¿No es un poco extenuante ese planteamiento?
Todas las personas tienen que luchar y esforzarse por ser cada día mejores. Quienes lo hacen, alcanzan mucha más satisfacción y felicidad en sus vidas. En cambio, quienes se abandonan y eluden la lucha personal por mejorar, acaban teniendo que luchar más todavía por defender sus apegos y miserias, a pesar de que muchas veces son bajezas que les avergüenzan. En ese sentido, podría decirse que luchar es un descanso, pues, al menos a largo plazo, la virtud alivia y el vicio en cambio no satisface, sino que es como una droga, que crea adicción, que cada vez exige más y da menos. Hay que contar con el esfuerzo, con la lucha, con la cruz del Señor. El que no cuenta con la cruz, se la encuentra de todos modos, y entonces, además, encuentra en la cruz la desesperación. En cambio, cuando contamos con ella, aunque puedan venir momentos difíciles, estamos mucho más felices y seguros.
Quiero con esto decir que no debe tenerse una imagen negativa de la lucha ascética o de la entrega a Dios. Estar en buena forma física supone un esfuerzo, pero esa misma buena forma hace que cada vez esos esfuerzos sean menores. Y de manera semejante podría decirse que cuidar el espíritu hace que cada vez nos cueste menos el camino de la virtud.
— Pero a veces vienen momentos malos en que no es así
Es cierto. Igual que podemos estar en buena forma física pero, en determinado momento, pasar por una etapa peor, o por una enfermedad, o una lesión. Pero eso no quita lo anterior.
La vida tiene momentos de euforia y otros de abatimiento (a veces, dentro de un mismo día), y hemos de saber sobreponernos a los efectos negativos de esos ciclos del estado de ánimo. Esos malos momentos pueden provenir de que Dios ha permitido una etapa de sequedad interior, sin culpa nuestra, por motivos que Él bien sabrá (purificarnos, mejorar nuestra rectitud de intención, hacernos partícipes de su cruz); o pueden provenir de nuestro descuido personal, porque estamos eludiendo el esfuerzo necesario por mejorar.
A esto último se refería Santa Teresa, al rememorar una larga etapa de desasosiego interior, provocado precisamente por eludir lo que Dios le pedía: "Pasaba una vida trabajosísima... Por una parte me llamaba Dios; por otra yo seguía lo mundano. Dábanme gran contento las cosas de Dios; teníanme atada las mundanas. Paréceme que quería concertar estos dos contrarios, tan enemigos uno de otro, como es vida espiritual y contentos y gustos y pasatiempos mundanos. (...) Pasé en este mar tempestuoso casi veinte años... Sé decir que es una de las vidas más penosas que me parece se puede imaginar: porque ni yo gozaba de Dios, ni traía contento con lo mundano. Cuando estaba en los contentos mundanos, en acordarme de lo que debía a Dios, era con pena; cuando estaba con Dios, las afecciones mundanas me desasosegaban. Ello es una guerra tan penosa, que no sé cómo un mes la pude sufrir, cuanto más tantos años."
— Pero, aunque te decidas a ser más generoso, vendrán esos días malos en los que costará mucho ser leal a la palabra dada a Dios
En nuestra vida tendremos muchas ocasiones de no ser leales, pero en esas ocasiones es precisamente donde se prueba nuestro amor a Dios. La lealtad, la fidelidad de una persona, se demuestra sobre todo ante las situaciones difíciles, cuando lo bueno se presenta rodeado de inconvenientes y lo malo nos atrae mucho. La honradez se demuestra, por ejemplo, cuando a uno le intentan sobornar y necesita mucho ese dinero, la fidelidad conyugal cuando se presenta una solicitación, y la valentía cuando los demás están asustados. La virtud se reconoce cuando es capaz de obrar en la adversidad.
— Eso suena un poco a tener que fastidiarse porque has dado antes tu palabra
Puede verse así, como si fuera una simple obligación consecuencia de un contrato, pero eso es vaciar de contenido un compromiso de amor. Porque el compromiso vocacional es un compromiso de amor (igual que el matrimonio no es un simple contrato, aunque haya un contrato). Ser llamado por Dios es una gran suerte. Es estar entre ese grupo de discípulos que seguían más de cerca al Señor, porque Él llamaba a la santidad a todos, pero a esos de un modo especial.
Y aunque pueda haber momentos en que la fidelidad se sostenga por un simple sentimiento de lealtad a la palabra dada, eso no quita mérito –al contrario– ni eficacia a esa fidelidad. Sabemos por ejemplo, que Santa Teresa, una gran santa, pasó muchos años en los que decía que le parecía como si Dios no existiese, y sin embargo ha sido guía y modelo para infinidad de personas, porque fue leal a Dios. Y la Madre Teresa de Calcuta, como ya hemos comentado, pasó también por largos años de oscuridad interior, y su fidelidad en la oscuridad ha llenado de luz a millones de almas.
— Entonces, ¿qué recomiendas para los altibajos de ánimo, para los momentos de bajón?
En los períodos bajos, cuando nuestro mundo interior está frío y gris, cualquier pequeña tentación tiende a ocupar toda la mente y adquiere un peso desproporcionado. Entonces, es fácil engañarse pensando que nuestro entusiasmo de los inicios de la conversión o de la vocación tendrían que haberse mantenido siempre. O nos creemos que la aridez actual será una situación igualmente permanente y nos amargará la existencia. Si esa idea se fija en la mente, dejamos el campo abierto a la desesperanza, o a un voluntarismo que se empeña en recobrar los viejos sentimientos de entusiasmo por pura fuerza de voluntad, cosa siempre agotadora. O llegamos al convencimiento de que los primeros entusiasmos habían sido un ingenuo acceso juvenil que el tiempo está poniendo en su sitio, y que en realidad todo ha sido una "fase" de la vida que ya ha pasado.
— Pero es que algo de eso puede ser cierto
Indudablemente. Pero si aplicas ese planteamiento a cualquier meta o logro que una persona se haya planteado, y lo haces cuando está pasando por un momento bajo, no hay meta de largo alcance que pueda lograrse, pues siempre hay momentos malos, y la perseverancia y la fidelidad dependen precisamente de la capacidad de superarlos. "Para construir la propia vida –explicaba Benedicto XVI–, nuestro futuro exige también la paciencia y el sufrimiento. La Cruz no puede faltar en la vida de los jóvenes, y dar a entender esto no es fácil. El montañero sabe que para hacer una buena experiencia de escalada tendrá que afrontar sacrificios y entrenarse, así también el joven tiene que entender que en la escalada al futuro de la vida es necesario el ejercicio de una vida interior."
Montserrat en tiempos de coronavirus
Con la pandemia, en Montserrat casi no hay turistas. Regresó el silencio al santuario y es ocasión para profundizar en su sentido espiritual.
bían visitado el santuario de Montserrat (Barcelona, España). Este núcleo de la cristiandad alcanzaba un hito histórico. Sin embargo, a comienzos de 2020 apareció la pandemia del coronavirus y, con ella, las palabras del Eclesiastés sugirieron una nueva lectura:
«…hay un tiempo para cada cosa bajo el sol… un tiempo para callar y un tiempo para hablar…».
En los últimos meses Montserrat ha experimentado un cambio puede decirse que radical. De nuevo se oye el silencio de la Montaña y del santuario. Son pocos los que pueden viajar para ver a la Moreneta: casi no hay vuelos a España y la movilidad terrestre también se ha visto afectada. Se suspendieron numerosas peregrinaciones y prácticamente no hay turistas extranjeros.
Una novedad por fuera y por dentro
Pese a la situación, Montserrat respira paz y esperanza. Cada día se celebran las misas y se pide por el fin de la pandemia, siguen las confesiones y las avemarías a la Virgen de familias, grupos de jóvenesy personas que acuden en solitario. Quién sabe si este momento nos servirá para encontrar (tal vez reencontrar) a Dios. La hospedería sigue alojando a quien quiera estar en soledad.
La imagen de la Virgen con el Niño, la Moreneta, sigue cuidada y esplendente. Las colas para subir al camaril ahora se reducen apenas a un goteo de personas, pero siempre hay alguien acompañándola. No es tiempo de récords pero sí de «crecer para adentro» y profundizar en la fe.
En esta galería fotográfica, puede verse cómo es un mediodía en Montserrat en tiempos de coronavirus. Son imágenes captadas el 15 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora de los Dolores:
MARIANASANTUARI
PRECES
Demos gracias a Dios, que cada mañana nos sorprende con nuevos beneficios y nos muestra su amor:
R/MPor siempre yo cantaré tu nombre, Señor.
Gracias, Señor, por todos los bienes, por el fruto de la tierra que obtienen los agricultores, por los rebaños que cuidan los ganaderos, las minas que explotan los mineros, y los peces que nos proveen los ríos y el mar.MR/
Gracias por el esfuerzo de tantas manos trabajadoras, por los bienes transformados en las fábricas, por el trabajo de los artesanos y por los comerciantes que ayudan a distribuir las mercancías.MR/
Gracias por los que investigan el libro de la naturaleza, los que transmiten los conocimientos a las nuevas generaciones, los que alegran nuestro descanso, los que cuidan de nuestra salud y protegen nuestra sociedad, y por todos los que no se olvidan de que todo don viene de ti.MR/
Intenciones libres
Padre nuestro…
ORACIÓN
Al celebrar el misterio de la resurrección del Señor, te pedimos, Dios todopoderoso, que merezcamos recibir la alegría de nuestra redención. Por nuestro Señor Jesucristo.