Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros

María Bernarda Bütler, Santa

Virgen y Fundadora, 19 de mayo

Martirologio Romano: En Cartagena de Nueva Granada, en Colombia, beata María Bernarda (Verena) Bütler, virgen, la cual, nacida en Suiza, fundó la Congregación de las Hermanas Misioneras Franciscanas de María Auxiliadora († 1924).

Fecha de beatificación: 29 de octubre de 1995 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 12 de octubre de 2008 por S.S. Benedicto XVI

Etimologicamente: Bernarda = Aquella que es una guerrera, es de origen germánico.
Etimologicamente: María = la amada por Dios, es de origen he10:44

Breve Biografía

María Bernarda, fundadora de las Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora, nació en Suiza y murió en Cartagena de Indias (Colombia). Siendo ya religiosa franciscana en su patria, marchó a Ecuador para desarrollar su vocación misionera, y luego pasó a Colombia. Dimensiones principales de su vida fueron la intensa oración, el apostolado, el servicio a los enfermos y desamparados, y la dirección de la Congregación en que se convirtió lo que en principio iba a ser una casa filial del monasterio suizo. El 29 de octubre de 1995, Juan Pablo II la beatificó. junto a otras dos hijas espirituales de san Francisco: María Teresa Sherer (16 de junio) y Margarita Bays (27 de junio).

María Bernarda (de nombre de pila: Verena) nació y fue bautizada en Auw (cantón de Argovia, Suiza) el día 28 de mayo de 1848. Era la cuarta hija de Enrique y de Catalina Bütler, campesinos humildes y católicos practicantes.

Al concluir la enseñanza escolar básica, se dedicó a los quehaceres domésticos y al trabajo en el campo. En plena juventud ingresó en una casa de religiosas. Al sentir que Dios no la llamaba a vivir en aquel lugar, regresó a la casa paterna, donde, entregada al trabajo, a la oración y al apostolado, continuó alimentando su vocación hasta que, el día 12 de noviembre de 1867, a los 19 años de edad, ingresó en el monasterio franciscano de María Auxiliadora, en Altstätten (Suiza). El 4 de mayo de 1868 vistió el hábito franciscano, tomando el nombre religioso de María Bernarda del Sagrado Corazón de María. Hizo la profesión religiosa el 4 de octubre de 1869.

Destacaba por su profunda virtud y sus cualidades humanas; por ello, no tardó en ser nombrada maestra de novicias y, más tarde, superiora, servicio que prestó hasta su partida para las misiones.

Cuando Mons. Pedro Schumacher, obispo de Portoviejo (Ecuador), escribió relatando el total abandono en que vivía la gente de aquellas tierras y ofreciendo su diócesis como campo misionero, María Bernarda tuvo el convencimiento de que aquella invitación era una clara llamada de Dios a anunciar el Evangelio y a fundar una casa filial del monasterio de Altstätten en tierras ecuatorianas. Tras vencer la resistencia inicial de las autoridades eclesiásticas y obtener el permiso pontificio para dejar el monasterio, el 19 de junio de 1888, se dirigió, con seis compañeras, a Le Havre, Francia, donde embarcaron las siete rumbo a Ecuador.

Aquel paso, concebido sólo como el inicio de la fundación de una filial misionera del monasterio suizo, fue, de hecho, el inicio de un proceso que convirtió a María Bernarda en fundadora de un nuevo instituto, la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María Auxiliadora.

Cuando llegaron a Ecuador, el obispo asignó a las siete religiosas la población de Chone, lugar difícil y espiritualmente abandonado, que contaba con unos 13.000 habitantes. Puso como base de su actividad misionera la oración, la pobreza, la fidelidad a la Iglesia y el ejercicio de las obras de misericordia. Se encargaron de la educación de los niños y jóvenes, anunciándoles el Evangelio, animaban la liturgia, visitaban y asistían a los enfermos y a los pobres.

La semilla derramada por esta gran mujer germinó y fructificó. Surgieron varias casas filiales en Ecuador.

Pero la obra estuvo marcada también por el misterio de la cruz: pobreza absoluta, clima tórrido, inseguridades y dificultades de toda especie, se agregaron a malentendidos por parte de algunas autoridades de la Iglesia y la separación del instituto de algunas hermanas de su primera fundación fuera de Ecuador.

En 1895 la madre María Bernarda y más de 15 hermanas tuvieron que huir de Ecuador, a causa de una violenta persecución contra la Iglesia. En el puerto de Bahía se embarcaron rumbo a Colombia. Durante la travesía recibieron la invitación de Mons. Eugenio Biffi, obispo de Cartagena de Indias, a trabajar en su diócesis. El día 2 de agosto de 1895 llegaron al puerto de Cartagena. Mons. Biffi las atendió paternalmente y les asignó como residencia un ala del hospital de mujeres, llamado Obra Pía, donde María Bernarda murió años más tarde.

El número de las hermanas creció y la congregación fundó casas en Colombia, Austria y Brasil. La madre Bernarda permanecía temporadas con las hermanas en los diversos lugares, compartía con ellas su trabajo y su vida, era ejemplo vivo de sencillez evangélica, edificaba y animaba a todas. Atendía con ternura y misericordia a todos los necesitados en el alma o en el cuerpo, pero sus predilectos eran los pobres y los enfermos. Oraba, exhortaba, escribía y evangelizaba con asombrosa entrega e intensidad.

Dirigió su congregación durante 32 años. Y cuando renunció con gratitud y humildad a este servicio, continuó animando a las hermanas con su ejemplo, su palabra y sus innumerables escritos, que son una mina de doctrina y de fecundidad espiritual.

Falleció el 19 de mayo de 1924, en la Obra Pía, a los 76 años de edad, 56 de vida religiosa franciscana y 36 de misionera en América Latina.

Su Intercesión comprobada

Dos milagros han sido reconocidos expresamente por la Iglesia Católica, atribuidos a la intercesión de la Madre María Bernarda Bütler, que sirvieron, primero, para la beatificación y, luego, la canonización. Cabe señalar que la Iglesia pide en estos casos el testimonio oficial de un tribunal médico, el cual corrobora que no hay explicación científica para las curaciones.

El milagro tomado para la beatificación ocurrió en 1969: la pequeña Liliana Sánchez, que por aquel entonces contaba con sólo 15 días de vida, presentaba ausencia de los huesos de la bóveda craneana e iba a morir en el corto plazo. Una religiosa de la congregación, la Hermana Filomena Martínez, le entregó a la mamá de la niña una reliquia de la Madre Bernarda y una novena. La señora puso la reliquia en la cabeza de su hija y rezó. De la noche a la mañana, se produjo una reconstrucción ósea completa, verificada por los médicos.

Por otra parte, en el año 2002, Mirna Jazime Correa, una médico de 29 años de edad de Cartagena, presentaba neumonía atípica complicada con derrame pleural bilateral y síndrome distrés respiratorio del adulto (SDRA). A pesar de los tratamientos médicos y farmacológicos no mejoraba y el 5 de julio se encontraba completamente desahuciada, conectada a las máquinas, mientras sus signos vitales iban decayendo.

Al igual que lo había hecho en su momento la madre de la niña Liliana Sánchez, la mamá de Mirna colocó sobre la cabeza de su hija una reliquia de la Beata María Bernarda y pidió durante todo el día la curación. Refieren testigos que a la oración se unió el personal de la unidad de cuidados intensivos.

La sorpresa llegó el día después, cuando se observó en la enferma una mejoría general, que se acentuó con el correr de las jornadas, sin que quedara ninguna secuela en los pulmones, luego de un cuadro de extrema gravedad.

Varios médicos del centro de salud testificaron: “No hay explicaciones naturales o clínicas en dicha curación. Lo que esperábamos en el cuadro tan complicado de la doctora Mirna era la muerte. La recuperación fue sorpresiva”.

El 6 de julio del 2007, el Papa Benedicto XVI autorizó la promulgación del decreto sobre este milagro, que ha sido el último paso en el proceso que ahora terminará con la canonización de la beata Madre María Bernarda Bütler.

ORACIÓN
Te bendecimos, Señor,
porque has elegido a Santa María Bernarda,
para hacer presente tu amor misericordioso
y cooperar en la extensión de tu Reino.
Concédenos las gracias que por su
intercesión te pedimos,
haz que su ejemplo de vida
nos ayude a crecer en la bondad
y el amor al servicio de los hermanos.
Afirma, Señor, en nosotros,
la fe, la esperanza y la caridad.
Amén

Libres del mal y santificados en la verdad

Santo Evangelio según san Juan 17, 11-19. Miércoles VII de Pascua

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, sabes que soy débil, guárdame del mal.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 17, 11-19

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.

Pero ahora voy a ti, y mientras estoy aún en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a su plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En el santo Evangelio de hoy Jesús intercede al Padre diciendo: «No ruego que los retires del mundo, sino que los apartes del mal». Esta intercesión es la recomendación de un Padre que te da libertad de vivir y experimentar el mundo, pero que advierte de los peligros.

Asimismo, es una confirmación de lo bueno de la creación y de la existencia del demonio, el maligno. El mundo fue creado para que lo administres y disfrutes, no para que lo idolatres. Piensa en las ocasiones que fuiste a un sitio y tu mamá y/o papá te recomendaba: «Hija (o) ve con cuidado, evita x o y cosa que te hace mal, elige bien tus amistades…»; después de las recomendaciones que a veces te desesperaban, ella o él se quedaba implorando al cielo para que te cuidase; pues eso mismo es esta oración de Cristo, oración pura de quien sabe amar.

Aprende a ser responsable, Jesús confía en ti por eso no ha pedido que te retiren del mundo, sino que te salven del maligno. Ánimo, Dios te ama y te lo hace saber a través de tus papás familiares o amigos.

«El Señor pide nuestra santificación, nuestra consagración en la verdad. Y nos envía para continuar su misma misión».

(S.S. Benedicto XVI, 09 de abril 2009).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Haré un examen de conciencia para revisar qué tengo que dejar de hacer para no caer en tentación.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

El bien de la unidad

Un diálogo que lleve a conseguir objetivos comunes, certeros y verdaderos

La unidad es un bien moral, social, económico, familiar y religioso. La unidad no es uniformidad sino colaboración, enriquecimiento de dones e intercambio de los mismos.

Cada uno, con sus virtudes y valores, colabora al bien común que es la unidad. En el refranero se nos recuerda que ‘la unión hace la fuerza’. El mismo sentimiento humano nos lleva a la unidad. Nada de lo que nos ocurre es indiferente y lo que da densidad a la relación humana es la búsqueda de hacer que prevalezca más lo que nos une que lo que nos divide. Y en ese buscar juntos el bien de la unidad nos lleva a ser creíbles porque por los ‘frutos los conoceréis’. La unidad nace de corazones nobles y sinceros puesto que si hay intereses o corruptelas interesadas, como una termita, corroen la verdadera fuerza de la comunión y unidad humana.

Cuando contemplamos a la humanidad constatamos inmediatamente que tanto los gozos como las alegrías parten de la unión que existe entre los miembros de un pueblo o de una nación. Por el contrario cuando la violencia y la conculcación de los derechos humanos vienen extirpados y pisoteados por la malicia y los poderes del ser humano, estamos ya ante una sociedad fragmentada y dividida. Jesucristo, que enseñaba con autoridad, manifiesta que la esencia fundamental de la comunidad cristiana ha de estar basada en la unidad, para que siendo todos una misma cosa, este ejemplo haga posible que los demás se adhieran a la fe y crean. No son los hermosos discursos, por muy bien trabados que estén los que llevarán a la consecución de este fin, sino el testimonio de un enlace fraterno que haga posible ‘ver y palpar’ que la unidad es afectiva y efectiva.

La sociedad tiene hambre de fraternidad y unidad. Los mecanismos sociales e instituciones han de procurar buscar más lo que une que lo que divide y esta es la forma leal y justa de servir al pueblo que les ha confiado tal servicio. Cuando los intereses personales o ideológicos priman y excluyen se está haciendo un gran mal a la sociedad. Con tales criterios la misma sociedad se fragmenta y va hacia la deriva. La unidad no quiere decir uniformidad pero sí confluencia de voluntades para conseguir un bien común y general. Todas las fuerzas bien armonizadas y conjuntadas harán posible que se consigan los objetivos que más preocupan a todos: la justicia, la paz, el respeto y la solidaridad.

Se comprende que esto es muy difícil pero no imposible. La imposibilidad indicaría que existe incapacidad, por el contrario, se tiene la suficiente capacidad para trabajar y conseguir la unidad siendo conscientes que los intereses y las cerrazones de mente y corazón lo bloquean. Todo es cuestión de conversión del corazón y de un diálogo que lleve a conseguir objetivos comunes, certeros y verdaderos. Ante el mal se ha de ser implacables –‘tolerancia cero’- pero ante el bien común ‘todos a una’.

"La reforma es camino en diálogo con la realidad"

Video mensaje del Papa Francisco en el marco de la celebración de la 50° Semana de Vida Religiosa.

El Papa ha enviado un video mensaje para saludar a los participantes de la 50° Semana de Vida Religiosa (o 49° porque el año pasado no pudo celebrarse debido a la pandemia), que comenzó "cuando el ahora cardenal Aquilino Bocos Merino, desde la revista Vida Religiosa, empezó a mover el ambiente".

En el video, el Pontífice agradece públicamente don Aquilino (actualmente purpurado) "que nunca dejó de ser religioso y sacerdote", por ese "sembrar continuamente la inquietud por comprender la riqueza de la vida consagrada y hacerla fructificar". Francisco también saluda a la presidenta de la CLAR, la hermana Liliana, "que tantas veces ha aparecido en el Sínodo para la Amazonía"; y al cardenal Cristóbal López Romero, Arzobispo de Rabat; ambos ponentes en la programación del evento.

La vida consagrada se comprende caminando

En este contexto, el Papa expresa su cercanía a todos los consagrados y hace hincapié en que la vida consagrada se comprende siempre caminando:

“Se comprende consagrándose cada día. Se comprende en el diálogo con la realidad. Cuando la vida consagrada pierde esta dimensión de diálogo con la realidad y de reflexión sobre lo que sucede, empieza a hacerse estéril. Yo me pregunto sobre la esterilidad de algunos institutos de vida consagrada, ver la causa, generalmente está en la falta de diálogo y de compromiso con la realidad. No dejen esto. Siempre la vida consagrada es un diálogo con la realidad”.

En alusión a los nuevos tiempos que vivimos y a la necesidad de que la vida consagrada no ignore los respectivos cambios sociales, Francisco pone como ejemplo a Santa Teresa:

“Ella vio la realidad e hizo una opción de reforma y fue adelante. Después, a lo largo del camino hubo conatos de transformar esa reforma en encierro, siempre hay. Pero la reforma siempre es camino, es camino en contacto con la realidad y horizonte bajo la luz de un carisma fundacional. Y estas jornadas, estos encuentros, estas semanas de vida consagrada ayudan a perder el miedo”.

Mantener vivo el carisma fundacional

Asimismo, Francisco señala qué triste es ver cómo algunos institutos, "para buscar cierta seguridad, para poder controlarse, han caído en ideologías de cualquier signo, de izquierda, de derecha, de centro, cualquiera".

"Cuando un instituto se reformula del carisma en la ideología pierde su identidad - continúa el Papa- pierde su fecundidad. Mantener vivo el carisma fundacional es mantenerlo en camino y en crecimiento, en diálogo con lo que el Espíritu nos va diciendo en la historia de los tiempos, en los lugares, en diversas épocas, en diversas situaciones. Supone discernimiento y supone oración".

Y al respecto, Francisco recuerda que no se puede mantener un carisma fundacional sin coraje apostólico, es decir, "sin caminar, sin discernimiento y sin oración. Y esto es lo que ustedes están tratando de hacer con esta semana".

«¡No les tengan miedo a los límites! ¡No les tengan miedo a las fronteras! ¡No les tengan miedo a las periferias! Porque ahí el Espíritu les va a hablar. Pónganse “a tiro” del Espíritu Santo», concluyó el Santo Padre, pidiendo a los consagrados de modo afectuoso, que recen por él, si "les queda un chachito (un poco) de tiempo".

Cristo es el verdadero médico de la humanidad

Cristo es "la mano" de Dios dirigida a la humanidad, para que pueda salir de las arenas movedizas de la enfermedad, dijo el Papa

VATICANO

Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Papa Benedicto XVI exhortó a los presentes a tener siempre claro que el verdadero médico de la humanidad es Cristo mismo.

Al introducir la oración mariana, el Santo Padre recordó la celebración, de la Jornada Mundial de los Enfermos (JME), y afirmó que “la enfermedad es una dimensión típica de la condición humana”.

A continuación citó al santo de Hipona, San Agustín, quien dice: “¡Ten piedad de mí, Señor! Mira: no te escondo mis heridas. Tú eres el médico, yo soy el enfermo; tú eres misericordioso, yo el mísero”.

“Cristo -dijo el Pontífice- es el verdadero ‘médico’ de la humanidad, que el Padre celeste ha enviado al mundo para curar al hombre, marcado en el cuerpo y en el espíritu por el pecado y por sus consecuencias”.

El Papa explicó que allí “está concentrada toda la historia de la salvación: aquel gesto de Jesús, que extiende la mano y toca el cuerpo herido de la persona que lo invoca, manifiesta perfectamente la voluntad de Dios de sanar a su criatura caída, restituyéndole la vida ‘en abundancia’, la vida eterna, plena, feliz”.

“Cristo es ‘la mano’ de Dios dirigida a la humanidad, para que pueda salir de las arenas movedizas de la enfermedad y de la muerte, ponerse en pie sobre la roca firme del amor divino”, dijo el Papa.

Benedicto XVI confió a “María Salus infirmorum a todos los enfermos, de modo especial a aquellos que, en todas partes del mundo, además de la falta de salud, sufren también la soledad, la miseria y la marginación”.

Treinta días de oración a la Reina del Cielo. Flores del 16 al 20 mayo

Devoción a la Virgen a lo largo del mes de mayo.

Flor del 16 de mayo: María peregrina

Meditación: María inició su camino desde Nazaret a Jerusalén, visitó Ein Karem, viajó a Belén y huyó a Egipto siguiendo con sus pasos un camino escarpado, un camino difícil pero siempre cumpliendo la misión que el Padre le había encomendado. Hoy María sigue caminando: Lourdes, Fátima, San Nicolás, Medjugorje, Corea y tantos otros sitios Santos. Va de casa en casa llamando a las almas. Caminemos con Ella y tengámosla como maestra; Ella no se fatiga, camina de prisa y mendiga una caricia de amor a cada corazón que se aferra al mundo, habiendo olvidado lo dicho por Su Hijo Santo…”estad en el mundo sin ser del mundo”. Vivamos librados de esta tierra que no es la verdadera, pongamos nuestros ojos en el Cielo para que un día sea nuestro.

Oración: ¡Oh María peregrina, oh María Purísima!. Haz que te imitemos llevando la luz de Dios a cada corazón, y siendo como vos, testimonio de evangelización. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Caminar es evangelizar: llevemos nuestra fe cristiana a alguien cercano al que nunca dimos testimonio del amor por Cristo y Su Madre.

Flor del 17 de mayo: Modelo de entrega a Dios

Meditación: “He aquí la Esclava del Señor” (Lucas 1,38). “Después de esto salió y vio un publicano…y le dijo: sígueme, él, dejándolo todo se levantó y lo siguió” (Lucas 5,27). Todos somos sus discípulos, ¿pero realmente lo somos?. ¿Dejamos todo y lo seguimos?. ¿O hipócritamente queremos llamarnos cristianos de acuerdo a nuestras comodidades y conveniencias, siguiendo con las pompas y obras de este mundo, y no con un corazón verdadero y único?. No se puede servir a dos señores, somos legítimos apóstoles y no falsos profetas que repetimos con la boca la Santa Palabra y hacemos con las obras lo que a nosotros nos apetece y no el Querer de Dios.

Oración: ¡Oh María la elegida, la prometida de Dios!. Pon en nuestro corazón el ser servidores de Dios como lo fuiste Vos, con humildad y dejando todo acá para caminar hacia la Verdad. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Ayuno de algo que sea muy personal y apetecible, ofreciendo a Dios esta pequeña mortificación.

Flor del 18 de mayo: María, para Dios toda la gloria

Meditación: Cuando Jesús comenzó su predicación la gente lo aclamó Profeta, Varón de Dios y aún lo quisieron hacer rey. María se conservaba oculta, en su soledad Ella no atraía sobre sí la fama ni la gloria como Madre de tal Hijo. Así debemos ser nosotros, sólo dispuestos a procurarle Gloria a Dios, porque todo lo bueno, aunque provenga a través nuestro, viene de Dios. Por ello no son nuestras victorias, sino sólo victorias del Señor. Demos Gloria a Dios con nuestros trabajos y obras, permanezcamos ignorados frente a los hombres. Recordemos “…vanidad de vanidades, todo es vanidad” (Eclesiastés 1,2-3). Estemos presentes como María en el Calvario, donde no hay palmas ni laureles, sino injurias y vilipendios para compartirlos con Jesús.

Oración: ¡Oh María Madre de la modestia!. Haz que nuestra alma no permanezca ciega por nuestras vanidades y miserias, que rinda sólo alabanza al Buen Dios que todo lo alcanza y que seamos a Su semejanza. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Meditar sobre nuestra tendencia a hacer obras buenas buscando el reconocimiento y halago de los demás, en lugar de sólo pretender ser contemplados por los Ojos de Dios.

Flor del 19 de mayo: Estrella de la mañana

Meditación: María, como el lucero del alba, nos anuncia el Nacimiento de Jesús, Sol de Justicia. Ella, la puerta del Cielo, nos sube peldaño a peldaño hacia su Hijo Amado, pidiéndonos con amor que tengamos humildad de corazón, viviendo las virtudes que en Ella destellan, como verdaderos discípulos y dignos hijos. Seamos sinceros y de corazón recto para subir de su mano al Cielo.

Oración: ¡Estrella de la mañana, nuestra soberana!, marca nuestro camino que es el mismo Cristo, para que no caigamos en ningún desvío y estemos siempre contigo. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Dar testimonio a alguien cercano sobre las virtudes de María, y su importancia como el más fácil y corto camino a Cristo. Recomendar también la lectura del libro de San Luis Grignon de Montfort: “Tratado sobre la verdadera devoción a María”.

Flor del 20 de mayo: María Corredentora

Meditación: Llegaron los días del Calvario para el Hijo, el Cristo…y también para la Madre. Cristo se entrega, María se entrega y entrega al Cordero de Dios en oblación de amor. ¡Qué dolor!.

La Madre sigue el rastro de la Santa Sangre en la calle de la amargura, el Gólgota. Busca en su Dulce Jesús la preciosa mirada del Niño que alguna vez acunaba. El Cristo, su Cristo es una sola Llaga…y la miraba…su Corazón traspasado, también Sangre derramaba al ver la tragedia Sagrada, veía los Clavos como taladraban aquellas Manos que un día la acariciaban…y aquellos Pies que tanto caminaron sanando y santificando la tierra seca fruto del pecado. Ella que escuchó Sus primeras Palabras también las últimas escuchaba…y Su última mirada…a Su Madre amada sólo Amor confesaba…Su último latido, el de su Niño que había perdido. El Padre le pidió lo que Abraham ofreció, pero Ello tomó ese cáliz y lo bebió hasta el final. Perdón María porque sola te dejamos, porque no queremos nuestro pequeño calvario, perdón por preferir sólo vivir para mí, lleno de egoísmos y de vacíos, perdón por decir que mi cruz es pesada, si tú por mí haz sido también clavada…clavada espiritualmente la Madre, clavado en Su Cruz el Hijo, y todos esos Clavos debieron ser míos.

Oración: ¡Oh María Dolorosa, Oh Madre Corredentora!. Hazme un alma piadosa que esté junto a tí en el Calvario y permíteme participar del dolor de la Cruz para ser como tú, para asemejarme al Rey, y así poderlo ver. Amén.

Decena del Santo Rosario (Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria).

Florecilla para este día: Meditar sobre nuestro destino de corredención junto a la Madre, que nos enseña el camino de la Cruz y nos invita a recorrerlo junto a Su Hijo, Jesús, como Ella lo hizo.

El Papa alerta sobre la síndrome espiritual del «corazón gris»

Antoine Mekary | ALETEIA

19/05/21

Audiencia General. El pontífice centró su meditación sobre la oración y especialmente en el tema: "Las distracciones, la aridez, la pereza"

“Hay gente que vive con el ‘corazón gris’. ¡Y esto es terrible! El papa Francisco alertó hoy sobre un tipo de síndrome espiritual que golpea al corazón y lo enferma. Por ello, ha dado varias pautas para poder perseverar en «nuestra vida de oración con humildad y alegría, superando las dificultades con sabiduría y constancia».

En su segunda audiencia publica, después de siete meses debido a las restricción a causa de la pandemia, el papa Francisco lució la mascarilla. Esta mañana asimismo saludó a los ancianos y a los enfermos en silla de ruedas que estaban en las primeras filas. Igualmente bendijo a los 500 peregrinos, distanciados y con sus mascarillas, presentes.

Ya sin mascarilla, el Papa reflexionó sobre algunas de las dificultades más comunes que pueden surgir en la vida espiritual y en la oración. Lo hizo durante la Audiencia General del miércoles, 19 de mayo de 2021, en el Patio de San Dámaso, en el Palacio Apostólico Vaticano.

Distracciones

Señaló como obstáculos en la oración: la distracción, la sequedad y la acedia.

En efecto, todos experimentamos —no sólo en la oración, sino en cualquier actividad que realicemos—, que no es fácil concentrarse y estar atentos.

Destacó que existe una virtud que puede ayudarnos: la vigilancia. Así para combatir la distracción en la oración instó a ofrecer con humildad «el corazón al Señor para que lo purifique y lo vuelva a centrar en Él”.

El Papa recuerda que Santa Teresa llamaba a esta imaginación sin control que distrae en la oración: “la loca de la casa”. Y recomendó “detener y encarcelar” a esa locura de imaginación que distrae con una sucesión de pensamientos, preocupaciones, etc.

Sequedad

Predicó entretanto sobre otra dificultad en la vida espiritual: “la sequedad, que puede depender de nosotros mismos o también de Dios».

También esa sequedad puede depender de una indisposición física: un dolor de cabeza, por ejemplo. “Es el tiempo de la desolación y de la fe más pura, porque se mantiene firme junto a Jesús”.

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El corazón gris

Debido a esta sequedad, el papa Francisco alertó que existe un tipo de síndrome espiritual que golpea el corazón y lo enferma.

Argumentó que según los maestros espirituales “la experiencia de la fe» es «como un continuo alternarse de tiempos de consolación y de desolación; momentos en los que todo es fácil, mientras que otros están marcados por una gran pesadez”.

Nubarrón interior

Francisco describió esa “pesadez” como si fuera un nubarrón interior, pero indicó que lo importante es salvarse del peligro de tener un “corazón gris” siempre.

“Muchas veces, cuando nosotros encontramos a un amigo, le preguntamos: ‘¿Cómo estás?’ -¡Hoy estoy triste!- Y muchas veces estamos bajos de ánimo, es decir, no tenemos sentimientos, no tenemos consolación, no aguantamos. Son esos ‘días grises’ y hay tantos de esos días en la vida.

Pero, advirtió, el peligro es tener el ‘corazón gris’, cuando ésta tristeza llega al corazón y lo enferma y hay gente que vive con el ‘corazón gris’. ¡Y esto es terrible!

Con el corazón gris no se puede rezar, no se puede sentir la consolación o no se puede llevar adelante una aridez espiritual con el corazón gris”, dijo el Papa.

“El corazón debe estar abierto, luminoso, para que entre la luz del Señor, sino entra, hay que esperarla con esperanza, pero no encerrarse”.

Acedia

La acedia es otro obstáculo para la oración y está «provocada por la pereza, el relajamiento de la ascesis, la falta de vigilancia y la negligencia del corazón».

Entonces, el Papa preguntó: ¿qué hacer entonces en esta sucesión de entusiasmos y abatimientos?

“Se debe aprender a caminar siempre. El verdadero progreso de la vida espiritual no consiste en multiplicar los éxtasis, sino en el ser capaces de perseverar en los tiempos difíciles. Camina, camina, camina. Si estás cansado, detente un poco y vuelve a caminar con perseverancia”.

En este sentido, el Papa recordó la parábola de San Francisco sobre la perfecta leticia: no es en las infinitas fortunas llovidas del Cielo donde se mide la habilidad de un fraile, sino en caminar con constancia, incluso cuando no se es reconocido, incluso cuando se es maltratado, incluso cuando todo ha perdido el sabor de los comienzos. Todos los santos han pasado por este “valle oscuro” y no nos escandalicemos si, leyendo sus diarios, escuchamos el relato de noches de oración apática, vivida sin gusto”.

Enojarse con Dios

¡Los creyentes no apagan nunca la oración! Esta a veces puede parecerse a la de Job, el cual no acepta que Dios lo trate injustamente, protesta y lo llama a juicio, afirmó el Papa.

A menudo protestar delante de Dios es una forma de orar. Y el Papa cita a una viejecita: “enojarse con Dios es una forma de oración”. Porque muchas veces el hijo se enfada con el papá. Es una manera de relacionarse con el padre. Pero, porque el hijo reconoce a Dios como padre, entonces se enoja con Él.

Y también nosotros, que somos mucho menos santos y pacientes que Job, sabemos que finalmente, al concluir este tiempo de desolación, en el que hemos elevado al Cielo gritos mudos y muchos “¿por qué?”, Dios nos responderá».

La oración del por qué

“No olvidemos la oración del «¿por qué?»: es la oración que hacen los niños cuando empiezan a no entender las cosas, y los psicólogos la llaman «la edad del por qué», porque el niño le pregunta a su padre: «Papá, ¿por qué…? Papá, ¿por qué…? Papá, ¿por qué…?. Pero hay que tener en cuenta que el niño no escucha la respuesta del papá. El padre empieza a responder y el niño viene con otro por qué. Sólo quiere atraer la mirada de su padre hacia él; y cuando nos enfadamos un poco con Dios y empezamos a decir por qué, estamos atrayendo el corazón de nuestro Padre hacia nuestra miseria, hacia nuestra dificultad, hacia nuestra vida. Pero sí, ten el valor de decirle a Dios: «Pero, ¿por qué…?». Porque a veces, enfadarse un poco es bueno, porque nos hace despertar esa relación de hijo a Padre, de hija a Padre, que debemos tener con Dios”.

El papa Francisco explicó que Dios sabe recoger «nuestras expresiones más duras y más amargas». Dios las acogerá «con el amor de un padre, y las considerará como un acto de fe, como una oración”.

En fin, el Papa invita que ante todas estas dificultades no tenemos que desanimarnos, sino seguir rezando con humildad y confianza. La Audiencia General concluyó con el rezo del Pater Noster y la Bendición Apostólica.

Preces

Jesús oró al Padre diciendo: «No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del maligno». Con fe, suplicamos:

R/M Señor, líbranos del mal.

Protege a tu Iglesia,

– para que, comprometida a favor de los más necesitados, permanezca fiel a ti.MR/

Ilumina a los gobernantes para que no caigan en la tentación de la corrupción,

– y, con un servicio generoso y competente, favorezcan la justicia y la paz.MR/

Que los niños y los jóvenes encuentren maestros que les ayuden a amar el bien,

– y no caigan en la seducción de las falsas promesas de felicidad.MR/

Fortalece a los que se han sentido traicionados,

– para que, poniendo su confianza en ti, no se desanimen.MR/

Intenciones libres

Padre nuestro…

Oración

Dios misericordioso, concede a tu Iglesia, congregada por el Espíritu Santo, entregarse a ti de todo corazón y mantenerse unida con voluntad sincera. Por nuestro Señor Jesucristo. 

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