No juzguéis y no seréis juzgados

Luis Gonzaga, Santo

Memoria Litúrgica, 21 de junio

Religioso

Martirologio Romano: Memoria de san Luis Gonzaga, religioso, que, nacido de nobilísima estirpe y admirable por su pureza, renunció a favor de su hermano el principado que le correspondía e ingresó en Roma en la Orden de la Compañía de Jesús. Murió, aún joven, por haber asistido durante una grave epidemia a enfermos contagiosos. ( 1591)

Fecha de beatificación: 19 de octubre de 1605 por el Papa Pablo V
Fecha de canonización: 31 de diciembre de 1726 por el Papa Benedicto XIII

Patronato: Santo patrono de la juventud católica

Breve Biografía

Ferrante Gonzaga, marqués de Castiglione delle Stiviere y hermano del duque de Mantua, hubiera querido que su primogénito Luis, que nació el 9 de marzo de 1568, siguiera sus huellas de soldado y comandante en el ejército imperial. A los cinco años, Luis vestía ya una pequeña coraza, con casco y penacho y cinturón con espada, y jugueteaba detrás del ejército paterno, aprendiendo de los rudos soldados el uso de las armas y su colorido vocabulario. Un día aprovechó la distracción de un centinela y le prendió fuego a la pólvora de un pequeño trozo de artillería. Quedó desmayado más no asustado. Pero ese niño le daría fama a la familia de los Gonzaga, pero con otras armas. Lo enviaron a Florencia como paje del gran duque de Toscana, pero a los diez años le imprimió a su vida una dirección muy precisa, haciendo voto de perpetua virginidad.

Un viaje a España, en donde vivió unos dos años como paje del Infante Don Diego, le sirvió para dedicarse al estudio de la filosofía en la universidad de Alcalá de Henares y a la lectura de libros devotos, como el Compendio de la doctrina espiritual de Fray Luis de Granada. A los doce años, después de haber recibido la primera Comunión de manos de San Carlos Borromeo, resolvió entrar en la Compañía de Jesús. Pero necesitó otros dos años para vencer la oposición del padre, que lo envió a los cortes de Ferrara, Parma y Turín. "Hasta los príncipes- escribirá más tarde- son ceniza como los pobres: tal vez cenizas más fétidas".

Para que su alma se perfumara con las virtudes cristianas, Luis renunció al título y a la herencia paterna, y a los catorce años entró al noviciado romano de la Compañía de Jesús, bajo la dirección de San Roberto Belarmino. Olvidó totalmente su origen noble y escogió para si los encargos más humildes, dedicándose al servicio de los enfermos, sobre todo durante la epidemia de peste que afligió a Roma en 1590. Quedó conta

Sácate primero la viga que tienes en el ojo

Santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5. Lunes XII del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, llena mi corazón de amor para que yo sea capaz de amar a todos con todo.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 7, 1-5

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No juzguen y no serán juzgados; porque así como juzguen los juzgarán y con la medida que midan los medirán.

¿Por qué miras la paja en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la viga que tienes en el tuyo? ¿Con qué cara le dices a tu hermano: ‘Déjame quitarte la paja que llevas en el ojo’, cuando tú llevas una viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga que tienes en el ojo, y luego podrás ver bien para sacarle a tu hermano la paja que lleva en el suyo”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Paradójicamente, las personas que cometemos más errores somos al mismo tiempo los más duros e inflexibles. Y resulta evidente cuando un corazón no tiene paz y amor dentro; está divido y no puede sino proyectar toda esa frustración y amargura hacia los demás.

Muy diverso es el testimonio de los santos y las personas que se han distinguido en la virtud. Siempre son ejemplos de beneficencia y caridad. Por ello, la clave de la santidad no está en muchos propósitos y reglas de perfección sino en amar. No cansarse de amar. Amar de día y de noche. Amar con el corazón y con el pensamiento. Amar a todos en y desde Dios. Madre Santísima, ayúdanos a tener un corazón amante como el tuyo que sólo busca acoger y amar a los demás, sobre todo con predilección a los pobres pecadores.

«Es tan feo juzgar: el juicio ¡sólo a Dios, sólo a Él! A nosotros nos compete el amor, la comprensión, el rezar por los demás cuando vemos cosas que no están bien, si es necesario también hablar con ellos para ponerlos en guardia si algo no parece ir en la dirección correcta. Pero nunca juzgar, nunca, porque si nosotros juzgamos es hipocresía. Cuando juzgamos nos colocamos en el lugar de Dios, esto es verdad, pero nuestro juicio es un pobre juicio: nunca, nunca puede ser un verdadero juicio porque el verdadero juicio es el que da Dios. Y ¿por qué el nuestro no puede ser como el de Dios?; ¿por qué Dios es omnipotente y nosotros no? No, porque a nuestro juicio le falta la misericordia. Y cuando Dios juzga, juzga con misericordia».

(Homilía de S.S. Francisco, 20 de junio de 2016, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

?Dedicaré un tiempo de mi día a recordar todas las veces que el Señor me ha perdonado mi pecado y me ha renovado con la fuerza de su amor, para hacer yo lo mismo con los demás.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Juicios equivocados sobre interioridades desconocidas

Ser un pequeño freno ante tantas mentiras dañinas.

Existen dos grupos de juicios y afirmaciones que se basan en una supuesta y sorprendente capacidad de penetrar en la mente ajena que algunos se atribuyen.

El primer grupo lo componen aquellos juicios y afirmaciones sobre lo que piensan los demás, sin haberles ofrecido un momento de diálogo para expresarse sobre sus puntos de vista.

Así, por ejemplo, algunos afirman que quienes no usan un lenguaje inclusivo promueven la discriminación contra la mujer, cuando muchos de los que no usan tal lenguaje piensan que hombre y mujer tienen la misma dignidad y no deben ser nunca discriminados injustamente.×

Otro ejemplo: hay quienes afirman que los votantes de un partido político están de acuerdo con determinadas ideas, cuando en realidad muchos de esos votantes escogen ese partido porque no ven mejor alternativa.

El segundo grupo se refiere a juicios y afirmaciones sobre las intenciones que tendrían los demás cuando los vemos realizar cualquier tipo de acciones.

Hay acciones que, desde luego, suelen ser una prueba suficiente para conocer mucho sobre la intención de la otra persona: si alguien rehúye continuamente el encuentro de un compañero en el trabajo se puede intuir que al menos tiene algún problema con esa persona.

Pero incluso en casos así, puede haber juicios equivocados. Según el ejemplo anterior, tal vez esa persona rehúye al otro porque tiene miedo a sus agresiones verbales, o por algún trauma en la infancia, o porque no quiere ser sometida a la voluntad de quien tiene un carácter prepotente.

A pesar de lo fácil que resulta reconocer los peligros y errores de quienes buscan penetrar en la mente ajena, continuamente leemos o escuchamos juicios sobre lo que piensan los demás, juicios que son formulados con una seguridad sorprendente.

Un poco de prudencia y un mucho de amor a la verdad y a la justicia nos ayudaría a evitar ese tipo de juicios. Los censuraríamos internamente cuando veamos cómo otros muestran ese extraño deseo de invadir intimidades ajenas. Al mismo tiempo, buscaríamos no pronunciar afirmaciones infundadas y, muchas veces, gravemente contrarias a la buena fama de personas concretas.

En un mundo donde corren como pólvora rumores, mentiras, calumnias, afirmaciones desenfocadas e insultos fáciles, vale la pena un esfuerzo sincero por promover un sano respeto a lo que haya en la mente y en el corazón de los demás, cercanos o lejanos, conocidos o desconocidos.

No curaremos esa enfermedad contagiosa de quienes promueven alegremente el terrorismo de las palabras (según una expresión usada por el Papa Francisco) con el que matan la buena fama de otros. Pero al menos podremos ser un pequeño freno ante tantas mentiras dañinas, y un apoyo para quienes necesitan ser protegidos por corazones honestos y justos.

El sueño de Jesús nos sorprende y pone a prueba

Ángelus del Papa Francisco, 20 de junio de 2021

Antes de rezar el Ángelus dominical, el Papa Francisco comentó el Evangelio de este 20 de junio, en el que san Marcos relata el episodio de la tormenta que Jesús calmó ante la sorpresa de los discípulos llenos de miedo.

“Maestro, ¿no te importa que estemos perdidos?”

El Santo Padre dijo al respecto que muchas veces también nosotros, “asaltados por las pruebas de la vida”, le hemos gritado al Señor: "¿Por qué permaneces en silencio y no haces nada por mí?, especialmente cuando sentimos que nos hundimos, porque el amor o el proyecto en el que habíamos puesto grandes esperanzas se desvanece”×

Cuando nos faltan las fuerzas

Francisco dijo que lo mismo hacemos cuando estamos a merced de las “insistentes olas de la ansiedad”; o cuando “nos sentimos abrumados por los problemas o perdidos en medio del mar de la vida, sin rumbo y sin puerto”. E incluso  en los momentos en que nos faltan las fuerzas para seguir adelante porque nos falta el trabajo, o ante un “diagnóstico inesperado” que nos hace temer por nuestra salud o por la de un ser querido.

Corremos el riesgo de perder de vista lo más importante

En estas situaciones y en muchas otras – prosiguió  explicando el Papa –solemos sentirnos “asfixiados por el miedo” y, al igual que los discípulos, “corremos el riesgo de perder de vista lo más importante”, a saber: que en la barca, “aunque esté dormido, Jesús está allí”.

El sueño del Señor nos hace despertar

“Su sueño, si por un lado nos asombra, por otro nos pone a prueba. El Señor, de hecho, espera que lo involucremos, que lo invoquemos, que lo pongamos en el centro de lo que vivimos”.

Después de afirmar que el sueño de Jesús “nos hace despertar”, porque, para ser discípulos de Jesús, “no basta con creer que Dios existe”, sino que “hay que implicarse con Él, hay que alzar también la voz con Él, clamarle a Él”, el Papa invitó a preguntarnosnos.

“¿Cuáles son los vientos que soplan en mi vida, cuáles son las olas que dificultan mi navegación?”.

Aferrarnos al Señor contra las olas de la vida

De ahí su consejo de contarle todo a Jesús, dado que Él así lo desea, y quiere que “nos aferremos a Él para encontrar refugio contra las olas de la vida”.

No nos bastamos a nosotros mismos

Al recordar que el Evangelio dice que los discípulos se acercaron a Jesús para despertarlo y hablarle, Francisco dijo que “éste es el principio de nuestra fe”:

“Reconocer que por nosotros mismos no somos capaces de mantenernos a flote, que necesitamos a Jesús como los marineros de las estrellas para encontrar nuestro rumbo”.

A la vez que añadió que “la fe empieza por creer que no nos bastamos a nosotros mismos, por sentirnos necesitados de Dios”. De manera que cuando “superamos la tentación de encerrarnos en nosotros mismos” y superamos esa “falsa religiosidad” que indica que no hay que “molestar a Dios”, en realidad, cuando clamamos a Él, “puede obrar maravillas en nosotros”.

“La fuerza mansa y extraordinaria de la oración realiza milagros”

Hacia el final de su alocución el Santo Padre dijo que el episodio de Jesús que, implorado por los discípulos, calma el viento y las olas, nos plantea otra pregunta: “¿Por qué están con tanto miedo? ¿Cómo no tienen fe? Los discípulos se habían dejado llevar por el miedo, porque se habían quedado mirando las olas en vez de mirar a Jesús”.

“También para nosotros es así: ¡cuántas veces nos quedamos mirando los problemas en vez de ir al Señor y dejarle a Él nuestras preocupaciones! ¡Cuántas veces dejamos al Señor en un rincón, en el fondo de la barca de la vida, para despertarlo sólo en el momento de la necesidad!”.

Y concluyó sugiriendo pedir hoy “la gracia de una fe que no se canse de buscar al Señor, de llamar a la puerta de su Corazón”.

“Que la Virgen María, que en su vida nunca dejó de confiar en Dios, despierte en nosotros la necesidad vital de encomendarnos a Él cada día”.

Llamamiento por Myanmar y Día Mundial del Refugiado

Al final de la oración mariana, Francisco unió su voz a la de los obispos de Myanmar, intérpretes del grito de dolor de una población  probada también por el hambre. "Que el corazón de Cristo -dijo- toque los corazones de todos, llevando la paz a Myanmar. A continuación, el pensamiento del Pontífice se dirigió a la Jornada Mundial del Refugiado, promovida por las Naciones Unidas. El Papa invitó a mirar a los que huyen de las guerras y la violencia y a "su valiente resiliencia" para hacer crecer "una comunidad más humana". Por último, el saludo a los fieles y, en particular, a la Asociación de Guías y Scouts Católicos Italianos; a la delegación de Madres educadoras de las escuelas italianas y a los jóvenes del Centro "Padre Nuestro" de Palermo, fundado por el Beato Don Puglisi.

Nardo del 21 de Junio

¡Oh Sagrado Corazón, Indulgente y Glorioso!


Meditación: Señor, a pesar de que Tu Corazón ya no latía, Tu Madre sabía que volverías. Ella con gran Dolor te aguardaba en oración, Ella esperaba, destrozada y angustiada, Ella confiaba en Tu Palabra. Señor de la Esperanza, Señor de la Verdad que enseñas a Tu Iglesia, a pesar de su tibieza, que Tu Palabra no pasará, que todo se cumplirá. Por eso aquella Dulce Muchacha de Nazaret, la Joven Madre de Belén, la Dolorosa del Calvario, nos mostraría que con amor y Fe que te volveríamos a ver. Es por eso que a Ella te presentaste para consolarla y alegrarla, pues El Santo, Su Hijo Amado, había Resucitado. ¡Cuál no fue el Gozo de aquella Santa Madre!. Alegrémonos con María pues Jesús está vivo, en Cuerpo y Alma, vivo hace dos mil años y vivo hoy. No prediquemos a un Cristo Muerto, ya que ¡el Señor Resucitó!. ¡Gloria a Dios!

Y Este Señor está a nuestro lado, porque la Santa Palabra cumpliéndose está. Él nos dijo: "...donde dos o más estén reunidos en Mi Nombre, Yo estaré en medio de ellos". Hagamos lo que nos ordena nuestro Señor: "vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva...éstas son las señales que acompañarán a los que crean: en Mi Nombre echarán demonios y hablarán nuevas lenguas, tomarán con sus manos serpientes y si beben algún veneno, no les hará daño, impondrán las manos sobre los enfermos y quedarán sanos..." (Marcos 16, 15-20). Cristo está vivo, es el Único Dios y todo lo hace El, es el Señor que sigue haciendo milagros y acompañándonos...seamos sus humildes instrumentos.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!
¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Que testimoniemos a nuestros hermanos que Jesús está vivo, cumpliendo sus mandatos.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

Claves para la vida feliz II: busca tus razones por qué vivir

Si quieres ser feliz que tus ideas y razones de vivir sean verdaderas y te lleven al bien; pero al bien más alto y coherentes con tus acciones

Somos protagonistas de un cambio de civilización. Vemos el ocaso de una generación y el alba de un nuevo amanecer. Nos acecha la incertidumbre ¿Cómo será mañana? Hoy más que nunca como si el tiempo pasara sin dejar huella. Es más como si todo fuera fugas. Ya no puedo entornillarlas. Ni siquiera el dinero tiene un valor perenne. 
Tenemos posibilidades jamás sospechadas para ser feliz. No obstante, asistimos a las peores crisis que azota al ser humano también en su propia persona. Basta encender las noticias, revisar el diario, o escuchar a un vecino o en tu propia casa los testimonios poco gratos.  

Pero ¿Quién mueve todo esto? La respuesta es el propio ser humano con sus razones para vivir. El filósofo Frankl quevivió la crueldad de Auschwitz decía que hoy el ser humano tiene mucho como vivir, pero no tiene porqué vivir. Esto es muy real.

En efecto las ideas mueven. Fácilmente no son identificables hacia donde nos conducen, pero son como el espíritu que todo lo abarca y todo lo envuelve. Es cierto también que uno puede ser un volcán de ideas, ser experto en cualquier cosa, pero en la práctica no. Esta posibilidad también se da, pero es menos probable. Más vale tener ideas muy claras y más aún sobre su propia condición de quién es el hombre y para qué está.

Es fundamental tener ideas y de las buenas. Cuando del hombre y de Dios se tratara hay que prestarle todavía mayor atención. Pues el camino de Dios es el hombre y la gloria de Dios es el hombre viviente.

A estas alturas de los tiempos nos preguntamos ¿cómo es posible cuando el ser humano ha alcanzado cotas que hace años era poco de imaginar y sigue padeciendo de felicidad?

Si quieres ser feliz que tus ideas y razones de vivir sean verdaderas y te lleven al bien; pero al bien más alto y coherentes con tus acciones. No todo está perdido si el caso fuera lo contrario. Es hora de reflexión y buen propósito. El cambio siempre es importante, necesitamos más ideas y menos ideologías; esto es, lo que a mí me gustaría como sea la vida.

El sol sale para todos

Ser capaces de cambiar el mundo, salvando a la naturaleza y a nosotros mismo.

Todos los días vemos salir el sol por el horizonte al oriente, el brotar en la lejanía es precedido de un colorearse del cielo en tonos hermosos que van de un rojo fuego hasta un dorado esplendoroso frecuentemente matizado por nubes, que hacen aún más precioso el panorama. Por nuestras actividades y nuestra ubicación citadina, además de que la rutina nos absorbe, pocas veces tenemos la ocasión de disfrutar tan maravilloso espectáculo. La gente del campo tiene más oportunidades de hacerlo. En si ellos tienen la dicha de estar en más contacto con la madre naturaleza, la creación de Dios.

El sol sale

¿Pero se han puesto a pensar que Dios dispuso que el sol brillara para todos, sin distingos, ni prerrogativas? Ante el todos somos iguales, con los mismos derechos. Pero hay que darse cuenta y tomar nota, que aunque esto es un hecho irrebatible, cada uno en lo personal es especial, único y que de acuerdo con esto tiene diferentes características, una mayor o menor claridad mental, diferentes oportunidades ante la vida, unos son muy aptos para la actividad manual, otros son brillantes para los negocios. Así en la sociedad hay de todo y unos cubren las necesidades de los otros. Es maravilloso como unos pueden estar para los otros. Hoy por ti, mañana por mí.

Inclusive el hombre y la mujer, cuya existencia es indispensable para formar a través del matrimonio entre hombre y mujer, la familia y así la sociedad, no son iguales, estrictamente son complementarios.

Todo esto da por resultado que en el mundo exista una diversidad maravillosa, que al desarrollarse bajo los principios de la cultura de la vida y del amor da lugar a que todos podamos ser felices en cuanto lo podamos ser en esta vida.

A través del tiempo, los siglos, la sociedad se ha ido perfeccionando. Para que las cosas funcionaran bien es suficiente la Ley de Dios, que en el mundo occidental ha dado estupendos frutos, por supuesto de acuerdo con la limitación humana, que nunca podrá ser perfecta y en el mundo no cristiano, Dios puso en cada uno la Ley Natural y la conciencia personal para distinguir entre el bien y el mal. Todo podría funcionar a las mil maravillas, pero el demonio (que si existe, contra lo que afirman algunos ilusos, para justificar su proceder y su ambición) a través de la cultura de la muerte y el crecimiento fomentado, de un no sano ego, en muchos casos se presentan desordenes y actos violentos. Un padre colombiano (no me acuerdo su nombre) muy atinadamente y en forma muy simpática afirma que el ego (el amor a uno mismo desmedido y desordenado, que se contrapone a lo ordenado por Dios de “Amaras a Dios sobre todas las cosas y al próximo como a ti mismo”), es el causante de todos los conflictos tanto entre personas como entre naciones. Describe como el ego hace perder toda perspectiva al que es su víctima y ya no se toman decisiones, ni se actúa de acuerdo con la realidad, sino de acuerdo con un mundo ficticio creado por la imaginación, al gusto del consumidor. Hay una serie interesante que en su título lo dice muy claro, se creen “Dueños del Paraíso”. Con armas, dinero y poder el mundo es suyo, pueden hacer y obtener lo que quieran.

Ahora que detrás de la cultura de la muerte están las mafias de izquierda (la masonería), eterna enemiga de la obra de Dios (su Iglesia), que actúan siempre y a través de esto, por lo cual se pueden identificar fácilmente: ¡ojo! donde se actúa con mentiras, calumnias y falsedades, ahí tiene metida su cola el diablo, utilizando además la corrupción, o bien el terror, el clásico “oro o plomo” o bien “me vendes tu rancho o se lo compro a tu viuda”, propio de los narcos y otras mafias. Nuevamente ¡ojo! no te dejes engañar por los partidos de izquierda.

San Francisco de Asís exclamaba extasiado por su belleza y por lo que nos proporcionan “hermano Sol”, (sin el calor del sol, no habría vida), “hermana Luna” y así seguía con todas las criaturas “hermana lluvia” (sin Agua tampoco habría vida), “hermano viento”, los animales y plantas en su maravillosa variedad (biodiversidad), todas las consideraba como sus hermanos. De ahí el tan hermoso poema de Rubén Darío “Los Motivos del Lobo”.

De San Francisco tenemos la tan hermosa oración:

“Señor, haz de mi un instrumento de tu paz. Que allá donde hay odio, yo ponga el amor. Que allá donde hay ofensa, yo ponga el perdón. Que allá donde hay discordia, yo ponga la unión. Que allá donde hay error, yo ponga la verdad. Que allá donde hay duda, yo ponga la Fe. Que allá donde desesperación, yo ponga la esperanza. Que allá donde hay tinieblas, yo ponga la luz. Que allá donde hay tristeza, yo ponga la alegría. Oh Señor, que yo no busque tanto ser consolado, como consolar, ser comprendido, como comprender, ser amado, como amar. Porque es dándose como se recibe, es olvidándose de sí mismo como uno se encuentra a sí mismo, es perdonando, como se es perdonado, es muriendo como se resucita a la vida eterna.” San Francisco fue un enamorado del Señor y de sus enseñanzas (la cultura de la vida y del amor). No es preciso que lleguemos a santos, pero con un poco de su espíritu que adoptemos, seremos capaces de cambiar el mundo, salvando a la naturaleza y a nosotros mismo.

¡El sol sale para todos!

“Donde hay bosques hay agua y aire puro; donde hay agua y aire puro hay vida.”

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