“Todo reino divido va a la ruina.”
- 12 Marzo 2015
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III JUEVES DE CUARESMA (Jr 7, 23-28; Sal 94; Lc 11, 14-23)
TIENEN OREJAS Y NO OYEN
Impresiona la denuncia del profeta de quienes, habiendo sido testigos de tantos prodigios como el Señor hizo con ellos, desoyeron sus mandatos y tomaron el camino independiente de la voluntad divina. “Desde que salieron vuestros padres de Egipto hasta hoy les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero no me escucharon ni prestaron oído” (Jr 7, 25) El salmista -y la Iglesia escoge este texto muchos días para comenzar la jornada-, expresa el deseo de lo que es más conveniente para que no nos suceda como a los que señala Jeremías: “Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto” (Sal 94). Hay un demonio que es sordo y mudo, y que impide oír la Palabra del Señor y seguirla. Tener el oído cerrado es vivir sin relación, introvertido, ensimismado, haciendo del pequeño mundo propio el universo, idolatrando de alguna forma las pequeñas cosas que nos rodean. Se puede llegar a convertir en imagen próxima a las estatuas que tienen orejas y no oyen, boca y no hablan.
Jesús ha venido a rehabilitar al ser humano, y esta acción salvadora se manifiesta devolviendo a las personas la vista, el oído, o la facultad de hablar y de moverse. Imágenes con las que la revelación desea expresar lo que significa el encuentro con el Hombre perfecto, la Humanidad sacratísima, que diría Santa Teresa de Jesús. El Evangelio narra uno de los hechos emblemáticos con los que Jesús devuelve a los discapacitados, en este caso, la facultad de oír y de hablar: “Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: -«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios.»” (Lc 11,15).
SANTA TERESA DE JESÚS. El mal puede venir no solo por no oír ni hablar, sino por no dejar de hablar y no escuchar, como avisa la maestra: “Mas hay personas, y yo he sido una de ellas, que está el Señor enterneciéndolas y dándolas inspiraciones santas y luz de lo que es todo, y, en fin, dándoles este reino y poniéndolos en esta oración de quietud, y ellos haciéndose sordos. Porque son tan amigas de hablar y de decir muchas oraciones vocales muy apriesa, como quien quiere acabar su tarea, como tienen ya por sí de decirlas cada día, que aunque, -como digo- les ponga el Señor su reino en las manos, no lo admiten; sino que ellos con su rezar piensan que hacen mejor, y se divierten” (Camino de Perfección 31, 12). ¡Qué diferente es caminar sin sentido de hacerlo por seguir lo que indica la voz suave en el propio interior, el camino a seguir! “Oyó una voz en lo interior que le dijo: «Cree y espera, que Yo soy el que todo lo puede; tú tendrás salud; porque el que tuvo poder para que de tantas enfermedades, todas mortales de suyo, y les mandó que no hiciesen su efecto, más fácil le será quitarlas» (Fundaciones 22, 23).
Evangelio según San Lucas 11,14-23.
Jesús estaba expulsando a un demonio que era mudo. Apenas salió el demonio, el mudo empezó a hablar. La muchedumbre quedó admirada, pero algunos de ellos decían: "Este expulsa a los demonios por el poder de Belzebul, el Príncipe de los demonios". Otros, para ponerlo a prueba, exigían de él un signo que viniera del cielo. Jesús, que conocía sus pensamientos, les dijo: "Un reino donde hay luchas internas va a la ruina y sus casas caen una sobre otra. Si Satanás lucha contra sí mismo, ¿cómo podrá subsistir su reino? Porque -como ustedes dicen- yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul. Si yo expulso a los demonios con el poder de Belzebul, ¿con qué poder los expulsan los discípulos de ustedes? Por eso, ustedes los tendrán a ellos como jueces. Pero si yo expulso a los demonios con la fuerza del dedo de Dios, quiere decir que el Reino de Dios ha llegado a ustedes. Cuando un hombre fuerte y bien armado hace guardia en su palacio, todas sus posesiones están seguras, pero si viene otro más fuerte que él y lo domina, le quita el arma en la que confiaba y reparte sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama.
San Cipriano (c. 200-258), obispo de Cartago y mártir
De la unidad de la Iglesia
“Todo reino divido va a la ruina.”
Nadie puede tener a Dios por Padre si no tiene a la Iglesia por madre... El Señor nos lo advierte cuando dice: “Quien no está conmigo está contra mí, quien no recoge conmigo, desparrama.” El que rompe la paz y la concordia de Cristo actúa contra Cristo. El que recoge fuera de la Iglesia, desparrama la Iglesia de Cristo.
El Señor dice: “El Padre y yo somos uno.” (Jn 10,30) Está escrito, a propósito del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo: “...los tres están de acuerdo.” (cf 1Jn 5,7) ¿Quién, a partir de aquí, creerá que la unidad que tiene su origen en esta armonía divina, pueda ser rota en pedazos en la Iglesia...por conflictos de la voluntad? El que no observa esta unidad no observa la ley de Dios ni la fe en el Padre ni en el Hijo; no obtendrá ni la vida ni la salvación.
Este sacramento de la unidad, este lazo de concordia en una cohesión indisoluble se nos muestra en el evangelio por la túnica del Señor. No puede ser dividida ni rota, sino que echarán la suerte para saber a quién le toca revestirse de Cristo. (cf Jn 19,24)... Es el símbolo de la unidad que viene de arriba.
Nació en Pontecurone, Italia, el 23 de junio de 1872. Tenía 13 años cuando se abrazó a la vida religiosa ingresando en el convento franciscano de Voghera, Pavía. Pero graves problemas de salud dieron al traste momentáneamente con su sueño. Su destino sería otro. Durante tres años, los que median entre 1886 y 1889, tuvo la gracia de formar parte de los discípulos de Don Bosco en el Oratorio turinés de Valdocco. Y concluida allí su formación, ingresó en el seminario de Tortona. Lo que aprendió en Valdocco, con el testimonio de Don Bosco, dejó en él una huella imborrable. Antes de ser sacerdote, ya había puesto en marcha el Oratorio «San Luis», y un colegio en el barrio de San Bernardino. Eran los primeros signos de su impronta apostólica con niños y jóvenes que no tenían recursos económicos. Fue ordenado en abril de 1895. Ese año fundó la Pequeña Obra de la Divina Providencia. Y en 1899 los Ermitaños de la Divina Providencia, integrada por el grupo de clérigos y sacerdotes que se aglutinaron en torno a él. En 1903 el obispo de Tortona, Mons. Bandi, se apresuró a reconocer canónicamente estas fundaciones que tenían como objeto de su acción los desposeídos, los humildes, los afectados por lesiones físicas y morales, etc., atendidos en sus «Pequeños Cottolengos». Para los enfermos y ancianos, entre otros, Luis puso en marcha hospitales diversos. El admirable plan de vida que se había trazado, basado exlusivamente en el Evangelio: «hacer el bien siempre a todos, el mal nunca a nadie», estaba dando sus frutos. Aspiró a tener «un corazón grande y generoso capaz de llegar a todos los dolores y a todas las lágrimas», y lo consiguió.
En 1915 vio la luz otra de sus obras: las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, y creó el primer Cottolengo. Los frutos se multiplicaban. Se había implicado de lleno en la Sociedad de Mutuo Socorro San Marciano y en la Conferencia de San Vicente, y toda acción que lleva a cabo un apóstol redunda en numerosas bendiciones. Surgieron casas en Pavía, Sicilia, Roma…
Prestó su ayuda a los damnificados en los terremotos que asolaron las regiones de Reggio, Messina y Marsica. Desempeñó la misión de vicario general de Messina a petición de Pío X, ante quien realizó sus votos perpetuos en 1912. Entre 1920 y 1927 fundó las Hermanas adoratrices Sacramentinas invidentes, y las Contemplativas de Jesús crucificado. Este prolífico fundador no fue ajeno a las dificultades histórico-sociales que afectaron a la Iglesia y al mundo en la época que le tocó vivir. Para contrarrestarlas solo cabía la santidad, y así lo dijo: «Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca solo al culto de los fieles o quede solo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social». Envió misioneros a diversos países de Europa y de América del Sur. Y él mismo viajó por diversos países del Cono Sur en 1921. Volvió después y entre 1934 hasta 1937 permaneció en esta zona impulsando las fundaciones y asociaciones para laicos, entre las que también se cuentan las «Damas de la Divina Providencia», los «Ex Alumnos» y los «Amigos».
Su edificante existencia fue la de un hombre de oración, devoto de María, sencillo, humilde, intrépido. Un apóstol entregado a Cristo por completo, que viendo su rostro en el sufrimiento de las personas que conoció, hizo todo lo que estuvo en su mano para asistirlas. Un insigne predicador y confesor. Un fundador que gozó de la confianza de la Santa Sede, pero al que no faltaron incomprensiones, oposiciones, dificultades, y sufrimientos a todos los niveles. Su amor al Santo Padre le llevó a incluir un cuarto voto de fidelidad a él. Fue impulsor de dos santuarios. A lo largo de su vida llegó a «ver y sentir a Cristo en el hombre». Con gran visión se adelantó a los tiempos, impulsando todas las vías de la nueva evangelización. Decía a los suyos: «¿Son tiempos nuevos? Fuera los miedos. No dudemos. Lancémonos en las formas nuevas, en los nuevos métodos… No nos fosilicemos: basta conseguir sembrar, basta poder arar a Jesucristo en la sociedad y fecundarla de Cristo». Estaba claro que quería combatir el inmovilismo y la rutina enemigos del apóstol. Murió el 12 de marzo de 1940 en la casa de San Remo, exclamando: «¡Jesús! ¡Jesús! Voy». Fue beatificado por Juan Pablo II el 26 de octubre de 1980, quien glosó su existencia recordando que fue: «un hombre tierno y sensible hasta las lágrimas; infatigable y valiente hasta el agotamiento; tenaz y dinámico hasta el heroísmo; afrontando peligros de todo género; iluminando a hombres sin fe; convirtiendo a pecadores;siempre recogido en continua y confiada oración...». Este mismo pontífice lo canonizó el 16 de mayo de 2004..
El que no está conmigo, está contra mí
Lucas 11, 14-23. Cuaresma. Es necesario cuidar nuestro corazón, donde habita el Espíritu Santo, para que no se divida con otros intereses..
Oración introductoria
Dios mío, tu Reino ha llegado ya hasta nosotros. El poder del enemigo ha acabado y comienza ahora la obra de la evangelización y de la salvación. Señor, permíteme ser participe de ese amor, estar siempre a tu lado y recoger contigo el fruto de tu redención.
Petición
Señor, quiero recoger contigo, quiero estar siempre contigo.
Meditación del Papa Francisco
El diablo tiene paciencia y no deja lo que quiere para sí, es decir, nuestra alma. […] Por eso es necesario cuidar nuestro corazón, donde habita el Espíritu Santo, para que no entren otros espíritus. Cuidar el corazón como se cuida una casa, con llave. Y después vigilar el corazón, como un centinela: Cuántas veces entran los malos pensamientos, las malas intenciones, los celos, las envidias. Entran muchas cosas. Pero ¿quién ha abierto la puerta? ¿Por dónde han entrado? Si yo no me doy cuenta de cuánto entra en mi corazón, se convierte en una plaza, donde todos van y vienen. Un corazón sin intimidad, un corazón donde el Señor no puede hablar y tampoco ser escuchado.
Jesús dice otra cosa allí, que parece un poco rara: 'el que no recoge conmigo, desparrama'. Usa la palabra 'recoge'. Tener un corazón recogido, un corazón sobre el que no sabemos qué sucede, y aquí y allá, se puede hacer la práctica tan antigua de la Iglesia, pero buena: el examen de conciencia. ¿Quién de nosotros, en la noche, antes de terminar la jornada, permanece solo, sola, y se hace la pregunta: ¿qué ha sucedido hoy en mi corazón? ¿Qué ha sucedido? ¿Qué ha pasado a través de mi corazón? Si no lo hacemos, realmente no sabemos vigilar bien ni cuidar bien» (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de octubre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
El Señor nos ama tanto que no puede aceptar que estemos lejos de Él, lo quiere todo o nada. Cristo no se conforma con partes de un todo. Él desea nuestra entrega total; lo mejor, lo más bello, lo más grande. Y se lo podemos ofrecer a través de nuestros hermanos. Cuando nos esforzamos en la caridad agradamos mucho al corazón de Jesucristo.
Propósito
Veré todo los acontecimientos del día de hoy como oportunidades que Cristo me da para demostrarle mi amor por Él y por mis hermanos, los hombres.
Diálogo con Cristo
¡Jesús, no quiero desparramar las gracias y dones que tu me has dado! Señor, permíteme recoger contigo. Quiero ayudarte, quiero estar siempre a tu lado trabajando contigo. Tú eres mi alegría y tu misión mi cometido. Dame la gracia, Señor, de nunca cansarme y de siempre ser para ti un siervo bueno y fiel.
Hoy quiero invitar a todos a contemplar el misterio del Corazón divino-humano del Señor Jesús, para beber de la fuente misma del Amor de Dios(Benedicto XVI, 27 de junio de 2010).
"Escuchen mi voz"
Jueves tercera semana Cuaresma. Ser entre los hombres, una luz encendida, un camino de salvación.
Jesucristo nuestro Señor no quiere dejarnos solos. Quiere ser Él el que nos acompañe, quiere ser Él el que camina junto a nosotros: “Escuchen mi voz y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré para que les vaya bien”. Éstas son las palabras con las que nuestro Señor exhorta al pueblo, a través del profeta, a escuchar y a seguir el camino de Dios
Cristo, en el Evangelio, nos narra la parábola del hombre fuerte que tiene sus tesoros custodiados, hasta que llega alguien más fuerte que él y lo vence. Quién sabe si nuestra alma es así: como un hombre fuerte bien armado, dispuesto a defenderse, dispuesto a no permitir que nadie toque ciertos tesoros. Sin embargo, Dios nuestro Señor —más fuerte sin duda—, quizá logre entrar en el castillo y logre arrebatarnos aquello que nosotros le tenemos todavía prohibido, le tenemos todavía vedado. Cristo es más fuerte que nosotros. Y no es más fuerte porque nos violente, sino que es más fuerte porque nos ama más.
Es el amor de Jesucristo el que llega a nuestra alma y el que viene a arrebatar en nuestro interior. Es al amor de Jesucristo el que no se conforma con un compromiso mediocre, con una vida cristiana tibia, con una vida espiritual vacía. Y Cristo quiere todo, según nuestro estado de vida: quiere todo en nuestra vida conyugal, quiere todo en nuestra vida familiar, quiere todo en nuestra vida social.
“Escuchen mi voz”. Estas palabras tienen que resonar constantemente en nosotros a lo largo del tiempo cuaresmal. Si Dios nuestro Señor ha inquietado nuestra alma, si Dios nuestro Señor no ha dejado tranquilo nuestro corazón, si nos ha buscado, si nos ha asediado, si nos ha tomado, si nos ha conquistado, no es ahora para dejarnos solitarios por la vida, sino porque el primero que se compromete a llevar adelante nuestra vocación cristiana es Él, y va a estar con nosotros. La pregunta que nosotros tenemos que hacernos es: ¿Estamos dispuestos a seguir a Cristo o estamos dispuestos a abandonarlo?
Al final de la lectura del profeta Jeremías, aparece una frase muy triste: “De este pueblo dirá: Éste es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, ni aceptó la corrección; ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca”.
Está en nuestras manos dar fruto. Está en nuestras manos perseverar. Está en nuestras manos el continuar adelante con nuestro compromiso de cristianos en la sociedad. De nosotros depende y a nosotros nos toca que Jesucristo pueda seguir caminando con nosotros, yendo a nuestro lado. El Señor vuelve a buscarnos hoy, el Señor vuelve a estar con nosotros, ¿cuál va a ser nuestra respuesta? ¿Cuál va a ser nuestro comportamiento si nuestro Señor viene a nuestro corazón?
Jesús, al final del Evangelio, nos lanza un reto: “El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”. Un reto que es una responsabilidad: o estamos con Él y recogemos con Él; o estamos contra Él, desparramando. No nos deja alternativas. O tomamos nuestra vida y la ponemos junto con Él, la recogemos con Él, la hacemos fructificar, la hacemos vivir, la hacemos llenarse, la hacemos ser testigos cristianos de los hombres, o simplemente nos vamos a desparramar.
¿Quién de nosotros aceptaría ver su vida desparramada? ¿Quién de nosotros toleraría que su existencia simplemente corriese? ¿No nos interesa tenerla verdaderamente rica, no nos interesa tenerla verdaderamente comprometida junto a Jesucristo nuestro Señor? Esto no se puede quedar en palabras, tenemos necesidad de llevarlo a los demás. Esto es obra de todos los días, es un compromiso cotidiano que está en nuestras manos.
Vamos a pedirle a Jesucristo que nos guíe para comprometernos con nuestra fe, para comprometernos con la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. La Iglesia que se nos ha entregado, viniendo desde muchas generaciones. La Iglesia de los mártires, la Iglesia de los apóstoles, la Iglesia de los confesores. La Iglesia que ha llegado a nosotros a través de dos mil años por medio de la sangre de muchos que creyeron en lo mismo que creemos nosotros. La Iglesia que es para nosotros el camino de santificación, y que es la Iglesia que nosotros tenemos que transmitir a las siguientes generaciones con la misma fidelidad, con la misma ilusión, con el mismo vigor con que a nosotros llegó.
Pidámosle al Señor que la podamos transmitir íntegra a las generaciones que vienen detrás y la podamos extender a las generaciones que conviven con nosotros y que todavía no conocen a Cristo.
Este compromiso no es un compromiso hacia dentro, sino que es un compromiso hacia afuera. Un compromiso que nace de un corazón decidido, pero que tiene que transformarse en acción eficaz, en evangelización para el bien de los hombres.
Vamos a pedirle a Jesucristo que nos conceda la gracia de recoger con Él, la gracia de estar siempre a favor de Él, de escuchar su voz y de caminar por el camino que Él nos muestra, para ser entre los hombres, una luz encendida, un camino de salvación, una respuesta a los interrogantes que hay en tantos corazones, y que sólo nuestro Señor Jesucristo puede llegar a responder.
12 de marzo 2015 Jueves III de cuaresma Ex 17, 1-7 (libre elección)
Israel ante las dificultades que tenían en su peregrinación por el desierto con el objetivo de llegar a la tierra prometida se hacían esta pregunta: «¿El Señor está con nosotros o no está?» No te lo has hecho nunca esta pregunta ante las dificultades que tú u otros como tú encuentran? No pienses que hacerse esta pregunta es incorrecta; menudo lo es la respuesta, porque detrás de la respuesta está la concepción que tienes de Dios. ¿Qué haces para conocerlo? El deseas como el enamorado desea vivir el amor? Señor, ábreme el entendimiento, ábreme el corazón, para que pueda conocer mejor qué quieres de nosotros.
Francisco, a la salida de la parroquia de Santa Ana
Francisco, dos años después: edificar la paz y construir puentes
"Las interpretaciones del Papa despiertan un profundo eco en la conciencia de todo el mundo"
José Alegre, 12 de marzo de 2015 a las 08:43
Nada, ni nadie, es indiferente al amor. Es lógico, pues, que este Párroco Universal que es el Papa Francisco se lamente en su mensaje de Cuaresma de la globalización de la indiferencia
(José Alegre, abad de Poblet).- Podemos preguntarnos si yo dejo que Jesús me predique. Cada uno de nosotros, ¿dejo que Jesús me predique o yo sé todo?, ¿escucho a Jesús o prefiero escuchar cualquier otra cosa, quizás las habladurías de la gente o historias....? Escuchar la predicación de Jesús...
-¿Y cómo puedo hacer esto, padre? ¿en qué canal de televisión habla Jesús?
-Te habla en el evangelio. Y esta es una costumbre que aún no tenemos: ir a buscar la palabra de Jesús en el Evangelio... (OR, 13.02.15, pag 3)
Son, éstas, unas palabras sencillas, parte de una bella catequesis del Papa Francisco en su visita cuaresmal a la parroquia romana de san Miguel Arcángel, ilustrada por una imagen entrañable: el Papa apretujado por una multitud entusiasta de niños y niñas de la parroquia. Imágenes semejantes con la infancia he contemplado repetidas veces en los medios de comunicación: hablando, abrazando o también escuchando a los niños... Una preciosa imagen propia de un buen párroco de una parroquia cualquiera.Una bella imagen para un párroco del mundo. El Papa Francisco, Párroco del mundo.
Pasados dos años de su llegada a la cátedra de san Pedro, vividos con una gran intensidad, percibimos que son situaciones gratificantes que suelen repetirse: situaciones y palabras, sencillas unas veces, exigentes otras, o, en ocasiones, también suplicantes; en cualquier caso, siempre una palabra buena para animar, exigir con amor, suplicar, una palabra salida de un corazón generoso, una palabra cercana que lleva el calor del corazón... El calor y el gesto de una palabra, la palabra de un Párroco con un corazón sin fronteras.
Porque ¿de qué situación mundial se ha olvidado el Papa Francisco en estos dos años? ¿Quién no ha tenido una palabra, o un gesto suyo para reflexionar y agradecer?...
El inicio de su Pontificado ya lo títulaba el periódico Observatore Romano como "Abrazo al mundo", cuando les decía al Cuerpo Diplomático: "luchar contra la pobreza, tanto material como espiritual; edificar la paz y construir puentes. Son como los puntos de un camino al cual quisiera invitar a participar a cada uno de los países que representáis".
El Mensaje para el Día mundial de la Paz de este año, pone de relieve esta preocupación universal del Papa Francisco al escribir sobre "la situación de los trabajadores, las condiciones de vida de los emigrantes; aquellas personas que la sociedad relega a la prostitución, a la esclavitud de todo tipo; las que son víctimas del tráfico humano; del terrorismo"...
No ha faltado a lo largo de estos dos años, en varias ocasiones, una palabra para los gobernantes: "Los estados deben vigilar para que la legislación nacional en materia de emigración, trabajo..., contribuya a respetar la dignidad de la persona".
O para las instituciones internacionales: "Quiero subrayar el estrecho vínculo que existe entre dos palabras: dignidad y trascendente". (Discurso al Parlamento europeo)
Una palabra para los refugiados: "las condiciones en las que muchos refugiados tienen que vivir son intolerables... Hago un llamamiento para una mayor convergencia internacional". (Viaje a Turquía) Ya anteriormente había hablado en relación a los refugiados e inmigrantes, y en relación a los dirigentes de Occidente, como "una vergüenza" los episodios de Lampedusa, que están haciendo del Mediterráneo un cementerio".
O para el problema del hambre: la primera preocupación debe ser la persona, aquellos que carecen de alimento diario; es necesario pensar en la dignidad de la persona, más que en la limosna. (Conferencia Internacional sobre alimentación)
También para el medio ambiente: el hombre se adueña de todo, se cree Dios, se cree el rey y devasta toda la creación... Pero ¿quién paga la fiesta? ¡Ellos!: los pequeños, los pobres, que acaban siendo descartados, excluidos... Y esto no es historia antigua, sucede hoy... (Homilía Fiesta Todos los Santos)
Otra preocupación muy viva la percibimos en el tema de la familia a la que está dedicando la catequesis de la audiencia semanal, además de la convocatoria de un Sínodo, donde encuentra reticencias y oposición en temas difíciles donde no faltan quienes desean que prevalezca la firmeza de la ley y la norma, sobre la caridad del Evangelio.
No podía faltar en este singular Párroco el interés por el mundo joven, a quien invita a vivir el verdadero amor; a asumir, con fuerza y generosidad, el mensaje de las bienaventuranzas. Un mundo en el que se hace presente de manera especial a través de las Jornadas Mundiales de la Juventud.
Por supuesto, que también ha tenido palabras muy directas y fuertes dentro de la misma Institución Iglesia con el tema de los abusos de menores o financieros....
O invitando a los sacerdotes a cargar al pueblo a hombros... a ser pastores "con olor a oveja", pastores en medio de propio rebaño. O a los obispos recordando la responsabilidad del servicio...
La sugerencia de un trabajo bien programado cuando anima a tener el valor de realizar una pastoral evangelizadora, audaz y sin temores, porque la mujer, la familia y los diversos grupos que viven en la sociedad esperan de nosotros, y lo necesitan para su vida, laBuena Noticia del Evangelio (Congreso de Pastoral en el Vaticano)
O unas palabras en el Año de la Vida Consagrada: "espero que despertéis al mundo, porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profecía. Sed testigos creíbles e incisivos, en la sociedad, de la persona de Cristo".
Acogida y abertura en el terreno ecuménico...
En resumen, habría que decir aquella afirmación: "nada de lo humano le es ajeno".
Siempre, en cualquier caso, palabras, intervenciones, sin prepotencia, con un talante humilde acompañado siempre de una súplica: "por favor recen por mí", consciente de que su servicio ministerial es un servicio desde el Amor, que no tiene fronteras, abierto con total generosidad a la fecundidad del amor. Sabiendo que la fuente es el Amor, y que busca ser servidor del amor que nace para todos los hombres de la misma Fuente.
Es lógico, pues, que las intervenciones del Papa despierten un profundo eco en la conciencia de todo el mundo. De hecho, sus intervenciones despiertan un eco especial en el mundo de hoy en temas sobre los que también incidieron Pontífices anteriores. Pero ahora están despertando un eco universal.
¿Es el gesto de su vida personal que acompaña a sus palabras, lo que genera una confianza, una aceptación?.... O ¿el mundo está percibiendo que Francisco habla desde el corazón?... El hecho es que el Papa Francisco está llegando al corazón del mundo. Como un buen párroco llega al corazón de sus feligreses.
El mundo como una gran parroquia. Como una gran parroquia donde hay feligreses que colaboran con este Párroco universal, que recogen sus enseñanzas, que acogen y hacen suyos esos gestos de amor, y donde también hay otros feligreses que siguen alejados, o incluso criticando la Parroquia o los feligreses o al mismo Párroco...
Pero así es una Parroquia, así es el mundo: la belleza de la fe de unos y el alejamiento o la increencia de otros. La fe de unos que proporciona paz en la vivencia del amor que despierta una profunda esperanza, y la increencia de otros que despierta el interrogante permanente de un amor que tiene la responsabilidad de crecer. Todo es gracia. La belleza de una fe que nos invita a ofrecer la vida en la unidad y en la comunión; la belleza de una increencia que nos estimula a ser agentes permanentes del amor y de la reconciliación; pero que también supone, no lo debemos olvidar, una llamada a la reflexión: a preguntarnos acerca de la calidad evangélica de nuestro testimonio.
Pero es de una claridad meridiana: El amor tiende siempre a crecer, a ser más generoso; el ejercicio de amar despierta nuevas energías de amor y abre nuevos caminos en la vida. Como sugiere Ramón Llull:
El Amigo preguntó al Amado si quedaba todavía alguna virtud que no hubiera amado. Y el Amado le respondió que todo lo que podía multiplicar en el Amigo su amor estaba por amar. (Libro del Amigo y del Amado nº 1)
Después de dos años el Papa Francisco sigue sorprendiendo y despertando la admiración. Un fruto del amor vivido y manifestado... El amor abre mil caminos para proyectarse sobre un matiz u otro de la vida humana. Es muy difícil no sentirse interpelado por el amor, pues el hombre está hecho para dar respuesta al Amor, con el amor.
Nada, ni nadie, es indiferente al amor. Es lógico, pues, que este Párroco Universal que es el Papa Francisco se lamente en su mensaje de Cuaresma de la globalización de la INDIFERENCIA. Nada puede ser ajeno al corazón creyente, que está llamado a ser el corazón más humano. Y nos exhorta a no dejarnos agarrar por la red de esta INDIFERENCIA, haciendo una llamada a FORTALECER EL CORAZON. Para ser servidores de la vida, que es cuando el corazón se manifiesta en toda su fuerza; y servir la vida es dar la vida. Bien nos lo sugiere el poeta:
El amor es un mar revuelto, de olas y vientos, sin puertos ni orillas. El Amigo perece en este mar y con él perecen sus sufrimientos y comienza su felicidad. (Libro del Amigo y del Amado nº 228)
Con toda seguridad el Papa Francisco nos seguirá sorprendiendo con su capacidad de respuesta al amor de Dios, y nos seguirá invitando a dar respuestas de amor en nuestra vida creyente. Damos gracias a Dios por habernos concedido este Párroco del mundo, este Párroco universal.
Pero en una parroquia grande como es ésta debe haber cooperadores, ayudantes que secunden el ejemplo del Párroco: son los Obispos, los sacerdotes, los religiosos, los laicos. Todos estamos llamados a hacer Parroquia. Hoy tenemos la alegría de saber que va delante nuestro Párroco, el Papa Francisco, el Párroco del mundo, y pedimos por él al Señor, para que lo siga bendiciendo.
Bergoglio recibiendo el regalo de los caminantes
En la recepción a Camino de Luz
El Papa Francisco besa el bastón de Santa Teresa
Le han regalado al Papa una pluma que le honra como peregrino
Camino de Luz, 12 de marzo de 2015 a las 11:05
Camino de Luz recorrerá 117.000 kilómetros en 164 días
(Camino de Luz).-En un ambiente festivo y pastoral, Camino de Luz, la peregrinación que desde el 15 de octubre lleva el bastón original de Santa Teresa a 30 países en los 5 continentes, ha sido recibida por el Papa Francisco este miércoles en el Vaticano. Los 4 peregrinos que hacen posible Camino de Luz, encabezados por el padre Antonio González, han entregado al Papa el bastón teresiano, que el Papa ha besado y sostenido durante unos momentos mientras preguntaba en voz alta, y con el inconfundible deje argentino: ¿"La Vieja" andaba con esto?
Con esta recepción, el Papa Francisco, que se ha declarado gran admirador de Santa Teresa, ha querido estar presente en el V Centenario y apoyar las conmemoraciones organizadas por la Orden del Carmelo Descalzo. En la audiencia general, el Papa ha recordado el V Centenario y ha puesto a Santa Teresa como ejemplo de apostolado: "En este mes recordamos el V Centenario del nacimiento en Ávila de Santa Teresa de Jesús. Que su vigor espiritual os estimule, queridos jóvenes, a testimoniar con alegría la fe en vuestra vida. Que su fe en Cristo os apoye queridos enfermos, en los momentos de mayor desolación; y que su incansable apostolado os invite a vosotros, queridos esposos a poner a Cristo en el centro de vuestra vida conyugal".
Junto a los peregrinos, se ha desplazado desde España un grupo de unas 50 personas, que ha querido acompañar a Camino de Luz en su etapa más importante.
Broche de oro a Camino de Luz
La recepción del Papa Francisco supone un broche de oro a la peregrinación mundial, justamente en su etapa europea, la última antes de que llegue a España el 28 de marzo. Hasta la fecha, Camino de Luz ha recorrido 28 países en los cinco continentes. A partir de abril, Camino de Luz comenzará su gira por las fundaciones teresianas y otros lugares emblemáticos del Carmelo Descalzo en España, hasta el mes de julio.
Para el Vicario General de la Orden del Carmelo Descalzo, el padre Emilio José Martínez, "es un momento de especial emoción para toda la Orden del Carmelo Descalzo... este viaje, que es físico y espiritual, empezó siendo una aventura, y ha superado todas nuestras expectativas".
"Esta recepción de un gran admirador de Santa Teresa, como es el papa Francisco, nos honra y nos llena de inmensa gratitud al Santo Padre. Para nosotros, es un reconocimiento a toda la familia carmelita, a todas las monjas, frailes y seglares que trabajan en más de 130 países del mundo por llevar el mensaje de Cristo a través del ejemplo de la santa española más universal", sentencia el Vicario General.
Los vídeos y los textos del viaje, entrevistas exclusivas a personalidades de la Orden del Carmelo Descalzo y crónicas contadas en primera persona por los miembros del equipo, se pueden seguir en la web stj500.com/caminodeluz. Camino de la luz es un reconocimiento y homenaje a "la monja inquieta y andariega" que caminó por toda España fundando conventos de la Orden del Carmelo Descalzo. En total, Camino de Luz recorrerá 117.000 kilómetros en 164 días.
Regalos al Papa
El equipo de Camino de Luz ha ofrecido al Papa Francisco el título de "Peregrino de Honor" de la Ruta Teresiana "De la cuna al sepulcro", que une Ávila y Alba de Tormes, entregándole la "Andariega", documento acreditativo de este camino.
Asimismo, y en nombre de la Asociación de Turismo de la Moraña, impulsora de esta marcha, ha entregado al Santo Padre la "Pluma Teresiana 2015" que le reconoce como modelo de peregrino en la Iglesia y que nos invita a descubrir el camino de oración de Teresa. La pluma y el tintero, de cerámica (realizados por el artesano arénense Juan Jesús Gómez Serrano, llevan escrito una cita teresiana: "El Señor no mira tanto la grandeza de las obras como el amor con que se hacen" Moradas 7 4-15
¡Ya es tiempo de caminar!