Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
- 28 Junio 2014
- 28 Junio 2014
- 28 Junio 2014
"Jesús permanece fiel, no traiciona jamás"
"La lealtad es un valor en crisis"
Dios se ha unido a nosotros, nos ha elegido, y esta unión es para siempre, no tanto porque nosotros somos fieles, sino porque el Señor es fiel y soporta nuestras infidelidades, nuestra lentitud, nuestras caídas
(RV).- El cardenal Angelo Scola leyó la homilía que Papa Francisco había preparado para la misa del Sagrado Corazón en el Hospital Gemelli de Roma, a la que no pudo asistir por una imprevista indisposición.
Texto completo:
«El Señor se enamoró de ustedes y los eligió» (Dt 7,7).
Dios se ha unido a nosotros, nos ha elegido, y esta unión es para siempre, no tanto porque nosotros somos fieles, sino porque el Señor es fiel y soporta nuestras infidelidades, nuestra lentitud, nuestras caídas.
Dios no tiene miedo de ligarse a nosotros. Esto puede parecernos extraño: a veces llamamos a Dios "el Absoluto", que significa literalmente "libre, independiente, ilimitado"; pero en realidad, nuestro Padre es ‘absoluto' siempre y sólo en el amor: por amor estrecha alianzas con Abraham, Isaac, Jacob, y así sucesivamente. Ama los vínculos, crea vínculos; vínculos que liberan, no fuerzan.
Con el salmo hemos repetido, «el amor del Señor permanece para siempre» (cf. Sal 103). En cambio de nosotros, hombres y mujeres, otro salmo afirma: «ha desaparecido la lealtad entre los hombres» (cf. Sal 12,2). Hoy, en particular, la lealtad es un valor en crisis porque somos inducidos a buscar siempre el cambio, una supuesta novedad, negociando las raíces de nuestra existencia, de nuestra fe. Sin fidelidad a sus raíces, sin embargo, una sociedad no avanza: puede hacer grandes progresos técnicos, pero no un progreso integral de todo el hombre y de todos los hombres.
El amor fiel de Dios por su pueblo se ha manifestado y realizado plenamente en Jesucristo, el cual, para honrar la unión entre Dios y su pueblo, se convirtió en nuestro esclavo, se despojó de su gloria y asumió la forma de siervo. En su amor no se dio por vencido de frente a nuestra ingratitud ni siquiera ante el rechazo. Nos lo recuerda San Pablo: «Si somos infieles, él - Jesús - permanece fiel, porque no puede renegar de sí mismo» (2 Tim. 2,13). Jesús permanece fiel, no traiciona jamás: incluso cuando nos equivocamos, Él nos espera siempre para perdonarnos: es el rostro misericordioso del Padre.
Este amor, esta fidelidad del Señor manifiesta la humildad de su corazón: Jesús no ha venido a conquistar a los hombres como los reyes y los poderosos de este mundo, sino ha venido a ofrecer amor con mansedumbre y humildad. Así se definió a Sí mismo: "aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón" (Mt 11,29). Y el sentido de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, que celebramos hoy, es aquel de descubrir siempre más y de dejarnos envolver por la fidelidad humilde y la mansedumbre del amor de Cristo, revelación de la misericordia del Padre. Podemos experimentar y saborear la ternura de este amor en cada etapa de la vida: en el tiempo de la alegría y en aquel de la tristeza, en el tiempo de la salud y en aquel de la debilidad y enfermedad.
La fidelidad de Dios nos enseña a acoger la vida como un acontecimiento de su amor y nos permite testimoniar este amor a los hermanos en un servicio humilde y manso. Esto es lo que están llamados a hacer, especialmente los médicos y el personal paramédico en este Policlínico, que pertenece a la Universidad Católica del Sagrado Corazón. Aquí, cada uno de ustedes lleva a los enfermos un poco del amor del Corazón de Cristo, y lo hace con competencia y profesionalidad. Esto significa permanecer fiel a los valores fundacionales que el Padre Gemelli coloca a la base de la Universidad de los católicos italianos, para conjugar la investigación científica iluminada por la fe y la preparación de cualificados profesionales cristianos.
Queridos hermanos, en Cristo contemplamos la fidelidad de Dios. Cada gesto, cada palabra de Jesús revela el amor misericordioso y fiel del Padre. Y entonces ante Él nos preguntamos: ¿cómo es mi amor por el prójimo? ¿Puedo ser fiel? ¿O en cambio soy voluble, sigo mis estados de ánimo y mis simpatías? Cada uno de nosotros puede responder en la propia conciencia. Pero por encima de todo podemos decir al Señor: Señor Jesús, haz mi corazón cada vez más similar al tuyo, lleno de amor y fidelidad.
Evangelio según San Lucas 2,41-51.
Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron como de costumbre, y acabada la fiesta, María y José regresaron, pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Creyendo que estaba en la caravana, caminaron todo un día y después comenzaron a buscarlo entre los parientes y conocidos. Como no lo encontraron, volvieron a Jerusalén en busca de él.
Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Y todos los que lo oían estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, sus padres quedaron maravillados y su madre le dijo: "Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Piensa que tu padre y yo te buscábamos angustiados". Jesús les respondió: "¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?". Ellos no entendieron lo que les decía. El regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba estas cosas en su corazón.
Benedicto XVI, papa de 2005 a 2013
Discurso del 30/05/2009 (trad. © copyright Libreria Editrice Vaticana)
“Su madre conservaba estas cosas en su corazón.”
En el Nuevo Testamento vemos que la fe de María, por decirlo así, "atrajo" el don del Espíritu Santo. Ante todo en la concepción del Hijo de Dios, misterio que el mismo arcángel Gabriel explicó así: "El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra" (Lc 1, 35)… El corazón de María, en perfecta sintonía con su Hijo divino, es templo del Espíritu de verdad (Jn 14,17), donde cada palabra y cada acontecimiento son conservados en la fe, en la esperanza y en la caridad.
Así podemos tener la certeza de que el corazón santísimo de Jesús en todo el arco de su vida oculta en Nazaret encontró en el corazón inmaculado de su Madre un "hogar" siempre encendido de oración y de atención constante a la voz del Espíritu. Un testimonio de esta singular sintonía entre la Madre y el Hijo, buscando la voluntad de Dios, es lo que aconteció en las bodas de Caná (Jn 2,1s). En una situación llena de símbolos de la alianza, como es el banquete nupcial, la Virgen Madre intercede y provoca, por decirlo así, un signo de gracia sobreabundante: el "vino bueno" que hace referencia al misterio de la Sangre de Cristo. Esto nos remite directamente al Calvario, donde María está al pie de la cruz junto con las demás mujeres y con el apóstol san Juan.
La Madre y el discípulo recogen espiritualmente el testamento de Jesús: sus últimas palabras y su último aliento, en el que comienza a derramar el Espíritu; y recogen el grito silencioso de su Sangre, derramada totalmente por nosotros (cf. Jn 19,25-34). María sabía de dónde venía esa sangre (cf Jn 2,9), pues se había formado en ella por obra del Espíritu Santo, y sabía que ese mismo "poder" creador resucitaría a Jesús, como él mismo había prometido.
Así, la fe de María sostuvo la de los discípulos hasta el encuentro con el Señor resucitado, y siguió acompañándolos incluso después de su Ascensión al cielo, a la espera del "bautismo en el Espíritu Santo" (cf. Hch 1,5)… Precisamente por eso María es para todas las generaciones imagen y modelo de la Iglesia, que juntamente con el Espíritu camina en el tiempo invocando la vuelta gloriosa de Cristo: "¡Ven, Señor Jesús!" (cf. Ap 22, 17.20).
San Ireneo
Obispo y mártir (c. a. 130-c. a. 200). Nació hacia el año 130 y fue educado en Esmirna; fue discípulo de san Policarpo, obispo de aquella ciudad.
El año 177 era presbítero en Lyon (Francia), y poco después ocupó la sede episcopal de dicha ciudad.
Escribió en defensa de la fe católica contra los errores de los gnósticos.
Recibió la palma del martirio, según se cuenta, alrededor del año 200
Oremos: Señor, tú que quisiste que el obispo san Ireneo hiciera triunfar la verdadera doctrina y lograra afianzar la paz de tu Iglesia, haz que nosotros, renovados, por su intercesión, en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Historia de la devoción al Inmaculado Corazón de María
Tres pastores de Portugal llamaron la atención declarando que la Virgen María se les presentó dejando mensajes que luego serían dados a conocer al mundo entero de boca de Sor Lucía, estas presentaciones de la Virgen fueron en seis ocasiones.
En diciembre del año 1925 la Virgen Santísima se le apareció a Lucía dos Santos, vidente de Fátima, y le prometió asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confesasen, recibieran la Sagrada Comunión, rezasen una tercera parte del Rosario, con la intención de darle reparación.
En la tercera aparición, la Virgen de Fátima le dijo a Lucía:
Nuestro Señor quiere que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado. Si se hace lo que te digo se salvarán muchas almas y habrá paz; terminará la guerra... Quiero que se consagre el mundo a mi Corazón Inmaculado y que en reparación se comulgue el primer sábado de cada mes... Si se cumplen mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz... Al final triunfará mi Corazón Inmaculado y la humanidad disfrutará de una era de paz.
La pequeña Jacinta presentía que llegaría su final en el mundo y, en una conversación con Lucía, ella, que apenas contaba con diez años, dijo:
A mí me queda poco tiempo para ir al Cielo, pero tú te vas a quedar aquí abajo para dar a conocer al mundo que nuestro Señor desea que se establezca en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Diles a todos que pidan esta gracia por medio de ella y que el Corazón de Jesús desea ser venerado juntamente con el Corazón de su Madre. Insísteles en que pidan la paz por medio del Inmaculado Corazón de María, pues el Señor ha puesto en sus manos la paz del mundo.
Consagración del mundo e institución de la fiesta
Consagración
El 31 de octubre de 1942 cuando estaba en pleno auge la II Guerra Mundial, el papa Pío XII, al clausurarse la solemne celebración en honor de las apariciones de Fátima, conforme al mensaje de éstas, consagró el mundo al Inmaculado Corazón de María.
Ante tu trono nos postramos suplicantes, seguros de alcanzar misericordia, de recibir gracias y el auxilio oportuno... Obtén paz y libertad completa a la Iglesia santa de Dios; detén el diluvio del neopaganismo; fomenta en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, para que los que sirven a Dios aumenten en mérito y número.
Imagen del Inmaculado Corazón de María como fue descrita por los tres pastorcillos de Fátima, en Portugal.
San Juan Eudes fue quien promovió la celebración litúrgica del Inmaculado Corazón de María; los papas León XIII y Pío X dieron a este santo el nombre de padre, doctor y primer apóstol de la devoción, en especial al culto litúrgico de a los Sagrados Corazones de Jesús y María. Este santo consagró de manera particular a los religiosos de su congregación.
La fiesta del Corazón de María se celebró de manera pública y por primera vez en la historia el 8 de febrero de 1648 en la catedral de la ciudad de Autun: la misa y los oficios fueron compuestos por Juan Eudes y aprobados por el obispo diocesano. Varios obispos de Francia aprobaron los textos litúrgicos pero los jansenistas estaban en completo desacuerdo.
Para el año 1668, el día 2 de junio la fiesta y también los textos litúrgicos tuvieron la aprobación del cardenal legado para Francia, aunque al año siguiente se pidió a Roma la ratificación, pero la Congregación de Ritos dio una respuesta negativa.
En diferentes ocasiones se pidió a la Santa Sede la aprobación de la fiesta, una de ellas fue hecha como petición formal por el padre jesuita Gallifet en el 1726; esta causa fue tratada por Prospero Lambertini. La Congregación de Ritos llegó a responder por primera vez en 1727 con un non proposita, pues presentaba dificultades doctrinales. Luego de esta respuesta, Gallifet sin perder esperanzas vuelve a enviar la petición, pero para esta ocasión la respuesta fue oficialmente tajante y negativa, era el 30 de julio de 1729.
Siendo papa Pío IX, en 1855, la Congregación de Ritos aprobó para la celebración del Corazón de María nuevos textos para la misa y el oficio, utilizando algunas partes de los de san Juan Eudes. En 1914, con ocasión de la reforma del misal romano, la fiesta del Corazón de María fue trasladada del cuerpo del misal a un apéndice del mismo, entre las fiestas pro aliquibus locis
Hubo muchas peticiones para que esta fiesta se extendiera a toda la Iglesia, en especial las peticiones de los Claretianos.
El 31 de octubre de 1942 y luego, de manera solemne, el 8 de diciembre en la Basílica de San Pedro, cumpliéndose el 25 aniversario de las apariciones de Fátima, Pío XII consagró la Iglesia y el género humano al Inmaculado Corazón de María.
El 4 de marzo de 1944, con el decreto Cultus liturgicus, el pontífice extendió a toda la Iglesia latina la fiesta litúrgica del Inmaculado Corazón de María, y asigno como día propio el 22 de agosto, que es la octava de la Asunción, y elevándola a rito doble de segunda clase.
Oración (acto de consagración al Inmaculado Corazón de María)
Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón y te consagro mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos y mis acciones. Quiero ser como tú quieres que sea, hacer lo que tú quieres que haga. No temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús, con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que esté siempre contigo. Amén.
Una práctica que hoy en día forma parte integral de la devoción al Corazón de María, es la Devoción a los Cinco Primeros Sábados. En diciembre de 1925, la Virgen se le apareció a Lucía Martos, vidente de Fátima y le dijo: "Yo prometo asistir a la hora de la muerte, con las gracias necesarias para la salvación, a todos aquellos que en los primeros sábados de cinco meses consecutivos, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen la tercera parte del Rosario, con intención de darme reparación". Junto con la devoción a los nueve Primeros Viernes de Mes, ésta es una de las devociones más conocidas entre el pueblo creyente.
El Papa Juan Pablo II recientemente declaró que la conmemoración del Inmaculado Corazón de María, será de naturaleza "obligatoria" y no "opcional". Es decir, por primera vez en la Iglesia, la liturgia para esta celebración debe de realizarse en todo el mundo Católico.
Entreguémonos al Corazón de María diciéndole: "¡Llévanos a Jesús de tu mano! ¡Llévanos, Reina y Madre, hasta las profundidades de su Corazón adorable! ¡Corazón Inmaculado de María, ruega por nosotros!
El Niño Jesús en el templo
Lucas 2, 41-51. Corazón Inmaculado de María. Que como María, nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida.
Oración introductoria
Dios nuestro, Tú que has preparado en el corazón inmaculado de la Virgen María una digna morada al Espíritu Santo, haz que por su intercesión, llegue a ser templo digno de tu gloria. Petición Espíritu Santo, dame la fortaleza para cumplir la voluntad de Dios.
Meditación del Papa Francisco
Mientras se encuentra en Jerusalén para presentarlo en el templo, con la alegría de los ancianos Simeón y Ana, tiene lugar también la promesa de una espada que le atravesaría el corazón y la profecía de un signo de contradicción. Ella se da cuenta de que la misión y la identidad misma de ese Hijo, superan su ser madre. Llegamos luego al episodio de Jesús que se pierde en Jerusalén y le buscan: "Hijo, ¿por qué nos has tratado así?", y la respuesta de Jesús que se aparta de las preocupaciones maternas y se vuelve a las cosas del Padre celestial.
Sin embargo, ante todas estas dificultades y sorpresas del proyecto de Dios, la esperanza de la Virgen no vacila nunca. Mujer de esperanza. Esto nos dice que la esperanza se alimenta de escucha, contemplación y paciencia, para que maduren los tiempos del Señor. (S.S. Francisco, 21 de noviembre de 2013).
Reflexión
Quién mejor que una madre como María sabe lo que significa perder al Hijo de Dios, y a su propio hijo. Si en eso momentos Dios Padre le hubiese pedido cuentas a María de la educación de su hijo ¿qué hubiese respondido María? ¿Se me perdió y no lo encuentro o está cumpliendo tu voluntad? Por lo angustiada que estaba parecería que respondería se me perdió.
Con esto no hay otra prueba más convincente de que María amaba a Jesús como tantas otras madres posiblemente amaban sus hijos. Era su hijo y como tal lo amaba y lo cuidaba. Sin embargo, el mismo amor de madre le llevó a callarse ante la respuesta de Jesús: tenía que ocuparme de las cosas de mi padre. ¿Que Jesús no sabía que María estaba dando su vida por Él? ¿No sabía que sin la ayuda de una madre no hubiese podido sobrevivir? ¿Y que si no moría de hambre moriría asesinado por los hombres de Herodes? Posiblemente lo sabía pero también tenía bien claro la misión que debía cumplir, y debía comenzar cuanta antes. Pero detengamos por más tiempo nuestra mirada en María.
Una madre que ha cuidado durante 12 años a su hijo y ahora su hijo le sale con esta respuesta tan desconcertante. Son los riesgos de una madre.
A más amor por el hogar más sacrificios que debe afrontar. Ojalá que en nuestra vida también se cumplan estas palabras que dijo San Juan Pablo II de ella: toda su vida fue una peregrinación de fe. Porque caminó entre sombras y esperó en lo invisible, y conoció las mismas contradicciones de nuestra vida terrena.
Propósito
Que como María también nuestra vida sea un peregrinar en la fe cuando no entendamos los por qué de la vida y ofrecer un misterio del rosario por un miembro de mi familia que esté alejado de la Iglesia.
Diálogo con Cristo
Señor Jesús, la angustia que pasó la santísima Virgen al no encontrarte es la peor pesadilla de cualquier padre de familia. Qué difícil debe haber sido para ella el no entender tu aparente indiferencia a su sufrimiento. Permíteme crecer en tu gracia para que, al igual que María, sepa aceptar la angustia o el dolor, sin dejar mi oración, confiando siempre en tu Divina Providencia.
La lucha entre el bien y el mal
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones
Tocamos continuamente la lucha entre el bien y el mal. En la familia y en el trabajo.
En la ciudad y en el Estado. Entre amigos y con desconocidos.
Esa lucha penetra también en lo más profundo de mi corazón. A veces opto por el bien: soy generoso, perdono, fomento la paciencia, me comprometo a ayudar a familiares, amigos y conocidos. Otras veces elijo el mal: busco sólo mis intereses, me dejo atrapar por la avaricia, envidio a quien parece tener éxito, daño con mi lengua a cercanos o lejanos.
Se trata de una lucha que recorre toda la historia humana, y que llegó a niveles inauditos durante la vida de Cristo: el Maligno en persona tentó al Maestro, y desencadenó odios que llevaron al drama del Calvario.
Pero la última palabra de la historia humana queda en manos de Dios, que es bueno, omnipotente, misericordioso. La esperanza, desde entonces, es la palabra clave para la vida del cristiano.
En medio de la lucha, ante las tentaciones de cada día, necesitamos mirar hacia un crucifijo para aprender el camino que lleva a la victoria: humildad, total obediencia al Padre, perdón, entrega hasta el heroísmo.
Tenemos, además, la presencia de una Madre. Ella está cerca de los hijos. Ella nos indica el camino que lleva a Cristo. Ella nos da un ejemplo maravilloso de escucha y acogida de todo aquello que Dios pueda pedirnos.
A la Virgen María san Juan Pablo II dirigió una emotiva oración ante los males del mundo, que necesitamos recordar en medio de la lucha que vivimos en nuestros días:
¡Corazón Inmaculado! Ayúdanos a vencer la amenaza del mal, que tan fácilmente se arraiga en los corazones de los hombres de hoy y que con sus efectos inconmensurables pesa ya sobre la vida presente y da la impresión de cerrar el camino hacia el futuro.
¡Del hambre y de la guerra, líbranos!
¡De la guerra nuclear, de una autodestrucción incalculable y de todo tipo de guerra, líbranos!
¡De los pecados contra la vida del hombre desde su primer instante, líbranos!
¡Del odio y del envilecimiento de la dignidad de los hijos de Dios, líbranos!
¡De toda clase de injusticias en la vida social, nacional e internacional, líbranos!
¡De la facilidad de pisotear los mandamientos de Dios, líbranos!
¡De la tentativa de ofuscar en los corazones humanos la verdad misma de Dios, líbranos!
¡Del extravío de la conciencia del bien y del mal, líbranos!
¡De los pecados contra el Espíritu Santo, líbranos!, ¡líbranos! (Juan Pablo II, 25 de marzo de 1984).
Estamos en una lucha a muerte. Cada derrota implica un avance del pecado en nuestra historia. Cada victoria abre el mundo a Dios y aumenta el amor hacia el hermano. En este momento decido. Necesito ayuda, desde una súplica humilde a Cristo y a su Madre para que la gracia triunfe en más y más corazones, también en el mío...
Lombardi, con Francisco
Francisco mantiene su agenda para el fin de semana
Lombardi: "No hay motivos de preocupación por la salud del Papa"
El Vaticano niega que tome medicamentos, aunque él se lo dijo a Cymerman
Les pido perdón por la otra vez, de verdad. A mitad de la mañana tuve un desvanecimiento, fiebre y tuve que cortar las actividades, me disculpo por eso
El papa Francisco mantiene su agenda para el fin de semana y no existen motivos para preocuparse por su salud, afirmó este viernes el portavoz de la Santa Sede,Federico Lombardi, después de que el pontífice cancelara una visita que tenía programada al Policlínico Gemelli de Roma por una "indisposición".
"Los compromisos del Santo Padre en la agenda para el sábado 28 y el domingo 29 de junio están confirmados. No hay motivos de preocupación por la salud del papa", explicó Lombardi, en un comunicado.
Estas declaraciones del portavoz se producen horas después de que el pontífice argentino suspendiera la visita que tenía programada a la Universidad Católica de Roma, donde tenía previsto donar las reliquias de los santos Juan Pablo II y Juan XXIII, por una "indisposición".
Además, el papa iba a conversar con los enfermos del hospital Gemelli, en el que fue internado en diversas ocasiones Juan Pablo II, y a celebrar una misa frente a la Facultad de Medicina y Cirugía de la Universidad Católica de Roma que fue, finalmente, oficiada por el cardenal Angelo Scola.
El pasado 19 de junio el papa renunció a participar en una procesión a pie en un acto por la festividad del Corpus en la capital italiana y, en su lugar, se trasladó en un vehículo.
También, diez días antes suspendió algunas audiencias previstas oficialmente por una "leve indisposición".
Además, Bergoglio ya canceló el pasado 28 de febrero su visita al Seminario Mayor de Roma, por una leve "indisposición" que le produjo unas "décimas de fiebre", informó, entonces, Lombardi.
Los días 9 y 10 de junio pasados, el papa canceló varias audiencias. Aunque públicamente se dijo que había reposado, en realidad se divulgó después que sí tuvo algunas actividades.
La tarde del lunes 9 de junio, Francisco concedió una entrevista televisiva a Henrique Cymerman, en un salón de la Casa de Santa Marta. Al finalizar la entrevista, antes de despedirse, Francisco dijo: "Se me reseca la boca muchísimo, todo es por la pastilla". El periodista le respondió: "Tiene que descansar (...) ahora un poco".
Pese a las palabras del papa, el Vaticano negó que él tome medicamentos.
Al menos así se lo dijo a la agencia de noticias Notimex uno de sus colaboradores más cercanos, el sacerdote argentino Guillermo Karcher. "No se medica, lo digo oficialmente", insistió el miembro de la Oficina de Ceremonias Litúrgicas del Sumo Pontífice.
Un día después, el 10 de junio, Bergoglio sostuvo un encuentro de dos horas con más de 60 seminaristas de la congregación Franciscanos de la Inmaculada.
¿Qué había pasado entonces ese lunes, que lo había obligado a suspender actividades? Lo explicó el mismo papa el día 17 de junio, al recibir en audiencia a los integrantes del Consejo Superior de la Magistratura de Italia.
"Les pido perdón por la otra vez, de verdad. A mitad de la mañana tuve un desvanecimiento, fiebre y tuve que cortar las actividades, me disculpo por eso", dijo ante los magistrados, a quienes había dejado plantados siete días antes.
Pero, la sala de prensa de la Santa Sede se ha resistido a entrar en detalles.
Algunas fuentes hablan de un "golpe de calor", otras de "pico de estrés", se trata siempre de versiones extraoficiales, porque de manera oficial "la vida privada del papa no se comenta".
Las especulaciones sobre el real estado de salud del pontífice crecen en especial por otras cancelaciones imprevistas a eventos programados.
El pasado 16 de mayo suspendió todas sus actividades en agenda y un día después canceló un acto en el santuario mariano de la Virgen del Divino Amor, ubicado a las afueras de Roma.
El 28 de febrero de este año comunicó, también a último momento, que no podría asistir al Seminario Romano a un encuentro con estudiantes, a causa de "unas líneas de fiebre".
El 4 diciembre de 2013, no pudo recibir en audiencia al cardenal Angelo Scola, arzobispo de Milán, a causa de un cansancio repentino. Mientras el 15 de noviembre anterior suspendió varias reuniones por un resfrío.
Lo cierto es que el papa trabaja mucho y descansa poco. Todos los días se levanta a las 04:30 de la madrugada y se acuesta en torno a las 22:00 horas. Su ritmo es extenuante, con actividades continuas, aunque los martes deberían ser su día de descanso, él lo utiliza también para laborar.
Por eso, en ocasiones, se ve cansado, como el jueves de Corpus Christi, el pasado 19 de junio, cuando optó por no unirse a la procesión por las calles de Roma y así evitó caminar unos dos kilómetros, un recorrido que sí hizo en 2013.
En julio próximo podrá reposar y bajar el ritmo de trabajo, ya que serán suspendidas sus audiencias generales de los miércoles en la Plaza de San Pedro, las citas en las cuales suele tener un mayor desgaste. Estas catequesis las retomará en agosto.
Además, sus misas privadas matutinas con fieles en la capilla de la Casa Santa Marta serán suspendidas durante todo el periodo estivo, desde inicios de julio hasta finales de agosto.