El que viene de lo alto está por encima de todos

El Señor da alegría cuando se aparece a sus amigos y amigas

Qué alegría sienten los amigos de Jesús cuando Él se aparece y les dice que está vivo. Cuántas cosas entienden entonces. Los cristianos creemos que está vivo. Y nuestro corazón se alegra!

"Terminado el sábado, María Magdalena, Marta, la madre de Santiago, y Soulomès compran especies aromáticas para ungir el cuerpo de Jesús. El domingo muy de mañana, fueron al sepulcro a la salida del sol ... Se dieron cuenta que la piedra del sepulcro ya había sido apartada ... Entraron en el sepulcro, vieron, sentado a la derecha, un joven vestido de blanco, y se asustaron. Él les dijo: "No tengan miedo. Busque Jesús de Nazaret, el crucificado. Ha resucitado, no está aquí. Vea el lugar donde lo pusieron. Y ahora, vaya a decir a los discípulos ya Pedro que irá delante de vosotros a Galilea "(Mc16,1-7).

GALILEA ... ES LA VIDA DE CADA DÍA, ES NUESTRA CASA, ES LA ESCUELA, ES EL BARRIO ... DONDE CADA UNO DE NOSOTROS VIVO, AMA Y ES ESTIMAT.LA MEZCLA DE AMOR Y DESAMOR, DE TRISTEZA Y DE ALEGRÍA, DE TRABAJO Y DESCANSO, ...
QUE LA PASCUA DE JESÚS NOS AYUDE A ENCONTRAR SENTIDO A NUESTRA VIDA DE CADA DÍA !!!

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO 

¡Cristo ha ascendido victorioso del abismo! Vivid en este tiempo pascual la alegría que nace de sabernos queridos y amados por Dios. Celebremos todos que, por pura gracia, hemos sido injertados en el misterio Pascual de Cristo, pues hemos muerto con Él y hemos resucitado con Él, para reinar siempre con Él.

Con todas mis fuerzas, quiero hacer para cada uno de vosotros esta meditación en voz alta. Escúchala como si fuera dirigida directamente a ti, acógela en tu corazón. Apacigua todo lo que pueda acontecer o suceder en tu vida. Escucha, haz silencio, contempla lo sucedido: ¡Jesucristo ha resucitado! Es una noticia que cambia todo. La vida y la historia tienen nueva dirección. Lee tu vida, la de los demás y todo lo que existe, de una manera nueva. Hazlo con el aliento del Amor que te entrega Jesucristo Resucitado. Colma la vida de esperanza. De esa esperanza que viene de Él. Prueba la dulzura de su benevolencia. Toma posesión de la fuerza que el Señor te ha entregado con su Vida. Aclara la mirada que haces sobre todas las cosas y sobre los hombres con la luz que viene de Jesucristo. ¡Qué claridad! ¡Qué belleza adquieren todas las cosas! Cuando estés turbado o llegue la desesperanza, busca la serenidad y sáciate en Él. Solamente Él, te hará recobrar la serenidad y la esperanza. Cuando sientas la debilidad, busca en Él fortaleza y ánimo, la fuerza para el camino y para animar a quienes tienes a tu lado. Cuando descubras que te desvías o que son los demás quienes se desvían, encuéntrate con Él y haz posible que, por tu modo de vivir, los otros se encuentren con quien es el Camino, la Verdad y la Vida. Así se endereza la senda y entras por el único camino que tiene el ser humano, que es Jesucristo. Cuando estés enfermo de cualquier clase de enfermedad y, sobre todo, de la más grave para la existencia del hombre, de esa enfermedad que es no saber quiénes somos ni para qué estamos en la vida, pide al Señor que te cure. Entrar en el río de la gracia y en la experiencia de su amor te traerá salud. Esa que necesita el hombre y que solamente puede entregar Jesucristo Resucitado.

Cuando estés sin luz y por tanto en la oscuridad, Señor, danos la luz de tu Resurrección, que hace ver todo de un modo nuevo.

Que nunca rechacemos la fuerza de la gracia que Tú quieres que llegue a todo hombre. Haznos conocerte siempre. Danos tu enseñanza. Tórnanos a la integridad que sabemos que solamente llega contigo.

Que con tu Resurrección, penetremos lo impenetrable.

Que desde tu Resurrección, entremos en la profundidad del secreto que Tú y solamente Tú, abres para el hombre. Que sepamos entrar en la profundidad de tu Misterio.

Tu Resurrección, Señor, nos ha dado la riqueza que necesita el ser humano para vivir. Eres la riqueza frente a toda indigencia. Eres el objetivo final de mi larga súplica. Eres la meta a donde confluyen todos mis deseos. Concédeme tu favor. Extiende tus riquezas sobre mi pobreza y mi desnudez.

Con tu Resurrección, mis miedos desaparecen, mis debilidades se convierten en fortaleza, mis ambiciones y egoísmos se tornan en generosidad y en entrega de toda mi vida a los demás, mis penas se curan.

Seamos valientes para hacer a la humanidad entera el anuncio de la Resurrección. Hagámoslo así: “¡Ha resucitado, está vivo!” No compliquemos el anuncio. Digamos simplemente: “¡Ha resucitado!” “¿Por qué buscáis entre los muertos al que está vivo?”(Lc 24, 5).

Sin la Resurrección de Cristo el ser humano y la historia permanece a oscuras, como permaneció a oscuras lo que en el principio existía, hasta que Dios dijo “hágase la luz”. Así ha permanecido en la oscuridad todo hasta la Resurrección de Cristo. Sabed que cuanto existe y se mueve dentro de la Iglesia: sacramentos, palabras, instituciones, saca su fuerza de la resurrección de Cristo. Ante el anuncio de la resurrección, se abren dos caminos: el de entender para creer y el de creer para entender. No son irreconciliables, pero la diferencia entre ellos es notable. Os invito a que escojáis el que el Apóstol propone: “estos signos han sido escritos para que creáis” (Jn 20, 31), es decir, el de creer para entender. “Ha resucitado para nuestra salvación” (Rm 4, 25). De tal manera que la salvación depende de la fe en la Resurrección. Hacer Pascua, es decir, pasar de la muerte a la vida, significa creer en la Resurrección.

La fe en la Resurrección es tan importante que de ella depende todo en el cristianismo. ¿Cómo se consigue la fe y de dónde se saca? San Pablo lo dice claramente: “La fe surge de la proclamación” (Rm 10, 17). En definitiva, depende de que escuche con una profunda disposición esta palabra: “¡Ha resucitado!” Y cuando se escucha, entra y se genera algo nuevo en la existencia.    

Evangelio según San Juan 3,31-36. 

El que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra pertenece a la tierra y habla de la tierra. El que vino del cielo da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió dice las palabras de Dios, porque Dios le da el Espíritu sin medida. El Padre ama al Hijo y ha puesto todo en sus manos. El que cree en el Hijo tiene Vida eterna. El que se niega a creer en el Hijo no verá la Vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él. 

Santa Bernardita

Santa Bernardita Soubirous (1879). Nació en Lourdes (Francia) en 1844. Hija de padres pobres. En el bautismo le pusieron por nombre María Bernarda, pero todos la llamaban Bernardita.

La niña tuvo siempre muy débil salud a causa de la falta de alimentación suficiente, y del estado lamentablemente pobre de la habitación donde moraba. En los primeros años sufrió la enfermedad de cólera que la dejó sumamente debilitada.

A causa también del clima terriblemente frío en invierno, en aquella región, Bernardita adquirió desde los diez años la enfermedad del asma, que al comprimir los bronquios produce continuos ahogos y falta de respiración. Esta enfermedad la acompañará y la atormentará toda su vida. Al final de su existencia sufrirá también de tuberculosis. Bernardita a los 14 años no sabía leer ni escribir ni había hecho la Primera Comunión porque no había logrado aprender el catecismo. Pero tenía unas grandes cualidades: rezaba mucho a la Virgen y jamás decía una mentira. Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16 de julio del mismo año, la Sma. Virgen se le aparece 18 veces a Bernardita.

Las apariciones las podemos leer en detalle en el día 11 de febrero. La vida de la jovencita, después de las apariciones estuvo llena de enfermedades, penalidades y humillaciones, pero con todo esto fue adquiriendo un grado de santidad tan grande que se ganó enorme premio para el cielo. Bernardita pidió ser admitida en la Comunidad de Hijas de la Caridad de Nevers. Demoraron en admitirla porque su salud era muy débil. Pero al fin la admitieron.

A los 4 meses de estar en la comunidad estuvo a punto de morir por un ataque de asma, y  recibieron sus votos religiosos, pero enseguida curó. Bernardita tuvo por superiora durante los primeros años de religiosa a una mujer que le tenía una antipatía total y casi todo lo que ella hacía lo juzgaba negativamente. Y ella jamás se quejaba ni se disgustaba por todo esto. Duró quince años de religiosa.

Los primeros 6 años estuvo trabajando, pero fue tratada con mucha indiferencia por las superioras. Después los otros 9 años padeció noche y día de dos terribles enfermedades: el asma y la tuberculosis. Al llegar a la Comunidad reunieron a las religiosas y le pidieron que les contara cómo habían sido las apariciones de la Virgen. Luego le prohibieron volver a hablar de esto, y en los 15 años de religiosa ya no se le permitió tratar este tema. Son sacrificios que a los santos les preparan altísimo puesto en el cielo. El 16 de abril de 1879, exclamó emocionada: "Yo vi la Virgen. Sí, la vi, la vi ¡Qué hermosa era! " Y después de unos momentos de silencio exclamó emocionada: "Ruega Señora por esta pobre pecadora", y apretando el crucifijo sobre su corazón se quedó muerta. Tenía apenas 35 años. A los funerales de Bernardita asistió una muchedumbre inmensa. Y ella empezó a conseguir milagros de Dios en favor de los que le pedían su ayuda. El 8 de diciembre de 1933, el Santo Padre Pío XI  la declaró santa.

Oremos
Concédenos, Señor, un conocimiento profundo y un amor intenso a tu santo nombre, semejantes a los que diste a Santa Bernardita, para que así, sirviéndote con sinceridad y lealtad, a ejemplo suyo también nosotros te agrademos con nuestra fe y con nuestras obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

Calendario de  Fiestas Marianas:  Nuestra Señora de las Victorias en la Iglesia de San Marcos, Venecia.

16 de abril 2015 Jueves II de Pascua Hch 5, 27-33

El gran sacerdote reprocha a los apóstoles de no hacer caso de lo que les habían mandado; la respuesta de los apóstoles a esta desobediencia es bien clara: «Obedecer a Dios antes que obedecer a los hombres». Señor, que siempre tenga la valentía de ponerlo en práctica.

Benedicto, junto a Francisco

"Que el Señor lo sosteng y le de alegría y felicidad", dice en la misa de Santa Marta
Francisco felicita a Benedicto XVI en su 88 cumpleaños
"Quien no sabe dialogar no obedece a Dios y hace callar a los que predican la novedad"

Jesús Bastante, 16 de abril de 2015 a las 12:51

Rezamos por los maestros, los doctores, los que enseñan al pueblo de Dios, para que no se cierren, para que dialoguen y así se salven de la ira de Dios que, si no cambian de actitud, caerá sobre ellos

Hoy Benedicto XVI cumple 88 años. Y esta mañana el Papa Francisco ofreció la misa matutina en la casa de Santa Marta por su predecesor. "Quisiera recordar que hoy es el cumpleaños del Papa Benedicto XVI. He ofrecido la misa por él y también los invito a rezar por él, para que el Señor lo sostenga y le de tanta alegría y felicidad".

Un feliz aniversario que el Papa emérito transcurre en el monasterio "Mater Ecclesiae" en el Vaticano, en donde vive en oración después de la renuncia al ministerio petrino.

En Santa Marta, el Papa profundizó en la tesis de que "quien no sabe dialogar no obedece a Dios y quiere hacer callar a los que predican la novedad de Dios".

La liturgia de hoy nos habla de la obediencia. La obediencia, observa el Papa, "nos lleva muchas veces por un camino que no es el que nos gustaría, sino otro". Obedecer es "tener la valentía de cambiar de camino cuando el Señor nos lo pide". "Quien obedece tiene la vida eterna", mientras que quien "no obedece, la ira de Dios cae sobre él".

Así en la primera lectura tomada de los Hechos de los Apóstoles, los sacerdotes y los jefes ordenaron a los discípulos de Jesús que no predicasen más el Evangelio al pueblo: se enfadan, están "llenos de celos", porque en su presencia sucedían milagros, el pueblo los sigue, "y el número de los creyentes crecía". Los encarcelan pero por la noche el Ángel de Dios los libera y vuelven a anunciar el Evangelio. Detenidos e interrogados de nuevo, Pedro responde a las amenazas del sumo sacerdote: "Es mejor obedecer a Dios antes que a los hombres". Los sacerdotes no entienden nada.

"Estos eran doctores, habían estudiado la historia del Pueblo, habían estudiado las profecías, la ley, conocían toda la teología del pueblo de Israel, la revelación de Dios, sabían todo, eran doctores y fueron incapaces de reconocer la salvación de Dios. ¿Cómo es posible esta dureza de corazón? Porque no es dureza de cabeza, no es una simple testarudez. Es otra dureza. Podríamos preguntarnos: ¿cuál es el recorrido de esta testarudez total, de cabeza y corazón?"

"La historia de esta obcecación, el recorrido, destaca el Papa, es el de encerrarse en sí mismos, es el de no dialogar, de la falta de diálogo". "Estos no sabían conversar, no sabían dialogar con Dios, porque no sabían rezar y escuchar la voz del Señor, y tampoco sabían hablar con los demás".

"‘¿Por qué interpretaban esto así?'. Solo interpretaban como era la ley para hacerla más precisa, pero estaban cerrados a los signos de Dios en la historia, estaban cerrados a su pueblo, a su propio pueblo. Estaban cerrados, cerrados. Y la falta de diálogo, esta cerrazón del corazón les ha llevado a no obedecer a Dios. Este es el drama de estos doctores de Israel, de estos teólogos de Dios: no sabían escuchar, no sabían dialogar. El diálogo se hace con Dios y con los hermanos".

Quien no sabe dialogar quiere hacer callar a los que predican la novedad de Dios. Y el signo que revela que una persona "no sabe dialogar", "que no está abierta a la voz del Señor, a los signos que el Señor hace en el pueblo", afirma el Papa, es "la furia, la voluntad de hacer callar a los que predican, en este caso la novedad de Dios, es decir que Jesús ha resucitado. No tienen razón pero llegan a esto. Es un camino doloroso. Estos son los mismos que han pagado a los guardianes del sepulcro para que digan que los discípulos habían robado el cuerpo de Jesús. Hacen de todo para no abrirse a la voz de Dios".
"Y en esta Misa rezamos por los maestros, los doctores, los que enseñan al pueblo de Dios, para que no se cierren, para que dialoguen y así se salven de la ira de

Dios que, si no cambian de actitud, caerá sobre ellos".

Benedicto XVI nació en Marktl am Inn, en Baviera en 1927, la zona norte de Alemania con el mayor número de creyentes católicos del país, el Papa emérito será recordado en su ciudad natal, donde varias parroquias de la zona elevarán oraciones en el momento de la plegaria de los fieles.El año pasado, el Papa Francisco había llamado al Papa emérito por teléfono para felicitarlo, y le expresó que había orado por él en la misa del miércoles. En esa ocasión Benedicto XVI prefirió no celebrar su cumpleaños, manteniendo el clima austero y de oración en su actual morada. En el primer año de la renuncia, mientras se encontraba en Castel Gandolfo, también recibió la llamada de Francisco.

El Papa Francisco y Benedicto XVI se encontraron por primera vez después de la elección del cardenal Bergoglio el 23 de marzo de 2013. Las imágenes en mundo visión fueron elocuentes, cuando el Papa se trasladó a Castel Gandolfo al palacio Pontificio para encontrar al Papa emérito: el abrazo fraterno, la oración juntos, las sonrisas y la cordialidad. Comentando la presencia de dos papas en el Vaticano, Francesco había dicho:"Es como tener al abuelo sabio en casa"

El 02 de mayo de 2013, después de dos meses viviendo en Castel Gandolfo, Benedicto XVI regresó al Vaticano, acomodándose en el Monasterio Mater Ecclessiae, donde ha llevado solo algunas pertenencias: sus libros y un piano.
 

El que cree en el Hijo tiene vida eterna
Juan 3, 31-36. Pascua. Por esto debemos apreciar la vida de gracia, la presencia de Dios en nuestras almas.

Oración introductoria
Padre mío, creo en tu Hijo Jesucristo, creo en su testimonio y sé que me amas, por eso confío en que me darás tu gracia para que esta oración me lleve a crecer en la fe y en la esperanza para así poder, también, corresponder a tu amor amando a los demás.

Petición
Señor y Dios mío, que la gracia de Cristo resucitado me haga creer con una fe viva y operante.

Meditación del Papa Francisco
Ya en esta vida nosotros participamos de la resurrección de Cristo. Si es verdad que Jesús nos resucitará al final de los tiempos, es también verdad que, en un aspecto, ya estamos resucitados con Él. ¡La Vida Eterna comienza ya en este momento!

Comienza durante toda la vida hacia aquel momento de la resurrección final ¡Ya estamos resucitados! De hecho, mediante el Bautismo, estamos insertos en la muerte y resurrección de Cristo y participamos de una vida nueva, es decir la vida del Resucitado. Por tanto, en la espera de este último día, tenemos en nosotros una semilla de resurrección, como anticipo de la resurrección plena que recibiremos en herencia. Por eso también el cuerpo de cada uno es resonancia de eternidad, por tanto ha de ser respetado siempre; y sobre todo debe ser respetada y amada la vida de todos los que sufren, para que sientan la cercanía del Reino de Dios, de esa condición de vida eterna hacia la que caminamos. Este pensamiento nos da esperanza. Estamos en camino hacia la resurrección. Esta es nuestra alegría: un día encontrar a Jesús, encontrar a Jesús todos juntos. Todos juntos, no aquí en la Plaza, en otra parte, pero alegres con Jesús. Y este es nuestro destino.»(S.S. Francisco, catequesis 4 de diciembre de 2013).

Reflexión
Jesús no deja dudas sobre el hecho de que Él ha bajado del cielo y por ello conoce perfectamente todo lo que hay allí. Él conoce bien el deseo que tiene Dios de vivir en el corazón de los hombres y por esto no hace otra cosa que hablar de las cosas de Dios. Los hombres normalmente hablan sólo de las cosas terrenas, porque no saben apreciar las grandezas de las cosas celestes. Pero anuncia la belleza de la promesa: Dios da el espíritu sin medida. Cuando un cristiano abre su corazón a Dios, no recibe solamente la felicidad que espera, sino mucho más: Él concede la felicidad en esta vida y el premio de la vida futura. ¡Cuánto es generoso el amor de Dios que devuelve a ciento por uno! No guarda para sí sus dones. Jesús concluye con una cierta tristeza, pensando en aquellos que han cerrado su propio corazón: aquel que no cree en el Hijo no verá la vida. Por esto debemos apreciar la vida de gracia, la presencia de Dios en nuestras almas, dado que no imaginamos cuánto seremos felices cuando abramos completamente las puertas de nuestro corazón a Cristo. La vida eterna, dice Jesús, comienza creyendo en Él, en lo concreto de cada día, no sustituyendo la fe con los trabajos humanos, sino mostrando la fe a través el trabajo.

Propósito
Rezar tres padrenuestros para que toda mi familia crezca en la fe y amor a Cristo.

Diálogo con Cristo 
Jesús, gracias por el don de la fe. Ayúdame a ejercitarme en esta virtud a través de todos los acontecimientos ordinarios de la vida y a manifestar en mis palabras y obras mi fe en Ti. Porque quien ha encontrado algo verdadero, hermoso y bueno para su vida, corre a compartirlo por doquier, lo hace sin temor alguno, porque sabe que, así como ha recibido un gran regalo, recibirá también los medios para compartir este don con los demás.

Jesús resucitó, está partiendo el pan para ti
Junto a nosotros, es El, 

Por el camino de Emaús dos de los seguidores de Cristo regresan a su pueblo. Emaús es una pequeña aldea de Judea, dista unos once o doce kilómetros de Jerusalén. Está atardeciendo. Van llenos de amargura y decepción. Saben que Cristo, el Maestro ha muerto. Han oído algo que han dicho unas mujeres de su Comunidad pero no quieren prestar oídos; piensan: si hubiera resucitado lo hubiéramos visto.

María Magdalena con su amor vivo y esperanzado lo ha visto ya, ellos tendrán que "calentar el corazón" como nos dice San Lucas.

Mientras ellos van conversando de todo lo sucedido, un caminante se les ha unido y les va hablando con voz cálida y persuasiva: -" Oh, insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas ¿no era preciso que Cristo padeciera eso y entrara así en la gloria?. Y empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, les explicó todo lo que había sobre él en todas las escrituras" ( Lucas 24, 25-27).

Lo oían y estaban embelesados pero no lo reconocían. Como nos dice Evely: -" Jesús no se impone, aunque se proponga siempre así mismo. El nos deja libres. ¡Nada resulta tan fácil como obrar cual si no lo hubiésemos encontrado, como si no lo hubiésemos oído, como si no lo hubiésemos reconocido!". No queremos saber que camina en nuestro mismo camino y siempre junto a nosotros. No vaya a se que sus palabras y su mirada nos haga sus prisioneros.

Pero hay veces que es una enfermedad, un accidente, una pena, un momento especial en nuestras vidas que hacen que lo veamos, que la venda caiga de nuestros ojos, y ahí está, frente a nosotros, junto a nosotros, es El, "sus manos están partiendo el pan" y la gracia se hace viva en nuestros corazones.

Y los apóstoles que están cenando con el caminante, al reconocerlo se levantan, corren y regresan a Jerusalén. No guardan para sí su alegría, tienen que comunicarla y repartirla. Así nosotros, si el compañero de nuestro diario vivir es Jesús, no podemos esconder ni guardar para nosotros solos esa gran verdad, hemos de proclamarla para que todos los hombres estemos conscientes de esa maravillosa compañía.

El sabe lo testarudos que somos lo difícil que le es al hombre creer en lo que no ve. Más aún, en lo que no palpa. Y cuando se vuelve a aparecer al resto de los apóstoles adivina sus pensamientos y les dice:- " ¿ Por qué os turbáis y por qué sube a vuestro corazón esos pensamientos?. Ved mis manos y mis pies. Si soy yo. Palpadme y ved, los espíritus no tienen carne y huesos como veis que tengo yo" ( Lc, 24, 38-43).Y les va mostrando sus manos donde están sus heridas aún abiertas. Abre su túnica y ven su carne rota por larga y profunda herida, allí donde late el corazón. No hay misterios ni fantasías. Es El, y con una sonrisa tierna les dice:-" ¿Tenéis algo de comer?.

Tomás no estaba con ellos en ese grandioso momento. Sobre esto Evely nos comenta:-" Tomás es un auténtico hombre moderno, un existencialista que no cree mas que en lo que toca, un hombre que vive sin ilusiones, un pesimista audaz que quiere enfrentarse con el mal, pero que no se atreve a creer en el bien. Para él lo peor es siempre lo más seguro". Y cuando Jesús le dice:-" Tomás trae tu dedo y mételo en las llagas de mis manos, trae tu mano y métela en mi costado"(Jn 2O,27). Tomás toca, palpa y deslumbrado y aplastado, cae de rodillas y dice :-" Señor mío y Dios mío". Y Jesús responde ante esta bellísima oración:-" Tomás porque has visto has creído, dichosos los que han creído sin ver".

No nos empeñemos en "tocar y ver". Amémosle, que es mucho más sólido nuestro amor que nuestras manos. La humildad y profundidad de nuestra fe hará que haya una llama ardiente en nuestro corazón porque sabemos, porque creemos que Cristo es el compañero fiel en todo los instante de nuestra vida.

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