«Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestros corazones»
- 01 Julio 2015
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- 01 Julio 2015
Empeora el estado de Pedro Casaldáliga
Se nos va un Profeta
"Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida"
Sor Lucía Caram, 30 de junio de 2015 a las 10:47
Las manos de Casaldáliga
Se está apagando, para iluminar como un sol infinito, fundido en el fuego del amor que quemó sus entrañas y que le hizo iluminar: El fuego del Espíritu más Santo, el Espíritu de Jesús
(Sor Lucía Caram).- Ayer ponía en mi escritorio, tallado a fuego con caracteres de pasión y convicción, aquello que se convirtió en el lema de mi vida y que lo heredé de alguien que lo vivió a tope y se identificó hasta el final con Jesús, el Maestro del Reino, el testigo del amor incondicional de Dios por los más pobres: Pedro Casaldáliga. "Mi vida son mis causas y mis causas valen más que mi vida". Y por que sus causas valían más que su vida fue un hombre que fue ganando cada día terreno a la libertad interior. El descubrió que la sangre de Cristo corría por sus venas y se sintió convocado a ser él mismo "pan comido y repartido para sus hermanos". La Iglesia oficial no le comprendió, y los poderes de este mundo le persiguieron y amenazaron, pero nada ni nadie le pudo hacer claudicar: Su vida ya estaba entregada y era de Dios y de su Pueblo. Y Pedro, que también es piedra, ha sido la piedra de apoyo y fundamento de muchos cristianos y cristianas de bases, de muchos hombres y mujeres de buena voluntad, inquietos por la humanidad, que se acercaron a su pozo para beber del agua del Evangelio que manaba generosa por cada una de sus venas. Un manantial que ahora manará con más fuerza, porque es inagotable porque está unido al mar infinito de Dios que es la VIDA. Ya pronto tu posesión definitiva.
Esta mañana me dicen que Pere, Pedro, Piedra, "mi maestro y referente" este Padre y hermano obispo, que es Evangelio viviente, está apunto de entrar en la Vida, en la Resurrección. Su Pascua es inminente y su paso de liberación es nuestro paso de avanzada en la esperanza de la que se declaró militante: Hoy estandarte. Se está apagando, para iluminar como un sol infinito, fundido en el fuego del amor que quemó sus entrañas y que le hizo iluminar: El fuego del Espíritu más Santo, el Espíritu de Jesús. Pere vivirás en tus causas y en el corazón de todos los que bebemos del Evangelio hecho vida en tu vida, como la del Maestro que fue tu vida y tu TODO. Hoy me siento triste, y un poco más sola. Tus palabras me alientan y sostienen y sólo Dios sabe la fuerza que me dieron tus consejos y las pocas conversaciones que mantuvimos en la distancia, en momentos de persecución, de incomprensión y hasta de injusticia por aquellos que quisieron apartarme de los pobres, porque yo también me había vuelto incómoda. ¡De eso tú, Pedro, sabías un rato!
Guardo con devoción y cariño tu mensaje en la celebración de mis 25 años de vida religiosa cuando me decías: “Querida Lucía, tú sigue fiel a la vocación de la mística en la calle. Para todos debería ser el mundo el claustro. En todo caso desde cualquier lugar podemos y debemos vivir el Misterio. 25 años de tu salida de Argentina y ahora en Manresa, cerquita de mi pueblo.
Seguiremos unidos, no hay distancia para la comunión en el Espíritu de Jesús. Recibe un fuerte abrazo y siempre en la Paz de la Esperanza. Pedro Casaldáliga”. Ahora más unidos que nunca en un abrazo de resurrección, haciendo del claustro del mundo el lugar privilegiado para construir el Reino al servicio de los pobres. En tu último mensaje, el 24 de septiembre del 2014 me decías; Te doy mi total adhesión a la campaña “Todos contra la pobreza infantil”. Los niños, los preferidos, que hoy sufren están en mi corazón. De4sde el cielo, arranca para ellos una bendición, que no les falte el pan de cada día, el pan de la educación, de las oportunidades, de la vida digna, de la paz y de la infancia que tienen derecho a vivir. Pedro, amigo, hermano, me quedo con “tu fraterna y subversiva Eucaristía, que es mi oración de cada día, que me alienta en las horas baja y me renueva el la vida de cada día. “Mis manos, esas manos y Tus manos. Hacemos este Gesto, compartida la mesa y el destino, como hermanos. Las vidas en Tu muerte y en Tu vida. Unidos en el pan los muchos granos, iremos aprendiendo a ser la unida Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos. Comiéndote, sabremos ser comida. El vino de sus venas nos provoca. El pan, que ellos no tienen, nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía. El vino de sus venas nos provoca. El pan, que ellos no tienen, nos convoca a ser Contigo el pan de cada día. Llamados por la luz de Tu memoria, marchamos hacia el Reino haciendo Historia, fraterna y subversiva Eucaristía.
El Papa, con el Congreso de cristianos y judíos
El Papa, al Consejo de cristianos y judíos
"Todos los cristianos tienen raíces judías"
"Ambos creen que Dios se revela a los hombres a través de su Palabra"
RV, 30 de junio de 2015 a las 16:58
Las confesiones cristianas encuentran su unidad en Cristo; el judaísmo encuentra su unidad en la Torá. Los cristianos creen que Jesucristo es la Palabra hecha carne en el mundo; para los judíos la Palabra de Dios está presente sobre todo en la Torá
(RV).- El Papa Francisco recibió en audiencia este martes a los participantes del Consejo Internacional de cristianos y judíos que se celebra en Roma, a quienes mostró su alegría por que hubieran elegido la capital italiana para este evento. Ciudad, explica el Santo Padre, donde "cristianos y judíos viven juntos desde hace casi dos mil años, aunque las relaciones entre ellos en el curso de la historia no hayan estado privadas de tensiones".
"Un verdadero diálogo fraterno se desarrolló a partir del Concilio Vaticano II, después de la promulgación de la Declaración Nostra aetate. Este documento representa el ‘si' definitivo a las raíces judías del cristianismo y el ‘no' irrevocable al antisemitismo. Al celebrar el 50 aniversario de Nostra aetate, podemos mirar los ricos frutos que se han producido y que hacen con gratitud un equilibrio del diálogo judío - católico. Podemos expresar así nuestro agradecimiento a Dios por todo lo bueno que se ha logrado en términos de amistad y de entendimiento mutuo en los últimos 50 años, porque Su Espíritu Santo ha acompañado a nuestros esfuerzos para el diálogo. Nuestra humana fragmentariedad, nuestra desconfianza y nuestro orgullo se han superado gracias al Espíritu de Dios omnipotente, de tal forma que entre nosotros ha ido creciendo siempre más confianza y fraternidad. Ya no somos más extraños, sí amigos y hermanos. Confesamos, aunque con diferentes perspectivas, el mismo Dios, Creador del universo y Señor de la historia. Y Él, en su infinita bondad y sabiduría, siempre bendice nuestro compromiso con el diálogo", reflexionó el Obispo de Roma en su discurso ante más de 250 participantes en la audiencia papal celebrada en la Sala Clementina del Vaticano.
Francisco recordó que "todos los cristianos, tienen raíces judías. Por eso desde su nacimiento, el Consejo Internacional de cristianos y judíos, acogió las varias confesiones cristianas. Cada una de ellas, en el modo que les es propio, se acercan al judaísmo, el cual a su vez, está caracterizado por diferentes corrientes y sensibilidad. Las confesiones cristianas encuentran su unidad en Cristo; el judaísmo encuentra su unidad en la Torá. Los cristianos creen que Jesucristo es la Palabra hecha carne en el mundo; para los judíos la Palabra de Dios está presente sobre todo en la Torá. Ambas tradiciones religiosas tienen como fundamento el único Dios, el Dios de la Alianza, que se revela a los hombres a través de Su Palabra. En la búsqueda de una actitud apropiada hacia Dios, los cristianos recurren a Cristo como fuente de vida nueva, los judíos a la enseñanza de la Torá". Explica el Papa que estas reflexiones teológicas sobre la relación entre el judaísmo y el cristianismo comienza desde la Nostra aetate.
Finalmente el Papa les agradeció su presencia y les recordó que la cooperación de su organización y la Iglesia católica fue avivada por la ‘Comisión para las relaciones religiosas con el judaísmo en 1974, Comisión de la Santa Sede que siempre sigue con gran interés las actividades del Consejo Internacional de cristianos y judíos y que da una aportación notable al diálogo judío-cristiano.
Evangelio según San Mateo 8,28-34.
Cuando Jesús llegó a la otra orilla, a la región de los gadarenos, fueron a su encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros. Eran tan feroces, que nadie podía pasar por ese camino. Y comenzaron a gritar: "¿Que quieres de nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?" A cierta distancia había una gran piara de cerdos paciendo. Los demonios suplicaron a Jesús: "Si vas a expulsarnos, envíanos a esa piara".
El les dijo: "Vayan". Ellos salieron y entraron en los cerdos: estos se precipitaron al mar desde lo alto del acantilado, y se ahogaron. Los cuidadores huyeron y fueron a la ciudad para llevar la noticia de todo lo que había sucedido con los endemoniados. Toda la ciudad salió al encuentro de Jesús y, al verlo, le rogaron que se fuera de su territorio.
San Ignacio de Loyola (1491-1556), fundador de la Compañía de Jesús
Ejercicios espirituales: reglas para un mejor discernimiento de espíritus
«Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestros corazones» (Col 3,15)
Es propio de Dios y de sus ángeles, en sus mociones, dar una verdadera alegría y gozo espiritual, alejando toda tristeza y turbación suscitada por el enemigo. Por el contrario, es propio de éste último luchar contra esta alegría y consolación espiritual, proponiendo aparentes razones, sutilezas y continuados sofismas. Tan sólo Dios nuestro Señor da al alma la consolación sin causa precedente. En efecto, es propio del Creador, entrar, salir, producir mociones en el alma, atrayéndola toda entera al amor de su divina Majestad. Digo sin causa, es decir, sin ningún sentimiento anterior ni conocimiento de un objeto gracias al cual vendría esta consolación... Es propio del ángel malo, que se transforma en «ángel de luz» (2Co 11,14), ir primeramente en el mismo sentido del alma fiel y, para después, llevarla hacia el suyo. Es decir, que propone pensamientos buenos y santos, de acuerdo con el alma justa, y, seguidamente, poco a poco, intenta llevarla hacia sus fines arrastrando al alma a sus secretos engaños e intenciones perversas.
Siempre es una experiencia profundamente gozosa leer y meditar las bienaventuranzas! Jesús las proclamó en su primer gran sermón, predicado en la orilla del mar de Galilea. Había una gran multitud, Jesús subió a la montaña para enseñar a sus discípulos. Es por eso que se conoce como el "sermón de la montaña". En la Biblia, la montaña es considerada el lugar donde Dios se revela. Jesús, predicando en la montaña, se revela como un maestro divino, un nuevo Moisés. ¿Qué nos dice? Él nos muestra el camino de la vida, el camino que él ha emprendido. Jesús es el camino, el camino de la verdadera felicidad. A lo largo de su vida, desde su nacimiento en el establo de Belén hasta su muerte en la cruz y su resurrección, Jesús encarna las Bienaventuranzas. Todas las promesas del Reino de Dios se cumplieron en él. En proclamar las Bienaventuranzas, Jesús nos pide que lo seguimos y viajamos con él a lo largo del camino del amor, el camino que conduce a la vida eterna. No es un camino fácil, pero el Señor nos promete su gracia, y nunca nos abandona. Nos enfrentamos a tantos desafíos en la vida: la pobreza, la angustia, la humillación, la lucha por la justicia, las persecuciones, la necesidad de conversión diaria, el esfuerzo de permanecer fieles a nuestra llamada a la santidad, y muchos otros. Pero si abrimos la puerta a Jesús y permitimos que él sea parte de nuestras vidas, si compartimos nuestras alegrías y tristezas con él, entonces experimentaremos la paz y la alegría que sólo Dios, que es amor infinito, puede dar.
San Simeón el loco
San Simeón el Loco, anacoreta (522-c.a. 590)
San Simeón, apellidado el Loco, es uno de los santos más desconcertantes y originales que haya existido. Nació en Emesa, antigua ciudad de Siria, a las orillas del río Orontes, a principios del siglo VI. Visitó los Santos Lugares con un amigo llamado Juan. En su viaje encontraron muchos ermitaños y decidieron imitar su vida sin tardanza. Primero estuvieron en un monasterio, cerca de Jericó. Después atravesaron el Jordán, en busca de mayor soledad, y se establecieron al oriente del Mar Muerto. Cada uno se construyó su laura o ermita, bastante distante la una de la otra, para no importunarse en sus oraciones. Después de treinta años de vida de anacoreta, Simeón se sintió impelido a dejar aquellos parajes y volver al mundo para trabajar directamente por la salvación de las almas. Se separó de su amigo y regresó a su ciudad natal. Al pasar por Jerusalén meditó largamente ante el Santo Sepulcro sobre los peligros que podía acarrearle su nueva vida.- Le parecía que había dominado todas las tentaciones que le habían asaltado en la vida eremítica. Sólo de una cosa dudaba: del amor propio, del orgullo. ¿En todas aquellas austeridades y rigores, no estaría de por medio la soberbia, el deseo de ser considerado como el mayor de los santos?.- Para cortar de raíz este peligro, ideó un método original: hacerse pasar por loco. Y empezó sin demora. Entró en Emesa arrastrando de su cinturón un perro muerto que encontró en el camino. El domingo entró en la iglesia bien provisto de nueces, y empezó a arrojarlas contra las velas, con tan buen tino que las apagó todas. Luego subió al púlpito y tiró las que le quedaban contra las mujeres. Y así otros disparates.
El Martirologio Romano dice de San Simeón: "Se hizo necio por Cristo, pero Dios reveló con milagros su alta sabiduría". San Juan Clímaco decía que el orgullo del espíritu es la bestia más feroz de los desiertos. Por eso Simeón trataba de encubrir su virtud bajo el velo de la locura. Murió San Simeón hacia el año 590, después de realizar muchos milagros. Su contemporáneo Evagrio, y un siglo más tarde, Leoncio, obispo de Chipre, nos han dejado muchas peripecias de su curiosa vida. Profeta, taumaturgo, excéntrico escandaloso, payaso, comparte su vida con las prostitutas, los mendigos, los desechos de la sociedad, riéndose de todo y de todos, saboteando la lógica de los que le rodean con una rara alegría inexplicable que viene de arriba; así escarnece Simeón las seguridades de nuestra vida y se transforma en caricatura de nuestra precaria fe, tan envarada y solemne. ¿Para qué estar tan serios, para qué tomarnos tan en serio, para qué respetar tantas normas y convenciones? Todo es como una gigantesca broma que sólo tiene sentido si sabemos vivirla con humor, porque la voluntad de Dios y su Providencia, vista con ojos humanos, es un absurdo, y nuestras certezas, a la luz de Dios, deben de ser de una suprema comicidad. El más sensato de los hombres, que vuelve al revés todo prejuicio, san Simeón el loco, nos valga a la hora de tomarnos a burla a nosotros mismos y a los demás, para ser fieles, para corresponder con abandono y humor a la sonrisa del Cielo.
Oremos: Concédenos, Señor todopoderoso, que el ejemplo de San Simeón nos estimule a una vida más perfecta y que cuantos celebramos su fiesta sepamos también imitar sus ejemplos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO (B) Sa 1,13-15; 2, 23-24 / 2C 8, 7, 9, 13-15 / Mc 5, 21-43
28 de junio de 2015
Retomando ahora las palabras que he dicho al principio como introducción, el evangelio de domingo terminaba con la pregunta que se hacían los discípulos tras constatar la autoridad con que Jesús calmaba la tormenta en el lago de Galilea: "¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?". Una pregunta que no respondía a la que Jesús les había hecho antes: "¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe? ". El evangelista Marcos deja colgados en el aire estos interrogantes, pero de manera suave, sin angustias, aunque el dolor de las personas que sufren, nos hace entrar en el conocimiento de Jesús: "¿Quién es éste?". Hagamos también nosotros interiormente esta pegunta y ojalá que al salir de la celebración de hoy podemos dar una respuesta.
Los discípulos que se hicieron la pregunta, ahora vueltos a tierra, sin esperarlo, se encuentran con una respuesta: son testigos directos de dos testimonios de fe que Jesús no les ha pedido antes. Jesús acaba de desembarcar y, rodeado de gente que quería escucharlo a ras mismo del agua, he aquí que llega Jairo, hombre religioso e importante por ser uno de los fines de la sinagoga del lugar, el hombre que debía dirigir el culto y las oraciones de los fieles judíos los sábados, hace el gesto, reverencial, religioso de postrarse ante Jesús y pedirle curación de su hija que está muy grave, porque el tiene en consideración como un profeta, no como sanador cualquiera: que le imponga las manos, gesto de profeta, y la chica no se morirá. Jesús ve la atención y marcha con el padre hacia la casa, rodeado de mucha gente. De todos modos, y ahora prescindiendo momentáneamente de la interferencia de la mujer que padecía pérdidas de sangre, parece que Jesús no tenga demasiada prisa y mientras la chica se muere. Que comunican al padre para que no preocupe más al maestro, noticia que Jesús aprovecha, antes de que el padre pueda decir algo, para alentar la fe de aquel padre angustiado: "Ten fe sólo y no tengas miedo". El hombre que pudo dejar el camino de la fe en Jesús a medias tras escuchar la noticia nefasta y definitiva, se deja convencer por Jesús y, con Él, va hasta el final: Jairo hace caso de Jesús y puede recuperar viva su hija de doce años.
En la palabra de Jesús talita, cum, chica, levántate, él siente reavivar en su corazón la fe en el Maestro, asombrados todos los presentes y llenos de admiración y respeto. El texto evangélico, y así mismo lo encontramos en los otros evangelistas sinópticos, interrumpe la narración de Jairo con la irrupción repentina de la mujer enferma hacía doce años. Una mujer de fe no expresada exteriormente y decepcionada por la inoperancia de los médicos y de las medicinas: el Maestro Jesús la tiene que salvar. Sabía que su enfermedad era causante de impureza legal si tocaba otras personas, por eso opta por poder tocar a Jesús, aunque sea sólo el vestido, para curarse. La gran fe escondida de la mujer obtiene una curación también escondida por parte de Jesús, pero que este quiere hacer explícitos tanto la curación como la fe de la mujer: "Tu fe te ha salvado!". Prisionera como estaba de las normas y obligaciones de la ley antigua que la obligaba a vivir segregada de la gente, Jesús reintegra a la comunidad del Reino, curada no sólo de la enfermedad, sino también de las obligaciones de la Ley: "Vete en paz". Hermanos: Jesús camina en medio de los hombres y mujeres del mundo haciendo el bien, atendiendo a las necesidades de todos en la tribulación. Esta es la respuesta a la pregunta que nos hacíamos al principio: "¿Quién es éste?".
Caminando con Él, siguiéndolo paso a paso a través de los evangelios, la vamos descubriendo y amando. Él camina, pasa, y deja rastro. Un rastro inconfundible, el del amor a todos. Un rastro, sin embargo, que no detectaremos si no estamos abiertos de corazón en la fe y en la esperanza. Que la práctica de los sacramentos de la iglesia, sobre todo de la Eucaristía, sea para nosotros a lo largo de la vida como el querer tocar a Jesús, aunque sea un poco, de la mujer: este deseo es indicativo de la fuerza de nuestra fe.
Curación de dos endemoniados
Mateo 8, 28-34. Tiempo Ordinario. Nos entusiasma ver cómo Jesús vence al demonio y nos acerca a su Padre.
Oración introductoria
Señor, porque creo en Ti y te amo, quiero vivir hoy, y siempre, muy cerca de Ti, así el pecado no tendrá cabida en mi vida. En este momento de oración quiero renovar mi total adhesión a Ti, ayúdame a pensar, hablar, actuar y amar como Tú, te lo pido por intercesión de María, tu santísima madre.
Petición. Jesús, te pido que nunca te alejes de mi vida y que reines siempre en mi corazón.
Meditación del Papa Francisco
Desencuentros familiares, desencuentros testimoniales, desencuentros en el anuncio de la Palabra, y del mensaje, desencuentros de guerras, desencuentros de familias, o sea el desencuentro, la división, es el arma que el demonio tiene. Y entre paréntesis les digo que el demonio existe. Por si alguno tiene dudas, ¿no? Existe y se las trae. Existe y se las trae.
Y el camino es el desencuentro que lleva a la pelea, la enemistad. Babel, ¿no? Así como la Iglesia es ese templo de piedras vivas, que edifica el Espíritu Santo, el demonio edifica ese otro templo de la soberbia, del orgullo, que desencuentra, porque cada cual no se entiende, porque habla cosas distintas, que es Babel, ¿no?
De ahí que tenemos que trabajar por una cultura del encuentro. Una cultura que nos ayude a encontrarnos como familia, como movimiento, como Iglesia, como parroquia. Siempre buscar cómo encontrarse. (S.S. Francisco, al Movimiento de Schoenstatt, 24 de octubre de 2014)
Reflexión. ¿Qué harías si al entrar en un pueblo te salen al encuentro dos locos, que comienzan a insultarte y a pedir que te vayas de allí para que no los atormentes? Seguramente saldrías volando del miedo que encontrarías. Pero Cristo, a pesar de verse en la misma situación decide salvar una vida, aunque el miedo de quienes le acompañaban era muy fuerte. Esa es su misión, salvar a las ovejas perdidas de la casa de Israel. También nosotros no tenemos que huir de aquellas personas que necesiten de Dios, sino que hay que dárselo muy gustosos, a ejemplo de Cristo, quien siempre estuvo disponible en todo momento. Desde luego, hay momentos en los que Jesús desconcierta. Nos entusiasma ver cómo vence al demonio, cómo libra a dos hombres que sufren. Pero no entendemos por qué dialoga con los demonios y que les permita pasar a los puercos... Sin embargo, el sentido del milagro es claro: vale más la vida de un hombre que los bienes materiales. Los porqueros no lo entendieron. Se asustaron, y, con los demás miembros de la ciudad, pidieron a Jesús que se marchase. Quizá para ellos valían más los animales que los hombres.
Los cristianos debemos vivir como Cristo, dispuestos a sacrificar una pequeña o no tan pequeña ganancia material con tal de poder servir a familiares, amigos, o incluso a extraños que llaman a nuestra puerta.
Lo demás pasa a un segundo lugar, vale sólo en tanto en cuanto nos ayude a vivir la caridad cristiana. Los porqueros no entendieron...
Ojalá el ejemplo de Cristo nos abra un poco los ojos y el corazón, y empecemos a comprender y a vivir como cristianos.
Propósito. Hablar menos, para escuchar más y mejor.
Diálogo con Cristo. El pecado, incluso el pecado venial, que tan facilmente consiento en mi vida, no sólo me aleja de los demás sino del amor de Dios.
Por eso, Jesús, para establecer tu reinado en mi corazón, me pides una entrega total, responsable y consciente.
Ayúdame a responderte con generosidad, más allá de los vaivenes de mi sensibilidad; con tu luz y fuerza sé que podré expulsar toda forma de pecado de mi vida.