“Dichosos los que creen sin haber visto.”

Carlos Cardó, sj

"La Compañía de Jesús va a ser ante todo asiática y africana"
Carlos Cardó sj: "Los empresarios no quieren una Iglesia con novedades éticas que les mueva el piso"
"Los laicos salvan a la Iglesia de la proyección hacia adentro"

José Manuel Vidal, 02 de julio de 2015 a las 08:26

Quizá nuestra liturgia no deja de ser seca y muy poco inculturada comparada a la de las iglesias evangélicas, más cálida

Carlos Cardó, superior de la Parroquia de Fátima (Lima)

(José Manuel Vidal, Lima).- Carlos Cardó es el párroco de Nuestra Señora de Fátima, en el barrio de miraflores de Lima. El jesuita peruano, que fue asistente del anterior General, aborda su modelo de ser y hacer Iglesia en Perú. Una Iglesia a la que sigue viendo todavía "demasiado extranjera", pero empistada hacia el futuro. También aborda el significado de la primavera de Francisco o el futuro de la Compañía de Jesús, a la que ve cada vez más "asiática y africana".

Fátima, por lo que he visto, es más que una parroquia.

Sí, para un jesuita la parroquia es más que un templo donde se administran los sacramentos, que también se hace. Más bien la pensamos como centro de formación de laicos, para hacer comunidad con una gran proyección social. De manera particular, por el estilo de esta parroquia y el barrio donde está ubicada, se forman líderes, personas que tienen cierto influjo en la sociedad peruana. Por este parroquia vienen mucho profesores universitarios, gente titulada política, empresarios, funcionarios, etc. Como digo, junto con la administración de los servicios clásicos, hacemos una oferta cada semestre de una serie de cursos y experiencias formativas. Ofrecemos cursos de Teología, Cristología, Mariología, Iglesia, Sacramentos; cursos de Ética y Moral, Pensamientos Social de la Iglesia, Espiritualidad. De Arte y vida cristiana, de Biblia, etc. A la gente le entusiasman: la asistencia es muy satisfactoria. Hay entre cuarenta y cincuenta personas por cada curso.

¿Cuántos cursos más o menos?
Por semestre, nueve. Los anunciamos en el folleto que cada semestre repartimos y la gente se inscribe. Todas las noches, a partir de las siete, hay cursos aquí en el patio, que tiene mucho espacio.Aquí al lado también he visto que tenéis otras actividades. Sí, son servicios como, por ejemplo, un taller para personas que están pasando un duelo. Se les ayuda a fortalecer el espíritu. El consuelo les hace muchísimo bien.

¿Son reconfortados por especialistas?
Sí. Depende del área. Después, entre esas actividades, tenemos cursos para vivir la reconciliación y el perdón, vinculados a situaciones familiares, laborales o sociales de conflicto. En orden a crear una convivencia pacífica y una resolución de los conflictos que no se base sólo en un pleito judicial. Son cursos muy importantes para el entendimiento.

También hay actividades de beneficio social: voluntariado de jóvenes y adultos en zonas marginales, en hospitales de beneficiencia, etc, porque dentro de esa orientación de hacer de la parroquia un centro de formación de laicos, hay evidentemente una incidencia social.

La parroquia geográfica, ¿es grande?
No, es muy pequeña. Una docena de calles en el barrio de Miraflores, que está mirando al mar. Limitamos con otras parroquias por todos los puntos cardinales menos el del mar.

Pequeña, pero se ha convertido en un polo de referencia humana.
Puedo decir con gran satisfacción que Fátima tiene un enorme poder de convocatoria. Un conglomerado de gente, desde el barrio marginal a la Universidad.

¿Cuántos jesuitas estáis atendiendo a toda esta gente?
Yo tengo tres vicarios. Dos ya ancianos y uno todavía bastante joven. Pero la comunidad de profesores universitarios principalmente que funciona pegada a la parroquia, atiende también en muchas misas y confesiones... Y también dictan muchos de estos cursos, por su preparación.

¿Más o menos cuánta gente mueve la totalidad de estas actividades parroquiales?
Seis mil personas sólo en las misas. Con los cursos y tal, yo calculo que doblamos ese número de gente que viene a los sacramentos.

¿Esa afluencia es especial de esta parroquia o habitual en otras?
En el común de las parroquias todavía tenemos un 10 o un 15% de fieles practicantes.

Tampoco está muy lejos, entonces, de la práctica española, que está en el 13%. ¿No os parece muy bajo?
Bueno, sí es bajo.

¿La secularización ha entrado en Lima como en España u otros rincones de Europa?
Yo creo que sólo en el sector medio o superior, porque el pueblo es profundamente religioso y, si no encuentra atención religiosa en la Iglesia Católica, la busca en otras iglesias. Por otra parte, cuanto más instruida es la gente y más recursos económicos tiene, desgraciadamente más disminuye su práctica religiosa, hasta que finalmente dejan de creer.

Los agnósticos casi siempre pertenecen a los sectores sociales altos, económicamente adinerados porque han pasado por la Universidad. En el pueblo veo lo contrario. Aquí no hemos tenido, por ejemplo, una clase proletaria fuerte. El influjo del marxismo en los sectores populares no llegó a borrar la religión como en otros sitios. Se quedó en la lucha social por la reivindicación de derechos.

Una religiosidad popular que estáis haciendo reflotar.
Lógicamente. Viene de por sí con valores bellísimos. El amor a la Virgen, a la tierra, la peregrinación a los santuarios, las fiestas patronales... Todo pueblo tiene su patrón o patrona.

El Señor de los Milagros, por ejemplo.

Por ejemplo: es un fenómeno extraordinario que en muy pocos países se da. El Señor de los Milagros reúne en octubre a un millón de personas.

¡Un millón de personas en una simple procesión! ¿La competencia en ese sector más popular os viene por parte de las iglesias protestantes, pentecostales?

Sí, de las iglesias protestantes generalmente pentecostales, porque tienen una expresión muy emotiva de la fe. Quizá porque nuestra liturgia no deja de ser seca, estática y de una solemnidad demasiado racional, el pueblo no quiere eso sino sentir.

Encuentran comunidades más cálidas.
Más fervorosas. Con exageraciones terribles -fenómenos de sugestiones colectivas, carismas sobrenaturales verdaderamente extraños...-, pero más expresivas al fin y al cabo. Así como en la Iglesia católica no acaban, las personas sencillas, las del sentir más verdaderamente popular, de sentirse agentes de su religiosidad, sino anónimas, nada más traspasar el umbral de la capilla protestante son acogidos, integrados en un pequeño grupo... Se les regala una Biblia, se les hace leer en público la palabra...

Se sienten protagonistas. Y actores.

¿Y qué tendríamos que hacer nosotros para conseguir algo así?
Que nuestras reuniones, sobre todo las litúrgicas, sean realmente una unión fraterna. Establecer vínculos y relaciones simbólicas. Hacer a todos sentirse copartícipes.

¿La corresponsabilidad de los laicos la tenéis asumida?
Por supuesto, pero por lo general los laicos que se sienten verdaderamente agentes son una minoría. Pero son una minoría importantísima que tiene que multiplicarse. Para que esas vivencias que han tenido de una nueva forma de Iglesia, de proyección hacia afuera, hacia las fronteras que dice el Papa Francisco, se puedan ir multiplicando también, al contacto con las gentes. Espero que de nuestros cursos salga gente capaz de hacer lo mismo en otros ámbitos humanos.

A nivel de Iglesia local, ¿cómo ves la situación de la Iglesia peruana?
Creo que persiste la gran división: no sólo entre el laicado y el clero sino entre el clericalismo y los sectores populares, en general. En esos sectores se logró en la década de los ochenta, con las antiguas comunidades eclesiales de base, venidas muy a menos, una participación mayor de la gente. La Iglesia no era sólo el lugar del culto, sino el centro de la vida en común. Ahí resonaban los conflictos sociales, se tenían en cuenta los problemas. Pero ahora la Iglesia sigue manifestando una gran separación entre el mundo de los curas y el mundo de los laicos.

     
Algo que está fustigando continuamente al Papa Francisco: el clericalismo.
Ese clericalismo existe todavía en grandes sectores de América Latina. La Iglesia es muy clerical y aquí, además, es una Iglesia muy extranjera, porque hasta hace pocos años la mayoría del clero había venido de fuera.

¿Por falta de vocaciones?
Lo que faltaba era el fomento de las vocaciones. Faltaba la promoción y hasta la propaganda. Naturalmente que les debemos a nuestros hermanos italianos, franceses, de Estados Unidos, una deuda impagable, porque han sostenido la fe, nos han formado a nosotros, el clero nativo, pero creo que ha habido poca preocupación y poco acierto en el fomento de las vocaciones nativas.

¿Esa tendencia se está revirtiendo?
Muy poco a poco, y en medio de una época en la que es escaso mundialmente el fenómeno de la vocación...

En Europa, sobre todo.
Yo digo que en todo el mundo. La gente tiene menos hijos y les cuesta mucho más entregar uno a Dios. Además, hay una proliferación enorme de familias y grupos religiosos que se han suscitado en las últimas dos décadas, entonces claro...

Más competencia.
Muchísima más, cuando hay poca demanda.

¿En la alta jerarquía pasa lo mismo? ¿Sigue habiendo muchos obispos extranjeros?
Demasiados. Menos que antes, pero demasiados todavía.

¿Es una reivindicación de la Iglesia peruana cambiar eso?
Es un deseo. No una imposición, porque la Iglesia es universal y hay que pensar en términos planetarios. Pero que los obispos sean nativos es tan obvio... Los religiosos deberían ceder el paso a otros sacerdotes diocesanos, porque su vocación ahí podría ser el episcopado.

Cohabitan distintas sensibilidades: la progresista y la conservadora. ¿Determina esto la Iglesia?
No me gusta la división con los términos derechas e izquierdas, pero la realidad es fuerte y es ésa: hay mucho conservadurismo en amplios sectores del clero y todo ese impulso renovador que implicaba experiencias, ensayos, búsquedas, que el Vaticano II tanto propició, quedó frenado. Por ejemplo, en liturgia, no se puede experimentar más. Hay misa en lengua vernácula y una cierta participación de los laicos en la eucaristía, pero nada más. La liturgia sigue siendo romana y poco inculturada, excepto en las zonas de sierra y selva, donde las culturas nativas son mucho más mayoritarias. Aquí no es así... Lima es una metrópolis.

Visitando en Lima las grandes catedrales y basílicas, he visto algún Niño Jesús inca.
Sí, por ejemplo. Lleva un sombrerito...desde los tiempos del virreinato. Pero, pese a la tradición, la diferencia progres-conservadores está. Sobre todo con relación al paso de la puesta en práctica al detenimiento del Vaticano II. Hay dos Iglesias: la que se renovó y sigue manteniendo la renovación continua, propia del Vaticano II, y la que dio marcha atrás y volvió a lo establecido, a la Teología de antes del Concilio.

¿Por miedo? Claro.

¿Al exceso? En cuanto se comete uno, la solución es el "ya no".

¿Y cómo se encaja eso en la nueva dinámica que viene de Roma, en la tendencia que marca el Papa Francisco? Ojalá que vaya cundiendo el pensamiento de Francisco y su comportamiento. Ahora estamos muy lejos de lo que difunde en sus homilías: esa Iglesia de frontera, misericordiosa, no es tan grande como la desvinculada del pueblo...

¿Hay demasiado clero-funcionariado? Por supuesto. El párroco suele ser un funcionario y no un misionero o pastor que es lo que tendría que ser. Pese mucho el lado de funcionario, lo que el Papa llama "el esquema aduana" en la administración parroquial. Y la gente se queja. No dudo de que haya que tomar cautelas para asegurar, por ejemplo, la validez de un sacramento; que tenga que haber, por ejemplo, preparación al matrimonio o nulidad en caso de bigamia, qué sé yo; pero son muchos folios, papeles, declaraciones, documentos a traer convalidados... Sellos que lo hacen todo difícil.   

 

La Teología de la Liberación está del otro lado de todo ese papeleo pero, ¿está ahora virando al centro después de haberse ido demasiado a la izquierda?
La Teología de la Liberación ha sido una riqueza de la Iglesia universal, porque ha vuelto a ponernos a los pobres como protagonistas de la vida eclesial. El concepto de pobre es un concepto profundamente bíblico y el amor preferencial por ellos, el que les tuvo Jesús, es tan evidente que debe estar presente en la vida del cristiano. Es una gran aportación que la Iglesia tiene que asimilar y que aquí lo ha logrado. Ya hay mucho más interés por la transformación social del país, porque no haya pobres entre nosotros y porque la lucha contra la pobreza sea algo de todos los niveles sociales.

¿Eso podría cambiar ahora?
Yo creo que la espiritualidad concomitante de la Teología de la Liberación se va a mantener igual. Pero la reflexión sobre la pobreza es bien difícil, porque no hay que olvidar que la Teología de la Liberación es un pensamiento latinoamericano fuertemente influenciado por el contexto social y político de la década de los setenta...

Ahora hay que pensar en otras cosas: la misma responsabilidad social pero, por qué no, un empresariado con valores cristianos, éticos, morales, ecologistas... La sociedad tiene que tener corazón aunque ya no se hable en términos de lucha de clases o de transformar la economía en nuevas formas de colectivismo...Ahora nadie se atreve a pensar que la función del Estado debe ser directiva de la economía. Sí reguladora, eso es distinto. Pero el peso de la producción económica no puede ser llevado por el Estado.

¿De Roma vienen aires nuevos? ¿Se siente en Perú esa ilusión que viene desde allí?
El Papa, sin duda, es un respiro. Una ventana abierta. Es una primavera que ojalá dure más que la estela de Juan XXIII. Yo espero que, tras su Pontificado, quede su lenguaje y quede su figura. Sus gestos, su inspiración.

¿La misericordia va a marcar este Pontificado?
Sin duda alguna, porque está calando en la gente y en cómo pensamos.

¿Y en las estructuras?
Eso tarda más.

¿Las resistencias están en las curias o en otros sitios? ¿Quiénes son los que no quieren que se den esos pasos?
No solamente en las curias. Están también en los sectores empresariales, por ejemplo. No quieren una Iglesia con novedades éticas que les muevan el piso. Vivimos el capitalismo...

¿Pero hay esperanza de que esta revolución tranquila cuaje?
Nuestra Iglesia perdió liderazgo; la jerarquía lo ha perdido. Y, por ejemplo, en la defensa del hábitat natural participa muy pobremente. Aquí tenemos a Pedro Barreto y hasta lo han amenazado de muerte porque se opuso a la contaminación de un pueblo por una minera que en Estados Unidos tiene fama de salvaje. Esos son desafíos muy serios en los cuales la Iglesia tiene que ir tomando posiciones, como va a hacer Francisco con su encíclica. Yo echo de menos una especie de pensamiento común de la Iglesia peruana frente a la explotación de los recursos. No sólo porque ya está tachada la Iglesia como antiminera, sino porque hay que dar material de pensamiento a los empresarios de las minas. No se trata de extraer a todo costo contaminando el hábitat.

¿A la cuestión indígena también habría que darle una vuelta en Perú?
Sí, porque aquí no llegan a ser nunca protagonistas de la vida nacional nuestras comunidades étnicas. Están muy abandonadas, en niveles de miseria económica y social muy grandes.

¿En eso la Iglesia sí está teniendo una voz más profética?
No en todos los vicariatos, pero sí. Ahí se espera algo. Ahora, por ejemplo, esta iniciativa de convergencia panamazónica va a esforzarse en que varios países dialoguen.

Ahí es donde está también metido Monseñor Barreto. Por último, ¿goza de buena salud la jerarquía de la Compañía de Jesús?
Buena salud tiene, aunque la disminución numérica nos golpea como a todas las compañías religiosas. Mantiene todas las opciones tomadas en nuestros últimos capítulos generales: la lucha por la justicia, el amor preferencial al pobre, el servicio de la fe, el diálogo intercultural e interreligioso, la defensa de los derechos de la mujer y las comunicaciones. Son firmes tomas de posición: se mantienen vivas sin retrocesos en la mente y el corazón de todos los jesuitas.
Estamos unidos y son cada vez menos las diferencias que había entre nosotros en los setenta, de jesuitas conservadores y jesuitas revolucionarios. También es verdad que hay menos revoluciones y, por consiguiente, hay menos lucha social... Los jesuitas estamos metidos en menos conflictos, aunque no faltan algunos encarcelados y los que fueron asesinados.

¿Se está desplazando hacia Asia?
Hay un eje asiático fuerte. Numéricamente, va a ser una compañía asiática. Ya en la última congregación general el bloque de jesuitas de la India era alucinante.

Si la vanguardia que sois va hacia ahí, ¿irá toda la Iglesia? ¿Latinoamérica ha dejado de ser el continente de la esperanza de la Iglesia católica?
Es una esperanza, pero ha perdido liderazgo. O se lo han hecho perder... no sé.

Sin embargo el Papa por primera vez es latinoamericano y un líder mundial...
La Iglesia latinoamericana era líder cuando, en el episcopado brasileño, había un lujo de obispos y cardenales. Teólogos y testigos de la fe y la entrega a los pobres. Ejemplos. Helder Cámara y toda esa generación tan lúcida. Era realmente un grupo bellísimo que influyó en el Concilio, en las conferencias de Medellín, Puebla, Santo Domingo...con su pasión. ¿Quiénes han venido a sustituirlos?

¿Ese descenso de figuras de liderazgo ha pasado en todos los episcopados?
En todos. Han sido sistemáticamente sustituidos por personas muy buenas, obispos muy entregados y amorosos pero neocatecumenales, extranjeros, funcionarios... en fin. Ya no hay voz.

¿Ya no hay voz social?
No hay voz porque tampoco hay potencia en el mensaje. Presencia en los medios, palabra escrita, cartas... ¡no se protesta! Mensajes apostólicos o episcopales como todos los que había en aquella época y que tanto bien hacían en la gente.

¿Tampoco en la Compañía?
También ha bajado. Se ha perdido con el decrecimiento numérico. Las grandes figuras, los grandes teólogos, van siendo sustituidos. Me acuerdo de que, cuando analizamos la situación de la Compañía, vimos que antes teníamos grandes montañas; gente que despuntaba. Ahora tenemos cordilleras...

Es asombroso y ejemplar que un Superior General se retire, se vaya al Líbano y se quede en la base.
Es bonito, pero así era él.

Fue el primero, pero tal vez este también lo haga....
Algo anunció. Ojalá que se genere una costumbre. Uno solo no, pero ya dos crean un modo de operar.

Otros titulares:
-Insistimos con fuerza en proyectar nuestra parroquia a lo social
-En Perú todavía la Iglesia es muy "extranjera"
-Todo ese impulso renovador que implicaba experiencias, ensayos, búsquedas, lo frenó el conservadurismo
-La gente se queja de lo que Francisco llama el "esquema aduana" de la Iglesia
-América Latina tiene asimilada la Teología de la Liberación
-La Iglesia tiene que posicionarse en la defensa de la ecología
-Ya no hay mensajes proféticos en la Iglesia; falta liderazgo

Evangelio según San Juan 20,24-29. 

Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. 

Los otros discípulos le dijeron: "¡Hemos visto al Señor!". El les respondió: "Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré". Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: "¡La paz esté con ustedes!". Luego dijo a Tomás: "Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe". Tomas respondió: "¡Señor mío y Dios mío!". 

Jesús le dijo: "Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!". 

San Cirilo de Alejandría (380-444), obispo y doctor de la Iglesia 
Comentario sobre el evangelio de S. Juan, 12,22; PG 74, 729-736

“Dichosos los que creen sin haber visto.” (Jn 20,29)

Esta palabra del Señor está totalmente conforme con la misericordia de Dios y nos es de gran provecho. Porque aquí, el Señor se preocupa grandemente de nuestra alma, porque es bueno, porque quiere “que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1Tim 2,4).

Esto nos puede sorprender porque tuvo que soportar pacientemente a Tomás, así como a los demás discípulos que lo tenían por un fantasma o por un espíritu. El Señor, para convencer al mundo entero, tuvo que mostrar las señales de los clavos y la herida de su costado. En fin, de manera sorprendente y sin estar obligado a ello por necesidad, tomó alimento para no dejar ningún motivo de duda a los que tenían necesidad de signos...

Aquel que no ha visto pero acoge y tiene por verdadero lo que le enseñan, da testimonio de una fe ejemplar en lo que su maestro le ha dicho. Por tanto, se llaman dichosos todos aquellos que han creído gracias a las palabras de los apóstoles quienes fueron “testigos oculares” de los grandes prodigios de Cristo y “servidores de la Palabra” como lo dice Lucas (1,2).  Porque es necesario escucharla, si estamos llenos de un amor apasionado por la vida eterna y si nos interesa el premio de encontrar en el cielo nuestra morada.

03 de julio 2015 Viernes St. Tomás apóstol Ef 2, 19-22

En este fiesta del apóstol St. Tomás es bueno que tengamos bien presente el texto de la carta a los Efesios: «Formar un edificio construido sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, que tiene el mismo Jesús por piedra angular». No existe ningún edificio seguro sin fundamentos ni piedra angular: no se puede renunciar o prescindir de nada. En los fundamentos de tu fe, crees que están presentes los apóstoles y los profetas? Como? Señor, hazme ver cuáles son los fundamentos de mi fe.

San León II

En Roma, en la basílica de San Pedro, san León II, papa, conocedor tanto de la lengua griega como de la latina, amante de la pobreza y de los pobres, que acogió las decisiones del Tercer Concilio de Constantinopla.

San León, que era originario de Sicilia, fue elegido para suceder al papa san Agatón a principios del año 681. Su breve pontificado ha pasado a la historia sobre todo porque fue él quien confirmó las actas del sexto Concilio ecuménico (Constantinopla III), que había condenado a los monotelitas y censurado al papa Honorio I por no haberse mostrado suficientemente firme respecto de esos herejes. Los monotelitas afirmaban que hay en Cristo una sola voluntad, en vez de distinguir la voluntad divina y lahumana,«...sin división, sin conmutación, sin separación, sin confusión, según la enseñanza de los Santos Padres; y dos voluntades, no contrarias -¡Dios nos libre!-, como dijeron los impíos herejes, sino que su voluntad humana sigue a su voluntad divina y omnipotente, sin oponérsele ni combatirla, antes bien, enteramente sometida a ella» (Constantinopla III, Dz. 291).

San León mandó trasladar las reliquias de numerosos mártires de las catacumbas a la capilla que había construido con ese fin. Mons. Duchesne ha demostrado que san León construyó también la iglesia de «San Jorge in Velabro», que fue la iglesia titular del cardenal Newman. El Liber Pontificalis alaba el celo que San León demostró como maestro y predicador, así como su caridad con los necesitados. Era un predicador elocuente y un músico muy hábil. El Liber Pontificalis hace notar que el santo Pontífice conocía a la perfección el griego y el latín; pero eso era algo normal entre los sicilicianos del siglo VII.

Casi todos los datos que poseemos sobre san León II proceden del Liber Pontificalis (ed. Duchesne, vol. I, pp. 359-362). Para conocer sobre la cuestión del papa Honorio y el conflicto monotelita puede leerse un artículo sencillo en la «Cronología de los Papas», de Mathieu-Rosay (tr. castellana, Rialp, 1990)

Santo Tomás, apóstol

Fiesta de santo Tomás, apóstol, quien, al anunciarle los otros discípulos que Jesús había resucitado, no lo creyó, pero cuando Jesús le mostró su costado traspasado por la lanza y le dijo que pusiera su mano en él, exclamó: «Señor mío y Dios mío». Y con esta fe que experimentó es tradición que llevó la palabra del Evangelio a los pueblos de la India.

Santo Tomás era judío. Probablemente había nacido en Galilea, en el seno de una familia modesta; pero no se dice de él que haya sido pescador, e ignoramos las circunstancias en las que el Señor le llamó al apostolado. Tomás es un nombre sirio, que significa «gemelo». «Dídimo», como se llamaba también al apóstol, es la traducción griega. Cuando el Señor se dirigía a los alrededores de Jerusalén a resucitar a Lázaro, los demás discípulos trataron de disuadirle, diciendo: «Maestro, hace poco los judíos querían apedrearte. ¿Cómo, pues, vuelves allá?» Pero Santo Tomás les dijo: «Vayamos y muramos con Él», lo cual prueba el ardiente amor que profesaba a Jesús. El Señor dijo en la última cena: «Vosotros sabéis a dónde voy y conocéis el camino».

Tomás preguntó: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos conocer el camino?» Entonces, el Señor le respondió estas palabras que resumen toda la vida cristiana: «Yo soy el camino, la verdad y la vida, y ninguno va al Padre sino por mí». Pero Santo Tomás es sobre todo famoso por su incredulidad después de la muerte del Señor. Jesús se apareció a los discípulos el día de la resurrección para convencerlos de que había resucitado realmente. Tomás, que estaba ausente, se negó a creer en la resurrección de Jesús: «Si no veo en sus manos la huella de los clavos y pongo el dedo en los agujeros de los clavos y si no meto la mano en su costado, no creeré». Ocho días más tarde, hallándose los discípulos juntos y a puerta cerrada, Cristo apareció súbitamente en medio de ellos y los saludó: «La paz sea con vosotros». En seguida se volvió a Tomás y le dijo: «Pon aquí tu dedo y mira mis manos: dame tu mano y ponía en mi costado. Y no seas incrédulo sino creyente». Tomás cayó de rodillas y exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús replicó: «Has creído, Tomás, porque me has visto. Bienaventurados quienes han creído sin haber visto.»

A esto se reduce todo lo que el Nuevo Testamento dice sobre Tomás. Sin embargo, como sucede en el caso de los demás apóstoles, existen diversas tradiciones muy poco fidedignas acerca de las actividades apostólicas de Tomás después de la venida del Espíritu Santo. Eusebio (Hist. Ecl. II,13) afirma que Tomás envió a san Tadeo (no confundir con Juas Tadeo) a Edesa a bautizar al rey Abgar, y dice que el apóstol trabajó entre los partos y «los medas, persas, carmanios, hircanios, bactrianos y otros pueblos de esa región». Pero la tradición más persistente es la que afirma que santo Tomás predicó el Evangelio en la India. Dicha tradición se apoya en fuentes aparentemente independientes. La principal de ellas es un documento titulado «Acta Thomae» (Actas de Tomás), que data, según parece, de principios del siglo III, y dice que cuando los Apóstoles se repartieron en Jerusalén el mundo para ir a predicar, la India tocó en suerte a Judas Tomás (como se le llama frecuentemente en las leyendas sirias).

Tomás, que no quería ir allá, alegó que su salud no era muy robusta y que un hebreo no podía enseñar a los indios. Ni siquiera una aparición del Señor logró hacer cambiar de parecer a Tomás.  Entonces, el Señor se apareció a un mercader llamado Aban, embajador del rey parto Gundafor, quien reinaba en una parte de la India. Cristo vendió a Tomás como esclavo al representante de Gundafor. Cuando Tomás comprendió lo que había sucedido, exclamó: «Hágase, Señor, tu voluntad» y se embarcó con Aban, llevando únicamente consigo las veinte monedas de plata por las que había sido vendido, pues Cristo se las había dado. En el curso del viaje, se detuvieron en un puerto en el que se celebraba el matrimonio de la hija del gobernador local. Oyendo tocar la flauta a una joven hebrea, Tomás se sintió movido a cantar la belleza de la Iglesia, representándola bajo la metáfora de una novia. Pero, como cantaba en su lengua propia, sólo la flautista hebrea le entendió. La joven se enamoró de él; pero Tomás no levantó los ojos del suelo para mirarla. Esa misma noche, Jesucristo, tomando la apariencia de Tomás, se apareció a la pareja que había contraído matrimonio y persuadió a ambos cónyuges de que observasen continencia perfecta. Cuando el gobernador se enteró de ello, se indignó mucho y mandó llamar al forastero; pero Aban y Tomás habían partido ya, y sólo quedaba la joven flautista, que estaba llorando amargamente porque no la habían llevado consigo. Cuando la flautista supo lo que había sucedido a la pareja que había contraído matrimonio, se enjugó las lágrimas y se puso a su servicio. Entre tanto, Aban y Tomás proseguían su viaje y llegaron a la corte de Gundafor en la India. Cuando el rey preguntó al Apóstol cuál era su oficio, éste respondió: «Soy carpintero y albañil. Sé hacer yugos y arados y remos y mástiles; sé también trabajar la piedra y construir tumbas y monumentos y palacios para los reyes». Gundafor le encargó que le construyese un palacio. Tomás trazó los planos: «Las puertas daban al oriente para recibir la luz; las ventanas hacia el occidente para recibir el aire; al sur estaba el horno de la panadería, y en la parte norte había caños de agua para el servicio de la casa». Gundafor partió de viaje.

Durante su ausencia, Tomás no trabajó en la construcción, y gastó todo el dinero que el rey le había dado en socorrer a los pobres, diciendo: «Lo que es del rey hay que darlo a los reyes». El Apóstol recorrió el reino, predicando y curando y arrojando a los malos espíritus. A su vuelta, el rey le pidió que le mostrase el palacio. Tomás replicó: «No podrás verlo sino hasta que salgas de este mundo». Entonces el rey le encarceló y decidió despellejarle vivo. Pero precisamente entonces, murió un hermano de Gundafor. Los ángeles le mostraron en el cielo el palacio que las buenas obras de Tomás habían construido para Gundafor, y le permitieron volver a la tierra y comprar el palacio a su hermano. Pero Gundafor no quiso vendérselo. En seguida, lleno de admiración, puso en libertad a Tomás, y recibió el bautismo con su hermano y muchos de sus subditos. «Y al amanecer, (Tomás) partió el pan eucarístico y les permitió acercarse a la mesa del Mesías. Ellos se alegraron y regocijaron mucho».

Después, santo Tomás predicó e hizo muchos milagros en la India, hasta que tuvo dificultades con el rey Mazdai por haber convertido («embrujado») a su esposa, a su hijo y a otros personajes. Tomás fue conducido a la cumbre de una colina; siguiendo las órdenes del rey, «los soldados fueron y le golpearon, y él cayó y murió». Fue sepultado en un sepulcro real; pero más tarde algunos cristianos trasladaron sus reliquias al Occidente. Actualmente, la mayoría de los historiadores afirman que la leyenda que acabamos de resumir carece de fundamento histórico. Sin embargo, está fuera de duda que, hacia el año 46 de nuestra era, había un rey llamado Gondofernes o Gudufar, cuyos dominios incluían el territorio de Peshawar. Y no han faltado quienes hayan tratado de identificar al rey Mazdai (cuyo nombre es de origen indio) con el rey Vasudeva de Matura.

Desgraciadamente, las leyendas relacionadas con santo Tomás no se reducen a esto, ya que en el otro extremo de la India, en el territorio que va de Punjab a lo largo de la costa malabar, particularmente en las regiones de Cochín y Travancore, hay muchos pueblos cristianos que se dan a sí mismos el nombre de «cristianos de santo Tomás». Su historia es perfectamente conocida desde el siglo XVI; pero, a pesar de que abundan las teorías sobre sus orígenes, no se ha logrado todavía dilucidar el punto. Está fuera de duda que desde muy antiguo hubo cristianos en esa región. Por otra parte, las formas y el idioma de la liturgia, que es el sirio, indican claramente que el cristianismo de la región proviene de Mesopotamia y de Persia.* Los cristianos pretenden, según lo indica el nombre que se dan, que santo Tomás evangelizó personalmente la región. Una tradición oral muy antigua afirma que el Apóstol desembarcó en Cranganore, en la costa occidental, y que estableció siete iglesias en Malabar. En seguida, se dirigió hacia el este, a la costa de Coromandel, donde murió por la espada. El martirio tuvo lugar en la «Colina Grande», a unos doce kilómetros de Madras. Santo Tomás fue sepultado en Mylapore, que es actualmente un suburbio de la ciudad del mismo nombre. Como quiera que sea, las principales reliquias estaban en Edesa, en el siglo IV. Las Acta Thomae cuentan que fueron trasladadas de la India a Mesopotomia. Más tarde, fueron transladadas de Edesa a la isla de Kíos en el Mar Egeo, y de ahí a Ortona de los Abruzos, donde reposan en la actualidad. La fecha del 3 de julio es precisamente la de la traslación de las reliquias a Edesa, aunque en el rito malabar se afirma que el martirio tuvo lugar el 3 de julio «del año 72». El martirologio actual confina todas estas leyendas en torno a la evangelización de la India al papel de imprecisas tradiciones, que sin embargo conviene al menos conocer, ya que gran parte de la iconografía sobre el santo está ligada a ellas. En la actualidad no está catalogado como mártir.

Aunque se ha exagerado el gnosticismo de las Acta Thomae (cf. Harnack, Die Chronologie der altchristlichen Litteratur, vol. I, pp. 545-549), no por ello se puede negar que exista realmente. El P. Peeters insiste con razón en que todos los maestros ortodoxos de los primeros siglos debieron caer en la cuenta de que las actas eran apócrifas, como lo hacen notar San Epifanio, San Agustín, Santo Toribio de Astorga, San Inocencio I y el Decreto del Pseudo-Gelasio. El autor de las actas, que era probablemente un sirio-griego, pudo fácilmente tomar de los relatos de los viajeros y mercaderes el nombre de Gondofernes y otros datos de color local, de suerte que no puede considerárselos como una prueba del fundamento histórico de la leyenda. No debe confundirse las Acta Thomae quie se mencionan en este escrito, con el papiro de Nag Hammadi llamado «Evangelio según Tomás», un escrito gnóstico del siglo II que se conocía por referencias antiguas, pero cuyo texto se encontró en 1945.

* Además de otros indios cristianos, hay más de un millón y medio de "Cristianos de Santo Tomás", de los cuales más de la mitad son católicos del "rito sirio-malabar". Desde 1930, existe también un reducido grupo del rito sirio-malankar. Los demás son en su gran mayoría jacobitas; pero hay también un grupo considerable de "sirios reformados" (quienes se atribuyen particularmente el nombre de cristianos de Santo Tomás), así como algunos protestantes y un pequeño grupo de nestorianos. Tales divisiones datan de 1653. (nota del Butler de la década del 50, desde el punto de vista numérico, seguramente el panorama ha experimentado muchos cambios...). 

Dios todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la fiesta de tu apóstol santo Tomás; que él nos ayude con su protección, para que tengamos en nosotros vida abundante por la fe en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor y su Dios. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén

 

Mural del Papa Francisco en Paraguay

Francisco comienza el domingo su viaje a Ecuador, Bolivia y Paraguay
Parolin sostiene que el Papa "no va a apoyar a nadie más que a la paz" en su gira latinoamericana
"Hay mucha expectativa y sabemos que se traducirá en una gran participación"

Redacción, 03 de julio de 2015 a las 12:14

Sus objetivos son que haya de parte de los cristianos una contribución que ayude a solucionar los problemas

El secretario de Estado de la Santa Sede, Pietro Parolin, cree que el Papa Francisco "no va a apoyar a nadie más que a la paz, a la reconciliación y al desarrollo material y espiritual" en Ecuador, Bolivia y Paraguay, países que visitará desde este domingo. En opinión del número dos vaticano, Bergoglio "tiene fines políticos en el sentido de la construcción de la comunidad social y política".

"Sus objetivos son que haya de parte de los cristianos una contribución que ayude a solucionar los problemas" actuales, aseveró Parolin tras participar de una actividad organizada por el Consejo Pontificio de Justicia y Paz sobre la encíclica papal "Laudato Si´".

De todos modos, el número dos del Vaticano aseguró que hay que distinguir "entre fines partidarios y fines políticos. Y el papa tiene fines políticos en el sentido de la construcción de la comunidad social y política".

En esa línea, explicó, que "no va a apoyar a nadie más que a la paz, a la reconciliación y al desarrollo material y espiritual de los países" que visitará.

"Como en todos los viajes el Papa va a encontrar a la comunidad católica y ejercer su ministerio de pastor de la Iglesia Universal", enfatizó  Parolin, que agregó que lo hará "insertándose dentro del camino pastoral y catequético que cada iglesia está llevando adelante".

"La confirmación y unidad en la fe son los objetivos ´del viaje", enfatizó el secretario de Estado y miembro del Consejo de cardenales C9, al tiempo que afirmó que el Santo Padre buscará también "promover la contribución que la comunidad católica local de cada uno de los tres países puede dar a la sociedad en general". "Hay mucha expectativa y sabemos que se traducirá en una gran participación" de la gente, agregó Parolin. En esa línea, afirmó que entre "los temas que el papa va a tratar estarán los de la exhortación evangélica Evangelii Gaudium, y esta riqueza de contenidos que tiene también el documento de Aparecida, que el papa toma como gran inspiración", finalizó.

Dichosos los que no han visto y han creído
Juan 20, 24-29. Fiesta de Santo Tomás. La bencidión de la fe es también para nosotros, los que estamos a más de dos mil años de distancia de los apóstoles.

Oración introductoria
Señor Jesús, cuánto me parezco a Tomás. Quiero respuestas inmediatas a mis peticiones. Quiero experimentar tu presencia en la oración, sin ponerme humildemente en tu presencia, sin guardar el silencio, interior y exterior, sin estar atento ni ser dócil a tus inspiraciones. Mi pobre actitud quiere cambiar, con tu gracia, lo puedo lograr.

Petición. ¡Señor mío y Dios mío! Aumenta mi fe.

Meditación del Papa Francisco
La consolación es este rehacer todo no una vez, sino muchas veces, con el universo y también con nosotros. Este rehacer del Señor tiene dos dimensiones que es importante subrayar. Cuando el Señor se acerca nos da esperanza, el Señor rehace con esperanza, siempre abre una puerta. Siempre. Cuando el Señor se acerca a nosotros no cierra las puertas, las abre. El Señor en su cercanía nos da la esperanza, esta esperanza que es una verdadera fortaleza en la vida cristiana. Es una gracia, es un don.[…]

Acercarse y dar esperanza, acercarse con ternura. Pero pensemos en la ternura que ha tenido con los apóstoles, con la Magdalena, con los de Emaús. Se acercaba con ternura: 'dadme de comer'. Con Tomás: 'pon tu dedo aquí'. El Señor siempre es así. Así es la consolación del Señor. Que el Señor nos dé a todos nosotros la gracia de no tener miedo de la consolación del Señor, de estar abiertos: pedirla, buscarla, porque es una consolación que nos dará esperanza y nos hará sentir la ternura de Dios Padre. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 10 de diciembre de 2013, en Santa Marta).

Reflexión
"Dichosos aquellos que crean sin haber visto". Parece mentira que uno de los elegidos del Señor, no crea la palabra de los apóstoles, sino que al contrario busque creer solamente por los signos sensibles. Tomás parece una persona de nuestro tiempo porque solamente cree aquello que le presenten los sentidos. Los sentidos son muy buenos, porque nos ayudan a aprender más cosas, a saborear, oler, contemplar, sentir..., pero en el campo de la vida espiritual, estos nos estorban, como le sucedió a Santo Tomás, que no quería creer hasta no ver ni tocar.

Aquí es donde viene la bendición de Dios para aquellos que sin ver crean. La bencidión de la fe es también para nosotros, los que estamos a dos mil años de distancia de los apóstoles. Para nosotros vendrán las bendiciones de Dios, si creemos en todo lo que Él nos ha prometido. Pidámosle que aumente nuestra fe, para que seamos dignos de recibir tales bendiciones.

Propósito. Ser testigo de la esperanza cristiana en mi familia, en mi grupo de amigos, trabajo o lugar de estudio.

Diálogo con Cristo
Señor, como a Tomás me pides una fe viva.

Una actitud activa, un corazón abierto, una vida mantenida siempre en pie de lucha, perseverante y fiel, aun en medio de las dificultades.

Aquí estoy Señor, cuenta conmigo para colaborar en la nueva evangelización.

Dios no se resigna a perder a Tomás...a nadie
Vamos a contemplar la figura de Santo Tomás a la luz de ese amor de Dios, hoy que celebramos su fiesta.

El Apóstol llamado Tomás en los Evangelios (Mt 10, 3; Mc 3,18, Lc 6,15) es apodado "Dídimo" que significa "gemelo" (Jn 11,16). Entra casi en el Evangelio de una forma silenciosa. Sus primeras palabras afirman en una ocasión su deseo de morir con Jesús (Jn 11, 16). Posteriormente se manifiesta con un estilo racionalista ante las palabras de Jesús, asombrándose de cómo se puede conocer un camino, no sabiendo a dónde se va (Jn 14,4). Finalmente conocemos su incredulidad ante el hecho de la Resurrección ( Jn 20, 24-29) y su presencia en la aparición de Jesús en el lago de Tiberíades (Jn 2, 1-14).

Tras la Ascensión lo contemplamos en Jerusalén con los demás apóstoles. La tradición le asigna como actividad misionera Persia y la India. La ciudad hindú de Calamina, donde se supone que murió, no ha sido identificada. Santo Tomás murió mártir Sus restos fueron traslados a Edesa. Vamos a contemplar la figura de Sto. Tomás a la luz de ese amor de Dios que siempre persigue al hombre para que se salve y llegue al conocimiento de la verdad. Es una de las formas más bellas de ver la misericordia divina. Dios siempre persigue al hombre cuando éste se sale del camino del amor y de la verdad que él le ofrece. La misericordia no es tanto una actitud pasiva de Dios, siempre dispuesto a perdonar, cuanto una acción de Dios positiva consistente en buscar la oveja perdida una y otra vez. El Evangelio está lleno de imágenes bellísimas de este estilo de Dios. Desde el buen Pastor que abandona el rebaño a buen recaudo para ir a buscar a la oveja perdida, hasta ese Cristo que providencialmente se hace presente siempre allí donde alguien le necesita, la realidad es que Dios persigue al hombre una y otra vez ofreciéndole su Corazón abierto para que vuelva.

La misericordia divina, -un atributo precioso de Dios-, se convierte así en esa larga persecución de Dios al hombre a lo largo de toda la vida por medio de innumerables gracias que respetan indudablemente la libertad del hombre. No se resigna a perder a nadie. Dios no abandona a nadie, a no ser que alguien le abandone a él.

Desde el momento en que Dios crea a cualquier ser humano, esa persona se convierte en objeto inmediato del amor de Dios. A partir de ahí Dios se hace garante de un compromiso destinado a lograr, respetando la libertad humana, la salvación del hombre. Jamás desiste Dios de este compromiso, suceda lo que suceda y pase lo que pase. Es tal el amor de Dios hacia el hombre que, aun rechazado, olvidado, abandonado, blasfemado, Dios sigue llamando a las puertas del corazón una y otra vez, hasta el último momento de la vida. Este comportamiento divino se encierra en una palabra: "alianza". Dios ha hecho una alianza de amor con el hombre que él siempre respetará.

Desgraciadamente el hombre con frecuencia toma a broma este amor de Dios.

Cree que la misericordia divina consiste en burlarse del amor de Dios que siempre terminará perdonando, incluso sin que medie la petición de perdón. Así muchos seres humanos juegan inconscientemente a lo largo de la vida con la misericordia divina, olvidándose de aquellas palabras de S. Pablo: "Trabajad con temor y temblor por vuestra salvación".

En esta actitud se da un equívoco de fondo. Nada tiene que ver la Misericordia infinita de Dios con la certeza de que el hombre va a estar dispuesto a pedir perdón un día. La Misericordia divina siempre estará asegurada; no así la petición de perdón del hombre. La Misericordia divina necesita la actitud humilde del hombre que reconoce su mentira, su equivocación, su deslealtad al amor de Dios.

A pesar de los pecados cometidos, una y otra vez, nunca hay motivo o razón para dudar de la Misericordia divina. El amor de Dios es más grande que nuestros pecados, por terribles que fueran. Ahí tenemos a Pedro, a Zaqueo, a la mujer adúltera, a tantas personas pecadoras con quienes Cristo se encontró. Nunca encontraron en él el reproche amargo, el rechazo cruel, la crítica amarga. Al revés, todos los pecadores, que reconocieron su pecado, encontraron en Cristo el perdón, el aliento, el ánimo, la esperanza que tanto les ayudó a encontrar el camino de la paz y del bien. No deja de tener un significado muy consolador esa imagen del Crucificado, en la que Cristo, clavado en la Cruz, tiene los brazos abiertos para siempre, convirtiéndose así en la imagen de ese Dios que siempre espera, que siempre acoge, que siempre abraza.  

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