«Las has revelado a los pequeños»
- 16 Julio 2014
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NUESTRA SEÑORA DEL CARMEN DE CUYO
PATRONA Y GENERALA DEL EJÉRCITO DE LOS ANDES
LA VIRGEN DEL CARMEN, UNA DEVOCIÓN CON MÁS DE VEINTE SIGLOS
El nombre del Carmen viene del Monte Carmelo o “viña de Dios”que está en Tierra Santa. Según el Libro de los Reyes, allí vivió el Profeta Elías con un grupo de jóvenes, dedicados a la oración. Corría el año 300 a J C, y una gran sequía asolaba la región; el Profeta subió a la montaña para pedir lluvia y divisó una nube de luminosa blancura de la cual brotaba el agua en abundancia; comprendió que la visión era un símbolo de la llegada del Salvador esperado, que nacería de una doncella inmaculada para traer una lluvia de bendiciones. Desde entonces, aquella pequeña comunidad se dedicó a rezar por la que sería madre del Redentor, comenzando así la devoción a Nuestra Señora del Carmen (o Carmelo).
UNA HISTORIA MILENARIA
Muchos acontecimientos han sucedido a través del tiempo, pero las oraciones continuaron elevándose desde el Carmelo: es que los hombres y las instituciones pasan, pero las obras de Dios permanecen porque participan un poco de su eternidad. Nace la Virgen María y llega a ser la madre del Salvador: según la tradición visitó a los monjes y los estimuló a continuar sus oraciones. Luego vino la pasión y muerte, seguidas de la resurrección y marcha al Cielo de Jesús, y más tarde de su Madre. Luego vendrán las invasiones musulmanas, pero las oraciones del Carmelo no se interrumpen sino que los monjes deciden trasladarse a Europa. Allí los encontramos en el Siglo XlII :su Superior, San Simón Stock estaba en oración, preocupado por nuevas persecuciones, cuando se le aparece la misma Madre de Dios para decirle: ”amadísimo hijo, recibe el escapulario de mi orden para que quien muriese llevándolo piadosamente, no padezca el fuego eterno”. El Papa Gregorio XIII declaró verdadera esta aparición después de serios estudios, y basándose en los favores que recibían los que usaban el escapulario. También fue reconocida esta aparición por el Papa Juan XXII, que recibió una nueva aparición de la Virgen, en la que prometía sacar del purgatorio el primer sábado después de su muerte a sus devotos.
LA VIRGEN DEL CARMEN EN MENDOZA
Esta devoción se difundió por toda Europa y contó con Santos de la talla de San Juan de la Cruz y Santa Teresa; no es extraño que llegara a América y acompañara el despertar a la fe de nuestros indígenas que la veneraron desde mediados del siglo XVI. Ya en el siglo XVIII se encuentra en Mendoza la imagen que hoy veneramos, pues don Pedro de Núñez “caballero de gran fortuna y devoción, donó la imagen y todo lo necesario para el culto de la Virgen del Carmen”.Primero estuvo en el templo de los Padres Jesuitas estando fundada la Cofradía. En 1.776, a raíz de la expulsiön de la Orden, la imagen fue trasladada a San Francisco, desde donde presidiría una de las más bellas jornadas de la historia de nuestra patria. Llega el año 1814, momento en el que San Martín hará de los pacíficos habitantes de Cuyo, heroicos soldados forjadores de libertad, pero ellos necesitarán una Madre que los ampare y de sentido a tanto sacrificio. Es de todos conocida la profunda devoción que el Libertador profesó a la Virgen y que lo hizo nombrarla Generala de su Ejército, superando los respetos humanos de una época en la que el liberalismo había impuesto la idea de que “la religión es asunto privado”. Tanta importancia dio al tema, que lo decidió con su Estado Mayor, según dice Espejo en su obra El Paso de los Andes:”la devoción a la Virgen del Carmen estaba muy arraigada en Cuyo y casi todos los soldados llevaban su escapulario, por eso fue ella la que tuvo preferencia” dice, y más adelante describe la brillante ceremonia (5 de enero de 1.817) durante la cual San Martín le entrega su bastón de mando, la nombra Generala, y hace bendecir también la Bandera de los Andes, ”saludada por dianas y la banda con cajas y clarines, mientras rompía una salva de veintiún cañonazos, ante el ejército de gran gala y todo el pueblo de Mendoza”. Más tarde, después de sus triunfos, entregará definitivamente su bastón, esta vez en el silencio que acompaña a todo lo grande y dejando aquella conocida carta:” la protección que ha prestado al Ejército de los Andes su Patrona y Generala la Virgen del Carmen son demasiado visibles...” Ambas reliquias, el bastón y la carta, se conservan hoy en el Camarín de la Virgen, como mudos testigos de la parte que Ella tuvo en la grandeza de alma de nuestro Libertador. Siendo Generala del Ejército Argentino, junto a la banda, acompaña a la imagen nuestra bandera. Como así también las banderas de Perú y Chile, al ser esta advocación Patrona de los 2 países vecinos.
LA CORONACIÓN PONTIFICIA
Por inquietud de Fray Leonardo Maldonado, el Papa Pío X, decretó: “que la Sagrada Imagen de la Virgen María bajo el título del Carmen que se venera en la Iglesia de San Francisco en Mendoza, sea con voto solemne coronada con corona de oro”. Apoyó su resolución en la “Suficiente constancia que existe de la popular veneración de la imagen, de su fama y celebridad como también de las gracias admirables y celestiales, dones concedidos copiosamente por ella”. La corona, ofrenda de sus devotos, le fue impuesta en memorable ceremonia el 8 de septiembre de 1.911 y es un recuerdo de tal solemnidad que se decretó tal día como Fiesta Patronal de la Provincia y en ese día, desde 1.950 es también honrada muy especialmente la Santísima Virgen del Carmen de Cuyo, en las escuelas de Mendoza, como Patrona de la Escuela Primaria, instituida en tal carácter por decisión superior; y de la educación en sus tres niveles por decreto del 30-08-80. En 1.982 fue declarada Patrona de la 8º Brigada de Montaña.
¿QUÉ ES EL ESCAPULARIO?
Ya antes del siglo X, se los usaba como símbolo de unión con una orden religiosa y su espiritualidad, aun viviendo la vida corriente en medio del mundo. Consistían en una franja de tela igual al hábito de los religiosos, que se introducía por la cabeza cayendo hacia adelante y atrás, de ahí su nombre que viene de escápula”, espalda en latín; con el tiempo redujeron su tamaño hasta el actual.. Lo importante es que no se trata de un amuleto o de algo con poderes mágicos. Es un signo sacramental que hace presente el amor de la Virgen hacia quienes son buenos hijos de Dios, viven en su amistad, o sea gracia y cumplen su ley. Hoy se sustituye para el uso diario por la medalla correspondiente, ambos reciben las mismas indulgencias y pueden ser usados por quienes no pertenecen a la Cofradía.
EL ESCAPULARIO - Requisitos y Gracias
Es un signo externo, sacramental, que presupone una vida de gracia. La preparación conveniente, consiste en:1- Ser muy devotos de la Santísima Virgen María, en especial bajo la advocación del Carmen de Cuyo. 2 - Participar en todas las ceremonias que se realizan en su honor. 3 - Saber que es un compromiso de por vida, una Alianza entre Nuestra Señora y el que lo recibe. 4 - Tener una conducta de acuerdo a las normas y leyes de la Iglesia. 5 - Unas de las condiciones primordiales impuestas por la Santísima Virgen del Carmen, es el uso permanente de este escapulario, o la medalla que lo reemplazó. Ésta debe ser con la imagen de la Virgen y el Sagrado Corazón en el reverso. 6 - Todas las personas que conforman la Hermandad del Carmelo, prometen rezar el Santo Rosario diariamente o al menos 3 Avemarías en honor a su Patrona.
El escapulario de la Santísima Virgen se impone todo los 1º Miércoles de mes, el 16 de julio y durante la novena, a las personas que lo deseen recibir. La promesa de la Virgen del Carmen a San Simón Stock fue que quien muriese con el escapulario no padecerá del fuego eterno. En otra aparición al Papa Juan XXII, prometió sacar del purgatorio a las almas que muriesen piadosamente, con el escapulario, en el Sábado siguiente a su muerte.
Se puede ganar indulgencia plenaria:
- el día en que se recibe el escapulario
- en la Solemnidad de la Santísima Virgen del Carmen: el 16 de julio.
- en la Festividad de San Simón Stock : el 16 de mayo.
- en la Festividad de San Elías, Profeta: el 20 de julio.
- en la Festividad de Santa Teresa de Jesús: el 15 de octubre.
- en la Festividad de San Juan de la Cruz: el 14 de diciembre.
- en la Festividad de Santa Teresita del N. Jesús: el 1 de octubre
- en la Festividad de todos los Santos de la Orden: el 14 de noviembre.
Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y al que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, y dieron origen, con el correr de los tiempos, a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Las sagradas Escrituras celebran la belleza del Carmelo, donde el profeta Elías defendió la pureza de la fe de Israel en el Dios vivo. En el siglo XII, algunos eremitas se retiraron a aquel monte, constituyendo más tarde una Orden dedicada a la vida contemplativa, bajo el patrocinio de la Virgen María.
Evangelio según San Mateo 11,25-27.
Jesús dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre, porque así lo has querido. Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
San Ireneo de Lyon (c.130-c.208), obispo, teólogo y mártir
Contra las herejías, IV, 6, 4.7.3
«Las has revelado a los pequeños»
El Señor nos enseña que la persona no puede llegar a conocer a Dios a no ser que el mismo Dios se lo manifieste; dicho de otra manera: no podemos conocer a Dios sin su ayuda. Pero el Padre quiere ser conocido: le conocerán aquellos a quienes el Hijo se lo revelará.... La palabra «revelará» no se refiere sólo al futuro, como si el Verbo no hubiera comenzado a revelar al Padre si no después de nacer de María, sino que se refiere a la totalidad del tiempo. Desde el principio, el Hijo, presente en la creación que él mismo ha modelado, revela el Padre a todos los que el Padre quiere, cuando quiere y como lo quiere. En todas las cosas y a través de todas las cosas, no existe más que un solo Dios Padre, un solo Verbo, un solo Espíritu y una sola salvación para todos los que creen en él.
En efecto, nadie puede conocer al Padre sin el Verbo de Dios, es decir, si el Hijo no se lo revela, ni conocer al Hijo sin el «beneplácito» del Padre... Jesús dijo a sus apóstoles: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre. Desde ahora lo conocéis y lo habéis visto." (Jn 14,6-7)
Santa Maria Magdalena Postel
En Saint-Sauveur-le-Vicomte, pueblo de Normandía, en Francia, santa María Magdalena Postel, virgen, la cual, durante la misma revolución, al haber sido expulsados todos los sacerdotes, prestó toda clase de servicios a los enfermos y, en general, a todos los fieles. Vuelta la paz, fundó en la más completa pobreza la Congregación de las Hijas de la Misericordia, para la formación de las jóvenes pobres.
Nació en Barfleur, en la Normandía francesa, el 28 de noviembre de 1756. A los nueve años tomó la Primera Comunión; pocos años después murieron sus padres.
Estudió en la abadía benedictina de Valognes, la cual abandonó para dedicarse a la educación y formación cristiana de mujeres sin recursos. A los dieciocho años fundó su primera escuela. Al estallar la Revolución y ser disueltas las órdenes religiosas, le fue encomendada la misión de custodiar y administrar el Pan Eucarístico y guardar los vasos y ornamentos sagrados (1789).
Durante más de diez años dio asilo a sacerdotes perseguidos y continuó en la clandestinidad su labor catequística; por ello, debido a su caridad y por los dones especiales que en ella radicaban, fue nombrada «la Virgen sacerdote».
Cuando estaba en presencia del Santísimo Sacramento, se dice que «ni siquiera un rayo podría distraerla». En 1798 ingresó como terciaria franciscana. En 1807 fundó en Cherburgo el Instituto de las Hermanas de las Escuelas Cristianas de la Misericordia, de regla severa y vida muy austera.
En este lugar murió el 16 de julio de 1846. Durante su fecunda vida fundó más de treinta y siete conventos e iglesias.
Fue canonizada por Pío XI el 24 de mayo de 1926
Nos apremia el amor, vírgenes santas
vosotras que seguisteis su camino,
guiadnos por las sendas de las almas
que hicieron de su amor amar divino.
Esperasteis en vela a vuestro Esposo
en la noche fugaz de vuestra vida,
cuándo llamó a la puerta, vuestro gozo
fue contemplar su gloria sin medida.
Vuestra fe y vuestro amor un fuego ardiente
que mantuvo la llama en la tardanza,
vuestra antorcha encendida ansiosamente
a colmado de luz vuestra esperanza.
Pues gozáis ya las nupcias que el Cordero
con la Iglesia de Dios ha celebrado,
no dejéis que se apague nuestro fuego
en la pereza y el sueño del pecado.
Demos gracias a Dios y, humildemente,
pidamos al Señor que su llamada
nos encuentre en vigilia permanente,
despiertos en la fe y en veste blanca. Amén
Oremos
Tú, Señor, que te complaces en habitar en los limpios y sinceros de corazón, por intercesión de Santa María Magdalena Postel, virgen, concédenos vivir de tal manera que merezcamos tenerte siempre entre nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Te llevo en el corazón
La Eucaristía de despedida de esa persona tan querida había terminado. Fue entonces que un amigo habló brevemente y explicó qué significa llevar a alguien en el corazón. Todos guardaba un silencio absoluto. El parlamento fue breve y nos impactó profundamente. Esta manera de decir que amamos a alguien más allá de la vida nos ha marcado, y posiblemente nos ha abierto un poco más a la dimensión desconocida.
Te llevo en el corazón es una expresión muy antigua. Está ya en la Biblia, y más concretamente se dice que la imagen de lo que amas la tenemos grabada en nuestro corazón. El corazón se expresa como símbolo real de la propia conciencia en la dimensión afectiva de amor. Te llevo en el corazón significa: tú estás en mí en una plenitud especial.
Estás en mí porque tengo una memoria de ti, de tu persona, de tu manera de ser, de lo que hemos vivido juntos, de tantas cosas que seguramente hemos compartido, nos hemos dicho y querido. Memoria significa mucho más que recuerdo. En la memoria hay un recuerdo suavizado de ternura, de agradecimiento, de la buena suerte de haberte conocido y que estuvieras.
No sólo existe la memoria sino mucho más. Es que resulta que cuando te digo "te llevo en el corazón" me doy cuenta que en mi tejido interior hay cosas de ti que me han ayudado a ser. Al fin y al cabo todos somos necesariamente comunitarios desde el momento que empezamos la aventura de vivir. Como nos ha costado llegar a la conciencia de un yo autónomo y capaz de decidir y estimar en libertad aunque sea condicionada! Estoy tejido también por ti. Sigues en este mundo o has ido al otro ... pero nadie puede anular tu huella.
Cuando me doy cuenta que te llevo en el corazón tú revives en mí. Te presto mi vida, mi energía y vigor, y estás vivo intencionalmente. Eres nuevo otra vez y seguramente en la emoción contenida. Seas ahora donde estés, sabes que hay una conexión entre nosotros y que el amor no se interrumpe ni por causa de la muerte.
Ahora por fin entendí lo que llamamos "comunión de los santos", el hecho de que haya gente que dice que sin saber cómo se relaciona con otros que no están presentes de forma inmediata. Y todo ello, nos ayuda a descubrir un poco más el sentido y el valor comunitario, amoroso y unitario de la Eucaristía.
EL MEDIADOR
Isaías 10, 5-7. 13-16; Sal 93, 5-6. 7-8. 9-10. 14-15; Mateo 11, 25-27
Jesús da gracias porque ha revelado sus designios a la gente sencilla y no a los sabios y entendidos de este mundo. En primer lugar nos indica que Jesús agradece el designio del Padre, porque a éste (al Padre) le ha parecido mejor. Aquí nos señala un modo de proceder en nuestra vida. Siempre hemos de agradecer lo que Dios dispone. En un comentario anónimo de los primeros siglos se dice: “No dice por qué razón le ha parecido bien, sino únicamente da gracias al Padre porque así le ha parecido bien.” Participar de este gozo de Jesucristo por la realización del plan de Dios, más allá de las previsiones humanas (porque no es lo que nosotros hubiéramos dispuesto), supone un grado muy alto de unión con su corazón. Entender cómo se realiza la salvación deseada por Dios por caminos impensados sólo es posible por una especial iluminación del Espíritu Santo. Aquí no se habla de una resignación de Cristo sino de un auténtico gozo interior porque se realiza la voluntad de Dios como Él quiere.
Una de las grandes apariciones de la Virgen fue a Bernardette en Lourdes. Una autora francesa, Maurice Auclair, recogió algunas palabras de la santa que después se han conocido como el Testamento de Bernardette. En una de las frases dice la santa francesa: “Te doy gracias porque si en Lourdes hubiera habido otra niña más pobre y estúpida que yo, te habrías mostrado a ella“. Esas palabras, que nos sorprenden, nos ilustran sobre esa sencillez y pequeñez de la que habla el Señor en el Evangelio. Confunde a los poderosos de este mundo, pero es el terreno abonado para que se manifieste el Señor. Él se gloria mostrando así su misericordia y revelando su grandeza a los pequeños.
Tras esa introducción Jesús se nos presenta como engarce entre nosotros y Dios. Porque dónde mejor se cumple la voluntad de Dios es en el mismo Jesús, que se hizo humilde para ser recibido por los humildes. Contemplando a Jesús vemos cómo se realiza el plan de Dios y unidos a Él permitimos que la voluntad de Dios se cumpla también en nuestras vidas.
Reconocer la humanidad de Jesús es también un signo de humildad. Aceptar que las palabras de la Biblia, incluso en los textos menos hermosos literariamente, o aceptar la sencillez de los sacramentos es un signo de esa sencillez. Lo mismo podríamos decir de aceptar que Dios se sirva de ministros humanos, en los que reconocemos defectos y limitaciones. Aceptar todo eso forma parte de la sencillez de la que habla el Señor. He conocido personas que, desde la soberbia, se apartaban de la gracia, porque les parecían poco dignos los medios utilizados por Dios. El Señor se abaja hasta nosotros y, nosotros, muchas veces podemos no reconocerlo por la tontería de querer ponernos por encima de Él. Que María nos enseñe a ser humildes como ella para así poder recibir al Señor y poder gozar de sus bienes
Los resortes de la fe: la oración, el ayuno y la misericordia - San Pedro Crisólogo
Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, que la devoción sea constante y la virtud permanente: la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizan recíprocamente. El ayuno, en efecto, es el alma de la oración, y la misericordia es la vida del ayuno. Que nadie trate de dividirlos, pues no pueden separarse. Quien posee uno solo de los tres, si al mismo tiempo no posee los otros dos, no posee ninguno. Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca. Que el que ayuna entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiera que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda quien desea que Dios le responda a él. Díctate a ti mismo la norma de la misericordia, de acuerdo con la manera, la medida y la diligencia con que quieres que tengan misericordia contigo.
Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen
¡Oh! ¡Qué bien pagado quedaría mi esfuerzo, si éste humilde escrito cae en manos de una persona bien dispuesta, nacida de Dios y de María y "no de la sangre ni de la carne ni de la voluntad de varón", le descubre e inspira, por gracia del Espíritu Santo, la excelencia y precio de la verdadera sólida devoción a la Santísima Virgen, que ahora voy a exponerte! Si supiera que mi sangre pecadora serviría para hacer penetrar en tu corazón, lector amigo, las verdades que escribo en honor de mi amada Madre y soberana Señora, de quien soy el último de los hijos y esclavos, con mi sangre en vez de tinta trazaría estas líneas. Pues ¡abrigo la esperanza de hallar personas generosas, que por su fidelidad a la práctica que voy a enseñarte, resarcirán a mi amada Madre y Señora por los daños que ha sufrido a causa de mi ingratitud e infidelidad!
Nuestra Señora del Carmen
Este título o advocación de la Virgen María se honra en todo el mundo. La devoción y su propagación se debe, principalmente, a la familia carmelitana. De ella vinieron los nombres populares en España de Carmelo, Carmen y Carmela, o de Camilo y Carmina, en Italia. La veneración y el culto están íntimamente relacionados con la abultada historia del monte Carmelo y con la difusión del Escapulario, esos pedazos de paño marrón para la espalda y el pecho, unidos por hilos, que llevan la inscripción de la Virgen del Carmen, y que una vez impuesto puede cambiarse por medalla de oro, plata o níquel sin pérdida de mérito por parte de quien lo usa. Tuvo mucho que ver el santo carmelita Simón Stock, abad del monasterio cuando la Orden pasaba por momentos malos de adaptación al nuevo medio, y estaba apurada por la poca aceptación de la gente que vivía en donde aterrizaron aquellos hombres venidos del Oriente. Los innegables prodigios y milagros, operados por Dios mediante la intercesión de su Madre con ese nombre en todas partes del mundo y en todas las épocas, han avalado la extensión y afianzamiento de su culto.
El nombre viene del monte Carmelo que está en Galilea –el otro de Judea es un puro rocadal desértico–, donde crecen árboles y flores ya cantados por la misma Escritura en tantos lugares. Allí fue donde Elías ejerció parte del ministerio profético, cerrando el cielo para la lluvia por espacio de tres años y medio con la intención de medicinar y doblegar con su pedagogía al pueblo infiel e incrédulo; y cuando decidió poner remedio a aquella sequía letal para hombres y bestias, mandando a su sirviente que subiera a la cima hasta siete veces seguidas para escudriñar el cielo; aquel criado llegó a descubrir una nubecilla pequeña y blanca que venía del mar y que acabaría poniendo límite a la sed mortal e irremediable del pueblo. Los más listos y piadosos supieron ver en ella, desde el siglo xiv, el símbolo o figura de la Virgen Inmaculada.
El monte Carmelo se llenó de cristianos que deseaban dedicar su vida a la oración continua en soledad por los parajes próximos al sitio donde sucedieron en la historia los hechos portentosos de la Redención. Por eso, aquellos eremitas recibieron el nombre toponímico de ‘carmelitas’. Levantaron un templo donde rezaban juntos, y aquello empezó a ser punto de referencia y de acogida de los peregrinos hasta el siglo XII, que se acercaban a ponerse bajo la protección de la Virgen María al abrigo de tanto eremita santo. Luego desaparecieron los carmelitas del monte; se vieron forzados a venirse a Occidente, porque ya su presencia en aquellas latitudes no era soportable por el peligro continuo de las invasiones mahometanas.
Con san Simón Stock (1165-1265) tuvo detalles de delicadeza la Virgen María en la difícil adaptación de los carmelitas al nuevo medio: soportar clima tan distinto, cambiar su vida de eremitas por otros parámetros y ni siquiera contar con la aceptación de los cristianos –ni aun de los clérigos– amén de algunas deserciones o abandonos que añadían tristeza a las dificultades. Todo eran rezos por parte del abad y todo era prestar atención a lo que Dios quisiera. La entrega del escapulario por parte de la Virgen con la promesa de protección «quien muera con él se salvará» para alcanzar la vida eterna, y de reducción de las penas del Purgatorio a quien lo llevara de por vida, hizo de contrapunto para renovar energías, y continuar con el Querer sobrenatural el nuevo estilo. Así desparramaron por el mundo la promesa de protección que brindaba María. Era un respiro nuevo, una nueva fuerza, casi un nuevo nacimiento que favoreció la entrega total del Carmelo a María.
El título de la Virgen del Carmen unido al Escapulario arraigó en todas las clases sociales. La predicación persistente del santo distintivo cayó como la lluvia en la tierra seca y se fue haciendo cada día más grata al pueblo, se introdujo en las familias sencillas y en las cortes de los nobles. Proliferaron las imágenes en los templos para la veneración sincera de los cristianos. Se contaron milagros, prodigios, favores sin cuento; así comenzó el patronazgo por los mares sobre naves y navegantes. La advocación a la Virgen con el nombre de Nuestra Señora del Carmen se hizo tan amplio que la Iglesia lo bendijo.
Honorio III aprobó en 1226 la regla carmelitana. El papa Urbano VI aceptó el nombre de los «Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo» y los bendecía el 26 de abril de 1379. La fiesta empezó a ser privada por disposición del papa Clemente X en 1674 para los dominios del Rey Católico, y pasó a toda la Cristiandad el 24 de setiembre de 1726 por decisión estudiada del papa Benedicto XIII.
Quizá convenga advertir a nuestro mundo –apasionadamente utilitarista y tan acostumbrado a lo práctico– que las gracias prometidas al Escapulario no son de carácter automático, como podría prometer un agente de pólizas de seguro al ofertar su producto. Más bien, se requiere la disposición del espíritu cristiano deseoso de seguir a Cristo y ganar el Cielo. El Escapulario –presente sobre el cuerpo– alienta en la lucha personal y permanente por la fidelidad a la fe y seguimiento de los pasos de Jesús, animando a ser asiduos en la oración y a cuidar el cumplimiento de las obligaciones morales de la persona que tiene la gracia de llevarlo impuesto. No es un privilegio; sí una ayuda para vivir según Jesús por María. Recomendable –hoy como ayer– su devoción y aprecio, porque vestir con el vestido de María indica el deseo de vivir su vida, en gracia de Dios, y eso ayuda a morir con Dios dentro. Llevándolo siempre, quien pertenece a la Cofradía del Monte Carmelo sabe que cuenta con la ayuda de las oraciones y penitencias de toda la familia carmelitana –de monjas y de frailes–, porque de ellas se participa, para llevar con éxito el esfuerzo diario por vivir las virtudes cristianas según el estado que cada uno tenga. Es una garantía –porque se ve y se toca– para mantener elevado el pensamiento a los bienes más altos del Cielo. ¡Y eso es muy bueno! ¿Verdad?
A la Virgen del Carmen... "Estrella de la mar"
Estrella de la mar...
Un saludo que se hace canto,
como allá, en Nazaret,
cuando volvió a nacer la historia.
Un saludo que se hace grito de angustia,
porque seguimos caminando a ciegas,
sin fuerzas para vencer el mal.
Un saludo que se hace esperanza
de la Nueva Tierra
y del encuentro definitivo con Cristo.
Estrella de la mar... Madre del pueblo.
--- Estrella de la mar ---
Estrella de la mar, yo te saludo,
Santa Madre de Dios, puerta del cielo,
como un ángel de luz te saludara
cuando la historia comenzó de nuevo.
Estrella de la mar, te saludamos.
Estrella de la mar, Madre del pueblo.
Danos la paz, la paz como el cimiento.
Danos la luz, porque seguimos ciegos.
Y para que arranquemos nuestros males,
danos la libertad, que estamos presos.
Estrella de la mar, te saludamos.
Estrella de la mar, Madre del pueblo.
Demuestra que eres Madre de los hombres
abriéndonos camino para el cielo,
y enséñanos a Cristo, nuestro Hermano,
Estrella de la mar, que es nuestro puerto.
Estrella de la mar, te saludamos.
Estrella de la mar, Madre del pueblo.
Letra: F. Segura - J.A. Espinosa
Música: Juan Antonio Espinosa
Nuestra Señora del Carmen
Advocación Mariana, 16 de julio
Patrona de los marineros
Memoria de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo, monte en el que Elías consiguió que el pueblo de Israel volviese a dar culto al Dios vivo y en el que, más tarde, algunos, buscando la soledad, se retiraron para hacer vida eremítica, dando origen con el correr del tiempo a una orden religiosa de vida contemplativa, que tiene como patrona y protectora a la Madre de Dios.
Desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
En las palabras de Benedicto XVI, 15,VII,06:
"El Carmelo, alto promontorio que se yergue en la costa oriental del Mar Mediterráneo, a la altura de Galilea, tiene en sus faldas numerosas grutas naturales, predilectas de los eremitas. El más célebre de estos hombres de Dios fue el gran profeta Elías, quien en el siglo IX antes de Cristo defendió valientemente de la contaminación de los cultos idolátricos la pureza de la fe en el Dios único y verdadero. Inspirándose en la figura de Elías, surgió al Orden contemplativa de los «Carmelitas», familia religiosa que cuenta entre sus miembros con grandes santos, como Teresa de Ávila, Juan de la Cruz, Teresa del Niño Jesús y Teresa Benedicta de la Cruz (en el siglo, Edith Stein). Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó que Jesús, Verbo encarnado, es el culmen, la cumbre del encuentro del hombre con Dios. Acogiendo plenamente la Palabra, «llegó felizmente a la santa montaña» (Oración de la colecta de la Memoria), y vive para siempre, en alma y cuerpo, con el Señor. A la Reina del Monte Carmelo deseo hoy confiar todas las comunidades de vida contemplativa esparcidas por el mundo, de manera especial las de la Orden Carmelitana, entre las que recuerdo el monasterio de Quart, no muy lejano de aquí [Valle de Aosta]. Que María ayude a cada cristiano a encontrar a Dios en el silencio de la oración.
La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.
Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
Los Carmelitas y la devoción a la Virgen del Carmen se difunden por el mundo
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos se venera en el Carmelo. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.
La devoción a la Virgen del Carmen se propagó particularmente en los lugares donde los carmelitas se establecieron.
España
Entre los lugares en que se venera en España la Virgen de España como patrona está Beniaján, Murcia. Vea ahí mas imágenes.
América
Es patrona de Chile; en el Ecuador es reina de la región de Cuenca y del Azuay, recibiendo la coronación pontificia el 16 de Julio del 2002. En la iglesia del monasterio de la Asunción en Cuenca se venera hace más de 300 años. Es además venerada por muchos en todo el continente.