Que las buenas obras broten de nuestro interior, de cara a Dios.
- 13 Octubre 2015
- 13 Octubre 2015
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Evangelio según San Lucas 11,37-41.
Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: "¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.
Notre-Dame de Fatima (fin des apparitions)
Las Extraordinarias Últimas Apariciones de Fátima y Akita el Mismo Día del Año (13 de octubre)
Una fecha mariana muy especial. El 13 de octubre es una fecha muy significativa para las apariciones de la Virgen María. En 1917 se produce la última aparición de Fátima donde los presentes pueden ver la danza del sol.
Y en 1973 se produce la última aparición en Akita, Japón, en que María habla de la hermana Agnes de los castigos sobre la humanidad y la infirltración del maligno en la Iglesia. El 13 de octubre es una fecha clave en la aparición de la Virgen, que en Cava da Iría, Portugal, se les había aparecido a 3 niños pastorcitos, analfabetos, en mayo de 1917 por primera vez. El 13 de octubre de 1917 se les aparece la Virgen por última vez y los 70.000 concurrentes ven la “danza del sol”. El 13 de octubre de 1921 se permite por primera vez celebrar la Santa Misa en el lugar. Y el 13 de octubre de 1930 el obispo de Leira declara dignas de fe las apariciones y autoriza el culto de Nuestra Señora de Fátima.
– Quiero que vengáis aquí el día 13 de octubre y que continuéis rezando el rosario todos los días para alcanzar el fin de la guerra. El último día vendrá también San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo y Nuestro Señor para bendecir al pueblo.
Lucía le transmite los pedidos de curación de algunos enfermos, que Ella recibe satisfactoriamente. Y prosigue la conversación: – ¡Haga un milagro para que toda la gente crea que Ud. se nos aparece!. – Sí, en octubre haré un milagro para que todos crean. Y la Virgen añadió: – Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; llevadla sólo durante el día.
Durante la noche del 12 al 13 de octubre había llovido toda la noche, empapando el suelo y a los miles de peregrinos que viajaban a Fátima de todas partes. A pie, por carro y carrozas venían, entrando a la zona de Cova por el camino de Fátima – Leiria, que hoy en día todavía pasa frente a la gran plaza de la Basílica. De ahí bajaban hacia el lugar de las apariciones.
Hoy en día en el sitio está la capillita moderna de vidrio, encerrando la primera que se construyó y la estatua de Nuestra Señora del Rosario de Fátima donde estaba el encino. En cuanto a los niños, lograron llegar a Cova entre las adulaciones y el escepticismo que los había perseguido desde mayo. Cuando llegaron encontraron críticos que los cuestionaban su veracidad y la puntualidad de la Señora, quien había prometido llegar al medio día. Ya habían pasado las doce según la hora oficial del país. Sin embargo cuando el sol había llegado a su apogeo la Señora se apareció como había dicho.
– ¿Qué quieres de mi? – Quiero que se construya una capilla aquí en mi honor. Quiero que continúen diciendo el Rosario todos los días. La guerra pronto terminará, y los soldados regresarán a sus hogares. – Si, Si – ¿Me dirás tu nombre? – Yo soy la Señora del Rosario – Tengo muchas peticiones de muchas personas. ¿Se las concederás? – Algunas serán concedidas, y otras las debo negar. Las personas deben rehacer sus vidas y pedir perdón por sus pecados. ¡No deben de ofender más a nuestro Señor, ya es ofendido demasiado! – ¿Y eso es todo lo que tienes que pedir? – No hay nada más
Mientras la Señora del Rosario se eleva hacia el este ella tornó las palmas de sus manos hacia el cielo oscuro. Aunque la lluvia había cedido, nubes oscuras continuaban a oscurecer el sol, que de repente se escapa entre ellos y se ve como un suave disco de plata.
“¡Miren el sol!”
En este momento dos distintas apariciones pudieron ser vistas, el fenómeno del sol presenciado por los 70,000 espectadores y aquella que fue vista sólo por los niños. Lucía describe esta aparición en su diario.
LO QUE VIERON LOS VIDENTES “Después que la Virgen se desapareció en la inmensa distancia del firmamento, vimos San José y al Niño Jesús que parecían estar bendiciendo el mundo, ya que hacían la señal de la cruz con sus manos. Un poco después cuando esta aparición terminó vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, me parece que era lo Dolorosa. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo al igual que lo había hecho San José. Esta aparición también desapareció y vi a Nuestra Señora una vez más, parecida a nuestra Señora del Carmen”. (Sólo Lucia vio la última aparición, anticipando su entrada al Carmelo unos años después).
Estas serían las últimas apariciones en Fátima para Jacinta y Francisco. Sin embargo a Lucía nuestra Señora se la apareció una séptima vez en 1920, como lo había prometido la Señora el mes de mayo. Esta vez Lucía estaba en oración en la Cova antes de dejar Fátima para ir a un internado de niñas. La Señora vino para alentarla a que se dedicara enteramente a Dios. Mientras los niños veían las diversas apariciones de Jesús, María y San José, la multitud presenció un prodigio diferente, el ahora conocido como el famoso milagro del sol.
Desde el camino, donde estaban estacionados los vehículos donde cientos de personas se habían quedado ya que no querían vencer el lodo, uno podía ver la gran multitud volverse hacia el sol, que parecía sin nubes y estaba en su apogeo. Parecía una placa de pura plata y se podía mirar fijamente sin incomodar. Pudo haber sido un eclipse que sucedía en ese momento. Pero en ese mismo momento se produjo un gran grito, y uno podía escuchar a los espectadores más cercanos gritas: ¡un milagro! ¡un milagro!
Ante el asombro reflejado en los ojos de los espectadores, cuya semblanza era bíblica ya que todos tenían la cabeza descubierta, y que buscaban ansiosamente algo en el cielo, el sol temblaba, hizo ciertos movimientos repentinos fuera de las leyes cósmicas, el sol “danzaba” de acuerdo a las expresiones típicas de la gente.
Había un viejecito parado en las escaleras de un ómnibus con su rostro volteado hacía el sol que recitaba el credo en alta voz. Pregunté quien era y me dijeron que era el señor Joao da Cunha Vasconcelos. Lo vi después dirigiéndose a los que estaban a su alrededor con sus sombreros puestos y les imploró vehementemente que se descubrieran sus cabezas ante tan extraordinario milagro. La gente se preguntaban los unos a los otros lo que habían visto. La gran mayoría admitió ver el sol danzando y temblando, otros afirmaban que habían visto el rostro de la Virgen Santísima. Otros juraron que vieron el sol girar como una rueda que se acercaba a la tierra como si fuera a quemarla con sus rayos. Algunos dijeron haber visto cambios de colores sucesivamente.
A la una en punto de la tarde, mediodía solar, la lluvia cesó, el cielo de color gris nacarado iluminaba la vasta región árida con una extraña luz. El sol tenía como un velo de gasa transparente que hacía fácil el mirarlo fijamente. El tono grisáceo madre perla que se tornó en una lámina de plata que se rompió cuando las nubes se abrían y el sol de plata envuelto en el mismo velo de luz gris, se vio girar y moverse en el circulo de las nubes abiertas. De todas las bocas se escuchó un gemido y las personas cayeron de rodillas sobre el suelo fangoso.
La luz se tornó en un azul precioso, como si atravesara el vitral de una catedral y esparció sus rayos sobre las personas que estaban de rodillas con los brazos extendidos. El azul desapareció lentamente y luego la luz pareció traspasar un cristal amarillo. La luz amarilla tiñó los pañuelos blancos, las faldas oscuras de las mujeres. Lo mismo sucedió en los árboles, las piedras y en la sierra. La gente lloraba y oraba con la cabeza descubierta ante la presencia del milagro que habían esperado. Los segundos parecían como horas, así de intensos eran.
TI MARTO (PADRE DE JACINTA Y FRANCISCO)
Podíamos mirar con facilidad el sol, que por alguna razón no nos cegaba. Parecía titilar primero en un sentido y luego en otro. Sus rayos se esparcían en muchas direcciones y pintaban todas las cosas en diferentes colores, los árboles, la gente el aire y la tierra. Pero lo más extraordinario para mí era que el sol no lastimaba nuestros ojos.
Todo estaba tranquilo y en silencio y todos miraban hacia arriba. De pronto pareció que el sol dejó de girar. Luego comenzó a moverse y a danzar en el cielo, hasta que parecía desprenderse de su lugar y caer sobre nosotros. Fue un momento terrible.
San Clemente de Roma, papa del año 90 a 100 aproximadamente Carta a los Corintios, 14-16
«Purificar el interior de nuestro corazón»
Es justo y santo, hermanos, obedecer a Dios antes que seguir a los agitadores orgullosos… Acerquémonos a los que con amor ponen en práctica la paz, no a los que fingen quererla. Puesto que, en efecto, en alguna parte se dice: «Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí» (Is 29,13 ; Mc 7,6). Y también: «Con la boca, bendicen, pero con el corazón, maldicen» (Sl 61,5) Y también: «Con la boca han dicho que le amaban, y con la lengua le han mentido; de corazón no eran sinceros con él y no permanecieron fieles a su alianza» (Sl 77,36)… Cristo pertenece a los que son humildes de corazón, no a los que se ponen por encima de su rebaño. El cetro de la majestad de Dios (cf Heb 1,8), el Señor Jesucristo, no ha venido lleno de arrogancia y orgullo –y, sin embargo, podía haberlo hecho- sino con humildad de corazón, tal como el Espíritu Santo había dicho de él: «¿Quién ha creído nuestra palabra? y el brazo del Señor ¿a quién se ha revelado? Lo hemos anunciado como un niño, como una raíz en tierra árida. No tenía belleza ni esplendor; lo hemos visto… mas su aspecto era despreciable» (Is 53,1-3)… Ved, pues, amados míos, cuál es el modelo que se nos ha dado. Si el Señor se ha humillado tanto, ¿qué hemos de hacer nosotros a quienes nos ha concedido poder caminar bajo el yugo de su gracia?
Cardenales entrando al Sínodo
Pell y Napier se desvinculan, mientras que Müller advierte un "nuevo Vatileaks" tras la filtración
Ya sólo son siete los firmantes de la "carta de los 13" cardenales contra el Papa
El texto se conoció después de que Francisco saliera al paso de la "hermenéutica de la conspiración"
Redacción, 13 de octubre de 2015 a las 12:30
Müller: "Es un escándalo que se publique una misiva privada del pontífice. Esto es un nuevo Vatileaks (...). La intención de quien ha querido hacer pública esta carta es la de sembrar peleas y crear tensiones. Me parece claro"
Como en la novela de Agatha Christie, Diez Negritos, cada vez van quedando menos cardenales que aseguran haber firmado, o estar de acuerdo, con la polémica "carta de los 13", criticando la metodología del Sínodo y, en resumidas cuentas, contra el propio Papa. Así, a los desmentidos de Scola, Vingt-Trois, Erdo y Piacenza, se suman ahora George Pell, quien niega haber firmado un escrito con ese contenido, y el cardenal Napier, quien anunció que retiraba su firma de dicho texto. A falta de nuevas renuncias, únicamente quedan siete de los firmantes originales, cuyo silencio les retrata.
Lo que nadie puede evitar, a estas alturas, es que la publicación de esta carta, denunciando lametodología utilizada y un intento de manipular el resultado del Sínodo sobre la Familia ha creado malestar entre los participantes y enturbiado la celebración de la reunión.
El periodista del semanal italiano "L'Espresso" especializado en el Vaticano, Sandro Magister (a quien se le retiró la acreditación tras saltarse el embargo de la última encíclica papal), publicaba el lunes en su blog una carta firmada por 13 cardenales pertenecientes al área más conservadora de la Iglesia católica en la que informaban al papa de su oposición a la metodología aplicada en este sínodo.
También se acusaba de querer manipular el resultado al concentrarse demasiado en cuestiones como la de permitir el acceso a los sacramentos a los divorciados vueltos a casar.
Las dudas sobre si la carta era verdadera surgieron después de que varios cardenales desmintieran que hubieran firmado la misiva, pero la prensa italiana publica hoy declaraciones del cardenal George Pell que confirman la existencia de este documento enviado al papa sobre el sínodo, aunque él desmiente categóricamente el contenido publicado.
"Las firmas están equivocadas, pero sobre todo el contenido está equivocado. La mayor parte del contenido no corresponde. No sé por qué ha pasado esto y quién la ha filtrado así", explicó Pell, también prefecto de la nueva Secretaría de Economía, en declaraciones publicadas hoy por el diario "La Repubblica".
El misterio está servido y como en otro de los escándalos que en el pasado convulsionaron el Vaticano, Vatileaks, ahora los miembros de la Iglesia se preguntan quién ha filtrado el documento al periodista, con qué objetivo y cuál era el verdadero contenido de la misiva.
Cuatro cardenales dijeron explícitamente que no firmaron nada: el arzobispo de Milán, Angelo Scola, y el arzobispo de París, Andrè Vingt-Trois; el relator general del sínodo, el húngaro Peter Erdo, y el penitenciario mayor, Mauro Piacenza.
Diferente la versión del cardenal sudafricano Fox Napier, quien dijo que retiraba la firma de la carta porque el texto no correspondía con el contenido que le habían comunicado.
El cardenal alemán Ludwig Müller, prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe (el ex Santo Oficio), también aparece entre los firmantes, y hoy en declaraciones a "Corriere della Sera", aunque no quiere confirmar ni desmentir su firma, denuncia que haya sido publicada.
"Es un escándalo que se publique una misiva privada del pontífice. Esto es un nuevo Vatileaks (...). La intención de quien ha querido hacer pública esta carta es la de sembrar peleas y crear tensiones. Me parece claro", afirmó Müller.
Por ahora, el resto, entre los que se encuentra el cardenal Jorge Urosa Savino, arzobispo de Caracas, guarda silencio.
En la carta publicada se lee que "la nueva metodología que guía el sínodo parece asegurar una excesiva influencia sobre las deliberaciones del sínodo y el documento sinodal final".
En detalle se refiere al mayor espacio de discusión de los llamados Círculos Menores, en los que se agrupan por idiomas los participantes, y en que la comisión para la redacción del documento final no se haya elegido sino que haya sido nombrada por el papa, así como también critican el contenido del "Instrumentum Laboris", el documento sobre el que se basa la discusión.
Pero lo que consideran más "urgente" es que "varios padres han expresado su preocupación de que un sínodo planificado para afrontar una cuestión pastoral vital -reforzar la dignidad del matrimonio y la familia- pueda llegar a estar dominado por el problema teológico/doctrinal de la comunión a los divorciados que se han vuelto a casar por lo civil".
La misiva tendría fecha del 5 de octubre, justo el día en el que comenzó el sínodo. Eso explicaría la intervención por sorpresa al día siguiente del papa Francisco, cuando tomó la palabra en el Sínodo e invitó a los 270 padres sinodales a evitar pensar que existen "complots" o "manipulaciones".
El papa habló a los presentes de la "hermenéutica de la conspiración" y les invitó a tener "una plena confianza los unos en los otros, estar convencidos de lo que se expresa, y que el proceso sinodal se celebra en plena libertad y expresión sincera de las propias opiniones".
Este nuevo episodio ha vuelto a demostrar que a pesar de que el papa les invitó a no pensar que el Sínodo era un "Parlamento" compuesto por facciones, la Iglesia está dividida y el ala más conservadora sigue mostrando sus inquietudes ante la posibilidad de que se produzcan aperturas o cambios en la que consideran la intocable doctrina.
Purificáis por fuera la copa y por dentro estáis llenos de maldad
Lucas 11, 37-41. Tiempo Ordinario. Que las buenas obras broten de nuestro interior, de cara a Dios.
Oración introductoria
Padre, tu que ves en lo secreto y lo conoces todo, ayùdame a no dar importancia a lo exterior, que cada dìa pueda llenar mi corazòn de tu amor.
Petición
Jesús, llèname de tu amor para nunca juzgar lo que hacen los demás y preocuparme para que mis obras estèn llenas de bondad.
Meditación del Papa Francisco
¿Nuestra vida es una vida cristiana de cosmética, de apariencia o es una vida cristiana con la fe que trabaja por la caridad?
Jesús dice de ellos «sepulcros blanqueados» para pisar ciertas actitudes, definidas por Él duramente como inmundicia, podredumbre.
También Pablo discute con los Gálatas por el mismo motivo, por su apego a la ley. La ley por sí sola no salva.
Lo que vale es la fe. ¿Qué fe? La que trabaja por medio de la caridad. El mismo discurso de Jesús al fariseo. Una fe que no es solamente recitar el Credo: todos nosotros creemos en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, en la vida eterna... ¡Todos creemos! Pero esta es una fe inamovible, no trabajadora. Lo que vale en Cristo Jesús es su labor que viene de la fe o mejor la fe que se hace trabajadora en la caridad, es decir, vuelve a la limosna. Limosna en el sentido más amplio de la palabra: desprenderse de la dictadura del dinero, de la idolatría del dinero. Toda codicia nos aleja de Jesucristo. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 14 de octubre de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
El Señor reprende a los fariseos porque quiere ayudarles a ver que viven en la hipocresía, que de nada les valen sus "buenas obras" y su observancia de la ley, si por dentro están sucios. Un hombre captó en profundidad este mensaje de Cristo y entonces dijo: "Quiero escribir el libro de mi vida, no de cara a los hombres, sino cara a cara con Dios". Descubrió que no vale la pena vivir fingiendo, vivir de apariencias, para crearse una buena imagen ante los demás, porque podemos engañar a los hombres, e incluso a nosotros mismos. Pero no a Dios, que ve en lo secreto y lo conoce todo. Descubrió la insatisfacción y el desasosiego en que se vive cuando hay dualidad e hipocresía, cuando se vive con una máscara, se sonríe por fuera y se llora amargamente en el interior. Se dejó convencer al sentir la paz que deja la autenticidad y la coherencia de vida.
Propósito
Que las buenas obras broten de nuestro interior, de nuestro amor a Dios y al prójimo, que nacen del corazón. Que nuestra intención no sea impresionar a los hombres, sino sencillamente agradar a Dios y ser un testimonio alentador para los que nos rodean.
El amor más entrañable ahí está por ti.
Meditaciónes del Rosario. Quinto Misterio de la Luz. Institución de la Eucaristía. Ahí hallarás al compañero de camino.
La persona que más te quiere descúbrela ahí. Ahí hallarás la Víctima que constantemente se ofrece por ti, en tu lugar, que paga amorosamente por tus culpas y pecados. El cuchillo que no quiso Dios que Abraham clavara en el cuello de su hijo Isaac, permitió que se clavara en las manos, en los pies y el corazón de su propio Hijo. Por amor a nosotros, La deuda enorme que nosotros ni siquiera sospechamos cuan tremenda es, la pagó Jesús completamente en el Calvario, y la siguen pagando en la Eucaristía. Se trata de una Víctima que sufre en nuestro lugar. El soldado en cuyo lugar murió San Maximiliano Kolbe sí nos podría decir qué significa que otra persona muera en nuestro lugar, cuando vio el cadáver de su bienhechor. Parece que nosotros nos impresiona ya de tanto ver el cadáver, es decir, el crucifijo. Ahí encontrarás el Pan de la vida que sacia el hambre del alma y el agua viva que sacia la sed de eternidad y de amor. Si de hambre y de sed se trata, nunca el hombre se ha sentido más hambriento y sediento que hoy. Se mueren millares de jóvenes, de hombres y mujeres de pura hambre, de pura sed: sed de eternidad, de cariño, de sentido de vivir.
Cuando uno quiere hablar con la verdad, no tiene más remedio que decir: “Vengo cansado de buscar inútilmente por tantos caminos. No he encontrado la verdad de la vida y de las cosas. No he encontrado un amor que llene plenamente mi vida. Sí un amor pequeño, tal vez, que me llena hasta cierto punto. No he encontrado un sentido a la vida lejos de Ti. No he encontrado la felicidad. Soy un buscador cansado ya de vivir y de buscar y no encontrar... Tú has dicho que eres el Camino, la Vida y la Verdad... Por eso vengo a comer ese pan maravilloso de la Eucaristía.
Ahí hallarás al compañero de camino que no quiere que vayas solo por la vida. Quien descubre al compañero de camino es la fe. Cleofás y su compañero estuvieron caminando con Él por espacio de dos horas, hablaron con Él y escucharon sus palabras pero no lo descubrieron por su cerrazón de corazón y su falta de fe. Solo más tarde, cuando abrieron su mente y corazón e invitaron a Jesús a estar con ellos, lo reconocieron. “¿No ardía nuestro corazón...?” Así nos sucede a nosotros; Jesús camina a nuestro lado, nos interpela, pero no nos apercibimos de que es Él, por nuestra falta de fe y apertura.
Traemos los ojos ciegos de tristeza, de orgullo e impertinencia, y así, no se puede reconocer a Jesús. No quieras convertir tu vida en un purgatorio, privándote de la compañía del mejor amigo. Él te ama y quiere que lo ames. No preguntes por qué. “¿Qué tengo yo que mi amistad procuras?...”Lo que interesa no es tanto saber por qué, sino saber que es un amor verdadero, personal, infinito. Si algún día quiere Dios revelar el misterio, Él sabrá; pero si no lo quiere decir, al menos a mí no me importa; me basta estar seguro de ello: Dios existe y me ama.
Amor con amor se paga: Así como es cierto que Dios te ama, también lo es que te pide una respuesta de amor, y nuevamente, no preguntes por qué. Ya san Agustín se hacía esta pregunta: “¿Quién soy yo, Señor, para que me pidas y me exijas que te ame con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas; y que te disgustas muchísimo si no lo hago...?” Ama todo lo que puedas y como mejor sepas, y habrás cumplido.
Las visitas a Jesucristo y a María, realizadas con fe y fervor, infunden no pocos ánimos. En tu ciudad viven, a unos pasos de tu calle; no cuesta trabajo visitarles un minuto, darles los buenos días, pedirles una misericordia para la jornada. Esas pequeñas visitas, esos pequeños momentos, robados a tu abultada agenda, inyectarán vigor a tu alma triste.
Ve a visitarles con más frecuencia, con más amor y menos prisa, que son los amigos de tu alma, los que ponen suavidad y eficacia en tus actividades febriles. Si el arte de vivir es amar y ser amado, ahí tienes dos amigos que siempre te han querido y a los que no has sabido amar, tal vez. Una breve visita, un corto detenerse, un pequeño gesto de cariño, un mirar y ser mirado, un alargar la mano y dar la diaria limosnita de amor.
María no necesitaba la transfiguración. Porque veía a su Hijo como Dios, cada vez menos como hijo suyo, y cada vez más como Dios, hasta el punto de que junto a un inmenso cariño sentía un gran respeto hacia Jesús. Y en cuanto a la Eucaristía, nadie ha experimentado lo que María, que tuvo al Hijo en su seno como todas las mamás, y luego lo volvía a recibir en su cuerpo a través de la comunión. Entonces era un niño pequeño con un futuro por hacerse, Ahora recibía al Hijo que había recorrido los caminos del mundo; al Hijo a quien vio muerto en la cruz y muerto en sus brazos.
Volvía a recibir a aquel niño tierno, a aquel adulto, a aquel muerto en la cruz, a aquel Hijo resucitado. Por eso, las comuniones de María tenían una experiencia muy particular e impresionante: volvía a vivir la alegría extática del nacimiento, aquellos años de alegre esperanza en Nazareth, los años dramáticos de la vida pública, los momentos dolorosísimos de la pasión y muerte –de seguro que ahí se detenía largo tiempo- y las alegrías de la resurrección gloriosa.
Cada comunión era un rosario de los misterios de la vida de Jesús. María contemplaba una y otra vez los misterios del rosario, pero en vez de rezar avemarías, rezaba el Padrenuestro, el Magníficat y el Gloria. Por eso le gusta que nosotros recemos el rosario, como lo hacía Ella.
Oración:
Oh Madre, que has rezado tantas veces tu propio rosario de los misterios de tu Hijo, ayúdanos a contemplar esos misterios con tus ojos y tu corazón de Madre. Alcánzanos la gracia de recibir a Jesús en el sacramento de su amor con el fervor con que Tú lo hacías en los años de tu soledad.