¿Espíritu de propiedad o pobreza en el espíritu?
- 19 Agosto 2014
- 19 Agosto 2014
- 19 Agosto 2014
Papa, con los jóvenes de Corea
Con su visita a Corea del Sur afianza su autoridad moral global
Francisco abre un boquete en el telón de bambú asiático
Su viaje demuestra que su ministerio no conoce fronteras de razas ni de culturas
José Manuel Vidal, 18 de agosto de 2014 a las 16:44
Dejar de centrar la economía en la productividad y colocar a la persona en su centro. Ése es, en esencia, el mensaje papal, que entienden a la perfección en países como Corea o China
(José M. Vidal).- El 'efecto Francisco' prende en Corea y, desde allí, se expande por toda Asia. El carisma personal del Papa y su doctrina de la misericordia y de la consolación comienzan a abrir un boquete en el, hasta ahora, impermeable telón de bambú asiático. Jorge Mario Bergoglio concluye su visita apostólica a Corea del Sur y vuelve a casa, tras haber afianzado su autoridad moral global, y, sobre todo, después de haber dejado abierta la puerta para la penetración en profundidad del catolicismo en Asia.
En Corea bautizaron al Papa con el poético nombre de "la estrella que guía el mundo". Y, desde Corea, toda Asia se rinde a sus "encantos". Fundamentalmente, tres: su sencillez de pastor vestido de blanco, su actitud de humilde altavoz de un mensaje de justicia social y de esperanza, y su incidencia en la misericordia y la consolación en un continente herido física y espiritualmente.
Francisco tiene un carisma arrollador, capaz de penetrar lo impenetrable. Su viaje a Corea demuestra que su ministerio no conoce fronteras de razas ni de culturas. No es sólo un Papa occidental, pasado por el tamiz del "fin del mundo" argentino. Conecta también en profundidad con el imaginario cultural elegante y sonriente del Oriente.
Y lo consigue sin artificios: presentándose tal como es. Con la misma normalidad y la misma naturalidad con las que lo hace en Roma. Abraza, besa, consuela, se detiene, rompe el protocolo... Es un Papa normal, que ha dejado de ser monarca absoluto. Su sencillez se transparenta en su persona y en los instrumentos que utiliza. En Corea, se quedaron boquiabiertos, cuando le vieron desplazarse en un pequeño Kia Soul negro, infinitamente más pequeño y barato que los coches del servicio de seguridad. O cuando lo vieron subirse al tren bala como cualquier ciudadano.
Más que gestos
Gestos que son más que gestos, porque trastocan los cánones del poder establecido aquí, en Corea y en la China. Mientras los dirigentes se desplazan en cochazos blindados y marcando cada vez mayores distancias con el pueblo, Bergoglio va en un pequeño utilitario con la ventanilla bajada, y se mezcla tanto con la gente (Francisco sin miedo) que el pueblo llano puede abrazarlo y hasta achucharlo. No marca distancias, las suprime.
Regresa de Corea con el reconocimiento unánime de todo el Extremo Oriente. Cosecha lo sembrado. Fue allí, a la frontera, como el buen samaritano. Como el pastor que va a ofrecer su mensaje de amor y esperanza, nunca a imponerlo. Y, por si no quedaba suficientemente claro, lo repite una y otra vez: "No tengan miedo a los católicos. No vienen a imponer nada".
E invita a su huestes a mezclarse con la sociedad, con el barro de los pobres, para llevarles la sabiduría del catolicismo, que puede, junto a las demás religiones (nunca por encima), dar esperanza a los pueblos. Se terminaron las cruzadas. Quiere Bergoglio que regrese a Asia el catolicismo integrador de su célebre compañero de Jesús, Matteo Ricci.
Conquista el Papa a Asia con su mensaje de siempre. A los suyos, les pide pobreza, diálogo, ser ministros de la consolación y de la misericordia, y crear una Iglesia-hospital de campaña. Hacia afuera, propone esperanza en un mundo más justo y fraterno. Pero una esperanza con agarraderas concretas. Una esperanza que sólo será posible, si se encarna en una economía al servicio de la persona. Muchos países asiáticos, convertidos en tigres económicos, pasaron de la miseria a la abundancia del consumo, dejando en la cuneta de la eficiencia y de la productividad a un ingente número de personas. Y a muchos más, en las periferias de la miseria.
Dejar de centrar la economía en la productividad y colocar a la persona en su centro. Ése es, en esencia, el mensaje papal, que entienden a la perfección en países como Corea o China.
De China, precisamente, partió la evangelización de Corea. Un caso histórico, pues fue el único país del mundo evangelizado por laicos y, donde el clero, llegó más tarde. Y, desde Corea, el Papa tendió de nuevo la mano al gigante chino. Bergoglio quiere ir a Pekín y, a buen seguro, que lo conseguirá. Pero como sabe que no tiene por delante demasiado tiempo, quiere dar un impulso profundo a las siempre vacilantes relaciones con el gigante asiático.
Y China se deja querer. Por vez primera, permitió que el avión papal cruzase su espacio aéreo y recibe con agrado la petición de Francisco de estrechar relaciones. Suaves en las formas, pero duros en el fondo, los chinos repiten sus dos condiciones: que el Vaticano rompa relaciones con Taiwan y que las autoridades de la Iglesia patriótica sigan nombrando obispos sin pasar por el tamiz de Roma. ¿Será capaz Bergoglio de romper ese nudo gordiano? El catolicismo del tercer milenio está en juego en China y en Asia.
Aunque animo a los que admiran y siguen la espiritualidad de San Ignacio de Loyola a usar la imaginación en la oración, tengo que reconocer que es una de las cosas que a mí más tiempo me costó. Me preocupaba que hiciera un mal uso y que me equivoque en los detalles, que mi percepción sobre Jesús resultara arbitraria, en definitiva, que no lo hiciera bien. Mientras miraba las pinturas del Renacimiento me preguntaba: "¿Cómo puede el artista saber cómo era la casa de la Virgen y el tipo de ropa que llevaba? Todo me parece demasiado anacrónico! "Pobre de mí: me encontraba muy bien en un callejón sin salida!
De repente un día me cayó la venda de los ojos: nuestra imaginación es un don que Dios nos ha dado. Somos libres para usarla como mejor nos parezca. No importa nada si lo hacemos de una manera "técnicamente correcta". Lo que importa es la forma en que nuestra imaginación nos ayuda a entrar en las Escrituras y qué nueva perspectiva sobre Dios nos ofrece en la oración.
Finalmente he conseguido vivir la imaginación en la oración como un placer y no como un enfado. Alabado sea Dios.
Evangelio según San Mateo 19,23-30.
Jesús dijo entonces a sus discípulos: "Les aseguro que difícilmente un rico entrará en el Reino de los Cielos. Sí, les repito, es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un rico entre en el Reino de los Cielos". Los discípulos quedaron muy sorprendidos al oír esto y dijeron: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?". Jesús, fijando en ellos su mirada, les dijo: "Para los hombres esto es imposible, pero para Dios todo es posible". Pedro, tomando la palabra, dijo: "Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?". Jesús les respondió: "Les aseguro que en la regeneración del mundo, cuando el Hijo del hombre se siente en su trono de gloria, ustedes, que me han seguido, también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Y el que a causa de mi Nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la Vida eterna. Muchos de los primeros serán los últimos, y muchos de los últimos serán los primeros.
San Juan de la Cruz (1542-1591), carmelita descalzo, doctor de la Iglesia
Avisos y Máximas n° 353-357
¿Espíritu de propiedad o pobreza en el espíritu?
No tenga otro deseo, que el de entrar sólo por amor a Cristo en el desapego, el vacío y la pobreza de todo lo que existe en la tierra. No tendrá otras necesidades más que aquellas a las que has sometido tu corazón; el pobre de espíritu nunca será más feliz que cuando se encuentre en la indigencia; aquel cuyo corazón no desea nada es siempre generoso.
Los pobres en el Espíritu (Mt 5,3) tienen una gran libertad en todo lo que poseen. Su placer es pasar necesidad por amor a Dios y al prójimo. [...] No sólo los bienes, las alegrías y los placeres de este mundo nos estorban y nos retrasan en el camino hacia Dios, sino también las alegrías y las consolaciones espirituales, son en sí mismas un obstáculo en nuestra marcha, si los recibimos o las buscamos con un espíritu de propiedad.
San Juan Eudes
San Juan Eudes, presbítero y fundador
Fecha: 19 de agosto
n.: 1601 - †: 1680 - país: Francia
canonización: B: Pío X 25 abr 1909 - C: Pío XI 31 may 1925
hagiografía: «Vidas de los santos de A. Butler», Herbert Thurston, SI
San Juan Eudes, presbítero, que durante muchos años se dedicó a la predicación en las parroquias y después fundó la Congregación de Jesús y María, para la formación de los sacerdotes en los seminarios, y otra de religiosas de Nuestra Señora de la Caridad, para fortalecer en la vida cristiana a las mujeres arrepentidas. Fomentó de una manera especial la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María, hasta que en Caen, de la región de Normandía, en Francia, descansó piadosamente en el Señor.
Queridos hermanos y hermanas:
Se celebra hoy la memoria litúrgica de san Juan Eudes, apóstol incansable de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y María, quien vivió en Francia en el siglo XVII, siglo marcado por fenómenos religiosos contrapuestos y también por grandes problemas políticos. Es el tiempo de la guerra de los Treinta Años, que devastó no sólo gran parte de Europa central, sino que también devastó las almas. Mientras se difundía el desprecio por la fe cristiana por parte de algunas corrientes de pensamiento que entonces eran dominantes, el Espíritu Santo suscitaba una renovación espiritual llena de fervor, con personalidades de alto nivel como la de Bérulle, san Vicente de Paúl, san Luis María Grignon de Montfort y san Juan Eudes. Esta gran "escuela francesa" de santidad tuvo también entre sus frutos a san Juan María Vianney. Por un misterioso designio de la Providencia, mi venerado predecesor, Pío XI, proclamó santos al mismo tiempo, el 31 de mayo de 1925, a Juan Eudes y al cura de Ars, ofreciendo a la Iglesia y al mundo entero dos extraordinarios ejemplos de santidad sacerdotal.
En el contexto del Año Sacerdotal, quiero detenerme a subrayar el celo apostólico de san Juan Eudes, en particular dirigido a la formación del clero diocesano. Los santos son la verdadera interpretación de la Sagrada Escritura. Los santos han verificado, en la experiencia de la vida, la verdad del Evangelio; de este modo, nos introducen en el conocimiento y en la compresión del Evangelio. El Concilio de Trento, en 1563, había emanado normas para la erección de los seminarios diocesanos y para la formación de los sacerdotes, pues el Concilio era consciente de que toda la crisis de la reforma estaba también condicionada por una insuficiente formación de los sacerdotes, que no estaban preparados de la manera adecuada para el sacerdocio, intelectual y espiritualmente, en el corazón y en el alma. Esto sucedía en 1563; pero dado que la aplicación y la realización de las normas llevaban tiempo, tanto en Alemania como en Francia, san Juan Eudes vio las consecuencias de este problema. Movido por la lúcida conciencia de la gran necesidad de ayuda espiritual que experimentaban las almas precisamente a causa de la incapacidad de gran parte del clero, el santo, que era párroco, instituyó una congregación dedicada de manera específica a la formación de los sacerdotes. En la ciudad universitaria de Caen, fundó el primer seminario, experiencia sumamente apreciada, que muy pronto se amplió a otras diócesis.
El camino de santidad, que él recorrió y propuso a sus discípulos, tenía como fundamento una sólida confianza en el amor que Dios reveló a la humanidad en el Corazón sacerdotal de Cristo y en el Corazón maternal de María. En aquel tiempo de crueldad, de pérdida de interioridad, se dirigió al corazón para dejar en el corazón una palabra de los salmos muy bien interpretada por san Agustín. Quería recordar a las personas, a los hombres, y sobre todo a los futuros sacerdotes, el corazón, mostrando el Corazón sacerdotal de Cristo y el Corazón maternal de María. El sacerdote debe ser testigo y apóstol de este amor del Corazón de Cristo y de María. También hoy se experimenta la necesidad de que los sacerdotes testimonien la infinita misericordia de Dios con una vida totalmente "conquistada" por Cristo, y aprendan esto desde los años de su formación en los seminarios.
El Papa Juan Pablo II, después del Sínodo de 1990, emanó la exhortación apostólica Pastores dabo vobis, en la que retoma y actualiza las normas del Concilio de Trento y subraya sobre todo la necesaria continuidad entre el momento inicial y el permanente de la formación; para él, para nosotros, es un verdadero punto de partida para una auténtica reforma de la vida y del apostolado de los sacerdotes, y es también el punto central para que la "nueva evangelización" no sea simplemente un eslogan atractivo, sino que se traduzca en realidad. Los cimientos de la formación del seminario constituyen ese insustituible "humus spirituale" en el que es posible "aprender a Cristo", dejándose configurar progresivamente por Él, único Sumo Sacerdote y Buen Pastor.
El tiempo del seminario debe ser visto, por tanto, como la actualización del momento en el que el Señor Jesús, después de haber llamado a los apóstoles y antes de enviarles a predicar, les pide que se queden con Él (Cf. Marcos 3,14). Cuando san Marcos narra la vocación de los doce apóstoles, nos dice que Jesús tenía un doble objetivo: el primero era que estuvieran con Él, el segundo que fueran enviados a predicar. Pero al ir siempre con Él, realmente anuncian a Cristo y llevan la realidad el Evangelio al mundo.
En este Año Sacerdotal os invito a rezar, queridos hermanos y hermanas, por los sacerdotes y por quienes se preparan a recibir el don extraordinario del sacerdocio ministerial. Concluyo dirigiendo a todos la exhortación de san Juan Eudes, que dice así a los sacerdotes: "Entregaros a Jesús para entrar en la inmensidad de su gran Corazón, que contiene el Corazón de su santa Madre y de todos los santos, y para perderos en este abismo de amor, de caridad, de misericordia, de humildad, de pureza, de paciencia, de sumisión y de santidad" (Coeur admirable, III, 2).
© Copyright 2009 - Libreria Editrice Vaticana]
Oremos
Señor, tú que elegiste a San Juan Eudes para que nos anunciara las insondables riquezas de Cristo, haz que nosotros, siguiendo su ejemplo y enseñanzas, te conozcamos cada vez mejor y vivamos cada día con mayor fidelidad el mensaje del Evangelio. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
Vea aquí el texto íntegro
Rueda de prensa del Papa a bordo del avión
Ya tiene un primer borrador de su encíclica sobre la ecología
Redacción, 19 de agosto de 2014 a las 09:06
La oración por la paz no fue absolutamente ningún fracaso
Texto íntegro de la rueda de prensa mantenida por el Papa Francisco a bordo del avión que lo traía de regresio a Roma, tras su visita pastoral a Corea del Sur.
1. Las víctimas del hundimiento del Sewol ferry y el riesgo de ser utilizado
Cuando usted se encuentra frente al dolor humano, tiene que hacer lo que su corazón le lleva a hacer. Entonces dirán: hizo porque tiene alguna intención política. Se puede decir todo, pero cuando se piensa en estos hombres y mujeres, estos padres y madres que han perdido hijos, hermanos y hermanas... frente al dolor tan grande de una catástrofe mi corazón -soy un sacerdote, ya sabe- me dice que tengo que estar cerca. Lo siento así. Sé que el consuelo que puedo dar con una palabra mía no es un remedio, no le da nueva vida a los que murieron. Pero la cercanía humana en estos momentos nos da fuerza, hay solidaridad. Recuerdo que como arzobispo de Buenos Aires, experimenté dos desastres: uno era un incendio en un salón de baile, un concierto de música pop en el que murieron 193 jóvenes. Otra vez fue un desastre con los trenes. En ese momento sentí la misma necesidad de estar cerca. El dolor humano es fuerte y si en estos momentos tristes nos acercamos, nos ayudamos unos a otros. Tomé esto (señalado el arco amarillo en la capa). Lo tomé para solidarizarme con ellos. Alguien me dijo: "es mejor quitarlo, usted debe ser neutral." Pero cuando sentí el sufrimiento humano no se puede ser neutral.
2. La agresión del Isis contra las minorías cristianas en Irak y las bombas estadounidenses
En estos casos, en los que hay una agresión injusta, solo puedo decir que es lícito «detener» a agresor injusto. Subrayo el verbo «detener», no digo bombardear, hacer la guerra, sino detenerlo. Los medios con los que se puede detener deberán ser evaluados. Detener al agresor injusto es lícito. Pero debemos tener memoria; cuántas veces bajo este pretexto de detener al agresor injusto las potencias se han adueñado de los pueblos y han hecho la guerra de conquista. Una sola nación no puede juzgar cómo se detiene a un agresor injusto. Después de la Segunda Guerra Mundial nació la idea de las Naciones Unidas, es allí en donde se debe discutir y decir: '¿Hay un agresor injusto? Parece que sí. Entonces, ¿cómo lo detenemos?'. Solo esto, nada más. En segundo lugar, las minorías. Gracias por haber usado esta palabra. Porque a mí me hablan de cristianos, los que sufren, los mártires. Y sí, hay muchos mártires. Pero aquí hay hombres y mujeres, minorías religiosas, no son todos cristianos, y todos son iguales frente a Dios. Detener al agresor injusto es un derecho que la humanidad tiene, pero también es un derecho que tiene el agresor de ser detenido, para que no haga mal.
3. La posibilidad de una visita a Irak, en la zona de conflicto
Estoy dispuesto a ir a Irak y creo poder decirlo: cuando con mis colaboradores supimos la noticia de esta situación, de las minorías religiosas y también en aquel momento que Kurdistán no podía recibir a tanta gente, pensamos muchas cosas. Lo primero fue escribir el comunicado que hizo el padre Federico Lombardi. Después este comunicado fue enviado a todas las nunciaturas para que fuera transmitido a los gobiernos. Después escribimos al Secretario general de las Naciones Unidas y decidimos mandar un enviado personal, el cardenal Filoni. Al final, dijimos que, si era necesario después del viaje a Corea, podía ir allí; era una de las posibilidades. ¡Estoy dispuesto! En este momento no es lo mejor, pero estoy dispuesto a ello.
4. Las relaciones entre la Santa Sede y China; la posibilidad de un viaje papal.
Cuando, a la ida, estábamos por volar a través del espacio aéreo chino, fui a la cabina y uno de los pilotos me mostró un registro y me explicó que solo faltaban diez minutos para entrar al espacio aéreo chino y que teníamos que pedir la autorización (una cosa normal que hay que hacer siempre con cada país) y sentí cómo pedían la autorización y cómo respondían; fui testigo de ese momento. El piloto dijo: ahora parte el telegrama, no sé cómo haya hecho, pero lo hizo. Después me despedí de los pilotos y volví a sentarme y recé tanto, por ese hermoso pueblo chino: un pueblo sabio. Pienso en todos los grandes sabios chinos, pienso en la historia de ciencia, de sabiduría... También nosotros los jesuitas tenemos nuestra historia allí, con Matteo Ricci... ¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana! Nosotros respetamos al pueblo chino. La Iglesia pidió solamente la libertad para su ministerio, para su trabajo. Ninguna otra condición. Y luego no hay que olvidar la carta fundamental para el problema chino, la que envió a los chinos Papa Benedicto XVI. Esa carta hoy sigue siendo actual. Hace bien volver a leerla. La Santa Sede siempre ha estado abierta a los contactos, siempre, porque tiene un verdadero afecto por el pueblo chino.
5. Los próximos viajes y la esperanza de verlo en España, en Ávila, en 2015.
Este año tenemos prevista Albania. Voy por dos motivos importantes. En primer lugar porque lograron hacer un gobierno (pensemos en los Balcanes), un gobierno de unidad nacional, entre musulmanes, ortodoxos, católicos, con un consejo interreligioso que ayuda mucho y que es equilibrado. Sentí como si mi presencia fuera una ayuda a ese noble pueblo. El segundo motivo es este: pensemos en la historia de Albania, el único de los países comunistas que en su Constitución tenía el ateísmo práctico. Si tu ibas a Misa, ¡era anticonstitucional! Y luego, me decía uno de los ministros, que fueron destruidas (y quiero ser preciso con la cifra) 1820 Iglesias, ortodoxas y católicas. En aquel tiempo muchas Iglesias fueron transformadas en cines, teatros, salas de baile. Yo sentí que tenía que ir, y un día hay que hacerlo. Luego, el próximo año quisiera ir a Philadelphia, al encuentro de las familias, y también fui invitado por el presidente de los Estados Unidos al parlamento estadounidense y también por el Secretario de las Naciones Unidas a Nueva York (tal vez las tres ciudades juntas: Philadelphia, Washington e New York). Los mexicanos quieren que vaya en esa ocasión también a la Virgen de Guadalupe, y se podría aprovechar, pero no es seguro. Y al final a España. Los reyes me invitaron, el episcopado me invitó, pero no hemos decidido.
6. La relación con Benedicto XVI
Nos vemos. Antes de partir fui a visitarlo. Dos semanas antes, me envió un escrito interesante y me pedía mi opinión. Tenemos una relación normal. Porque alrededor de esta idea, que tal vez no le gusta a algunos teólogos (yo no soy teólogo), creo que el Papa emérito no es una excepción. Yo creo que el Papa emérito sigue siendo una institución, porque nuestra vida se alarga y a una cierta edad ya no se tiene la capacidad para gobernar bien, porque el cuerpo se cansa... La salud tal vez sea buena, pero ya no se tiene la capacidad de sacar adelante todos los problemas de un gobierno como el de la Iglesia... ¿Y si yo sintiera que ya no puedo seguir? Haría lo mismo. Rezaré, pero creo que haría lo mismo. Somos hermanos, y ya he dicho que es como tener al abuelo en casa, por su sabiduría. Es un hombre de sabiduría. Me hace bien escucharlo. Y él me anima bastante.
7. ¿Cómo se sintió cuando saludó esta mañana a las siete "mujeres de placer"? Se verán en Nagasaki el año que viene?
Sería hermoso, hermoso! Fui invitado por el gobierno como por el episcopado. El sufrimiento... Se remonta a una de las primeras preguntas. El pueblo coreano es un pueblo que no ha perdido la dignidad. Era un pueblo invadido, humillado. Sufrió guerras, y se divide. Con tanto sufrimiento. Ayer cuando fui al encuentro con los jóvenes, visité el museo de los mártires. Es terrible el sufrimiento de estas personas. (Mártires) simplemente por no querer pisotear la cruz. Es un sufrimiento histórico. La capacidad de sufrir de este pueblo, es parte de su dignidad. Hubo incluso hoy día estas mujeres mayores al frente, en misa. Pensar que con la invasión fueron llevadas de niñas, a los cuarteles, para explotarlas. Ellas no han perdido su dignidad. Hoy estaban allí, las mujeres mayores, mostrando su rostro del pasado vivido. Es un pueblo fuerte en su dignidad. Pero volvamos a estas cosas de los mártires, del sufrimiento, y de estas mujeres: estos son los frutos de la guerra! Hoy nosotros vivimos en un mundo en guerra, ¡por todas partes! Alguien me decía: 'Sabe usted, padre, que estamos en la tercera guerra mundial, pero en pedacitos. En capítulos'. Es un mundo en guerra en donde se hacen estas crueldades. Una vez se hablaba sobre la guerra convencional, ahora ya no cuenta. No digo que las guerras convencionales sean algo bueno, no. Pero hoy va la bomba y mata al inocente con el culpable, al niño con la mujer, con la madre, mata a todos. Pero, detengámonos a pensar un poco a nivel de crueldad, ¿a dónde hemos llegado? Esto debería espantarnos. No es para dar miedo. El nivel de crueldad de la humanidad en este momento espanta un poco.
Hoy la tortura es uno de los medios casi ordinarios en los comportamientos de los servicios de inteligencia y en algunos procesos judiciales. Y la tortura es un pecado en contra de la humanidad, un delito de lesa humanidad. Digo a los católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero es mucho más: es un pecado contra la humanidad. La crueldad y la tortura. Me gustaría mucho que ustedes, en sus medios, hicieran una reflexión sobre cuál es hoy el nivel de crueldad de la humanidad, y sobre lo que piensan sobre la tortura. Creo que nos haría bien a todos nosotros reflexionar sobre esto.
8. Usted tiene una vida llena de compromisos. Poco descanso, nada de vacaciones. Viajes masacrantes. ¿Hay que preocuparse por el ritmo que lleva?
Sí, hay quienes me lo han dicho. Yo pasé las vacaciones en casa, como hago normalmente. Una vez leí un libro, interesante, que se titulaba: 'Alégrate por ser un neurótico'. Yo también tengo alguna neurosis y hay que curarla bien, ¿eh? La mía es que soy un poco apegado a mi hábitat. La última vez que fui de vacaciones, con la comunidad jesuita, fue en 1975. Siempre hago vacaciones, pero en mi hábitat, cambio de ritmo: duermo más, leo cosas que me gustan, escucho música, rezo más. Y esto me descansa. En julio hice mucho todo esto. Es cierto, el día que tenía que ir al Gemelli, hasta diez minutos antes tenía que ir, pero no pude. Habían sido días muy llenos. Ahora sé que tengo que ser prudente. Tienes razón...
9. Cuando la multitud decía ¡Francisco! ¡Francisco! en Río, le respondía ¡Cristo! Cristo! ¿Cómo vive la inmensa popularidad de la que goza?
Yo la vivo agradeciendo al Señor de que su pueblo sea feliz, esperando lo mejor para el pueblo. La vivo como generosidad del pueblo, del verdadero pueblo... Dentro, trato de pensar en mis pecados, en mis errores, para no creérmela, porque yo sé que esto durará como yo, dos o tres años, y luego... ¡a la casa del Padre! La vivo como presencia del Señor en su pueblo que usa al obispo, que es el pastor del pueblo, para manifestar muchas cosas. La vivo con más naturalidad que antes, porque me espantaba un poco.
10. ¿Cómo vive en el Vaticano, más allá del trabajo?
Trato de ser más libre. Hay citas de trabajo, pero la vida para mí es lo más normal que se puede hacer. Me gustaría salir más, pero no se puede. Y luego en Santa Marta hago la vida normal de trabajo, de descanso, de pláticas... ¿Que si me siento prisionero? No. Al principio sí, pero después cayeron algunos muros... Por ejemplo (sonríe): el Papa no podía usar el elevador solo, ¡inmediatamente alguien venía para acompañarlo! '¡Tú, vete a tu sitio, que yo bajo solo!'. Y se acabó la historia. Es así... la normalidad, la normalidad.
11. Su equipo, San Lorenzo, se convirtió en campeón de América por primera vez, ¿como lo está viviendo?
Es una buena noticia, después del segundo lugar en Brasil! Sabía en Seúl, me lo dijeron. Y me dijeron que el miércoles estarán en la audiencia pública. Para mí, San Lorenzo es el equipo del que toda mi familia era hincha.
12. La próxima encíclica dedicada a la defensa de la creación.
He hablado de esta encíclica con el cardenal Turkson y también con los otros. Y le pedí a Turkson que recopilara todas las contribuciones que hubieran llegado. Antes del viaje, el cardenal me entregó el primer borrador. Es así de grande, un tercio más que la Evangelii gaudium. Es el primer borrador. Se trata de un problema no fácil, porque se trata de la custodia de la creación, también de la ecología (hay ecología humana); se puede hablar con cierta seguridad, pero hasta cierto punto. Y luego vienen todas las hipótesis científicas, algunas bastante seguras y otras no. Es una encíclica que debe ser magistral y debe salir adelante solo con las seguridades, con las cosas sobre las que estamos seguros. Si el Papa dice que el centro del universo es la Tierra y no el Sol, se equivoca, porque está diciendo una cosa que científicamente no funciona. Es lo que sucede ahora; debemos hacer un estudio párrafo por párrafo. Creo que será más pequeña, porque hay que ir a lo esencial, que es lo que se puede afirmar con seguridad. Se puede añadir en las notas al pie de página que sobre este o aquel argumento hay esta o esa hipótesis. Pero darlo como información, no en el cuerpo de una encíclica, que es doctrinal y debe ser segura.
13. Una nueva pregunta sobre la división forzada "mujeres de solaz" y sobre la división de Corea
Hoy en día, estas mujeres estaban allí porque a pesar de todo lo que han sufrido tienen dignidad y querían dar la cara. Y pensé esto, pensé en la guerra y la crueldad de las guerras, en que estas mujeres han sido explotadas, han sido esclavizados con toda esta crueldad. He pensado la dignidad que tienen y también lo mucho que sufrieron y el sufrimiento es un legado. Los primeros mártires de la Iglesia dijeron que la sangre de los mártires es semilla de cristianos. Ustedes los coreanos han sembrado mucho, mucho, por coherencia. Se ve ahora el fruto de esa semilla de los mártires. Sobre Corea del Norte sé que es un dolor, lo sé con certeza, que hay algunos parientes, muchos parientes no puede encontrarse, esto duele, eso es cierto. Es un dolor que divide al país, hoy en la Catedral, donde me he puesto las vestiduras para la Misa, había un regalo que me hicieron, una corona de espinas de Cristo hecha con alambre de hierro que divide los dos lados de la única Corea. Y lo llevamos en el avión, pero es un regalo que me llevo... el sufrimiento de la división de una familia dividida. Como dije ayer, en declaraciones a los obispos, y lo recuerda: todavía tenemos esperanza, las dos Coreas son hermanas y hablan el mismo idioma. Cuando hablamos el mismo idioma, es porque se tiene a la misma madre, y esto nos da esperanza. El sufrimiento de la división es grande. Lo entiendo y rezo para que termine.
14. La beatificación del arzobispo salvadoreño Romero
La causa estaba bloqueada, se decía que por prudencia, en la Congregación de la Doctrina de la Fe. Ahora ya no. Pasó a la Congregación para los santos y sigue el camino normal de un proceso; depende de cómo se muevan los postuladores. Es muy importante hacerlo de prisa. Porque, lo que me gustaría a mí es que se aclare cuando hay un martirio 'in odium fidei', por confesar el Credo o por hacer las obras que Jesús nos manda con el prójimo. Este es un trabajo de teólogos, que lo están estudiando. Detrás de Romero está Rutilio Grande y hay otros. Otros que fueron asesinados que no tienen la misma altura de Romero; hay que distinguir teológicamente todo esto. Para mí, Romero es un hombre de Dios. Se debe continuar el proceso, el Señor debe dar uno de sus signos; si lo quiere hacer, lo hará. Ahora los postuladores deben moverse, porque ya no hay impedimentos.
15. El fracaso de la Oración por la Paz: inmediatamente después los misiles y bombas en Gaza
La oración por la paz no fue absolutamente ningún fracaso. Estos dos hombres son hombres de paz, son hombres que creen en Dios y que han vivido muchas cosas feas, muchas cosas feas, y están convencidos de que la única vía para resolver los problemas es la de la negociación, del diálogo, de la paz. ¿Fue un fracaso? Yo creo que la puerta está abierta. La paz es un don de Dios, que se merece nuestro trabajo, pero es un don. Y hay que decir a toda la humanidad que la mesa de la negociación es importante, pero también lo es la de la oración. Pero esto es coyuntural. Ese encuentro no era una coyuntura; es un paso fundamental de la actitud humana, una oración. Ahora, el humo de las bombas y de las guerras no dejan ver esa puerta, pero la puerta permaneció allí, abierta, desde aquel momento. Creo en Dios, creo en el Señor, esa puerta está abierta, y pidamos que nos ayude.
Francisco llega a Roma y visita Santa María la Mayor
El papa Francisco ya está de regreso en Roma. Pocos minutos antes de las 18.00 hora local, el Santo Padre ha aterrizado en el aeropuerto romano de Ciampino. El Papa dejó Seúl a las 13.00 hora local, cuando en Italia eran las 6 de la mañana.
El Pontífice ha dejado el aeropuerto a bordo de su Ford Focus y ha ido directamente a la basílica de Santa María la Mayor, como es tradición antes y después de sus viajes, para darle las gracias a la Virgen por la visita apostólica. Así, el Papa ha dejado un ramo de flores que le había regalado una niña coreana antes de su salida de Corea.
Para no chantajear a Dios
Si Dios no nos concede eso que pedimos insistentemente es porque desea darnos algo diferente y mejor.
Una persona reza por la curación de su hijo. Pasan los días. La enfermedad avanza. Al final, el desenlace tan temido: muere el hijo. ¿Para qué sirvieron tantas oraciones?
La lista de ejemplos puede ser enorme. Rezamos para que llueva o para que haga sol, para que termine la guerra o para encontrar trabajo, para superar esa pelea por la herencia o para que un gobernante se convierta y busque la justicia en su pueblo.
Si no sucede eso por lo que rezamos, surge en muchos un sentimiento de desengaño. No faltan quienes llegan a enfadarse con Dios, o incluso a chantajearle.
Es entonces cuando hay personas que dejan de rezar, o de ir a misa, o de leer el Evangelio. Incluso en algunos lugares, la gente suprime la procesión del santo patrono, como "castigo" porque no se ha logrado este año una buena cosecha.
Este tipo de reacciones pueden ser señal de un grave error: pensar que Dios debería someterse a las peticiones humanas. En realidad, Dios es siempre libre y conoce lo que es mejor para todos, aunque no lo comprendamos muchas veces.
Por eso no tiene sentido pedirle algo a Dios, si creemos en Él, y luego "castigarlo" si no concede eso que le habíamos pedido.
La actitud correcta de quien reza desde la fe y la esperanza nos lleva a reconocer que los planes de Dios no son los nuestros, que no siempre sabemos pedir con una actitud humilde y confiada, o que en ocasiones pedimos cosas que no nos convienen.
Necesitamos recordar lo que nos dice la Escritura: Porque no son mis pensamientos vuestros pensamientos, ni vuestros caminos son mis caminos -oráculo de Yahveh-. Porque cuanto aventajan los cielos a la tierra, así aventajan mis caminos a los vuestros y mis pensamientos a los vuestros (Is 55,8 9).
Además, si Dios no nos concede eso que pedimos insistentemente es porque desea darnos algo diferente y mejor para nosotros. Nos cuesta aceptarlo, sobre todo cuando rezamos por un ser querido. Pero un día comprenderemos.
Mientras seguimos en el misterioso camino de la vida, tenemos que aprender a orar con sencillez, confianza y apertura. Sólo entonces nuestra oración será auténticamente cristiana, porque sabremos que, pase lo que pase, Dios está siempre a nuestro lado y da en cada momento aquello que más nos conviene.