“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón”
- 22 Agosto 2014
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El Kia Soul de 16 caballos
Se disparan las ventas del coche que el papa usó en Corea del Sur
Un 62,5 por ciento más comparado con los registrados durante el mes anterior
Redacción, 21 de agosto de 2014 a las 09:46
El Kia Soul del Papa
Francisco insistió en que quería "el más pequeño" de los coches fabricados en Corea del Sur
Las ventas del utilitario Kia Soul se han disparado después de que el papa Franciscoutilizara este modelo de coche durante su reciente visita a Corea del Sur y la imagen diera la vuelta al mundo, según reveló hoy la marca surcoreana.
El número de pedidos locales de la segunda generación del utilitario del 11 al 20 de agosto subió hasta una media de 32,5 unidades diarias, lo que supone un 62,5 por ciento más comparado con los registrados durante el mes anterior.
El papa llegó a Seúl el día 14, cuando se le vio por primera vez utilizar el coche, y estuvo en el país hasta el 18 de agosto, cuando los pedidos del Kia Soul alcanzaron un pico de 52.
Los responsables de la marca surcoreana reconocieron que la ventas mensuales de este modelo eran bastante "insignificantes" y que el cambio de tendencia "tiene mucho que ver con la visita del papa", según comentarios recogidos por la agencia de noticias Yonhap.
Ahora la compañía espera que la demanda de este modelo también crezca en el exterior, donde se vendieron 139.048 unidades entre enero y julio de este año, debido al "efecto Francisco".
La elección por parte del papa de un Kia Soul de color azul y con motor de 1,6 ccsorprendió mucho en Corea del Sur, donde se esperaba que el pontífice utilizara un vehículo de alta gama en su traslados por el país. Según reveló la organización de la visita papal, Francisco insistió en que quería "el más pequeño" de los coches fabricados en Corea del Sur y rechazó otros vehículos mayores que podrían ser más fácilmente blindados. La imagen de Francisco saludando desde el utilitario dio la vuelta al mundo y la prensa internacional destacó que la elección modesta del pontífice contrastaba con el estilo ostentoso que se está imponiendo últimamente en Corea del Sur, y que se criticaba de manera irónica en el vídeo clip viral "Gangnam Style" de Psy.(RD/Agencias)
Evangelio según San Mateo 22,34-40.
Cuando los fariseos se enteraron de que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en ese lugar, y uno de ellos, que era doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento más grande de la Ley?". Jesús le respondió: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu.
Este es el más grande y el primer mandamiento. El segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas".
San Francisco de Asís (1182-1226), fundador de los Hermanos menores
Primera regla, § 23
“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón”
Amemos todos con todo el corazón, con toda el alma, con toda la mente, con toda la fuerza y poder, con todo el entendimiento, con todas las energías, con todo el empeño, con todo el afecto, con todas las entrañas, con todos los deseos y quereres, al Señor Dios, que nos dio y nos da a todos nosotros todo el cuerpo, toda el alma y toda la vida, que nos creó, nos redimió y por sola su misericordia nos salvará; que nos ha hecho y hace todo bien a nosotros, miserables y míseros, pútridos y hediondos, ingratos y malos.
Ninguna otra cosa, pues, deseemos, ninguna otra queramos, ninguna otra nos agrade y deleite, sino nuestro Creador, y Redentor, y Salvador, solo verdadero Dios, que es bien pleno, todo bien, bien total, verdadero y sumo bien; que es el solo bueno, piadoso, manso, suave y dulce; que es el solo santo, justo, veraz, santo y recto; que es el solo benigno, inocente, puro; de quien, y por quien, y en quien está todo el perdón, toda la gracia, toda la gloria de todos los penitentes y justos, de todos los bienaventurados que gozan juntos en los cielos. Nada, pues, impida, nada separe, nada adultere; nosotros todos, dondequiera, en todo lugar, a toda hora y en todo tiempo, todos los días y continuamente, creamos verdadera y humildemente y tengamos en el corazón y amemos, honremos, adoremos, sirvamos, alabemos y bendigamos, glorifiquemos y sobresaltemos, engrandezcamos y demos gracias al altísimo y sumo Dios eterno, trinidad y unidad, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo.
22 de agosto 2014 Viernes XX Ez 37, 1-14
La profecía que nos ofrece Ezequías es muy conocida. Un campo de huesos esparcidos («estos huesos son toda la casa de Israel») que, con el aliento del espíritu de Dios, vuelven a revestirse de carne; y vuelven así a formar el pueblo. Hay que tener presente que el hueso, en lenguaje bíblico, significa la parte más profunda del ser, la más resistente. Y, por tanto, representan aquí el mejor del pueblo. Muchos de nosotros en poco tiempo hemos pasado de tener los sentimientos que éramos muchos, a tener de que somos muy pocos. Parece que los creyentes somos muy poco significativos en nuestra sociedad (cuatro huesos). Pero también vemos que, unos pocos, cuando van a lo esencial de la fe, hacen renacer la esperanza de que no todo se ha muerto. Con la imagen de los huesos: ¿qué crees que es más esencial y más profundo en la vida de fe? Señor, yo creo, ayudad mi poca fe. Nada, pues, impida, nada separe, nada adultere; nosotros todos, dondequiera, en todo lugar, a toda hora y en todo tiempo, todos los días y continuamente, creamos verdadera y humildemente y tengamos en el corazón y amemos, honremos, adoremos, sirvamos, alabemos y bendigamos, glorifiquemos y sobresaltemos, engrandezcamos y demos gracias al altísimo y sumo Dios eterno, trinidad y unidad, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo.
Bienaventurada Virgen María
BIENAVENTURA VIRGEN MARIA, REINA DEL CIELO Y
MADRE DE MISERICORDIA
Bienaventurada Virgen María, Reina del cielo y Madre de misericordia
Memoria de la Bienaventurada Virgen María, Reina, que engendró al Hijo de Dios, Príncipe de la paz, cuyo reino no tendrá fin, y que es saludada por el pueblo cristiano como Reina del cielo y Madre de misericordia.
LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN MARÍA COMO REINA DEL UNIVERSO
Pablo VI dice en su Exhortación Apostólica Marialis cultus: «La solemnidad de la Asunción se prolonga jubilosamente en la celebración de la fiesta de la Realeza de María, que tiene lugar ocho días después y en la que se contempla a Aquella que, sentada junto al Rey de los siglos, resplandece como Reina e intercede como Madre». Se subraya así el vínculo profundo que existe entre la Asunción y la Coronación de la Virgen. En esa misma línea de pensamiento, el Concilio Vaticano II, en su Constitución sobre la Iglesia, enumera las grandezas de la Madre de Jesús, que culminan en su coronación: Los Apóstoles –recuerda–, antes de recibir el Espíritu Santo el día de Pentecostés, perseveraban unánimes en la oración con María, la Madre de Jesús. También María imploraba con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación ya la había cubierto a ella con su sombra. Finalmente, la Virgen Inmaculada, preservada inmune de toda mancha de culpa original, terminado el decurso de su vida terrena, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial, y fue ensalzada por el Señor como Reina universal con el fin de que se asemejase de forma más plena a su Hijo,
Señor de señores y vencedor del pecado y de la muerte (Lumen gentium, 59).
Pío XII, en su Encíclica sobre la Realeza de María, exponía que el pueblo cristiano, desde los primeros siglos de la Iglesia, ha elevado suplicantes oraciones e himnos de loa y de piedad a la “Reina del Cielo”, tanto en sus tiempos de felicidad y alegría como en los de angustia y peligro; y que nunca falló la esperanza en la Madre del Rey divino, Jesucristo, ni languideció la fe que nos enseña que la Virgen María, Madre de Dios, reina en todo el mundo con maternal corazón, y está coronada con la gloria de la realeza en la bienaventuranza celestial.
Con razón –añadía el Papa–, el pueblo cristiano ha creído siempre que Aquella de quien nació el Hijo del Altísimo, Príncipe de la Paz,Rey de reyes y Señor de los señores, recibió de Dios singularísimos privilegios de gracia; y considerando luego las íntimas relaciones que unen a la madre con el hijo, ha reconocido en la Madre de Dios una regia preeminencia sobre todos los seres. En la tradición cristiana, ya los antiguos escritores, fundados en las palabras del arcángel San Gabriel, que predijo el reinado eterno del Hijo de María, y en las de Isabel, que se inclinó reverente ante ella llamándola Madre de mi Señor, llamaban a María Madre del Rey y Madre del Señor, queriendo significar que de la realeza del Hijo se derivaba la de su Madre.
La sagrada Liturgia, fiel espejo de la enseñanza comunicada por los Padres y creída por el pueblo cristiano, ha cantado en el correr de los siglos y canta de continuo, así en Oriente como en Occidente, las glorias de la celestial Reina: Salve Regina, Regina caeli laetare, Ave Regina caelorum, etc. También el arte, al inspirarse en los principios de la fe cristiana, y como fiel intérprete de la espontánea y auténtica devoción del pueblo, ya desde el Concilio de Éfeso, ha representado a María como Reina y Emperatriz coronada.
Desde el punto de vista teológico, el argumento principal en que se funda la dignidad regia de María es su divina maternidad: el ser madre de Jesucristo, el único que en sentido estricto, propio y absoluto, es Rey del Universo por naturaleza. A lo que hay que añadir que la Virgen también es proclamada Reina en razón de la parte singular que por voluntad de Dios tuvo, asociada a su Hijo, en la obra de nuestra eterna salvación.
La Iglesia no ha cesado de avivar la devoción a María, madre de Dios y madre de nuestra, y de fomentar la confianza en su maternal intercesión.
Así, decía Pío IX en la bula en que definió el dogma de la Inmaculada Concepción: «Con ánimo verdaderamente maternal al tener en sus manos el negocio de nuestra salvación, Ella se preocupa de todo el género humano, pues está constituida por el Señor Reina del cielo y de la tierra y está exaltada sobre los coros todos de los Angeles y sobre los grados todos de los Santos en el cielo; estando a la diestra de su unigénito Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, con sus maternales súplicas impetra eficacísimamente, obtiene cuanto pide, y no puede no ser escuchada».
La fiesta de María Reina, ahora trasladada al 22 de agosto, la instituyó en 1954 Pío XII, quien, después de fijarla para el 31 de mayo, escribía en su ya citada Encíclica: «Procuren todos acercarse ahora con mayor confianza que antes, todos cuantos recurren al trono de la gracia y de la misericordia de nuestra Reina y Madre, para pedir socorro en la adversidad, luz en las tinieblas, consuelo en el dolor y en el llanto, y, lo que más interesa, procuren liberarse de la esclavitud del pecado...
Sean frecuentados sus templos por las multitudes de los fieles, para en ellos celebrar sus fiestas; en las manos de todos esté la corona del Rosario para reunir juntos, en iglesias, en casas, en hospitales, en cárceles, tanto los grupos pequeños como las grandes asociaciones de fieles, a fin de celebrar sus glorias. En sumo honor sea el nombre de María... Empéñense todos en imitar, con vigilante y diligente cuidado, en sus propias costumbres y en su propia alma, las grandes virtudes de la Reina del Cielo y Madre nuestra amantísima. Consecuencia de ello será que los cristianos, al venerar e imitar a tan gran Reina y Madre, se sientan finalmente hermanos, y, huyendo de los odios y de los desenfrenados deseos de riquezas, promuevan el amor social, respeten los derechos de los pobres y amen la paz».
Como punto final ponemos la oración litúrgica de la fiesta de María Reina: «Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén».
Un Padrenuestro, diez Avemarías y Gloria.
María Reina, Santa
María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo, Agosto 22
Reina de todo lo creado
El 22 de agosto celebramos a la Santísima Virgen María como Reina. María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo.
Un poco de historia
La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.
María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.
María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.
María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.
La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.
La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.
En PAX hay una gran devoción y veneración a la Santísima Virgen María con diversas advocaciones, siendo la patrona del CANAL LA VIRGEN DE GUADALUPE, La patrona de la Comunidad de Misioneras de PAX VOBIS es la INMACULADA VIRGEN DE FATIMA, la que da la Bienvenida a cada participante es la INMACULADA DE LOURDES, otras advocaciones como la VIRGEN DE MONTSERRAT y la ROSA MISTICA…
Es todo un ramillete de Amor y Devoción a la Santa Madre de Dios de las Misioneras y toda la Comunidad de Jesús con el logro de intercesión por PAX HD para proclamar la Palabra y extender el Reino de Cristo junto a la Santísima Virgen María como Intercesora de cada logro movido por los corazones.
De la montaña a la llanura, ida y vuelta
Los Evangelios cuentan que Jesús iba con frecuencia a orar a la montaña, también nos dicen que la mayor parte de su misión la hizo a las villas, campos y ciudades, es decir en las zonas más habitadas. Podríamos decir: la llanura. Iba, pues, de la montaña a la llanura y de ésta a la montaña.
Cuando era arriba tenía muy presente todo lo de abajo. Y cuando estaba en la llanura recordaba el silencio, la comunicación y el descanso de la soledad de arriba.
Esta debe ser también nuestra vida de oración. La mayoría estamos abajo y algunas veces hay que escapar hacia arriba, por callar, escuchar, recordar, amar y permanecer con Él sin más intención y eficacia que estar.
Una minoría están arriba, y su vida tiene sentido si están por abajo, por la gente de los barrios, y el trabajo, las familias y los inmigrantes, la sociedad, la explotación, los enfermos y el mundo. Cuando bajan constatan el muy importante que es permanecer arriba para hacer una ayuda esencial a los que vivimos en la llanura.
Y a ti, también, necesitas variar de vez en cuando de situación. Montaña y llano. Escapadas hacia el silencio, la armonía, la lectura de la Palabra, dejarte seducir, contemplar la belleza y charlar con Él más allá de las palabras. Si puedes, escapado unos días, aunque sea un día, busca el lugar que lo sugiere el corazón y soltado. Si no puedes siempre podrás llevar dentro una montaña virtual, donde recogerte.